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ALEXANDRA MEJÍA

Profesional Negocios Internacionales

ANALISIS DE LA COMPETOTIVIDAD DE UNA EMPRESA DE DOMICILIOS EN


EL DISTRITO DE RIOHACHA, LA GUAJIRA

PROBLEMÁTICA DE LA INVESTIGACIÓN.

En la actualidad, conocer la competitividad de las empresas es determinante para


el buen funcionamiento y proyección de las mismas. La competitividad no solo
define cuan apta es una empresa para adentrarse en el mercado seleccionado,
sino también, para marcar diferencias que le favorezcan frente a la competencia.
Una empresa que no tiene en cuenta las capacidades de su competencia, corre el
riesgo de ya no ser tan atractivo para los clientes en común, y por consiguiente,
terminar acumulando pérdidas en vez de beneficios.

Si bien comprender la competitividad es importante para las empresas, no hay que


olvidar el sentido macroeconómico de esta definición, puesto que, para que exista
la competitividad debe haber antes la interacción de diferentes empresas. Michael
Porter (2010), afirma que la prosperidad de una nación depende de su
competitividad, la cual se basa en la productividad con la cual esta produce bienes
y servicios, este autor también sostiene que la prosperidad de una nación depende
de su competitividad, la cual se basa en la productividad con la cual esta produce
bienes y servicios

A causa de la globalización, muchas empresas se han dado cuenta de la


necesidad de potencializar su competitividad, puesto que las barreras que dividen
los países se han ido desvaneciendo poco a poco, y las ventajas de algunos
países sobre otros son cada vez más notorias. La Organización para el
Crecimiento Económico y el Desarrollo (2014) define la competitividad como una
medida de la ventaja o desventaja de un país en la venta de sus productos en los
mercados internacionales
Según Cabreras y otros (2011), las empresas sobreviven y son exitosas si son
competitivas. En un mundo competido, en donde se mezclan empresas en
competencia perfecta, junto con monopolios y oligopolios, todas tienen que lograr
la mayor producción con los recursos que tengan a su disposición o, si se quiere
enfocar la competitividad desde los óptimos posibles, tienen que saber que no se
puede ir más allá de los factores de producción con los que se cuenta; en otras
circunstancias, las empresas mueren.

En Colombia fue creado el Sistema Administrativo Nacional de Competitividad, por


el Gobierno Nacional en el año 2006 mediante el Decreto 2828 y el Conpes 3439
de 2006, regulado por la Ley 1253 de 2008. El cual establece que el Sistema
Administrativo Nacional de Competitividad integrará formal y coherentemente los
esfuerzos de las instituciones relacionadas con la formulación, ejecución y
seguimiento de las políticas que afectan la competitividad del país.

Parra (2012), menciona que la Comisión Nacional de Competitividad es el espacio


de encuentro donde los representantes del Gobierno Nacional, el sector privado,
los trabajadores, las universidades y las entidades territoriales se reúnen a diseñar
las políticas de competitividad, el curso de acciones a seguir y los mecanismos de
seguimiento para asegurar su cumplimiento y permanencia en el tiempo.

Sin embargo, esta proyección hecha por el gobierno, tuvo un traspié el año
anterior, puesto que Colombia bajó su posición en los índices de competitividad
comparado con el año anterior, según el Departamento de Planeación Nacional
(DPN, 2018), en el año 2017, Colombia desmejoró la calificación obtenida en el
Índice Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial (FEM) al pasar
de 4,30 a 4,29 puntos en una escala de 1 a 7. En el escalafón general el país
descendió 5 posiciones para ocupar el lugar 66 entre 137 economías. En
comparación con los países Latinoamericanos, Colombia se mantiene por tercer
año consecutivo en la quinta posición a nivel regional tras la remontada sobre
Perú y Brasil registrada en la edición 2015 (DPN, 2018).
En cuanto al Índice de facilidad para hacer negocios (Grupo del Banco Mundial,
2018), Colombia se ubicó en el puesto número 59, bajando también 5 posiciones
teniendo en cuenta que para el año 2016 en este mismo índice, el país logró
ubicarse en el puesto 54. La anterior información deja de manifiesto que todavía el
país debe hacer muchos esfuerzos para elevar sus índices de competitividad, y
por consiguiente de productividad, y estos deben enfocarse de una manera más
activas dentro de las empresas, teniendo en cuenta lo dicho por Porter (2010),
quien manifiesta que las que compiten no son las naciones, sino las empresas; lo
que indica que a un país lo que lo hace competitivo es la productividad de sus
empresas.

Lo anterior no quiere decir que la competitividad depende únicamente de los


esfuerzos hechos por las empresas, sino que es el resultado de un trabajo que se
da en conjunto entre empresas y el países, como lo manifiesta Cabrera (2011),
quien cita a Garay (1998), quien considera que para el análisis de la
competitividad es necesario tener en cuenta simultáneamente los procesos
internos de la empresa y de la industria, así como las condiciones económicas e
institucionales del ambiente productivo en el que se encuentra inmersa la primera.

Para el departamento de La Guajira las noticias en cuanto a la competitividad no


son las más alentadoras, este departamento se ubica por quinto año consecutivo,
en el vigésimo cuarto puesto del Índice Departamental de Competitividad 2017,
calculado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y el Centro de
Pensamiento en Estrategias Competitivas (CEPEC) de la Universidad del Rosario.
Según este índice, el departamento obtuvo una calificación de 2,82 sobre 10, la
cual es inferior a la registrada el año anterior la cual correspondió a 2,96 (CPC,
2017).

Por lo visto anteriormente se puede plantear la compleja problemática que supone


no solo analizar la competitividad sino también sacar provecho de la misma, al
parecer los esfuerzos que hasta el momento se han hecho no han sido los
suficientes para mostrar una mejora dentro de los mismos, y en el caso de La
Guajira, particularmente, el tema de la competitividad es un caso de especial
cuidado, puesto que lleva más de cinco años ocupando los últimos lugares,
ubicándose apenas por encima de Putumayo y Chocó (CPC, 2017).

El Distrito Especial Turístico y Cultural de Riohacha, como capital de la Guajira,


está inmersa en estos índices de baja competitividad, por lo que también requiere
de especial atención para tratar de subir estos indicadores, y como se ha
mencionado anteriormente, la competitividad se fortalece con un trabajado en
conjunto entre el estado y las empresas.

Según la Cámara de Comercio de La Guajira (2017), el Distrito de Riohacha


cuenta 6.184 empresas debidamente registradas, las cuales corresponden a un
38,1% de las empresas establecidas en el departamento de La Guajira. Pero en el
caso particular de la presente investigación se tendrán en cuenta las empresas
relacionadas con el área donde se desempeñan las empresas de domicilios, la
cual es corresponde a otras actividades de servicio y está compuesta por un total
de 192 empresas, lo que supone un 3,1% de las empresas debidamente
registradas dentro del distrito.

Para el debido análisis de la competitividad de una empresa de domicilios se


tendrán en cuenta los diferentes aspectos que según la teoría de diversos autores
definen la competitividad.

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