SUPERNOVA. ¿UTOPÍA EN EDUCACION?

Se que a muchas personas tal vez les extrañe el hecho de que últimamente me ha dado
por plantear algunas ideas (tal vez para algunos absurdas), donde hago analogías de
eventos astrofísicos con el hecho educativo. En un momento anterior me surgió la idea
de tomar como principio de vida el orientar a las personas a dejar de ser lunas para
convertirse en sol. Esta serie de pensamientos tiene su génesis en el hecho de una
fascinación que tengo de ver un programa en National Geographic denominado
Cosmos, el cual me hace pensar sobre las ideas que allí se presentan respecto a las
reglas del funcionamiento del universo. Aunado a esto, tal vez sea una breve
disminución de la inmadurez que me caracteriza, exceso de tiempo libre, preocupación
referente a lo maltratado de mi profesión, o es que realmente asumo la docencia como lo
que hago lo que soy e intento ser congruente en ambas dimensiones.

Lo mas probable es que el título de estas cortas líneas haga a mas de uno rascarse la
cabeza intentando buscarle algo de sentido, pero si me tienen algo de paciencia intentare
hacerles ver a lo que me refiero. Una supernova no es mas que una explosión estelar
que puede manifestarse de formas tan violentas que pudiera observarse a simple vista.
En algunas ocasiones, esto sucede tan distante, que dichos eventos ocurrieron hace
muchísimo tiempo y aun no hemos podido observarlos, pues su luz aun no ha llegado a
nosotros. Esto sucede como consecuencia de la muerte de gigantes rojas (estrellas
moribundas) a su vez permiten la continuidad de la dinámica cambiante del universo.

Ahora bien, se preguntaran ¿que tiene que ver eso con la educación?, pues es allí donde
los invito a hacer un pequeño ejercicio de memoria. Seguro ustedes recuerdan a algún
maestro, docente, profesor o facilitador, cuyas enseñanzas, mensajes o “luces” hayan
hecho mella en ustedes de tal manera que calaron en su forma de comportarse,
conducirse o accionar. Independientemente del tiempo que haya transcurrido desde que
recibieron la información hasta el día en que descubrieron su uso practico. Así como el
evento que origino la supernova pudo haber sucedido hace muchos años, y aun no
hemos podido ver la luz o el brillo como consecuencia de este hecho, podría darse el
caso de que enseñanzas o mensajes del pasado, independientemente de la fuente, tal vez
no haya podido abrirse paso hasta manifestarse en nuestras vidas para darnos una gran
lección

Imaginen por un instante que cada uno de nosotros ponga de su parte y que nos
comprometamos a ser esas supernovas en educación, una explosión de experiencias,
vivencias, consejos, saberes y orientaciones que arrojen luces y brillo sobre nuestros
discípulos de manera tal que estas luces y este brillo perdure en el tiempo y en la
distancia de forma que se mantenga hasta cuando ya nosotros hayamos desaparecido.

Soy de los que creen que uno vino a este mundo a dejar evidencias de nuestro paso por
el mismo, y estoy aun mas convencido de que aquel que ejerce la función docente debe
entender que en el desempeño de esta tarea estamos obligados (en el mas grande sentido
vocacional) a marcar la diferencia en nuestros discípulos logrando crear en ellos una
marca imborrable de valores, ética, solidaridad, humanismo, cariño, compromiso y
entrega. ¿Es mucho pedir que cada docente reflexione sobre su actuar y que haga los
ajustes que considere pertinentes en relación a como esta desempeñando su tarea?. Tal
vez crean que es una exageración de mi parte, y es por eso que estas líneas las titulo así,
¿será acaso esto una utopia? ¿Realmente es tan difícil? Los invito a ser “supernovas”
para sus discípulos y que el brillo la luz que se que cada uno de ustedes mis colegas
docentes tienen, perduren en el espacio, en el tiempo y sea arrojado a través de todo el
cosmos.

Carlos Luis Figueredo