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Hay que aclarar el DESARROLLO de la competencia que implica para delimitar su

alcance

Contextualización del desarrollo de la competencia lectora en medios digitales e


impresos de los estudiantes de bachillerato del plantel 025 Santa Margarita del
CECYTE Jalisco.

Abundar en datos e investigación sobre estudios que hablen de esta relación entre
textos impresos y digitales; así como en las definiciones de los tipos de generaciones
para tipificar a tu grupo de estudio

Problema

La irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) significan


un punto de inflexión conceptual y metodológico en la forma en que tanto
instituciones educativas como otro tipo de organizaciones afrontan los procesos de
formación y la gestión del conocimiento, por tanto, estas herramientas dejan de ser
el centro de atención y se convierten en parte de un ecosistema digital, donde su
presencia se hace transparente y se incluye en el accionar cotidiano de quienes
están en él gestionando el aprendizaje, ya sea de forma individual o colectiva
(García-Peñalvo & Seoane-Pardo, 2015).

Es así, que las tecnologías que median la educación con las ventajas y problemas
que implican trascienden del contexto académico y se insertan en cualquier
institución para convertirse en herramientas de gestión del conocimiento digital y del
capital humano de la misma, poniendo de manifiesto que las tecnologías de la
información y las comunicaciones provocan una ruptura de las fronteras clásicas
entre distintos tipos de aprendizaje tales como el formal, no formal e informal, dando
lugar a la construcción del conocimiento y la interacción social a través de la
ubicuidad de las TIC (Cabero, 2015; Sevillano & Vázquez, 2013; Attwell, 2013).

La innovación trajo consigo una serie de complicaciones en países en desarrollo,


como fue el caso de México, la falta de criterios de organización que permitieran la
estructuración y aplicación de la misma se vino a encontrar con innumerables
obstáculos, dichas dificultades se tradujeron en un estancamiento en los ya bajos
niveles de desempeño en materia educativa. Tal como lo muestran los resultados
del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la
OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) cuyo
objetivo es evaluar la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa
de enseñanza obligatoria. Los resultados de la prueba describen el grado en el que
se presentan las competencias estudiadas y permiten observar la ubicación de los
resultados de cada país en el contexto internacional. La evaluación de
competencias no se dirige a la verificación de contenidos; no pone la atención en el
hecho de que ciertos datos o conocimientos hayan sido adquiridos. Se trata de una
evaluación que busca identificar la existencia de ciertas capacidades, habilidades y
aptitudes que, en conjunto, permiten a la persona resolver problemas y situaciones
de la vida. No interesa, pues, en el enfoque de la evaluación de competencias, sólo
si una persona lee y cuánto lee, por ejemplo, sino más bien qué competencia tiene
en la lectura: qué capacidad para identificar ideas y argumentos en el texto, qué
destreza para reconocer problemas y planteamientos distintos (OCDE, 2016).

El desempeño de México se encuentra por debajo del promedio OCDE en todas las
áreas evaluadas, pero llama la atención el rezago de la competencia lectora, en la
última prueba realizada por la OCDE (PISA 2015) se ubicó en el último lugar de los
países de la OCDE y retrocedió 1 punto, lo que acentúa un problema serio.

Es una idea compartida históricamente que una de las responsabilidades de la


escolarización es el desarrollo de una población letrada o alfabetizada. Durante
mucho tiempo se aceptó, y estos términos así lo evidencian, que bastaba que un
adulto fuera capaz de leer y escribir para alcanzar su realización personal, para
participar social, cultural y políticamente en su comunidad, no paso mucho tiempo
cuando un nuevo concepto apareció analfabetismo funcional, es decir, que las
personas que sabían leer y escribir pero no podían resolver tareas concretas. Pronto
se demostró que tal apuesta era una simplificación y que el hecho de saber leer y
escribir a un nivel funcional no era suficiente para progresar en la sociedad (Reimers
y Jacobs, 2009).
A finales del siglo XX, la perspectiva de lo que se consideraba una persona letrada
cambió y, junto con ello, se amplió el concepto de alfabetización o literacy.

A raíz de este concepto particular de literacy, pisa ha dirigido sus evaluaciones


desde el año 2000 en tres áreas centrales del conocimiento: la lectura, las
matemáticas y las ciencias. La prueba precisa que “la sociedad requiere cada vez
más una población adulta que no sea solamente capaz de leer y escribir, sino que
sea matemática, científica y tecnológicamente letrada”. En el caso de la lectura, esta
perspectiva le otorga al área un carácter más profundo. Ya no basta simplemente
contar con la capacidad para decodificar un texto, también se requiere tener la
capacidad para leer entre líneas y reflexionar sobre los propósitos y audiencias a
quienes van dirigidos los textos, para reconocer los mecanismos utilizados por los
escritores para transmitir mensajes e influir en los lectores, y la capacidad para
interpretar el sentido de las estructuras y características de los textos. Reading
literacy depende de la capacidad de comprender e interpretar una amplia variedad
de tipos de texto y así darles sentido al relacionarlos con los contextos en que
aparecen (OCDE, 2000).

La existencia de indicadores que muestran de manera reiterada que alrededor de la


mitad de la población escolarizada tiene un nivel insuficiente de lectura que no le
permite continuar de manera eficaz con estudios superiores o insertarse
adecuadamente en la fuerza laboral, junto a la concepción del papel determinante
de la compresión lectora entre los estudiantes como base para la consolidación de
los aprendizajes, alienta el objetivo de esta investigación.

Ante la necesidad de construir una contextualización del desarrollo de la


competencia lectora a través de los medios donde generalmente ocurre, que nos
permita identificar los desafíos a los que el propio contexto la enfrenta, en medio de
una enorme tendencia innovadora frente a un arraigamiento de nuestro cerebro
hacia los textos impresos.

Son muchos los que piensan que los libros de texto digitales son la ola del futuro y
desplazarán el libro de texto tradicional mientras que otros creen que este no será
sustituido. En plena era digital, los libros de texto siguen siendo, el dispositivo
didáctico que hegemoniza el desarrollo curricular en las aulas, igualmente, es muy
probable que los libros de texto digitales previsiblemente entrarán con una mayor
extensión e intensidad en el sistema educativo. Las nuevas tecnologías parecen
contribuir a seguir expandiendo esa tendencia, ofreciendo una gran diversidad de
contenidos y formas en la producción y posibilitando la propuesta de actividades
que, en teoría, podrían estar más adaptadas y favorecer ritmos y estrategias de
aprendizajes personales. No obstante en este proceso de implementación y
desarrollo del de texto digital, está plagado de interrogantes y cuestiones que
convendría analizar.

La comprensión lectora del texto digital puede ser más compleja que en el texto
impreso principalmente por el uso del hipertexto (Romo, 2007). Investigaciones
refieren, que los estudiantes no sólo emplean diferentes asociaciones mentales sino
que las estrategias de selección de información se encuentran directamente
relacionadas con el género. Los resultados señalan que existen diferencias en la
comprensión lectora por las características del texto digital.

Para comprender un texto no es suficiente el reconocimiento y la identificación de


los símbolos lingüísticos. Durante el proceso de comprensión lectora se requiere
realizar inferencias que permitan construir un modelo de referencia de la realidad
descrita por un texto. Sin inferencias, se dice, no hay posibilidad de integrar las
distintas partes del discurso, no hay posibilidad de lograr coherencia local y global
(García Madruga, 2005). Para lograr la comprensión, la memoria juega un papel
primordial. Es considerada la segunda función más importante del cerebro. Desde
el punto de vista educativo, Morín (1999) señala que el cerebro no es visto como el
aparato biológico que permite actuar, percibir y aprender, sino que la capacidad de
conciencia se encuentra enmarcada en la cultura. La interpretación de un texto
depende de los conocimientos previos del lector.

El proceso de comprensión lectora podría resultar más complejo por la permisividad


característica de las páginas en Internet. El uso de hipervínculos se contrapone a
los hábitos de lectura provenientes de materiales impresos. Al respecto, Fainholc
(1998) señala que se deben conocer cuáles son los efectos del uso de medios
tecnológicos sobre la mente, derivados de nuevas prácticas de lectura que ahora
están inmersas en los procesos educativos.

Un estudio presentado en el X Congreso Nacional de Investigación Educativa


elaborado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) en la
Universidad Tecnológica de Jalisco (UTJ) arrojo como principales diferencias en la
comprensión lectora entre texto impreso y digital, se encuentran en los procesos
cognitivos: atención, concentración, macroestructura, superestructura, y
macrorreglas, disminuyendo las anteriores cuando la lectura se realiza en texto
digital.

La categoría con diferencias contundentes entre texto impreso y digital fue la


atención. De acuerdo con el sustento teórico de este mismo estudio fue el uso de
hipervínculos el que provoco la disminución en la comprensión ya que el lector
emplea mayor atención dividida y alterna disminuyendo la sostenida.

Entre las investigaciones que se centran en cómo el uso de este tipo de contenidos
digitales afectan al aprendizaje, Phyllis Bolin en su investigación “Learning
Mathematics: It’s at your Fingertip” (2012), trata de demostrar que el uso de un libro
de texto interactivo que pueda ser personalizado por los estudiantes propiciará que
estos aumenten sus horas de lectura y estudio y consecuentemente mejore su
rendimiento en las clases y los exámenes. Entre los resultados obtenidos
destacamos que la mayor parte de los estudiantes afirmaron que el libro de texto
digital les resta tiempo de estudio, es decir, estudian más rápidamente y que lo
hacen de manera más eficaz. Cabe señalar que el 40% de los estudiantes afirman
que este tipo de material propicia el estudio previo de los contenidos antes de las
clases.

Phyllis expone, como conclusión a la investigación, que los libros de texto digitales
creados por estudiantes deben superar varios obstáculos como son la precisión de
contenidos, la facilidad de uso y la percepción del costo/beneficio de este tipo de
libros.
Otra investigación interesante, dentro de la Universidad Cristiana de Abilene
(Abilene Christian University ACU), realizada por Scott Perkins, Michael Mayrat y
Nihalani Priya en 2010, quienes realizaron un estudio piloto sobre el uso de libros
de texto digitales. El estudio partió de la empresa de software educativa, con sede
en Austin, GYLO. Dicha empresa se inició en el 2008 en la investigación y
clasificación de materiales educativos que se podían usar con Apple Store
concluyendo, que la mayoría de las aplicaciones educativas no hacen un uso eficaz
de las ventajas tecnológicas de productos de Apple y específicamente, no son
archivos que valgan la pena académicamente. A partir de esta investigación
diseñaron para el curso 2009-2010 un libro de texto digital para estudiantes
universitarios de primer año de la ACU, a partir del cual evaluaron cuatro
variables la usabilidad de la aplicación, los patrones de uso, la eficacia educativa
de la aplicación y recopilar opiniones de los usuarios. Entre sus hallazgos se
destaca que un 75% de los estudiantes emplean este material como su fuente
principal de estudio ya que, los dispositivos mencionados les permitían utilizarlo en
situaciones en las que habitualmente no lo harían y les motivaba a estudiar, hecho
que repercutió positivamente en sus calificaciones al final del curso.

Igualmente, conviene poner de relieve que algunos estudios como los de Mardis en
2010 quien señala que los medios digitales no promueven la lectura en profundidad.
La lectura del texto fijo es la forma dominante de la lectura en ambientes no digitales,
pero los libros de texto digitales multimedia requiere un tipo diferente de la lectura a
través de las capas interactivas que consisten en pistas visuales, el hipertexto y
papel digital, Mardis señala que el esfuerzo requerido para la lectura digital juega
en decremento del uso que hacen de él los estudiantes.

Pese a las ventajas señaladas Casati (2013) expone que la lectura en papel
presenta ventajas cognitivas tales como, la linealidad que permite simplificar la
comprensión, ofrecer argumentos y el espacio de una página estable y no
desplazable que permite tener a la vista muchos pensamientos a la vez, el
aislamiento relativo respecto a otros artefactos cognitivos que podrían entrar en
competencia con la lectura, el mismo peso físico del libro como fuente de
informaciones.

Esta ventaja cognitiva fue puesta de manifiesto en un estudio llevado a cabo en el


2011 por el Technion Israel Institute, donde a un grupo de estudiantes se les dio a
leer un texto expositivo en el ordenador y a otro grupo el mismo texto en papel.
Después de 7 minutos los estudiantes respondieron a preguntas de compresión del
texto, los resultados de los dos grupos fueron iguales. Los investigadores repitieron
el experimento dando más tiempo para leer, tanto como los estudiantes quisieran.
Los que estudiaron en papel tuvieron resultados un 10% mejores resultados que el
otro grupo. (Medina Reinon y Maseda Ramos, 2014).

En este sentido, tal y como señalan Medina Reinón, Maseda Ramos, (2014) se hace
más que necesaria una reflexión sobre la teoría, las creencias y las prácticas en
torno a la lectura en el mundo digital considerando que los soportes condicionan los
medios. Es decir, al hablar del uso del texto digital debemos repensar, entre otros
aspectos, las implicaciones cognitivas de lectura digital frente a la lectura en papel.

Es importante señalar que en la comparación de la lectura digital frente a la lectura


en papel, la relación entre el uso de medios digitales, entre los que se incluye el
texto digital, y el rendimiento de los estudiantes es ambiguo, así lo dice Astudillo y
Chévez (2015) quienes tras analizar el uso de textos digitales en la programa de
educación básica en México, exponen que una de las principales limitaciones en la
implementación del texto digital es precisamente la capacidad del docente para
lograr resultados exitosos, necesitándose capacitación oportuna y adecuada. Por
otro lado, Prats y Ojando (2015) sostienen que la debida formación al profesorado
en medios digitales, la realización sistemática de determinadas actividades de
aprendizaje con soporte TIC previamente planificadas y con un elevado grado de
intencionalidad de refuerzo y repaso permite mejorar los aprendizajes y los
resultados académicos de los estudiantes.
Justificación

Contextualizar por medio de un análisis las diferencias en el desarrollo de la


competencia lectora a través del texto impreso y digital contribuye a entender mejor
los procesos mentales implicados en la lectura, ayuda a establecer estrategias de
mejora en el diseño de cursos en medios digitales y permite mejorar los materiales
didácticos suministrados en entornos virtuales, permitiendo condiciones apropiadas
para el desarrollo de la competencia.

La innovación no ha representado una solución pues no basta facilitar el acceso a


unos contenidos valiosos culturalmente como transformar las relaciones de
producción, distribución y acceso al conocimiento ensayando nuevas vías que
aseguren su disponibilidad. Y este es el contexto en el que contextualizan las
dimensiones que rodean la transición de un soporte a otro, y cómo debería ser su
recepción en las aulas o entornos de enseñanza y aprendizaje.

El objetivo de esta investigación consiste en establecer las diferencias en las que


se desarrolla la competencia lectora, cuando se utilizan texto impreso y digital,
mediante un análisis comparativo de resultados entre grupos de estudiantes.

La lectura es una herramienta de trabajo intelectual que permite agilizar la


inteligencia al accionar distintas funciones mentales. Las encuestas sobre los
índices de lectura aplicadas en diversos países realizadas por Kantar TNS muestran
un decremento de lectores en el mundo y un incremento en el uso de Internet,
además se identifica que Internet es empleado principalmente como medio
interactivo de participación y no de adquisición de conocimientos (Concha, 2013).
Sin embargo La integración de las TIC en el Sistema Educativo figura comúnmente
en los planos principales, incluso como solución a las diversas dificultades que
enfrentan las instituciones, cuya viabilidad está vinculada a la aplicación de políticas
coherentes, asi como a diversos factores. Estos factores a menudo entorpecen una
adecuada integración de las TIC en los centros, los cuales según sus
características, problemáticas y necesidades se encuentran en niveles de
integración tecnológica diferentes (Lázaro & Gisbert, 2007). Así pues, en la
integración de las TIC en el Sistema Educativo confluyen múltiples factores y
variables, siendo definido por numerosos académicos como un proceso complejo
que evoluciona con el tiempo, en relación con dichos factores y con la participación
de los actores implicados en dicho proceso.

Importancia

La comprensión lectora es la columna vertebral de todo el aprendizaje. Quienes no


obtienen un desarrollo óptimo de la competencia lectora enfrenta dificultades que
no le permiten al individuo construir su propio aprendizaje y en consecuencia se
desencadenan una serie de carencias. El problema es real y al grado de que el
anhelo de ser un país desarrollado esta en gran medida condicionado al desarrollo
de esta competencia. En la media de los países de la OCDE, la lectura llega a su
nivel 5 o 6 en más del 8% de los alumnos de 15 años, mientras que en México solo
el 0.3% de los alumnos llegan a este nivel; Pensamiento crítico.

En un sistema educativo que afirmo que la sola transición de la actividad lectora de


los medios impresos a los medios digitales sería suficiente es tiempo de reconocer
con los resultados al día de hoy que la estrategia falló, porque si bien es cierto que
con la aparición de las TIC llegaron infinidad de herramientas digitales que habrían
estimular nuevas conexiones neuronales, visuales, habilidad formativa de
búsqueda, navegación y filtrado de información para generar nueva información y
hacer sostenible el pensamiento creativo sigue ausente el desarrollo de la
comprensión lectora en la gran mayoría de los estudiantes mexicanos. Los
resultados en evaluaciones, tanto nacionales como internacionales, muestran que
estamos lejos de alcanzar los niveles que son deseables para un país como el
nuestro. Aunque los educadores involucrados estén conscientes de la necesidad de
que los escolares lean comprendiendo, reconocer el problema no basta, y en esta
investigación se pretende replantear las acciones pedagógicas que ayuden a
remediar la situación, pues es necesario sean diseñadas de acuerdo a algún marco
de referencia, con una metodología adecuada y vinculado con investigación que
corresponda.

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