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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

FACULTAD DE FILOSOFÍA, HUMANIDADES Y ARTES


DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROFESORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

CÁTEDRA: PSICOLOGÍA DE LOS GRUPOS E INSTITUCIONES

COLOQUIO FINAL

Profesoras:
Esp. Analía Videla
Dra. Maria José Vila

Integrantes:
Avila, Yamila
Bustos, Estela
Castro, Soledad
Escudero, Micaela
Liquitay, Micaela
López, Cristina
Mercado, Emanuel
Murcia, Abel
Pérez, Daiana
Samper, Daniel
Sanchez, Eliana

Año: 2019
Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

● Consigna Coloquio Final.

Comprende 4 momentos:

1. Puesta en escena: Deberán armar colectivamente una dramatización, (con una duración
de entre 7 y 10 minutos) cuyas escenas den cuenta del devenir y del acontecer de este grupo.
Esta puesta en escena será utilizada como ANALIZADOR INSTITUCIONAL (Kaminsky,
1989) (Requiere un uso de esta herramienta conceptual, trabajada en la unidad 2 y 4)
Deberán ponerse en juego:
● un guión (o varios).
● despliegue de corporalidades.
● elementos de caracterización, escenográficos, de sonido, y otros que ayuden al desarrollo y
la comprensión de lo representado.
● puede incluir: caricaturizaciones de los personajes, elementos fantásticos (mitológicos o
inventados), que posibiliten la toma de distancia, evitando lo meramente imitativo o
reproductivo.

2. Momento de Subjetivación: análisis de lo producido, que dé cuenta del proceso de


construcción grupal y de la implicancia. Uso del material descartado (ideas que no
prosperaron).

3.- Momento de objetivación de la experiencia: Luego de la subjetivación, producir un


momento de observación, de distanciamiento de lo producido para reconocer las
problemáticas trabajadas en la puesta en escena.

4.-Momento de conceptualización teórico-conceptual: La objetivación de la experiencia


da lugar a la problematización del contenido abordado en el armado de la escena. Utilizar
herramientas conceptuales para la problematización de escenas que potencien la
argumentación conceptual.

5.- Cierre y conclusiones inconclusas: Dar cuenta de los procesos grupales, vividos en el
armado de la tarea y lecturas posibles de la experiencia. Aportes singulares y colectivos.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

La bibliografía para la realización del trabajo es la de los contenidos vistos en la cátedra, pero
específicamente tienen que trabajar la teorización de Jasiner, Graciela, sobre los grupos centrados
en la tarea. La idea es que nos consulten cuestiones de contenidos conceptuales, el equipo docente
los coloca en un lugar de hacedores del material a construir, así como de reconocimiento, lectura y
análisis de emergentes y analizadores pasibles de elucidar. Ustedes deberán realizar gestiones para
la organización y puesta en escena de lo planificado.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

● Dramatización.

La dramatización tendrá lugar el día 1 de julio del 2019 en el aula 22 de 14:30 a 17:30 con el
objetivo de llevar a cabo el Coloquio Final de Psicología de los Grupos. Los estudiantes, en primera
instancia, sacarán unos papeles con algunas de las citas de los autores trabajados en la cátedra y
luego darán una exposición de ésta. En una segunda instancia, prepararán la dramatización de una
escena cotidiana en un colegio secundario.

Escena 1:

Los alumnos arriban del recreo y se incorporan a sentarse en sus respectivas sillas. Cada uno
con la idea de ya es la última hora para irse a casa. Eran dos grupos bastante rivales, por un lado los
que permanecían más introvertidos, en el mundo de los auriculares, el rock y las películas de
antaño. Por otro lado un grupo de chicas, catalogadas por los profesores, como alumnas más
extrovertidas. Para ellas - el mate - era fundamental. Una de ellas siempre lo portaba consigo, por lo
que todas las tardes - en los recreos - eran las risas y las conversaciones a hurtadillas de los demás,
coloquialmente hablando se “comían el cuero”.

Las conversaciones entre ellos no eran del todo educadas, se faltaban mucho el respeto y la
armonía del aula parecía una utopía a conquistar. Los profesores añoraban terminar la hora en ese
curso, ya que parecía como el viejo dicho “entrá si querés, salí si podés”.

El reloj de plata de una joven profesora marcaba las 15 hs. Ella se disponía a dar su clase de
“Orientación y Tutoría”, la cual había preparado con anticipación porque había escuchado el mal
eco que tenían los alumnos del 5° “C”.

Llega la profesora al aula y los alumnos se incorporan. Ella se coloca en el medio para emitir
su dulce saludo.

Profesora: Buenas Tardes a todos…

Alumnos: Buenas Tardes, profesora. - responden todos al unísono.

Profesora: Tomen asiento por favor….

La profesora deja su maletín sobre el escritorio mientras los alumnos se sientan. Luego se
saca el tapado y los deja sobre la silla. Paso seguido, se dispone a dar un comunicado.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Profesora: Chicos, como saben comenzó el segundo trimestre, por favor envíenme - por
email - el último práctico para corregirlo este fin de semana.

Alumno 1: Profe… yo se lo envié ayer…

Profesora: Bien, cuando llegue a casa lo chequeo…

Alumno 2: Yo se lo envío mañana cuando vaya al ciber que está cerca de mi casa, porque en
mi casa tengo Internet pero nos anda muy mal…

Profesora: Bien, amén de eso, quisiera proponerles que en estas vacaciones podrían buscar
alguna película para poder articular los conceptos de la materia… no sé, ¿Qué les parece?

Alumno 1: Yo la verdá, profe… ni me voy a acordar de hacer eso… (Risas).

Alumno 2: Y si sos más olvidadizo… ¡uff! - en tono de burla hacia su compañero.

Profesora: Bueno, y sino… ¿Qué se les ocurre? ¿Qué pueden hacer?

En ese momento a la profesora le suena el celular… y se dispone a verlo.

Profesora: Chicos, es una urgencia, tengo que atender…

Profesora: Hola…. sí, estoy en clase. Sí, a las 18 sale Matías del médico y acordate de buscar
a Carolina de la casa de tu madre. Después lleva a Matías a Jockey. Nos vemos a la noche, un beso.

Profesora: Chicos, perdón, mi marido que se olvida de los horarios de nuestros hijos…
Bueno, ¿en qué estábamos?

Alumno 4: En lo de la película profe….

Profesora: ¡Ah, sí! Bueno como les comentaba pensé en una película pero si quieren pueden
proponer ustedes una actividad, eh? No hay problema, ustedes saben que yo, dado el caso, soy
bastante flexible… mientras piensan en ello, voy a tomar asistencia….

Los alumnos se disponen a conversar... mientras que la profesora saca de su maletín una
carpeta y se sienta en la silla del escritorio.

Profesora: Avila Yamila….

Alumna: Presente, profe…

Profesora: Castro, Soledad…


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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Alumna: Presente!!

Profesora: Rodríguez Cintia…

Una de las chicas, con la cara acongojada le responde:

Alumna 5: Profe, no ha venido, pero tampoco creo que venga por un tiempo.

La profesora - sorprendida - se incorpora y le dice - ¿y eso… por qué? ¿Ha tenido algún
percance Cintia en estos días?

Alumna 5: No, profe… lo que pasa es que - bueno, no sé si usted sabía que Cintia padece de
Leucemia - y por ello no va a venir por un tiempo.

Profesora: ¡Uy, qué pena más grande! La verdad, que no sabía nada.

Alumno 3: Leu… ¿qué? No entiendo profe…

Profesora: Leucemia, Abel. Es una enfermedad que algunas personas la padecen y en


algunos casos puede llegar a ser mortal. Pero detectada a tiempo, con estudios y con los cuidados
necesarios que indique el médico que la trata, puede ser tratada su enfermedad. ¿Ves?

Alumno 3: Ah!!! Pobre…. ¿y si hacemos algo para ayudarla?

Alumna 5: Esperá, que quiero terminar de contar… bueno, yo salí a cargar el marcador -
porque el profe de Matemática me mandó - y justo me encontré en la puerta de la dirección con los
padres de ella y me dijeron que ya no iba a venir por un tiempo.

Profesora: ¡Muy bien, Abel! Claro, podemos hacer algo para recaudar fondos para alguna
medicación que necesite.

Alumna 3: Profe, podríamos hacer un bingo… se me ocurre, no sé…

Profesora: No es mala idea. Pero, sería conveniente que lo conversemos con el Director, ¿les
parece?

Alumnos: Sí - respondieron todos al unísono.

Profesora: Bueno, quédense charlando sobre qué podemos hacer… yo ya vengo, voy a
plantearle este suceso al Director.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Escena 2:

La profesora arriba a la Dirección, toca la puerta de la oficina del director y es atendida.

Profesora: Buenas Tardes, Daniel. ¿Cómo estás? - dice en tono enérgico.

Director: ¿Qué tal, Daiana? ¿Cómo sigue tu hijo? - dice en tono preocupado.

Profesora: Muy bien, el lunes se incorpora a colegio. Horrible la varicela que tuvo, y encima,
extrañaba mucho hacer jockey.

Director: Bueno… me alegra que esté recuperado. ¿Necesitas algo?

Profesora: Sí, Daniel. Vengo porque ha pasado una situación en el 5° “C”, ¿Recordás a la
niña Rodríguez?

Director: Sí, los padres de la niña vinieron hace un rato a charlar conmigo. Está bastante
grave, la han internado esta mañana.

Profesora: ¡Qué pena! Los chicos están muy movilizados con esto, así que quieren hacer un
bingo para ayudar a recaudar fondos para la medicación.

Director: Bueno, dale… subamos y charlemos con los chicos….

Escena 3:

El Director y la profesora entran al aula. Se siente bastante bullicio.

Profesora: A ver… chicos hagamos silencio que está el Sr. Director - lo dice palmeando las
manos.

Los alumnos se colocan de pie para saludar.

Director: Buenas Tardes….

Alumnos: Buenas Tardes, Sr. Director…

Director: Tomen asiento, por favor…

Director: Bueno, como me ha comentado la profesora, ustedes están muy movilizados por lo
de su compañera Cintia. Quiero que sepan que estoy al tanto de la situación y que cualquier cosa
que necesiten en cuanto a firmas para donaciones, no hay ningún problema.
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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Alumna 3: Profe, ¿nosotros podríamos donar sangre?

Profesora: Creería que no… pero tengo entendido que si tenés 16 años puede ser con
autorización de los padres…

Alumna 3: Director, ¿podríamos hacer un bingo en el colegio?

Director: Sí, creería que no habría problema. Podrían usar el S.U.M (Salón de Usos
Múltiples) para ello ya que es bastante amplio y cuenta con todo lo que necesitan.

Alumna 3: ¡Qué bueno! También podríamos traer tablones o tarimas y además banquetas
para sentarse.

Director: Sí, ningún problema con eso….

Profesora: Mica, yo puedo traerte algunos tablones que tengo en casa… además algunas
gaseosas y cositas dulces.

Alumno 1: Yo puedo traer un megáfono, la compu… y un parlante para animar…

Director: Bueno chicos, organícenlo que después pasan por mi oficina a contarme que
decidieron hacer…

Profesora: Muchas gracias, Daniel; por tu buena predisposición y apoyo a los chicos.

Director: De nada, estoy para lo que me necesiten… Adiós…

El Director se retira y cierra la puerta….

Escena 4:

Son las 15 hs y comienza la clase de “Orientación y Tutoría”… 15 minutos después viene


llegado una de las chicas con la triste noticia de que su compañera Cintia tristemente falleció.

Alumna 6: Hola chicos…. – dice la chica con los ojos llenos de lágrimas -.

Alumna 3: ¿Qué te pasa, Mica?

Alumna 6: Es que… - se acongoja y se le caen las lágrimas -.

La profesora la encuentra y le pide que se siente en la silla que estaba junto a la puerta.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Profesora: A ver Mica, toma asiento… tranquila – se lo dice mientras que la ayuda a sentarse
y le acaricia la cabeza con la mano-. Contáme, ¿Qué pasó?

Alumna 6: Es que… esta mañana fui al hospital a ver a nuestra amiga. No me dejaron entrar
ya que no era horario de visita, pero me quedé con los padres de ella un rato a hacerles compañía y
darles apoyo…

Profesora: Bueno pero ¡Muy bien, Mica!, me parece fantástica la actitud de tuviste….

Alumna 6: Si, profe… pero – vuelve a largar una lágrima – lo que pasa es que justo vino el
médico y les dijo que estaba muy grave... y que ya no podían hacer nada….

La profesora se quedó en silencio y se le llenaron los ojos de lágrimas… sus compañeros las
rodeaban haciendo un círculo. Todos en completo silencio. La chica pudo recobrar el aliento y
retomó.

Alumna 6: Luego de eso… nos quedamos esperando una media hora y después nos encontró
el médico para darnos la lamentable noticia…. Su madre cayó desplomada sobre sus rodillas y
estalló en llanto. El padre, escasamente pudo sujetarla de las manos y lloró en silencio. Yo me
quedé unos 15 minutos pero ya se me hacía muy tarde para llegar acá.

La profesora y los chicos se quedaron en silencio y todos llorando la lamentable pérdida de su


compañera. Luego de unos días, las cosas volvieron a tomar su curso normal.

A partir de ese acontecimiento el curso no volvió a ser el mismo. Todos cambiaron en el


sentido de volverse más compañeros y amables para con los demás. Cada aniversario de su
fallecimiento los chicos – todos juntos - hacían una oración en la parroquia del colegio.

Además, la pérdida de Cintia y el duelo por la misma había producido en los alumnos una
suerte de efecto de reflexión para salir de su propio narcicismo adolescente y dar lugar a la palabra.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

 Momento de conceptualización teórico-conceptual.

Podemos inferir como dos instancias de análisis de las escenas: Una del orden de lo
institucional y otra del orden de lo grupal. Ambas dos con conceptualizaciones que tomamos desde
la cátedra para hacer el análisis.
Según la literatura de Cátedra recuperamos algunas conceptualizaciones de Ana María Correa
respecto de la vida cotidiana y las instituciones…
“La realidad cotidiana es una imagen construida desde experiencias y vivencias en la
interacción con el otro…” (Correa, 1999).
“Las instituciones están en el trasfondo de lo cotidiano. Operan como soportes a modo de
contexto: contiene, rodea, habla y atribuye sentido al texto.” (Correa, 1999)
“Ellas - las instituciones - están presentes en las tramas cotidianas en sus leyes, sus
símbolos, sus conminaciones, etc. para transmitir y reproducir cierto orden; y también para
generar un orden instituyente.” (Correa, 1999).
Damos cuenta de ciertas tramas a partir del Registro de la Vida Cotidiana realizado en la
escena 1 en la cual relata una realidad cotidiana de una clase de Orientación y Tutoría en colegio
secundario, más precisamente, en un 5° año.
En cuanto al orden en la institución podemos advertir los saludos y el respeto asignado hacia
la profesora y al director; y, a vez que el lenguaje que usaban los chicos no era el mismo para con
las autoridades como para con sus pares.
En la escena 3, si bien no es un hecho muy significativo, pero que marca una orden implícita
cuando la profesora palmea las manos para que los chicos hagan silencio cuando arriba el director al
aula.
Las instituciones (Garay, Lucía; 2006) que se ponen en juego en este recorte de escenas son el
Director, la profesora, los alumnos, el hospital, la familia de la chica con Leucemia, el Mercado
(por la compra de los medicamentos) y el S.U.M. donde se llevará a cabo el bingo. Por lo que
propone que en las instituciones educativas existen diversas dimensiones susceptibles de ser
analizadas. En cuanto las dimensiones institucionales presentes:
 Espacio – tiempo: En la escena 3 donde se advierte que una alumna le pregunta a la
profesora si ellos podían donar sangre, a los que la profesora duda por lo requisitos que
necesitan cumplir para hacerlos.
 Pedagógico – didáctica: Cuando en la escena 1 se visualiza claramente que la profesora
llega al aula, saluda y se da por comenzada la clase.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

 Organizacional: Cuando en la escena 3 el profesor les plantea que les facilitará las notas
necesarias en caso de requerir donaciones o medicamentos.
 Socio – Comunitaria: Se manifiesta cuando el bingo es llevado a cabo y se invita la
comunidad para recaudar los fondos necesarios.
 Cultura – institucional: Se caracteriza por ser una escuela infraestructuralmente pequeña y
también de matrícula pequeña que permite el conocimiento de todos…
 Ideológica: Es una escuela confesional, es claro cuando dice en la última escena que los
chicos en cada aniversario del fallecimiento de su compañera hacen una oración en la
parroquia del colegio.
En cuanto a la enfermedad de Cintia – en este caso, con un trágico final – podemos
relacionarlo con la primera causa de sufrimiento de Freud1 que es “La Fragilidad de los cuerpos”.
En “El malestar en la cultura” deja bien claro que la felicidad es una utopía, algo que todos
buscamos pero que sólo es dada al hombre de modo episódico. Y que nuestros variados intentos por
eludir el sufrimiento que nos es inherente por nuestra condición humana están de antemano
destinados al fracaso.
Dice Freud: “El sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo que,
condenado a la decadencia y a la aniquilación ni siquiera puede prescindir de los signos de alarma
que representan el dolor y la angustia; del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con
fuerzas destructoras omnipotentes e implacables; por fin, de las relaciones con otros seres
humanos.”. Frente a la magnitud de estos poderes, “no nos asombra que el ser humano ya se
estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, o de haber sobrevivido al
sufrimiento (…) y que en general, la finalidad de evitar el sufrimiento relegue a segundo plano la
de lograr el placer.” (Freud, 1929).
Esos son los dos costados que integran la aspiración humana a la felicidad, por un lado evitar
el dolor y el displacer, por otro vivenciar intensos sentimientos placenteros. Ese programa, que fija
una finalidad a la vida, no es otro que el del principio de placer, ese programa es irrealizable, está en
pugna con el mundo entero.
En otra cita que hacemos de Freud (1926) propone: “El Dolor es la reacción actual a la
pérdida del objeto, mientras que la ansiedad es la reacción al peligro que implica dicha pérdida, y
mediante un desplazamiento, una reacción al peligro de la pérdida del objeto mismo”.

1
Para Freud (1895) el primer dolor vivido por la especial humana es la indefensión resultante de la separación de la madre. La radical indefensión de
la privación del otro desencadena un estado negativo que provoca el inicio de la organización psíquica. Sobre este primer “aparato” psíquico, que no
tiene capacidad de elaborar el Dolor Mental, las fluctuaciones de la presencia y disponibilidad del otro abre la dialéctica de la tolerancia / intolerancia
a la frustración. Si predomina la tolerancia se instala la función simbólica; si fracasa, la integración del pensamiento queda alterada.
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Claramente, se puede observar en la última escena de los chicos y la profesora llorando por la
triste pérdida y el silencio abunda el lugar. Otra de las escenas es cuando una de las alumnas relata
la reacción de los padres de la chica al recibir la noticia por parte del médico.
La melancolía es así una consecuencia de la (no) elaboración de la pérdida del objeto (que
permanece simbólicamente enquistado), mientras que el dolor es la reacción a la pérdida de un
objeto que no existe más. El dolor es sentido de alguna manera displacentera, a veces muy intensa,
pero no es sufrido. Cuanto más intenso es el dolor de la persona, más miedo (evitación) al
sufrimiento se desarrolla. El dolor mental no es transmitido al otro, en cambio el sufrimiento sí,
pues a través del grito, la queja, el llanto, o la palabra se promueve la colaboración social y los
cuidados mutuos. El dolor físico es pasajero o mensajero de la muerte.
Otro punto a rescatar es lo que Ulloa denomina la “encerrona trágica”. Según Ulloa en la
tortura, paradigma de la encerrona trágica, se organiza una situación de dos lugares, sin tercero de
apelación. Es toda situación en donde alguien, para vivir, trabajar, recuperar la salud, etc.,
depende de algo o de alguien que lo maltrata, sin tomar en cuenta su situación de invalidez. La
encerrona trágica es el factor etiopatogénico2 para un abordaje de la psicopatología social. Es un
concepto extraído de su quehacer en el campo de los Derechos Humanos, principalmente referido a
la tortura como situación límite, pues constituye uno de los pasos de la represión integral que
organizaron en la región y en otras partes del mundo siniestras formas del Terrorismo de Estado. La
encerrona se estructura en dos lugares: dominado y dominador. No hay tercero mediador a quien
apelar, alguien que represente una ley que garantice la prevalencia del trato justo sobre el imperio
de la brutalidad del más fuerte. En la encerrona trágica prevalece el “dolor psíquico”, un
sufrimiento que se diferencia de la angustia por su infinitización, la desesperanza de que cambie la
situación de dos lugares.
Se trata de un término que extrajo de su trabajo en el terreno de los Derechos Humanos,
donde el paradigma de esa encerrona podría estar representado por la tortura. Define una situación
en la cual se halla un sujeto cuyas potencialidades físicas han sido literalmente amarradas, por lo
que depende, para dejar de sufrir o para sobrevivir, de alguien que lo atormenta sin piedad.
Sin embargo, la idea de encerrona trágica se le presentó con mayor claridad en ocasión de
escuchar en el consultorio a una madre terriblemente angustiada por el secuestro de su hijo. Primero
esa persona dijo: "Ojalá todavía viva...". Pero sabiendo del inexorable tormento al que estaría
siendo sometido quien acababa de desaparecer, agregó en voz mucho más baja: "Ojalá haya muerto
y no sufra". Aproximaba así su posición a la de los criminales y quedaba en un encierro tremendo.

2
Que causa o contribuye a generar una determinada patología.
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Allí se dio cuenta de que, en realidad, ese era el encierro con el que se identificaba esta madre,
quien estaba previendo la crueldad con la que su hijo iba a ser o estaba siendo tratado. El hijo, por
su parte, podía estar pensando a su vez: "Ojalá no me maten" y, frente al sufrimiento inexorable:
"Ojalá me muera antes que me saquen una palabra". Esta es la situación de encerrona trágica,
donde no hay un tercero de apelación, nadie que ponga fin a esa situación, un tercero de la ley, una
terceridad.
Esta idea de “encerrona trágica” se podría lograr una analogía con el hecho de que los chicos
recaudaron los fondos, les dieron la plata a los padres para la medicación pero lamentablemente la
chica, falleció. Es decir que, independientemente el hecho de que la escuela hiciese o no el bingo no
condicionaba, más bien, no era garantía absoluta para que la chica lograra salvarse de la
enfermedad. En este caso el tercero de apelación, no lo condicionaba ese hecho puntual, hay algo
que queda “por fuera”.
En esta sección hacemos alusión a lo que Kaminsky (1989) la posición burócrata en diversos
ejemplos como: notas de permiso, saludos al lado del banco, toma de asistencia, evaluación.
Esto estaría dentro de lo normativo – prescriptivo, es decir, dentro las normas instituciones – ya
sean explícitas o implícitas – que deben respetarse y llevarse a cabo.
Además, retomamos lo que Kaminsky (1989) no lega: “Toda institución es un dispositivo de
violencia social”…. La institución como formación de la sociedad y de la cultura también es fuente
de sufrimiento pero condición de identidad. Allí se instala un contrato entre lo que el sujeto cede y
lo que la institución le da. Sujeto e institución en una relación paradojal planteada por una búsqueda
de autonomía y una necesidad de independencia. La violencia aparece como respuesta a la ruptura
del pacto inconsciente.
La violencia institucional “en exceso” que es la que nos niega como sujetos, es decir, la del
maltrato. Este exceso se manifiesta en dolor, abuso, impotencia y constituye una “encerrona
trágica”
“Se da cada vez que alguien para amar, divertirse, trabajar, estudiar, transcurrir su vejez,
depende de alguien que lo maltrata o simplemente lo distrata, negándolo como sujeto”. (Ulloa, “La
Novela Clínica Psicoanalítica”).
También es “el malestar sobrante” de Silvia Bleichmar que lo define así: “Esa cuota de
malestar extra que nos vemos obligados a pagar en ciertos casos, más allá de las necesarias e
imprescindibles renuncias que toda vida social impone”. En muchos casos el trabajo institucional
consiste en ir trabajando con los actores institucionales cómo desde cada singularidad se puede ir
negociando la manera de no someterse y sí de ejecutar creativamente su tarea. Esta idea es
subsidiaria de un concepto actualmente muy escuchado en el ámbito de las organizaciones que es la
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Resiliencia (elasticidad). Este concepto viene del campo de la física y apunta a la cualidad que
tienen algunos cuerpos de rebotar. Esos cuerpos no se fragmentan sino que sufren una deformación
momentánea, pero luego recuperan su forma. La intención no es recuperar la misma forma una y
otra vez, sino una forma propia para cada sujeto. La otra forma de respuesta a la ruptura del pacto se
juega al interior del sujeto y su consecuencia es un sujeto fragilizado.

En el orden de lo grupal, retomamos a Gregorio Kaminsky – quien - escribió hace ya un


tiempo que: “Las instituciones tienen ojos. Los ojos institucionales son los grupos. A través de ellos
es posible entender a los que son objeto de ella y a los que son sujetos de la misma”.
Lo que efectivamente existe son los espacios de condensación de lo subjetivo y lo social:
grupos e instituciones. Si la institución es un proceso en movimiento, son los grupos quienes
pondrán en juego este movimiento. Hablar de las instituciones es hablar también de los grupos.
En este sentido creo que es posible pensar en términos de institución objeto e institución
sujeto. Encontramos aquellas instituciones que son solo reproductoras, más de lo mismo y aquellas
que pueden constituir su identidad singular.
La cultura institucional caracteriza y justifica el ser y el hacer cotidiano de una institución.
Esta cultura se vuelve observable a través de los mitos, leyendas, objetos, normas y símbolos
producidos por la institución. En la medida en que sólo se busque reconstruir una versión ya vivida
de la historia, se vuelve imposible apropiarse de los múltiples atravesamientos que dan cuenta de
ella. El mandato del fundador, como prescripción inapelable, no deja lugar al surgimiento de los
movimientos instituyentes y a la novedad.
Otras instituciones son aquellas que pueden albergar la novedad sin sentir que pierden su
identidad. Hay allí un lugar para lo instituyente y para que la tensión estructural instituído-
instituyente pueda seguir produciendo efectos.
El intento de homogeneizar es un intento de controlar y aún de controlar la propia
implicación. Las instituciones muchas veces intentan sostener la ilusión de la coincidencia hasta que
alguna irrupción viene a desarmar ese supuesto consenso, mostrando las lógicas diferentes que allí
se juegan. Cuando la institución puede albergar esas heterogeneidades, esas diversidades, se puede
desplegar su función metafórica.
Es claro el ejemplo en la escena 1 en la cual el narrador cuenta como son los grupos dentro
del aula. Una característica notable es los diferentes gustos y modos de relacionarse.
Otro de los ejemplos es lo instituido – “lo hablado” - y rotulado que estaba el curso del 5°
“C” y el mal eco que tenía en toda la institución. Lo instituyente – “lo hablante” es que a partir de la
situación de Cintia, los chicos cambiaron su postura, los grupos se diluyeron y conformaron un
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nuevo grupo todos juntos. Esto último, lo podríamos relacionar con lo que Kaminsky nos relata:
“Están presentes los grupos hablados y los grupos hablantes”.
Por otro lado, tomamos a Ana Correa quien nos lega: “En los grupos aparece interrogado el
sentido común…”. En términos generales, pensamos (actuamos) la vida cotidiana como algo que se
da naturalmente, como si no hubiera otra forma de mirarla (concebirla) y actuarla. Como un hábito
adquirido. Un mundo que ya fue construido y significado. Una trama previamente escrita. Un orden
natural. Predestinado. Inmodificable. Que no puede (no debe) ser cuestionado ni interrogado. Esta
naturalización de la vida cotidiana se legitima desde lo que se da en llamar el sentido común.
Podríamos definirlo como ese mundo de valores, creencias y significaciones que regula nuestra
cotidianidad. Una verdadera pre-comprensión de la existencia, una categoría social, un marco
común de interpretación, un orden de sentido (en algún punto incuestionable) que aglutina y
justifica el lazo entre los hombres.
El lugar común es un manual de instrucciones y constituye aquello que se vive como “lo
natural”. El lugar común tiene una historia que se ancla, por una parte, en la experiencia y, por la
otra, en las ideas recibidas y adoptadas sin examen. De esta mezcla está tejida la trama de la vida
cotidiana, los actos que se realizan bajo el automatismo de la repetición, que se legitiman como
costumbres o que se imponen como preceptos. El lugar común forma la enciclopedia del sentido
común: ese acuerdo no escrito (ni sabido del todo), al que nos remitimos cuando las cosas en lugar
de ser pensadas, son ordenadas según normas que todo el mundo comparte sin elegir. La
experiencia guía la institución de estos bloques de sentido. Pero no sólo ella: la experiencia
produce esa configuración de ideas que parecen no venir de ninguna parte, haber estado siempre allí
y permanecer como materias vivas.
Se mostraría fácilmente que la intuición común se caracteriza por un déficit de imaginación,
por un abuso de los principios unificantes y que descansa en una débil aplicación del principio de
razón suficiente. Pero así como el sentido común es pensado como un modo de encubrimiento de la
realidad, hay autores que piensan lo contrario. El sentido común sería aquello que resiste y asegura
la solidez social a través de las generaciones. Más bien, el sentido común sería el arraigamiento de
un 'pensamiento orgánico', un saber incorporado que asegura la solidez social a través de las
generaciones. Es incluso el 'agujero negro' donde se concentra una energía social que escapa a las
diversas imposiciones políticas, económicas y morales que nos impone el poder.
El sentido común se construye al interior de una práctica social que tiene como escenario de
fondo un marco común de interpretación de las cosas. Es lo que los psicoanalistas llaman el
principio de realidad – es decir - un orden de sentido casi incuestionable que facilita, aglutina y
justifica el lazo entre los hombres. Lo que abre otra cuestión: la eficacia de un pensamiento
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crítico, el riesgo de que la crítica quede en el vacío y una termine hablando sola como los locos.
Por ende, perder el sentido de pertenencia.
Podría hacerse una analogía con el proceso que los chicos tuvieron que hacer para llegar
conseguir la firma del director, el SUM y la predisposición de la profesora. Esa suerte de
negociación que los chicos implementaron conllevo que – desde pautas sociales culturalmente
aprendidas – pudiesen lograr la tarea. Más bien, sin pensamiento crítico no lo hubiesen podido
lograr, por ello cuando hablamos de pensamiento crítico nos estamos refiriendo a un proceso, un
trabajo, que es específico del pensamiento, pero que está situado en el marco de una actitud y una
serie de prácticas (intervenciones) motivadas en la pretensión de transformación de las situaciones
personales y también de la vida social y colectiva.
Esto no lleva a retomar lo que Graciela Jasiner nos habla cuando dice: “El trabajo y la
construcción con otros requiere saber del Narcisismo”, y “Salir del exilio de uno mismo”.
Según el psicoanálisis, es una ficción de COMPLETUD, de NO necesitar del otro pero a la
vez es una etapa indispensable de ser analizada, es un camino necesario de ser atravesado para pasar
del autoerotismo a las relaciones objetales, punto en el que se ancla la producción del Yo.
Abordaremos el tema del NARCISISMO como posición que hace obstáculo a la Tarea del
Grupo, como lugar desde la cual la crítica resulta insoportable, ya que al resquebrajarse algo, todo
se derrumba y que más bien alude a la relación dual y especular de un religioso con su maestro.
Una dimensión posible para pensar los efectos de “Cura” en un Grupo Centrado en la Tarea,
tiene que ver con la posibilidad de transitar y sostener un acto creador, con la posibilidad de crear y
crearse, poniendo en juego en un proceso activo un cierto protagonismo que acabe con “el
cansancio hecho de esperas infinitas”. Empezar a crear en lugar de seguir creyendo.
El acto creador supone atreverse a soportar un sentimiento de vacío, y una convicción de la
falta, y por sobre todo animarse a permanecer en la más desgarradora soledad. Sin el sentimiento de
vacío y sin soledad, no hay creación. Para que la creación sea posible debe producirse un
movimiento psíquico, la renuncia a ser capturado en el registro de las identificaciones imaginarias,
pasaje del Yo Ideal (lugar del ser o no ser – de las certezas, del tiempo eterno, de las relaciones
duales y especulares) al ideal del Yo (lugar del proyecto, hay un tercero, no soy pero puedo llegar a
serlo, campo de lo simbólico y la incompletud).
Recordemos que el Yo Ideal se refiere a una totalidad sin grietas y en cambio del Ideal del Yo
a aspectos parciales. El pasaje del Yo Ideal al Ideal del Yo, será entonces el camino de un discurso
totalizador, que no acepta cotejos ni evidencia de la realidad a un discurso discriminante que acepta
el cotejo con algo exterior.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Esto se puede ver claramente en un primer momento con el hecho de que los grupos eran
rivales y eran muy irrespetuosos con el otro. En un segundo momento, cuando el grupo tuvo una
tarea en común que fue el hecho de recaudar los fondos para la medicación. Por lo cual para crear,
entonces hay que poder atravesar la soledad.
Si definimos la tarea del Grupo como un proceso hacia “algo”, éste sería el recorrido desde la
omnipotencia y la magia de un universo Narcisista a la posibilidad de encontrarse con otros, o con
una teoría, cuestionando las certezas, demorándose, superando el aislamiento individualista y
pudiendo aportarlos a los aportes del otro aunque sean diferentes. Del paraíso al mundo del trabajo
que supone destruir el objeto de conocimiento y mis referentes internos, para construir algo nuevo.
Generando así un “plus” que es más que la suma de las partes.
Por ende, para conceptualizar al grupo, Freud se basa en la siguiente tesis: “El grupo se
encuentra unido a causa de la libido, que mantiene la cohesión en todo lo existente”.
La libido es la energía de las pulsiones y está en relación con todo aquello susceptible de ser
comprendido bajo el concepto del amor. Dentro de este concepto, se incluye el amor a sí mismo, el
amor paterno-filial, la amistad, el amor a la humanidad en general, el amor a ciertos objetos, a ideas
abstractas, etc. El concepto de libido entonces, es una concepción amplificada del amor. La
condición de posibilidad para que el grupo se mantenga unido, es que exista una doble ligazón
libidinal: Por una parte la idealización del líder y por otra parte la identificación recíproca de los
miembros entre sí. Dice Freud que mientras no se den estos lazos, una simple reunión de hombres
no constituirá un grupo. De este modo, intenta demostrar que la característica principal de un grupo
se encuentra en el entrecruzamiento de estos lazos. Cuando hay investidura libidinal, hay ilusión de
unidad.
La ilusión grupal es un mecanismo de defensa que propicia la relación a lo semejante y la
exclusión de lo diferente. Las diferencias entre los alumnos desaparecen y se crea la ilusión de que
todos se encuentran igualados frente a un objetivo común. Esta unificación ilusoria, que es muy
común en la adolescencia y en la constitución de ciertos grupos, está destinada a declinar en pos de
la aceptación de las diferencias.
Arribamos así a la 3° causa de sufrimiento de Freud que tiene que ver con “los vínculos”.
Freud no cree que el yo sea la instancia evolutiva e independiente, soldada a una conciencia
libre postulada por el humanismo, sino algo del orden de la imagen (ideal) que captura al sujeto
alienándolo en series sucesivas de capas de identificaciones. Identificaciones que lo comprometen y
lo ligan a los otros; y precisamente, a través de ellas, se vehicula (en cada caso de manera
particular) lo que está a la base del malestar: la pulsión de muerte. Entonces, hay un determinado
lazo social —basado en esta economía narcisista— que une a los individuos y expulsa el objeto a
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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

destruir. Esto se lleva a cabo porque la cultura, entendida como la formación de construcciones e
instituciones al servicio del programa de mantenimiento del principio del placer, se soporta sobre la
base de estas “potentes identificaciones”. Freud, adherido a la evolución, la entiende como la
conquista por parte de los instintos de nuevos modos para su satisfacción. Pero en esta conquista,
han de contar con una resistencia: la inercia al abandono de las viejas formas de descarga.
La identificación imaginaria al semejante permite no sólo sostenerse como ser deseante en el
juego de miradas, en la reflexión de imágenes en espejo, sino que brinda a la pulsión de muerte una
localización fuera del “nosotros”, en el exterior en donde se arroja lo displacentero. Estas
identificaciones imaginarias abren cauces a una economía libidinal sostenida por el narcisismo. Se
construye barreras, instituciones, ejércitos atrincherando la satisfacción erótico-narcisista en el
campo de “los nuestros”, mientras se eyecta la agresividad (un modo de la pulsión de muerte)
contra “los otros”. Y si llega el caso que, por efecto de la rivalidad o el odio, ocurra algo
reprochable para los propios, siempre podrá deslizarse la pulsión hacia el otro, tachándole de
causante, incitador, o peor aún, de traidor. En definitiva, como en el transitivismo infantil: el otro se
convierte en culpable y merecedor del castigo que entraña el acto del propio o los propios.
Otro de los puntos a analizar es lo que Souto y Fernández nos dicen: “Los grupos no son lo
grupal”.
 La noción de grupo es inexistente para lo mayor parte de los sujetos. El grupo es
efímero y está dominado por la suerte. Solamente existe en las relaciones interindividuales.
Se desconocen los fenómenos de grupo, todo se reduce a personas.
 Dificultad de todo ser humano para descentrarse: El grupo es un intermediario entre el
individuo y la sociedad, se es más eficaz juntos que aislados pero el grupo es una alienación
para la personalidad, para la autonomía.
 El grupo se vive como anticipación, natural, evitable, permanente, anterior y superior
al individuo: El grupo está hecho para ser vivido totalmente, no que uno de sus miembros,
tome distancia en relación con él o un extraño se introduzca por curiosidad.
Tanto como para el inconsciente individual, el grupo es una superficie proyectiva para el
inconsciente social.
Por otro lado podemos hablar de la Tarea que tenían para realizar los chicos. Jasiner
plantea que hay diferentes (GCT) grupos operativos, de discusión, formación, aprendizaje, etc.,
y así llamados actualmente grupos mono sintomáticos tanto en la educación, comunitario e
institucional, etc., que a veces en la experiencia cotidiana, se sostiene como si fueran del orden
de lo natural, es decir, sin interrogarlos demasiado. Como su nombre lo indica, se reúnen en

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

derredor de una tarea pero algo que habitualmente excede es el solo abordaje de ella parecería
indicar ciertos ejes de una posible “eficacia”.
Es oportuno indicar que el nombre de (GCT) de algún modo incomoda el paradigma
individualista en nuestros días, en tanto la paradoja es que, desde el vamos, queda legitimado
que es atarea no será sin otros.
Sabemos que el sujeto se produce en el campo del otro, pero como la singularidad es
afectada por lo grupal, por los pequeños a lo que pertenece ese sujeto, como lo grupal afecta lo
de cada uno y ene l mejor de los casos puede advenir una salida, es un desafío que merece ser
investigado.
A veces el trabajo grupal descongela al sujeto, lo conmueve de una inercia letal. En los
(GCT), el lugar de la tarea refiere a lo inacabable, incompletable que nunca deja asir del todo,
que falta realizar y que a la vez marca una ilusión, un ideal, etc. El mundo globalizado y de
relaciones banalizadas la idea de tarea poco tiene que ver con que cada cual se las arregle como
pueda, es decir con el yo autónomo del pragmatismo americano. Frente al discurso de lo
universal, de lo totalitario escrito en mayúscula, la tarea puede dibujar un mundo escrito en
minúscula y que privilegia lo plural una multiplicidad que alberga la singularidad.
La autora aclara, centrados resulta un término complicado, en su linaje con una lógica
esférica cuyo centro estaría en lo mejor de los casos ocupado por la tarea y en el peor, por el
mismo coordinador. Se trata de que cuando alguien o algo ocupa el centro, si la lógica es el de
la esfera todos los otros puntos estarán en un radio exactamente equidistante del centro. Desde
una lógica borromeica se podría pensar un centramiento diferente, y es así como lo voy a
proponer a lo largo de este texto, el nudo borromeico, que solo podría ser reducido a un agujero
en el centro, a diferencia a una esfera que puede reducirse en un punto central. Entonces,
cuando hablamos de grupos centrados en una tarea como por lo menos ya somos posgalileanos,
el centro no será ese punto único e inamovible en el medio de la esfera. Nos referiremos a
centrado, en cambio, en el sentido de una lógica borromeica que siempre remite al tema de los
agujeros y a los avatares.
Pichón Reviere y a advertía la noción de tarea como nodal para el trabajo con grupo, allí
donde operar como ordenador lógico de la expresión. Se trata de un proceso en el que se van
trazando otras alternativas, más allá de lo uno y del imperio de lo absoluto. Tarea es producción
y si bien interesan sus efectos, producción no es productividad. La tarea como proceso va más
allá de la lógica del consumo, va de la mano de lo ambiguo. Introduce tiempo y demora, y
entonces algo , de una morada, avanza por los carriles de la incompletud buscando respuesta

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

más allá de lo inmediato, soportando el dolor y la frustración del aprendizaje allí donde la
lógica del consumo propone lo inmediato , lo acabado, lo evidente, lo sin grietas.
En el universo de nuestros días, en un mundo de vertiginosa inmediatez y de tiempos
eternos y por lo tanto sin futuros, introducir pausa y tiempo es una condición básica para que
alguien pueda escucharse y escuchar.
Nos relata Jasiner (1998) “Lo que llamo GCT me asombro ciertos efectos de
transformación subjetiva que puede advenir por añadiduras, en el recorrido de la tarea,
pensar ciertas transformaciones subjetivas advenían, si era posible para los sujetos abandonar
una posición narcisista. Renuncia de los paraísos de armonía y completud para transitar otros
caminos que no sea los de la idealización”.
La freudiana noción de sublimación en su inacabadamiento y su misterio, puede resultar
una herramienta valiosa para los destinos de la pulsión, pero también para echar luz sobre
cuestiones del trabajo grupal. “Sublimar es crear algo nuevo. Renunciar a un goce de
satisfacción inmediato por otra vía que no sea la represión, camino que aleja al sujeto de la
empresa de lo mortífero. Trabajo sublimante como abandono de una posición narcisista que
quebraría una y otra vez la ilusión de la adecuación y que en algún punto del horizonte
supone a los otros, a la comunidad, al grupo a la cultura”. (Jasiner, 1998)
A continuación nos proponemos analizar las siguientes citas:
 “Lo grupal como campo de problemáticas, atravesado por múltiples inscripciones” (Souto
– Fernandez)
 “La historización es el ordenamiento subjetivo de los acontecimientos” (Nicastro – Garay).
 “¿Cómo se produce la trama grupal y el trazo singular?” (Jasiner)
 “¿Cómo pensar el alojamiento subjetivo en un grupo?” (Jasiner)
 “¿La preocupación epistémica de los grupos responde al para qué?” (Jasiner).

Los tres momentos epistémicos.


1. El primer momento epistémico (Taylorismo – Fordismo) se organiza a partir de pensar
al grupo como un todo. El todo es más que la suma de las partes. Otorga a los pequeños colectivos
un plus irreductible a la suma de sus integrantes.
Entre 1930 y 1940 comenzó a pensarse en “artificios” grupales para abordar algunos
conflictos que acontecían en las relaciones sociales. Cobran visibilidad conflictos humanos en la
producción económica, en la salud, en la educación, en la familia, etc. Pareciera suponerse que tales
conflictos no pueden ser abordados mediante los recursos previamente existentes; entonces se
exigen nuevas formas de intervención y especialistas adecuados. Se inventa una nueva tecnología:
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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

el Dispositivo Grupal, y un nuevo técnico: el coordinador de grupos. El plus grupal es fácil de poner
en evidencia, pero se vuelve sumamente difícil producir enunciados teóricos que den cuenta de él y
del orden de legalidades que los sostienen.
2. El segundo momento epistémico (Segunda Guerra Mundial) se focaliza alrededor de la
búsqueda de organizaciones grupales. El psicoanálisis hace aquí aportes. En el interior del campo
psicoanalítico, la polémica se centrará en dilucidar si los grupos constituyen un campo de aplicación
del saber y la técnica psicoanalítica, o si exigirán la elaboración de instrumentos teóricos y técnicos
específicos.
3. El tercer momento epistémico (el grupo como campo de problemáticas) se perfila a
partir de las dificultades que presentan las disciplinas de objeto discreto para abordar ciertas
realidades disciplinarias sin caer en algún reduccionismo.
El campo grupal, en la búsqueda de su legitimidad, se despliega hoy en la compleja labor de
desmontar dos ficciones siempre recurrentes: la ficción del individuo, que impide pensar cualquier
plus grupal y la ficción del grupo como intencionalidad, que permite imaginar que el plus grupal
radicaría en que ese colectivo posee intenciones, deseos o sentimientos.
Habrá que transitar la tensión entre las epistemologías de objeto discreto y la producción de
redes transdisciplinarias que permitan crear nuevos pasajes de lo visible en el campo grupal.
Individuo vs. Sociedad exige su elucidación crítica hacia una operación conceptual que pueda evitar
una resolución reduccionista y se permita sostener la tensión singular-colectivo.
El pensar la tensión entre lo singular y lo colectivo desde la antinomia individuo-sociedad
opera como a priori conceptual en las diferentes reflexiones sobre lo grupal. En el intento de
desdibujar el sentido antinómico de esta tensión, resulta pertinente repensar críticamente aquella
noción por la cual los grupos constituyen un campo de mediaciones entre individuos y sociedades.
La operación que parecieran haber seguido las diversas disciplinas humanísticas en sus
momentos fundacionales sería dividir ilusoriamente el campo de indagación en dos objetos de
estudio bien diferenciados: individuos y sociedades. Esto hizo necesario demarcar los campos de
saberes y prácticas mediadores. Esta noción de los grupos como campos de mediaciones ha
intentado resolver la tensión entre lo singular y lo colectivo a través de la categoría de
intermediación.
El problema de la relación de los individuos entre sí ha sido considerado desde diferentes
puntos de vista. Podrían esquematizarse las posiciones más opuestas diciendo que desde una de
ellas se considera al individuo, en tanto singularidad, como una realidad en sí mismo; sólo él
percibe, piensa, ama u odia, se siente responsable, toma decisiones, etc. Lo colectivo serían
generalizaciones teóricas que no tendrían otra consistencia que la realidad misma de ese individuo.
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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

En la tesis contraria, el individuo como tal, independientemente de los demás sería una mera
entidad lógica. El individuo sería producto de su ambiente, sea él consciente o no de ello, sería un
cruce de relaciones sociales. Tanto en una como en otra posición, la relación individuo-sociedad
está pensada desde un criterio antagónico según el cual singularidad y colectividad conforman un
par de contrarios; presentan, por lo tanto, intereses esencialmente opuestos y se constituyen desde
lógicas diferentes.
Se pueden puntuar dos formas de resolver tal tensión: el psicologismo y el sociologismo. El
primero conserva la tendencia a reducir los conceptos sociales a conceptos individuales y
psicológicos; el segundo, hacia la reducción de los conceptos individuales a una idea globalizada de
la historia y de la sociedad. En la actualidad se trata de superar las formas dicotómicas de abordaje
de esta temática.
Dispositivo de los Grupos se refiere pensar en artificios grupales para resolver algunos
conflictos que se generaban en las relaciones sociales. En el Dispositivo de los Grupos aparece un
nuevo técnico (coordinador) y se gestiona una nueva convicción: con los abordajes grupales se
intentará dar respuesta a múltiples problemas que el avance de la Modernidad despliega.
Los grupos no son lo grupal. La existencia de la conducta de grupo se hace evidentemente
más fácil de demostrar, y aún de observar, si el grupo se constituye como tal. Los grupos se vuelven
visibles a partir del montaje de dispositivos técnicos tales que permitan demostrar y observar las
conductas de grupo.
La microsociología, al instituir dispositivos grupales, localizó uno de los nacimientos a lo
grupal. Antes de ella, los grupos estaban ahí, en una inmediatez tal, que no se veían.

Lo grupal como campo de problemáticas.


La necesidad de pensar lo grupal como un campo de problemáticas atravesado por múltiples
inscripciones: deseantes, institucionales, políticas, económicas, etc. Lo grupal en un doble
movimiento teórico: el trabajo sobre sus especificidades y su articulación con las múltiples
inscripciones que lo atraviesan.
Proyectos de este tipo sólo pueden desplegarse si se interroga críticamente la epistemología de
las ciencias positivas, en la cual aún se fundamentan las ciencias humanas. Tal epistemología
supone un objeto discreto autónomo, re producible, no contradictorio y unívoco. Implica una Lógica
de Lo Uno donde la singularidad del objeto no se vea afectada por eventuales aproximaciones
disciplinarias.
Estas lógicas de objeto discreto han comenzado a producir un obstáculo epistemológico en la
reflexión de lo grupal. Han conformado algunas ilusiones teórico técnicas de difícil desarticulación;
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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

entre ellas pueden mencionarse: la posibilidad de construir un objeto teórico “grupo”, la lectura de
los acontecimientos grupales plegados sobre sí mismos (grupos–isla), el psicoanálisis como
disciplina unívoca de los movimientos grupales, o la negación de la especificidad disciplinaria del
campo grupal.
La aparición de propuestas transdisciplinarias da cuenta del surgimiento de otras formas de
abordaje de la cuestión. Con su propuesta de atravesamientos disciplinarios, esta tendencia se
inscribe en un nuevo intento de superación de los reduccionismo psicologistas o sociologistas.
El criterio de operar en una sola línea de organizadores se vuelve restrictivo para pensar lo
grupal. Se plantea la necesidad de abrir el pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que
legitiman epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.
Un criterio transdisciplinario supone replantear varias cuestiones. En primer lugar, un trabajo
de elucidación crítica sobre los cuerpos teóricos involucrados, que desdibuje una intención
legítimamente de lo que ya se sabe para poder desplegar la interrogación de hasta dónde sería
posible pensar de otro modo. Implica asimismo el abandono de cuerpos nocionales hegemónicos de
disciplinas “reinas” a cuyos postulados se subordinan disciplinas satelizadas.

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 Conclusión.

El legado de Lewin y Pichón Riviere.

Kurt Lewin

Lewin (1890-1947) nació en la villa de Mogilno, Prusia, hoy parte de Polonia; y creció en una
pequeña granja que su padre tenía en el lugar. Fue enviado, mientras estaba en escuela elemental, a
la provincia capital de Posen, para continuar sus estudios en el gimnasio Kaiserin Augusta y luego
en la Universidad de Freiburg, en donde estudió sólo un semestre de medicina. En abril de 1910, se
registró en la Universidad de Munich, donde permaneció también un solo semestre, para luego
ingresar a la Universidad de Berlín, donde conseguiría un doctorado en 1914. El interés académico
de Lewin se centró en la filosofía, especialmente en la teoría de la ciencia. Estando en Berlín,
escribió un artículo sobre algunos conceptos en diferentes ramas de la ciencia, el cual, al ser
aplicado en sus ideas centrales a la psicología, marcó el comienzo de su trabajo en el área en el
Instituto Psicológico de la Universidad de Berlín, bajo la dirección del filósofo Carl Stumpf, quien
también estuvo al frente del Laboratorio de Psicología, en donde se organizó un importante equipo
de facultad, conformado por Wertheimer, Koffk:a y Kohler, gestores de la escuela psicológica
gestáltica, la cual impresionó a Lewin; aunque éste nunca perteneció a la línea ortodoxa del nuevo
movimiento teórico.
Kurt Lewin hizo aportaciones a y desde la filosofía y el estudio comparado de las ciencias, la
metodología, la ciencia básica y la aplicada, planteando incluso la ética y la función social de la
psicología. Se caracterizó por ser uno de los primeros psicólogos en llevar los problemas cotidianos
del comportamiento humano al contexto de experimentos controlados, y por una labor constituida
en ejemplo de su famosa frase: "No hay nada tan práctico como una buena teoría".
Dos artículos, uno publicado en 1919 y el otro en 1920, fueron los esfuerzos iniciales de
Lewin por materializar su interés en la aplicación de la psicología al ambiente laboral. El primero
de estos artículos es un estudio sobre el rol del trabajador en la agricultura, mientras que el segundo
es un análisis equivalente en el contexto industrial; específicamente, en la Administración Científica
de Taylor. Además, hizo algunas consideraciones de tipo ergonómico al llamar la atención sobre la
utilización con el máximo de beneficio y adaptación a las capacidades humanas de la nueva
maquinaria y de la avanzada mecanización que progresivamente se incorporaría a la labor agraria;
de esta manera propuso una serie de estudios cuyo objetivo era determinar cuáles son los métodos
más efectivos para hacer cada trabajo, y la forma más efectiva de manipular cada herramienta.

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Coloquio Final de Psicología de los Grupos 2019

Kurt Lewin es considerado el científico que mayor impacto ha tenido en la psicología social.
Sus ideas y teorías se han mantenido a través del tiempo en muchas instituciones de investigación,
en Departamentos de Psicología y de Sociología, en agencias sociales y en la administración de las
organizaciones. Los estudios de Investigación! Acción, iniciados por él mismo, continúan guiando
los experimentos en psicología comunitaria, integrando oportunidades de vivienda y empleo, la
causa y cura de prejuicios en los niños, la socialización de las bandas callejeras y el mejoramiento
en el adiestramiento de líderes; los Grupos de Sensibilización, que él ayudó a crear, son
considerados por muchas personas como la innovación educativa más importante del siglo. Existe
consenso en que llegar hasta los detalles en la vida personal, profesional y científica de Lewin, es
una tarea difícil y compleja por la diversidad, magnitud y profundidad de las aportaciones de este
pensador, cuyas capacidades como investigador se complementaron con la calidez de su persona y
su accesibilidad como profesor, característica rara entre los profesores universitarios europeos de su
época; que despertaba un entusiasmo poco común entre sus alumnos, quienes con frecuencia lo
llamaban por su primer nombre, y que tenía tiempo para todos y para todos los problemas.

Enrique Pichón Riviere.


Intervenciones institucionales, cuyos efectos aún hoy se escuchan desde los lugares públicos;
interrogación en acto de lo esclerosado y del sentido común; un animarse con la psicosis; una
formación en psuicoanálisis fundada en lo grupal; el psicoanálisis llevado a los hospitales. Sólo es
posible repensar el legado pichoniano rastreando las huellas de una trama que tuvo toda la potencia
de un mito fundante.
Se dejó enseñar por la locura, por los poetas, por los pintores, por los filósofos, interrogando
desde lugares marginales los discursos oficiales. En su desesperada aventura por la literatura y el
arte, no iba tras las huellas de ningún yo autónomo; muy por el contrario, nos invitaba a acompañar
al sujeto en las travesías por la tristeza y las oscuridades de la locura. Pichón, como los buenos
clínicos, se ocupaba del sujeto del inconsciente. En espacios públicos o privados, en grupo o
individualmente, la ansiedad y la angustia del sujeto tenían que ser inexorablemente elaboradas y
dosificadas, pero jamás suprimidas o ignoradas.
Pichón nos donó una idea fuerte: que en la base de toda enfermedad, yo diría de la estructura
está la tristeza y que de acuerdo a lo que hagamos con eso, así será nuestra vida… Y que la tarea de
un grupo es un modo posible de hacer algo con esa tristeza.
Pichón trabajaba con la ansiedad, con la angustia. Incesante búsqueda de Pichón de llamar
“locura” al padecimiento humano para no caer en las burocratizaciones, y por lo tanto iatrogénicas
clasificaciones de los diagnósticos psiquiátricos, que encasillan al sujeto. En espacios públicos o
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privados, en grupo o individualmente, la ansiedad y la angustia del sujeto tenían que ser
inexorablemente elaboradas y dosificadas, pero jamás suprimidas o ignoradas.
Toda una cuestión para los tiempos actuales en que se ponen tantas etiquetas, TOC, Síndrome
de Pánico...
Hay en nuestros días patologías que nos recuerdan que por mucho que el biologicismo
banalice la angustia, reduciéndola a lo neuroquímico o a lo genético, la angustia crece. Hoy el
ribotril, el lexotanil, y sus derivados, lo que buscan de la mano de los psiquiatras es suprimirla, que
la gente pueda seguir todos los días y en cada instante funccionando acopladamente al sistema.
Consumo de medicamentos ansiolíticos, tan rentable para las multinacionales farmacéuticas como
empobrecedor para el Sujeto
Pichón tuvo el coraje de llevar el psicoanálisis a los hospitales, y además no se detuvo ante la
psicosis. Tanto Pichón como Lacan se atrevieron a extender las fronteras del psicoanálisis para
avanzar en el misterioso campo de la locura. Cuestionaba radicalmente cualquier opción
individualista. Pichón, como los buenos clínicos, se ocupaba del sujeto del inconsciente.
Pichón Riviere no abandonó el psicoanálisis, sino las versiones individualistas del
psicoanálisis. Rompió con el yo autónomo del anafreudismo y con las fantasías inconscientes del
kleinismo, pero que jamás abandonó su práctica como psicoanalista. Y más aún, Enrique nos
enseñó a los psicoanalistas dos herramientas contundentes, que en esos tiempos él las ponía en
práctica pero que aún no estaban teorizadas: lo que hoy en día llamamos una “lectura a la letra” y lo
que también hoy en día llamamos “intervenciones del analista”. Respecto de cómo intervenía
Pichón Rivière hay una mística: la mejor interpretación ocurría allí donde no se notaba que era una
interpretación.

“Lo Grupal” en Pichón Riviere.


La alegría, la esperanza del coordinador, la pasión, la investigación, son definitorias para
mantener viva la llama de la mística pichoniana. Es recrear en cada oportunidad, en cada grupo, en
cada uno de nosotros el coraje de la transgresión, que deviene en acto instituyente, en la siempre
compleja pero apasionante navegación hacia la Tarea.
Su Psicología Social devenía crítica de la vida cotidiana, una Psicología Social no
pragmática que planteaba una batalla fundante: por el Sujeto del inconsciente en el campo de los
grupos.
Si bien muchas veces esto se simplificó anulando lo singular casi hasta la degradación,
convendría tener presente que en Pichón Rivière la lectura de emergentes, el portavoz, nunca es sin
una cadena, sin una “serie” a la cual refiere, y que produce en la relación de un portavoz y otro, lo
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que hoy podríamos llamar un “efecto de sentido”; solamente en los pliegues del discurso grupal,
Pichon Rivière enseñaba a escuchar a los portavoces. En vez de llenar de significados tal como se
usaba en su época, se enseñaba a escuchar lo horizontal.
Inscripto en las luchas de su tiempo, horadaba el lugar del coordinador como ejercicio de
poder proponiendo al coordinador como co-pensor. Buscaba de este modo desmantelar el ejercicio
del poder como abuso, como autoritarismo en los excesos, cuyos efectos devastadores tanto hemos
conocido justamente en nuestro país. El coordinador desmarcado del lugar del poder era un
verdadero estandarte pichoniano, pero se trata de uno de los temas que en nuestro campo merece
algunas consideraciones. El poder no sólo prohíbe –nos enseña Michel Foucault–; hay además otra
dimensión del poder, el poder también es poder hacer, el poder habilita, posibilita.
Sin embargo lo que fue una bandera en los tiempos de Pichón, podría devenir un problema en
nuestros días si equivocamos la lógica de lo grupal y no entendemos que para que un grupo se
instituya es importante que alguien esté en una posición de “imparidad” subjetiva. Si hablamos de
intervención hablamos de dirección. Y el riesgo sería renegar del tema de la dirección del proceso
grupal en la operación del coordinador, confundiéndola con el tema del liderazgo y del poder en el
sentido sólo de lo que clausura, lo que en sus excesos sólo prohíbe.
Pichón nos enseñaba respecto de la direccionalidad de la interpretación: la operatividad, esto
es, la posibilidad de una interpretación de producir algún efecto de cambio más allá de la sublime
“Verdad” de dicha interpretación.
Nuestras prácticas están fuertemente atravesadas por el Paradigma psicoanalítico. Para el
psicoanálisis, en los primeros tiempos, se trataba de hacer Consciente lo Inconsciente; pero extender
las fronteras del saber dejó de ser, incluso, la meca freudiana.
Relativizar el estatuto de la Verdad no es sin consecuencias. Coordinar un grupo ya no
supondría develarle al otro una Verdad Toda, ni lo “latente”, ni interpretarle al grupo algo del orden
de una esencia oculta, que muchas veces resulta el paso previo a ubicar como resistente o
saboteador a quien no comulgue dicha sagrada verdad.
El espíritu pichoniano, un recorrido que comenzó con la fuerza instituyente de una gesta
heroica, se perdería si sólo perdurara en la fuerza de un mito. Herencia muchas veces banalizada en
una insoportable repetición, otras veces es puesta a trabajar en toda su potencia, especialmente con
los grupos y las instituciones.
Mantener viva la llama de la mística pichoniana , es recrear en cada oportunidad, en cada
grupo, en cada uno de nosotros, la alegría, la esperanza, el coraje de la transgresión, que deviene en
acto instituyente, en la siempre compleja, pero apasionante navegación hacia la Tarea. Toda vez que

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coordinamos con poesía, que podemos alojar el dolor, la pregunta, que cuestionamos los sentidos
únicos, que nos atrevemos, que no retrocedemos, Pichón nos reconoce como sus discípulos.
Para que una voz se escuche lo importante no es repetirla, reproducirla al infinito, sino
recrearla. Es tiempo de tomar su antorcha e ir más allá de él, Hacernos cargo del fuego pichoniano,
de su espíritu, con la antorcha que él nos legó para avanzar en la oscuridad.

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● Bibliografía:

 Cerletti, A. (2016) “Repetición, Novedad y Sujeto en la educación. Un enfoque filosófico y


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