Génesis 32:24-28 “Así quedo Jacob solo, y lucho con él un varón, hasta que
rayara el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del
encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él
luchaba. Y dijo: déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te
dejaré, sino me bendices. Y el varón le dijo. ¿Cuál es tu nombre? Y el le
respondió: Jacob. Y levaron le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino
Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido”.
Jacob se levantó aquella noche he hizo pasar el vado a sus dos mujeres, sus
siervas y sus hijos para quedarse solo (Vs 22-24); 1º Crónicas 16:11 “Buscad
a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente”, Jacob en su angustia
y aflicción buscó el rostro de Dios, le invocó y Él le oyó; Jacob se humilló,
reconociendo su propia indignidad, reconociendo solo a Dios como su
ayudador, elevó su petición con fe y fervor hasta conseguir la respuesta a su
petición.
2. Perseveró: .
Jacob luchó no con sus propias fuerzas, él conocía de quién provenía; luchó
y prevaleció en el poder de Dios con lo que obtuvo la victoria, Zacarías 4:6
“No con ejercito ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos”; quién puede luchar con Dios y prevalecer sin perecer, sino es en
el poder y el Espíritu, que es la fuerza misma de Dios para vencer; la
confianza de Jacob no estaba puesta en su capacidad, en la agilidad y destreza
que podía tener en la lucha, sino que depositó toda su confianza en el
Todopoderoso Jehová de los Ejércitos.
Isaías 40:31 “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;…”, el
tiempo que transitaba de la lucha, el dolor por la herida recibida, el cansancio
y la fatiga no lo desanimó, ni atemorizó hasta conseguir la victoria completa.
5. Recibió la bendición:.
Jacob no quería solo ganar la victoria sino que quería recibir la bendición de
ella, es por eso que no dejo que el ángel se fuera hasta que no lo bendijera;
Salmo 16:5 “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas
mi suerte”, el ángel lo condecoró al salir vencedor en la lucha con Dios,
cambiándole el nombre de Jacob que significa “suplantador, engañador” por
el nuevo nombre Israel que significa “príncipe” o “el que lucha con Dios”;
así es como Jacob recibe un titulo de honor que cambiaría totalmente y por
siempre su vida, marcando un antes y un después a través de este encuentro
personal con Dios.
Jacob le entregó la gloria a Dios, Salmo 29:2 “Dad a Jehová la gloria debida
a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”.
Jacob sabía de donde venían sus fuerzas, él sabía quién le había dado la
victoria; no se dio a si mismo la gloria por sus fuerzas, su braveza o
perseverancia, sino que reconoció a Dios en su grandeza, su amor y su
misericordia, que lo mantuvo vivo, le dio la victoria y la bendición tan
esperada.