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LA CREACIÓN DEL

CBA LA PAZ
El Centro Boliviano Americano
(CENTRO BOLIVIANO
AMERICANO) creado el 2 de
mayo de 1946, es una
institución educativa privada, no
lucrativa, autónoma y cultural,
habiendo ganado actualmente el
de ser la institución más
importante en la enseñanza del
inglés en Bolivia y una de las
sobresalientes en Latinoamérica.
Se originó en un acuerdo bi-
nacional Bolivia-Estados Unidos
y el estatuto fue aprobado
mediante Resolución Suprema
No. 112269 del 31 de enero de
1962 expedida por el Ministerio
de Educación y con el
financiamiento inicial otorgado
por el gobierno de los Estados
Unidos a través de su Servicio
Informativo y Cultural de los
Estados Unidos (USIS).
Se creó una biblioteca de
renombre y se dotó de una
excelente bibliografía. Vinieron
especialistas y catedráticos de
diferentes universidades de los
Estados Unidos a Bolivia para
impartir enseñanza a los
docentes.
El Centro Boliviano Americano
de La Paz fue creado
inicialmente como una iniciativa
que vino a coincidir con los
últimos años de la Segunda
Guerra Mundial y,
particularmente entre los años
1946 y 1950. En realidad, fue
una época en que la creación de
las Naciones Unidas abrió
grandes esperanzas, en una
eclosión de los derechos
humanos y del libre intercambio
de ideas e ideales entre los
pueblos.
Estas fueron algunas de las
premisas que sirvieron de base a
la fundación de Centros
Binacionales en muchos países,
principalmente en América
Latina, a fin de superar la
barrera idiomática como una
necesidad de comunicación, con
un vocabulario extenso y un
correcto uso gramatical. Más
aún con un respeto a las
tradiciones y a la cultura de los
pueblos que se transmiten a
través del uso de la lengua.
No bastaba por lo tanto,
dedicarse a un intercambio
cultural entre Bolivia y los países
de habla inglesa; era necesario
además que, tanto
norteamericanos, europeos y
otros, tuvieran un mejor y más
extenso conocimiento de la
lengua de sus vecinos, así lo
comprendieron muchos
extranjeros y principalmente
norteamericanos dentro del
Departamento de Estado y el
Servicio Informativo y Cultural
de los Estados Unidos (USIS).
El CBA de La Paz, fue uno de los
primeros en Latinoamérica en
acoger la idea con beneplácito y
en expresarla dinámicamente.
Cuatro ciudadanos: dos
bolivianos y dos
norteamericanos, a la cabeza de
Don Héctor Ormachea Zalles,
quien, a la sazón fungía como
Rector de la Universidad Mayor
de San Andrés de La Paz,
fundaron el Centro Boliviano
Americano el 2 de mayo de
1946, en la ciudad de La Paz.
Los bolivianos fueron dos ilustres
patricios cuya obra a favor del
país perdura indeleblemente en
muchos campos: se trata, como
se decía antes, de Dn. Héctor
Ormachea Zalles y el Ing. Jorge
Muñoz Reyes, quienes no
precisan de mayores
comentarios con respecto a sus
patrióticos logros y la señora
Luisa Barriga Antelo, la primera
secretaria. A su vez los
americanos fueron la señora
Wilma Wallin de Velasco, la
señora Bessie de Beck el señor
Jack Keenan, conformaron el
primer Directorio los
mencionados y el señor William
F. Byess, funcionario de la
Embajada de los Estados Unidos
quien fue nombrado Director
Ejecutivo.
Estos ciudadanos que agruparon
en torno suyo a muchos otros
que compartían su entusiasmo,
sentaron las bases de nuestra
institución, en forma visionaria,
creando los pilares en que se
apoya el CBA. Tales principios
pueden resumirse en el anhelo
de una mayor amistad y
comprensión entre Bolivia y los
Estados Unidos mediante la
ejecución de tres programas
principales. La creación de una
biblioteca bilingüe, la
presentación de programas
culturales con un contenido
boliviano-estadounidense y la
enseñanza del idioma inglés
para bolivianos, y del castellano
para estadounidenses y de otros
países. Pocas instituciones,
tanto dentro y fuera del país,
pueden contar con el hecho de
haber mantenido sus principios
de manera tan sólida y firme por
más de medio siglo.
Al cumplir 60 años el CBA de La
Paz se ha constituido, sin duda
alguna, en el mejor Centro de
enseñanza del idioma inglés, y
cuenta con cerca de 6.000
alumnos, tanto en su sede
central y sus sucursales
repartidas por toda la ciudad de
La Paz y El Alto. Los alumnos
reciben la más avanzada
enseñanza del idioma inglés que
se ofrece en Bolivia. Al mismo
tiempo la Biblioteca, convertida
en modelo y mentora de otras
bibliotecas de los CBAs en el
país, la diversidad y calidad de
sus programas culturales que
incluyen un amplio espectro en
artes, en muchas de sus
manifestaciones que dan una
prueba fehaciente de que el
Centro, hoy más que nunca,
pone en un alto nivel su vigencia
y prestigio.

LOS INICIOS
Los inicios del Centro desde el
punto de vista organizativo y
financiero estuvo a cargo de
USIS. Se comenzó con 2 aulas
para la enseñanza de inglés,
oficinas y un ambiente para
actos culturales. Todo el
personal jerárquico estaba
compuesto por funcionarios
estadounidenses dependiente de
la Embajada de los Estados
Unidos. El número de alumnos
no llegaba al centenar.
Para 1952, el CBA funcionaba en
el edificio llamado SKF, entonces
el edificio más alto de la nueva
Av. Mariscal Santa Cruz que
constaba de 6 pisos. Sólo
algunos de sus directores
originales continuaron en sus
cargos, particularmente el señor
Keenan y las señoras Velasco y
Beck.
El financiamiento del CBA estaba
completamente sostenido por
USIS, incluyendo los sueldos de
profesores y otros personeros.
Los ingresos por las pensiones
se utilizaban únicamente para
cubrir gastos menores que no
alcanzaban para los sueldos que
todavía eran pagados con
fondos estadounidenses.
Dentro de la comunidad paceña,
el Centro Boliviano Americano
fue ganando un prestigio
reconocido tanto por la
composición y actividad de su
Directorio, -integrado por un
número igual de bolivianos y
norteamericanos-, como por sus
actividades en los tres
programas ya mencionados.
Con el tiempo se vió que el local
del edificio SKF, resultaba
pequeño, por lo que se alquiló
una casa entera situada en la
esquina de las calles Aspiazu y
la Av. 6 de Agosto. La casa
pertenecía a la familia de don
Ricardo Martínez Vargas y
posteriormente, con el objeto de
poder remodelar la casa y
ampliar el número de aulas, se
decidió adquirir el inmueble con
el apoyo de un préstamo blando
de USAID, que fue posible
obtenerlo en propiedad y
pagarlo con recursos propios,
debido a que a fines de la época
de los 50, el CBA contaba ya con
más de 1.000 alumnos.
En el local de la Av. 6 de Agosto
el CBA alcanzó un alto grado en
el desarrollo de sus 3
actividades. La Biblioteca se
convirtió en un centro de
consulta general y estaba a
cargo de personal boliviano. Las
clases de inglés y español se
hicieron muy populares debido a
los métodos empleados que
constituían lo más avanzado de
la metodología de idiomas,
debido al asesoramiento de
USIS, mediante la llegada
ocasional de especialistas
estadounidenses. Finalmente,
los programas culturales se
incrementaron notablemente
con la construcción de un
Auditorio con capacidad para
150 personas.
El personal estadounidense
contaba entonces con 3
funcionarios: El Director
Ejecutivo, el Director Académico
y el Consultor Estudiantil, cuya
labor consistía en coordinar
asuntos relativos a estudios en
los Estados Unidos, así como en
efectuar los trámites necesarios
para la otorgación de becas pre-
universitarias y universitarias. La
posibilidad de obtener una beca
en los Estados Unidos, hizo que
muchos jóvenes se interesaran
en el estudio del idioma inglés.
También se implementó una sala
especialmente destinada a
reuniones de tipo social, donde
se podía escuchar música y
compartir con los amigos que
contribuyó al incremento en el
número de estudiantes.
En la década de los 60, el
prestigio del CBA La Paz impulsó
la creación de Centros similares,
en las ciudades de Cochabamba,
Santa Cruz, Sucre, Oruro y
Potosí.
Los Centros de La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz
estaban dirigidos por ciudadanos
estadounidenses, mientras que
los otros contaban con personal
boliviano. Fue una época de
expansión y de gran actividad
para los CBAs.
En la década de los 60,
disminuyó el número de
funcionarios estadounidenses en
el CBA, hacia finales de misma
década se contó con una planta
de funcionarios bolivianos muy
bien organizada, quedando un
Director Ejecutivo
estadounidense, que a su vez
era funcionario de USIS.

ASALTO AL CBA
La extensa labor del CBA de La
Paz, su creciente eficacia en la
enseñanza del idioma inglés, con
amplia difusión de las culturas
boliviana y estadounidense,
colocaron a la institución en un
sitial verdaderamente notable
en la actividad paceña; todo ello
prometía un futuro muy
halagüeño y pleno de nuevos
éxitos y, por lo tanto, nadie
podía haber pensado que se
avecinaba una tormenta que
cortaría una trayectoria en pro
de la cultura y la educación del
país, no sólo en La Paz, sino
también en las otras capitales
de departamentos donde
funcionaban los CBAs.
Sin embargo en 1970, como es
bien sabido el Gral. Juan José
Torrez subió al poder mediante
un golpe de estado, derrocando
a un triunvirato militar, el cual a
su vez, había derrocado al Gral.
Ovando, quien por su parte
depuso al Dr. Luis Adolfo Siles
que fue uno de los pocos
gobernantes constitucionales
durante ese período, y antiguo
Presidente del Directorio del
CBA.
El 7 de octubre de 1970 un
piquete de unas 50 personas
que se auto definieron como
miembros del “Comité
Estudiantil” de la Universidad
Mayor de San Andrés y mineros
de la Central Obrera Boliviana,
COB, asaltaron el CBA de La Paz
haciendo volar la puerta
principal con tacos de dinamita y
se apoderaron del edificio donde
sólo se encontraba un anciano
portero con su familia y ningún
otro funcionario, profesor o
alumno. A la sazón el Centro que
había cerrado sus puertas
momentáneamente ante la
violencia de la situación política
en la ciudad. Los asaltantes
destruyeron la biblioteca,
llevándose los libros, así como el
equipo de grabación y todos los
implementos del laboratorio de
lenguaje. En previsión de alguna
acción de rescate del edificio,
minaron el mismo con dinamita,
sellaron las ventanas y puertas
utilizando el mobiliario de aulas
y oficinas. Cabe destacar la
valiente acción de Don Raúl
Mariaca, Don Raúl Barragán,
Norma de Morón e Inocencio
Ramos quienes en su
desesperación evitaron un
saqueo mayor. El edificio nunca
pudo ser recuperado y el
gobierno de Tórrez no tomó
acción alguna, pese a los
reclamos de los Estados Unidos
y por supuesto, el personal del
Centro, compuesto por 46
funcionarios y sus familias
quedó sin ingresos ni fuentes de
trabajo.
En forma visiblemente
coordinada, los Centros
Boliviano Americanos de Santa
Cruz, Cochabamba, Sucre, Potosí
y Oruro, también fueron
asaltados. El edificio del CBA de
Santa Cruz fue devuelto
posteriormente por tratarse de
una casa particular que estaba
arrendada por el Centro, lo
mismo ocurrió en Cochabamba,
con la propia del CBA, pero ello
se debió a la presión de los
miembros del CBA y de la
Embajada. Los Centros de Oruro
y Potosí nunca pudieron ser
reabiertos. El CBA de Sucre fue
rehabilitado sólo 20 años
después, el 2 de mayo de 1991.
Es necesario anotar que algunos
otros institutos de carácter
benéfico sufrieron la misma
suerte del CBA durante esa
época.
La Institución en La Paz hizo
denodados esfuerzos por revertir
la ilegal e inconstitucional “toma
del CBA”. Estos esfuerzos, que
fueron realizados a varios
niveles e instancias, tanto por
los miembros del Directorio,
como por los Secretarios
Ejecutivos resultaron
básicamente infructuosos. Al
respecto, cabe destacar la
vigorosa acción del entonces
Director Ejecutivo del CBA, señor
Ray Burson, funcionario de USIS.
Tampoco se puede omitir
mencionar los esfuerzos del
entonces Director de USIS. señor
Allen Hansen, en pro de todos
los CBAs del país.
Como anécdota interesante
queda el gesto de valentía y
amor por la música del
connotado pianista nacional Dn.
Raúl Barragán, por entonces
Presidente del Directorio del CBA
de La Paz, quien con
considerable riesgo personal
reclamó la apropiación indebida
del piano del CBA. Contra todo lo
previsible, el Maestro Barragán
pudo rescatar el instrumento
que fue el único objeto que se
recuperó del vandálico asalto.
No es necesario añadir, que por
muchos años el Maestro
Barragán consideró el piano del
CBA no solamente como una
valiosa propiedad de la
Institución, sino también como
un símbolo de la tenacidad que
puso el CBA en contra del asalto.
El Gobierno del General Tórrez
duró menos de un año y fue
depuesto por un levantamiento
popular encabezado por el
General Hugo Bánzer, militar de
ideas ciertamente opuestas a las
tendencias del anterior. El
ascenso de Bánzer al poder no
significó, sin embargo, la
devolución del valioso edificio.
Su Gobierno consideró que al
haberse utilizado dicho edificio
para el uso de 2 escuelas
públicas (Perú y Max Paredes)
significaba un “fait accompli”
(hecho consumado). Solamente
muchos años después, se emitió
la Resolución Ministerial No.
921/89 (Agosto 1989) que para
tratar de legalizar la situación,
sólo condonó impuestos al valor
agregado (IVA), por US$
165.699.-, condonación que se
cumplió aproximadamente en 3
años. El edificio quedó en
manos del Estado boliviano y la
mencionada condonación no
llegó siquiera a cubrir una
mínima parte del valor del
edificio.
El CBA no esperó mucho tiempo
antes de reiniciar sus
actividades en Octubre de 1971,
reabriendo sus programas de
enseñanza de inglés, de
actividades culturales y del
funcionamiento de la biblioteca,
en un local alquilado al Banco
Nacional de Bolivia, en el piso
superior de esa institución, en la
esquina de las calles Yanacocha
e Ingavi.

LA RECUPERACION
El período de reinstalación de los
programas del Centro Boliviano
Americano de La Paz no fue fácil,
se había perdido todo el
patrimonio de la biblioteca,
incluyendo no sólo material
bibliográfico, sino también
fichas, archivos y toda la
documentación, fuera del
mobiliario correspondiente; por
lo tanto, este programa del CBA
tuvo que empezar de cero para
volver a colocarse en poco
tiempo, como una de las
bibliotecas mejor organizadas
del país, bajo la acertada
dirección de la señora Violeta
Barragán de Lavino. En el
campo académico sucedió lo
mismo, los kardex de los
estudiantes y profesores
tuvieron que ser organizados de
nuevo. Demás está decir que en
el campo cultural ocurrió lo
propio, aunque mediante
recortes de prensa y material
existente en USIS se pudo
reconstruir mejor la historia de
este programa. Casi es
innecesario añadir que en el
campo de la administración
desaparecieron los libros de
contabilidad y demás
documentos de igual
importancia, así como todos los
equipos de oficina y
pertenencias personales de
empleados y profesores. Es de
notar que la cooperación de
USIS en este período crítico del
CBA fue extremadamente
valiosa.
Después de la “toma” del
edificio , USIS continuó pagando
al personal sus sueldos por un
período de 7 meses (Del 7-10-
70 al 7-4-71) y luego procedió a
la indemnización del personal,
según las leyes bolivianas,
recontratando posteriormente a
una parte del mismo para
reiniciar las actividades.
Fue labor del señor Darrell Smith
el emprender de nuevo la
marcha del CBA de La Paz, Ray
Burson que luchó tanto por
recuperar el edificio asaltado fue
destinado a otro país por haber
cumplido su tiempo
reglamentario en Bolivia y no
pudo ver su obra concluida.
El CBA funcionó en el piso alto
del edificio del Banco Nacional
desde el 1 de Octubre de 1971
hasta el 15 de Octubre de 1973,
tiempo en el cual ya se hizo
pequeño el local necesitándose
uno mayor. Una imaginativa y
vigorosa campaña de
reactivación, a cargo del Director
Ejecutivo Darell Smith apoyado
muy eficazmente por la señora
Violeta Lavino y por la
incansable señora Norma de
Morón, quienes hicieron pese a
las limitaciones de espacio en el
edificio del Banco Nacional, que
se cumpliera con un vasto
programa de actividades
culturales, las mismas que
incluían conciertos,
exposiciones, conferencias y
mesas redondas. Se alquiló
posteriormente un edificio
independiente con mayor
número de aulas y en general
mayor espacio en la Av. Arce #
2142, el mismo que fue objeto
de una redecoración general,
incluyendo elementos gráficos
de gran tamaño, muy de moda
por entonces y el CBA de La Paz
comenzó a cobrar la fisonomía
que hoy tiene, es decir de una
dedicación total a la calidad de
la enseñanza del inglés, de un
funcionamiento normal de la
biblioteca, muy reforzada para
entonces en su fondo
bibliográfico y de la continuación
de numerosos programas
culturales.
El CBA funcionó en el edificio de
la Av. Arce, perteneciente a la
familia Siles Salinas, desde el 15
de noviembre de 1973 a 1978,
año en el cual se inició las
gestiones para dotar al CBA de
un edificio propio, dado que la
institución ya contaba con
algunos ahorros y que su
crecimiento le otorgaba una
adecuada capacidad de
endeudamiento.
Es así como se iniciaron las
conversaciones para adquirir
una propiedad que poseía la
familia Eduardo, sobre el Parque
Zenón Iturralde, contiguo a la Av.
Arce. Debe destacarse la
positiva acción y entusiasmo del
entonces Director Dr. Louis
Falino, quien se empeñó en
hacer posible esa adquisición
con un préstamo bancario
considerable. La decisión y
fuerza del Presidente del
Directorio, señor Raúl Barragán
Claussen, contribuyó asimismo,
a hacer posible la obtención del
préstamo el cual estuvo avalado
en gran parte por la garantía
personal de los miembros del
Directorio.
El resultado final de todas estas
gestiones fue que se pudo
adquirir la propiedad que
constituía básicamente de una
vieja y hermosa casona y
algunas otras construcciones
periféricas adyacentes. Los
fondos asignados a la
adquisición debieron cubrir,
desde su inicio, una extensa
remodelación del edificio,
incluyendo cambios completos
de pisos y algunos techos, así
como las instalaciones eléctricas
y de provisión de agua. El actual
auditorio se halla sobre una losa
de concreto que tuvo que
reemplazar a las viejas vigas
originales que ya no resistían
mucho peso. Las adiciones,
remodelaciones y ampliaciones,
continúan hasta el presente.
Al establecerse la institución en
su local propio, el CBA pudo
consolidar su economía aún
sustentada en un alto porcentaje
por USIS, e iniciar su programa
académico con un mayor
número de aulas, lo que
comenzó a proporcionar
mayores ingresos.
Con la partida del Dr. Falino que
fue reemplazado por señor
Michael Betcher, (1980-1982) y
posteriormente por el señor
James D. Burns, desde principios
de 1982 hasta fines del mismo
año.
Cabe hacer notar que el
presupuesto de USIS, comenzó a
reducirse y, por lo tanto, su
apoyo al CBA de La Paz, así
como a los otros CBAs del país,
también disminuyó
considerablemente.
El señor James D. Burns fue el
último de los funcionarios de
USIS destinados a la Dirección
Ejecutiva del CBA y su actividad
en el Centro se redujo a medio
tiempo, debido a que tenía que
atender sus funciones como
Agregado Cultural a la Embajada
de los Estados Unidos. Sin
embargo, el CBA de La Paz
estaba firmemente establecido y
gozaba del prestigio de sus
programas culturales y un uso
intenso de su biblioteca, por
parte de instituciones de todo
orden y de su programa de
inglés que estaba ya
consolidado y considerado como
el más avanzado y moderno de
la ciudad

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