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CONSTRUCCIÓN DEL APRENDIZAJE AUTÓNOMO

CLEMENCIA ROSERO ID: 431206

MARITZA VALENCIA ID: 427571

DAMARIS HERRERA ID: 431233

ADRIANA POSADA ID: 432229

CLAUDIA AGUIRRE

COORPORACION UNIVERSITARIA UNIMINUTO

PROGRAMA PSICOLOGIA 1 GRUPO 2

CHINCHINA
CONSTRUCCIÓN DEL APRENDIZAJE AUTÓNOMO

Para dar inicio a nuestro discurso es necesario conocer el concepto de aprendizaje


autónomo, el cual entendemos como la capacidad que posee cada individuo para aprender
por sí mismo, teniendo un interés propio sin influencias externas, desarrollando su
capacidad para discernir sobre lo bueno y lo malo, dirigiendo su aprendizaje de manera
responsable, con disciplina en busca de lograr sus objetivos y resultados propuestos.

Teniendo claridad sobre el significado de lo que es aprendizaje autónomo, es imposible


pensar que el ser humano lo puede llegar a desarrollar por si solo; para esto es necesario
estimular determinadas habilidades de pensamiento y adoptar estrategias especificas.

Como dos herramientas fundamentales para la construcción de dicho aprendizaje, se


hace indispensable conocer de manera detallada lo que implica cada uno de estos aspectos.

Por lo tanto es importante saber primero que es una habilidad comprendiéndola como un
conjunto de procedimientos aprendidos que los estudiantes competentes realizan
automáticamente y que, por lo tanto, son aplicadas inconscientemente. En este sentido la
habilidad es el potencial para adquirir y manejar nuevos conocimientos y destrezas, es
importante destacar que la habilidad puede ser innata o desarrollada a partir del
entrenamiento, la práctica y la experiencia.

Como constructores de aprendizaje autónomo necesitamos de habilidades específicas


como:

La conceptualización: entendida como la imagen o representación mental del objeto,


situación o acción percibida por los sentidos, en el cual cada concepto es expresado en
términos de relaciones verbales con otros conceptos y con sus ejemplos “del mundo real”;
algunas formas de desarrollar esta habilidad es cuando: realizamos un listado, expresamos
con nuestras palabras la idea sobre algo o damos un ejemplo concreto de determinada
situación.

Otra habilidad importante a estimular es la clasificación, en esta el ser humano es


competente en agrupar, organizar o situar eventos e ideas en categorías que comparten
características comunes; podemos estimular nuestra capacidad de clasificación cuando:
seleccionamos un tema, nos documentamos sobre él, realizamos un grupo jerárquico de
conceptos de acuerdo con los parámetros que se haya establecido.

También debemos desarrollar nuestra habilidad para comparar y hacer contraste,


entendiendo la primera como la capacidad para mostrar las semejanzas entre dos ideas, y la
segunda como la destreza para articular simultáneamente diferencias entre varias cosas; en
nuestro diario vivir realizamos actividades que potencializan esta habilidad como: la lluvia
de ideas, la escritura libre o cuando establecemos relaciones de igualdad y a partir de ellas
definimos los aspectos comunes.

Es importante tener en cuenta la habilidad para analizar la cual consiste en identificar


los componentes de un todo, separarlos y examinarlos; esta facultad surge por lo general a
la hora de la evaluación o de evaluar; construyendo así la autonomía del individuo.

La síntesis en una habilidad que no podemos dejar olvidada puesto que es el proceso de
construcción cognitiva más completo a los mencionados anteriormente, puesto que permite
hacer una descripción abreviada de los contenidos más importantes de determinado texto;
y la categorizamos en nuestras habilidades de pensamiento cuando realizamos resúmenes o
esquemas.

La toma de decisiones es una habilidad que implica un proceso en el cual se realiza


una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes situaciones de la vida en
diferentes contextos, esta toma de decisiones se debe realizar en forma efectiva y eficiente;
por ejemplo, establecer un índice de importancia, en relación con la decisión con cada uno
de los aspectos específicos.

Es igual de importante a todas las habilidades ya mencionadas la facultad para


comprender, entendiéndola como la competencia de adquirir dominio global, formal y
material sobre el objeto de aprendizaje, haciéndolo de manera organizada y estructurada
que permita entender y justificar lo aprendido; por ejemplo, cuando hacemos uso adecuado
de nuestras habilidades de comunicación o cuando establecemos las implicaciones que se
tienen en determinado texto u objeto que estudiamos.

Por último tenemos la habilidad para generalizar lo cual implica la extensión o


propagación de algún conocimiento, ya sea algo positivo o en su defecto algo negativo,
dando lugar a una idea que nace al relacionar dos o más conceptos con el propósito de
expresar algo; por ejemplo cuando elaboramos un escrito y determinamos la causa de
diversas situaciones.

Ya teniendo claras las habilidades necesarias para y en el aprendizaje autónomo


pasamos a definir las estrategias. Entendiendo la palabra estrategia como una acción y
pensamiento que se produce durante el aprendizaje y que influye tanto en la motivación
como en la adquisición de conocimientos, cuando la meta del ser humano es aprender.

Las estrategias pueden ser cognitivas o metacognitivas. Las estrategias cognitivas son
aquellas que permiten tener un dominio en los procesos de pensamiento como el
procesamiento, la atención, la ejecución, etc; y en el aprendizaje autónomo las estrategias
cognitivas facilitan apropiar, es decir; adecuar una cosa a otra; también facilita el
integrar: incorporar un aprendizaje a un todo. Esto encaminado a la adquisición y
construcción de los nuevos conocimientos para hacer parte de la estructura cognitiva del
aprendiz.

Ahora es necesario hablar de las estrategias metacognitivas las cuales suponen la


capacidad del individuo para saber cuál es su propio conocimiento, reconocer sus
habilidades cognitivas para evaluar, así saber que tanto se aprendió y que falta por conocer,
para proceder a modificar el aprendizaje si se considera conveniente; está estrategia nos
permite autorregular, es decir; desarrollar la capacidad que posee cada ser humano para
regularse a sí mismo sin necesidad de la intervención de terceros. Todo esto desencadena
un proceso de aprendizaje propio estimulado y desarrollado por el ser que quiere
aprender.

En conclusión el aprendizaje autónomo promueve la autogestión del conocimiento,


permitiendo la apropiación de estrategias cognitivas y metacognitivas, las cuales favorecen
el dominio de las habilidades de pensamiento para la construcción de nuevos saberes.

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