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1.8.

CARACTERIISTICAS DEL TESTAMENTO MILITAR


1.8.1. EL TESTAMENTO MILITAR COMÚN:

El testamento militar común puede ser a su vez abierto o cerrado.


1.9.1.1.El testamento abierto. - se otorgará ante un oficial que tenga la
categoría mínima de capitán. También, si el testador formara parte de un
destacamento, ante quien lo mande, tenga el grado que tenga, y si estuviese
herido o enfermo, ante el capellán o facultativo que le asista, siempre en
presencia de dos testigos idóneos.
Se mantienen los mismos requisitos que el testamento abierto Notarial común:
el oficial deberá identificar al testador y considerarle capaz (la capacidad en los
testamentos militares adquiere especial importancia, puesto que es común que
la situación de guerra afecte psíquicamente a las personas que la sufren y
especialmente a los militares por estar inmersos en el conflicto existente).
1.9.1.2. El testamento militar cerrado. -conserva los mismos requisitos que el
testamento cerrado Notarial común. Pero en vez de ser otorgado ante Notario se
otorgará ante un “Comisario de Guerra”, en presencia de dos testigos.
Cualquiera que sea el tipo de testamento militar, deberá ser remitido al Cuartel
General y éste al Ministerio de la Guerra en el mínimo tiempo posible.
Una vez fallecido el testador, el Ministerio de la Guerra lo enviará al Juez de su
último domicilio, y si se desconociera, al Juez Decano de Madrid para elevarlo a
escritura pública y protocolizarlo según la ley.
Si el testamento militar es cerrado se estará a lo dispuesto en la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
1.9.1.3. Los testamentos militares abiertos. - caducan a los cuatro meses de
estar en campaña su otorgante. El cerrado no caduca.

1.9.2. TESTAMENTO MILITAR EXTRAORDINARIO


El testamento militar extraordinario se caracteriza por una situación de peligro
actual e inminente por hallarse el testador en acción de guerra (ya sea asalto,
batalla, maniobra, combate…)
Se otorgará ante dos testigos de manera oral, teniendo éstos que ver y entender
al testador que lo formalizarán posteriormente ante el Auditor de la Guerra o
funcionario competente de justicia.
Deja de tener efecto, si no fallece durante la acción militar pudiendo acudir a otra
forma testamentaria después de ello, incluida la forma de testamentos militares
comunes.
1.9. TRAMITE DEL TESTAMENTO MILITAR

Según el artículo 714º del Código Civil el procedimiento a seguir en caso del
testamento militar será el seguido en caso de los miembros militares pero no
incluye a los prisioneros de guerra ni al personal civil, en cuyos casos serán
tramitadas estas formas testamentarias según las normas establecidas para los
testamentos ológrafos y, en caso de los prisioneros de guerra, se hará el
procedimiento que se aplica para cumplimiento de los derechos civiles de
extranjeros en el país en cuyo caso el documento será remitido al Ministerio de
Relaciones Exteriores para que inicie los trámites respectivos según las normas
del país enemigo; recordemos que este trámite se hará en cumplimiento de las
Convenciones internacionales que sobre la guerra y la diplomacia internacional
el Perú es parte.

En efecto al darse el caso que el prisionero fuere extranjero, y sin duda esa
hipótesis es posible, carece de sentido remitir el documento a un ministerio y
luego al juez del domicilio del prisionero. Lo que habrá de hacerse en estos casos
como este será “enviar el testamento al Ministerio de Relaciones Exteriores para
que a través de el sea remitido a las autoridades pertinentes del país de origen
del prisionero”. Esta disposición es concordante con el artículo 825 del Código
Procesal Civil donde se establece que el juez que recibe el estamento debe
hacerlo de conocimiento del Ministerio Publico, así como disponer su inscripción
en el Registro de Testamentos, a fin de ponerlo en conocimiento de los
sucesores e interesados.

Así como mencionáramos anteriormente estos trámites de consideración


humanitaria de los testadores extranjeros se hacen en seguimiento de los
Tratados Internacionales, así el artículo 120º del convenio de Ginebra, aprobado
por el Estado peruano mediante Resolución Legislativa Nº 12412, establece que:
“los testamentos de los prisioneros de guerra se redactaran de modo que reúnan
las condiciones de validez requeridas por la legislación de su país de origen, el
cual tomará las medidas necesarias para poner dichas condiciones en
conocimiento de la potencia detenedora. Tras solicitud del prisionero de guerra,
y en todo caso después de su muerte, el testamento será retransmitido sin
demora por la potencia protectora, una copia, certificada como fiel, será remitida
a la Agencia Central de Información”.

En los casos de las personas civiles habilitadas para otorgar testamento militar,
este procedimiento ha sido regulado por el Convenio de Ginebra relativo a la
protección de personas civiles en tiempo de guerra, en su artículo 129º establece
que “los internados podrán poner sus testamentos en manos de las autoridades
quienes garantizarán s custodia. En caso de fallecimiento de un internado, su
testamento será remitido con urgencia a las personas por el designadas.

El fallecimiento de cada internado será comprobado por un médico,


extendiéndose un certificado en que se expliquen las causas de muerte y sus
circunstancias”.

Al igual que en los casos de los prisioneros de guerra, la tramitación deberá


hacerse a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Ahora en el caso de los testamentos militares otorgados por miembros de fuerzas


armadas, ese se hará llegar a la brevedad posible y por conducto regular al
respectivo cuartel general, donde se dejará constancia de la clase militar o
mando de la persona ante la cal ha sido otorgado. Luego será remitido al
Ministerio que corresponda, que en este caso será el Ministerio de Defensa o
Interior según la procedencia del testador. El Ministerio correspondiente lo
enviara al juez de primera instancia de la capital de la provincia donde el testador
tuvo su último domicilio. Este mismo trámite será dado al testamento ológrafo
hallado en las prendas de alguna de las personas mencionadas en el artículo
712º y que hubiese muerto.

1.10. CADUCIDAD DEL TESTAMENTO MILITAR

Esta se produce a los tres meses desde que el testador deje de estar en
campaña y llegue a un lugar del territorio nacional donde sea posible otorgar
testamento en las formas ordinarias (artículo 715). Tratándose de un testamento
especial, caduca sin que muera el causante por tener vigencia transitoria. Vale
solo si el testador fallece durante la campaña dentro de los tres meses de su
llegada a territorio nacional donde haya notario o en s defecto Juez de Paz. Y es
que la utilización del número plural por el legislador (“donde sea posible otorgar
testamento por las formas ordinarias”) hace pensar que en el lugar a que llegue
el testador tiene que haber un notario o Juez de paz para que sea posible el
otorgamiento en escritura pública y el cerrado.

No obstante, estas disposiciones pueden encontrarse en discrepancia, en tanto


el primer párrafo del artículo 715 establece que los tres meses para que opere la
caducidad se computan desde que el testador deje de estar en campaña y llegue
a un lugar del territorio nacional donde sea posible otorgar estamento en las
formas ordinarias; el segundo párrafo establece la caducidad del testamento
después de tres meses desde la fecha del documento oficial que autoriza el
retorno del testador.

Ante esta discrepancia tomaremos la palabra de Lohman en el sentido de que


“una cosa es la fecha del documento oficial que autorice el retorno del testador,
otra la oportunidad en que llega a conocimiento del destinatario, y una tercera la
posibilidad efectiva del regreso, en función de las circunstancias bélicas. Por lo
tanto, es absurdo que el plazo se cuente desde la emisión del documento que
autoriza el retorno, si por causas imprevisibles no llega al territorio nacional, lo
cual a su vez es requisito conjunto”

El plazo de caducidad se computa a partir de la fecha del documento oficial


autorizando el retorno del testador, sin perjuicio de término o de la distancia. Pero
debe tenerse en cuenta que el termino de distancia es un plazo de naturaleza
procesal, el cual resulta impertinente en sede civil. Por lo demás, debe tenerse
en cuenta que los plazos en función de la distancia han sido previstos para
tiempos de paz, no de guerra.

Si el testador muere antes del plazo señalado para la caducidad, sus presuntos
herederos o legatarios pedirán ante el Juez en cuyo poder se encuentra el
testamento, su comprobación judicial o protocolización.

Si el estamento otorgado en las circunstancias a que se refiere el artículo 712


tuviera los requisitos del testamento ológrafo caducará al año de la muerte del
testador, confirmando que le es de aplicación el plazo de caducidad que el
artículo 707 prevé para esta clase de testamento.

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