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ANÁLISIS CONDUCTUAL EN FOBIAS

INTEGRANTES:
 ALAMA CASTRO DELIA
 ARRASCUE PEREZ NIXON
 ARTEAGA ROJAS FIORELLA
 FULLEDA LINARES JOHARY
 YARLEQUE MENOR ARMANDO

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INTRODUCCION

El miedo es una experiencia muy común para los seres humanos y se trata, además,
de una experiencia que tiene un importante valor adaptativo para la supervivencia
de la especie. Normalmente cuando hablamos de miedo adaptativo nos referimos a
un conjunto de sensaciones que se ponen en marcha como respuesta normal ante
peligros reales (Marks, 1987). Sin embargo, cuando estas sensaciones se
experimentan en situaciones que no suponen una amenaza real, nos encontramos
ante un miedo que ya no es adaptativo.

El término fobia se utiliza para describir este tipo de reacciones de miedo no


deseables. Las fobias pueden clasificarse de muy diversas maneras. No obstante,
una de las clasificaciones más ampliamente aceptadas es la que distingue entre
tres grupos: fobias simples, específicas o focales; fobias sociales, y agorafobia. Este
trabajo tratará con las primeras, es decir, con las denominadas fobias específicas o
focales.

1. EL PAPEL DE LOS PENSAMIENTOS:

La importancia de las cogniciones, por ej., del cambio de cogniciones relacionado


con la recuperación de las fobias. Las creencias de amenaza juegan un importante
papel. Algunos ejemplos de pensamientos y creencias mantenedoras de las fobias
son: “la próxima vez será peor”, “algo terrible me ocurrirá si permanezco en contacto
con el estímulo fóbico”, “la serpiente es el demonio”, “me dará náuseas”, “perderé
el control”, “quedaré paralizado”, “la cucaracha puede venir hacia mí, morderme y
causarme un terrible daño”; “puedo caer desde esta altura”, “puedo perder el control
y tirarme desde lo alto”, etc. Si tenemos en cuenta la existencia de esos
pensamientos, creencias e imágenes, más o menos accesibles a la conciencia, la
respuesta fóbica es mucho más comprensible.

2. TÉCNICAS COGNITIVAS PARA SUPERAR LAS FOBIAS


 Buscar información sobre el estímulo temido
 Detectar y cambiar pensamientos ansiógenos.

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 Exagerar la probabilidad de que ocurra lo que temes. Ej.: “si viajo en
coche es muy probable que tenga un accidente”. Averiguar cuál es la
probabilidad real de que eso ocurra.
 Exagerar las consecuencias negativas que tendría si ocurre lo que temes.
Ej.: “si veo una cucaracha en la calle, no podría soportarlo”. Si te sueles
preocupar por cuestiones de este tipo, conviene que te acostumbres a decirte
a ti mismo “¿y qué?”.
 Minimizar tu capacidad de hacer frente a lo que temes. Ej., “si me muerde un
perro me quedaría paralizado por el terror “. Si te ocurre esto, es mejor que
te concentres en pensar ¿cómo podría afrontarlo en caso de que ocurriese?
 Ir en contra de la evidencia. Ej.: “si me quedo encerrado en un ascensor,
moriré asfixiado”. En casos similares a este, conviene buscar pruebas a favor
y en contra del pensamiento que te crea ansiedad.

2.1 La terapia de exposición

Mediante esta técnica, se debilita la asociación entre las señales corporales


específicas y las reacciones de pánico. Desde este planteamiento los ataques de
pánico se entienden como alarmas aprendidas o condicionadas ante determinadas
señales físicas y el procedimiento a seguir consiste en simular una crisis de pánico,
inducir los síntomas relacionados con la crisis, tales como ejercicios
cardiovasculares, la inhalación de dióxido de carbono y la hiperventilación, o girar
en una silla.

Es el principal método de tratamiento de las fobias. Suele aconsejarse permanecer


en la situación temida hasta que se reduce la ansiedad. También suele ser mejor
hacerla en forma gradual. Para ello se puede hacer un listado de jerarquías de
exposición

Ej., si se tiene fobia a subir en un ascensor, hacer la exposición en varias fases: 1º


acompañado, un solo piso, 2º acompañado, más pisos, 3º solo un piso y con un
acompañante esperándole, etc.

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Se recomiendan, siempre que sea posible, las sesiones largas de
exposición: de 1 a 3 horas, ya que así se facilita que se reduzca la ansiedad antes
de abandonar la situación fóbica.

El último ítem de la jerarquía de exposición debe ser algo más difícil que el
comportamiento “normal”, ej., coger una cucaracha, estar un buen rato encerrado
en un armario pequeño, etc.

- El procedimiento habitual sería:

1. El paciente se compromete a mantenerse en la situación de exposición hasta que


la ansiedad desaparezca y no escapar de la situación durante el tratamiento.

2. Se anima al paciente a aproximarse al estímulo fóbico lo máximo posible y a


mantenerse hasta que la ansiedad disminuya o desaparezca por completo.

3. Cuando la ansiedad disminuye se le insta al paciente a que se aproxime más al


estímulo fóbico, a que permanezca hasta que disminuya la ansiedad, y a que se
vaya acercando lo máximo posible.

4. La sesión de terapia termina únicamente cuando el nivel de ansiedad se ha


reducido un 50% del valor más alto, o cuando ha desaparecido por completo.

Si la exposición debe acompañarse de relajación como respuesta antagónica


también ha constituido un tema relevante. Incluir o no la relajación dentro de un
programa de exposición va a depender, básicamente, de tres factores:

1. Si la ansiedad del paciente es muy alta ante el estímulo fóbico, la utilización de la


relajación genera mayor adherencia al tratamiento.

2. Si vamos a aplicar, por motivos diversos (tipo de fobia, peculiaridades de la


situación, predisposición del paciente, etc.), exposiciones breves, la aplicación de la
relajación facilitará la habituación al estímulo fóbico.

3. Si pretendemos aplicar una exposición donde el paciente no sienta niveles


elevados de ansiedad durante la presencia del estímulo fóbico, la relajación puede
ayudar a controlar dicha ansiedad.

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 Técnicas de control de la ansiedad: Las técnicas de control de la
ansiedad más utilizadas son la relajación, la respiración diafragmática lenta,
la distracción, y las auto instrucciones. Pueden ser útiles, sobre todo en las
primeras etapas del tratamiento.
 Medicamentos

Generalmente, la psicoterapia que emplea terapia de exposición tiene resultados


satisfactorios en el tratamiento de fobias específicas. Sin embargo, a veces los
medicamentos pueden ayudar a reducir la ansiedad y los síntomas de pánico que
experimentas al pensar en el objeto o la situación que te da miedo, o al exponerte
a dicho objeto o situación.

Se pueden administrar medicamentos durante el tratamiento inicial o a corto plazo


en situaciones específicas y poco frecuentes, como volar en avión, hablar en público
o someterse a una resonancia magnética.

Betabloqueantes: Estos medicamentos bloquean los efectos estimulantes de la


adrenalina, como frecuencia cardíaca elevada, presión arterial alta, palpitaciones y
temblores en la voz o las extremidades a causa de la ansiedad.

Sedantes. Los medicamentos llamados «benzodiacepinas» te ayudan a relajarte


porque reducen el nivel de ansiedad que sientes. Los sedantes se deben usar con
cautela, ya que pueden causar adicción, y se deben evitar si tienes antecedentes
de dependencia del alcohol o las drogas.

2.2 La terapia cognitiva conductual

Implica exposición en combinación con otras técnicas, para aprender maneras de


ver y enfrentar el objeto o la situación que causa miedo de un modo diferente.
Aprendes a ver de otro modo tus miedos, las sensaciones en el cuerpo y el impacto
que han tenido en tu vida. La terapia cognitiva conductual se centra en desarrollar
confianza en ti mismo y en dominar tus pensamientos y sentimientos, en lugar de
sentirte abrumado por ellos.

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2.3 Tensión muscular aplicada:

Útil para no desmayarse en la fobia a la sangre. Consiste en acompañar la


exposición a la situación temida, con la tensión voluntaria de los músculos del
cuerpo, para elevar, momentáneamente, la tensión arterial, ayudando así a evitar el
desmayo.

- Preparación:

Sentarte en un sillón cómodo y tensar los músculos del brazo, torso y piernas.
Mantener tensión durante 10-15 segundos, hasta que sientas sensación de calor en
la cabeza.

Soltar tensión y dejar que tu cuerpo vuelva a la normalidad durante 20-30 segundos.
Repetir 5 veces

Repetir 5 veces al día durante una semana.

Después empezar a usarla para afrontar las situaciones temidas.

Si la fobia es a las extracciones de sangre, conviene practicar la tensión muscular


manteniendo el brazo relajado (que es como se llevara a cabo la exposición a la
situación temida).

Después de afrontar con éxito la situación temida, ayudándose de la tensión


muscular, se recomienda exponerse a la misma sin necesidad de tensar, como
cualquiera que no tenga fobia.

2.4 Terapia racional sistemática

(Golfried, 1977). En general, estos programas van destinados a cambiar los


patrones de pensamiento, insistiendo en la diferencia entre pensamientos realistas
e irrealistas o la diferencia entre posible y probable (Marshall, Bristol, & Barbaree,
1992). Se pretende que los pacientes fóbicos accedan a la exposición al estímulo
fóbico con la menor ansiedad anticipatoria posible y con atribuciones adaptativas de
sus reacciones motoras y fisiológicas. Desde esta perspectiva , podríamos incluir
también en este apartado el conjunto de técnicas destinadas a incrementar la

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información del paciente sobre su trastorno y los trabajos que incluyen
componentes atribuciones en la terapia. En ambos casos se trata de presentar al
paciente el máximo de información relevante referida al estímulo fóbico. En la fobia
a viajar en avión, por ejemplo, se trata de informar al paciente de distintos aspectos
aeronáuticos (¿por qué vuela un avión?, factores que afectan a un vuelo, etc.) y de
las medidas de seguridad de que dispone el transporte aéreo en la actualidad.

En líneas generales, se persigue informar al paciente, en un lenguaje adecuado,


acerca de distintos conceptos relacionados con la adquisición y mantenimiento de
su fobia. A partir de esta explicación el paciente se centra en la búsqueda de las
posibles causas y en la búsqueda de soluciones que palien o eliminen el problema.
Terapeuta y paciente elaboran, por tanto, un plan de acción y lo ponen en práctica.
Plan, que como ya señalábamos al comienzo, incluirá una u otra forma de
exposición. Las posible s ventajas de este acercamiento radican en que el paciente
adopta una actitud más activa ante el tratamiento, con lo que se puede facilitar la
exposición posterior. Lo característico de la mayoría de las terapias que incluyen
componentes cognitivos a la terapia de exposición radica, justamente, en facilitar
instrumentos que predispongan al paciente a tal exposición.

2.5 Inundación o terapia implosiva

La inundación o terapia implosiva es una terapia utilizada para el tratamiento de las


respuestas de ansiedad y las fobias. Se basa en el enfrentamiento directo del sujeto
con el estímulo o la situación que le provocan esa respuesta de ansiedad, evitando
que la persona escape. Para que esta terapia no resulte traumática primero se suele
entrenar al sujeto en técnicas de relajación, para que sea capaz de controlar las
respuestas de ansiedad que pueden aparecer al enfrentarse con el estímulo temido.

Esta terapia se basa en el hecho de que la ansiedad no puede mantenerse


indefinidamente en el tiempo, sino que se comporta como una onda. Es decir, al
enfrentarnos al estímulo temido, nuestra ansiedad subirá pero, si no escapamos
sino que nos quedamos a enfrentarnos con nuestro miedo, al de unos minutos esa
ansiedad irá descendiendo por sí sola. Así, una vez la ansiedad haya descendido,
nuestro cuerpo aprenderá que no hay nada que temer de esa situación y podrá

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recuperar el control. Si, además, podemos ayudar a que esa ansiedad se
reduzca mediante el uso de técnicas de relajación, el ejercicio no será tan traumático
y la ansiedad se reducirá en menos tiempo.

Esta técnica tiene la ventaja de conseguir resultados mucho más rápidos y


espectaculares que la desensibilización sistemática. Por el contrario, presenta
algunas desventajas, como son:

Si el sujeto no está preparado, la situación puede resultarle extremadamente


angustiosa y desagradable.

Hay veces en las que el uso de esta terapia no será posible, ya sea por razones
físicas (no puedes someter a una persona a una tormenta con relámpagos a tu
voluntad), éticas (no puedes introducir a una persona aracnofóbica en una
habitación llena de arañas) o médicas (no puedes hacer que alguien con fobia a las
enfermedades se ponga a recoger jeringuillas usadas).

Si la persona está intentando superar la fobia por sí sola, le resultará muy difícil no
huir de la situación cuando su ansiedad llegue a niveles altos. Si escapa de la
situación antes de que la ansiedad se haya reducido, estará reforzando de nuevo
su fobia.

Por estas razones, se recomienda que esta técnica se practique contando con la
supervisión de un profesional que valore en qué momento la persona está
preparada para someterse a cada situación, le acompañe y refuerce sus esfuerzos.

Esta técnica puede usarse también en combinación con la desensibilización


sistemática, practicando con estímulos reales las situaciones que ya hemos
superado en nuestra imaginación

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2.6 Tratamiento biológico

La intervención biológica sobre las fobias específicas únicamente se ha centrado en


la terapia farmacológica. A diferencia de los otros trastornos por ansiedad e incluso
de los demás trastornos fóbicos, en el caso de las fobias específicas la opinión de
clínicos e investigadores de que no hay un tratamiento farmacológico de elección
es prácticamente unánime (Roy-Byrne & Cowley, 1998). Como ya se señaló
anteriormente la mayor parte de los autores y de los resultados de investigación
indican que los programas de tratamiento basados en técnicas de exposición
constituyen un elemento prácticamente irrenunciable en el terreno de la intervención
sobre los trastornos fóbicos, de ahí que la utilización de fármacos psicotrópicos sea,
en el mejor de los casos, un complemento para el tratamiento de exposición. Los
fármacos empleados en el caso de las fobias específicas como complemento
terapéutico típicamente han sido los benzodiacepinas y los beta-bloqueantes. Las
razones para ello no están del todo claras y provienen fundamentalmente de las
similitudes entre algunas fobias específicas y otros trastornos fóbicos.

Así, por ejemplo, algunos autores sugieren la utilización de fármacos


betabloqueantes en base a las similitudes en tasa cardíaca encontradas entre
fóbicos específicos, fóbicos sociales y pacientes con ataques de pánico. También
la utilización de benzodiacepinas se sustenta en la evidencia que indica que una
parte importante de los fóbicos a los animales manifiesta temor no tanto al posible
daño causado por el animal temido como a una posible reacción emocional
demasiado intensa desencadenada por la presencia del animal en cuestión. Hasta
la fecha existe muy poca investigación sobre el valor terapéutico de añadir la
administración de fármacos a los tratamientos cognitivo-comportamentales al uso.
La escasa evidencia existente parece indicar que la utilización de fármacos puede
obstaculizar el efecto de la exposición al interferir con el proceso de habituación
necesario para que se produzca la eficacia terapéutica. No obstante, hay resultados
que sugieren la necesidad de considerar las dosis y el momento de administración
de los fármacos si queremos potenciar los efectos beneficiosos de dicho tratamiento
en combinación con las técnicas de exposición.

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CONCLUSIONES

Las fobias específicas se definen como miedos persistentes e irracionales ligados


a estímulos o situaciones específicas que pueden conducir a la evitación de dichos
estímulos o situaciones.

El miedo fóbico se manifiesta en respuestas motóricas, cognitivas y fisiológicas que


pueden diferir entre individuos.

Los estímulos o las situaciones fóbicas pueden ser muy variadas, pero en la
actualidad se reconocen tres grandes agrupaciones: fobia a los animales, fobia a la
sangre-heridas y fobia situacional. Además de éstas, el DSM-IV incluye la fobia al
entorno natural y deja una última categoría destinada a recoger fobias específicas
no categorizables en las cuatro anteriores.

LINCOGRAFIA
 https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/specific-
phobias/diagnosis-treatment/drc-20355162
 https://www.cop.es/colegiados/PV00520/fobias2.pdf
 http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/360/1/113.pdf

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