Cada 2º domingo de Mayo, fecha tan especial es para mí un alto honor tener bajo mi responsabilidad
saludar en representación de toda la institución a un ser UNICO, MARAVILLOSO y exclusivo: “LA
MADRE”.
Hoy nos reúne el amor de la madre SANPABLINA, quienes cada día llevan de la mano a sus hijas e
hijos esperanzadas en recibir una buena educación en nuestra institución.
Madres que en cada instante buscan el bienestar de los suyos dejando muchas veces de pensar en
ellas mismas, la institución Educativa SAN PABLO reconoce el protagonismo enorme de las madres
en el quehacer educativo diario y su gran importancia para la superación y el éxito educativo de
nuestros estudiantes.
Por ello este pequeño homenaje que solo es simbólico para lo que realmente se merecen nuestras
queridas madrecitas cual es ser homenajeadas diariamente. Por eso mi llamado a todos los
estudiantes, niños, niñas y jóvenes sanpablinos hagamos que, en vida, nuestras madres reciban
alegrías, tranquilidad y felicidad cumpliendo responsablemente con nuestro deber como estudiantes
y para los que ya no tienen a su madre viva, en memoria de ellas, superarse y ser personas de bien
en nuestra sociedad. Que su ejemplo de vida sea la guía en tu labor diaria como estudiante.
Doy las gracias a aquella persona que representan lo más importante para mi vida y esta
parte del discurso posiblemente sea una de las más difíciles que me toco escribir y expresar,
porque como le agradeces a esa persona todo lo que ha dado y todo lo que ha hecho por ti,
nada de lo que hagamos o digamos será suficiente para retribuirles todo lo que hicieron por
nosotros, GRACIAS MAMÁ, gracias por ser mi amiga, mi consejera, mi TODO.
Madre SANPABLINA gracias por ayudar a educar a nuestros estudiantes, gracias por velar en
cada momento en su bienestar y muchas gracias por ese amor inmenso que cada día vas
brindando a ellos y transformando vidas en bien de nuestra sociedad.
Madres de nuestra querida institución educativa, para finalizar quiero compartir con ustedes un
poema llamado AMOR ETERNO de Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Reciban pues madrecitas adoradas SANPABLINAS el elogio de nuestro homenaje especial en este
día. Jamás en la vida encontraremos persona mejor y profunda, más desinteresada y verdadera.
Quien más que nuestra MADRE. FELIZ DÍA DE LA MADRE SANPABLINA