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2019

INFORME DE
PSICOPATOLOGÍA
INFANTIL

CURSO:
PSICOTERAPIA DEL NIÑO Y ADOLESCENTE
AUTORES:
PAISIC HOYOS, NOIVER DOCENTE:
ROJAS DELGADO, KELVIN JOSÉ LUIS ORDINOLA TRIGOSO

UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA | Escuela Profesional de Psicología


I. INTRODUCCIÓN
La psicopatología, en sus inicios, sólo era estudiada en los adultos y se daba
poquísima atención a los trastornos de conducta en niños. Para el estudio de la
psicopatología infantil se partió de acuerdo al pensamiento filosófico de Locke,
Pestalozzi y Rousseau, quienes consideraban al niño como que su mente era
comparada a una tabula rasa. (Gavilanes: 2014: 35)
Como antecedente principal, se tiene que en 1801 fue entregado a Itard el "niño
salvaje de Aveyron" para que lo tratase, con el objetivo de entrenar en
habilidades sociales y el dominio de aprendizajes instrumentales (Psicología:
2018)
El trabajo ha sido dividido en partes bien diferenciadas: la normalidad y
anormalidad en la psicopatología, y los principales trastornos en la niñez.

II. OBJETIVOS

- Diferenciar lo normal y lo anormal en la psicopatología infantil


- Describir los trastornos psicopatológicos más comunes en la niñez.

III. MARCO TEÓRICO

3.1. Lo normal y lo patológico


En la rama de la medicina, lo normal y lo patológico está más determinado por
la actitud del médico a saber qué es lo que puede o no puede hacer por su
paciente; sin embargo, tanto para la psiquiatría y la psicología, estos términos
están influenciados por los problemas éticos, culturales, sociales, políticos y
otros. Por ende, el psiquiatra o psicólogo infantil, se encuentra influenciado por
los mismos problemas; aumentado a ello, el desarrollo del niño, el lugar familiar
y social que el niño ocupa. Así mismo, el profesional debe atender a un paciente
que no ha pedido ser evaluado, y debe “desaparecer” un comportamiento que
según la familia, escuela u otros, juzgan como incorrecto de acuerdo a sus
propios criterios, o criterios rígidos.
Por ende, la normalidad no puede limitarse a la enumeración de síntomas. Es
así que, se suele definir alrededor de cuatro puntos de vista: Referido a la salud,
opuesto a la enfermedad; como media estadística; como ideal hacia el cual
dirigirse; y como proceso capaz de retornar a un equilibrio. La primera definición,
suele excluir a la mayoría de las enfermedades y trastornos ya que, muchas de
estas, suelen tener un periodo de “normalidad” y de ausencia de síntomas; por
ello, debe considerarse también la potencialidad de favorecer o dañar la salud.
La segunda definición, consideraría que todo aquello que no está dentro del
promedio es patológico (tallas pequeñas, genios, etc.). La tercera definición, se
asemejaría a la instauración de un modelo de normalidad ideal, el cual sería
propuesto por el grupo social o por un valor personal, en el primer caso se
asemejaría al promedio y en el segundo a una percepción individual que podría
dejar de lado muchos factores importantes. La cuarta definición, consideraría la
“normalidad” al proceso de adaptación; en este sentido, existe el riesgo de
reducir lo “normal” a un estado de aceptación, sumisión o conformismo con lo
que exige la sociedad.
Debido a lo mencionado, el profesional de la salud mental debe enfrentarse a la
toma de una decisión correspondiente al paciente en específico que tiene delante
de él: ¿Debe intervenir o abstenerse? ¿La conducta manifiesta tiene un poder
dañino o existe para cumplir un papel organizador y/o de adaptación? (fobias -
interno, tartamudeo – externo / Berrinches).

3.2. Psicopatología de las conductas motoras


a) Disgrafía:

Se refiere a la deficiente calidad de la escritura, sin déficit neurológico o


intelectual que pueda explicarlo. La motricidad gráfica del niño depende de la
maduración funcional, es así que antes de los 5 años y 9 meses – 6 años, la
mayoría de niños tienen dificultad para realizar copias legibles y de descifrar lo
que han copiado. Sin embargo, a esta edad, el niño debería haber adquirido la
madurez motriz y manual que determinará la calidad de su aprendizaje. La
terapia está orientada a las dificultades asociadas a la disgrafía: reeducación
grafo motriz y psicomotriz (trastornos espaciotemporales y dificultades motoras);
relajación (cuando prevalece la distonía y grafo espasmo); psicoterapia (cuando
es por causas afectivas).
b) Debilidad motriz:

Se las puede clasificar en tres: Torpeza de la motilidad voluntaria, Sincinesias y


Paratonía.
 Torpeza de la motilidad voluntaria: gestos burdos, pesados; frente a una
tarea se instala inadecuadamente (Inclinado sobre a silla, en
desequilibrio, etc).
 Sincinesias: movimientos difusos (implica grupos musculares que
normalmente no se usan en determinado gesto).
 Paratonía: imposibilidad para obtener una relajación muscular
(Mantenimiento de los brazos levantados aun después de pedirle que se
relaje), dificulta la motilidad ligera y armoniosa.
c) Dispraxia:

Puede considerarse una debilidad motriz grave, es decir, una incapacidad de


culminar determinadas secuencias gestuales o realizarlas con extrema torpeza
(vestirse, anudarse los zapatos, abrocharse la camisa) más aún si deben realizar
secuencias rítmicas (golpear alternativamente las manos y después las rodillas)
o actividades gráficas. Sin embargo, el lenguaje se encuentra relativamente poco
perturbado.
d) Tics:

Es la ejecución frecuente, involuntaria y absurda de movimientos. Pueden ser


detenidos mediante la voluntad o la distracción, así mismo, suelen desaparecer
en el transcurso del sueño. Los más frecuentes son: parpadeo, fruncimiento de
cejas, protrusión (movimiento más allá de sus límites) de la lengua, movimiento
de la barbilla, cabeceo, negación, rotación, encogimiento de hombros, resoplar,
bostezar, sonarse, toser, soplar, chasquear la lengua, gruñir, gritos, ladridos.
Pueden presentarse solos o asociados, suelen aparecer entre os 6-7 años de
edad. Además, antes del aparecimiento del tic, el niño percibe una sensación de
tensión y el tic es una descarga que alivia. Sin embargo, puede existir
sentimiento de vergüenza o culpa, sobre todo si es reforzado por el entorno.
e) Tricotilomanía – Onicofagia:

La Tricotilomanía se caracteriza por la necesidad irresistible de enrollar,


acariciar, estirar o arrancarse los cabellos. En algunos casos, el niño puede llegar
a comerse sus cabellos y provoca un tricobezoar. Esta conducta refleja un
aspecto auto erótico o auto agresivo. Suele aparecer en situaciones de
frustración o de carencia: separación de los padres, fallecimiento de un familiar,
nacimiento de un bebe, ingreso a una nueva institución, entre otras.
La onicofagia se da en un 10 a un 30% de los niños. Es el hábito por comerse
las uñas y puede persistir hasta la edad adulta. Con frecuencia se trata de sujetos
ansiosos, activos y autoritarios. Puede realizarse como desplazamiento auto
erótico asociado al placer de la succión que es equivalente a la masturbación.

3.3. Psicopatología de las conductas de adormecimiento y sueño


a) Insomnio del primer año:

Se da cuando hay relación inadecuada entre el bebé y su medio.


 Insomnio común: Origen debido a frecuencias a condiciones
inadecuadas o mal organizadas.
 Insomnio agitado: El bebé no cesa de llorar, gritar y agitarse.
 Insomnio tranquilo: El bebé permanece en su cuna, abierto los ojos,
silencioso en el día y por la noche.
b) Dificultades en la conciliación del sueño;

Es particular entre los 2 y los 5-6 años. O en todo caso pueden darse por:
condiciones exteriores defectuosas, presión externa inadecuada, estado de
ansiedad o de organización conflictiva interna, etc. Las manifestaciones clínicas
son diversas: oposición, rituales, fobia a acostarse, insomnio autentico.
c) Parasomnias:

Se pueden reconocer cuatro:


 Angustias nocturnas: Se trata de terrores nocturnos, sueños de
angustia y despertares llenos de ansiedad.
 Sonambulismo: Predominancia en los varones, aparece entre los 7 y 12
años. En el transcurso de la primera mitad de la noche, el niño se levanta
y deambula.
 Automatismos motores: El 4% de los niños, presenta ritmias que es
hacer ruido durante la fase de sueño.
 Enuresis nocturna: Sobreviene un poco antes de la fase de sueño
paradójico y entorpece su desarrollo previsible.
d) Apneas en el curso del sueño:

Se refiere a la interrupción de la respiración o se hace muy débil, en el transcurso


del sueño; su duración puede ser de pocos segundos hasta minutos y darse por
más de 30 veces por hora.
e) Hipersomnia:

Se refiere al sueño excesivo, prolongado y profundo. Es preciso ante todo


descartar cualquier causa neurológica, además es necesario realizar la
observación de las variaciones psicológicas en la demanda de sueño. Y por
último, investigar una deficiente higiene del sueño (niños que se acuestan
demasiado tarde, despertar nocturno de repetición por diversas razones, ruido
anómalo, etc.).

3.4. Psicopatología de las funciones cognitivas


a) Deficiencia mental:

Se refiere a la aptitud que presenta un niño para la escolarización y para la


elaboración de tareas propias de su edad. Según Chiland, es necesario un CI>=
96 para seguir satisfactoriamente la escolarización. Para el WISC, un CI <70
sería indicio de una desviación normal. Sin embargo, según Daily, en un sentido
práctico y empírico considera que la debilidad cognitiva es <85.

Una clasificación no usada actualmente hacía referencia a lo siguiente: Idiota <


20-25; Imbécil < 40-50 y Débil mental <75. En este sentido, la OMS la clasifica
de la siguiente manera: Deficiencia mental profunda <25; D.M. severa <40; D.M.
moderada <55; D.M. ligera <70 y D.M. límite <85.
D.M. profunda, el nivel mental no supera los 2 – 3 años, con autonomía parcial
en alimentación, aseo, control de esfínteres; el lenguaje es casi inexistente. D.M.
severa y moderada, no sobrepasan la edad mental de 6-7 años, la lectura es casi
imposible por ende la escolarización no se pueda dar. Los hábitos cotidianos
pueden ser desarrollados con mayor facilidad. D.M. ligera y límite, su desarrollo
psicomotor es normal, su lenguaje no presenta mayores dificultades. Sin
embargo, son las exigencias escolares las que no puede desarrollarlas
satisfactoriamente. Finalmente, la debilidad mental ligera y límite, es más
frecuente en niños que se desarrollan en condiciones socioeconómicas bajas,
por ende con una estimulación cultural pobre aportada por la familia. Así mismo,
está relacionado a la carencia afectiva y la depresión.

3.5. Psicopatología del lenguaje:


 Alteraciones del desarrollo del lenguaje:
a) Trastornos de la articulación: Deformaciones fonéticas que afectan
con mayor frecuencia a las consonantes que a las vocales.
b) Disfasias graves: Agrupa un conjunto de dificultades que van desde los
retrasos simples del lenguaje a las alteraciones severas que relegan al
niño a la ausencia absoluta del lenguaje.
c) Dislexia - disortografía: Se asocian deficiencias en la ortografía y de
ahí el nombre de dislexia- disortografía. Puede originarse por nivel
sociocultural bajo o mediocre e inmadurez cerebral.
 Patologías especiales:
a) Tartamudez: Trastorno de la fluidez verbal y no del lenguaje en sí
mismo. Como factores asociados ha sido mencionada con frecuencia a
la herencia.
b) Mutismo: Ausencia del lenguaje en un no que anteriormente hablaba y
cuyos trastornos no forman parte de un cuadro de afasia. Así mismo,
pueden reconocerse dos: mutismo total y mutismo electivo.

3.6. Trastornos esfinterianos:


Se refiere a la adquisición de la limpieza y del control urinario o anal, intervienen
tres factores: neurofisiológico, cultural y de relación.
a) Enuresis: Se define como la emisión activa, completa y no controlable de
la orina transcurrida ya la edad de madurez fisiológica, habitualmente
adquirida en los 3-4 años.
b) Ecopresis: Es la defecación en los pantalones por parte de un niño que
ha sobrepasado ya la edad habitual en la adquisición del control
esfinteriano (entre 2-3 años).

IV. CONCLUSIONES
- La normalidad y anormalidad, no se limita a la cuantificación de síntomas,
menos aún en el trabajo con niños; sino que estas definiciones tienen que
ver con la interacción con el ambiente y con el uso que se haga de la
conducta.
- Los múltiples trastornos que se pueden encontrar en la niñez, son de
alguna manera, específicos, y es de necesidad de todo profesional de la
salud mental saber reconocerlos.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Gavilanes (2014). Los trastornos del lenguaje expresivo-receptivo y el
aprendizaje social, de los estudiantes del octavo año de educación
básica de la unidad educativa PCEI Stephen Hawking de la ciudad de
Ambato, provincia de Tungurahua”. Universidad técnica de Ambato.
Ecuador.
Ajuriaguerra, J. Marcelli, D. (s/f). Manual de psicopatología del niño (3ra Ed.).
MASSON.

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