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Poemas: La Pelona
Ya no más
Susan Ochoa
Me miro al espejo
Y veo las marcas en mi piel
De tu amor en mi ser
De mi dolor
Y tú no volverás
A herir mi piel nunca más
Porque yo ya no estaré
No me encontrarás
Ya no más
Ya no mas
Y tú no volverás
A herir mi piel nunca más
Porque yo ya no estaré
No me encontrarás
Y tú no volverás
A herir mi piel nunca más
Porque yo ya no estaré
No me encontrarás
Ya no más
Ya no más
Ya no más
Aborto
¿Qué es un aborto?
El aborto consiste en la interrupción del embarazo y se puede producir tanto de forma
espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto concluye con la expulsión
del feto a través del canal vaginal.
Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a causa de una serie
de complicaciones en el feto o en la madre. Generalmente ocurre durante las 12 primeras
semanas de gestación y no precisa de ningún tipo de intervención quirúrgica, pero a partir
de la semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. La tasa de aborto espontáneo se
encuentra entre el 15 y el 20 por ciento entre aquellas mujeres que saben que están
embarazadas.
Causas de un aborto espontáneo
Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no son viables y se
expulsan de forma espontánea; para la mayoría de las mujeres esto pasa desapercibido ya
que los únicos signos que se dan de este hecho es un sangrado ligeramente mayor del
habitual durante la menstruación.
Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más común es que se deba
a problemas en los cromosomas u otros factores como niveles hormonales
anómalos, diabetes no controlada, incompetencia del cuello uterino o algunos
medicamentos. Otro tipo de causas pueden ser infecciones, obesidad, problemas físicos en
los órganos reproductores de la madre, problemas con la respuesta inmunitaria o
enfermedades graves.
La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor es la probabilidad
de sufrir un aborto espontáneo, especialmente a partir de los 40 años. El haber sufrido un
aborto espontáneo anteriormente también puede aumentar las posibilidades de volver a
sufrirlo.
Los abortos espontáneos son más comunes de lo que se cree popularmente. Solo en Estados
Unidos se producen casi un millón al año, lo que significa uno de cada cuatro embarazos,
tal y como recoge una encuesta realizada por investigadores de la Escuela de Medicina
Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, en Nueva York, y publicada en mayo de 2015
en Obstetrics & Gynecology. El estudio, en el que participaron un millar de adultos
estadounidenses, revela algunas de las falsas creencias que hay en torno a este tipo de
abortos. Así, el 22 por ciento de los encuestados creía incorrectamente que opciones de
estilo de vida durante el embarazo (como fumar o consumir drogas o alcohol) son la causa
más común de aborto espontáneo. Un 76 por ciento pensaba que el estrés puede ser el
desencadenante y, un 64 por ciento, que levantar objetos pesados durante la gestación puede
malograr un embarazo, al igual que el uso previo del dispositivo intrauterino (28 por
ciento) o de anticonceptivos orales (22 por ciento).
Sin embargo, no hay evidencias científicas que demuestren que las circunstancias anteriores
aumenten el riesgo de un aborto involuntario. Sí está probado, en cambio, que los motivos
genéticos están detrás del 60 por ciento de los casos. Otras causas establecidas son
anomalías estructurales del útero, trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, y
autoinmunes como anticuerpos antitiroideos.
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia, dolor
abdominal, cólicos o sangrados vaginales.
Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por la
vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario, se puede
precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar de expulsar los
restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto séptico y debe
tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones, fiebre, sangrado
vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.
Muerte fetal
Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de gestación se
conoce como muerte fetal y en estos casos siempre se requiere de cirugía para extraer el
feto del útero. Es un caso extraordinario, pues sólo ocurre en menos del 1 por ciento de los
embarazos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un menor
movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la espalda o el vientre. Factores
como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes pueden aumentar las
probabilidades de que esto ocurra, pero también se puede producir por preclampsia y
eclampsia, enfermedades infecciosas, anomalías congénitas graves, posmadurez o lupus,
entre otras patologías.
Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer. Hay dos
formas de interrumpir un embarazo:
Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las nueve
primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona, una hormona que
bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman durante tres sesiones en una
clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir algunos sangrados vaginales a
causa de los medicamentos. Otros efectos de este tratamiento son cólicos, diarrea o
malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad
aproximada del 97 por ciento.
Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto
quirúrgico:
Aspiración con vacío manual
La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas de
embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con un
instrumento succionador de manera manual.
Dilatación y evacuación
Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo pero
siempre antes de la semana 13. Consiste
también en la extracción del tejido que
reviste el útero, pero se realiza a través de
una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del
útero y se introduce un tubo a través del
cual se succiona todo aquello a eliminar
para completar el aborto. Tras esta
operación pueden surgir algunos sangrados
así como cólicos menstruales. La
efectividad del aborto quirúrgico es
cercana al 100 por cien.
Después de un aborto
Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero adicional para
determinar si queda tejido fetal en el útero. También se estudia si los restos expulsados
correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de células que son el resultado
de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que queden restos, se recurre a un
legrado.
Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo menstrual vuelve a
la normalidad.
La Eutanasia se refería originalmente al acto de ponerle fin a la vida de una persona para
evitarle la agonía. Con el pasar del tiempo esta palabra se ha venido recargando de numerosos
conceptos y adhesiones por parte de los estudiosos de diferentes áreas, quienes se han
encargado de confundir más su verdadero concepto, al termino de volverla imprecisa, para
algunos es una cosa y para otros es otra y al final no hay un mutuo acuerdo sino un resto de
discusiones malversadas. Sin embargo para nuestro estudio es básico que lo miremos como
aquel acto, practicado por acción (poner inyección letal) u omisión (dejando de ponerle un
tratamiento), que tiene como fin provocarle la muerte a un individuo que sufre de una
enfermedad incurable que le causa un sufrimiento físico y/o mental intolerable. La eutanasia
se toma como una forma de muerte digna para las personas que padecen de una enfermedad
terminal e irreversible cuyo sufrimiento es muy alto o para quienes permanecen vivos por
medios artificiales, si lo han pedido en uso reiterado de su razón y de forma libre y voluntaria.
aunque no existe una verdadera unanimidad sobre los casos de eutanasia, respecto a los
modos de practicarla si podríamos mencionar algunos diferencias y distinguirlas.
Eutanasia directa: cuando las acciones que se realizan sobre el enfermo tienen la intención
de provocar su muerte. Pueden considerarse aquí dos subtipos de eutanasia.
1.cuando el individuo ya no posee las capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden
a morir pero expresó previamente que esa era su voluntad.
2.cuando un individuo que no posee las capacidades físicas y mentales para pedir que lo
ayuden a morir o para oponerse, es sometido a la eutanasia sin saber cuál habría sido su
voluntad.
Un concepto relacionado pero que debe distinguirse es el del suicidio asistido. En este caso,
es el paciente mismo el que pone fin a su vida de manera voluntaria y activa pero lo hace con
los medios o información sobre los procedimientos que alguien más le ha proporcionado
intencionalmente.
Asi pues, eutanasia como ¿homicidio?, ¿suicidio?, ¿bondad?, ¿derecho a morir dignamente?,
son dudas que nos han de surgir al ver las diferentes clases de eutanasia, sin embargo, hemos
de ver que prácticamente todos estamos cometiendo un error, porque así como nosotros no
somos dueños de nuestra vida, mucho menos no le podemos decir a alguien que haga esto o
aquello, entramos de un momento a otro en convertirnos en una sociedad insensible por los
padecimientos que puede tener nuestro prójimo.
LA GLOBALIZACIÓN
¿Qué es?
La globalización es un fenómeno inevitable en la historia humana que ha acercado el mundo
a través del intercambio de bienes y productos, información, conocimientos y cultura.
En las últimas décadas, esta integración mundial ha cobrado velocidad de forma espectacular
debido a los avances sin precedentes en la tecnología, las comunicaciones, la ciencia, el
transporte y la industria.
Los defensores de la globalización señalan que los países como China, Viet Nam, la India y
Uganda que se han abierto a la economía mundial han reducido notablemente la pobreza.
Los críticos sostienen que el proceso ha significado la explotación de gente en los países en
desarrollo, producido perturbaciones masivas y aportado pocos beneficios.
Para que todos los países puedan beneficiarse de la globalización, la comunidad internacional
debe seguir esforzándose por reducir las distorsiones en el comercio internacional
(disminuyendo las subvenciones a la agricultura y los obstáculos comerciales) que favorecen
a los países desarrollados y por crear un sistema más justo.
Relativismo.
(del latín “relativus”: relativo). Teoría idealista acerca del carácter relativo, condicional y
subjetivo del conocimiento humano. Esta teoría, al admitir el carácter relativo del saber,
niega la objetividad del conocimiento, considera que en los conocimientos no se refleja el
mundo objetivo. En su conjunto, el relativismo es característico de los sistemas agnósticos e
idealistas subjetivos.
La postura que dice que la verdad de todo conocimiento o principio moral depende de las
opiniones o circunstancias de las personas. Como las opiniones y las circunstancias son
cambiantes, ningún conocimiento o principio moral, según esta postura, es objetivo o
universal. Es decir, el relativismo postula que ningún conocimiento o principio moral es
verdadero independientemente de las opiniones de las personas o de sus circunstancias, ni
tampoco, por esa misma razón, es válido para todos en todo tiempo y lugar. En realidad, el
relativismo, en cuanto al conocimiento de la realidad en general, deviene en agnosticismo (la
negación, o la puesta en duda, de la capacidad del ser humano de conocer la verdad objetiva);
y, en cuanto al conocimiento de lo moral, en individualismo o subjetivismo.
Relativismo moral
Características
Una de ellas es el fallido intento de considerar que todas las opiniones morales gozan del
mismo nivel de validez, sin importar que algunas de ellas sean contrarias entre sí. El
relativismo moral le tiene un odio visceral a las jerarquías de las ideas. El relativista no
puede aceptar que unas ideas sean superiores a otras, en el sentido de tener más
probabilidad de ser ciertas que otras, o el que unas ideas sean definitivamente verdaderas
y otras no. Si el relativista llegara a aceptar, por ejemplo, que la idea de que el aborto es
malo para todo el mundo es la verdadera y que la idea contraria es falsa, dejaría de ser
relativista.
Ello nos lleva a otra característica del discurso relativista. El relativista confunde el deber
de respetar a la persona que opina y su derecho a opinar con el deber de respetar toda
opinión. Todos tenemos el deber de respetar a los demás y también su derecho a opinar.
Pero no tenemos por qué respetar todas las opiniones o, dicho de un modo más adecuado
y respetuoso (para no faltar a la caridad), no tenemos por qué aceptar todas las opiniones,
por el simple hecho de que no todas las opiniones son válidas. Incluso, hasta tenemos el
deber, si las circunstancias lo permiten, de refutar las opiniones falsas y dañinas. Por
ejemplo, si un hombre dice que él opina que los maridos pueden abusar de sus esposas,
yo tengo el deber de respetar a ese individuo, pero al mismo tiempo tengo el deber de
decirle que su opinión es absolutamente falsa y dañina.
Relativismo cultural
El Relativismo Cultural es la idea que los sistemas morales o éticos, los cuales varían de
cultura a cultura, son todos igualmente válidos, y ningún sistema es en realidad "mejor" que
otro. Esto está basado en la idea de que no existe ningún estándar definitivo del bien y del
mal, así que cualquier juicio acerca del bien y del mal es un producto de la sociedad. Por lo
tanto, cualquier opinión sobre la moralidad o ética está sujeta a la perspectiva cultural de cada
persona. Finalmente, esto significa que ningún sistema moral o ético puede ser considerado
como el "mejor" o el "peor," y ninguna posición particular moral o ética puede realmente ser
considerada "buena" o "mala".
Absolutamente imposible
La contradicción del relativismo cultural se hace inmediatamente aparente. Una sociedad que
abrace la idea de que no existe ningún "bien" o "mal" definitivo, pierde la habilidad para
juzgar de un todo. La manera en la cual el relativismo, incluyendo el relativismo cultural, ha
permeado la sociedad moderna, se demuestra en las maneras extrañas en que tratamos de
lidiar con esta contradicción. La "tolerancia" ha pasado a implicar el apoyo incondicional y
consentimiento con todas las opiniones o estilos de vida. Sin embargo, aquellos que eligen
ser "intolerantes" no son apoyados ni admitidos. La tolerancia, por lo tanto, se convierte en
un "bien absoluto" por sí mismo, lo cual contradice la idea entera del relativismo. De la misma
manera, crímenes atroces como violaciones y asesinatos demandan un juicio moral -- pero el
relativismo cultural no puede decir que tales cosas son siempre malas.
Desmoronamiento
Relativismo individualista
Es aquella forma de r. para la que el elemento condicionante de la verdad del juicio sería el
sujeto cognoscente individual, es decir, todos y cada uno de los hombres. El juicio S es P
puede ser verdadero para Juan, pero no para Pedro o Antonio. La estructura de cada sujeto
humano determinaría la verdad del juicio. Este tipo de r. es el que se atribuye generalmente
a Protágoras (v.). Su famosa tesis el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son
en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son (Sexto Empírico, Hipotiposis
pirronicas, 1,216) se ha interpretado tradicionalmente, ya desde Platón y Aristóteles, como la
más cruda formulación de un r, individualista. Platón escribe a este respecto: «.,. como decía
Protágoras al afirmar que el hombre es la medida de todas las cosas; así, en consecuencia,
como a mí me parece que son las cosas, tales son para mí; y, como a ti te parecen, tales son
para ti» (Cratilo, 3850. Y de esto derivaría la existencia de una pluralidad de verdades, dado
que entre los diversos hombres no hay unidad, sino una pluralidad diferenciada casi infinita:
«Yo (Protágoras) afirmo que la verdad es como he escrito, que cada uno de nosotros es
medida de lo que es y de lo que no es. Y que la diferencia de uno a otro es infinita, ya que
para uno se manifiestan y son unas cosas, y para otro otras diferentes» (Teeteto, 166d).
Relativismo antropológico
El factor condicionante de la verdad del juicio no sería el hombre individual, como en el caso
anterior, sino el hombre en cuanto especie. La especie humana goza de unas determinadas
estructuras mentales, en virtud de las cuales capta la realidad de un modo exclusivo y
determinado. Pero ello no es obstáculo para que, supuesta la existencia de otros seres
inteligentes con una estructura cognoscitiva distinta, el juicio verdadero para nosotros no lo
fuera para ellos. Se trata, pues, de un r. menos radical que el anterior, pero también erróneo,
puesto que se considera al hombre como productor o creador de la verdad, y no como
descubridor de la misma; es el error típico del idealismo (v.), que identifica ser con pensar, y
en este sentido es también un racionalismo (v.). Este tipo de r. ha sido atribuido también a
Protágoras, dando una interpretación distinta de la platónico-aristotélica al ánthropos
(hombre) del horno mensura.
Relativismo sociológico
El factor condicionante de la verdad del juicio sería el grupo social. Esta forma de r. ha sido
creada y defendida insistentemente por Émile Durkheim (v.) y la escuela sociológica por él
fundada. En De la division du travail social y Les régles de la méthode sociologique, el
pensador francés expone cómo la sociedad es, según él, el elemento determinante de todo
conocimiento. La característica del fenómeno social y lo que constituye su esencia sería la
coacción, la presión que la sociedad (v.) ejerce sobre los individuos que la integran. El grupo
social presiona, según Durkheim, de modo irresistible e inconsciente sobre sus miembros,
imponiéndoles normas de conducta y criterios de valoración. Esta coacción no se siente
cuando el individuo acepta y cumple con las normas sociales y, por ello, cae en la ilusión de
creer que es él mismo el que, espontánea y voluntariamente, se las impone. La fuerza de la
presión social únicamente se pone de manifiesto al infringirse dichas normas. Para Durkheim,
es análogo a lo que acontece con la corriente de un río, cuya potencia no se percibe por aquel
que nada en el mismo sentido, pero que aparece en todo su vigor cuando vamos en sentido
contrario.
Relativismo racista
La raza (v.) sería el factor condicionante de la verdad del juicio. Esta forma de r. ha sido
defendida por el nazismo en general y de un modo particular por su teórico Alfred
Rosenberg en Der Mythus des 20 Jahrhunderts. Toda manifestación cultural estaría
determinada por la raza, que no hay que confundir con el grupo social, ya que una misma
sociedad puede de hecho estar integrada por diversas razas. La filosofía, la ciencia, la moral,
la religión, el arte serían la expresión de la raza, que en ellas plasma su fuerza vital (V.
NACIONALSOCIALISMO; RACISMO). La raza sería el principio creador y el elemento
condicionante de toda producción cultural, a la que habrá que valorar positivamente, si se
trata de una raza superior, o negativamente, en los casos de las razas inferiores. Así, no habría
nunca una verdad única, igual que no hay una raza única; habría sólo una verdad aria, otra
eslava, otra judía, etc.
SECULARISMO
El secularismo es la ideología que apunta a separar a Dios de la vida pública y pretende «la
sistemática eliminación de cuanto hay de cristiano» que «domina desde hace tres siglos el
pensamiento y la vida de Occidente» (4). Juan Pablo II nos advierte de «una poderosa
antievangelización» que «dispone de medios y de programas, y se opone con gran fuerza al
Evangelio y a la evangelización» (5).
«Sí, este deseo de sofocar la voz de Dios está bastante bien programado; muchos hacen
cualquier cosa para que no se oiga Su voz, y se oiga solamente la voz del hombre, que no
tiene nada que ofrecer que no sea terreno. Y a veces tal oferta lleva consigo la destrucción
en proporciones cósmicas. ¿No es ésta la trágica historia de nuestro siglo?» (6).
En su libro con el mismo título, el sociólogo S. Robert Lichter concluyó que «la elite de los
medios es un grupo homogéneo y cosmopolita, que fue educado con alguna distancia de las
tradiciones culturales y sociales de... la América promedio. La mayoría se ha separado de
cualquier tradición o herencia religiosa y muy pocos van a misa regularmente.
Un estudio más reciente distinguía una definida inclinación anti-católica de parte de cuatro
gigantes de los medios norteamericanos: The New York Times, The Washington Post, la
revista Time, y CBS News (8). Cada vez más la cultura televisiva exalta estilos de vida que
contradicen gravemente la naturaleza humana, por no mencionar los ideales del Evangelio.
La familia creyente, trabajadora, intacta y nuclear es inclusive más rara en la televisión que
en la sociedad de mentalidad pro-anticonceptivos, pro-divorcio de los Estados Unidos.
Esta ideología está presente en todas las Agencias de las Naciones Unidas desde los
años 90: en concreto, en el Fondo para la Población, UNICEF, UNESCO y OMS que
han elaborado muchos documentos con categorías propias de esta ideología.
Desde las Naciones Unidas pasó a la Unión Europea, donde se difunde por medio de los
medios de comunicación y en colegios, en concreto, por medio de actividades lúdicas:
fiestas, celebraciones, etc., en las que se intenta que todos participen.
“El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es el resultado causal del
sexo, ni tan aparentemente fijo como el sexo…