Ver discusiones, estadísticas y perfiles de autor de esta publicación en: https://www.researchgate.

net/publication/254734365

Los dragones de la inacción: barreras psicológicas que limitar el cambio climático

Mitigación y Adaptación
Artículo en American Psychologist · Mayo 2011
DOI: 10.1037 / a0023566 · Fuente: PubMed

CITACIONES LEE
590 12,150

1 author:

Robert Gifford
Universidad de Victoria
185 PUBLICACIONES 7558 CITACIONES

VER EL PERFIL

Todo el contenido de esta página siguiente fue subido por Robert Gifford el 28 de mayo de 2014.

El usuario ha solicitado la mejora del archivo descargado.

 Los dragones de la inacción
Las barreras psicológicas que limitan la mitigación del cambio climático
y Adaptación

Robert Gifford
Universidad de Victoria

La mayoría de la gente piensa el cambio climático y la de efecto invernadero que impulsarán aún más el cambio
sostenibilidad son problemas importantes, pero muy pocos climático, y que siguen participando en otros patrones de
ciudadanos del mundo dedicadas a la alta invernadero comportamiento destructivo environ-mental.
emisión de gases de comportamiento están involucrados en el
comportamiento atenuante suficiente para contener el
aumento del flujo de los gases de efecto invernadero y otros
problemas ambientales. ¿Porqué es eso? Las barreras
estructurales tales como una infraestructura, clima de
aversión son parte de la respuesta, pero las barreras
psicológicas también impiden las opciones de
comportamiento que faciliten miti-gación, la adaptación y la
sostenibilidad ambiental. Al-aunque muchos individuos están
involucrados en algún tipo de acción de mejora, más podía
hacer más, pero se ve obstaculizada por siete categorías de
barreras psicológicas, o “dragones de inac-ción”: la
cognición limitada sobre el problema, cosmovisiones
ideológicas que se oponen a que Pro -Environmental Atti-
tudes y el comportamiento, las comparaciones con otras
personas, los principales costos hundidos y el impulso de
comportamiento, discredence hacia los expertos y
autoridades, los riesgos percibidos de cambio y positivo, pero
insuficiente el cambio de comportamiento. Estructural barri-
res se debe quitar siempre que sea posible, pero esto es poco
probable que sea suficiente. Los psicólogos deben trabajar
con otros SCIEN-cien-, expertos técnicos y políticos para
ayudar a los ciudadanos a superar estas barreras
psicológicas.

palabras clave: el cambio climático, las barreras,

obstáculos, el calentamiento global, la sostenibilidad

Fue culpa nuestra, y nuestra muy grande a

fallos y ahora tenemos que convertirla a
utilizar.
Tenemos cuarenta millones de razones
para el fracaso, pero ni una sola excusa.
Así que cuanto más trabajamos y menos
hablamos los mejores resultados
obtendremos. . .
-Rudyard Kipling, “La lección”, 1901

yo f tantas personas están preocupadas por el cambio

climático, el medio ambiente y la sostenibilidad, por eso
son más de nosotros no hacer lo que es necesario mejorar los
problemas?
Por supuesto, muchas personas y organizaciones ya se han
dado algunos pasos en esta dirección, y algunos han tomado
muchas medidas. Sin embargo, en el agregado, los seres
humanos continúan produciendo grandes cantidades de gases

En algunos casos, las razones de este déficit conductual
son estructurales y, por tanto, más allá del control razonable
de un individuo. Por ejemplo, los bajos ingresos limita
severamente la capacidad para comprar paneles solares, que
viven en una zona rural por lo general significa que el
transporte público no existe como una alternativa a la
conducción, y que viven en una región con inviernos fríos
restringe la capacidad para reducir la calefacción doméstica
basada en energía usada. Sin embargo, para casi todo el
mundo que no está severamente restringido por barreras
estructurales, adoptando más opciones y conductas pro-
ambientales es posible, pero esta adopción no está ocurriendo
en la medida necesaria para frenar el aumento del flujo de los
gases de efecto invernadero y otros daños ambientales. Por lo
tanto, queda la pregunta: ¿Qué limita la mitigación más
generalizada, la adaptación y las acciones sus-sosteni- por
parte de individuos para los que tales acciones son factibles?
En este artículo se considera siete psicológicos barri-res
generales como las influencias que limitan el cambio de
comportamiento ambiental.1Estas barreras son mi
esclarecimiento del misterio sugerido canoso que rodea la
brecha entre la actitud de fábula ( “Estoy de acuerdo en que
este es el mejor curso de acción”) y el comportamiento (
“pero no lo estoy haciendo”) con respecto a los problemas
290
Psychologist
ambientales. Algunos de los obstáculos son reconocidos en un
campo de investigación psicológica u otra, pero otros aún no
se han convertido en parte de nuestro léxico. Algunos se han
investigado (en otros dominios) mucho más que otros. Estas
barreras no han sido considerados como un grupo, aunque
algunos científicos sociales han discutido algunos de ellos
(por ejemplo, Gifford, 2008; Kollmuss y Agyeman, 2002;
Lorenzoni, Nicholson-Cole, y Whitmarsh, 2007).
Las barreras psicológicas
para el cambio de
comportamiento
Una vez que uno comienza a buscar, un número bastante
grande de los obstáculos psico-lógicos para una adecuada
(carbono-neutro) la mitigación del cambio climático y la
adaptación puede ser encontrado. Este arti-cle organiza 29
de los “dragones de la inacción” en siete
La correspondencia relacionada con este artículo debe ser dirigida a
Robert Gifford, Departamento de Psicología, Universidad de Victoria,
Victoria, Columbia Británica V8S 2H1, Canadá. E-mail:
rgifford@uvic.ca
1
Estas barreras también pueden limitar el cambio en otros dominios de
comportamiento problemáticos, pero una discusión de aquellos dominios que
queda para otro momento.
Mayo-Junio 2011 ● American
© 2011 American Psychological Association 0003-066X / 11 / $ 12.00
Vol. 66, No. 4, 290 -302 DOI: 10.1037 / a0023566

Robert
Gifford
categorías. El dragón2 familia de siete géneros con sus 29
especies se muestra en la Tabla 1.
la inacción del medio ambiente o relacionados con el
clima parece tener tres grandes fases. Genuina ignorancia
sin duda pre-cluye la adopción de medidas. Entonces, si
uno es consciente de un problema, una variedad de
procesos psicológicos puede interferir con la acción efec-
tivo. Por último, una vez que se tome alguna acción, puede
ser inadecuada debido a que el comportamiento se
desvanece, produce muy poca diferencia en la propia
huella de carbono de la persona, o es en realidad
contraproducente. Las siete categorías de bar-rreras se
ofrecen como una taxonomía de manera preliminar para
comenzar su organización y estructura del grupo.
Entonces, ¿qué son estos dragones de la inacción que
frustran las metas ampliamente aceptadas, pero difícil de
alcanzar la neutralidad de carbono antropogénico y la
sostenibilidad del medio ambiente?
La cognición limitada
Los seres humanos son famosos menos racional de una vez
cree (H. Simon, 1957; Tversky y Kahneman, 1974). Esto
es tan cierto para pensar sobre el cambio climático, ya que
se encuentra en otros dominios. Algunas maneras en las
que el pensamiento individual no es completamente
relación-nal y por lo tanto actúa como una barrera a la
mitigación y seguimiento adaptación.
cerebro antigua. El cerebro humano no ha
evolucionado tanto en miles de años. En el momento en que
llegó a su desarrollo físico actual, antes del desarrollo de la
agricultura, nuestros ancestros se centraron principalmente en
la banda de inmediato, los peligros inmediatos, los recursos
explotables, y el tiempo presente (por ejemplo, Ornstein y
Ehrlich, 1989). Ninguno de los que son naturalmente
compatibles con que se trate, en el siglo 21, sobre el cambio
climático global, que es lento, generalmente distante, y sin
relación con la presente bienestar de nosotros mismos y
nuestros seres queridos. Obviamente, nuestra
antiguo cerebro es capaz de hacer frente al cambio
climático global, pero al hacerlo no es fácil.
Ignorancia. Para algunos, la ignorancia puede ser
una barrera a la acción de dos formas generales: no saber
que existe un problema y no saber qué hacer una vez que
uno se da cuenta del problema. La mayoría de las
encuestas (por ejemplo, Centro de Investigación Pew,
2006) encuentran que una proporción de los encuestados
respondió “no sé” a las preguntas sobre el cambio
climático. Incluso hoy en día, algunas personas en todo el
mundo siguen siendo totalmente conscientes del cambio
climático como un problema. Obviamente, este segmento
de la población mundial no es probable que tome una
acción deliberada para mejorar el cambio climático. 3
La segunda dimensión de la ignorancia, que se
encuentra entre la proporción mucho mayor de la
población mundial que es consciente del problema, se
caracteriza por una falta de Conocimiento de borde sobre
la causa y el grado de cambio climático (por ejemplo,
Bord, O'Connor, y Fisher, 2000). Esta falta conduce a
igno-rancia sobre (a) las acciones específicas a tomar, (b)
la forma de llevar a cabo acciones de los cuales uno es
consciente, y (c) los efectos beneficiosos rela-tivo de las
diferentes acciones. Teniendo en cuenta que la mayoría de
las personas no son expertos técnicos, por lo general no
tienen ni conocen la magnitud relativa de los impactos
beneficiosos de diversas acciones.
Tal conocimiento se está desarrollando, y en términos
generales sabemos lo que debe hacerse (por ejemplo,
Dietz, Gardner, Gilligan, Stern, y Vandenbergh, 2009;
Gardner y Stern, 2008). Sin embargo, todavía queda
mucho por aprender, incluso para los expertos técnicos, en
parte porque las respuestas no son siempre univer-sal (por
ejemplo, una mejor práctica en Nueva York no puede ser
una buena práctica en Vancouver) o evidente (por ejemplo,
Nueva Zelanda-levantó cordero comido en el Reino Unido
tiene una huella de carbono menor que cordero planteado
en el Reino Unido comido en el Reino Unido) y en parte
porque el ciclo de vida anales-yses de productos son
complejos, en parte debido a la gran cantidad de
ingredientes o partes componentes en muchos productos
com-mercial (cf. Goleman, 2009). Generalizada (pero
comprensible) ignorancia sobre el diferencial efectiva-dad
de opciones de comportamiento amortigua de forma
natural la adopción de medidas relacionadas con el clima.
Otra fuente de incertidumbre deriva de mixtos MES
sabios en los medios de comunicación. Por supuesto, muchos
de estos mensajes se simplifican comprensiblemente
traducciones de informes científicos, hechos de buena fe por
la prensa. Otros aparentemente son los intentos de socavar la
ciencia por parte de grupos con un bien financiados
2
En la mitología, dragones adquieren una gran variedad de formas, y los
dragones asiáticos son incluso benévola, como supe de una mujer de edad
avanzada educado en una audiencia de Sapporo. Sin embargo, como un
occidental, utilizo dragones como una metáfora de estos obstáculos porque no
importa cuál sea su forma o figura, dragones occidentales siempre parecen
estar bloqueando los seres humanos de alguna meta o aspiración. Tal vez otro,
menos evidente, pero complementaria, razón de esta elección se encuentra
dentro de la propia palabra: Las barreras son un “arrastre” progreso.
3
Algunos comportamientos ayudan a mitigar el cambio climático,
incluso cuando eso no es el objetivo de la persona. Por ejemplo, se podría
montar en bicicleta al trabajo por razones de salud o para ahorrar dinero,
o se podría evitar volar con el fin de pasar más tiempo con la familia de cumplimiento de su propia meta (para recoger la miel), que, sin saberlo,
uno (cf. Whitmarsh, 2009). En contraste con los dragones, he llamado a cumplen otra meta valiosa (polinización).
estos “abejas”, ya que, como esos insectos muy valiosas, en el marco del

Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist 291

 audiencia sobre el cambio climático o el medio ambiente con
tabla 1 demasiada frecuencia, sobre todo si el mensaje no es
Las barreras psicológicas a la mitigación del
cambio climático y adaptación
barrera psicológica general manifestación específica

cognición limitada cerebro antigua

Ignorancia
entumecimiento ambiental
Incertidumbre
descuento crítico
sesgo de optimismo
Control conductual percibido/
autoeficacia
ideologías visiones del mundo
poderes sobrehumanos
Technosalvation
la justificación del sistema
Las comparaciones con
los demás Comparación social
Las normas sociales y redes
desigualdad percibida
Costos hundidos Inversiones financieras
el impulso de
comportamiento
valores en conflicto, las
metas y
aspiraciones
Discredence Desconfianza
programa percibida
insuficiencia
Negación
Resistencia reactiva
riesgos percibidos Funcional
Físico
Financiero
Social
Psicológico
Temporal
comportamiento limitado tokenismo
Efecto rebote

interés en la producción y el uso de gases de efecto

invernadero (por ejemplo, Hoggan, 2009).
adormecimiento del medio ambiente. Cada
environ-ment se compone de más señales y elementos de
individ-UALs enteramente pueden supervisar, por lo que
asistir a entornos selectivamente. Por lo tanto, las personas
no son conscientes de la gran parte de su entorno físico, en
particular los aspectos que causan ninguna dificultad
inmediata, pero a veces incluso aspectos de la misma que
les están causando por lo menos leves dificultades
(Gifford, 1976). El cambio climático es igual que la de
muchos ciudadanos: una atención inmediata fuera fenoma-
no, ya que no está causando dificultades personales
inmediatos. Mitigación y comportamientos ADAP-tivo
son poco probables si este es el caso.
Una segunda forma de entumecimiento ambiental se
produce en el otro extremo del espectro de estímulo. Cuando
los espectadores han visto el mismo anuncio varias veces, la
atención a que se reduce a medida que aumenta la habituación
(Belch, 1982; Burke y Edell, 1986). Del mismo modo, la
variada, puede conducir a un adormecimiento al mensaje y
conse-quent atenuación de comportamientos útiles que
haría Amelio-tasa de los problemas.
Incertidumbre. La investigación experimental
sobre los recursos dilemas demuestra que la incertidumbre
percibida o real reduce la frecuencia de la conducta pro-
ambientales (por ejemplo, de Kwaadsteniet, 2007; Hine y
Gifford, 1996). Los individuos tienden a interpretar
cualquier signo de incertidumbre, por ejemplo, en el
tamaño de un fondo de recursos o la velocidad a la que se
regenera el recurso, como razón suficiente para cosechar a
una velocidad que favorece el interés propio en lugar de la
del medio ambiente. La incertidumbre sobre el cambio
climático también bastante probable func-ciones como
justificación para la inacción o acción pospuesta
relacionada con el cambio climático. En el contexto del
cambio climático, las presentaciones de las frases del
grado de confi-dencia muy cuidadosamente seleccionadas
(tales como “probable” o “muy probable”, p. 3) del citado
informe de 2007 del Grupo de las Naciones Unidas
INTERGUBERNAMENTAL-namental en Cambio
climático (IPCC) llevó a muchos individuos para
interpretar las frases que tienen un lihood como por debajo
de lo que los expertos del IPCC destinados (Budescu,
Broomell, y Por, 2009).
Por lo tanto, los esfuerzos bien intencionados por el
cambio climático cien- SCIEN bastante para caracterizar el
grado de certeza sobre el cambio climático parecen
conducir a una subestimación general del riesgo del
cambio climático por parte del público no especializado.
Sin embargo, la realidad científica y ética es que un cierto
grado de incertidumbre es un elemento ineludible de
cualquier modelo- climático o cualquier modelo, para el
caso. Por lo tanto, el clima sci-entists se quedan con un
problema muy desconcertante: la manera de presentar la
probabilidad de resultados del cambio climático
292
Psychologist
honestamente sin promover el optimismo equivocada por
parte del público no especializado, que por supuesto ayuda
a justificar la falta de acción por parte de la opinión
pública.
descuento crítico. Descontando en este sentido se
refiere a la infravaloración de riesgos distantes o futuras.
Un estudio reciente de más de 3.000 encuestados en 18
países encontró que los individuos en 15 de los países
creían que las condiciones ambientales son peores en
lugares distintos del suyo (Gifford, Scannell, et al., 2009).
Este estudio y otros (por ejemplo, Uzzell, 2000)
demuestran que espaciales dis-conteo de los problemas
ambientales se produce. Aunque con-diciones menudo
pueden ser objetivamente peor en otras áreas del globo,
esta tendencia se produce incluso en lugares objetivamente
similares, como entre los habitantes de los pueblos
ingleses unos pocos kilómetros de distancia (Musson,
1974). La gente también tiende a dis-Count futuros riesgos
medioambientales, aunque no tan uniformemente como
riesgos en algunos otros dominios (por ejemplo,
Hendrickx y Nicolaij, 2004) y menos de otros riesgos
(Gattig y Hendrickx, 2007). La apreciación errónea del
riesgo puede ser aún peor para el riesgo ambiental general,
que puede ser en realidad ago-mentado en lugar de
descuento; que se espera que sea peor en 25 años que en la
actualidad en prácticamente todos los países, a nivel local,
nacional y global (Gifford, Scannell, et al., 2009). Sin
embargo, si las condiciones se supone que son peores en
otro lugar y después, se puede esperar que las personas que
tienen menos motivación para actuar contra el cambio
climático a nivel local y en el presente.
Los sociólogos se ocupan de juvenil antisocial ser-
comporta- proponen otra forma de descuento de más de la
mitad de una
Mayo-Junio 2011 ● American
Hace siglo, la teoría de neutralización (Sykes y Matza, pro del medio ambiente son muy fuertes barreras para el
1957), una idea anticipada por Rudyard Kipling en las cambio de comportamiento.
líneas que se abren este artículo. En esencia, la teoría de la Visiones del mundo. Un predictor significativo de
neutralización racionalizaciones de-escribas para una disbe-Lief en el calentamiento global es la creencia en el
variedad de conductas desviadas, el objetivo de las cuales capitalismo de libre empresa
es para absolver a sí mismo de la responsabilidad.
Recientes investigaciones sobre enumeran 13 de estas
racionalizaciones (McGregor, 2008). En la medida en que
éstas se aplican a las acciones ENVI-ronmental y el
cambio climático, varias de estas técnicas de
neutralización podría ser visto como otra forma de
descuento.
sesgo optimismo. El optimismo generalmente es una
saludable Outlook, deseable que puede producir resultados
personales útiles y maravillas tecnológicas (por ejemplo, JL
Simon, 1981). Sin embargo, el optimismo puede ser
exagerado, a la detri-ción del bienestar de uno. Existen
muchas evidencias de que las personas descartan riesgos
personales, tales como la probabilidad de un ataque al
corazón (por ejemplo, Weinstein, 1980), pero también de sus
riesgos ambientales, por ejemplo, de la exposición al radón
(Weinstein, Klotz, y Sandman, 1988), otros peligros
ambientales (Hatfield y Trabajo, 2001) o, de hecho, 22
peligros (Pahl, Harris, Todd, y Rutter, 2005). Por lo tanto, se
puede predecir razonablemente que el sesgo optimista aplica a
los riesgos derivados del cambio climático, aunque los
ciudadanos del mundo no esperan que las condiciones
ambientales en general a empeorar en los próximos 25 años. .
.
pero no tan mal, donde ellos mismos viven como en otros
lugares (Gifford, Scannell, et al., 2009).
La percepción de control del
comportamiento y auto-eficacia. Debido a que el
cambio climático es un problema global, muchas personas
creen que pueden hacer nada al respecto como individuos.
Esta es la bien conocida acción colectiva prob-lem (Olson,
1965). Dicho en lenguaje psicológico, PEO-plo veces no
actúan porque perciben que tienen poco control del
comportamiento sobre el resultado (por ejemplo, Ajzen,
1991; Huebner y Lipsey, 1981) o que sus acciones no
tendrán mucho impacto (falta de auto-eficacia; Ajzen,
2002). Control del comportamiento percibido puede ser un
predictor muy fuerte (r .50 -.60) de si una persona opta por
tomar el transporte público en lugar de un coche privado
(por ejemplo, Heath y Gifford, 2002; Kaiser y Gutscher,
2003). En estrecha relación con la falta de control del
comportamiento percibido individual y la auto-eficacia es
el fatalismo, el sentido de que nada se puede hacer, no sólo
por el individuo, sino por la acción humana colectiva (cf.
Lorenzoni et al, 2007;. O'Connor, Bord , y Fisher, 1998).

ideologías

Algunos sistemas de creencias son tan amplias que

influyen en muchos aspectos de la vida de una persona.
Entre estos, al menos para algunos individuos, son puntos
de vista religiosos y políticos. Ideologías y visiones del
mundo (por ejemplo, Dietz, Dan, y Shwom, 2007; Dun-
vuelta, Van Liere, Mertig, y Jones, 2000; O'Connor, Bord,
y Fisher, 1999) que encarnan creencias que chocan con la
mitigación del cambio climático y otras formas de acción
(Por ejemplo, Heath y Gifford, 2006). El capitalismo
claramente ha pro-ducido un estilo de vida acomodado
para millones de personas, pero algunos aspectos de la
misma, tales como la creencia en la libertad de los com-
Mons (Hardin, 1968), han llevado a la devastación de
pescado erie, bosques, y paisajes de todo el mundo. Tener
una participación importante en algunas organizaciones no
es compatible con la adopción de conductas atenuantes
(por ejemplo, Dunlap & MC-Cright, 2008).
poderes sobrehumanos. Algunas personas
toman poco o ninguna acción relacionada con el clima
porque creen una deidad reli-giosa o de la madre
naturaleza (como una deidad secular), o bien no los
abandonaré o hará lo que desea de todos modos. Por
ejemplo, los investigadores que entrevistaron a dos grupos
de Pa-especí- isleños que viven en atolones de muy baja
altitud amenazados por el aumento del nivel del mar
encontraron que un grupo ya está persiguiendo-pur un
terreno más alto en Australia; el otro grupo, la confianza-
ción que Dios no va a romper la promesa bíblica no volver
a inundar la Tierra de nuevo después de la inundación que
Noé y su entorno soportaron, cree que el aumento del nivel
del mar no les afectará, ya que habrá “fuego próxima vez”
( Mor-Treux y Barnett, 2009). Los individuos más
seculares algunas veces expresan la creencia de que la
madre naturaleza va a tomar un curso de simples mortales
no pueden influir. Naturalmente, la falta de acción en el
frente climático se desprende de estas creencias.
Technosalvation. innovación mecánica tiene una
larga y admirable historia de la mejora del nivel de vida.
Aquellos que ven su promesa de ser un socio en la
mitigación del cambio climático (por ejemplo, Gifford,
2008; Terwel, Harinck, El-lemers, y Daamen, 2009) o
incluso como algo cercano a la solución esencial (por
Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist
ejemplo, JL Simon, 1981) Compartir su creencia en su
promesa con algunos que van más allá y creen que la
tecnología por sí sola (o casi solo) puede resolver los
problemas asociados con el cambio climático (por
ejemplo, los ciudadanos citados en Lorenzoni et al., 2007).
Algunos expertos apoyan firmemente la geoingeniería
como una herramienta en la lucha contra el calentamiento
global. Una organización que apoya firmemente la
Institución es el Reino del Rey-dom de Ingenieros
Mecánicos (2009), cuya corriente arriba dos soluciones de
geoingeniería son para crear árboles artificiales y de los
edificios de la capa con las algas. Sin embargo, incluso la
Institución de Ingenieros Mecánicos aboga por la
geoingeniería en concierto con la corriente principal de
mitigación pol-diamantes. Sin embargo, para algunos
ciudadanos, creencias exceso de confianza en la eficacia
de la tecnología parecen servir como una barrera a su
propio comportamiento climático de mitigación.
la justificación del sistema. Otro sistema de
creencias ha sido descrito como la justificación del
sistema, la tendencia a defender y justificar el statu quo
social (Feygina, Jost, y Goldsmith, 2010). Cuando los
ciudadanos tienen la suerte de tener un estilo de vida
confortable, la tendencia a no “mover el bote” o, quizás
más importante, para no tener que otros cambian las cosas
funcionan actualmente, crece. Una vez más, el cambio
climático requerirá ajustes; justificadores del sistema,
naturalmente, no adoptarán con entusiasmo las acciones de
mitigación. Es interesante, sin embargo, que Feygina et al.
(2010) demostraron que si la mitigación puede ser
representado con éxito como parte del sistema, esta falta
de acción por parte de justificadores del sistema puede
cambiar.
293
Las comparaciones con otras personas las inversiones de dinero, tiempo y patrones de
comportamiento son útil- a menos que sean perjudiciales
Los seres humanos son animales muy sociales; la para el medio ambiente o el clima (por ejemplo, Cunha y
comparación de la propia situación con la de los demás es Caldieraro, 2009; Leahy, 2009).
una tendencia profundamente arraigada. Esta comparación
puede tomar varias formas.
Comparación social. La gente compara de forma
rutinaria sus acciones con las de los demás (Festinger,
1954) y derivar las normas subjetivas y descriptivos de sus
obser-vaciones acerca de lo que es el curso “adecuada” de
la acción (por ejemplo, Heath y Gifford, 2002). Esta
tendencia se reconoce en la teoría de la conducta
planificada (Ajzen, 1991) y el modelo de valor-creencia-
norma (Stern, 2000), entre otras teorías, y se ha aplicado a
muchos comportamientos y las intervenciones pro-
ambientales (por ejemplo, Biel y Thogersen, 2007;
Cialdini, 2003).
Las normas sociales y redes. Las normas son de
diez citado como una fuerza potencial para el progreso en
temas ambientales, y que puede ser (Thøgersen, 2008),
pero también pueden ser fuerzas de retroceso. La potencia
de doble filo de las normas se puso de manifiesto en un
estudio del uso de la energía residencial. Cuando los
propietarios se les dijo la cantidad de energía que los
miembros de la media de su comunidad utilizan, tendían a
alterar su uso de la energía para adaptarse a la norma
(Schultz, Nolan, Cialdini, Goldstein, y Griskevicius,
2007), es decir, decreas-ción o el aumento de su consumo
de energía en consecuencia. Afortunadamente, los
investigadores descubrieron que los aumentos podrían ser
pre-ventilados dando a los usuarios de baja energía de
retroalimentación positiva sobre el uso de menos energía.
Las normas también pueden desarrollarse a través de las
redes sociales en los barrios o lugares de trabajo. Una vez
más, estos pueden ser negativos en el sentido de que los
patrones de comportamiento puede anticlimate patrones
domi-nate, pero ProClimate puede también. Rogers (1983)
doc-umented un caso en el que el mapeo de quién habló con
quién y mapeo de la proximidad vivienda se combinaron para
explicar por qué 7 de 44 residentes (16%) instalado paneles
fotovoltaicos en sus hogares (mucho más que la media
nacional del 1% ). Las redes sociales pueden ser poderosas
influencias de mitigación.
desigualdad percibida. Percibida (in) equidad es de
diez oído como una razón para la inacción: “¿Por qué debería
cambiar si no van a cambiar?” Por lo general, las cifras
conocidas, otros sectores económicos, o de otras naciones se
citan como no Cooper-Ating , que sirve como una
justificación para la no acción. El temor a ser víctima de los
oportunistas (Kerr, 1983; Olson, 1965) sirve como una
barrera para algunos individuos, que preguntan por qué
deberían contribuir comportamiento responsable a la causa
del cambio climático cuando (temen) que otros no. En
dilemas de recursos experimentales, cuando no existe ningún
tipo de inequal-dad o desigualdad (real o percibida), la
cooperación tiende a disminuir (por ejemplo, Aquino, Steisel,
y Kay, 1992).

Costos hundidos
Si las personas cambian sus comportamientos y lealtades
muy a menudo, su vida sería más desordenado de lo que
deseaban, y menos tiempo y esfuerzo estaría disponible
para perseguir objetivos se considere valiosa. Por lo tanto,
 Inversiones financieras. Una vez que se ha
invertido en algo, prescindiendo de que es más difícil de lo
que hubiera sido si uno no invertido en ella (por ejemplo,
Arkes y Hutzel, 2000; Knox y Inkster, 1968). El cardenal-
plo examen en este contexto podría ser la propiedad de
automóviles. Si uno ha comprado un coche y ahora está
pagando por su seguro de monitoreo y su depreciación,
¿por qué este salón portátil acogedora, con sus muchos
beneficios percibidos (cf. Reser, 1980), puede dejar en el
camino de entrada? La gente en general son la pérdida de
aversión y no desean ver que el gasto “tirado” con el fin de
comenzar a montar en bicicleta o usar el transporte
público. Econ-omists señalan que la elección racional es
prescindir del costo hundido y avanzar, pero la mayoría de
la gente elige en lugar de aferrarse a la inversión costo
hundido, al menos hasta que sus desventajas se vuelven
demasiado doloroso.
Si una persona tiene una participación financiera
directa en la industria de los combustibles fósiles, la
disonancia cognitiva (Festinger, 1954) puede ser resultado
de la audiencia que la quema de estos combustibles daña el
medio ambiente se. La disonancia cognitiva menudo es
más fácil de reducir a cambiar de opinión ( “quema de
estos combustibles no está causando un problema”) que al
cambiar el comportamiento de uno (por la eliminación de
uno de las inversiones en combustibles fósiles o dejando el
puesto de trabajo en esa industria). O, como BF Skinner
(1987) comentó: “A menudo es más fácil escapar en otra
formas- al ignorar u olvidar el asesoramiento o mediante la
búsqueda de una vía de escape que no requiere la solución
del problema” (Pág. 5).
el impulso de comportamiento. William James
(1890) llama hábito el “enorme volante de inercia de la
sociedad” (p. 121), a pesar de que esta estabilidad vista de
la acción en términos positivos como un mecanismo por el
cual la sociedad permanece ordenó en lugar de caótica. En
el contexto del cambio climático (y algunos otros
294
Psychologist
contextos de comportamiento), el hábito es menos benigno
(Ouel-Lette & Wood, 1998).
El hábito puede que no sea una barrera glamour, pero
puede ser uno de los más importantes para la mitigación de
los efectos del cambio climático (por ejemplo, Hobson,
2003) debido a que muchos comportamientos hábito-UAL
son extremadamente resistentes al cambio permanente (por
ejemplo, los hábitos alimentarios), y otros sólo se cambian
lentamente, durante décadas (por ejemplo, las tasas de
tabaquismo y el uso de los cinturones de seguridad) (Maio
et al., 2007). Enclavado hábitos no cambian sin un empuje
sustancial; cebado e incluso el cambio Atti-tud menudo no
dan lugar a un cambio de comportamiento. Por haps
porque acertadamente expresa el sentido de la variación en
la resistencia al cambio, los conductistas han utilizado el
término impulso ser-havioral (Nevin, Mandell, y Atak,
1983).
Algunos comportamientos que forman las piezas
clave de la contribución humana al cambio climático (por
ejemplo, el uso de automóviles) tienen un gran impulso de
comportamiento y por lo tanto son muy difíciles de
cambiar (por ejemplo, Bamberg, Ajzen, y Schmidt, 2003;
Carrus, Passafaro , y Bonnes, 2008; Eriksson, Gar-Vill, y
Nordlund, 2008), aunque el cambio de la conducción
Behav-ior no es imposible (por ejemplo, Matthies,
Klöckner, y Preissner, 2006). Por ejemplo, obligando a los
conductores de automóviles temporalmente a usar modos
alternativos de viaje ha inducido una reducción a largo
plazo en el uso del automóvil (por ejemplo, Fujii y
Garling, 2003).
valores en conflicto, metas y aspiraciones.
Toda persona tiene múltiples objetivos y valores, y estos
no son todos compatibles ya sea entre sí o con la
mitigación del cambio climático (por ejemplo, Lindenberg
y Steg, 2007; Nord-
Mayo-Junio 2011 ● American
Lund y Garvill, 2002; Schwartz, 1992; Stern, 2000; Vining general de confianza en el otro, a la creencia de que lo que
& Ebreo, 1991). favor de los valores ambientales INFLU- las otras ofertas es inadecuada, a la negación pura y simple
cia positiva, al menos, la disposición a aceptar las políticas de la veracidad de las creencias del otro, a la reactancia en
de cambio climático (McCright, 2009; Nilsson, von contra del consejo del otro seguimiento ing.
Borgstede, y Biel, 2004; O'Connor, Bord, Yarnal, y
Wiefek, 2002), pero no son siempre son compatibles con
otros valores, otros objetivos y otras aspiraciones que
inevitablemente conducen a la producción de más gases de
efecto invernadero.
La aspiración de “salir adelante” a menudo significa la
participación en acciones que van en contra del objetivo de
reducir uno de los impactos del cambio climático: la compra
de una casa más grande, volando por elección, o conducir un
coche más grande. Que los valores y las metas ambientales
con frecuencia son subsidiarias de otros valores y objetivos
que se revela cuando se pide a la gente para clasificar la
importancia del cambio climático mejora frente a la de otros
problemas o preocupaciones: Asignan el cambio climático
baja importancia (por ejemplo, Leiserowitz, Kates, y Parris,
2005). La adopción de una frase utilizada por primera vez por
Smillie y HELMICH (1999) para describir el apoyo público a
la ayuda externa, Vasi (2009) caracteriza el apoyo público
para el desarrollo sostenible y las acciones necesarias para
reducir el cambio climático como “una milla de ancho, pero
una pulgada de profundidad.” esta caracterización es
consistente con los resultados de un Centro de Investigación
Pew Proy-ect encuesta que informó que hasta el 75% - 80%
de los encuestados en Estados Unidos dijo que el cambio
climático es una cuestión importante a pesar de que la
colocaron 20 entre los 20 temas estudiados ( “Calentamiento
con el tema “, 2009). En suma, muchos ciudadanos “no se
parecen a la mente abordar el coste económico del cambio
climático, con tal de que no sale de su propio bolsillo” ( “El
calentamiento con el tema,” 2009, p. 4).

(Falta de) el apego al lugar. Los individuos

pueden Es más probable que cuidar a un lugar al que se
sienten apego que para aquella a la que no se adjuntan. Si
es así, el apego al lugar más débil debe actuar como un
obstáculo para el comportamiento del clima positivo, y se
esperaría que las poblaciones con una historia de la
movilidad geográfica a preocuparse menos por sus
entornos actuales. La evidencia de esto predic-ción es
mixta: el apego al lugar es a veces (Vorkinn y Riese,
2001), pero no siempre (. Clayton, 2003; Gifford, Scan-
nell, et al, 2009; Uzzell, Pol, y Badenas, 2002) asociado
con el comportamiento pro-ambiental. El papel del lugar
adjuntar-ment es probable que sea compleja, pero
probablemente actúa como un impedimento a la acción en
algunas poblaciones, como quizás se indica por la
oposición local a los parques eólicos en algunas áreas,
incluso cuando hay un fuerte apoyo para otros pro-Environ
mental políticas. Por ejemplo, basado en la naturaleza del
apego al lugar, pero no basada en el apego al lugar cívica
parece estar relacionada con el comportamiento pro-
ambiental (Scannell y Gifford, 2010; Vaske y Kobrin,
2001.

Discredence
Cuando los individuos tienen las opiniones de los demás
en una luz negativa, es poco probable que tomar la
dirección de esos otros. Estos puntos de vista negativos
pueden adoptar diversas formas que van desde una falta
 Desconfianza. La confianza es esencial para la
relación-naves saludables. Cuando está ausente, ya que a
veces se encuentra entre los ciudadanos y sus científicos o
funcionarios del gobierno, la resistencia de una forma u otra a
continuación. La confianza se daña fácilmente, y cuando los
correos electrónicos son robados y citó de forma selectiva, o
de un solo científico overeager exagera el futuro cambio
climático fuera viene incluso en una región, la desconfianza
generalizada puede ser creado. La confianza es importante
para el cambio de comportamiento, y aunque su papel como
una influencia en el comportamiento pro-ambiental es
compleja (Gifford, 2007a), en general, el cambio de
comportamiento requiere que uno confiar en los demás, no
para aprovecharse; confiar en que el cambio es efectivo,
valioso, y equitativo (por ejemplo, Brann y Foddy, 1987;
Foddy y Dawes, 2008); y confiar en que el otro tiene motivos
de servicio público y es honesto (Terwel et al., 2009). En
suma, cuando la confianza se deteriora, la probabilidad de
adoptar un comportamiento positivo cambio climático
disminuye.
La percepción de insuficiencia programa. Los
responsables políticos han considerado e implementado
muchos programas diseñados para fomentar decisiones be-
comporta- sostenibles o el clima. Sin embargo, la mayoría
de los programas relacionados con el clima hasta la fecha
son de carácter voluntario para los individuos; pocos son
obligatorias o están respaldados con las sanciones
impuestas por incumplimiento. De este modo, los
ciudadanos eligen si acepta la oferta, ya menudo deciden
que el programa no es lo suficientemente bueno para su
participa-ción (cf. Pelletier, Dion, Tuson, y verde-Demers,
1999). La disonancia cognitiva puede ocurrir aquí como en
todas partes; puede ser más fácil de cambiar de opinión
acerca de la idoneidad de un programa que cambiar el
comportamiento de uno mediante la participación en el
programa.
Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist
Negación. La incertidumbre, la desconfianza, y los
costos irrecuperables puede fácilmente conducir a la
negación activa del problema (por ejemplo, Norgaard,
2006). Esto puede incluir la negación de que el cambio
climático está ocurriendo, que no tiene ninguna causa
antropogénica, o las propias acciones de uno que juega un
papel en el cambio climático. Las encuestas varían, pero
las minorías sustanciales de la gente en la mayoría de
países creer que el cambio climático no está ocurriendo o
que la actividad humana tiene poco o nada que ver con él
(McCright y Dunlap, 2010).
Los titulares de este punto de vista tienden a ser muy
franco en proporción a los que aceptan que existe un
problema. Por ejemplo, una historia de noticias en EE.UU.
Hoy en día acerca de varias presentaciones ENVI-
ronmental en la American Psychological Como-sociación
(APA) 2008 convención en Boston (Jayson, 2009) atrajo
115 respuestas de los lectores. Un análisis de contenido no
estructurado de los comentarios que Sonya Frey y lo llevan
a cabo mostró que cerca de 100 de las respuestas niega
esencialmente que el problema existe; dos explicaciones
típicas eran que el cambio climático es un problema
inventado por “científicos que están pur-demandando una
cuestión fantasma” y que los científicos están haciendo
caso omiso de investigación “probar” el problema se
sobreestima o no existe. Uno de los comentarios de los
lectores son típicos de la intensidad emo-cional
experimentado por algunos negadores:
Se calcula que un grupo de psicólogos tienen que meterse con las
cabezas de la gente para conseguir que caen en línea con este
disparate “respetuoso del medio ambiente”.
. . . “Las noticias que proporcionaron una visión equilibrada del
cambio climático reducida creencias de las personas que los seres
humanos tienen la culpa.” Sí, no hay nada más que los locos
Enviro-odio que la transmisión de noticias equilibrada.
295
 Una muestra de 115 comentarios no es representativa el retorno de la inversión? Si el producto se convierte en
de la población, pero refleja los puntos de vista de una seg- una parte fija de una residencia (por ejemplo, paneles
ment voluble de la sociedad. Al enterarse de informe de solares), hará el señor recuperar los costos de instalación o
cambio climático grupo de trabajo de la APA (Grupo de acumular suficientes ahorros de energía antes de pasar?
Trabajo de la Asociación Americana de Psicología en la Ese precio de compra de PHEV probablemente incluye
interfaz entre la psicología y el cambio climático global, una prima sobre el gas equivalente
2009), el presentador de un popular programa en una red
líder de televisión de Estados Unidos levantó una copia de
Un mundo feliz de Aldous Huxley y dijeron: “Los
psiquiatras están tratando de lavar el cerebro de nuevo.”
Estas declaraciones sugieren que la emoción,
incluyendo el miedo, juega un papel importante en la
negación. Se necesita más investigación sobre los
elementos emocionales que subyacen a la negación del
cambio climático y sus conexiones humanas; que ayudaría
en el diseño de formas más eficaces de comunicar el
cambio cli-mate (Comeau y Gifford, 2011;. Marx et al,
2007; Moser, 2007).
teoría de la gestión de terror (por ejemplo,
Goldenberg, Pyszc-zynski, Greenberg, y Solomon, 2000)
sugiere que las personas pueden negar el problema, ya que
es un recordatorio de su mortalidad (Vess y Arndt, 2008).
Resistencia reactiva. Una amplia evidencia
sugiere que muchos gente desconfía de los mensajes que
provienen de los científicos o los funcionarios gov-
ernment (por ejemplo, Earle, 2004; MacGregor, Slovic,
Mason, y Detweiler, 1994). Algunos reaccionan
fuertemente en contra del consejo o política que parece
amenazar su libertad (Brehm, 1966), en parte porque se
basa en una falta de confianza en los que dan el consejo o
conjunto la política (Eilam y Suleiman, 2004). Entre otros,
los que tienen un interés en la industria de los
combustibles fósiles han estado buscando, cada vez con
mayor éxito (Newport, 2010), para promover la
desconfianza del consenso scien-tífica sobre el cambio
climático y crear oposición a la mitigación (cf. Hoggan,
2009; McCright 2007; Oreskes y Conway, 2010).

Riesgo percibido
Lo que podría ocurrir a las personas que consideran que el
cambio de un comportamiento como un paso hacia la
reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero
o la mejora de sus acciones relacionadas con el medio
ambiente? El cambio de comportamiento (de cualquier
tipo) potencialmente tiene al menos seis tipos de riesgo
(Schiffman, Kanuk, y Das, 2006).
riesgo funcional. ¿Funcionará? Si uno compra, por
ejemplo, un plug-in vehículo eléctrico (PHEV) puede,
como una nueva tecnología, tienen problemas de la
batería. Lo mismo podría decirse de muchas nuevas
tecnologías verdes que ahora existen o se han propuesto
como mitigadores o soluciones adaptativas.
riesgo físico. Algunas adaptaciones pueden tener, o
por lo menos ser percibido como teniendo, algunos
peligros asociados con ellos. Es esta PHEV (por ejemplo)
como accidente de fallos como el vehículo deportivo
utilitario que se comercializa en comprar el PHEV? Por
poner otro ejemplo, bicicletas queman prácticamente no
hay gases de efecto invernadero después de que se
fabrican, pero dan como resultado un buen número de
visitas a las salas de emergencia.
Riesgo financiero. Muchas de las soluciones
verdes requieren gastos de capital. ¿Por cuánto tiempo es
vehículos motorizados; será el dinero gastado compra y
oper-Ating que se pierda?
El riesgo social. Otros notan muchas de nuestras
decisiones; se convierten en parte de nuestra imagen
pública. Esto deja a uno abierto al juicio por los amigos y
los colegas de uno, lo que podría conducir a daños en el
ego de uno o reputación: Si compro un PHEV, serán estas
personas significativas reírse o burlarse de mí, se burlan de
mis espaldas? Pueden invocar a cualquiera de los tres
primeros riesgos como mi fracaso a tener en cuenta
cuidadosamente.
riesgo psicológico. Este riesgo, que de cerca sigue
el cuarto, tal vez es menos probable que la mayoría de la
gente pero puede ocurrir. Si uno es molestado, criticaron, o
incluso reprendió por uno de los otros significativos para
la compra de la PHEV, se corre el riesgo de sufrir daños a
la propia autoestima y confianza en sí mismo.
riesgo temporal. Una más común, quizá al-más
universal, el riesgo es el potencial que el tiempo dedicado
a la planificación y la adopción de la nueva línea de acción
podría no producir los resultados deseados. La mayoría de
la gente, se supone, pasarían una cantidad no trivial de
tiempo para decidir si comprar un PHEV, decidir si
convertirse en un vegetariano, la planificación de cómo
andar en bicicleta a las actividades del día, o hacer
cualquier otra opción de mitigación significativa. Si la
elección no producen los beneficios deseados, el tiempo
dedicado a la investigación y la compra de artículos que
intervienen en la elección comportamiento relacionado con
el cambio climático se habrá desperdiciado.
Comportamiento limitada
Muchas personas se dedican a la acción, al menos, un
mínimo que ayuda a limitar la emisión de gases de efecto
invernadero. Algunas personas son mucho más activos que
296
Psychologist
otros. Sin embargo, la mayoría de la gente podría hacer
más de lo que están haciendo, y en algunos estudios piloto,
casi todo el mundo está de acuerdo en que no podían hacer
más. Dos formas principales de esta tendencia son
meramente simbólica y el efecto rebote.
Formulismo. Una vez que las personas se mueven
más allá adormecimiento-Environ mental, la negación, el
descuento de juicio, el hábito y el riesgo percibido y creen
que tienen algún control Behav-ioral y la sensación de que
su propia comunidad, a la que se sienten un poco de
accesorio (naturales), que podría ser una amenaza -ened,
pueden finalmente comenzar a participar en el cambio
ProClimate ser-havioral. ¿Qué cambios son más probable?
Algunos comportamientos relacionados con el clima son
más fáciles de adoptar que otros, pero tienen poco o
ningún impacto sobre las emisiones de gases de efecto
invernadero. Sin embargo, su facilidad de adopción
significa que estas acciones tienden a ser elegidos por las
acciones de costes pero más efectivas más altas. Esta
tendencia también se ha llamado la hipótesis de bajo costo
(por ejemplo, Diekmann y Preisendorfer, 1992; véase
también Kempton, Harris, Keith, y Weihl, 1985).
intenciones pro-medio ambiente puede no corresponder
con el pro-impacto ambiental (Stern, 2000).
El efecto rebote. Un problema adicional con
Inicialmente opciones ProClimate es el efecto rebote.
Después se hace un poco de esfuerzo atenuante, los logros
obtenidos son Dimin-ISHED o suprimidos por las acciones
posteriores. Por ejemplo, per-hijos que compran vehículos
de bajo consumo pueden conducir más lejos de lo que lo
hicieron cuando eran dueños de los vehículos menos
eficientes. El fenómeno también se ha llamado la paradoja
de Jevons (Jevons, 1865) y el postulado Khazzoom-
Brookes
Mayo-Junio 2011 ● American
(Brookes, 1990; Khazzoom, 1980). El efecto rebote se la intervención, de la siguiente manera: Definir (D) la
demostró en un estudio reciente dilema de recursos en la conducta objetivo a ser cambiado; observar (O) la
que los participantes que habían sido advertidos por la conducta objetivo; registro (R) la tasa de ocurrencia de la
disminución de los recursos restringidos sus cosechas conducta; intervenir (I) con una
durante un par de temporadas, pero luego volvieron a los
niveles de alarma previa al poco tiempo (Joireman, Posey,
Truelove, y Parques de 2009 ).

Hacia una taxonomía de las

barreras psicológicas para el
cambio de comportamiento
Los modelos existentes
El conjunto anterior de barreras clama por la organización.
No existe tal taxonomía o modelo de investigación se ha
desarrollado específicamente para construcciones
relacionadas con el clima, aunque algunos arranques muy
tentativas se han hecho (Gifford, 2008; Koll-muss y
Agyeman, 2002; Lorenzoni et al., 2007). En términos de
modelos formales, los más cercanos fueron desarrollados para
otros fines, aunque pueden ser utilizados para la investigación
del cambio climático. El más conocido de estos modelos son
la teoría del comportamiento planificado (TPB; Ajzen, 1991)
y el modelo del valor-creencia-norma (VBN) (Stern, 2000).
El modelo básico TPB incluye las normas subjetivas y control
percibido be-havioral y ha sido ampliamente utilizado en la
investigación sanitaria y seguridad, así como en la
investigación del medio ambiente (por ejemplo, Bamberg y
Schmidt, 2003), pero los investigadores han demostrado que
su capacidad de predicción se puede mejorar mediante la
ampliación de varias maneras (por ejemplo, Conner y
Armitage, 1998; de Groot y Steg, 2007; Haustein y Hunecke,
2007; Heath y Gifford, 2006; Kaiser, 2006). Sin embargo,
incluso las versiones extendidas de que no incluyen muchas
de las otras barreras descritas anteriormente.
(2000) VBN modelo de Stern comienza con los
propios valores. Cuanto más la biosfera y altruista, y
menos egoísta, los valores generales de uno son, más se
debe creer a los principios fundamentales del nuevo
paradigma ecológico, una visión del mundo que contempla
el planeta como un delicado, amenazado, y el sistema
interconectado, lo que conduce a la creencia de que los
actos que dañan el medio ambiente tienen consecuencias
adversas. Sin embargo, de acuerdo con el modelo VBN, la
gente todavía no actuar de una manera pro-medio
ambiente si no también creen que son capaces de reducir
esas consecuencias. Si todo esto está en su lugar, una
persona debe entonces tener un sentido de obligación y
desarrollar la norma para participar en cualquiera de los
cuatro tipos de acciones pro-ambientales: activismo
ambiental, comportamientos nonactivist públicas, privadas
comportamientos y acciones dentro de una organización.
VBN teoría también ha recibido apoyo empírico; que hace
un buen trabajo de explicar los comportamientos
ambientales nonactivist (por ejemplo, Steg, Dreijerink, y
Abra-Hamse, 2005).
Otros cuatro modelos para el cambio de
comportamiento han recibido menos atención, pero
merecen una mención. de Geller (1992) DO-RITE modelo
evita las actitudes, valores y otras construcciones mentales
en favor de un enfoque en el comportamiento observable y
programa que cambia las consecuencias de participar en ese
comportamiento; prueba (T) el impacto del programa
mediante la comparación de la frecuencia de la conducta
antes y después del programa; y evaluar (E) del programa. El
modelo de Grob (1995) se centra en los valores, la conciencia,
las emociones y la percepción de control. Pelletier et al.
(1999) centros modelo sobre indefensa-dad mundial, que
sugerían que surge de las creencias de los individuos que
carecen de estrategias eficaces para resolver el problema, la
capacidad suficiente para resolver el problema, o la capacidad
de sostener un esfuerzo suficiente para resolver el problema.
Frantz y Mayer (2009) adaptaron Latane' y Darley (1970) de
cinco etapas espectador modelo de intervención, que incluye
al tanto-dad del problema, viendo la situación como una
emergencia, sintiéndose responsable, saber qué hacer, y de
actuar.
Parsimonia Versus La integralidad
Como una familia de siete géneros que incorporan 29
especies, los dragones de la inacción plantean
implícitamente la cuestión de si los modelos existentes son
demasiado simples. Parsimonia es una virtud cardinal,
pero podría sacrificar los modelos existentes elementos
importantes en la búsqueda de esta virtud? Si la búsqueda
de una mayor comprensión y su manifestación práctica, el
poder pre-predictiva, también son virtudes, a continuación,
más miembros de la familia de dragones deben tener un
lugar en modelos y teorías de la conducta ProClimate.
Tabla 1 de la taxonomía preliminar, un conjunto más
inclusiva de barreras para el cambio, debe ser heurístico
para los investigadores, ofrecer sugerencias para modelar
los fabricantes, y ser causante de reflexión para los
políticos.
Estos dragones de la Tabla 1 no son criaturas
solitarias. Ciertamente interactúan. De hecho, su “ADN”,
Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist
sin duda, es compartida en algunos casos. La comparación
social probablemente se relaciona con el riesgo social. La
desconfianza menudo debe ser la base de la negación.
Technosalvation bien podría presuponer percibida
inadecuación programa. desigualdad percibida
probablemente se asocia con reactancia. Sin embargo, los
constructos relacionados no son necesariamente
construcciones redundantes. Mis colegas y yo hemos
empezado a ordenar las conexiones e interacciones en esta
familia (Gifford, Iglesias, y Casler, 2009); una vez que sus
interrelaciones empíricos son más conocidos, deben
mejorar significativamente la comprensión y predicción
del comportamiento pro-y-un ticlimate. A su vez, este
aumento de la comprensión debe conducir a la promoción
de acciones positivas climáticos.
Motivación y Emoción
Aunque las formas específicas de la motivación han sido
identificados y la motivación es obviamente una dimensión
humana importante (por ejemplo, Deci y Ryan, 2000;.
Goldenberg et al, 2000), la presente hipótesis es que las
barreras, en conjunto, conducen a una desmotivación general
de actuar en formas inocuas para el clima y que su
eliminación aumentaría la motivación para actuar. Las
emociones, en la presente formulación, son vistos como
aspectos integrales de algunas barreras: El miedo,
presumiblemente, es parte de la percepción del riesgo, por
ejemplo, y la ira, presumiblemente, es parte de la reactancia,
la equidad percibida, y la justicia.
Por otro lado, la emoción no parece ser un aspecto
central de muchas otras barreras, como el hábito, Token-
ismo, el descuento, la ignorancia o el efecto rebote.
Algunos
297
la evidencia sugiere que a pesar de que los sistemas pueden ayudar a superar las barreras-Scribed revocado de
cognitivos están comprometidos por el cambio climático, este artículo:
los sistemas afectivos no son (Weber, 2006), aunque a
veces predictivo (Grob, 1995). Otra evidencia sugiere que ● Analizar las barreras específicas a nivel conductual.
afectan sólo es impor-tante, cuando la actitud de uno hacia Definir muy específicamente el comportamiento
un comportamiento pro-ambiental es débil (Smith, que es HOLD-
Haugtvedt, y Petty, 1994). Por lo tanto, en resumen, la
motivación parece ser ya sea en todas partes o en ninguna
parte, y la emoción puede ser menos importante para la
mayoría de las barreras, pero importante, si la actitud de
uno hacia el cambio climático no es fuerte.

Conclusión
Ciertas barreras estructurales clave interponen en el
camino de los cambios Behav-ioral que ayudaría a limitar
el cambio climático, pero muchas barreras psicológicas
siguen siendo para las personas que no se enfrentan a
barreras estructurales rígidos. Muchas personas ya están
tomando medidas en respuesta a los desafíos del cambio
climático, pero muchos otros se ven obstaculizados por
una o más de estas barreras a la acción. Las barreras
estructurales deben ser retirados por las fuerzas tales como
la legislación y la renovación urbana, pero esta acción no
es probable que sea suficiente. Psicólogos y otros
científicos sociales tienen un papel importante que jugar si
las muchas barreras psicológicas son que hay que superar
(por ejemplo, Gifford, 2007b, 2008; Spence, Pidgeon, y
Uzzell, 2009; Vlek, 2000).
La investigación y la práctica son necesarios para
examinar más de cerca cada barrera en el contexto del cambio
climático. Algunos puntos de partida sugeridos siguen. En
primer lugar, buena teoría informa y dirige el progreso
científico; la taxonomía propuesta que aquí se debe examinar
y mejorar si es necesario. Algunos dragones pueden faltar, y
los estudios empíricos también pueden encontrar enlaces
importantes o se superponen entre ellos. En segundo lugar, el
alcance de las barreras que enfrentan las personas en
diferentes grupos y contextos debe ser examinado.
Presumiblemente, los diferentes segmentos de la población y
culturales experimentan diferentes bares-rreras y por lo tanto
responden de manera diferente a los diferentes tipos de
mensajes, las políticas y las intervenciones; aclarar estas
diferencias aumentará la eficacia de los esfuerzos de Mitiga-
ción. En tercer lugar, se podría esperar que enfrentan
múltiples barreras acumula para aumentar la desmotivación
de un individuo para actuar; esta proposición podría ser
probado. En cuarto lugar, la negación sigue siendo un
obstáculo particularmente preocupante para los científicos
sociales y CLI-mate debido a un cambio de comportamiento
no puede ocurrir siempre que el problema no es visto como
un problema. En quinto lugar, se necesita más investigación
para comprender mejor cómo los individuos pueden superar
estas barreras. Por ejemplo, la integridad científica exige
intervalos de confianza, pero los intervalos de confianza en la
inacción-Vite por muchos miembros de la comunidad. En
sexto lugar, buscar oportunidades para promover las redes
sociales para difundir la adopción de opciones tecnológicas de
mitigación y adaptación (véase Rogers, 1983).

Los psicólogos son un montón de recursos y

optimista. Los dragones de la inacción pueden ser
rechazados, si no muerto. Cinco estrategias esenciales
 ing individuos de vuelta de más opciones
respetuosas con el clima en el transporte, la
alimentación, la energía y otros aspectos de
carbono-dependiente de nuestras vidas, a
continuación, observar y registrar que, intervenir,
prueba de impacto de la intervención, y evaluar el
programa (Geller, 1986, 1992) . En el ámbito
social, Skinner (1987, p. 7) implícitamente
defendió arrebatar el control de los “re-inforcers de
la vida cotidiana” de los gobiernos, reli-giones, y
los sistemas capitalistas, siempre y cuando las
“contingencias de selección” inmediatos están en
conflicto con el bienestar a largo plazo de la
especie.
● Después de la creación de mejores medidas del
coste de carbono asociada con varias opciones de
comportamiento (en Coop-ración con otros
científicos), crear mejores formas de alimentar
información a los consumidores y los ciudadanos,
utilizando las mejores prácticas de los factores
humanos de diseño en la MA-lomos que utilizamos
( Abrahamse, Steg, Vlek, y Rothen-gatter, 2007).
● Mejorar la comprensión de las bases de apoyo del
público y la oposición a las políticas y tech-gías
para limitar el cambio climático, que debe incluir
estrategias de mensajería optimización en general y
para determinados segmentos de la población y
prueba de la difusión de la innovación y los
procesos de redes sociales (por ejemplo, Maibach,
Roser-Renouf, y Leiserowitz, 2008; Moser &
Dilling, 2004). Por ejemplo, en un experimento de
encuesta telefónica de 1,000 residentes de Ontario,
no se encontraron mensajes de potenciación para
producir la acción pretendida ProClimate más que
298
Psychologist
eran mensajes de sacrificio (Comeau y Gifford,
2011).
● Diseñar y realizar más estudios de intervención
dirigidas a importantes elección de
comportamientos relacionados con el carbono, tales
como la elección del modo de viaje y el uso de
energía (por ejemplo, Steg y Vlek, 2009).
● Trabajar en estrecha colaboración con otras
disciplinas, con las agencias de regir-ment, y con
los expertos técnicos; el cambio climático no puede
llevarse a cabo por cualquiera de estos grupos sin
importar lo bien que hacen su propio puesto de
trabajo (por ejemplo, Schoot Uiterkamp y Vlek,
2007).
Al igual que en otros ámbitos de comportamiento que
fueron re-sistant fuertemente a un cambio de
comportamiento, tales como el fumar y el uso de
cinturones de seguridad, los dragones de la inacción
pueden ser superados, aunque el esfuerzo se necesitará
tiempo y nunca será com-pleta. Sin embargo, a través de
una combinación de mensajes apropiadamente dirigidos,
liderazgo efectivo, la mejora de los conocimientos
técnicos, políticas equitativas, lo que permite la
infraestructura, el desarrollo de normas, el establecimiento
de objetivos razonables, en-su-cara de retroalimentación,
la difusión de las normas sociales a través de las redes
sociales, y las recompensas personales apropiadas, que se
llevará a cabo. Estos pasos deben tomarse con rapidez;
puede que no tengamos los cuatro o cinco décadas que ha
adoptado para conseguir la mayoría de la gente a dejar de
fumar y usar el cinturón de seguridad para aliviar nuestra
vómito de despilfarrador de gases de efecto invernadero,
administrar el golpe ya habrá causado y evitar golpes aún
más fuertes.
Mayo-Junio 2011 ● American
Referencias percepción de competencia para actuar. Manuscrito presentado para
su publicación. Conner, M., y Armitage, C. (1998). La extensión de la
Abrahamse, W., Steg, L., Vlek, C., y Rothengatter, T. (2007). El efecto teoría de planeado
de la información a la medida, la fijación de objetivos, y la
retroalimentación a medida en el uso de energía casa-bodega, los
comportamientos relacionados con la energía, y los antecedentes de
comportamiento. Journal of Environmental Psychology, 27, 265-276. doi:
10.1016 / j
.jenvp.2007.08.002
Ajzen, I. (1991). La teoría del comportamiento planificado.
Organizacional Behav-ior y la decisión humana Procesos, 50, 179 -
211. doi: 10,1016 / 0749-5978 (91) 90020-T
Ajzen, I. (2002). La percepción de control del comportamiento, la
autoeficacia, locus de control, y la teoría del comportamiento planificado.
Revista de Psicología Social Aplicada, 32, 665- 683. doi: 10.1111 / Grupo de
Trabajo j.1559-1816.2002.tb00236.x Asociación Americana de Psicología en
la interfaz entre la psicología y el cambio climático global. (2009). Psicología
y el cambio climático global: abordar un fenómeno de múltiples facetas y
establecer
de desafíos. Obtenido de publicaciones
http://www.apa.org/science/about/ / clima change.aspx
Aquino, K., Steisel, V., & Kay, A. (1992). Los efectos de la distribución
de los recursos, la voz, y el encuadre decisión sobre la provisión de
bienes públicos. Journal of Conflict Resolution, 36, 665- 687. doi:
10.1177 / 0022002792036004003
Arkes, H., y Hutzel, L. (2000). El papel de la probabilidad de éxito
estima en el efecto del costo hundido. Diario de la toma de decisiones
del Comportamiento, 13, 295-306. doi: 10,1002 / 1099-0771
(200007/09) 13: 3 :: AID-BDM3533.0.CO; 2-6
Bamberg, S., Ajzen, I., y Schmidt, P. (2003). Elección del medio de
transporte en la teoría del comportamiento planificado: Los roles de
comportamiento en el pasado, el hábito y la acción razonada.
Psicología Básica y Aplicada Social, 25, 175-187. doi: 10.1207 /
S15324834BASP2503_01
Bamberg, S., y Schmidt, P. (2003). Incentivos, la moral, o hábito? Pre-
dicting el uso del coche para los estudiantes universitarios rutas con los
modelos de Ajzen, Schwartz y Triandis. Medio Ambiente y
Comportamiento, 35, 264 -285. doi: 10.1177 / 0013916502250134
Eructe, GE (1982). Los efectos de la repetición anuncio de televisión en
respuesta cognitiva y la aceptación del mensaje. Journal of Consumer
Research, 9, de 56 - 65 años.
Biel, A., y Thogersen, J. (2007). La activación de las normas sociales en
dilemas sociales: Una revisión de la evidencia y reflexiones sobre las
implicaciones para el comportamiento ambiental. Journal of Economic
Psychology, 28, 93-112. doi: 10.1016 / j.joep.2006.03.003
Bord, R., O'Connor, RE, y Fisher, A. (2000). ¿En qué sentido la
necesidad pública para comprender el cambio climático global?
Entender-ción Pública de la Ciencia, 9, 205-218. doi: 10,1088 / 0963-
6625 / 9/3/301
Brann, P., y Foddy, M. (1987). La confianza y el consumo de un recurso
común deterio-grado. Journal of Conflict Resolution, 31, 615- 630.
doi: 10.1177 / 0022002787031004004
Brehm, JW (1966). Una teoría de la reactancia psicológica. Nueva York,
Nueva York: Academic Press.
Brookes, L. (1990). El efecto invernadero: Las falacias en la solución de
eficiencia energética. Política energética, 18, 199 -201. doi: 10,1016 /
0301-4215 (90) 90145-T
Budescu, DV, Broomell, S., y Por, H.-H. (2009). La mejora de comu-
nicación de la incertidumbre en los informes del Grupo
Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Psychological Science,
20, 299 -308. doi: 10.1111 / j.1467-9280.2009.02284.x
Burke, MC, y Edell, JA (1986). Las reacciones de anuncios en el tiempo:
La captura de cambios en el tiempo. Journal of Consumer Research,
13, 114 -118.
Carrus, G., Passafaro, P., y Bonnes, M. (2008). Las emociones, los
hábitos y elecciones racionales en los comportamientos ecológicos: El
caso del reciclaje y el uso del transporte público. Journal of
Environmental Psychology, 28, 51- 62. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2007.09.003
Cialdini, RB (2003). La elaboración de mensajes normativos para
proteger el medio-ronment. Current Directions in Psychological
Science, 12 (4), 105-109. doi: 10.1111 / 1467-8.721,01242
Clayton, S. (2003). la identidad del medio ambiente: Una conceptual y
una definición de opera-cional. En S. Clayton y S. Opotow (Eds.),
Identidad y el medio natural: El significado psicológico de la
naturaleza (pp. 45- 65). Cambridge, MA: MIT Press.
Comeau, L., y Gifford, R. (2011). El cambio climático: la elaboración de
mensajes y
 comportamiento: Una revisión y vías para futuras investigaciones.
Revista de Psicología Social Aplicada, 28, 1429 -1464. doi: 10.1111 /
j.1559-1816.1998 .tb01685.x
Cunha, M., Jr., y Caldieraro, F. (2009). efectos costo hundido en las
inversiones puramente de comportamiento. Ciencia cognitiva: A
Multidisciplinar Jour-nal, 33, 105-113. doi: 10.1111 / j.1551-
6709.2008.01005.x
Deci, EL, y Ryan, RM (2000). El “qué” y “por qué” de las búsquedas
meta: Las necesidades humanas y la autodeterminación de
comportamiento. Su mensaje Psycho-lógico, 11, 227-268. doi: 10.1207
/ S15327965PLI1104_01
de Groot, J., y Steg, L. (2007). creencias generales y la teoría del
comportamiento planificado: El papel de las preocupaciones
ambientales en el TPB. Revista de Psicología Social Aplicada, 37,
1817-1836. doi: 10.1111 / j.1559-1816.2007.00239.x
de Kwaadsteniet, EW (2007). La incertidumbre en los dilemas sociales.
Tesis doctoral sin publicar-cado, Universidad de Leiden, Países Bajos.
Diekmann, A., y Preisendorfer, P. (1992). Persönliches umweltverhalten:
Diskrepanzen zwischen Anspruch und Wirklichkeit [cuestiones
personales-Environ mental: la discrepancia entre las expectativas y la
realidad]. Kölner Zeitschrift für Soziologie Und Sozialpsychologie, 44,
226 -251.
Dietz, T., Dan, A., y Shwom, R. (2007). El apoyo a la política de cambio
climático: las influencias psicológicas y sociales estructurales sociales.
Sociología rural, 72, 185-214. doi: 10.1526 / 003601107781170026
Dietz, T., Gardner, GT, Gilligan, J., Stern, PC, y Vandenbergh, MP
(2009). acciones para el hogar pueden proporcionar una cuña de
comportamiento para reducir rápidamente las emisiones de carbono de
Estados Unidos. Actas de la Academia Nacional de Ciencias, EE.UU.,
106, 18452-18456. doi: 10.1073 / pnas.0908738106 Dunlap, RE, y
McCright, AM (2008, septiembre / octubre). Un hueco ensanchar-ción:
vistas republicanos y demócratas sobre el cambio climático. bientes
ronment, pp. 26 -35.
Dunlap, RE, Van Liere, KD, Mertig, AG, y Jones, RE (2000). La
medición de la aprobación del nuevo paradigma ecológico: Una escala
NEP revisado. Diario de Asuntos Sociales, 56, 425- 442. doi: 10.1111 /
0022-4537.00176
Earle, TC (2004). Pensando en voz alta acerca de la confianza: Un
análisis de protocolos de confianza en la gestión de riesgos. Análisis de
Riesgos, 24, 169 -183. doi: 10.1111 / j.0272-4332.2004.00420.x
Eilam, O., y Suleiman, R. (2004). Cooperativa, pura y egoísta de
confianza: Sus efectos distintivos en la reacción de los beneficiarios del
Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist
fideicomiso. European Journal of Social Psychology, 34, 729 -738. doi:
10.1002 / ejsp.227 Eriksson, L., Garvill, J., y Nordlund, AM (2008).
Interrumpir el uso del coche habitual: La importancia de la fuerza hábito
del auto y la motivación moral para la reducción del uso de vehículos de
pasajeros. Investigación del Transporte de la Parte F: Psicología del
Tránsito y Comportamiento, 11, 10 -23. doi: 10.1016 / j.trf.2007.05.004
Festinger, L. (1954). Una teoria de los procesos de comparacion social.
Humano
Relaciones, 7, 117-140. doi: 10.1177 / 001872675400700202
Feygina, I., Jost, JT, y Goldsmith, RE (2010). la justificación del sistema,
la negación del calentamiento global, y la posibilidad de “cambio
sancionada por el sistema.” Personalidad y Psicología Social Boletín,
36, 326 -338. doi: 10.1177 / 0146167209351435
Foddy, M., y Dawes, RM (2008). la confianza basada en grupos en los
dilemas sociales. En A. Biel, D. Eek, T. Garling, y M. Gustaffson
(Eds.), Nuevos problemas y paradigmas en la investigación en dilema
social (pp. 57-71). Nueva York, Nueva York: Springer.
Frantz, C., y Mayer, S. (2009). La emergencia del cambio climático: ¿Por
qué estamos fallando para tomar medidas? Los análisis de los
problemas sociales y Políticas Públicas, 9, 205-222. doi: 10.1111 /
j.1530-2415.2009.01180.x
Fujii, S., y Garling, T. (2003). Desarrollo de decisión sobre los basados
en la escritura después de un cambio forzado. Investigación del
Transporte de la Parte F: Psicología del Tránsito y Comportamiento, 6,
117-124. doi: 10.1016 / S1369-8478 (03) 00019-6
Gardner, GT, y de la popa, PC (2008, septiembre / octubre). La lista
corta: Las acciones más eficaces hogares estadounidenses pueden
tomar para frenar el cambio climático. Medio Ambiente, pp. 12-25.
doi: 10.3200 / ENVT.50.5.12-25
Gattig, A., y Hendrickx, L. (2007). descuento crítico y la percepción de
riesgo-Environ mental: similitudes, las diferencias dimensionales de
dominio, y las implicaciones para la sostenibilidad. Diario de Asuntos
Sociales, 63, 21-39.
Geller, ES (1986). La prevención de los problemas ambientales. En BA
Edelstein & L. Michelson (Eds.), Manual de prevención (pp. 361-
383). Nueva York, Nueva York: Plenum.
Geller, ES (1992). Solución de problemas ambientales: Una perspectiva
de un cambio de comportamiento. En S. Staub y P. Green (Eds.),
Psicología y social
299
 responsabilidad: Hacer frente a los desafíos globales (Pp. 248 -268). Intergubernamental sobre el Cambio Climático (S. Solomon, D. Qin,
Nueva York, M. Manning, Z. Chen, M. Marqués, KB Averyt, M. Tignor, y HL
Nueva York: New York University Press.
Gifford, R. (1976). adormecimiento del medio ambiente en el aula. Diario
de Educación Experimental, 44 (3), 4 -7.
Gifford, R. (2007a). Psicología Ambiental: Principios y práctica
(4ª ed.). Colville, WA: Libros óptimo.
Gifford, R. (2007b). Psicología ambiental y sostenible desarrollar-ment:
Expansión, la maduración y desafíos. Diario de Asuntos Sociales, 63,
199 -212. doi: 10.1111 / j.1540-4560.2007.00503.x
Gifford, R. (2008). el papel esencial de la psicología en el alivio de los
efectos del cambio climático. Psicología de Canadá, 49, 273-280. doi:
10.1037 / a0013234
Gifford, R., Iglesias, F., y Casler, J. (2009, junio). Las barreras
psicológicas al comportamiento pro-ambiental: El desarrollo de una
escala. Trabajo presentado en la reunión anual de la Canadian
Psychological Asso-ciación, Montreal, Quebec, Canadá.
Gifford, R., Scannell, L., Kormos, C., Smolová, L., Biel, A., Boncu, S.,
. . . Uzzell, D. (2009). pesimismo temporal y espacial optimismo en las
evaluaciones ambientales: Un estudio de 18 naciones. Diario de
Environ mental Psicología, 29, 1-12. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2008.06.001
Goldenberg, JL, Pyszczynski, T., Greenberg, J., y Solomon, S. (2000).
Huyendo del cuerpo: Una perspectiva de gestión de terror en el
problema de la corporalidad humana. Personalidad y Psicología Social
Crítica, 4, 200 -218. doi: 10.1207 / S15327957PSPR0403_1
Goleman, D. (2009). inteligencia ecológica: ¿Cómo Saber la oculta
impactos de lo que compramos pueden cambiar todo. Nueva York, Nueva
York: Corona.
Grob, A. (1995). Un modelo estructural de actitudes y comportamientos
ambientales. Journal of Environmental Psychology, 15, 209 -220. doi:
10,1016 / 0272-4944 (95) 90004-7
Hardin, G. (1968, 13 de diciembre). La tragedia de los comunes. Science,
162, 1234 -1248. doi: 10.1126 / science.162.3859.1243
Hatfield, J., y Trabajo, RFS (2001). El optimismo sesgo sobre la
degradación del medio ambiente: El papel de la gama de impacto de
precauciones. Journal of Environmental Psychology, 21, 17-30. doi:
10.1006 / jevp.2000.0190 Haustein, S., y Hunecke, M. (2007). Reducción
del uso de modos de transporte respetuosos del medio ambiente causados
por la movilidad percibida nece-sidades: Una extensión de la teoría del
comportamiento planificado. Revista de Psicología Social Aplicada, 37,
1856 -1883. doi: 10.1111 / j.1559-
1816.2007.00241.x
Heath, Y., y Gifford, R. (2002). La extensión de la teoría de la Behav-ior
planeado: Predecir el uso del transporte público. Revista de Psicología
Social Aplicada, 32, 2154 -2189. doi: 10.1111 / j.1559-1816.2002
.tb02068.x
Heath, Y., y Gifford, R. (2006). La ideología del libre mercado y la
degradación del medio ambiente: El caso de la creencia en el cambio
climático global. Medio Ambiente y Comportamiento, 38 (1), 48 -71.
doi: 10.1177 / 0013916505277998
Hendrickx, LS, y Nicolaij, S. (2004). descuento temporal y los riesgos
ENVI-ronmental: El papel de las preocupaciones éticas y relacionadas
con pérdidas. Journal of Environmental Psychology, 24, 409 - 422. doi:
10.1016 / j.jenvp
.2004.12.001
Hine, DW, y Gifford, R. (1996). restricción individual y de grupo efi-
ciencia en Commons dilemas: Los efectos de los dos tipos de
incertidumbre AMBIENTAL-tal. Revista de Psicología Social
Aplicada, 26, 993-1009. doi: 10.1111 / j.1559-1816.1996.tb01121.x
Hobson, K. (2003). Pensando hábitos en acción: El papel del
conocimiento y el proceso en el cuestionamiento de las prácticas de
consumo de los hogares. Medio Ambiente Local, 8 (1), 95-112. doi:
10.1080 / 135498303200041359
Hoggan, J. (con Littlemore, R.). (2009). Clima encubrimiento: La
cruzada para negar el calentamiento global. Vancouver, Columbia
Británica, Canadá: Libros de piedra gris.
Huebner, RB, y Lipsey, MW (1981). La relación de tres medidas de locus
de control al activismo ambiental. Psicología Básica y Aplicada Social,
2, 45-58.
Institución de Ingenieros Mecánicos. (2009). Geoingeniería: Que nos da
el tiempo para actuar? Londres, Inglaterra: Autor. Obtenido de http: //
www.imeche.org/Libraries/Key_Themes/IMechEGeoengineeringReport
.sflb.ashx
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
(2007). Resumen de POLI-encargados de formular. En Cambio
climático 2007: La base de las ciencias físicas. Con-tribución del
Grupo de Trabajo I al Cuarto Informe de Evaluación del Grupo
 Miller, Eds.) (Pp. 1-18). Nueva York, Nueva York: Cambridge
University Press. Obtenido de http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-
report/ar4/wg1/ AR4-GT1-spm.pdf
James, W. (1890). Principios de la psicología. Nueva York, Nueva York:
Henry Holt. Jayson, S. (2009, 20 de marzo). Psicólogos determinan lo
que significa pensar “verde.” EE.UU. Hoy en día. Obtenido de
http://www.usatoday.com/
Noticias / País / medio / 2008 - 08-13-verde-psychology_N.htm
Jevons, WS (1865). En la variación de precios y el valor de la
moneda desde 1782. Revista de la Sociedad Estadística de Londres, 28
(2), 294 -320.
Joireman, J., Posey, DC, Truelove, HB, y parques, CD (2009). El
ambientalista que lloraba sequía: Reacciones a las repetidas advertencias
sobre el agotamiento de los recursos en condiciones de incertidumbre.
Journal of Environmental Psychology, 29, 181-192. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2008
.10.003
Kaiser, FG (2006). Una extensión moral de la teoría del comportamiento
planificado: Normas y sentimientos de pesar esperados en el
conservacionismo. Persona-lidad y las diferencias individuales, 41, 71- 81.
doi: 10.1016 / j.paid.2005
.11.028
Kaiser, FG, y Gutscher, H. (2003). La proposición de una versión general
de la teoría del comportamiento planificado: Predecir el
comportamiento ecológico. Revista de Psicología Social Aplicada, 33,
586 - 603. doi: 10.1111 / j.1559-1816.2003.tb01914.x
Kempton, W., Harris, CK, Keith, JG, y Weihl, JS (1985). Hacen los
consumidores saben “lo que funciona” en la conservación de la
energía? El matrimonio y la familia Revisión, 9, 115-133. doi: 10.1300
/ J002v09n01_07
Kerr, NL (1983). pérdidas de motivación en grupos pequeños: Un análisis
dilema social. Journal of Personality and Social Psychology, 45, 819 -
828. doi: 10.1037 / 0022-3514.45.4.819
Khazzoom, DJ (1980). implicaciones económicas de las normas de
eficiencia obligatorios para los electrodomésticos. The Energy Journal,
1, 21- 40.
Knox, RE, y Inkster, JA (1968). disonancia posterior a la decisión en el
momento posterior. Journal of Personality and Social Psychology, 8,
319 -323. doi: 10.1037 / h0025528
Kollmuss, A., y Agyeman, J. (2002). Cuidado con la brecha: ¿Por qué las
personas actúan con el medio ambiente y cuáles son las barreras a la
pro-ambiental Behav-ior? Investigación del Medio Ambiente
Educación, 8 (3), 239 -260. doi: 10.1080 / 13504620220145401
300
Psychologist
Latane', B., y Darley, JM (1970). El espectador no responde: ¿Por qué
no le ayuda? Nueva York, Nueva York: Appleton-Century-Crofts.
Leahy, RL (2009). Los costos hundidos: las decisiones que mira hacia
atrás. El Be-comporta- terapeuta, 37, 137-139.
Leiserowitz, AA, Kates, RW, y Parris, TM (2005, noviembre). Que las
actitudes y los comportamientos globales apoyan el desarrollo
sostenible? Envi-ronment, pp. 22-38.
Lindenberg, S., y Steg, L. (2007). Normativa, la ganancia y la meta
hedónica marcos de guiar el comportamiento ambiental. Diario de
Asuntos Sociales, 63 (1), 117-137. doi: 10.1111 / j.1540-
4560.2007.00499.x
Lorenzoni, I., Nicholson-Cole, S., y Whitmarsh, L. (2007). Las barreras
percibidas a comprometerse con el cambio climático entre el público del
Reino Unido y sus implicaciones políticas. Cambio Ambiental Global,
17, 445- 459.
MacGregor, D., Slovic, P., Mason, RG, y Detweiler, J. (1994). Por recibi-
do-riesgos de transporte de residuos radiactivos a través de Oregon:
Los resultados de una encuesta estatal. Análisis de Riesgos, 14, 5-14.
doi: 10.1111 / j.1539-6924.1994.tb00022.x
Maibach, EW, Roser-Renouf, C., y Leiserowitz, A. (2008). Comu-
nicación y comercialización como activo el cambio climático a la
intervención: una perspectiva de salud pública. American Journal de
Medicina Preventiva, 35, 488 -500. doi: 10.1016 /
j.amepre.2008.08.016
Maio, GR, Verplanken, B., Manstead, ASR, Stroebe, W., Abraham, C.,
Sheeran, P., y Conner, M. (2007). factores psicológicos sociales en el
cambio de estilo de vida y su relevancia para la política social. Temas
sociales y examen de las políticas, 1, 99 -137. doi: 10.1111 / j.1751-
2409.2007.00005.x
Marx, SM, Weber, UE, Orlove, BS, Leiserowitz, A., Krantz, DH,
& Roncoli, C. (2007). Los procesos de comunicación y mentales:
Experi-encia y el procesamiento analítico de la información sobre el
clima incierto. Cambio Ambiental Global, 17, 47-58. doi: 10.1016 /
j.gloenvcha.2006
.10.004
Matthies, E., Klöckner, CA, y Preissner, CL (2006). La aplicación de una
toma de decisiones modelo moral modificado para cambiar el uso del coche
habitual: ¿Cómo puede ser eficaz compromiso? Psicología Aplicada: Una
Revisión Internacional, 55 (1), 91-106. doi: 10.1111 / j.1464-
0597.2006.00237.x
Mayo-Junio 2011 ● American
McCright, AM (2007). Tratar con contrarians climáticos. En SC Moser Pelletier, LG, Dion, S., Tuson, K., y Green-Demers, I. (1999). ¿Por qué la
& L. Dilling (Eds.), La creación de un clima para el cambio: gente no adoptan conductas de protección del medio ambiente? Hacia una
Comunicar el cambio climático y facilitar el cambio social (pp. 200 - taxonomía de la desmotivación del medio ambiente. Revista de
212). Nueva York, Nueva York: Cambridge University Press. Psicología Social Aplicada, 29, 2481-2504. doi: 10.1111 / j.1559-
McCright, AM (2009). Las bases sociales del cambio climático 1816.1999.tb00122.x Pew Research Center. (2006). Lujo o necesidad?
preocupación, conocimiento y apoyo a la política en el público en Cosas que no podemos vivir
general de Estados Unidos. Hofstra Law Review, 37, 1017-1047.
McCright, AM, y Dunlap, RE (2010). Anti-reflexividad: El éxito del
movimiento conservador estadounidense en el debilitamiento de la
ciencia y la política climática. Teoría, Cultura y Sociedad, 27, 100 -
133. doi: 10.1177 / 0263276409356001
McGregor, SLT (2008). Conceptualización con-consumo inmoral y poco
ético utilizando la teoría de la neutralización. Familia y Ciencias del
Consumidor Research Journal, 36, 261-276. doi: 10.1177 /
1077727X07312190 Mortreux, C., y Barnett, J. (2009). El cambio
climático, la migración y la adaptación en Funafuti, Tuvalu. Cambio
Ambiental Global, 19,
105-112. doi: 10.1016 / j.gloenvcha.2008.09.006
Moser, Carolina del Sur (2007). Más malas noticias: El riesgo de dejar de
lado las respuestas emocionales a la información del cambio climático.
En SC Moser & L. Dilling (Eds.), La creación de un clima para el
cambio. Nueva York, Nueva York: Cambridge University Press.
Moser, Carolina del Sur, y Dilling, L. (2004, diciembre). Haciendo clima
cálido:
Comunicar la urgencia y el desafío del cambio climático global.
Ambiente, pp. 32- 46.
Musson, C. (1974). actitudes locales a crecimiento de la población en el
sur de Buck-inghamshire. En HB Perry (Ed.), La población y sus
problemas: (pp. 392-393) guía de un hombre normal. Oxford,
Inglaterra: Clarendon Press.
Nevin, JA, Mandell, C., y Atak, JR (1983). El análisis de la dinámica del
comportamiento. Diario del análisis experimental del comportamiento,
39, 49 -59. doi: 10.1901 / jeab.1983.39-49
Newport, F. (2010). preocupaciones de calentamiento global de los
estadounidenses siguen bajando. Obtenido de Gallup página web:
http://www.gallup.com/poll/ 126560 / americanos de calentamiento
atmosférico-Preocupaciones-Continuar: Drop.aspx
Nilsson, A., von Borgstede, C., y Biel, A. (2004). Voluntad de aceptar
estrategias de cambio climático: El efecto de los valores y normas.
Journal of Environmental Psychology, 24, 267-277. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2004
.06.002
Nordlund, AM, y Garvill, J. (2002). estructuras de valores detrás del
comportamiento proenvi-ronmental. Medio Ambiente and Behavior,
34, 740 -756. doi: 10.1177 / 001391602237244
Norgaard, KM (2006). “Nosotros realmente no queremos saber”: la
justicia Environ mental y el rechazo social organizada del
calentamiento global en Noruega. Organización y Medio Ambiente,
19, 347-370. doi: 10.1177 / 1086026606292571
O'Connor, RE, Bord, RJ, y Fisher, A. (1998). Mitiga el riesgo de
amenaza-res: la fe en los expertos, los gobiernos y los propios
individuos para crear un mundo más seguro. Análisis de Riesgos, 18,
547-556. doi / 10.1111 / j.1539-6924.1998.tb00368.x
O'Connor, RE, Bord, RJ, y Fisher, A. (1999). percepciones de riesgo,
creencias generales del medio ambiente, y la voluntad de hacer frente al
cambio climático. Análisis de Riesgos, 19, 461- 471. doi: 10.1023 / A:
1007004813446 O'Connor, RE, Bord, RJ, Yarnal, B., y Wiefek, N.
(2002). Que quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero?
Social Science Quarterly, 83,
1-17. doi: 10.1111 / 1540-6.237,00067
Olson, ML, Jr. (1965). La lógica de la acción colectiva: Los bienes
públicos y
la teoría de grupos. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Oreskes, N., y Conway, EM (2010). Los comerciantes de la duda: ¿Cómo
un puñado de científicos oscurecido la verdad en cuestiones del humo
del tabaco al calentamiento global. Nueva York, Nueva York:
Bloomsbury Press.
Ornstein, R., y Ehrlich, P. (1989). Nuevo mundo, nueva mente:
Avanzando hacia
la evolución consciente. Nueva York, Nueva York: Touchstone.
Ouellette, JA, y Madera, W. (1998). El hábito y la intención en la vida
cotidiana: Los múltiples procesos por los cuales el comportamiento pasado
predice el comportamiento futuro. Psychological Bulletin, 124, 54 -74. doi:
10.1037 / 0033-2909.124.1.54 Pahl, S., Harris, PR, Todd, HA, y Rutter, DR
(2005). optimismo comparativa de los riesgos ambientales. Journal of
Environmental psico-
gía, 25, 1-11. doi: 10.1016 / j.jenvp.2004.12.004
 sin: La lista ha crecido en la última década (Informe de Pew Research
Center Tendencias Sociales). Obtenido de
http://pewresearch.org/assets/ / pdf / Luxury.pdf sociales
Reser, J. (1980). la adicción del automóvil: real o imaginario? El hombre-
ambientes
ment Systems, 10, 279 -287.
Rogers, EM (1983). Difusión de innovaciones (3ª ed.). Nueva York, NY:
Prensa Libre.
Scannell, L., y Gifford, R. (2010). Las relaciones entre el apego lugar natural y
civil y el comportamiento pro-ambiental. Diario de Environ mental Psicología,
30, 289 -297. doi: 10.1016 / j.jenvp.2010.01.010 Schiffman, LG, Kanuk, LL, y
Das, M. (2006). Comportamiento del consumidor.
Toronto, Ontario, Canadá: Pearson Education.
Schoot Uiterkamp, AJM, y Vlek, C. (2007). La práctica y los resultados
de la investigación multidisciplinar para la sostenibilidad del medio
ambiente. Diario de Asuntos Sociales, 63, 175-197. doi / 10.1111 /
j.1540-4560.2007.00502.x Schultz, PW, Nolan, JM, Cialdini, RB,
Goldstein, NJ, y Griskevi-IIC, V. (2007). La potencia constructiva y
destructiva, y reconstructiva
de las normas sociales. Psychological Science, 18, 429 - 434. doi:
10.1111 / j.1467-9280.2007.01917.x
Schwartz, SH (1992). Universales en el contenido y estructura de valores:
Los avances teóricos y pruebas empíricas en 20 países. Los avances en
Experimental Social Psychology, 25, 1- 65. doi: 10.1016 / S0065-2601
(08) 60281-6
Simon, H. (1957). Un modelo del comportamiento de elección racional.
En HA Simon (Ed.), Modelos de hombre, social y racional: ensayos
matemáticos sobre el comportamiento humano racional en un entorno
social (pp 241-260.). Nueva York,
Nueva York: Wiley.
Simon, JL (1981). El último recurso. Princeton, NJ: Princeton University
Press.
Skinner, BF (1987). Tras reflexionar sobre ello. Englewood-Cliffs, Nueva
Jersey:
Prentice Hall.
Smillie, I., y HELMICH, H. (Eds.). (1999). Actores: asociaciones
Gobierno- de ONG para el Desarrollo Internacional. Londres,
Inglaterra:
Earthscan.
Mayo-Junio 2011 ● American Psychologist
Smith, SM, Haugtvedt, CP, y Petty, RE (1994). Actitudes y reciclaje: ¿La
medición de afectar a mejorar la conducta pre-dicción? Psicología y
Marketing, 11, 359 -374. doi: 10.1002 / mar
0,4220110405
Spence, A., Pidgeon, N., y Uzzell, D. (2009). cambio climático psicol-
logía contribución de. El Psychologist, 22, 108 -111.
Steg, L., Dreijerink, L., y Abrahamse, W. (2005). Factores que influyen
en la aceptabilidad de las políticas de energía: Una prueba de la teoría
VBN. Journal of Environmental Psychology, 25, 415- 425. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2005
.08.003
Steg, L., y Vlek, C. (2009). comportamiento pro-ambiental alentadores:
una revisión integradora y agenda de investigación. Journal of
Environmental Psychology, 29, 307-317. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2008.10.004
Stern, PC (2000). Hacia una teoría coherente de comportamientos
ambientalmente signif-signifi-. Diario de Asuntos Sociales, 56, 407-
424. doi: 10.1111 / 0022-4537.00175
Sykes, GM, y Matza, D. (1957). Técnicas de neutralización: Una teoría
de la delincuencia. American Sociological Review, 22 664 - 670.
Terwel, BW, Harinck, F., Ellemers, N., y Daamen, DDL (2009). Cómo
motivos organizativos y comunicaciones afectan a la confianza del
público en las organizaciones: El caso de la captura y almacenamiento de
dióxido de carbono. diario
de Psicología Ambiental, 29, 290 -299. doi: 10.1016 / j
.jenvp.2008.11.004
Thøgersen, J. (2008). Las normas sociales y la cooperación en dilemas
sociales de la vida real. Journal of Economic Psychology, 29, 458 -
472. doi: 10.1016 / j.joep.2007.12.004
Tversky, A., y Kahneman, D. (1974, 27 de Septiembre). Sentencia de
incertidumbre: Heurísticas y sesgos. Ciencia, 185, 1124 -1131. doi:
10.1126 / science.185.4157.1124
Uzzell, DL (2000). Las dimensiones psico-espaciales de los problemas
globales-Environ mental. Journal of Environmental Psychology, 20,
307-318. doi: 10.1006 / jevp.2000.0175
Uzzell, DL, Pol, E., y Badenas, D. (2002). Coloque la identificación, la
cohesión social y la sostenibilidad ambiental. Medio Ambiente and
Behavior, 34, 26 -53. doi: 10.1177 / 0013916502034001003
Vasi, IB (2009). Nuevos héroes, teorías de edad? Hacia una perspectiva
sociológica al desarrollo social. En R. Ziegler (Ed.), Una intro-
301
 ducción a la empresa social (Pp. 155-173). Cheltenham, Eng-tierra:
Edward Elgar.
Vaske, JJ, y Kobrin, KC (2001). El apego al lugar y el comportamiento
responsable AMBIENTAL-recuento. Revista de Educación Ambiental,
32, 16 -21. doi: 10.1080 / 00958960109598658
Vess, M., y Arndt, J. (2008). La naturaleza de la muerte y la muerte de la
naturaleza: el impacto de la prominencia de la mortalidad en la
preocupación ambiental. Revista de Investigación en Personalidad, 42,
1376 -1380. doi: 10.1016 / j.jrp.2008.04.007
Vining, J., y Ebreo, A. (1991). ¿Usted está pensando lo que pienso que
eres? Un estudio de las prioridades reales y estimados de meta y las
decisiones de los gestores de recursos, los ambientalistas y el público.
Sociedad y Natural Re-fuentes, 4, 177-196. doi: 10.1080 /
08941929109380752
Vlek, C. (2000). psicología esencial para la formulación de políticas
ambientales. Revista Internacional de Psicología, 35, 153-167. doi:
10.1080 / 002075900399457
Vorkinn, M., y Riese, H. (2001). La preocupación ambiental en un local
de
302
Psychologist
Contexto: La importancia de apego al lugar. Medio Ambiente y Behav-
ior, 33, 249 -263. doi: 10.1177 / 00139160121972972
El calentamiento con el tema. (2009, mayo). Natural Hazards Observer,
23 (5), 4. Obtenido de
http://www.colorado.edu/hazards/o/archives/2009/
may_observerweb.pdf
Weber, la Unión Europea (2006). percepciones basadas en Descripción
de riesgo a largo plazo basada en la evidencia y: ¿Por qué el
calentamiento global no nos asusta (todavía). Cambio Climático, 77,
103-120. doi: 10.1007 / s10584-006-9060-3
Weinstein, ND (1980). El optimismo sin fundamento sobre los eventos de
su vida futura. Journal of Personality and Social Psychology, 39, 806 -
820. doi: 10.1037 / 0022-3514.39.5.806
Weinstein, Dakota del Norte, Klotz, ML, y Sandman, PM (1988). sesgos
optimistas en la percepción pública de los riesgos de radón. American
Journal of Public Health, 78 796 - 800.
Whitmarsh, L. (2009). Las respuestas de comportamiento al cambio
climático: Asin-metría de las intenciones e impactos. Journal of
Environmental Psychology, 29, 13-23. doi: 10.1016 /
j.jenvp.2008.05.003
Mayo-Junio 2011 ● American
Estadísticas Ver publicación