En los últimos años la esperanza de vida ha crecido. La gente vive más años, eso es una realidad, y en muchos países las personas tienen una «fecha de caducidad» mucho más alta que hace 200 años.
Vivir más años es posible gracias a la aparición de nuevas tecnologías,
nuevos avances, medicamentos, al conocimiento de alimentos nutritivos y saludables, así como a la sabiduría del uso de las plantas medicinales. Evitar muchos químicos que nos creaban enfermedades ha sido clave, aparte de tener la experiencia y los medios suficientes para combatir los virus y agentes infecciosos que eran nuestros grandes enemigos. La prevención es otro factor fundamental en el aumento de la longevidad. Pese a todo, aún queda mucho trabajo por hacer. Aunque hemos vencido muchas enfermedades muy graves, han surgido otras debido a la cantidad de virus nuevos de los que se desconoce su lugar de procedencia.
Dependencia de los fármacos
Vivimos en una época donde la prevención es mínima. La mayoría de las personas no se cuidan hasta que empiezan a enfermar. Un simple dolor y otros indicios que desajustan el organismo son el inicio de otro proceso patológico peor. Algunos no quieren prevenir la enfermedad porque, si tienen un problema, disponen de una solución «fácil» que, luego, les permitirá seguir con sus malos hábitos. Nos referimos, por supuesto, al consumo de pastillas. Las generaciones de este siglo se están mal acostumbrando a depender de los fármacos. Esmás fácil consumir unas pastillas que reflexionar, cambiar los malos hábitos y buscar una solución alternativa y saludable. Con el paso de los años, los remedios naturales se han ido reduciendo. La industrialización y modernización del mundo occidental ha ido dejando de lado los hábitos antiguos y efectivos que nos ofrece la naturaleza. El auge de las terapias naturales complementarias Por suerte, desde hace varios años, vuelven a fortalecerse los remedios naturales y preventivos. Son muchas las personas que eligen visitar a los profesionales holísticos. La medicina alternativa y complementaria ha pasado al segundo plano, aunque su eficacia haya quedado demostrada científicamente. Está disponible para todo el mundo que la necesite, tenemos libertad para elegirla, aunque no esté dentro de la sanidad pública. Muchas alternativas naturales tardan más en hacer efecto que los medicamentos convencionales ya que funcionan, en algunos casos, como tratamientos a medio plazo. El tema de plantas curativas o algunos productos de origen natural no se reconocen por sus efectos terapéuticos. En la actualidad solo los fármacos están regulados, pudiendo alegar propiedades terapéuticas. Esto quiere decir que, si alguien vende, por ejemplo, extracto de ajo u otro producto en cápsulas, no puede decir en la caja del producto que tienen propiedades antimicrobianas u otros beneficios para la salud; aunque sea verdad y esté demostrado su beneficio para algunos problemas de salud.
Tipos de medicinas alternativas y
complementarias (holística) Aromaterapia Masoterapia Flores de Bach Naturopatía Acupuntura Homeopatía Ayurveda Cromoterapia Musicoterapia Kinesiología Fitoterapia Osteopatía Reiki Hoy día un número mayor de personas están buscando métodos alternativos para tratar sus enfermedades. La Medicina Natural o Alternativa está tomando un auge cada vez mayor; son incontables las anécdotas o buenas experiencias que ha tenido la gente, se ha corrido la voz de lo efectiva que es.
Ante el desencanto que han tenido al ser expuestos a la “medicina moderna”
con sus tratamiento demasiado agresivos y con pocos resultados, las personas han tenido que buscar fuera de lo convencional para buscar alivio o solución a sus enfermedades. No es raro ver una persona a la que han ordenado cantidades increíbles de Laboratorios clínicos, Radiografías o Resonancia Magnética que no hacen más que confundir al médico y al paciente dando falsos indicios de la causa de la enfermedad, el paciente gasta recursos económicos valiosos tratando de descifrar qué tiene cuando un simple examen físico minucioso puede llevar al diagnostico.
Inclusive puede encaminarlo hacia algún tratamiento que el paciente NO
necesita. Todo debe iniciar con un buen interrogatorio del paciente y un examen físico dirigido a descubrir la causa de la enfermedad. Es lamentable decir que muchos colegas sólo le ofrecen al paciente el siguiente esquema de tratamiento: “Tómese estas pastillas por 2 semanas o póngase estas inyecciones, si no se cura lo operamos”. Este es un enfoque demasiado extremista que no le da el beneficio al paciente de curarse de forma menos agresiva. Se han olvidado que hay alternativas intermedias de tratamientos o inclusive, ellos mismos saben de anécdotas de sus propios pacientes que han encontrado alivio con otras terapias alternas pero ellos se rehúsan a recomendarlas.