social e histórico que se acaba considerando, por iteración, como lo “natural”, lo “normal”,
lo “verdadero” o lo “innato”. En la visión naturalista, que Butler critica, el género no sería
más que una serie de propiedades de un cuerpo, de un cuerpo concebido como una
sustancia previa a la cultura. El hecho de que las prácticas consideradas femeninas o
masculinas cambien a lo largo del tiempo o sean diferentes en espacios diferentes, no es
concebido como un dato relevante, curiosamente, hecho que refuta la concepción
naturalista. Se ha argumentado que, por más que haya variaciones culturales, en todas las
civilizaciones ha habido diferencias “sustanciales” entre hombres y mujeres. Butler, por su
parte, critica esta definición del concepto y sostiene que el género no es un atributo de una
sustancia neutral, previa a la socialización. Es más bien una noción relacional, pues no se
puede separar en ningún caso del contexto en el que se socializan las personas de la
descripción el mundo con ciertas palabras. El género, por tanto, se define como la forma
social de definir los cuerpos sexuados. No es un atributo de una sustancia porque el lenguaje
que se usa para describirlo, siguiendo a Austin, no es “constatativo” no describe un estado
real de las cosas, sino que es “performativo”. Esto significa que el género es un efecto
performativo del lenguaje y, a diferencia de la concepción austiniana de la
“performatividad” que sólo la analiza en el ámbito puramente lingüístico, para Butler el
género también es un efecto de ciertas prácticas. Tal como dice Butler.
Collins: la variable mas importantes es podeer economico, que si bien no se traduce siempre en
poder formal, si bloquea las manifestaciones negativas de otros tipos de poder, es decir, es una
fuerza mediadora.