"MÁS QUE VENCEDORES" Estando en Dios no hay amenazas, no hay problemas ni chicos

ni grandes, no hay imposibles, no hay miedo ni poder alguno que se le compare. Entonces
¿por qué escuchar a quienes quieren acusarnos o condenarnos? La voz que más importa
es la de Dios cuando nos dice que después de arrepentirnos ¡nos ha perdonado y ha
echado nuestros pecados al fondo del mar! (Romanos 8:37al39) "Pero en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. Porque estoy
convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo
por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Pablo hace una lista muy
completa y dice “Estoy convencido”, plenamente convencido, de que ninguna de esas
cosas puede interponerse entre nosotros y el amor de Dios. Para cualquier cristiano
desalentado este Poderoso pasaje ofrece hoy Domingo, la seguridad del amor de Cristo,
porque El estará presente en cada momento de tu vida cómo creyente. Nunca nos
separaremos del amor de Cristo y sabemos que aún en medio de las dificultades seremos
más que vencedores. ¡Te deseo un hermoso día Domingo, Dios te bendiga!!!

Algunos culpan a Dios por los que les sucede mientras se les va la vida. Otros claman a
Dios en oración por estos dolores. Para algunos de nosotros cuando Pablo dice: "todas
estas cosas", estamos convencidos que este conjunto de cosas nos acercan y aferran más
a Cristo, sabiendo que Su amor nunca falla.
Nada, ni nadie puede romper nuestra relación con Cristo, porque Él nunca dejará de
amarnos. La unión y permanencia en la fe es la fortaleza más grande que puedas tener,
de esta fe se desprenden todos los frutos en tu vida.
Si una vez conociste verdaderamente a Cristo, si una vez Él te salvó, te perdonó, te liberó
y te rescató del pecado; no habrá nada ni nadie que pueda apartarte de su divino amor.
Así que, seguramente tendrás muchas pruebas que enfrentar, pero ninguna de ellas será
tan grande como para no soportarla; el Señor Jesucristo no permitirá que te hundas en la
desesperación, Él vendrá a tu encuentro, te ayudará, te levantará y fortalecerá.
La verdaderas victorias se encuentran en nuestras pruebas, dependencia, humillación y
obediencia que tengamos en Cristo. En lo que aprendemos y desaprendemos por medio
de ellas. Aprendemos a depender más de Él y obtenemos una mayor búsqueda de su
naturaleza divina; y desaprendemos las viejas costumbres del hombre de pecado que nos
llevó a pasar por amarguras y enfermedades visibles como también las no visibles. Es sólo
por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros que Cristo se manifiesta cada día en
nuestras vidas.