J o s é Mo ya *
R esu m en :
De acuerdo con el DSM-5, la pedofilia se define bajo dos cri
terios principales: 1.- los pedófilos deben tener fantasías
sexuales persistentes, atracción o conductas que envuelvan
actividad sexual con niños pre-púberes y 2.- que estas per
sonas hayan actuado siguiendo esta atracción, o que esta
atracción les cause un marcado trastorno o dificultades per
sonales. En los últimos años se ha investigado fundam en
talmente con técnicas de neuroimagen estructural. Aunque
algunos estudios sugieren que existe un volumen reducido
de la amígdala y una reducción significativa de la materia
gris en las regiones frontales, otro grupo de investigaciones
ha mostrado sólo deficiencias de la materia blanca en algu
nas regiones del cerebro.
A bstra ct:
According to the DSM-5, pedophilia is defined under two main
criteria: 1.- persistent sexual fantasies, attraction, or behav
iors involving sexual activity with pre-pubescent children, and
2.- if these people have acted according to this attraction, or if
this attraction causes them a marked disorder or personal dif
ficulties. In recent years it has been investigated primarily
with structural neuroimaging techniques. Although some stud
ies suggest that there is a reduced volume of the amygdala
and a significant reduction of the gray matter in the frontal re
gions, another research group has shown only deficiencies of
white matter in some regions of the brain.
P a l a b r a s C l a v e : Moral Sexual / Parafilias / Pedofilia / Enferme
dad neurológica / Salud mental / Pornografía
19
J osé M oya
I. Introducción
20
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
21
J o sé M oya
Especificar si: Tipo exclusivo (atracción sólo por los niños). Tipo
no exclusivo.
Respecto al DSM-5 podemos señalar que en una nota aclaratoria
sobre la pedofilia se afirma lo siguiente:
“En el caso del desorden pedófilo, el detalle más notable es que no
fue revisado en el nuevo manual. Aunque las propuestas fueron dis
cutidas durante el proceso de desarrollo de DSM-5, los criterios de
diagnóstico en última instancia permanecieron igual que en el DSM-
IV TR. Solamente se cambió el nombre pedofilia por el de desorden
pedófilo para mantener coherencia con los otros apartados”.
En un comunicado de prensa, la Asociación psiquiátrica america
na (APA) observa que la terminología correcta es “interés sexual”,
no “orientación sexual”, y corrige el error en la versión electrónica
de los manuales y en la próxima edición impresa:
“La orientación sexual no es un término usado en los criterios de
diagnóstico para el trastorno de pedofilia y su utilización en la
discusión del texto de DSM-5 es un error. APA respalda firme
mente los esfuerzos para procesar penalmente a quienes abusan y
explotan sexualmente a los niños y adolescentes”.
El DSM ha sido criticado respecto a los criterios sobre la pedofi
lia por insatisfactorios en sus bases lógicas o conceptuales, por lo
que la diagnosis de la pedofilia ha sido modificada en cada nueva
edición. De modo especial, los cambios tienen relación con el papel
que juega el comportamiento desviado, la ansiedad y las dificultades
personales, ya que encierran mucha ambigüedad.
El diagnóstico de la pedofilia según las exigencias del DSM-IV
presenta dos problemas relacionados con la contradicción entre sus
criterios. Es posible, según estos criterios, ser pedófilo (por tener
interés en niños prepúberes, y al mismo tiempo no ser pedófilo si
este sujeto no tiene angustia o impedimento mental. Por otra parte, es
posible actuar como pedófilo, y ser diagnosticado como tal aunque
uno no tenga los sentimientos pedófilos requeridos por el apartado A
(Malón, 2012).
Blanchard (2010) critica agudamente los criterios del DSM, ya
que uno de los requerimientos del DSM-IV-TR es que un sujeto
22
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
23
J o s é M oya
24
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
Desde los años 70 del pasado siglo los psicólogos han venido cla
sificando a los pedófilos en categorías basadas en la motivación para
cometer asaltos sexuales a niños prepúberes. Las tipologías pueden
basarse en una gran variedad de fundamentos que van desde lo pu
ramente fisiológico o neurológico a las tipologías basadas en las
motivaciones.
25
J o s é M oya
26
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
27
J o s é M oya
V. Mujeres pedófilas
28
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
29
J o s é M oya
30
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
31
J o s é M oya
32
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
33
J o s é M oya
34
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
35
J o s é M oya
36
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
37
J o s é M oya
38
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
40
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
41
J o s é M oya
42
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
1. Tratamiento psicológico
43
J o s é M oya
2. Tratamiento farmacológico
44
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
45
J osé M oya
46
La pedofüia, ¿enfermedad neurológica?
47
J o s é M oya
48
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
Andrews, D. A., Zinger, I., Hoge, R. D., Bonta, J., Gendreau, P., &
Cullen, F. T. (1990). Does correctional treatment work? A clinically
relevant and psychologically informed meta-analysis. Criminology,
28(3), 369-404.
Blanchard, R. (2010). The DSM diagnostic criteria for pedophilia.
Archives o f Sexual Behavior, 39(2), 304-316.
Bradford JM. (2001). The neurobiology, neuropharmacology, and
pharmacological treatment of the paraphilias and compulsive sexual
behavior. Can J Psychiatry;46:26-34.
Bradford, J. M. (2006). On sexual violence. Current opinion in psy
chiatry, 79(5), 527-532.
Bradford, J. M. W. (2000). The treatment of sexual deviation using a
pharmacological approach. Journal of Sex Research, 37(3), 248-257.
Burgess, A. W., Hartman, C. R., Ressler, R. K., Douglas, J. E., &
McCormack, A. (1986). Sexual homicide a motivational model.
Journal o f Interpersonal Violence, 1(3), 251-272.
Burns, J. M., & Swerdlow, R. H. (2003). Right orbitofrontal tumor
with pedophilia symptom and constructional apraxia sign. Archives
o f Neurology, 60(3), 437-440.
Cohen, L. J., Nesci, C., Steinfeld, M., Haeri, S., & Galynker, I. (2010).
Investigating the relationship between sexual and chemical addictions
by comparing executive function in pedophiles, opiate addicts and
healthy controls. Journal o f psychiatric practice, 16(6), 405.
Corabian, P., Dennett, L., & Harstall, C. (2011). Treatment for con
victed adult male sex offenders: an overview of systematic reviews.
Sexual Offender Treatment, 6(1).
Denov, M. S. (2004). The Long-Term Effects of Child Sexual Abuse
by Female Perpetrators A Qualitative Study of Male and Female
Victims. Journal o f Interpersonal Violence, 79(10), 1137-1156.
Douglas, T., Bonte, P., Focquaert, F., Devolder, K., & Sterckx, S.
(2013). Coercion, incarceration, and chemical castration: An argu
ment from autonomy. Journal o f bioethical inquiry, 10(3), 393-405.
Dunn, P. J. (1990). Priesthood: A re-examination o f the Roman
Catholic theology o f the presbyterate. New York, NY: Alba House.
49
J o s é M oya
50
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
51
J o s é M oya
52
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?
53
J osé Moya
54
La pedofilia, ¿enfermedad neurológica?