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MISAL DE LA CELEBRACIÓN EUCARISTICA

DE LA MISIÓN JESUCRISTO LIBERADOR

La Eucaristía puede ser precedida por la celebración de la reconciliación.

1. Ritos iniciales

a) Saludo
C:/ (Buenos días, tarde, noche) estamos congregados no por mero capricho,
sí más bien porque con nuestra presencia confirmamos la invitación de
Cristo a participar en su inclusiva mesa; y porque creemos en un Dios que
es Padre, Hijo, y del Espíritu Santo.
R:/ Amén

El Dios de Jesús este siempre con nosotros.

O bien:

C:/ La gracia y el amor de la Divinidad y la comunión del Espíritu


Santo estén con nosotros.

O bien:

C:/ La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y Madre, y de


Jesucristo, el Liberador, estén con nosotros.

O bien:

C:/ La Divinidad, que es Padre y Madre que dirige nuestros corazones


para que amemos como él nos amó este con nosotros.

O bien:

C:/ La paz, el amor y la fe, de parte de Dios Padre y Madre, y de


Jesucristo, el Maestro, estén con nosotros.

O bien:
C:/ El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos
colma con su alegría y con su paz, este con todos nosotros.

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2. Otras fórmulas de saludo propias para los diversos tiempos
litúrgicos

Tiempo de Adviento:
C:/ El Dios, que viene a Liberarnos, esté con nosotros.

Tiempo de Navidad:
C:/ La paz y el amor de Dios, que se ha manifestado en Emanuel, nacido
para nuestra Liberación, estén con nosotros.

Tiempo de Cuaresma:
C:/ La gracia y el amor de Jesús, nuestro hermano y compañero, que nos
llama a la conversión, estén con nosotros.

Tiempo pascual:
C:/ El Dios de la vida, que ha resucitado al crucificado, esté con nosotros.

O bien:

C:/ El Dios de nuestros Padres y Madres en la fe, que no pudo permitir que
el amor a sus hijos/as queden vencidos por la muerte y rescato juntos a los
muertos a su primogénito, el Cristo esté ahora y siempre en cada uno de
nosotros.

3. Acto de Reconciliación
Pueden agregarse plegarias u oraciones de perdón de parte de la asamblea dirigidas por
el ministro o laico. El celebrante inicia la oración y la concluye.

C:/ Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestros prójimos.

O bien:

C:/ Nosotros, los que nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados,


y estamos en fraternidad y amor con nuestros prójimos, y hacemos
propósito de vivir una vida nueva, siguiendo los mandamientos de Dios, y
andando de aquí en adelante en sus santos caminos: Acerquémonos acá con
fe y hagamos nuestra humilde confesión ante Dios (en silencio).

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Primera forma:

R:/ Yo confieso ante Dios (Padre y Madre) y ante ustedes, hermanos, que
he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Poniéndonos la mano derecha sobre nuestro corazón mientras
decimos:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
El resto se sigue como en el principio:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los
santos y ante ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor. Amén

O bien:

C:/ Luz del mundo, que vienes a iluminar a todos los que viven en las
tinieblas del pecado. Dios, ten piedad.
R:/Dios, ten piedad.

C:/ Buen pastor, que vienes a guiar a tu rebaño por las sendas de la verdad
y la justicia: Cristo, ten piedad.
R:/ Cristo, ten piedad.

C:/ Hijo de Dios, que volverás un día para dar cumplimiento a las
promesas de Dios, ten piedad.
R:/ Dios ten piedad.

Tercera forma:
C:/ Tú que has enviado a sanar los corazones afligidos: Dios ten piedad.
R:/Dios, ten piedad.

C:/ Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo ten piedad.
R:/ Cristo, ten piedad.

C:/ Tú que estás sentado a la derecha del Dios Padre y Madre para
interceder por nosotros: Dios ten piedad.
R:/ Dios, ten piedad.

Cuarta forma:
C:/Dios, ten compasión de nosotros.
R: / Porque hemos pecado contra ti.

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C:/ Muéstranos, Dios, tu misericordia.
R: / Y danos tu Liberación.

Quinta forma:
Todos:/Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por
pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos
dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado
a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos
arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y
perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus
caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

O bien:

Dios Padre y Madre, de nuestro, Jesucristo Liberador, Hacedor de todas las


cosas, Juez de toda la humanidad: Nosotros reconocemos y lamentamos los
muchos pecados y maldades, que en varias ocasiones hemos cometido
gravemente, por pensamiento, palabra y obra, contra ti, provocando muy
injustamente injusticias contra mi prójimo. Sinceramente nos arrepentimos,
y de todo corazón nos dolemos de todas estas nuestras culpas; su memoria
nos aflige, su peso es intolerable. Ten misericordia de nosotros, Ten
misericordia de nosotros, Padre misericordiosísimo; por amor de tu Hijo
nuestro Liberador Jesucristo, perdónanos todo lo pasado, y concede que
podamos, en adelante, servirte y agradarte con una vida nueva, para honra y
gloria de tu Nombre; mediante Jesucristo nuestro hermano y compañero.
Amén.

Sexta forma:
C:/ Espíritu Santo, que en un principio flotabas sobre las aguas
santificándolas ya para dar vida, ten compasión de nosotros.
R: / Ten compasión de nosotros.
C:/ Espíritu Santo, SOBRE LA ZARZA ARDIENTE, ten misericordia de
nosotros
R: / Ten misericordia de nosotros
C:/ Espíritu Santo, prometido en herencia por nuestro Salvador, que en
diversidad de dones soplaste sobre cada uno de tus confirmados, ten
compasión de nosotros.
R: / Ten compasión de nosotros.

Oración conclusiva:

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C:/ Dios Padre y Madre tengan misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos comunique la vida eterna. R:/ Amén.

O bien:

C:/ Dios tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados


por Jesucristo nuestro Liberador, nos fortalezca en toda bondad y, por el
Espíritu Santo, nos convierta al Reino de Dios. R:/ Amén.

Un Ministro puede decir entonces uno o más de los siguientes


versículos, diciendo primero:

M:/ Oigamos la Palabra de Dios, todos los que verdaderamente se


convierten a Él. “Vengan a mí, todos los que están trabajados y agobiados,
que yo les haré descansar.
San Mateo 11:28.

O bien

De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que
todo aquél que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna. San
Juan 3:16.

O bien

Palabra fiel y digna de ser recibida de todos, que Cristo Jesús vino al
mundo para salvar a los pecadores. 1
Timoteo 1:15.

4. Cuando se administra el sacramento de la Reconciliación en la


celebración (en acto de reconciliación)

C:/ Hermanos/as: en la primera Carta de Juan se nos dice: “Si decimos que
no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en
nosotros; pero si confesamos nuestros pecados unos con otros, podemos
confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados” (1Jn 1,
8-9). Precisamente para ello, Jesucristo Liberador nos ha dejado el
Sacramento de la Reconciliación.

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Invitatorio para confesar nuestros pecados ante Dios en Silencio
C:/ El Dios de Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la
Comunión, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que
somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.

O bien:
C:/ Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos conceda la
conversión de nuestros corazones; así obtendremos la reconciliación y se
acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos.

O bien:

C:/ Humildes y penitentes, como el publicano en el templo, acerquémonos


al Dios justo, y pidámosle que tenga piedad de nosotros, que también nos
reconocemos pecadores.

Se impone las manos:

C:/ Oh Dios, Padre y Madre de bondad y de misericordia, Tú has


reconciliado contigo el mundo, por la muerte y resurrección de tu Hijo y
enviaste al Espíritu Santo, para la remisión de los pecados.

Se prosigue imponiendo las manos:

C:/ Te pedimos que, por el ministerio de la Iglesia, envíes la efusión de tu


Espíritu Santo sobre este pueblo que humildemente se ha confesado
pecador, para que obtenga el perdón de sus pecados, la paz y la
participación en el bautismo nos da vida nueva para tu Reino. Por
Jesucristo, nuestro hermano y compañero. Amén.

Luego invita a que todos se pongan de pie y levante las manos para
recibir la absolución:

C:/ El Dios de la Misericordia les Absuelva de todos los/tus pecados, en el


nombre del Padre, + y del Hijo, + y del Espíritu + Santo.

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5. La Paz (Rito de Paz al inicio de la celebración). Si se hace en estos
momentos, puede utilizarse las siguientes palabras

D/C:/ Hermanos/as, Jesús dijo que antes de presentar nuestra ofrenda, es


necesario que estemos reconciliados con todos (Mt 5, 24). Como señal del
compromiso que asumimos de vivir en armonía con nuestro prójimo y de
ser constructores de reconciliación y de justicia, démonos un saludo de paz.

O bien:

D/C:/ Hermanos/as, en su primera carta San Pedro nos encomieda:


“Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal. Que
descienda la paz sobre todos ustedes, los que están unidos a Cristo”. 1°
Carta de San Pedro: 5, 14.

Se canta o se recita «Gloria» (Domingo o Solemnidades)

Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al


pueblo diciendo:
C:/ ¡Gloria a Dios en el cielo!,
Y el pueblo prosigue:
…y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Oración Colecta. Oremos:

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LITURGIA DE LA PALABRA
O LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Primera Lectura/ L: Palabra de Dios/R: Te alabamos Señor


Salmo
Segunda Lectura/L: Palabra de Dios/ R: Te alabamos Señor

Oración antes de proclamar el Evangelio

C/ Purifica mi corazón, mi mente y mis labios, Dios misericordioso, para


que anuncie el Evangelio de Jesucristo Liberador.

Evangelio
C/ Proclamación de la Buena Nueva de Jesús según _______.

Credo Bautismal
C:/ ¿Creen en Dios?, Padre y Madre Misericordioso, ¿Creador del
cielo y de la tierra?
R:/ Sí, creemos.
C:/ ¿Creen en Jesucristo?, su único Hijo, nuestro Liberador, que nació
de Santa María Virgen, fue asesinado, murió, fue sepultado, ¿resucitó
de entre los muertos y está sentado a la derecha de Dios?
R:/ Sí, creemos.
C:/ ¿Creen en el Espíritu Santo?, en la Santa Iglesia Católica, en la
comunión de los santos, en el perdón de los pecados, ¿en la
resurrección de los muertos y en la vida eterna?
R:/ Sí, creemos.
C:/ ¡Esta es nuestra fe!, Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de
profesar en Cristo Jesús, nuestro Liberador!
Credo de los apóstoles:

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Credo de los Apóstoles
Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al
pueblo diciendo:

C:/ ¡Creo en Dios!,

Y el pueblo prosigue:
… Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a
los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de
venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Credo Niceno
Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al
pueblo diciendo:

C:/ ¡Creo en un Dios!,

Y el pueblo prosigue:
… Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, y por
nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado y resucitó al tercer día
según las Escrituras; subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre; y
de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y
apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

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Credo de la Misión Jesucristo Liberador
Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al
pueblo diciendo:

C:/ No creemos que tengamos que estar a la espera, CREEMOS que somos sujetos
transformadores de la realidad luchando por los espacios y construyendo alternativas.

No creemos en las fronteras, CREEMOS que somos hijas e hijos de una Patria Grande
sin racismos, sin normas para amar, incluyendo toda la diversidad sexual, mujeres,
juventudes, pueblos originarios, afrodescendientes, las minorías y todos los de abajo.

No creemos en una iglesia estática, patriarcal, clerical, y jerárquica. CREEMOS en una


comunidad integradora, intergeneracional, con voz propia. A esta Iglesia la creemos en
lucha, “echando su suerte con los pobres de la tierra”, frente a un sistema capitalista
dominante.

No creemos en individualismos, en salvadores, dictadores ni golpistas. CREEMOS en la


construcción comunitaria y colectiva de luchas en la coyuntura que acontece en Nuestra
América hoy.

No creemos en un dios castigador que maldice con la pobreza, CREEMOS en un Dios/a


que está presente en las diferentes experiencias de las comunidades: un Dios cercano, un
Dios liberador y revolucionario, un Dios que es miembro de la CEBs, que trabaja y
lucha como Jesús de Nazaret.

AMEN

Poema para Adviento se dice en vez del credo


Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al pueblo diciendo:
Nació en una pequeña aldea, hijo de una mujer del campo. Creció en
Olra aldea donde trabajó como carpintero hasta que tuvo 30 años. Después,
y durante tres años, fue predicador ambulante. Nunca escribió un libro.
Nunca tuvo un cargo público. Nunca tuvo familia o casa. Nunca fue a la
universidad.
Nunca viajó a más de trescientos kilómetros de su lugar de
nacimiento. Nunca hizo nada de lo que se asocia con grandeza. No tenía
más credenciales que él mismo. Tenía sólo treinta y tres años cuando la
opinión pública se volvió en su contra. Sus amigos le abandonaron. Fue
entregado a sus enemigos, e hicieron mofa de él en un juicio. Fue
crucificado entre dos ladrones. Mientras agonizaba preguntando a Dios por
qué le había abandonado, sus verdugos se jugaron sus vestiduras. La única
posesión que tenía. Cuando murió fue enterrado en una tumba prestada por
un amigo. Han pasado veinte siglos. Y hoyes figura central de nuestro
mundo, factor decisivo del progreso de la humanidad. Ninguno de los

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ejércitos que marcharon, ninguna de las armadas que navegaron, ninguno
de los parlamentos que se reunieron, ninguno de los reyes que reinaron, ni
todos ellos juntos, han cambiado tanto la vida del hombre en la tierra como
esta vida solitaria. Amén.

Credo por la Paz, por Martin Luther King


Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al pueblo diciendo:

Hoy, en la noche del mundo, con la esperanza de la Buena Nueva,


afirmo con audacia mi fe en el porvenir de la Humanidad. Rechazo la idea
de que en las actuales circunstancias las personas estén incapacitadas para
hacer una Tierra mejor. Rechazo la opinión de quienes consideran que las
personas están de tal manera prisioneras en la noche sin estrellas de la
guerra y el racismo, que nunca podrá llegar a ser realidad la aurora
luminosa de paz y fraternidad. Rechazo la predicción según la cual los
pueblos descenderán uno tras otro por el torbellino del militarismo hasta el
infierno de la destrucción atómica. Creo que la Verdad y el Amor
incondicional tendrán efectivamente la última palabra, pues la Vida
-aunque provisoriamente derrotada- es siempre más fuerte que la muerte.
Creo firmemente que aun en medio de las bombas que estallan y los
cañones que truenan, permanece la esperanza de un mañana luminoso.
Tengo el coraje de creer que un día todos los habitantes de la Tierra tendrán
sus tres comidas por día para la vida de su cuerpo, educación y cultura para
la salud de su espíritu, igualdad y libertad para la vida de sus
corazones.Creo igualmente que un día toda la Humanidad reconocerá en
Dios la fuente del Amor, que la bondad salvadora y pacífica será algún día
la Ley, que el lobo y el cordero reposarán juntos, que toda persona se
sentará bajo su higuera en su propia viña y que nadie tendrá motivo para
tener miedo. Creo firmemente que obtendremos la victoria. Amén.

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Credo Inclusivo y Ecuménico de la Misión Jesucristo Liberador
Quien preside la ceremonia con ambos brazos en alto invita al
pueblo diciendo:

Creo en Dios, creador de la tierra y de todo cuanto existe, que hizo a


los seres humanos en igualdad de condición y dignidad, a su imagen y
semejanza. No creo que en quienes establecen diferencias entre las
personas, considerando que unos son mejores que otras. Creo en Jesucristo,
el Hijo de Dios que nos liberó, que caminó en este mundo junto a varones y
mujeres, aceptando sin problemas que ellas fueran sus discípulas. No creo
en quienes establecen categorías o espacios a los que las mujeres no deben
llegar, en la sociedad, en las familias, en los Estados, o incluso y peor, en la
misma Iglesia. Creo en el Espíritu Santo, el soplo transformador y
movilizante que ánima la vida y la búsqueda del Reino en medio nuestro;
aliento sagrado que cae sobre toda persona que busca serle fiel al Maestro,
sin importar si se es hombre o mujer. No creo en quienes piden requisitos
para recibir el Espíritu Santo o establecen las señales que obligadamente
deben mostrar quienes lo reciben, que pretenden limitar los dones que
otorga de acuerdo a si cae sobre hombres o mujeres. Creo en la Iglesia,
como la comunidad de creyentes, quienes buscan y ensayan señales del
Reino en nuestro tiempo, con justicia, amor, paz y libertad. No creo en la
Iglesia que discrimina, que señala, que maltrata, que sostiene categorías
que oprimen a gran parte de quienes la integran o desean hacerlo. Creo que
Dios nos llama, cada vez con voz más fuerte, a escuchar los reclamos y las
voces de nuestras compañeras de camino, voces que con el mismo Dios,
nos llaman a convertirnos de nuestras malas prácticas, de aquellas cosas
que hemos aprendido y que hemos enseñado, que han causado daño,
angustia, opresión y muerte a tantas mujeres de nuestros pueblos. El trino
Dios en quien creemos nos llama y nos exhorta, a Él sea la gloria y la
honra, por todos los siglos, Amén.

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Oración de los fieles u oración de peticiones

La paz: La Paz, si antes no ha sido aún, será intercambiada, ya sea aquí o


después de la oración eucarística y se presenta con uno de los siguientes
versos:

O bien: Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer,


para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Rom 15.
13)

O: De acuerdo con otros, vivir en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará
con vosotros. (2 Cor 13. 11b)

O: Y la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la que fueron llamados


en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. (Col 3. 15)
O bien: Que el Dios de paz os santifique por completo, y que tu espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo. (1 Tes 5. 23)

A continuación, el celebrante canta o dice:

P: La paz del Señor sea siempre con ustedes.


A: La paz sea con todos nosotros.

El diácono o el celebrante dice: Darse un signo de la paz y la


reconciliación.

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LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
O PREPARACIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR

Antes de los cantos de ofendas: Uno de los siguientes, o algún otro


versículo apropiado de las Escrituras, puede utilizarse.

Rindan al Señor la gloria debida a su Nombre; traigan ofrendas, y entren en


sus atrios. Salmo 96:8

Si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo


contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero
con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. San Mateo 5:23, 24

Hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presenten sus
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es su culto racional.
Romanos 12:1

Anden en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios. Efesios 5:2

Ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de alabanza, es


decir, fruto de labios que confiesan su Nombre. Y de hacer bien y de la
ayuda mutua no se olviden; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Hebreos 13:15, 16

Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú


creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Apocalipsis 4:11

Cantos

Ofertorio y presentación de pan y vino

C:/ Bendito seas, Dios Padre y Madre del Universo, por este pan, fruto de
la tierra y del trabajo del hombre y la mujer, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos, él será para nosotros pan de vida.

C:/ Bendito seas, Dios Padre y Madre, por este vino, fruto de la tierra y del
trabajo del hombre y la mujer, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos, él será para nosotros bebida de salvación.

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C:/ Acepta, Dios de Jesús nuestro corazón contrito y nuestro espíritu
humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio de alabanza y que sea
agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

O bien con toda la asamblea

C/P: Padre - Madre Dios, este pan y este vino expresan nuestra vida, -
herida, amenazada - también expresan nuestra esperanza y nuestros
esfuerzos solidarios por vivir. Los presentamos como signos sinceros de
nuestro compromiso de servicio en la comunidad y en nuestro pueblo.
Este pan y este vino, productos del trabajo de hombres y mujeres,
representan ahora nuestra decisión personal y consecuente de asumir la
causa de Jesús. Te pedimos bendecirnos para que, - haciendo memoria viva
de Jesús - al comer de este pan y al beber de este vino, seamos
verdaderamente el cuerpo y la sangre, la presencia liberadora de Cristo en
nuestro pueblo. AMEN.

Invitatorio: Si se ha hecho la formula con toda la asamblea se omite esta parte

C:/ Oren Hermanos y Hermanas, para que nuestros dones sean agradables a
Dios, Padre y Madre.

C:/ Oren hermanos y presentemos al Dios de Jesús con alegría las ofrendas
y oblaciones de nuestra vida y de nuestro trabajo.

C:/ Oren, Hermanos y Hermanas, para que, llevando al altar los gozos y las
fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a
Dios, Padre y Madre.
R/. El Dios de Jesús reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y
gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas

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PLEGARIAS EUCARÍSTICA
U ORACIONES EUCARITICAS Y PREFACIOS

C:/ El Señor este siempre con nosotros.


R/. Y con tu espíritu.
C:/ Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C:/ Demos gracias al Señor.
R/. Es justo y necesario.

PREFACIOS
PREFACIO DE ADVIENTO I
La memoria presente de Jesús el Cristo
Este prefacio puede decirse en las misas del tiempo, especialmente en los dos primeros
domingos, y en las restantes misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen
prefacio propio.
Realmente es nuestro compromiso darte gracias siempre y en todo lugar,
Dios, Padre y Madre, Misericordioso por Cristo nuestro hermano y
compañero. Porque al venir Él, por primera vez en la humildad de nuestra
carne, realizó el plan de Liberación trazado desde antiguo y nos abrió el
camino de la Liberación. Y así, hoy nosotros al recordar su memoria,
seguimos en la construcción del Reino de Dios en este mundo. Por eso,
Padre, con los ángeles, los santos/as y toda la humanidad cantamos sin
cesar, el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE ADVIENTO II
El Emmanuel que se encarna la historia de sufrimiento y exclusión
Este prefacio puede decirse en las misas del tiempo, especialmente en los dos primeros
domingos, y en las restantes misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen
prefacio propio.
En verdad es justo darte gracias, es nuestro compromiso construir un
mundo más justo y humano. Dios, Padre y Madre de amor, principio y
fundamento de todo lo creado, tú te has encarnado en la historia para
hacerte solidario con nosotros tus hijos, principalmente con los pobres y
excluidos. Y proclamaras el año de liberación para ellos. Y proclamaras
desde los pobres el construir un mundo diferente, donde pasará la figura de
este y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva. El mismo Dios que opto
siempre por los excluidos y marginados en la historia, lleno de gloria se
nos manifiesta nuevamente, para que lo recibamos en la fe y por el amor
demos testimonio de la espera dichosa de su reino. Por eso, mientras
vivimos con esperanza de construir otro mundo diferente a este, unidos a
los santos y toda la humanidad, cantamos el himno de tu gloria: Santo,
Santo, Santo...

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PREFACIO DE ADVIENTO III
La promesa del Liberador
Este prefacio puede decirse en las misas del tiempo, especialmente en los domingos segundo y
tercero, y en las restantes misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio
propio.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un
mundo más justo y humano, Dios, Padre y Madre, de amor y misericordia,
por Cristo, hermano y compañero nuestro. Porque él es el Liberador que en
tu misericordia y fidelidad habías prometido a los excluidos, marginados y
más pobres de la historia. Y mientras se acerca el tiempo en que ha de
llegar tu Enviado y amanece el día de nuestra Liberación, llenos de
confianza en tus promesas, damos libre curso a nuestra filial alegría. Por
eso, Padre y Madre, con los santos/as y toda la humanidad cantamos sin
cesar, el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE ADVIENTO IV
La presencia real de Jesús el Cristo entre los pobres
Este prefacio se dice en las misas del tiempo, los domingos tercero y cuarto de Adviento, y en
las restantes misas, incluidas las ferias del 17 al 24 de Diciembre, si no tienen prefacio propio.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre, de amor y misericordia, por
Cristo, Hermano y Compañero nuestro. Él fue anunciado por los profetas; y
María de Nazaret Virgen y Madre lo llevo en su vientre y lo crió como uno
de nosotros, entre el pueblo excluido y marginado, Juan Bautista proclamó
la inminencia de su venida y reveló su presencia entre los excluidos de este
mundo. El mismo Dios nos concede ahora preparar con alegría el misterio
de su nacimiento, para que su llegada nos encuentre perseverantes en la
lucha por construir un mundo más justo y humano. Por eso, Dios, con los
santos/as y todos los seres humanos cantamos sin cesar, el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE ADVIENTO V
María de Nazaret, se hace Pueblo
Este prefacio se dice en las misas del tiempo, especialmente el cuarto domingo de Adviento,
desde el 17 al 24 de diciembre, y en las restantes misas que se celebran durante este mismo
tiempo y no tienen prefacio propio.
En verdad es justo darte gracias, Dios, Padre y Madre, Dios amor y
misericordia. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos, porque elegiste
a María de Nazaret, una mujer sencilla y pobre como Madre de tu Hijo
nuestro Liberador Jesucristo. En ella, está la expresión de la angustia de los
que están en la cárcel, es el dolor de las madres que han perdido a sus hijos;
María es la ternura que busca angustiada una solución. María está en
nuestra historia como en un callejón sin salida, pero esperando que Dios ha
de venir a Liberarnos. Por eso, nosotros, unidos a los ángeles, a los santos,
y a toda la humanidad cantamos el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...

PREFACIO DE NAVIDAD I
Jesús el Cristo, encanado en el mundo de injusticias y excluidos
Este prefacio se dice en las misas de Navidad y de su octava; durante la octava, se dice incluso
en aquellas misas que, si se celebraran en otro tiempo tendrían prefacio propio, excepto en
aquellas que tienen prefacios propios referidos a las Personas divinas o sus misterios. También
se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
Realmente es justo y necesario, nuestro compromiso de construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre, de amor y misericordia. Porque
gracias al misterio de la Palabra hecha carne, vemos a Cristo entre costales
y cartones en las calles durmiendo, muriéndose de hambre en los niños que
no tienen qué comer, en el necesitado que pide una voz a la Iglesia; y en
cada figura de humanidad botadas tan indignamente por nuestros caminos.
Por tanto, conociendo el rostro de Dios visiblemente entre los pobres y
marginados, queremos seguir construyendo un mundo más justo y humano.
Por eso con los ángeles y todos los seres humanos, cantamos un himno a tu
gloria diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE NAVIDAD II
La restauración del universo en la encarnación
Este prefacio se dice en las misas de Navidad y de su octava; durante la octava, se dice incluso
en aquellas misas que, si se celebraran en otro tiempo tendrían prefacio propio, excepto en
aquellas que tienen prefacios propios referidos a las Personas divinas o sus misterios. También
se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre, de amor y misericordia, por
Cristo, Hermano y Compañero nuestro. Porque en el misterio santo que
hoy celebramos, Cristo, sin dejar la gloria del Padre, se hace presente entre
nosotros de un modo imaginable para este mundo: entre los niños
vendedores de la calle que no tienen que comer; entre las pobres
vendedoras que no vendieron este día y no tienen como mantener su
familia, entre el anciano abandonado en la casa o la calle, en toda aquella
miseria humana que es excluida por este mundo. Por eso, Padre y Madre,
unidos a todos los ángeles, te aclamamos llenos, diciendo:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE NAVIDAD III


La encarnación del Verbo: Jesús de Nazaret el Emmanuel
Este prefacio se dice en las misas de Navidad y de su octava; durante la octava, se dice incluso
en aquellas misas que, si se celebraran en otro tiempo tendrían prefacio propio, excepto en
aquellas que tienen prefacios propios referidos a las Personas divinas o sus misterios. También
se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre, amor y misericordia, por Cristo,
Hermano y Compañero nuestro. Por eso, Padre, unidos a los coros de los
ángeles, santos/as y todos los seres humanos te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA EPIFANÍA DE JESUS EL CRISTO


Jesús el Cristo, se manifiesta en medio de los pobres
Este prefacio se dice en la solemnidad de la Epifanía. Los días posteriores a Epifanía, hasta el
sábado anterior a la fiesta del Bautismo del Señor, puede decirse este prefacio o uno de los
prefacios de Navidad.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano. Dios, Padre y Madre. Dios de amor y misericordia.
Porque (hoy) te manifiestas al mundo entre los pobres y marginados,
revelando así el misterio de nuestra Liberación en Jesús el Cristo nuestro
hermano y compañero. Por eso, unidos a los ángeles, y toda la humanidad
cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

19
EL BAUTISMO DE JESÚS: INICIO DE LA MISIÓN LIBERADORA
Este prefacio se dice en la fiesta del Bautismo o el primer domingo del Tiempo Común después
de Epifanía
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre, Misericordioso y eterno. Tú
quisiste realizar signos prodigiosos cuando Cristo, tu Hijo, ingresó en el
Jordán; en ese momento, hiciste oír tu voz desde el cielo, para que el
mundo creyese que tu Palabra habitaba entre nosotros; y por medio de tu
Espíritu, manifestado en Jesús tu Hijo lo ungiste como el Liberador, para
que la humanidad reconociesen en él al Mesías, enviado para anunciar la
Liberación a los pobres, excluidos y marginados. Por eso, unidos a todos
los santos, mártires y todos los seres humanos, te alabamos llenos de
alegría: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DOMINICAL I
Estos prefacios se dice en los domingos del tiempo Común
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso, hacer presente tu
Reino de justicia y de vida en medio de la humanidad. En unidad con los
Santos/as, Mártires y todos los seres humanos en luz de todo tiempo y
lugar, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DOMINICAL II
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso siempre y en todo
lugar, Dios, Padre y Madre, darte gracias por desenmascarar el mal del
mundo por medio de Jesucristo Liberador. El cual, nació de María de
Nazaret la Virgen; sufriendo en la cruz, nos mostró al Dios que está al lado
de los pobres y marginados. Por eso, unidos a los Santos/as, y toda la
humanidad en luz de todo tiempo y lugar cantamos sin cesar: Santo, Santo,
Santo...

PREFACIO DOMINICAL III


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber construir un mundo más
justo y humano, Dios Padre y Madre de Amor. Porque creaste el universo
con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las estaciones; y
formaste al ser humano a tu imagen y semejanza, haciéndolo responsable
de la creación, no destructor de ella: para que, siendo responsable de un
mundo diferente, en tu nombre guiara la creación entera y, al contemplar la
grandeza de tus obras, en todo momento te alabara. Por Cristo Señor
nuestro. A quien alábanos juntos a los cielos, con los Santos/as y todos los
seres humanos en luz de todo tiempo y lugar, sin cesar: Santo, Santo,
Santo...

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PREFACIO DOMINICAL IV
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso optar por un mundo
más justo, solidario y humano. Dios Padre- Madre de amor. En Ti vivimos,
nos movemos y existimos; y todavía peregrinamos en este mundo,
experimentamos un mundo de injusticia y de dolor para los más pobres.
Pues al haber recibido el don del Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de
Nazaret de entre los muertos, reconocemos la presencia de tu Reino entre
nosotros y proseguimos el camino con resistencia, esperanza y alegría,
confiamos hasta alcanzar otro mundo posible. Por eso, Señor, te damos
gracias y proclamamos tu grandeza, cantando con los Santos/as, mártires y
todos los seres humanos: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DOMINICAL V
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre. Pues por la sangre de tu Hijo y
la acción del Espíritu Santo, has querido que tu Iglesia Católica Ecuménica
sea signo y servidora de los pobres y marginados. De tal forma que,
unificada a imagen de tu unidad trinitaria, aparezca ante el mundo como
unidad de hermanos que viven por el amor, convocando a la unidad y a la
reconciliación, a la humanidad dispersa por el pecado estructural; para
alabanza de tu sabiduría infinita. Por eso, unidos a los Santos/as, mártires y
toda la humanidad te aclamamos llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE CUARESMA I: El espíritu de la Cuaresma: tiempo de reflexión y de


repensar nuestro compromiso cristiano. Este prefacio se dice en el tiempo de Cuaresma, sobre
todo en los domingos cuando no tienen prefacio propio. Se dice en el miércoles de Ceniza.
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso optar por el
seguimiento de tu Hijo, nuestro Liberador Jesucristo. Por Él y su mensaje
nos llamas a reflexionar en este tiempo de Cuaresma, nuestro caminar en la
historia y a detenernos, para repensar nuestra misión como cristianos en la
sociedad. Tú por medio de tu Jesús de Nazaret, nuestro hermano y
compañero nos llamas a la conversión al Reino de Dios y mediante su
mensaje nos invitas a dejar el Fariseo que llevamos dentro. Por eso en esta
celebración en la que participamos con fe y esperanza del Soplo y del gozo
de tu Reino, junto a los ángeles y todos los santos/as y todos los seres
humanos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria. Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE CUARESMA II: La Conversión y Reconciliación un camino y
proceso en compañía del Mensaje de Jesús de Nazaret. Este prefacio se dice en el tiempo de
Cuaresma, sobre todo en los domingos cuando no tienen prefacio propio.
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso y liberación optar
por construir un mundo más justo y humano. Porque a través de tu Hijo
Jesucristo, misericordiosamente nos llamas a la conversión; para que,
liberados de la esclavitud del pecado social y de los ídolos opresores de
este mundo y redescubramos tu mensaje liberador que nos invita a
convertimos a un nuevo modelo de humanidad donde experimentemos el
gozo y la libertad para los que nos has creado. Por eso, con los ángeles,
santos/as y con todos los seres humanos, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria. Santo, Santo, Santo...

PREFACIODE CUARESMA III: El camino del éxodo: en nuestro tiempo


cuaresmal. Este prefacio se dice en las misas de las ferias de Cuaresma.
En verdad es justo y necesario Dios Padre rico en misericordia y Madre de
bondad continuar con el proyecto Liberador de tu Hijo. Ahora, que en
nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Jesús el
Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor. Tú
abres a la Iglesia (de los pobres) el camino de un nuevo éxodo en este
tiempo cuaresmal, para que repensemos sobre el camino que hemos
tomado hasta este momento, que con el ir y devenir de los días, se ha
alejado de tu Reino. Hoy bajo la luz de tu Palabra, nuevamente retomamos
el seguimiento de tu Hijo, nuestro Liberador Jesucristo. Por estos signos de
salvación, unidos a los ángeles y a todos los seres humanos, proclamamos
el canto de tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

PREFACIODE CUARESMA IV: Los ídolos del poder y del dinero. Se utiliza
particularmente cuando se lee el Evangelio que tradicionalmente se llama el “de las tentaciones
de Jesús”.
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso cristiano optar por
la construcción de un mundo más justo y humano. Con Jesús de Nazaret y
su mensaje Liberador nos reiteraste tu rechazo a los ídolos de poder y del
dinero. Con su práctica, tu Hijo, nos enseñó a denunciar el pecado social y
el anti-reino. Y al mismo tiempo él, nos mostró el camino de la justicia, de
la paz, el amor, la solidaridad y la reconciliación. Por eso, con los ángeles,
santos/as y toda la humanidad te cantamos el himno de alabanza,
proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE LA PASION DEL SEÑOR I: El pueblo crucificado. Este
prefacio se dice durante la quinta semana de Cuaresma y en las misas de los misterios de la cruz
y de la pasión del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación optar por un
mundo de justicia y paz. Dios Padre Misericordioso y Madre de Amor.
Porque en el asesinato de tu Hijo, por manos de los poderosos de este
mundo, nos llamas a ver las injusticias y opresiones actuales, que claman
nuevamente al cielo. Hoy, el pueblo crucificado, desde la calle, desde la
mujer violada y asesinada, desde el niño/a pobre sin techo y hogar, desde el
joven golpeado y asesinado, desde el emigrante, desde la creación misma
que grita por la mano destructora del asesino; clamamos junto a ellos venga
tu Reino. Pues desde ellos, hoy, vemos la gloriosa resurrección, la aurora
de una nueva esperanza que ha despuntado para toda la humanidad. Por
eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles, los
santos/as y toda la humanidad cantando tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA PASION DEL SEÑOR II: La resurrección desde los


crucificados. Este prefacio se dice especialmente los días santos y en las festividades de la cruz.
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, donde no exista la exclusión y marginación. Y donde
los crucificados de la historia puedan manifestar una palabra, tu palabra de
Liberación al mundo de hoy. Dios Misericordioso y eterno, por Cristo
Señor nuestro. Porque al recordar el asesinato y muerte de Jesús de
Nazaret, tu Hijo y al recordar que lo Resucitaste, estas afirmando, Tu
Padre Santo que estas al lado de los crucificados y de las víctimas y no al
lado de los que dominan el mundo de la injusticia y exclusión. Por eso, los
ángeles y todos los santos con todos los seres humanos te cantan con júbilo
eterno y tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE PASCUA I: El misterio pascual: el crucificado es el resucitado. Este


prefacio se puede decir en la misa de la vigilia pascual, (en esta noche), en la del domingo de
Resurrección y durante toda la Pascua (en este tiempo).
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber construir un mudo de Paz,
Amor, Justicia y Reconciliación en nuestra Historia. Pero más que nunca
(en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que celebramos que el
Crucificado ha sido Resucitado, Cristo, nuestra pascua. Porque Él con su
vida y praxis desenmascaro a los que buscan mantener el poder para
oprimir, aplastar y marginar a los más pobres. Al ser asesinado por los
poderosos de este mundo, Tu Dios Padre Santo, lo resucitaste, y así
demuestras que tu estas del lado del Proyecto del Crucificado. Por eso,
llenos de la alegría pascual, liberados de la esclavitud, en la libertad de la

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nueva creación, nos unimos a los coros celestiales, a los ángeles y a todos
los seres humanos que proclaman tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE PASCUA II: Proyecto de Dios: una nueva vida en Cristo donde no
hay excluidos y marginados. Todos somos uno en Cristo. Este prefacio se dice en el tiempo
pascual.
En verdad es justo y necesario es nuestro deber, construir un mundo más
justo, solidario y humano. Por Cristo nuestro hermano y compañero, que
Dios le ha resucitado, manifestando así su opción fundamental por el
Crucificado y los crucificados de la historia. Por eso, los hijos de la luz
estamos llamados a construir el Reino de Dios en esta historia y continuar
así el proyecto liberador de Jesús: donde no exista la exclusión, la
marginación y la injusticia, sino la Paz, el Amor, Reconciliación y la
Misericordia. Por eso, llenos de la alegría pascual, liberados de la
esclavitud, en la libertad de la nueva creación, nos unimos a los coros
celestiales, a los ángeles y a todos los seres humanos que proclamamos tu
gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE PASCUA III: Cristo el Crucificado está en medio de la comunidad


vive por siempre e intercede por nosotros. Este prefacio se dice en el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación optar por el
proyecto de Liberación de Jesús de Nazaret, Tu Hijo y hermano nuestro que
has resucitado manifestando así tu opción por el Crucificado. El que
asesinado en la cruz venció a la muerte y una vez resucitado vive para
siempre en medio de la comunidad, y nosotros hoy que vivimos como
resucitados queremos continuar con el proyecto del Reino de Dios iniciado
por Jesús de Nazaret Tu Hijo, y hermano nuestro. Por eso, llenos de la
alegría pascual, liberados de la esclavitud, en la libertad de la nueva
creación, nos unimos a los ángeles y a todos los seres humanos, que
proclama tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE PASCUA IV: Re-creación del este mundo y de las estructuras de


pecado desde misterio pascual. Este prefacio se dice en el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario, es nuestra opción fundamental construir Tu
Reino de Justicia, Paz, Amor y Misericordia en este mundo. Pero más que
nunca recuperar tu memoria conflictiva para el este mundo y para los
poderosos que oprimen a los más pobres. Porque al destruir las estructuras
de pecado es entonces que abra liberación. Por eso, llenos de la alegría
pascual, liberados de la esclavitud, en la libertad de la nueva creación, nos
unimos a los coros de los ángeles, a los santos/as y todos los seres humanos
que proclamamos tu gloria: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE PASCUA V: Cristo, víctima de las estructuras de pecado. Este
prefacio se dice en el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber, construir tu Reino en esta
historia, donde hay sufrimiento y desesperanza. Porque Jesús tu Hijo al ser
condenado a muerte en la cruz por los poderosos de este mundo,
comprendió que la voluntad del Padre está, en que él se ofreciera como
víctima por la injusticia de este mundo. Así Dios se ha acercado a nosotros,
es un Dios con-nosotros y para nosotros, un Dios que sufre con- nosotros,
es la cruz donde ha manifestado su amor a la humanidad y por la cual
experimento la resurrección. Por eso, llenos de la alegría pascual, liberados
de la esclavitud, en la libertad de la nueva creación, nos unimos a los coros
celestiales, a los ángeles y a los arcángeles, y exultantes de gozo
proclamamos tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO PARA DESPUES DE LA ASCENSIÓN: En la espera de otro


mundo diferente y posible a este: la utopía- reino. Este prefacio se dice en los días que siguen a
la Ascensión hasta el sábado antes del domingo de Pentecostés.
En verdad es justo y necesario que todos los que hemos asumido por el
Bautismo el compromiso de construir tu Reino en este mundo, seamos
servidores enardecidos de la justicia, paz, amor, fraternidad, solidaridad y
amor. Construyamos la reconciliación entre nosotros. Jesús de Nazaret, Tu
Hijo, el crucificado que has resucitado, está hoy en medio de la comunidad
y nos asegura que al recordar su gesto amor para con los pobres: entonces
continuara con nosotros el Espíritu que le movió a él a proclamar Tu Reino.
El soplo santo nos mueve a decir que este mundo puede ser diferente a
este. Por eso, llenos de la alegría pascual, liberados de la esclavitud, en la
libertad de la nueva creación, nos unimos a los coros celestiales, a los
santos/as y a todos los seres humanos, que proclamamos tu gloria: Santo,
Santo, Santo...

PREFACIO DEL ESPÍRITU SANTO. La acción del Espíritu. Construir un mundo


posible y diferente a este. Este prefacio se dice en las fiestas y conmemoraciones del Espíritu
Santo. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación optar por
un mundo donde exista el Amor, la Justicia, Paz y Reconciliación. El
Espíritu, el Soplo Santo que inspiro a Jesús de Nazaret a iniciar la Misión
del Padre, hoy nos mueve a nosotros a continuar en esta historia la Misión
del Hijo: la opción fundamental por los pobres y excluidos. De manera que,
confiados siempre a ti Dios Padre- Madre, podamos construir un mundo
más justo y humano. Por eso, unidos a los santos/as y toda la creación te
aclamamos, llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

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OTROS PREFACIOS
PARA LA FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN
DE JESÚS EL CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre. Porque Cristo, Hermano y
Compañero nuestro, Liberador, después de anunciar su muerte a los
discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para
testimoniar que, de acuerdo con la ley y los profetas, la pasión es el camino
que conduce a la resurrección. Por eso, junto con los santos/as nosotros en
la tierra te aclamamos, cantando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN I
Restauración Universal en Jesucristo Liberador
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber construir un mundo más
justo y humano. Dios, Padre y Madre. Dios misericordioso y eterno, por
Cristo Maestro nuestro. A Él lo constituiste en fundamento de todo y de su
plenitud quisiste que participáramos todos. El, siendo Dios, se despojó de
su gloria, y por su sangre derramada en la cruz, trajo la paz y la
reconciliación a la creación entera. Ahora, constituido en Señor del
universo, es fuente de Liberación para cuantos en él creemos. Por eso, con
todos los Santos/as y toda la humanidad en luz de todo tiempo y lugar,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN II
Alabanza a Dios por la creación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber construir un mundo más
justo y humano, Dios, Padre y Madre. Dios de amor y eterno. Pues por
medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano (mujer y
hombre), y también el artífice bondadoso de la nueva creación. Por eso,
con razón te sirven toda la creación, con justicia te alaban todos los santos
y toda la humanidad, unánimes te bendicen. Con ellos, también nosotros, a
una voz cantamos tu gloria gozosos proclamando: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO COMÚN III
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundi
más justo y humano. Dios, Padre y Madre. Dios de amor y eterno. Pues,
aunque no necesitas de nuestra alabanza, tú nos concedes que seamos
agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria,
cantamos tu gloria desde la Cruz. Por Cristo Maestro nuestro. Por eso,
unidos a los Santos/as, y a todos los seres humanos te aclamamos llenos de
alegría: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN IV:


Jesucristo, hermano, compañero y peregrino en medio de nosotros
En verdad es justo darte gracias, Dios, Padre y Madre. Dios de la alianza y
de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra,
para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para
librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de
la historia, has enviado a tu Hijo, como hermano, compañero y peregrino
con nosotros, para predicar tu reino de justicia, de inclusividad, de opción
por los más pobres y marginados; y has derramado el Espíritu Santo, sobre
esta Iglesia (la de los pobres), que tiene como meta, tu Reino, como
estado, la libertad de tus hijos e hijas, como ley, el precepto del amor. Por
estos dones de tu benevolencia, unidos a los Santos/as y la humanidad de
todo los tiempos y lugares, cantamos con gozo el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN V
Jesús, buen samaritano
En verdad es justo darte gracias, Dios, Padre y Madre. Dios de amor y
eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en
la enfermedad, en el sufrimiento, en la persecución, en la emigración,
marginación y exclusión, por tu siervo, Jesús, nuestro Liberador. Porque el,
en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el
mal estructural. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo ser
humano que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y sana sus heridas con el
aceite del consuelo y con el ungüento de la esperanza. Por este don de tu
gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor,
vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso,
unidos a los santos/as y toda la humanidad entera de todo tiempo y lugar,
cantamos a una voz el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO COMÚN VI
la gloria de dios es el ser humano
En verdad es justo darte gracias, Dios, Padre y Madre. Dios de misericordia
y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu
presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el ser
humano (mujer y hombre), creados a tu imagen y semejanza. Tú lo llamas a
cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu
Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, la humanidad
nueva. Por eso, unidos a los santos/as y toda la humanidad de todo tiempo
y lugar, cantamos con alegría el himno de tu alabanza: Santo, Santo,
Santo…

PREFACIO POR LA UNIDAD DE LA IGLESIA


La unidad de la Iglesia, como cuerpo de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano. Dios eterno y de amor. Por Jesucristo Liberador
nuestro. Por él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para
hacernos miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un
mismo bautismo; y has enviado sobre todos los pueblos la efusión de tu
Espíritu Santo. Tu Espíritu es artífice de la unidad y por la generosa
distribución de sus dones, se constituye en admirable constructor de la
nueva creación. Él habita en tus hijos de adopción, él santifica a toda tu
Iglesia y dirigiéndola con sabiduría, la guía a la unidad y a la conversión
del Reino de Dios. Por eso, unidos a todos los Santos/as, y todos los seres
humanos te alabamos con alegría, cantando tu gloria: Santo, Santo,
Santo...

PREFACIO DE MARÍA, VIRGEN I


La Maternidad de María de Nazaret, Virgen
Los siguientes prefacios (I, II, III, IV, V) se dice en las misas de la Virgen María,
haciendo mención, en el lugar correspondiente (***), de la fiesta, según se indica en cada
misa.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso darte gracias,
siempre y en todo lugar. Dios, Padre y Madre, Dios misericordioso y
eterno. Al alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la persona de María de
Nazaret, siempre Virgen, expresión del rostro femenino de Dios amor y de
eternidad. Porque ella concibió a tu único Hijo por obra y gracias del
Espíritu Santo y derramó sobre el mundo luz eterna, Jesucristo, nuestro
Liberador y Maestro. Por él en unidad con todos los santos/as y toda la
humanidad celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos
asociarnos a sus voces, cantando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

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PREFACIO DE MARIA, VIRGEN II
La Iglesia alaba a Dios con las palabras de María
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso y Liberación darte
gracias, Dios, y proclamar tus maravillas en la humanidad de María de
Nazaret, con su mismo canto de alabanza y de clamor para que caigan los
poderosos, ella busca presentar también un mensaje de liberación para los
pobres, marginados y excluidos. Por ella, al autor de la vida, Jesucristo,
Hijo tuyo y Liberador nuestro, inicio su ministerio optando
preferentemente por los más pobres y excluidos. Por él, unidos a la voz de
los santos/as y todos los seres humanos te cantamos: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE MARIA, VIRGEN III


María, modelo de la Iglesia de los pobres
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso y Liberación darte
gracias, siempre y en todo lugar. Dios, Padre y Madre, Dios de misericordia
y eterno. Glorificarte como es debido en esta celebración de María de
Nazaret, la Virgen. Ella, al aceptar tu Palabra en su corazón, mereció
concebir en su seno virginal y dando a luz a su propio Creador, también con
amor, preparó el nacimiento de la Iglesia de los pobres, excluidos y
marginados. Ella, aceptando junto a la cruz el testimonio de su amor,
adoptó como hijos e hijas a toda la humanidad, nacidos a la vida por la
muerte de Cristo. Ella, en unida a los discípulos y en espera del Espíritu
Santo prometido, asoció su oración con ellos, y se convirtió en modelo de
la Iglesia de los pobres, que suplica desde la oración, esperanza de otro
mundo posible. Por eso, santos y santas y todos los seres humanos te
alabamos, cantando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE MARÍA, VIRGEN IV


María, signo de esperanza de los pobres
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Dios, Padre y
Madre, Dios de amor y eterno. Te alabamos y te bendecimos, por
Jesucristo, tu Hijo, en esta fiesta (o memorial) a María de Nazaret. Ella,
como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón;
como la madre de Jesús, acompañó a su hijo en su agonía y en su muerte al
pie de la cruz; inmediatamente después de su muerte: María la madre de
Jesús, algunas mujeres y los discípulos se dedican a la oración en común.
Ella es símbolo de la esperanza de los pobres, excluidos y marginados. Por
eso este don de tu benevolencia, unidos a los santos y santas y toda la
humanidad, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza: Santo,
Santo, Santo…

29
PREFACIO DE MARIA, VIRGEN V
María, imagen de la humanidad nueva
En verdad es justo darte gracias, Dios, Padre y Madre, fuente creadora de
toda vida y de la alegría. Porque en esta etapa final de la historia has
querido revelarnos el rostro femenino de Dios, para que así el mundo
entero retorne a la vida y recobre la esperanza. En Cristo, nuevo Adán, y
en María, nueva Eva, se revela el misterio de tu Iglesia, como primicia de
la humanidad redimida. Por este inefable don la creación entera, con la
fuerza del Espíritu Santo, emprende de nuevo su camino hacia la Pascua
eterna. Por eso nosotros, unidos a los santos y santas, cantamos a una voz el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS APÓSTOLES I


Los apóstoles, pastores del Pueblo de Dios
Este prefacio se dice en las misas de los Apóstoles, principalmente en las de San Pedro
y San Pablo.
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso con el Reinado de
Dios, construir una iglesia y mundo desde los valores del Reino de Dios:
justicia, paz, amor, fraternidad y la solidaridad. Tú por medio de los
Apóstoles nos enseñas el camino, la luz y guía de la palabra de aquellos
mismos pastores a quienes tu Hijo entregó la misión de anunciar el
Evangelio de Jesucristo Liberador. Por eso, unidos a los Santos/as, y toda la
humanidad cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo,
Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS APÓSTOLES II


El fundamento y el testimonio apostólico
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso con el Reino de
Dios construir un mundo más justo y humano. Siempre y en todo lugar,
Dios, Padre y Madre. Dios de amor y eterno, por Cristo, Hermano y
Compañero nuestro. Porque quisiste edificar tu Iglesia sobre el fundamento
de los Apóstoles, y nos diste el signo visible de reconocerles: estando
reunidos en comunidad, esperando ellos tu confirmación en la gracia de tu
Santo Espíritu. Por eso, con los ángeles, los santos y santas y todos los
seres humanos cantamos sin cesar, el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...

PREFACIÓ DE MARÍA MAGDALENA

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Apóstol de los Apóstoles (22 de Julio)
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso y Liberación,
aclamarte siempre, Dios, Padre y Madre, de quien la misericordia no es
menor que el poder, por Cristo, Maestro nuestro. El cual se apareció
visiblemente en el huerto a María Magdalena, pues ella lo había amado en
vida, lo había visto morir en la cruz, lo buscaba yacente en el sepulcro, y
fue la primera en adorarlo resucitado de entre los muertos; y él la honró
ante los apóstoles con el oficio del apostolado para que la buena noticia de
la vida nueva llegase hasta los confines del mundo. Por eso, Señor,
nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con todos los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo…

Los prefacios de las Santas Perpetua y Felicitas y San Sergio y Baco, se


utilizarán como propios de las fiestas de estos.

PREFACIÓ PARA LAS SANTAS PERPETUA Y FELICITAS


"El amor de Cristo nos apremia" (2 Co 5, 14). (7 de Marzo)
En verdad, es justo y necesario, es nuestro compromiso y liberación,
aclamarte en todo momento, Dios, Padre y Madre. Dios de nuestras
hermanas en la fe, Perpetua y Felicitas quienes sufrieron las injusticias de
este mundo; hoy nosotros las experimentamos en nuestros días. Así pues, al
conmemorar, la pasión y martirio de ambas, traemos a la memoria a cada
mujer que es vulnerada en su derecho y dignidad de ser mujer. Por esto,
Dios, junto a todos tus Santos y Santas llenos de alegría, te aclamamos
unidos a ellos, diciendo: Santo, Santo, Santo…

PREFACIÓ PARA LOS SANTOS SERGIO Y BACO


Mártires de la comunidad LGBTI de la fe (7 de Octubre)
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso con el Reino de
Dios, construir un mundo más justo y humano, Dios, Padre y Madre. Dios
de nuestros hermanos en la fe, Santos Sergio y Baco, dos integrantes del
santoral de la comunidad LGBTI, y de todas las personas Queer, que al
igual que hoy, ellos fueron vulnerados en sus derechos y dignidades por
este mundo. Ayúdale a la comunidad LGBTI a resistir y a seguir
construyendo comunidades inclusivas donde reine el amor, la justicia y la
inclusividad. Por esto, Dios, de todos tus Santos y Santas y de la
humanidad llenos de alegría, te aclamamos, diciendo: Santo, Santo,
Santo…

PREFACIO DE LOS SANTOS I

31
La gloria de los Santos y Santas de todo tiempo y lugar. (1 de noviembre)
Este prefacio se dice en la misa de los Santos en general, de los Santos patronos y
titulares de la iglesia, y en las solemnidades y fiestas de los Santos cuando no tengan un
prefacio más propio. También pueden decirse en las memorias de los Santos.
En verdad es justo darte gracias, es nuestro compromiso construir un
mundo más justo y humano Dios Padre y Madre. Dios eterno y de amor,
que manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos/as. Porque tú, nos
invitas a vivir la santidad desde el evangelio de Jesús, desde su opción
fundamental por los pobres, excluidos y marginados. Por eso, con los en
comunión con todos los santos y santas cantamos sin cesar, el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS SANTOS II


La acción de los Santos y Santas
Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso darte gracias
siempre y en todo lugar, Dios, Padre y Madre. Dios de amor eterno, por
Cristo, Maestro nuestro. Con el testimonio admirable de tus santos/as,
fecundas a tu Iglesia con vitalidad constante dándonos así, pruebas
evidentes de tu amor. Ellos/as nos animan a construir un mundo más justo,
humano y solidario y ante todo estar en contra del sistema opresor que
deshumaniza. Por eso, ahora, nosotros, llenos de alegría, te aclamamos
como lo hacen los santos/as en el cielo: Santo, santo, Santo...

PREFACIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES I


Significado y ejemplaridad del martirio

El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos Mártires. Se


puede decir también en las memorias de los mismos.

Realmente es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo


más justo y humano, Dios, Padre y Madre, Dios de amor eterno. Por la
sangre del mártir san N.__ derramada, como la de Jesús de Nazaret, por
denunciar un sistema injusto, opresor contra el más pobre y de poder, le
llevo al martirio. Por Él te alaban, todos los santos/as mártires y la
humanidad entera. Cantando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

32
PREFACIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES II
En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo
más justo y humano, Dios, Padre y Madre. Dios de amor eterno. Porque tú
eres glorificado por la alabanza de tus santos/as y en su martirio se
manifiesta tu Evangelio Liberador, pues en tu bondad concedes ardor a la
fe, inspiras firmeza en la perseverancia y das la victoria en la última agonía
por Cristo, Liberador nuestro. Por eso unidos, con los santos/as y todos los
mártires y la humanidad entera te alabamos proclamando sin cesar: Santo,
santo, santo...

PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES


La presencia de los santos Pastores en la Iglesia
El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos Pastores. Se
puede decir también en las memorias de los mismos.

En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso construir un mundo


más justo y humano, Dios, Padre y Madre; Dios de amor eterno, por Cristo,
Liberador nuestro. Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta
de San N.N. fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, la luz de
su palabra, y por el sentir con su pueblo pobre y excluido. Por eso, unidos
a los santos/as y toda la humanidad, te alabamos llenos de alegría: Santo,
Santo, Santo...

33
34
PLEGARIAS EUCARISTICAS
PLEGARIA I

C:/ En verdad es justo y necesario, es nuestro compromiso, Dios, Padre y


Madre, construir tu Reino que Jesús el Cristo predico. Por él, que es tu
Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho humano
por obra del Espíritu Santo naciera de María de Nazaret, la Virgen, para ser
nuestro Liberador. Él, en cumplimiento de tu seguimiento, opto por los más
pobres y excluidos, extendió sus brazos en la cruz, y así desde ella acabó
con las imágenes del dios del imperio y del poder. Por eso, con los ángeles
y los santos, proclamamos tu gloria, cantando sin cesar: Santo, Santo,
Santo...

C:/ Santo eres en verdad, fuente de toda santidad y te suplicamos, que


santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean
para nosotros Cuerpo y  Sangre de Jesucristo, Liberador nuestro.

C:/ Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado para ser
asesinado, tomó pan, puso toda su vida en él, dándote gracias, lo partió y lo
compartió, diciendo: «Tomen y coman todos de él, esto es mi Cuerpo,
que se entrega por ustedes. Hagan este gesto de compartir el pan
cuando se reúnan en conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante


y prosigue:

C:/ Del mismo modo, acabada la cena tomó el cáliz, te dio gracias con la
plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo: «Tomen y
beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna, que se derrama por ustedes y por todos para el perdón
de los pecados. Hagan esto gesto en conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante.

C:/ Aclamen el Misterio de la redención


R:/ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, Liberador, hasta que
vuelvas

35
O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe


R:/ Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección ven,
Liberador, Jesús

C:/ Dios, Padre y Madre de bondad, al celebrar ahora el memorial de la


muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos y suplicamos nuevamente:
Que la efusión de tu Espíritu Santo permanezca sobre las ofrendas que te ha
presentado tu Iglesia y que consagramos. Que transformadas en el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo nuestro Liberador Jesucristo, sean: signos de
resistencia, de combatividad y esperanza.

C:/ Acuérdate, Señor, de tu Iglesia (la iglesia de los pobres) extendida


por toda la tierra y congregada aquí en el domingo, día en que Cristo ha
vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su resurrección.

C I:/ Que seamos en el mundo fermento de reconciliación y de paz.


Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunión de Iglesias
Católicas y Apostólicas, a los demás obispos, a los presbíteros/as, a los
pastores/as, ministros/as, servidores/as y a cuantos cuidan de tu pueblo.
Que con nuestro Obispo N.___, con los presbíteros y todos los miembros
de tu Iglesia, lleguemos a ser uno en la fe, el amor y la Caridad.

C II:/ Acuérdate también, Dios, Padre y Madre, de nuestros hermanos/as


que murieron en la paz de Cristo y de todo aquellos que han muerto (y que
su muerte ha quedado impune, por los que mueren y nadie les
recuerda) (N.__), y de todos los difuntos/as, cuya fe sólo tú conociste: que
contemplando la luz de tu rostro, estén participando en la gloriosa
comunión de los santos. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con
María, la Madre de Jesús, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a
través de los tiempos, compartamos la eternidad.

C:/ Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre y Madre, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por toda la eternidad.
R:/ Amen.

36
PLEGARIA II

C:/ Santo eres en verdad, Dios, Padre y Madre, y con razón te alaba toda
la creación, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Liberador, y con la fuerza del
Espíritu Santo, das vida y actualizas sin cesar el memorial de la pascua de
tu Hijo. Por eso, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos
signos que hoy presentamos, de manera que sean Cuerpo y  Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Liberador nuestro, que nos mandó celebrar este
memorial.

C:/ Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado para ser
asesinado, Toma el pan y, dio las gracias, puso toda su vida en él, lo
partió y lo compartió, diciendo: «Tomen y coman todos de él, que esto
es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

C:/ Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias con la
plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo: «Tomen y
beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna. Hagan esto en conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante.

C:/ Aclamemos el Misterio de la redención


R:/ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Liberador, proclamamos tu resurrección hasta que
vuelvas
O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe


R:/ Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección ven,
Liberador, Jesús.

CP/. Por tu Hijo Jesucristo, que opto por un mundo diferente, donde no
existan excluidos y marginados, nos presentamos ante ti, Dios, Padre y
Madre de bondad, y nuevamente te suplicamos: acepta benigno estas
ofrendas, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán,
nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote
Melquisedec: Que por la efusión de tu Espíritu Santo, fuente de toda vida y

37
santificación, estas ofrendas, quedando bendecidas, santificadas y
consagradas, hagan que: por el pan que partimos, comulguemos con el
Cuerpo del Señor y por el cáliz sobre el cual pronunciamos la acción de
gracias, recibamos la sangre de Jesucristo, nuestro Liberador. Que quienes
nos hemos congregado en torno a tu mesa, que no excluye, sino que es
signo de inclusión, para comulgar con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
seamos colmados con la fuerza del Espíritu Santo y, participando de la vida
nueva de tu Reino, en comunión con todo tu Pueblo santo, alcancemos la
unidad.

C I:/ Oh Dios, transfórmanos en ofrenda permanente, para que


participemos en el Seguimiento de tu Hijo, junto con sus discípulos/as: con
María Santísima, Madre de Jesús de Nazaret, el Dios Hijo, los apóstoles y
los mártires, (san N.: Santo del día o patrono/a) y todos los santos/as, por
cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.

C II:/ Te pedimos, Dios, Padre y Madre, que esta Víctima de


reconciliación traiga la paz y la Liberación al mundo entero,
preferencialmente a los pobres y marginados. Confirma en la fe y en la
Justicia social a tu Iglesia, peregrina en la tierra. Bendice a los obispos
miembros de nuestra Comunión de Iglesias Católicas y Apostólicas, a los
demás obispos, a los presbíteros, a los pastores/as, ministros/as,
servidores/as y a cuantos cuidan de tu pueblo. Unidos con nuestro Obispo
N.___, con los presbíteros/as y todos los miembros de tu Iglesia, lleguemos
a ser uno en la fe, en el amor y la caridad.

C III:/ Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en
tu presencia, en el domingo, día en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos
ha hecho partícipes de su resurrección. Reúne en torno a ti, Dios
misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.

C IV:/ Que nuestros hermanos difuntos y cuantos murieron en tu amistad,


estén participando de la vida gloriosa de tu Reino, la cual esperamos
alcanzar en plenitud, al terminar nuestra peregrinación por este mundo. Por
Cristo, Liberador nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
R:/ Amén.

C:/ Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios misericordioso, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

38
PLEGARIA III

C:/ En verdad es justo darte gracias, y glorificarte, Dios, Padre y Madre,


porque tú eres el único Dios vivo y verdadero que existes desde siempre y
vives para la eternidad; luz sobre toda luz. Porque tú sólo eres bueno y la
fuente de vida; hiciste todas las cosas para colmarlas de tus bendiciones y
alegrar su multitud con la claridad de tu gloria. Por eso, innumerables
ángeles en tu presencia contemplando la gloria de tu rostro, te sirven
siempre y te glorifican sin cesar. Y con ellos también nosotros, llenos de
alegría, y por nuestra voz con toda la creación, aclamamos tu nombre
cantando:
Santo, Santo, Santo...

C:/ Te alabamos, Dios, Padre y Madre, porque eres grande, ya que haces
todas las cosas con sabiduría y amor. A imagen tuya creaste al ser humano
y toda la creación; y sirviéndote sólo a ti su Creador, te viera en todas las
cosas creadas. Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo
abandonaste al poder de la muerte de este mundo, sino que, compadecido,
tendiste la mano, para que te encuentre quien te busca. Reiteraste tu alianza
a la humanidad; por los profetas la fuiste llevando con la esperanza de la
Liberación. Y tanto amaste al mundo, que al cumplirse la plenitud de los
tiempos, nos enviaste como liberador a tu único Hijo.

C:/ Él se encarnó por obra del Espíritu Santo, naciendo de María de


Nazaret, la Virgen, y así compartió en todo nuestra condición humana
menos en el pecado; anunció la liberación a los presos, pobres, oprimidos y
a los marginados. Para cumplir tus designios, él mismo se entregó a la
muerte. Resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida, para que no
vivamos ya para nosotros mismos, sino para él, envió, al Espíritu Santo
como primicia para los creyentes, a fin de santificar todas las cosas,
llevando a plenitud su obra en el mundo.

C:/ Por eso, Dios, Padre y Madre, te rogamos que este mismo Espíritu
santifique estas ofrendas, para que sean Cuerpo y Sangre de
Jesucristo, nuestro Lliberador, Y así celebremos el gran misterio que nos
dejó como alianza eterna. Porque él mismo, llegada la hora en que iba a ser
glorificado por ti, su Padre santo, (habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo). Y, mientras cenaba con sus
discípulos tomó pan, te dio gracias, puso toda su vida y divinidad en él, lo
partió y lo compartió, diciendo: «Tomen y coman todos de él, esto es mi
Cuerpo, que se entrega por ustedes».

39
Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante, y
prosigue:

C:/ Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias con la
plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo: «Tomen y
beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna, que se derrama por ustedes. Hagan esto en
conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante.

C:/ Aclamen el Misterio de la redención.


R:/ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas

O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe


R:/ Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección ven Señor
Jesús.

CP/. Por eso, Dios, Padre y Madre, al celebrar ahora el memorial,


recordamos la causa del asesinato de tu Hijo, y tu acción de resucitarle
como señal que está a favor de la misión de este; y mientras esperamos en
resistencia y esperanza la llegada de tu Reino, te pedimos que, envíes tu
Santo Espíritu sobre nosotros y sobre estos signos que, puestos sobre la
mesa consagramos. Haz que el pan, que representa el cuerpo de tu Hijo, y
que el vino, que representa su sangre, por la fuerza de tu Santo Espíritu,
sean para quienes los comulgamos: vinculo de comunión entre nosotros, y
SIGNO de resistencia y combatividad ante el pecado estructural, signo de
liberación y alegría entre los pobres; fuente a través de la cual se nos
comunique el memorial de construir un mundo diferente y se manifieste tu
Reino de justicia y esperanza para los pobres y marginados; y que, al
liberarnos de todo mal, nos convirtamos en ofrenda agradable a Tí, Dios
vivo y verdadero.

CI:/ Y ahora, Dios, acuérdate de todos aquellos por quienes te ofrecemos


este memorial: _____________________-. Bendice a los obispos
miembros de nuestra Comunión de Iglesias Católicas y Apostólicas, a los
demás obispos, a los presbíteros/as, a los pastores/as, ministros/as,
servidores y a cuantos cuidan de tu pueblo. Que en comunión con nuestro

40
Obispo N.___, con el presbiterado y todos los miembros de tu Iglesia
Católica Ecuménica, lleguemos a ser uno en la fe, en el amor y la caridad.

CII:/ Recuerda Dios, a quienes te encomendamos, especialmente en esta


celebración N.__, de todo tu pueblo santo, especialmente a la Iglesia de los
pobres y de aquellos que te buscan con sincero corazón. Por quienes
murieron en la paz de Cristo N.___ y a todos los difuntos, cuya fe sólo tú
conociste, y quienes han muerto en el anonimato haciendo presente tú
Reino.

CIII:/ Padre y Madre de bondad, que todos tus hijos/as nos reunamos en la
heredad de tu casa, con María de Nazaret, la Virgen Madre de Jesús, con
los apóstoles, los santos; y allí, junto con toda la creación libre ya del
pecado estructural y de la muerte, te glorifiquemos por Cristo, Liberador
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.

C:/ Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre y Madre, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

PLEGARIA IV

C:/ Te bendecimos y te glorificamos, porque has creado todas las cosas y


nos has llamado a la vida. Tú nunca nos dejas solos, te manifiestas vivo y
presente en medio de nosotros, especialmente en la Iglesia de los pobres.
Ya en tiempos antiguos guiaste a Israel, tu pueblo en el éxodo, con mano y
brazo misericordiosamente extendido a través de un inmenso desierto. Hoy
acompañas a tu Iglesia peregrina de los pobres, dándole la fuerza de tu
Espíritu. Por medio de tu Hijo nos abres el camino de la vida, para que, a
través de este mundo, lleguemos a la construcción de un mundo posible y
diferente. Por eso, con los ángeles y los santos/as, cantamos el himno de tu
gloria: Santo, santo, santo…

C:/ Te glorificamos, Padre y Madre, porque estás siempre con nosotros


en el camino de la vida, sobre todo cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega
para el banquete pascual de su amor. Como hizo en otro tiempo con los
discípulos de Emaús, él nos explica las Escrituras y parte para nosotros el
pan.

41
C:/ Te rogamos, pues, Dios nuestro, que envíes tu Espíritu sobre este pan
y este vino, de manera que sean para nosotros Cuerpo y  Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Liberador nuestro. Él mismo, la noche en que iba
ser entregado a la muerte, mientras estaba a la mesa con sus discípulos,
tomó pan, te dio gracias, lo partió y lo compartió, diciendo:
«Tomen y coman todos de él, esto es mi Cuerpo, que se entrega
por ustedes».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

C:/ Del mismo modo, terminada la cena tomó el cáliz lleno de vino, dio
las gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

«Tomen y beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre


de la alianza nueva y eterna, que se derrama por ustedes. Hagan esto
en conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

C:/ ¡Aclamen el Misterio de la redención!


R:/ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, Señor, hasta que
vuelvas.

O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe.


R:/ Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección ven Señor
Jesús

CP/. Dios de bondad, ahora que celebramos el memorial de nuestra


liberación, y proclamamos la obra de tu amor, con corazón humilde y
ánimo confiado, nuevamente te suplicamos:
Que la efusión de tu Espíritu Santo permanezca sobre las ofrendas
que te ha presentado tu Iglesia y que consagramos. Que transformadas en el
Cuerpo y la Sangre de tu Cristo, sean sacrificio agradable a Ti y para
quienes las recibimos sean, manantial a través del cual el Espíritu Santo nos
inunde con la misma fuerza liberadora con la que llenó a los Apóstoles el

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día de Pentecostés; sea fuente de comunión que nos ayude a llegar a ser
uno, como Tú Padre y el Hijo son uno; sean luz que nos fortalezca en la fe,
para que manteniéndonos firmes en la verdad y en el amor, incesantemente
te alabemos y te glorifiquemos, por Jesucristo nuestro Liberador.

C I:/ Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunión de Iglesias


Católicas y Apostólicas, a los demás obispos, a los presbíteros/as, a los
pastores/as, ministros/as, servidores y a cuantos cuidan de tu pueblo. Con
nuestro Obispo N.__, con los presbíteros y todos los miembros de tu Iglesia
Católica Ecuménica, lleguemos a ser uno en la fe, en el amor y la caridad.
Que sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la
fidelidad al Evangelio; que preocupemos compartir en el amor las angustias
y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de la humanidad, con los más
pobres, y así seamos signo que les ayude a encontrar el camino de la
liberación.

C II:/ Acuérdate también, Padre y Madre, de nuestros hermanos que


murieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos (especialmente
quienes han muerto injustamente y nos recuerdan tu muerte N.____),
que contemplando la luz de tu rostro, estén participando en la gloriosa
comunión de los santos.

Y, cuando termine nuestra peregrinación y nos confrontemos ante el


anti- reino que domina este mundo, haz que manifestándose plenamente la
presencia de tu Reino de justicia, de paz y reconciliación entre nosotros nos
lleve a la unidad y comunión para construir un mundo diferente y posible;
en comunión con la Virgen María, Madre de Jesús de Nazaret, el Dios
hecho humano, los apóstoles y los mártires, [san N.___: Santo del día o
patrono/a] y todos los santos, te invocamos, y te glorificamos, Padre de
Cristo, nuestro Liberador, quien nos en comendo celebrar estos misterios
(gestos o signos).

C:/ Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre y Madre, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

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PLEGARIA V

C/. Te damos gracias y te bendecimos, Dios Padre y Madre, porque


estas en cada ser humano que quiere hacer presente tu Reino de justicia,
paz y reconciliación. Tú nos invitas a escuchar tu Palabra, que nos reúne
en un solo cuerpo, y al mantenernos siempre firmes en el seguimiento de tu
Hijo, ya que sólo Él, es el camino que nos conduce hacia ti, Dios, de la
verdad que nos hace libres y la vida que nos colma de alegría. Por eso,
Padre y Madre, porque tu amor es grande para con nosotros, y
preferencialmente para los más pobres, te damos gracias por medio de
Jesucristo, tu Hijo amado, unimos nuestras voces a las de los ángeles, para
cantar y proclamar tu gloria: Santo, santo, santo…

C/. Te glorificamos, Dios, Padre misericordioso y Madre de amor,


porque estás siempre con nosotros en el camino de la vida, sobre todo
cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega para el banquete pascual de su amor.
Como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, él nos explica las
Escrituras Él parte para nosotros su pan.

Te rogamos, pues, Padre y Madre, que envíes tu Espíritu sobre este


pan y este vino, de manera que sean para nosotros Cuerpo y  Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Maestro nuestro, que nos encomienda celebrar estos
santos misterios.
Él mismo, antes de ser entregado para ser asesinado, mientras estaba
a la Mesa con sus discípulos, tomó pan, puso toda su vida y divinidad en él,
te dio gracias, lo partió y se los compartió, diciendo:

«Tomen y coman todos de él, esto es mi Cuerpo, que se entrega


por ustedes».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

Del mismo modo terminando la cena, tomó el cáliz lleno de vino, te dio las
gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

«Tomen y beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre


de la alianza nueva y eterna, que se derrama por ustedes. Hagan esto
en conmemoración mía».

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Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,
y prosigue:

C:/ Aclamen el Misterio de la redención


R:/ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, y resurrección, Liberador, hasta que vuelvas

O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe


R:/ Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección ven Señor
Jesús

C:/ Padre y Madre de bondad, al celebrar ahora el memorial de nuestra


reconciliación, proclamamos la obra de tu amor, Cristo, tu Hijo, nuestro
liberador, ha muerto por el poder de este mundo, sin embargo, tú le has
resucitado, rechazando así toda injusticia ante los nuevos crucificados de la
historia. Por eso, nuevamente ofrecemos este sacrificio espiritual, te
invocamos, te pedimos y te suplicamos:
Envía tu santo Espíritu sobre nosotros y sobre estos dones que
puestos sobre la mesa consagramos. Haz que este pan, en unidad con el
vino, se transformen en el cuerpo de tu Hijo por la fuerza de tu Santo
Espíritu, y sean para quienes los comulgamos vinculo de comunión, signo
de resistencia ante el mal estructural en el mundo, liberación de los
pecados, fuente a través de la cual se nos comunique el Espíritu Santo y se
manifesté tu Gloria en los Pobres.
Al liberarnos de toda injusticia del mundo, nos convierta en ofrenda
agradable a Tí, Dios vivo y verdadero.

C: I/ Haz que por este misterio de comunión, tu Iglesia (la de los pobres)
camine hacia la construcción del Reino de Dios.
Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunión de Iglesias
Católicas y Apostólicas, a los demás obispos, a los presbíteros/as, a los
pastores/as, ministros/as, servidores/as y a cuantos cuidan de tu pueblo
santo. Ten presente a nuestro Obispo N.__, sus presbíteros y todos los
miembros de tu Iglesia, lleguemos a ser uno en la fe, la cardad y el amor.
Danos un corazón de misericordia ante toda la humanidad, inspíranos
el gesto y la palabra oportuna frente al hermano en soledad y desamparó,
ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y
deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea signo de verdad, de amor, de libertad,

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de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para
seguir esperando.

C: II/ Acuérdate también, Padre y Madre, de nuestros hermanos que


murieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú
conociste N.__, todos aquellos que con su muerte defendieron la justicia, la
vida y la esperanza de un mundo distinto; que contemplando la luz de tu
rostro, estén participando en la gloriosa comunión de los santos.
Cuando termine nuestra peregrinación por esta tierra, haz que llegue
a manifestarse plenamente en nosotros la presencia de tu Gloria, que por la
efusión del Espíritu Santo participemos desde ahora con fe firme, con
esperanza inquebrantable y con ferviente amor.
En comunión con la Virgen María de Nazaret, Madre del Dios hecho
humano, los apóstoles y los mártires, [san N.: (Santo del día o patrono/a)]
y todos los santos, te invocamos, y te glorificamos. Por Cristo, nuestro
Liberador.

C/. Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre y Madre, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

PLEGARIA VI

C:/ Te damos gracias, Padre misericordioso y Madre de amor, tú eres el


Dios de los vivientes y de los pobres, que nos llamas a la vida y quieres que
gocemos de una felicidad desde ya aquí en la tierra. Tú has resucitado a
Jesucristo de entre los muertos, estando así a favor de su mensaje liberador
y de esperanza. A nosotros constructores de otro mundo posible nos has
prometido liberarnos de la muerte.
Por eso Dios, Padre y Madre, estamos alegres y te damos las gracias.
Nos unimos a todos los que creen en ti, con los santos y santas en luz, los
ángeles y todos los coros celestiales te cantamos con gozo: Santo, santo,
santo…

C:/ Dios, tú eres santo. Tú eres siempre bueno con nosotros y


misericordioso con todos, especialmente con los más pobres. Te damos
gracias, sobre todo, por tu Hijo Jesucristo, nuestro liberador.
Él nos anunció que vivamos junto a ti para siempre; nos enseñó
también el camino que conduce a la construcción del Reino de Dios;

46
camino que hay que andar en el amor y que Él recorrió primero. Tu amado
Hijo nos reúne ahora en torno a esta mesa inclusiva, porque quiere que
hagamos lo mismo que él hizo en la Última Cena.
Padre bueno, envía tu Espíritu para santificar este pan y este vino, de
manera que sean el Cuerpo  y la Sangre de tu Hijo Jesucristo.

C:/ Porque Jesús, antes de ser condenado a muerte por los poderosos de
este mundo, mientras estaba cenando por última vez con sus discípulos,
tomó el pan, dijo una oración para bendecirte y darte gracias, lo partió,
puso toda su vida y divinidad en él y lo compartió con sus discípulos,
diciéndoles:

«Tomen y coman todos de él, este es mi Cuerpo, que se entrega


por ustedes».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

C:/ Después, tomó el cáliz lleno de vino y, dándote gracias de nuevo, lo


pasó a sus discípulos, diciendo:

«Tomen y beban todos de él, éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre


de la alianza nueva y eterna, que se derrama por ustedes. Hagan esto
en conmemoración mía».

Se realiza un breve silencio y genuflexión por parte del celebrante,


y prosigue:

C:/ Él vendrá lleno de gloria al fin del mundo y en su reino no habrá


ya pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar.
R:/ Señor, tú eres bueno, te alabamos, te damos gracias.

O bien:

C:/ Este es el sacramento de nuestra fe.


R:/ Anunciamos Tú muerte, proclamamos Tú resurrección, hasta que
vuelva.

C:/ Dios Padre y Madre de Jesús, y de bondad, al celebrar ahora el


memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos, estas
ofrendas y, con humildad, te suplicamos nuevamente: Que la efusión de tu

47
Espíritu Santo permanezca sobre ellas, que hoy te ha presentado tu Iglesia
que no deja de optar por los pobres.

C I/ Que transformadas en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sean signo de


la presencia de tu Reino y para quienes las recibimos sean: vinculo de
comunión entre nosotros y actualización del Espíritu Santo que nos inunde
con la misma fuerza con la que llenó a los Apóstoles el día de Pentecostés;
sean fuente de comunión que nos ayude a llegar a ser uno, como Tú Padre y
el Hijo son; y sean luz que nos fortalezca en la fe, y en la esperanza, para
que manteniéndonos firmes en la verdad y en el amor, incesantemente te
alabemos y te glorifiquemos, por Jesucristo nuestro liberador.

C II/ Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunión de Iglesias


Católicas y Apostólicas, a los demás obispos, a los presbíteros, a los
pastores/as, ministros/as, servidores/as y a cuantos cuidan de tu pueblo.
Que con nuestro Obispo N___, con los presbíteros y todos los miembros de
tu Iglesia Católica Ecuménica, lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.
Llena los corazones de los pobres con la alegría de la Pascua, para que la
anuncien a toda la humanidad que otro mundo puede ser diferente.
Acuérdate también de nuestros hermanos difuntos, por quienes
murieron construyendo un mundo más justo, solidario y humano N: ___,
ya que con su muerte nos recuerda el ajusticiamiento de tu Hijo; que
contemplando la luz de tu rostro y gozando de tu gloriosa presencia, junto
con María, la Madre de Jesús, y con todos los santos, intercedan por
nosotros para que, perseverando en la fe y en el amor, participemos
plenamente de tu presencia. Por Cristo, Liberador nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes.

C:/ Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre y Madre, en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

48
PLEGARIAS DEL LIBRO DE ORACIÓN COMUN

Plegaria Eucarística I
El Celebrante continúa:
En verdaderamente digno, justo y de nuestro compromiso, que en
todos tiempos y en todos lugares, te demos gracias, oh Dios, Padre y
Madre, de Misericordia y Eternidad. Por tanto, con Ángeles, los Santos/as y
todos los seres humanos y con toda la compañía del cielo, alabamos tu
glorioso Nombre, ensalzándote siempre y diciendo:
Celebrante y Pueblo:
Santo, santo, santo, Señor Dios de los Ejércitos: Llenos están los cielos
y la tierra de tu gloria. Gloria a ti, oh Señor Altísimo. Bendito el que
viene en el nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
El Celebrante continúa:
Gloria a ti, Dios Padre y Madre, porque tú, en tu inmensa
misericordia, enviaste a Hijo Jesucristo para construir y hacer presente el
Reino de Dios; que instituyó en el Evangelio el memorial que nos mandó
continuar, una perpetua memoria, hasta su segunda venida.
Porque en la misma noche en que fue traicionado y entregado,
tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, puso toda su vida y
divinidad en él, y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, y coman,
éste es mi Cuerpo que por ustedes es entregado. Hagan esto en
memoria de mí”.
Asimismo, después de la cena, tomó el cáliz; y habiendo dado
gracias, lo dio a ellos, diciendo: “Beban todos de él; porque ésta es mi
Sangre del Nuevo Testamento, que es derramada por ustedes y por
muchos para la liberación. Hagan esto, cuantas veces lo beban, en
memoria de mí”.
Este es el sacramento de nuestra fe…
C:/Ahora Dios, Padre y Madre, según la institución de tu amado Hijo
nuestro Liberador Jesucristo, nosotros, tus humildes siervos, celebramos y
hacemos aquí ante TI, con estos dones que ahora te ofrecemos, el memorial
que tu Hijo nos ha mandado hacer, recordando su bendita pasión y muerte,
y la resurrección.

49
C I/ Te pedimos humildemente, oh Padre y Madre misericordioso, nos
escuches; y, por tu bondad, te dignes bendecir y santificar, con tu Verbo y
Espíritu Santo, estos tus dones y criaturas de pan y vino; para que
recibiéndolos, conforme a la santa institución de tu Hijo nuestro Liberador
Jesucristo, en memoria de su pasión y muerte, seamos partícipes de su muy
bendito Cuerpo y Sangre.
CII/ Y deseamos ardientemente que tu bondad Materna acepte
benignamente éste nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias;
suplicándote muy humildemente nos concedas que, por tu Hijo Jesucristo,
y mediante nuestra fe en su Sangre, nosotros, y toda tu Iglesia, obtengamos
la Liberación de nuestros pecados.
CIII/ Y aquí, Dios, nos presentamos y hacemos ofrenda de nosotros
mismos, nuestras almas y nuestros cuerpos, como un sacrificio razonable,
santo y vivo para ti; rogándote humildemente, que nosotros, y todos los que
participemos de esta Santa Comunión, recibamos el Cuerpo y Sangre de tu
Hijo Jesucristo Liberador, y que al recibirlo asúmanos el compromiso de
construir el Reino de Dios.
Por quien, y con quien, en la unidad del Espíritu Santo, sea todo honor
y gloria a ti, oh Padre y Madre, por los siglos de los siglos.
AMEN.
Y ahora, conforme nuestro Liberador nos ha enseñado, nos atrevemos a
decir: Padre nuestro…

50
Plegaria Eucarística II

C/ En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y


lugar, Padre y Madre, Creador de cielo y tierra. Por tanto te alabamos,
uniendo nuestras voces con los Ángeles y a todos los seres humanos,
proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Celebrante y Pueblo:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y
la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
El Celebrante continúa:
C/ Dios, Padre y Madre de bondad: En tu amor infinito nos hiciste para ti,
y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte,
tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para
compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de
nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios, Padre y Madre de todos.
Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció por voluntad a optar por el
Reino de Dios, y este le llevo a que le matarán.
Pues en la noche en que fue entregado para ser asesinado, tomó pan; y
dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y
coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como
memorial mío”.
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y
dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre
derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.
Este es el misterio de fe…
C/ Padre y Madre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias,
celebramos el memorial de nuestra Liberación. Recordando que el
crucificado es el resucitado, te ofrecemos estos dones. Santifícalos con tu
Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin.
Santifícanos también, para que seamos al comulgarlos SIGNOS del Reino
de Dios y vínculos de unidad. Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo.
Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y

51
la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN. Oremos como
nuestro Liberador Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

Plegaría Eucarística III


C/ En verdad, oh Padre y Madre, es justo glorificarte y darte gracias;
porque sólo tú eres Dios, vivo y verdadero, el Dios de los Pobres, morando
desde la encarnación entre los Pobres. Fuente de vida y toda bondad,
hiciste todas las cosas y las colmaste de tu bendición; tú las creaste para
que se regocijen en el esplendor de tu gloria. Por eso con los Santos/as y
con ellos, también nosotros, y por nuestra voz las demás criaturas bajo el
cielo, te aclamamos y glorificamos tu Nombre, cantando (diciendo):
Celebrante y Pueblo:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y
la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
El Celebrante continúa:
C/ Te aclamamos, santo Dios, Padre y Madre. Por tus grandes obras
revelan tu sabiduría y amor. Nos formaste a tu propia Imagen,
encomendándonos construir un mundo que no fuera como la de los
Imperios Opresores que excluyen, marginan y empobrecen. Para que, en
obediencia a ti, nuestro Creador y a tu proyecto Liberador, pudiéramos
servir y construir relaciones de fraternidad con todo lo creado. Cuando por
desobediencia nos alejamos de ti, no nos abandonaste al poder de la
muerte. En tu misericordia, viniste en nuestra ayuda, para que buscándote,
te encontráramos en los Más pobres y marginados. Una y otra vez nos has
llamado al pacto contigo, y por los profetas nos enseñaste la esperanza de
la Liberación.
C I/ Tanto amaste al mundo, Dios, Padre y Madre, que en la plenitud del
tiempo nos enviaste como Liberador a tu único Hijo. Encarnado por obra
del Espíritu Santo y nacido de María de Nazaret, la Virgen, vivió como uno
de nosotros pobre y entre los marginados, pero sin pecado. A los pobres
proclamó las buenas nuevas de Liberación; a los prisioneros, libertad; a los
afligidos, el gozo. Para cumplir tus designios, se entregó al proyecto del
Reino de Dios, que le llevo a la muerte y, resucitando Dios, demostró que
está a favor de la víctima y no de los victimarios. Y a fin de que no
viviésemos más para nosotros mismos, sino para él y para los más pobres,

52
que por nosotros murió y resucitó, envió al Espíritu Santo como su primicia
a los que creen, para completar su obra en el mundo y llevar a plenitud la
santificación de todos.
Llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, su Padre
celestial, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
hasta el final; y mientras cenaba con ellos, tomó pan, y dándote
gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y coman.
Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial
mío”.
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y
dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre
derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.
Este es el sacramento de nuestra fe….
C II/ Padre y Madre, celebramos ahora este memorial de nuestra
Liberación. Recordando la muerte de Cristo y su descenso entre los
muertos, proclamando su resurrección y ascensión a tu derecha, esperando
su venida en gloria; y ofreciéndote, de las dádivas que tú nos has dado, este
pan y este cáliz, te alabamos y te bendecimos.
El Celebrante continúa:
C III/ Dios, te rogamos que en tu bondad y misericordia, tu Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y sobre estos dones, santificándolos y mostrando
que somos dones santos, el pan de vida y el cáliz de salvación, el Cuerpo y
la Sangre de tu Hijo Jesucristo.
Concede que todos los que compartan este pan y este cáliz sean un
solo cuerpo y un solo espíritu, un sacrificio vivo en Cristo, para alabanza de
tu Nombre. Recuerda, Señor, a tu Iglesia (Iglesia de los Pobres), una, santa,
católica, ecuménica y apostólica, Liberada por la sangre de tu Cristo.
Manifiesta su unidad, guarda su fe y presérvala en paz.
C IV/ [Recuerda a (NN. y) todos los que ministran en tu Iglesia.]
[Recuerda a todo tu pueblo (los más pobres, olvidados y excluidos) y de
aquéllos que buscan tu verdad y Liberación.] [Recuerda a ______.]
[Recuerda a todos los que han muerto en la paz de Cristo y a aquéllos cuya
fe sólo tú conoces; llévalos al lugar de eterno gozo y luz.]
Y concede que alcancemos nuestra herencia con [la Bendita Virgen
María de Nazaret, con los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, (con

53
_______) y] todos los santos que han encontrado favor contigo en tiempos
pasados. Junto con ellos te alabamos y te damos gloria, por tu Hijo
Jesucristo nuestro Señor.
Por Cristo, y con Cristo y en Cristo, tuyos son el honor y la gloria,
omnipotente Dios y Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de
los siglos. AMEN.
Oremos como nuestro Liberador Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

54
PLEGARIA EUCARISTICA DE LOS VIEJOS CATOLICOS

Oración Eucarística I
Después del Santo: Te damos gracias, oh Dios, nuestro Padre y Madre, a
través de su amado Hijo Jesús y nuestro hermano y compañero, el Cristo.
Lo enviaste en la plenitud del tiempo para que fuera nuestro Liberador. Él
es su Palabra eterna, inseparable de ti. A través de él que ha creado todo, y
vio que todo era bueno. Se convirtió en humano por el poder del Espíritu
Santo y nació de la Virgen María de Nazaret. Lo revelas como el Hijo. Para
llevar a cabo su voluntad y para reunir un pueblo santo para ti, él extendió
sus manos en el sufrimiento, para traer la liberación a los que ponen su
esperanza en ti. Se entregó libremente a la muerte para romper el poder de
la muerte, para romper las cadenas del mal, para desterrar la oscuridad y
revelar la resurrección.

En la noche en que fue entregado, tomó el pan y dio gracias, partió el pan y
lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, coman, esto es mi cuerpo que
será entregado a los poderosos de este mundo.

Después de la cena, tomo la copa, y habiendo dado gracias a ti, la dio a sus
discípulos, diciendo: Tomen, beban, de éste es el cáliz de la nueva y eterna
alianza, mi sangre martirial que será derramada por ustedes y por todos
para el perdón de los pecados.

C/: Recordando, por lo tanto, la muerte y resurrección de tu Hijo, te


traemos este pan y esta copa y celebramos el misterio de nuestra fe.

O bien: Este es el Sacramento de nuestra fe.

R/: Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo.

O bien: Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección hasta


que vuelvas.

C/: Envía tu Espíritu Santo sobre estos dones y sobre la celebración de su


Iglesia. Reúnenos en la unidad de tu mesa. Fortalécenos mediante tu
Espíritu manteniéndonos en la verdad, que podamos alabar y darle gloria a
través de tu Hijo Jesús, el Cristo.

55
R:/ A través de él y con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo
honor y gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre.
Amén.

O bien:

Por cristo con él y en él a ti Dios Padre todo Poderoso en la unidad del


Espíritu Santo todo honor y gloria por los siglos de los siglos.
Amén.

Oración Eucarística II

Después del Santo

C/: Padre y Madre toda misericordiosa, acepta nuestra alabanza,


nuestro agradecimiento y nuestros dones. Humildemente te suplicamos y
rogamos que bendigas estos dones y a todos los que estamos reunidos en
torno a esta comida de amor. Y al proclamar la muerte del Señor hasta que
vuelva toda la Iglesia en la tierra se une a nosotros en esta celebración.
Escucha nuestra oración y concédenos la unidad y la paz y su Espíritu.
Mira a todos los que te buscan y creen en ti.
Fortalece a nuestro Obispo N.____, la comunión de los obispos y
todas las mujeres y hombres en el ministerio apostólico. Bendice a todos
los pueblos y todos los que somos responsables de construir un mundo más
justo y humano.
Recuerde también todos aquellos por quienes pedimos y recordamos
en esta celebración (Breve Silencio). Con ellos nosotros somos uno en la
fe. Nos aferramos en nuestros corazones a ti, tú sabes nuestra fe, pero
también nuestros miedos. Estamos abiertos para ti y para la Liberación.
Unidos en una sola comunión santa te alabamos con María, la madre de
nuestro Redentor, y con todos los apóstoles, mártires y confesores de la fe.
Que su palabra, el ejemplo y la oración es fruto entre todos nosotros y para
todos nosotros. Envíanos tu Espíritu Santo, dador de toda vida y toda la
santificación que con estos dones de la tierra, se cumplirá la palabra de tu
Hijo. Danos en el pan que partimos de una participación en el cuerpo del
Señor, y en el cáliz que bendecimos, comunión de la sangre de nuestro
Señor Jesucristo.
C/: En la víspera de su pasión, tomó el pan, dándote gracias, partió el
pan y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, coman, esto es mi cuerpo
que será entregado por ustedes.

56
Después de la cena, tomo la copa, y después de dar gracias a ti, lo dio
a sus discípulos, diciendo: Tomen, beban, éste es el cáliz de la nueva y
eterna alianza, mi sangre, que es derramada por ustedes y para todos
para el perdón de los pecados.

C:/ Este es el misterio de nuestra fe.

R:/ Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección hasta que


vuelvas.

O bien: Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo.

C/: Por eso con toda tu Iglesia recordamos la muerte Liberadora de


tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, su resurrección de entre los muertos y su
exaltación a la mano derecha. Se da a sí mismo por nosotros como un
sacrificio puro y santo, dándose a sí mismo a nosotros como el pan sagrado
de la vida eterna y en la copa de la salvación eterna.
Padre, nos has llamado a la comunión alrededor de esta mesa. Nos
llenas a través del cuerpo y la sangre de tu Hijo con toda la bendición y
toda gracia del cielo. Te pedimos que recuerdes a todos/as los que nos han
precedido en el signo de la fe y descansan en paz. (Silencio).
Que nosotros y todos aquellos por los que su hijo ha muerto
participen de su resurrección. Acéptanos pecadores también que confiamos
en la plenitud de tu amor en la comunión de tu salvación, contigo la muerte
ha llegado a su término, no porque lo merecemos, sino por la gracia de
nuestro Señor Jesucristo.

R/: Por él y con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo honor y
gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre. Amén.

R/: Por Cristo…

57
Oración Eucarística III

Prefacio

C/: Te damos gracias, Dios, nuestro Padre y Madre, porque de ti viene


nuestra vida. Tú nos ha creado y no nos abandonas de tus manos. Tus estas
siempre cerca de nosotros. En la historia del éxodo, llevaste a tu Pueblo a
través del desierto a la liberación de la esclavitud de Egipto. Hoy vas con
tu Iglesia en el poder de su Espíritu. Su Hijo mismo es el camino, la verdad
y la vida. Por lo tanto te alabamos con todos los ángeles y santos, con
alegría cantando:

Después del Santo

C:/ Bendito seas, Dios y Padre y Madre de nuestro Señor Jesucristo, Padre
de toda misericordia y Dios de toda consolación. Que amabas tanto al
mundo que diste a tu Hijo único, para que todo aquel que cree en él no
muera, sino que tenga vida eterna.
Al instituir el memorial permanente de tu Liberación. En la noche en
que fue entregado, tomó el pan y dio gracias, partió el pan y lo dio a sus
discípulos, diciendo: Tomen, y coman, esto es mi cuerpo que será
entregado por ustedes.
Después de la cena, tomo una de las copas y después de dar gracias a
Ti, la dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, beban, éste es el cáliz de la
nueva y eterna alianza, mi sangre, que es derramada por ustedes y para
todos para el perdón de los pecados.

C/: Este es el sacramento de nuestra fe.


R/: Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección, hasta que
vuelvas.

C:/ Por eso, recordamos antes, oh Padre, la encarnación de tu Hijo, sus


palabras y signos, su praxis liberadora, su obediencia hasta la muerte en la
cruz y su resurrección en la gloria. Tú lo exaltaste con la resurrección por
encima de todo y le diste un nombre que esta sobre todo nombre, para que
al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los
abismos, y toda lengua confiese:

R/: Que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

58
C/: Con alabanza y acción de gracias presentamos estos signos de
liberación y nuevamente te pedimos: Envíes tu Espíritu Santo y llena estos
dones con tu poder vivificante de manera que sean para nosotros el cuerpo
y la sangre de su Hijo amado. Que el pan que partimos sea una
participación en el cuerpo del Señor, y la copa que bendecimos sea la
comunión con la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Que nos conviertan en
un solo cuerpo, pues todos participamos de un solo pan.

En la comunión con María de Nazaret, la Madre de Dios, los apóstoles y


mártires, con (San Willibrord) y todos los santos, con nuestro Obispo
N._______. y N._______. Arzobispo, con la comunión de los obispos, con
todas las mujeres y hombres en el ministerio apostólico y con toda tu
Iglesia, te alabamos y esperamos con alegría por la venida de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo.

Todos: Por él, con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo honor
y gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre. Amén.

O bien: Por Cristo con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo todo honor
y toda gloria por siglos de los siglos. Amén.

(Oración Eucarística de la Unión de Utrecht 1982)


Oración Eucarística IV

Prefacio

Por eso, es bueno que te demos gracias, Padre y Madre, a través de nuestro
Señor Jesucristo nuestro hermano y compañero. Tú has hecho lo visible y
lo invisible. Nos creaste a tu propia imagen e hiciste un pacto con nosotros.
Revelaste tus promesas a través de las palabras de sus profetas. Por eso,
con todos los ángeles y santos proclamamos tu gloria y cantamos juntos:

Después del Santo

Santo eres en verdad, Dios Padre y Madre nuestra. De tal manera


amaste tanto al mundo que enviaste a tu Hijo. Él tomó la humanidad de
María de Nazaret por el poder del Espíritu Santo.

59
Que el poder de este Espíritu hoy santifique nuestra eucaristía y que
nos pueda hacer cumplir la palabra de tu Hijo amado, que nos quiere dar a
su cuerpo y su sangre.

En la noche antes de ser entregado a los poderosos de este mundo,


tomó pan, dándote gracias, partió el pan, lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen, coman: esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes.

De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, dio las gracias


una vez más, dio la copa a sus discípulos, diciendo: Tomen y beban esto,
todos ustedes, esta es la copa de la alianza nueva y eterna, mi sangre, que
es derramada por ustedes y por todos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en memoria de mí.

C/: Este es el Sacramento de nuestra fe.

R/: Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo.

O bien: Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección hasta


que vuelvas.

R/: Hasta que su hijo venga otra vez, nosotros como él nos ha mandado al
celebrar el memorial de la pasión, muerte, resurrección y ascensión de su
Hijo Jesús el Cristo. Que está siempre vivo antes como nuestro Sumo
Sacerdote, intercediendo por nosotros.

C:/ La Iglesia como lo hizo en Pentecostés; el Espíritu Santo guíe


toda verdad. Nos fortalezca para la misión de anunciar el Reinado de Dios
en esta mundo. Nos guie a su reino eterno, y nos lleve a la construcción de
un mundo más justo y humano. Congregados en la fe vivamos desde ya la
santidad, con María, los profetas, apóstoles y mártires, (con san N.)

Si es conveniente todos decimos: Ven señor Jesús.

Todos: Por él y con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo


honor y gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre.
Amén.

O bien: Por cristo con él y en él…

60
Eucarístico Oración V

Después del Santo


C/: Te alabamos, Padre y Madre, porque está siempre con nosotros
en nuestro camino, especialmente cuando Jesús, tu Hijo, nos reúne para la
comida del amor; como los discípulos de Emaús, que interpreta las
Escrituras y parte el pan para nosotros. Por eso te pedimos, Dios santo:
envía tu Espíritu sobre el pan y el vino, por lo que Jesucristo esté presente
en medio de nosotros con su cuerpo y su sangre.

C/: En la noche antes de que fuera martirizado, tomó el pan en la


cena y habiendo dado gracias, lo partió, lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen, coman: esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes.
De la misma manera tomó la copa con vino, dio gracias una vez más,
le dio la copa a sus discípulos, diciendo: Tomen y beban todos ustedes,
esta es la copa de la alianza nueva y eterna, mi sangre martirial, que es
derramada por ustedes y por todos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en memoria de mía.

Por eso, celebramos la memoria de nuestra reconciliación y


proclamamos el misterio de fe.

R/: Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo.

O bien: Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección hasa


que vuelvas.

C/: Tu hijo ha pasado a través del sufrimiento y de la muerte a la


nueva vida y es elevado a su gloria. Mira a Cristo que se sacrifica con el
cuerpo y la sangre y, en su sacrificio, abre el camino para nuestro Padre.

Dios misericordioso, concédenos el espíritu de amor, el Espíritu de


su Hijo. Fortalécenos por su cuerpo y su sangre y nos renueve a su imagen.
Guía a nuestro Obispo N.____., la comunión de los obispos y todas las
mujeres y hombres en el ministerio apostólico. Has que todos los miembros
de la Iglesia comprendan los signos de los tiempos y crecer en la fidelidad
a su Evangelio. Haznos abierto para las personas que nos rodean, por lo que
compartimos su llanto y el miedo, sus esperanzas y alegrías y muéstrales el
camino a la salvación. Ten piedad de nuestros hermanos y hermanas que
descansan en la paz de Cristo y cuya fe solo tú conociste, condúcelos a la
resurrección. Cuando nuestro propio camino llega a su fin, nos recibe en tu

61
reino, donde podemos esperar que la plenitud de la vida y de la gloria por
los siglos. En la comunión de María de Nazaret, la Virgen y Madre de Dios,
de los apóstoles y mártires, (de San N.) y de todos los santos, alabamos y te
glorificamos por medio de Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Por él y con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo


honor y gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre.
Amén.

O bien: Por Cristo con él y en él…

Oración eucarística VI

Después del Santo

C/: Te alabamos, Dios, Padre y Madre, te glorificamos en por Espíritu


Santo, dador de vida, que en un principio se movía sobre las aguas, que
habló por los profetas, que dieron a luz y fuerza a su pueblo elegido. Al
llegar la plenitud de los tiempos, Jesús, tu Hijo, tomó la humanidad de
María por el Espíritu Santo. En el poder del Espíritu que proclama las
buenas nuevas de Liberación a los pobres, a la libertad de los presos y la
alegría a los que lloran. Para que nosotros ya vivamos para nosotros
mismos sino para él que fue crucificado. Él también nos dio su Espíritu
para que pudiéramos continuar y terminar las obras de liberación.

Te pedimos que envíes ese mismo Espíritu sobre nuestra eucaristía


que podamos cumplir y hacer vida la palabra de tu Hijo, que en la víspera
de su padecimiento, tomó pan en la cena y después de elevar la acción de
gracias al Padre, partió el pan, lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen,
coman esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes.
De la misma manera tomó la copa con vino, y después de dar gracias
por la misericordia y bondad del Padre, dio la copa a sus discípulos,
diciendo: Tomen y beban esto, todos ustedes, esta es la copa de la alianza
nueva y eterna, mi sangre martirial que es derramada por ustedes y por
todos para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria de mía.
Por eso, celebramos la memoria de tu Hijo y proclamamos su muerte
y resurrección, su exaltación a la mano derecha, y buscamos el día en el
que hará nuevas todas las cosas.

62
O bien: Este es el Sacramento de nuestra fe.
R/: Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo.

O bien: Anunciamos tu muerte Señor y proclamamos tu Resurrección hasta


que vuelvas.

C/: Hasta que venga otra vez, venimos delante de ti Dios Padre con
estos símbolos de su sacrificio y rogamos que el Espíritu puede llenar todos
los que compartimos en el cuerpo y la sangre de tu Hijo con su poder y su
vida. Que por medio del Soplo Santo la Iglesia pueda vivir la unidad.
Fortalece a todos los que tú has llamado al servicio del Reino: nuestro
Obispo N.___, la comunión de los obispos, todas las mujeres y hombres en
el ministerio apostólico y toda su gente dondequiera que se encuentren. Te
alabamos en comunión con María de Nazaret la madre de su hijo, con sus
apóstoles y mártires y con todos sus santos a través de Jesús, el Cristo.

Todos: Por él y con él y en él, en la comunión del Espíritu Santo, todo


honor y gloria es tuya, Dios, Padre todopoderoso, ahora y por siempre.
Amén.

O bien: Por Cristo con él y en el…

63
RITO DE LA COMUNIÓN

C:/ Fieles a la recomendación del Liberador y siguiendo su enseñanza del


Reino, nos atrevemos a decir:

O bien:

C:/ Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la


oración que Cristo nos enseñó.

C:/El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el


Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza.

C:/ Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de


reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor
nos ha enseñado:

R todos:/ Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

C:/ Líbranos de todos los males (del pecado estructural), Dios, y


concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de todo pecado y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Liberador Jesucristo.

R:/ Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder y tuya es la gloria, por


siempre.

Si el rito de la Paz fue al inicio o previo a las ofrendas se omite esta parte y se pasa a
la comunión.

C:/ Recordando las palara de San Pablo, cada vez que nos
congreguemos para compartir el pan de nuestro Liberador Jesucristo,
saludémonos como hermanos con el beso de la paz.
O bien
C:/ Tu Maestro nos dijiste: “La paz les dejo, mi paz les doy”. Mira la
fe de tu Iglesia (la de pobres) que desea alcanzar la paz y la unidad, por los
siglos de los siglos.
R:/ Amén.

64
C:/ ¡La paz de Cristo esté siempre con ustedes!
R:/ Y con tu espíritu.

Aquí puede cantarse o decirse la siguiente antífona o cualquier otra apropiada

C:/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,


R:/ Ten misericordia de nosotros.
C:/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/: Ten misericordia de nosotros.
C:/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Danos tu paz.

Puede decirse la siguiente oración antes de la comunión. El Pueblo puede unirse en


la misma.

C:/ ¡Oremos! Nosotros no nos atrevemos a venir a ésta tu mesa, oh Señor


misericordioso, confiados en nuestra rectitud, y en tu mucha y gran
misericordia. No somos dignos ni aun de recoger las migas debajo de tu
mesa. Concédenos, por tanto, Señor, por tu clemencia, que de tal modo
comamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y bebamos su Sangre, que
siempre vivamos en Él, y Él en nosotros.
R:/ Amén.

Mirando al pueblo, el Celebrante hace la siguiente Invitación:

C:/ Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios.

El celebrante en unidad de voz con el pueblo responde:

R:/ Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este Gesto,
compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y
en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser
la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser
comida. El vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos
convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu
memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y
subversiva Eucaristía. (Don Pedro Casaldáliga).

65
Oración después de la comunión

Oración después de la comunión. El Pueblo puede unirse en esta oración:

C:/ Misericordioso y eterno Dios, te damos gracias, porque nos has nutrido,
en estos santos misterios, con el alimento espiritual del Cuerpo y Sangre de
tu Hijo nuestro Liberador Jesucristo; y nos aseguras por ello tu favor y
bondad para con nosotros; y que somos verdaderos miembros incorporados
al Cuerpo místico de tu Hijo, que es la bendita compañía de todo el pueblo
pobre, excluido y marginado; siendo también, por medio de la esperanza y
resistencia, herederos de tu reino eterno. Y te suplicamos, muy
humildemente, oh Padre y Madre celestial, que de tal modo nos asistas con
tu gracia que continuemos en tan santa compañía, y hagamos todas las
buenas obras que tú has preparado para que andemos en ellas; mediante
Jesucristo nuestro Liberador, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo
honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

O bien:

C:/ Eterno Dios, Padre y Madre celestial, en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo, nuestro Liberador Jesucristo; nos has
nutrido con alimento espiritual en el Sacramento de su Cuerpo y de su
Sangre. Envíanos ahora en paz al mundo; revístenos de fuerza, resistencia y
de valor para amarte y servirte y optar por un mundo diferente, con alegría
y sencillez de corazón; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición al pueblo
Si el Obispo, si está presente, o el Sacerdote, imparte la bendición:

C:/ La paz de Dios Padre y Madre, que excede a todo entendimiento,


guarde nuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y
de su Hijo Jesucristo nuestro Liberador y la bendición de Dios, el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con ustedes eternamente.
Amén

O ésta:

C:/ La bendición de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, descienda


sobre ustedes y permanezca con ustedes para siempre. Amén.

66
El Diácono, o el Celebrante, pueden despedir Al pueblo con estas palabras:

C:/ Vallamos en nombre de Cristo.


Pueblo: Demos gracias a Dios.

O éstas:

C:/ Id en paz para amar y servir al Reino de Dios.


Pueblo: Demos gracias a Dios.

O éstas:

C:/ Salgamos con gozo al mundo, en el poder del Espíritu.


Pueblo: Demos gracias a Dios.

67
ORACIONES COLECTA Y SOBRE LAS OFRENDAS
DESPUES DE EPIFANÍA

Primer domingo después de la Epifanía: Bautismo de Nuestro


Liberador

C:/ Dios, Padre y Madre, que en el bautismo de Jesús en las aguas del
Jordán, le proclamaste tu Hijo amado y le ungiste con el Espíritu Santo:
Concede que todos quienes son bautizados en su Nombre, guarden el pacto
que han hecho, y valerosamente le confiesen como liberador; quien contigo
y el Espíritu Santo vive y reina, en un solo Dios, en gloria eterna.
R:/ Amén.

O bien:

C:/ Dios, Padre y Madre, tu Hijo único se ha manifestado en la realidad


de nuestra carne: que Él nos transforme interiormente, ya que lo
reconocemos semejante a nosotros en su humanidad. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, los dones que te presentamos al conmemorar el


Bautismo y manifestación de tu Hijo amado, y conviértelos en aquel mismo
sacrificio con el que Cristo nos liberó de los pecados del mundo. Por
Jesucristo, nuestro, hermano y compañero.
R:/ Amén.

68
Segundo domingo después de la Epifanía

C:/ Dios Misericordioso, cuyo Hijo nuestro liberador Jesucristo, la luz


del mundo: Concede que tu pueblo, iluminado por tu Palabra y signos de
liberación, brille con el resplandor de la gloria de Cristo, para que Él sea
conocido como liberador de los pobres y marginados, hasta los confines de
la tierra; por Jesucristo nuestro, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Acepta, Dios, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos,


escucha nuestras oraciones y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo,
nuestro liberador.
R:/ Amén.

Tercer domingo después de la Epifanía

C:/ Te damos gracias, Dios, por responderte al llamado de nuestro


liberador Jesucristo y proclamar las Buenas Nuevas de liberación para los
pobres, marginados y excluidos; para que nosotros Iglesia que opta por los
pobres, y todo el mundo, percibamos la gloria de sus obras maravillosas;
quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, siendo un solo Dios, por los
siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y


santifícalos por medio de tu Espíritu para que se conviertan en sacramento
de liberación. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

69
Cuarto domingo después de la Epifanía

C:/ Dios de Misericordia y eterno, tú riges todas las cosas tanto en el


cielo como en la tierra: Escucha con misericordia las súplicas de tu pueblo
pobres y excluidos, de nuestro tiempo, concédenos tu paz; por nuestro
hermano y compañero Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Concédenos, Dios, participar inclusivamente en esta Eucaristía,


porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo,
actualiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro liberador y
Señor.
R:/ Amén.

Quinto domingo después de la Epifanía

C:/ Líbranos, oh Dios, de la esclavitud del pecado estructural, y danos la


libertad que nos has manifestado en tu Hijo, Jesucristo nuestro liberador;
que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios,
ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios, que este memorial nos ayude, a tomar conciencia de construir
en esta vida tu Reino de Justicia, Verdad y Vida en unidad con los más
pobres y marginados. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

70
Sexto domingo después de la Epifanía

C:/ Oh Dios, Padre y Madre, fortaleza de los pobres que ponen su


confianza en ti: Acepta con nuestras súplicas, y puesto que, por nuestra
flaqueza, no podemos hacer nada bueno sin ti, danos el auxilio de tu gracia;
para que, al seguirte, te agrademos, tanto de voluntad como de hecho; por
nuestro Jesucristo liberador, que vive y reina contigo en unidad con el
Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Que este memorial de acción de gracias y de alabanza que vamos a


ofrecerte, nos ayude, Dios a reconocer la memoria perturbadora para este
sistema de tu Hijo, que nos invita a no seguir construyendo un mundo de
excluidos y empobrecidos. Escúchanos por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

Séptimo domingo después de la Epifanía

C:/ Oh Divinidad, tú nos has enseñado que todo lo que hacemos sin
amor es de ningún valor; envía tu Espíritu Santo, y derrama en nuestros
corazones tu don de amor, el vínculo verdadero de la paz, que no excluye a
nadie, y de todas las virtudes, sin el quienes que vivimos somos
considerados como muertos ante ti. Concédenos esto, por amor de tu único
Hijo Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios Padre y Madre, que el pan y el vino que tú mismo nos das para
ofrecértelos, nos ayuden, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a
participar de la construcción de tu Reino desde ahora. Por Jesucristo,
nuestro liberador.

71
R:/ Amén.

Octavo domingo después de Epifanía

C:/ Dios Padre, de Jesús, cuya voluntad es que te demos gracias por
todas las cosas, que no temamos nada sino el perderte a ti, y que te
confiemos todas nuestras preocupaciones, pues cuidas de nosotros,
presérvanos de temores infieles y de toda ansiedad, para que ni este sistema
tan deshumanizante nos haga ver otros dioses, sino al Dios de los pobres y
excluidos, por tu Hijo Jesucristo nuestro Liberador; que vive y reina
contigo en unidad con el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Confiados en tu misericordia, Dios, venimos a tu mesa inclusiva, con


nuestros dones de pan y de vino a fin de que nos comprometas por este
memorial a construir un mundo posible y diferente. Por Jesucristo, nuestro
liberador.
R:/ Amén.

Ultimo domingo después de Epifanía

Este Propio siempre se usa el domingo antes del Miércoles de


Ceniza.

C:/ Oh Dios, que antes que tu Hijo fuera entregado para ser asesinado,
revelaste su gloria en el monte santo. Concédenos que, al contemplar por fe
la luz de su rostro, seamos fortalecidos para descubrir a los nuevos
crucificados en la historia, en nuestras actual época y ser así transformados
en hombres y mujeres que buscan y construyen una nueva sociedad, otro
mundo posible; por Jesucristo nuestro liberador, que vive en unidad y reina
contigo con el Espíritu Santo, conformando un solo Dios, por los siglos de
los siglos.
R:/ Amén.

72
Oración sobre las ofrendas

C:/ Concédenos, Dios, participar en esta Eucaristía de una manera


inclusiva, porque cada vez que celebramos el memorial de tu Hijo,
actualizamos la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

73
ORACIONES COLECTA Y SOBRE LAS OFRENDAS
DESPÚES DE PENTECOSTÉS
Décimo domingo después de Pentecostés

C:/ Recuerda, oh Dios, lo que has construido en nosotros y no lo que


merecemos; puesto que nos has llamado para servir al Reino de Dios,
haznos dignos de nuestro llamado; por Jesucristo nuestro liberador, que
vive y reina contigo y en unidad al Espíritu Santo, siendo un solo Dios,
ahora y para siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Mira, Dios, con bondad, estos dones que te presentamos


humildemente de pan y de vino, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan
crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro hermano, compañero y liberador.
R:/ Amén.

Décimo primer domingo después de Pentecostés

C:/ Dios de misericordia, guárdanos en tu bondad de todo aquello que


pueda causarnos adoradores de los ídolos de poder y de exclusión; para
que, dispuestos tanto en mente como en cuerpo, y con alegría de corazón,
logremos lo que sea propio a tu evangelio; por Jesucristo nuestro liberador,
que en unidad vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora
y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos nos otorgas el
pan que nos alimenta y el sacramento que nos da nueva vida, haz que nunca
llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo,
nuestro liberador.
R:/ Amén.

74
Décimo segundo domingo después de Pentecostés

C:/ Concede, oh Dios, que el curso de este mundo sea gobernado no


desde un poder dominante, segregador para aplastar a los más pobres, más
bien sea poder para servir y construir un mundo posible y diferente; que tu
Iglesia Pobre pueda servirte con gozo, confianza y serenidad optando por
los excluidos y marginados; por Jesucristo nuestro liberador, que en unidad
vive y reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, este memorial de reconciliación y alabanza que vamos


a ofrecerte, a fin de que nos concientice a optar por tu Reino y podamos
corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

Décimo tercer domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, misericordioso y amoroso, aparta de nosotros todo mal y


toda intención de servir a de los dioses del poder y la exclusión, te
suplicamos nos des el Espíritu Santo de confrontación y construcción para
otro mundo posible y diferente; por Jesucristo nuestro liberador, que en
unidad vive y reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por
siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Concédenos, Dios Padre y Madre, celebrar esta Eucaristía por medio
de la cual tú te dignas hacernos partícipes de los frutos de Tú Reino:
Justicia social, Paz y Verdad. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

75
Décimo cuarto domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, Padre y Madre, de quien procede todo bien. Concede, por
tu inspiración, que pensemos en construir un mundo justo y donde no exista
la exclusión, guiados por ti, podamos hacerlo; por Jesucristo nuestro
liberador, que en unidad vive y reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo
Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Que el memorial que vamos a ofrecerte nos ayude, Dios, a mantener
la memoria conflictiva para este mundo que Jesucristo liberador, que como
profeta pronuncio en un mundo de injusticias, tu que vives y dejas vivir por
todos los siglos.
R:/ Amén.

Décimo quinto domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, Mantén, Padre y Madre a tu familia, la Iglesia de los pobres


y excluidos, en tu constante fe y amor; para que mediante tu gracia,
proclamemos tu verdad con valentía, y administremos tu justicia con
compasión; por amor de nuestro liberador Jesucristo, que en unidad vive y
reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Mira bondadosamente, Dios, las ofrendas de tu Iglesia pobre, y


conviértelas en signo para la defensa del pecado estructural y demagógico,
que nos ayude a la construcción del Reino de Dios. Por Jesucristo, nuestro
liberador.
R:/ Amén.

76
Décimo sexto domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, Padre y Madre, haz que tengamos perpetuo amor y


reverencia a tu santo Nombre, “Emmanuel Dios con nosotros”, pues nunca
privas de tu auxilio a los pobres y marginados; por Jesucristo nuestro
Señor, que en unidad vive y reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo Dios,
ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Dios nuestro, Padre de Jesús y de los más desprotegidos de nuestras


sociedades, los pobres, quienes con la muerte y el asesinato de tu Hijo
llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y
bendice estos dones de pan y de vino, como aceptaste y bendijiste lo de
Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para liberación
de cada persona. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

Décimo séptimo domingo después de Pentecostés

C:/ Dios Misericordioso y eterno, has edificado tu Iglesia sobre el


fundamento de los apóstoles y profetas siendo Jesucristo liberador mismo
la piedra angular. Concédenos que estemos unidos en espíritu por su
enseñanza, de tal modo que lleguemos a ser un templo santo aceptable a Ti;
por Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Acepta, Dios, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras


manos, como símbolo que no puede faltar el pan, que alimento a los
pobres, ayúdanos a ser responsables de compartirlos y construir así un
mundo diferente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

77
R:/ Amén.

Décimo octavo domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, Padre y Madre tú nos has enseñado a guardar tu evangelio


amándote a ti y a nuestro prójimo: Danos la gracia de tu Espíritu Santo para
que nos consagremos al Reino de Dios de todo corazón, y nos unamos unos
a otros con afecto puro; por Jesucristo nuestro liberador, que en unidad vive
y reina contigo, y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Santifica, Dios, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo,
transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo,
nuestro liberador.
R:/ Amén.

Décimo noveno domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios manifestado en Jesús, Dios de los pobres y marginados,


atiende, en tu bondad, las súplicas de tu pueblo que clama a ti justicia
social, y concede que podamos percibir y comprender lo que debemos
hacer, y tengamos también la gracia y el poder para cumplirlo fielmente;
por Jesucristo nuestro Liberador, que en unidad vive y reina contigo, y el
Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, con bondad, estos dones que has puesto en manos de
tu Iglesia, y con tu amor conviértelos en el sacramento de nuestra
liberación. Por Jesucristo nuestro liberador.
R:/ Amén.

78
Vigésimo domingo de después de Pentecostés

C:/ Dios manifestado en Jesús, fuente de toda sabiduría, tú conoces


nuestras necesidades antes que supliquemos por ellas. Ten compasión de
nuestras flaquezas, y danos, por tu misericordia, aquellas cosas que por
nuestra dignidad y ceguedad no sabemos ni nos atrevemos a pedirte; por
los méritos de Jesucristo tu Hijo nuestro hermano y compañero; que vive y
reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Acepta, Dios Padre y Madre, los dones que te presentamos para esta
Eucaristía, a fin de que, podamos construir desde el, el memorial de
Jesucristo nuestro liberador. Por Cristo, nuestro hermano y compañero.
R:/ Amén.

Vigésimo primer domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, Padre y Madre, protector de los pobres y marginados y de


todos aquellos que en ti confían, multiplica en nosotros tu misericordia, a
fin de que, bajo tu dirección y guía, nos sirvamos de los bienes temporales,
de tal manera que no perdamos el ánimo de compartirlos entre nosotros;
por Jesucristo nuestro hermano, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Dios nuestro y de Jesús, que por medio de un sacrificio único, el de


tu Hijo en la Cruz, nos has adoptado como hijos tuyos, concede siempre a
tu Iglesia el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro libertador.

79
R:/ Amén.

Vigésimo segundo domingo después de Pentecostés

C:/ Dios Padre y Madre, que tu constante misericordia defienda a tu


Iglesia que no cesas de optar por los Pobres, y, puesto que no puede
continuar en seguridad sin tu auxilio, protégela y dirígela siempre por tu
bondad; por Jesucristo nuestro hermano y compañero, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios Padre y Madre, los dones que te presentamos y realiza
en nosotros con tu Espíritu, la obra de actualizar en esta Eucaristía la
memoria objetiva de tu Hijo. Por Jesucristo, nuestro Señor liberador.
R:/ Amén.

Vigésimo tercer domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios, te suplicamos, Padre y Madre, el espíritu de pensar y hacer


siempre lo justo; para nuestra comunidad, la iglesia, que sin ti no puede
existir, seamos capaces, con tu ayuda, de vivir según tu voluntad; por
Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un
solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Dios nuestro y de Jesús, fuente de paz y de amor sincero, concédenos


glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación
en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

80
Vigésimo cuarto domingo después de Pentecostés

C:/ Dios Misericordia, por nosotros entregaste a tu Hijo único como


sacrificio por los pecados y como ejemplo de vida. Danos gracia para
recibir con gratitud los frutos de su obra redentora, y seguir de día en día
las huellas benditas de su santísima vida; por Jesucristo tu Hijo nuestro
liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora
y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, Padre y Madre, con bondad, los dones y plegarias de tu
pueblo y haz lo que cada uno ofrece en tu honor, ayudanos a la liberación
de todos. Por Jesucristo, nuestro hermano y compañero.
R:/ Amén.

Vigésimo quinto domingo después de Pentecostés

C:/ Concede, oh Dios de misericordia, que tu Iglesia de los pobres,


congregada en unidad por tu Espíritu Santo, manifieste tu amor entre todos
los pueblos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro hermano y
compañero, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios,
ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, Padre y Madre los dones que te presentamos a fin de
que, por medio de esta Eucaristía, podamos ser responsables de construir
un mundo distinto y posible. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

81
Vigésimo sexto domingo después de Pentecostés

C:/ Dios de Jesús, Padre y Madre, nuestro, autor y dador de todo bien:
Injerta en nuestros corazones el amor a tu Nombre: el "Emmanuel Dios con
nosotros", y acrecienta en nosotros la búsqueda de construir un mundo
diferente y posible, produce en nosotros los frutos del Reino de Dios; por
Jesucristo nuestro hermano y compañero, que vive y reina contigo y el
Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Acepta, Dios misericordioso, nuestros dones y conviértelos en el


Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fuente de toda bendición para tu Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

Vigésimo séptimo domingo después de Pentecostés

C:/ Concede, oh Dios Padre de Jesús, hermano y compañero nuestro, que


confiemos en ti de todo corazón; porque, así como tú siempre resistes a los
soberbios que confían en su propia fortaleza y en el poder de este mundo,
de la misma manera jamás abandonas a quienes se glorían en tu
misericordia y claman justicia social; por Jesucristo nuestro liberador, que
vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios Padre y Madre, este sacrificio de alabanza que tú


mismo instituiste, y realiza en nosotros la obra de liberación que con su
muerte nos mereció tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

82
Vigésimo octavo domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios Padre y Madre, puesto que sin ti no podemos complacerte:


Concede, por tu misericordia, que tu Espíritu Santo dirija y gobierne
nuestros corazones; por Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Acepta, Dios, Padre y Madre, nuestras ofrendas y concédenos que


esta Eucaristía nos haga partícipes de la gloria de tu Reino. Por Jesucristo,
nuestro liberador.
R:/ Amén.

Vigésimo noveno domingo después de Pentecostés

C:/ Concede, oh Dios Padre y Madre, que nos esforcemos por construir
un mundo más justo y humano, donde no exista la exclusión y la
marginación, y haz que anhelemos construir la Utopía del Reino; por
Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un
solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Dios, estos dones que con sincera voluntad te presentamos, y por
medio de esta Eucaristía, ayúdanos a convertirnos en alimento para los
demás. Por Jesucristo nuestro liberador.
R:/ Amén.

83
Trigésimo domingo después de Pentecostés

C:/ Oh Dios Padre y Madre, que manifiestas tu infinito amor y opción


por los pobres y marginados, especialmente mostrando piedad y
misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que,
esforzándonos, seamos partícipes de construir otro mundo posible
incluyendo las personas diferentes excluidas; por Jesucristo nuestro
liberador, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los
siglos de los siglos.
R:/ Amén..

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Mira, Dios, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de
que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por
Jesucristo, nuestro liberador. R:/ Amén.

Trigésimo primer domingo después de Pentecostés

C:/ Dios de Jesús, Padre y Madre, nuestro, tú estás siempre más presto a
escuchar las suplicas de tu pueblo. Derrama sobre nosotros la abundancia
de tu misericordia, perdonándonos por profesar doctrinas que atentan
contra tu Reino, y que promueven el anti-reino: la exclusión y la
marginación. Por Jesucristo nuestro liberador, que vive y reina contigo y el
Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Que este memorial que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu
Iglesia, te sea agradable a los ojos, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu
misericordia. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

84
Trigésimo segundo domingo después de Pentecostés

C:/ Te rogamos, oh Dios Padre y Madre, que tu gracia siempre nos


preceda y acompañe, para que continuamente nos dediquemos a construir
el Reino de Dios; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y
el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Mira, Dios, Padre y Madre, con bondad los dones que te
presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu
Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro liberador.
R:/ Amén.

Trigésimo tercer domingo después de Pentecostés

C:/ Dios, Padre y Madre, misericordioso y eterno, que en Cristo has


revelado tu gloria a los pobres y marginados de este mundo: Mantén las
obras de tu misericordia; a fin que tu Iglesia, esparcida por todo el mundo,
persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu Nombre; “el
Emmanuel Dios con nosotros”; por Jesucristo nuestro liberador, que vive y
reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Que estos dones traídos a tu mesa inclusiva, Dios nuestro, nos
ayuden a ser responsables con la construcción de Tú Reino.
Por Jesucristo, nuestro Liberador.
R:/ Amén.

85
Trigésimo cuarto domingo después de Pentecostés

C:/ Misericordioso y eterno Dios, aumenta en nosotros tus dones de fe,


esperanza, caridad y amor; y para que obtengamos un mundo más justo y
humano, haz que amemos a los más pobres; por Jesucristo nuestro hermano
y compañero, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios,
por los siglos de los siglos.
R:/ Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Al ofrecerte este memorial de la reconciliación humana, te rogamos,


Dios, Padre de Jesucristo, que concedas a todos los pueblos los bienes de la
unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor liberador.
R:/ Amén.

O bien en la fiesta de Jesús el Cristo y su Reinado

Dios Padre y Madre, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy
amado, que predico tu Reino, haz que toda criatura, liberada de la
esclavitud, te sirva como hijo que vive en libertad y desde la opción
fundamental del Reino construya un mundo más justo y humano. Por
nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las Ofrendas

C:/ Al conmemorar el sacrificio de la reconciliación humana, te rogamos,


Dios, de Jesucristo, concede a todos los pueblos (y a todos los pobres y
marginados víctimas de este mundo injusto), encontrar la verdad y la
esperanza de otro mundo posible, lleno de paz y justicia. Por Jesucristo
nuestro Liberador, que Reina con tigo en la unidad y es Dios por los siglos
de los siglos.

R:/ Amén.

86
OTRAS ORACIONES COLECTAS Y SOBRE LAS OFRENDAS EN
EL TIEMPO COMÚN

MÁRTIRES DE LA IGLESIA

A. Para un Mártir

C:/ Dios Padre y Madre, lleno de misericordia, que concediste a san


N._____ superar los tormentos del martirio, concédenos, a quienes
celebramos su triunfo, no sucumbir nunca a los ataques del enemigo y
opresor. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R:/
Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Santifica con tu bendición estos dones que te ofrecemos, Dios, y, por
ellos, enciende en nosotros la llama de aquel amor (por los pobres y
excluidos) por el cual san N. ___venció los tormentos del martirio. Por
Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

O bien:

C:/ Dios nuestro, recibe los dones que te presentamos en la


conmemoración del mártir san N._____, y acéptalos con agrado, como
aceptaste el derramamiento de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R:/
Amén.

C:/ Dios nuestro, Padre y Madre, que él/la santo/a mártir N.______,
movido/a por tu amor y por construir el Reino de Dios, venció los
tormentos y la muerte y superaron de la furia del perseguidor y opresor,
concédenos, por su intercesión, crecer siempre en ese mismo
convencimiento de construir Reino de Dios. Por nuestro Liberador
Jesucristo, tu Hijo que contigo y el Espíritu Santo vive y reina en unidad, y
es Dios, por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

87
C:/ Padre y Madre, te ofrecemos con alegría este sacrificio, Dios, y en la
conmemoración del Martirio de N. ____________, proclamamos tus
grandezas al experimentamos los beneficios de su gloriosa intercesión. Por
Jesucristo, nuestro Liberador. R/: Amén.

______________________

C:/ Dios nuestro, cuyo poder triunfa en la debilidad, en esta


conmemoración de santa N._____ te pedimos que nos concedas la gracia
de la victoria final, así como a ella la fortaleciste en el martirio. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Padre y Madre, te ofrecemos con alegría este sacrificio y, en la


conmemoración del triunfo de santa N._____, proclamamos tus grandezas
y experimentamos los beneficios de su gloriosa intercesión. Por Jesucristo,
nuestro Liberador. R:/ Amén.

B. Para varios mártires

C/: Dios amor y eterno que otorgaste a los santos/as N. y N.____ la gracia
de dar la vida por amor (a los más pobres y excluidos); ven en ayuda de
nuestra debilidad con tu poder divino para que, así como ellos no vacilaron
en morir por ti, nosotros podamos confesarte valientemente con el
testimonio de nuestra vida y en la construcción de otro mundo diferente.
Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R: Amén.

Oración sobre las ofrendas

C/: En la conmemoración de este glorioso martirio acepta, Padre y Madre,


esta víctima de reconciliación y, por ella, ayúdanos a resistir ante el sistema
de deshumanización. Por Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

______________________

C:/ Dios, Padre y Madre, escucha nuestras súplicas en la celebración del


martirio de los santos/as N. y N.______, y concédenos imitar con gozo su

88
constancia en la fe. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C/: Padre y Madre, acepta los dones que te presentamos en la


conmemoración de tus santos/as mártires N. y N._____, y concédenos la
gracia de permanecer fieles en la construcción de tu Reino. Por Jesucristo,
nuestro Liberador. R:/ Amén.

ORACIÓN COLECTA PARA SANTOS/AS

A. Para un/a Santo/a

C:/ Dios nuestro, que has puesto a los santos como ejemplo para que les
imitemos para construir el Reino de Dios acá en la historia nuestra, al
celebra la fiesta de san N.____ concédenos bondadosamente que, siguiendo
sus pasos, caminemos hacia ti. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Te pedimos, Padre y Madre, que por esta ofrenda presentada en la


conmemoración de san N._____. nos concedas los dones de la unidad, de la
justicia y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

______________________

C:/ Dios nuestro, sólo tú eres santo y nadie puede ser bueno fuera de ti, por
la intercesión de san N.______, danos la gracia de vivir de tal manera que
nunca nos veamos privados de tu gloria. Por nuestro Liberador Jesucristo,
tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios nuestro, te pedimos humildemente que el sacrificio que ofrecemos


en la fiesta de san N._______ sea, al mismo tiempo, eficaz para nuestra

89
Liberación y agradable a tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R:/
Amén.

B. Para varios Santos

C:/ Dios amor y eterno, por la gloria de los santos/as N. _____nos ofreces
el supremo testimonio de tu amor; concédenos, por tu bondad, que
ayudados por su intercesión y estimulados por su ejemplo imitemos
fielmente a tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Padre y Madre, recibe con bondad nuestros ruegos y concédenos que,


gracias a la intercesión de tus santos/as podamos servirte en la construcción
del Reino de Dios. Por Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

_______________________

C:/ Dios nuestro, tú ves que somos débiles y desfallecemos; por el ejemplo
de tus santos, afiánzanos misericordiosamente en tu amor y en la
construcción del Reino de Dios. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Te suplicamos, Dios, que este sacrificio ofrecido en honor de los


santos/as, sea grato a tus ojos y nos ayude a tomar conciencia y
responsabilidad de construir un mundo de justicia, paz y fraternidad. Por
Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

90
ORACIONES COLECTAS DE MARÍA DE NAZARET, LA VIRGEN,

DURANTE EL TIEMPO COMÚN

C:/ Dios, concédenos ver tu rostro en el de María de Nazaret, la virgen


santa. Y que por medio de ella, descubramos tu presencia femenina. Por
nuestro Liberador, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Escucha, Dios, la oración de tu pueblo y acepta nuestras ofrendas, para que,


por intercesión de la santísima Virgen María, Madre de tu Hijo, sea
atendido todo deseo y escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro
Liberador. R:/ Amén.

______________________

C:/ Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad para que, al


celebrar a la Santa Madre de Dios, su intercesión nos libre de todo pecado
estructural. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te pedimos, Dios, que


por la gracia de este sacrificio nos conviertas en ofrenda eterna. Por
Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

C:/ Te pedimos, Dios, que por la intercesión de la Santísima Virgen María,


que quienes la veneramos en esta gloriosa conmemoración merezcamos
participar, también, de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Liberador
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza, Dios, en la


celebración de la Madre de tu Hijo, y te pedimos que, por este sagrado

91
intercambio de dones, aumenten en nosotros los frutos de tu Liberación.
Por Jesucristo, nuestro Liberador. R/: Amén.

________________________

ORACIÓN COLECTA DE TODOS LOS SANTOS APÓSTOLES

Dios, que tu Iglesia se alegre al honrar a los santos Apóstoles, y ya que


goza por su doctrina y sus méritos, concédele mantenerse siempre bajo su
dirección. Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Señor, derrama sobre nosotros el Espíritu Santo que con abundancia
derramaste sobre los Apóstoles, para que conozcamos todo lo que por ellos
nos has dado, y ofrezcamos un sacrificio de alabanza digno de tu gloria.
Por Jesucristo nuestro Liberador. R:/ Amén.

DE LOS SANTOS APÓSTOLES, PEDRO Y PABLO

De san Pedro, Apóstol

C:/ Dios, que diste al Apóstol san Pedro la autoridad de ser el primero entre
iguales, confiándole las llaves del Reino de los Cielos, que conmemorando
hoy esta fiesta, nos ayudes a comprender este ministerio como signo de
unidad en la diversidad entre todas las iglesias. Por nuestro Señor
Jesucristo. R/: Amén.

Oración sobre las ofrendas

Dios, recibe con bondad los dones que tu pueblo te ofrece en esta
conmemoración del apóstol san Pedro, que, gracias a una revelación tuya,
te reconoció a ti como el Dios vivo, y a tu Hijo como el Mesías, y a quien
permitiste dar testimonio de su Maestro en su glorioso martirio. Por
Jesucristo nuestro Liberador. R:/ Amén.

De san Pablo, Apóstol

92
C:/ Dios, que de modo admirable elegiste al Apóstol san Pablo para
predicar el Evangelio de Jesucristo Liberador; te pedimos que penetres el
mundo con la fe que él proclamó ante el imperio opresor, para que tu
Iglesia reciba constantemente un nuevo incremento. Por nuestro Liberador
Jesucristo. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios, al celebrar estos divinos misterios te pedimos que el Espíritu


Santo nos ilumine con aquella luz de la fe con que ilustró al apóstol san
Pablo para propagar tu gloria. Por Jesucristo nuestro Liberador. R:/ Amén.

De un santo Apóstol

C:/ Dios, afianza en nosotros la fe que llevó al apóstol san N. a unirse de


todo corazón a tu Hijo, y por su intercesión, concede que la Iglesia sea para
todas las naciones sea vinculo de unidad. Por nuestro Liberador Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios, al ofrecerte estos dones en la conmemoración del apóstol san N.,
te pedimos que viviendo a ejemplo suyo el Evangelio de Cristo el
Liberador, colaboremos en la tarea de anunciar la fe en el Reino de Dios.
Por Jesucristo nuestro Liberador. R:/ Amén.

DE TODOS LOS SANTOS/AS

93
C:/ Dios, que eres la fuente de toda santidad, concédenos la gracia de vivir
fielmente nuestra propia vocación, por intercesión de tus Santos, a los que
diste diversidad de gracias en la tierra y una misma recompensa gloriosa en
el cielo por ser constructores de tu Reino desde acá en este mundo. Por
nuestro Liberador Jesucristo. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios, recibe con agrado las ofrendas que te presentamos en honor de
todos tus Santos, y concede que, gracias a la fraterna solicitud de ellos,
camínenos juntos a la construcción de un mundo más justo y humano. Por
Jesucristo nuestro Liberador. R:/ Amén.

DE LOS PASTORES

Para un obispo:

C:/ Dios nuestro, que has dado a tu Iglesia un modelo de pastor bueno en
san N., concédenos, por su intercesión, poder descansar para siempre en las
verdes praderas de tu Reino. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre y Madre, este sacrificio de tu pueblo, para que los dones
ofrecidos a ti en honor de san N., sean para nuestra Liberación. Por
Jesucristo, nuestro Liberador.

Para un obispo:

C:/ Dios Misericordioso, concédenos venerar la memoria del obispo san


N., y así como él sirvió a su pueblo con la palabra y el ejemplo, también
nosotros podamos experimentar la ayuda de su intercesión. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

94
C:/ En la fiesta de san N., te pedimos, Dios, que sea de provecho para
nosotros este sacrificio, por el cual quisiste recordar la memoria de tu Hijo.
Por Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

Para pastores

A. Para varios pastores

C:/ Dios nuestro, que infundiste tu espíritu de verdad y de amor a los


santos (obispos) N. y N., para cuidar a tu pueblo; concédenos, a quienes
celebramos su fiesta, que nos animen sus ejemplos y nos sostenga su
intercesión. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Recibe, Dios, el sacrificio de alabanza que te ofrecemos en honor de tus


santos, y líbranos de los males presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro
Liberador. R:/ Amén.

B. Para un pastor

C:/ Dios Misericordioso, te rogamos humildemente que, por la intercesión


de san N. (obispo), acrecientes en nosotros tu gracia y concedas al mundo
el don de la paz. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Recibe, Dios, la ofrenda que presentamos en tu mesa en la


conmemoración de san N., y, así como a él lo llamaste a estos misterios
concédenos encontrar tu mensaje Liberador y de esperanza en las palabras
de nuestro Obispo. Por Jesucristo, nuestro Liberador. R:/ Amén.

95
PARA FUNDADORES DE IGLESIAS

C:/ Dios Amor y lleno de misericordia, que por la predicación de san N.


llevaste a nuestros padres a la luz de la fe, concédenos, por su intercesión,
que cuantos nos gloriamos de llamarnos cristianos mostremos siempre con
las obras la fe que profesamos. Por nuestro Liberador Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. R:/ Amén.

Oración sobre las ofrendas

C:/ Dios, acepta las ofrendas de tu pueblo en la conmemoración de san N.


y, por tu gracia, conviértelas en signo de Liberación. R:/ Amén.

Estructura del devocional o coordinación del culto

96
Se puede utilizar en día de semana con poca presencia de miembros de la congregación o en
actos ecuménicos.

1- saludo inicial

2- oración de inicio / o lectura bíblica de inicio / o alabanza de inicio

3- entonación de canción 1

4- entonación de canción 2

5- entonación de canción 3

6- participación de hnos. ó lectura bíblica del coordinador

7- entonación de canción 4

8- participación de hnos. o lectura bíblica del coordinador

9- entonación de canción 5

10- última participación / ó anuncios / ó presentación de ofrendas y oración


por ofrendas

11- entonación de coro adoración 1

12- entonación de coro adoración 2

13- momento de oración / o breve lectura bíblica

14- entonación de coro adoración 3

15- entonación de coro adoración 4

16- entrega del servicio al pastor o predicador

17- oración final y despedida // ó presentación de ofrendas y oración.

97
Cantos litúrgicos

98
Canto de entrada

1) Vamos todos al banquete

Vamos todos al banquete, Dios invita a todos los pobres,


a la mesa de la creación, a esta mesa común por la fe,
cada cual con su taburete, donde no hay acaparadores,
tiene un puesto y una misión y a nadie le falta un con que.
(2 veces).
(Coro)
Hoy me levanto muy temprano,
ya me espera la comunidad, Dios nos manda hacer
voy subiendo alegre la cuesta, de este mundo,
voy en busca de tu amistad. una mesa donde
haya igualdad, trabajando y
(Coro) luchando juntos,
compartiendo la propiedad.

2) Ya vienen los segadores

Ya, ya, ya, ya, vienen los segadores, volverán ya, volverán ya, volverán ya,
ya, ya, ya, ya, madura la cosecha. volverán.
(Bis)
Las amapolas y las espigas lanzan al
Volverán los héroes, cantan los poetas, viento amor y paz; entre las tumbas de
volverán los mártires, gritan los nuestros padres crecen las flores de
profetas, nueva paz.

3) Un pueblo que camina por el mundo

Un pueblo que camina por el mundo esclavos de la ley sirviendo en el temor,


gritando: ven Señor, nosotros hemos puesto la esperanza en
un pueblo que busca en esta vida ti,
la gran liberación. Dios del amor.

Los pobres siempre esperan el amanecer (Coro).


de un día más justo y sin opresión,
los pobres hemos puesto la esperanza en El mundo por la guerra sangra sin razón
ti, familias destrozadas buscan un hogar,
Libertador. el mundo tiene puesto su esperanza en ti
Dios de la paz.
(Coro).
(Coro).
Salvaste nuestra vida de la esclavitud

99
4) Señor, ten piedad

Señor, ten piedad, Señor ten piedad humildes! enfermos y pobres, sin
de tu pueblo, Señor, Señor ten piedad trabajo, la vida es amarga sin ver
(2 veces). salvación.

La sangre de Abel escucha el Señor. El (Coro)


llanto del pueblo despierta en Moisés.
El grito que nace de nuestras entrañas La tierra no es nuestra ni nuestro el
con mil artimañas lo quieren callar. trabajo, sudamos para otros cuidamos lo
ajeno y así nuestros hijos hambrean y
Señor, la injusticia nos duele y oprime: sufren nosotros pedimos justicia social.
¡Ponte de nuestro lado! ¡Somos los

5) Gloria

Vibran los cantos explosivos de alegría Por qué el Justo y el defensor del
voy a reunirme con mi pueblo a oprimido, porque nos amas y nos
celebrar, miles de voces nos unimos este quieres de verdad, venimos hoy todo tu
día para cantar a Jesucristo nuestro pueblo decidido a proclamar nuestro
Dios. valor y dignidad.

Vibran los cantos explosivos de alegría, (Coro).


voy a reunirme con mi pueblo en
Catedral, miles de voces no unimos ese Ahora Señor, podrás ser tú glorificado
día para cantar en nuestra fiesta tal como antes allá en el Monte Tabor,
patronal. cuando tú veas a tu pueblo
transformado, y haya vida y libertad en
Gloria al señor, gloria al señor gloria El Salvador. (Coro)
al patrón de nuestra tierra El
Salvador, no hay redención de otro Pero los dioses del poder y del dinero,
señor, solo un patrón, nuestro Divino se oponen a que haya transfiguración,
Salvador (Coro). por eso ahora vos, Señor sos el primero,
en levantar tu brazo contra la opresión.
(Coro)
Lecturas
6) Buenas nuevas pa mi pueblo

Caerán los que oprimían, como el sol sobre el sembrado.


la esperanza de mi pueblo,
caerán los que comían, Buenas nuevas, buenas nuevas
su pan sin haber sudado. pa mi pueblo,
el que quiera oír que oiga,
Caerán con la violencia el que quiera ver que vea,
que ellos mismos han buscado lo que está pasando en medio
Y se alzara mi pueblo de un pueblo, que empieza a

100
despertar, lo que está pasando de una tierra nueva crecen.
en medio de un pueblo,
que empieza a caminar Y sus voces como truenos,
van rompiendo los silencios,
(Coro). y sus cantos con aliento,
hay un Dios que va contento.
Ya no estés más encorvado,
tu dolor se ha terminado. (Coro)
Mucho tiempo has esperado,
tu momento ya ha llegado.
En tu seno pueblo mío, Podemos cambiar la historia,
hay un Dios que está escondido caminar a la victoria,
y con fuerza ha levantado, podemos cambiar el futuro,
tu rostro adormecido. y romper todos los muros.
Si unimos nuestras manos,
(Coro) si nos vemos como hermanos,
lograremos lo imposible,
Un nuevo día amanece ser un pueblo de hombre libres.
y los campos reverdecen,
hombres nuevos aparecen, (Coro)

7) La Biblia es palabra de vida,

La Biblia es palabra de Dios, es la


palabra del pueblo que busca y (Coro)
construye su liberación (coro).
La Biblia es como la lluvia que hace
La Biblia es candil que ilumina, en crecer nuestras milpas que hace crecer
medio de la oscuridad, y es palabra que las semillas, del amor y la alegría. La
guía, a toda la comunidad. Biblia es como las tortillas que hacemos
en el comal, porque es para compartir
(Coro) en calor de fraternidad.

La Biblia es como nuestra Cuma, con


ella hay que chapodar, toditas las
amarguras, que hay en nuestra realidad.

8) Creo en voz…

Creo señor firmemente Sobre el río rumbo al mar


Que de tu pródiga mente Los inmensos los cafetales
Todo este mundo nació Los blancos algodonales
Que de tu mano de artista Y los bosques mutilados
De pintor primitivista Por el hacha criminal
La belleza floreció Los inmensos los cafetales
Las estrellas y la luna Los blancos algodonales
las casitas las lagunas Y los bosques mutilados
Los barquitos navegando Por el hacha criminal

101
Creo en voz contrustor de
Creo en vos pensamiento
Arquitecto, ingeniero De la música y el viento
Artesano, carpintero De la paz y del amor
Albañil y armador
Creo en voz Yo creo en vos compañero
Constructor de pensamiento Cristo humano, cristo obrero
De la música y el viento De la muerte vencedor
De la paz y del amor Con el sacrificio inmenso
Engendraste el hombre nuevo
Yo creo en voz Cristo obrero Para la liberación
Luz de luz y verdadero Vos estas resucitando
Unigénito de Dios en cada brazo que es alza
Que para salvar al mundo para defender al pueblo del dominio
En el vientre humilde y puro explotador.
De María se encarnó
Creo que fuiste golpeado Porque estas vivo en el rancho
Con escarnio torturado En la fábrica, en la escuela
En la cruz martirizado Creo en tu lucha sin tregua,
Siendo Pilatos pretor Creo en tu resurrección
El romano imperialista
Puñetero desalmado Porque estas vivo en el rancho
Que lavándose las manos En la fábrica, en la escuela
Quiso borrar el error Creo en tu lucha sin tregua,
El romano imperialista Creo en tu resurrección
Puñetero y desalmado
Que lavándose las manos Creo en vos,
Quiso borrar el error Arquitecto, Ingeniero,
Artesano, Carpintero,
Creo en voz, Albañil y armador.
Arquitecto ingeniero Creo en voz constructor del
Artesano carpintero pensamiento
Albañil y armador De la música y viento de la paz y del
amor

102
Ofrendas

9) Todos te presentamos

Todos te presentamos, confiando en


tu amistad, nuestro esfuerzo, nuestro (Coro).
sudor, nuestro diario trabajar.
Queremos ver convertidos nuestras Somos un pueblo hambriento que
luchas y el dolor en tu vida y en tu camina en tierra ajena. Solamente son
valor, derrotando al opresor (coro). nuestras la miseria y las cadenas.
Líbranos del egoísmo la esclavitud y la
Mira las esperanzas de este pueblo que opresión. Queremos saciar en ti nuestra
hoy te llama. Mira los sufrimientos de sed de salvación (2 veces)
los pobres que te buscan. Atiende el
clamor del pueblo que está viviendo en (Coro).
la opresión. Queremos resucitar en tu
vino y en tu pan (2 veces).

10) Santo

Santo, santo, santo, santo, santo, Que acompaña a Nuestro Pueblo que
santo es nuestro Dios, Señor de toda vive en nuestras luchas del universo
la tierra, Santo, santo es Nuestro entero, el único Señor.
Dios. Santo, santo, santo, santo, santo, Benditos los que en su nombre el
santo, es nuestro Dios, Señor de toda evangelio anuncian la buena y gran
la historia, santo, santo, es Nuestro noticia de la liberación….
Dios.

Padre Nuestro

11) Padre nuestro de la calle

Padre nuestro que estás en la tierra, cielo; tu alientas a los que luchan para
desvelado por nuestros desvelos, hoy que llegue tu reino.
tu nombre nos sabe a justicia. Nos
sabe a esperanza, y gloria tu Reino Padre nuestro que sudas a diario, en
(bis). la piel del que arranca el sustento,
que a ninguno nos falte el trabajo,
Padre Nuestro que estás en la calle, que el pan es más pan cuando ha
entre el tráfico, el ruido y los nervios, habido esfuerzo (bis).
que se cumpla, Señor, tu palabra, lo
mismo en la tierra que arriba en el Padre nuestro que no guardas nunca,
cielo (bis). contra nadie venganza o desprecio, que
te olvidas de ofensas y agravios, y pides
Padre nuestro, padre nuestro, no eres un que todos también perdonemos…
dios que se queda, alegremente en su

103
12) Padre Nuestro de los Mártires

Padre nuestro del pobre y del marginado


Padre nuestro de mártires y torturados. Pedimos el pan de la vida, el pan de la
esperanza,
Tu nombre es santificado en aquel que el pan de los pobres; el pan que trae la
muere humanidad y reconstruye al Pueblo en
al defender la vida; vez de cañones.
tu nombre es glorificado cuando la
justicia Oh... Oh... Oh...
es nuestra medida.
Perdónanos cuando por miedo
Tu reino es de libertad, de fraternidad, quedamos callados
paz y comunión; delante de la muerte; Perdona y
Maldita toda violencia destruye el reino de la corrupción como
que devora al hombre con la represión. ley más fuerte.

Oh... Oh... Oh... Protégenos de la maldad,


de los prepotentes y los asesinos;
Hágase tu voluntad, eres el verdadero Dios padre revolucionario, hermano del
Dios libertador. No vamos a seguir las pobre,
doctrinas amañadas por el poder Dios del oprimido.
opresor.

13) Cordero de Dios

Vos sos el destazado en la cruz que has derramas tu sangre también en la sangre
vencido la maldad del mundo. de nuestros caídos.
Denunciando al injusto opresor
levantando del polvo a los pobres. (Coro). 2 veces.

Te pedimos que nos oigas que Vos sos el destazado en la cruz, que
escuches el clamor de tu pueblo construyes la paz con justicia. Ayúdanos
(coro). 2 veces. a no desmayar y a luchar por que venga
tu reino.
Vos sos el destazado en la cruz,
masacrado por los poderosos. Hoy Que tu paz llegue a nosotros cuando
hagamos brotar la justicia (coro).

Comunión

104
14) El banquete ya está listo.

El banquete ya está listo, acerquémonos Este gesto generoso te agradecemos


con fe. Nos invita el mismo Cristo a Señor.
comer de su conque. Es misterio tan hermoso Tu sacrificio de
amor….
Que chula se ve la mesa con su blanco
y gran mantel y sobre él el pan sabroso Al darte como comida en el duro
que nos ha de sustentar, con el vino caminar de tu pueblo tan hambriento
delicioso todos vamos a brindar. que lucha por mejorar sus condiciones
de vida y al tirano derrotar.
Hoy señor, tenemos hambre de
trabajo, techo y pan. Danos ya tu (Coro)
cuerpo y sangre, danos combatividad
(2 veces). (Coro). Al comer tu cuerpo y sangre vive la
comunidad, para seguir adelante
Quien acepta el pan y el vino acepta la cumpliendo tu voluntad de repartir entre
comunión con la lucha y el camino de todos los bienes de la creación, siendo
Jesús y su pasión, ofrendar también su ejemplo entre los lobos de justicia y
vida en generosa oblación, darse comunión, siendo ejemplo entre los
entero y sin medida en cada paso y lobos, de la gran liberación.
acción con el pueblo que se alza por su
reinvindación. (Coro)

105
15) Vos sos el Dios de los pobres…

Vos sos el Dios de los pobres, el Dios 16) Cristo mesoamericano


humano y sencillo, el Dios que suda en
la calle, el Dios de rostro curtido, por Cristo mesoamericano toma su
eso es que te hablo yo, así como habla cuerpo en tus manos para ser un
mi pueblo (bis). Porque sos el Dios pueblo nuevo con vida y dignidad.
obrero, el cristo trabajador. Cristo mesoamericano bebe su sangre
en tus labios para ser un pueblo
Vos vas de la mano con mi gente, nuevo con vida y dignidad (Coro).
luchas en el campo y la ciudad, haces
fila allá en el campamento, para que te Cristo negro, Cristo Maya, Cristo
paguen tu jornal, vos comes raspado mískito y chorti; Cristo lenca, Cristo
allá en el parque, con Eusebio, Pancho Nahua, galileo y quiché Cristo río y
y Juan José. Y hasta protestas por el montaña, Cristo árbol, Cristo mar,
sirope cuando no te echan mucha miel. Cristo puma y quetzal, Cristo selva por
talar.
Yo te he visto en la pupusería, instalada
en un caramanchel, te he visto Cristo obrera, costurera; la maquila y el
vendiendo lotería, sin que te hogar, Cristo madre y compañera,
avergüence ese papel, yo te he visto en fortaleza para amar. Cristo niña de la
las gasolineras, chequeando las llantas calle vende goma de mascar; Cristo
de un camión, y hasta reparando niño huelepega arrumbado en un portal.
carreteras, con guantes de cuero y
overol. (Coro).

Cristo joven y rebelde con la gorra de


rapear; estudiante y carpintero; Cristo
inquieto y soñador. Cristo abuela, Cristo
abuelo desechado en un asilo, apartado
en el olvido; Cristo enfermo en soledad.

Cristo suda en la zafra y en las cortas de


café, Cristo pobre jornalero; Cristo
milpa y maíz. Cristo cruza la frontera
para poder trabajar, ilegal y marginado,
añorando retornar.

Cristo Pueblo maltratado.


Cristo Pascua y Libertad.
Cristo mucha muchedumbre que anhela
resucitar.
Cristo vida y esperanza; Cristo verbo,
buena nueva; Cristo voz de los profetas;
Romero de la verdad…

17) Cristo ya nació en palacaguina...

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En el Cerro de la Iguana Montaña (Coro).
adentro de las segovias se vio un
resplandor extraño como una aurora de José el pobre jornalero se mecatella
media noche los maizales se todito el día, lo tiene con reumatismo el
prendieron, los quiebra platas se tequio de la carpintería, María suena
estremecieron, llovió por Moyogalpa, que el hijo igual que el tata sea
por Telpaneca y por Chichigalpa carpintero pero el cipotillo piensa
mañana quiero ser guerrillero.
Cristo ya nació en Palacaguina de
Chepe Pavon Pavon y una tal María Cristo ya nació en Palacaguina de
ella va a planchar muy humildemente Chepe Pavon Pavon y una tal María
la ropa que goza la mujer hermosa ella va a planchar muy humildemente
del terrateniente. (Coro). la ropa que goza la mujer hermosa
del terrateniente, Cristo ya nació en
Las gentes para mirarlo se rejuntaran en Palacaguina de Chepe Pavon Pavon y
un molote, el indio Joaquín le trajo una tal María, ella va a planchar muy
quesillo en trenzas de Nagarote en vez humildemente la ropa que goza la
de oro, incienso y mirra le regalaron mujer hermosa del terrateniente, la
segun yo supe cajetitas de Diriomo y ropa que goza la mujer hermosa del
hasta bunuelos de Guadalupe. terrateniente, del terrateniente, del
terrateniente.

Canto Final
Solo le pido a dios que la guerra no me
18) Solo le pido a Dios sea indiferente, es un monstruo grande
y pisa fuerte toda la pobre inocencia de
Solo le pido a dios que el dolor no me la gente.
sea indiferente, que la reseca muerta
no me encuentre vacío y solo sin haber Solo le pido a dios que el engaño no me
hecho lo suficiente. sea indiferente si un traidor puede más
que unos cuantos, que esos cantos no lo
Solo le pido a dios que lo injusto no me olviden fácilmente.
sea indiferente, que no me abofeteen la
otra mejilla después que una garra me Solo le pido a dios que el futuro no me
araño esta suerte. sea indiferente, desahuciado está el que
tiene que marchar a vivir una cultura
diferente.

19) Cuando el pobre….

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Cuando el pobre crea en el pobre ya Todos nos comprometimos en la mesa
podemos cantar libertad cuando el del Señor a construir en este mundo el
pobre crea en el pobre construiremos amor, que al luchar por los hermanos se
la fraternidad… hace la comunidad Cristo vive en la
solidaridad.
Hasta luego mis hermanos, que la misa
término, ya escuchamos lo que Dios nos Cuando el pobre busca al pobre nace la
habló ahora si ya estamos claros, ya organización ya comienza nuestra
podemos caminar la tarea tenemos que liberación, cuando el pobre anuncia al
empezar. pobre, la esperanza que él nos dio es
que el reino entre nosotros nació.

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