Efesios 4:32
• Hay quienes están constantemente saboteando nuestros planes por medio de sus
acciones.
Sin embargo, es en este contexto que Pablo nos dice que debemos perdonar.
Observemos de más cerca la palabra “perdón”.
1) El perdón que le das a alguien que te lo pide. Alguien que se arrepiente genuinamente,
y que no está siendo solamente amable. Alguien que cambia realmente. A esto se refiere
Jesús cuando dice en Lucas 17: “si tu hermano peca contra ti, repréndelo, y si se
arrepiente, perdónalo.”
Marcos 11:25 agrega, “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno,
para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras
ofensas.”
El punto es simple. Si quieres que Dios el Padre te perdone, entonces tú también debes
estar dispuesto a perdonar a los que te han herido.
La biblia no nos ofrece alternativa. Nosotros hemos sido perdonados, entonces ahora
debemos perdonar. Nuestra relación con nuestros hermanos será un reflejo de nuestra
relación con Dios. Si hay un problema horizontal, entonces es probable que haya también
un problema vertical que necesita ser arreglado.
Quiero ayudarles en este tema del perdón, y voy a ofrecerles siete puntos al respecto.
Cuando Jesús les enseñó a sus discípulos cómo orar, uno de los temas con los que trató
fue acerca del perdón. Él dijo en Lucas 11:4 “4Y perdónanos nuestros pecados, porque
también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación,
mas líbranos del mal.”
Perdonar es algo que Dios hace muy bien. El disfruta el perdonar. El murió por perdonar.
Cuando Dios perdona: Los pecados del corazón, los pecados del cuerpo y los pecados de tu
voluntad son perdonados.
• Él nos perdona VERTICALMENTE: “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
• Él nos perdona REPETIDAMENTE: “Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día
volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale."
• Él nos perdona COMPLETAMENTE: “si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías
1:18
Ese es el amor del Calvario. Y es también un modelo de nuestro perdón para con los demás.
Si necesitas perdonar a alguien entonces te recomiendo que vayas con el especialista en perdón: El
Señor Jesucristo, y busca su ayuda.
2. OLVIDATE DE OLVIDAR
"Perdonar y olvidar" es un antiguo proverbio, pero no es un buen consejo. Hay ciertas cosas que
usted y yo nunca vamos a olvidar.
Las probabilidades son que vas a recordar a esa persona o ese incidente a pesar de tus mejores
esfuerzos.
Estas cosas están grabadas en nuestro subconsciente y se supone que vamos a recordarlas hasta el
día de nuestra muerte. Puede que te olvides del asunto por un tiempo pero luego:
Hay algunos que dirán que el hecho de que te acuerdes del problema es la prueba de que en realidad
no has perdonado a la persona. Yo no estoy de acuerdo.
De hecho, yo creo que existe una razón por la cual la mente decide recordar. La razón es porque así
podemos aprender de nuestras heridas, y procuramos protegernos de ser heridos otra vez.
Supongamos que una niñera maltrata a tu niña o niño. El niño tiene que ser llevado al hospital con
un brazo fracturado. La niñera está arrepentida y te ruega que la perdones. Tú lo haces. Tiempo
después te encuentras con la misma persona y ella se ofrece a cuidar a tus hijos otra vez.
Recordando el pasado, tú te niegas a aceptar sus servicios. Algunos te dicen que no has perdonado.
Sin embargo, no es que no hayas perdonado necesariamente, sino que has aprendido de esa dolorosa
experiencia, y sabiamente has decidido no repetirla.
El perdón es un acto de gracia. La confianza y la responsabilidad es algo que se gana. Es obvio que
yo todavía me acuerdo de las peleas con mis hermanos. Pero los he perdonado. Cómo lo sé? Se los
voy a decir:
Así es amigos, la Guerra ha terminado. Las heridas quedaron en el pasado. Ya no tienen poder en tu
vida en el presente. ¿Cómo es en tu caso? Has perdonado?
3. NO DIVULGUES LA OFENSA
No riegues el veneno. Deja que la ofensa muera. Si sientes que debes divulgar la ofensa, pregúntate
el porqué.
• ¿Cuál es el motivo? • Qué estás esperando lograr? • Son tus acciones motivadas por amor o por
algo menos honorable? La Biblia dice “Sin leña se apaga el fuego” Prov. 26:20. En otras palabras,
si dejas de alimentar la ofensa, eventualmente se extinguirá. El perdón es la clave para abrir la
puerta del resentimiento y las esposas del odio. No te amargues pensando en el hecho. Déjalo ir.
El perdón restaura el presente, provee la base para el futuro y te libera del pasado.
Robert E. Lee visitó a una mujer en Kentucky… “Córtelo y olvídese.” Siga adelante, en otras
palabras.
Durante el tiempo que he servido como pastor, he tenido innumerables casos de ofensa, calumnia,
etc. Y probablemente puedo contar con una mano a las personas que tuvieron el valor para decir “lo
siento.” Jesús no esperó una disculpa
Jesús dijo que no olvidemos la viga delante de nuestros ojos cuando examinamos la paja en el ojo
ajeno. Pregúntate honestamente si eres completamente inocente en el problema. Tal vez tendrás
algo de culpa?
Él ha prometido que El pagará, El cumplirá su palabra. Historia del niño que quería comprar la
estatua de Washington. Alguien le dijo: “34 centavos no es suficiente, no está en venta, si eres
americano ya es tuya.”