1. ALCOHOL (C2H5OH)
2. CIGARILLO
Una de las sustancias principales del cigarrillo es es el tabaco, el cual el altamente consumido, el consumo de
esta sustancia durante la gestación se ha relacionado como aborto espontáneo, prematurez, restricción del
crecimiento intrauterino,rotura de membranas , placenta previa, trombosis, síndrome de muerte súbita del
lactante, trastornos neurológicos y craneo sinostosis.
El hábito de fumar durante la gestación, tiene como consecuencias el mayor número de abortos espontáneos,
mayor incidencia de ruptura de membranas del óvulos, placenta previa, descolgamiento prematuro de la
placenta, poliidrâmnio, sangramientos vaginales, reducción del apetito y elevación de la presión arterial y
frecuencia cardiaca, entre otros. Las causas más probables para el aumento del número de abortos espontáneos
pueden ser malfunciones o malformación de la placenta o alteraciones en la oxigenación o flujo de sangre
uterino o placentario.
Ya la ruptura prematura de las membranas tiene relación con una mayor frecuencia de infecciones en el líquido
amniótico de embarazadas fumadoras, toda vez que es sabido que substancias contenidas en el cigarrillo,
principalmente la nicotina, atraviesan fácilmente las barreras placentarias . Eso explica los casos de poliidrâmnio
, pues, como el líquido amniótico está contaminado, habrá una producción aumentada de este para suplir las
necesidades fetales. Las elevaciones en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca están asociadas a la
liberación de catecolaminas, sustancias vasoconstrictoras. Por otro lado, las fumadoras pasivas inhalan una
proporción mayor de sustancias tóxicas en relación a los fumadores directos, resultando un gran problema
derivado del tabaco: fumadora o no, la embarazada está sujeta a los riesgos provenientes del tabaco.
EFECTOS DEL TABAQUISMO EN EL FETO Y RECIÉN NACIDO
Una de las consecuencias del tabaquismo es su efecto nocivo sobre el niño, cuando la madre fuma durante el
embarazo, esta se transforma en ‘fumador involuntaria’ desde la vida en útero y sufre, con eso, importantes
perjuicios, que ponen en riesgo su vida y su desarrollo”. De entre los diversos efectos que el tabaco tiene sobre
el desarrollo fetal, se citan peso fetal reducido, mayor índice de mortalidad fetal e infantil, prematuridad,
anemia, malformaciones y bajo índice de Apgar.
El tabaco de cigarrillos lleva una reducción media en el peso al nacer de aproximadamente 200 gramos. La
elevada concentración de cadmio, consecuencia del acto de fumar, puede contribuir al bajo peso fetal, toda vez
que este se conecta al zinc que está relacionado al aumento de peso fetal. Además del peso, que, en media, es
menor de 120g a 400g, la estatura también está reducida de, aproximadamente, 1,2 cm a 1,3 cm en fetos de
madres fumadoras. Además de eso, también estarán reducidos los perímetros cefálico y torácico.
De ese modo, cuanto mayor sea el número de cigarrillos fumados por la madre, menor es el peso del feto y las
complicaciones son mayores cuando el hábito no es abandonado, durante la gestación.
La mortalidad perinatal, ocurrida entre la 28ª semana de gestación y el 28° día de vida, es más frecuente entre
las embarazadas fumadoras que entre las que no lo hacen, guardando relación íntima con la prematuridad.
Los efectos teratogênicos del tabaco aún son discutibles. Sin embargo, son relatadas algunas malformaciones
atribuidas al cigarrillo como hendidura palatina , labio leporino, malformaciones faciales, urogenitales,
cardiovasculares y del sistema nervioso céntral y deficiencias auditiva y visual.
Aunque existan informes de intoxicación por nicotina en recién nacidos de madres fumadoras en que fueron
relatados niños con irritabilidad, agitación, diarrea y taquicardia, enfermedades clínicas como esas son
relativamente raras.
Finalmente, si el feto sobrevivió a los males del cigarrillo, aun así no está libre de riesgos, pues las consecuencias
del tabaco durante el embarazo pueden acompañarlo hasta la edad adulta. Las visitas al hospital son,
normalmente, más frecuentes en esos niños en virtud de bronquitis, neumonía, asma y enfermedades
respiratorias en general. Hay también retardo en el aprendizaje y en la coordinación motora, riesgo aumentado
de cáncer y riesgo de ocurrencia de muerte súbita infantil.
3. CAFEÍNA
La cafeína pertenece al grupo de las xantinas donde además de esta se encuentra la teofilina y la teobromina.
Estas sustancias existen en estado natural en una serie de alimentos y plantas consumidas habitualmente
como el café, té, cacao, y cola, es la sustancia psicoactiva más consumida durante la gestación múltiples
estudios han determinado la presencia de resultados adversos en el embarazo relacionados con su consumo
con resultados contradictorios, por otra parte, la ingesta de esta suele asociarse también con el consumo de
otras sustancias nocivas en la etapa del embarazo.
La discusión alrededor de esta de sus beneficios o problemas es constante tanto así que algunos autores han
llegado a la conclusión de que la ingesta de cafeína es perjudicial llegando a provocar muerte fetal y neonatal
otros afirman que no tienen efectos y otros que es beneficiosa para disminuir el riesgo de diabetes gestacional
La vida media de la cafeína es de unas 4,5 horas en una mujer no gestante y en una gestante aumenta este
tiempo especialmente hacia el tercer trimestre, debido al enlentecimiento de la eliminación esta puede
alcanzar en el feto y neonato una vida media de 80 a 100 horas debido a la falta de enzimas en este.
la cafeína se absorbe en el sistema digestivo tiene un pequeño paso por el hígado y posteriormente atraviesa
sin ningún problema la placenta por lo cual las concentraciones en el feto son las mismas que en el plasma
materno y en esta etapa fisiológica en el feto y la placenta no tienen la capacidad de metabolizarla. Un
consumo diario de más 300 - 375 miligramos de cafeína al día ha demostrado un mayor riesgo de aborto
espontáneo.
La adenosina es un modulador endógeno de la excitabilidad neuronal en el sistema nervioso central, a
paraxantina (metabolito primario de la cafeína) antagoniza los receptores de adenosina (A1) en el cerebro
materno-fetal y el corazón, e inhibe la descarga de glutamatos en los tejidos periféricos, lo que puede provocar
efectos adversos acumulativos dependientes de la dosis sobre la actividad metabólica de la madre y del feto.
Después de la ingestión de 200 mg de cafeína, el intercambio vellositario en la placenta se ve reducido en un
25%.
Con este consumo se generan:
- Riesgos reproductivos y del desarrollo
- Malformaciones congénitas debido a que la cafeína se ha considerado como un agente teratógeno
debido a sus efectos fisiológicos tanto en la madre como en el feto aunque con dosis mucho más altas
que las de consumo humano, pero, cuando se administra en combinación con otras sustancias
nocivas como el alcohol o el tabaco, los efectos teratogénicos de la cafeína se observan con dosis más
bajas.
- Malformaciones cardiovasculares asociada con un descenso en la frecuencia cardiaca fetal y el flujo
placentario y un aumento en los niveles de homocisteína y descenso en la sensibilidad a la insulina
después de consumo de esta sustancia. Además, la cafeína se une de forma reversible y competitiva a
los receptores de adenosina, y el consumo de cantidades elevadas de esta sustancia puede inhibir la
vía de las fosfodiesterasas e inducir liberación intracelular de calcio. Hay disminución significativa del
flujo arterial en el embrión con el consumo de cantidades moderadas de cafeína, que podría deberse
a varios mecanismos independientes. Se ha visto que la cafeína bloquea el receptor de adenosina
A2A, el cual modula el tono vascular, produciendo vasoconstricción, con un descenso en el flujo
sanguíneo.
- Defectos orofaciales pues el consumo de café y té disminuye la absorción de hierro, y este elemento
se ha asociado con una disminución del riesgo de los defectos orofaciales.
- Atresia anorrectal estos defectos son el resultado de la falta de separación entre el recto y el sistema
urogenital, la ingesta de cafeína puede potenciar los efectos de otros teratógenos, como el alcohol o
la nicotina.
- Infertilidad pues la cafeína puede aumentar la producción de estrógenos y disminuir su metabolismo.
- Riesgo de aborto el consumo de cafeína se asocia con un aumento del riesgo de aborto espontáneo,
en fetos con cariotipo normal, en gestantes no fumadoras y se detectan un aumento en el riesgo de
aborto en gestantes fumadoras, existe una relación dosis-respuesta para una ingesta superior a 200
mg de cafeína al día. Se encontró que mujeres con niveles de paraxantina superiores a 1845 ng/ml
(equivalentes a 6 tazas de café al día), tenían casi el doble de riesgo de aborto espontáneo en los 140
primeros días de embarazo que mujeres con niveles menores de 50 ng/ml.
- Disminución del peso al nacimiento y restricción del crecimiento intrauterino, la cafeína aumenta los
niveles de catecolaminas circulantes, lo que puede causar vasoconstricción útero-placentaria e
hipoxia fetal, y esto podría traducirse en una disminución del crecimiento fetal. La cafeína también
aumenta la adenosina monofosfato cíclica, que podría alterar el desarrollo celular.
- Diabetes gestacional, pues la cafeína actua en la vía mediada por las catecolaminas, produciendo un
aumento de epinefrina que antagonizaría los efectos de la insulina.El embarazo es un estado de
resistencia leve a la insulina, y es importante conocer si la cafeína se asocia con una mayor resistencia
a la insulina, ya que dicha resistencia se relaciona con efectos adversos en la gestación, como
diabetes, enfermedad hipertensiva y aceleramiento del crecimiento fetal. El consumo de cafeína
puede exacerbar la resistencia a la insulina y aumentar potencialmente el riesgo de efectos adversos
en la madre y en el feto como diabetes gestacional, preeclampsia y alteraciones en el crecimiento
fetal.
- Mortalidad fetal, la cafeína alcanza concentraciones en el feto similares a las del plasma materno, ya
que atraviesa rápidamente la placenta y alcanza los tejidos fetales, y éste posee menos enzimas para
metabolizarla. Se sabe que la cafeína aumenta los niveles de AMP, la cual, puede afectar el desarrollo
celular y aumenta los niveles de catecolaminas circulantes, lo que podría interferir con la circulación
útero-placentaria, produciendo vasoconstricción e hipoxia fetal. Además, podría tener un efecto
directo sobre el sistema cardiovascular, produciendo taquicardias y otras arritmias.
4. COCAÍNA
La evolución del embarazo puede verse modificado así de forma importante, ya que se asocia con las múltiples
modificaciones fisiológicas inducidas por el embarazo que tienen su efecto en el metabolismo de la cocaína,
pudiendo aumentar los efectos adversos, sobre la madre, el feto y el recién nacido. La actividad de la
colinesterasa plasmática, que metaboliza la cocaína dando ecgonina y benzoilecgonina, se reduce en las mujeres
gestantes, en los fetos y recién nacidos. Esta circunstancia disminuye el porcentaje en que se metaboliza la
cocaína, dando compuestos inactivos que potencian de esta manera, los efectos de la cocaína sobre la madre y
el feto. Las embarazadas que metabolizan la cocaína, producen el metabolito farmacológicamente activo
norcocaína, en un grado mucho mayor que las mujeres similares no gestantes. Debido a las propiedades
lipofílicas de la cocaína, esta atraviesa rápidamente la barrera placentaria por difusión simple, exponiendo al
feto a una concentración muy elevada de cocaína.
Los efectos de la cocaína sobre la madre pueden aumentar debido a los cambios cardiovasculares inducidos por
el embarazo, especialmente el aumento del volumen sanguíneo y el descenso de la resistencia vascular asociada
a la gestación. Debido al estado hipervolémico de la gestación, la vasoconstricción de la cocaína puede precipitar
una crisis hipertensiva. Uno de los factores primordiales dentro de los controles básicos de la consulta prenatal
es el control de peso de la embarazada. En consumidoras de cocaína este no evoluciona de forma adecuada a la
curva ponderal, aunque, entre los pocos estudios que hacen referencia a este aspecto existen discordancias, ya
que hay referencias en las que no se encuentran diferencias significativas en la curva ponderal entre gestantes
consumidoras y no consumidoras de cocaína. Como se mencionara, en las mujeres consumidoras de cocaína a
veces se asocia el consumo de otros tóxicos, como son el tabaco, alcohol u otros tipos de drogas, de tal forma
que las complicaciones obstétricas se ven aumentadas. El consumo de cocaína está asociado al desprendimiento
prematuro de placenta, habiéndose descrito una frecuencia, que oscila entre el 2-15 %, frente al 0,5-1,8 % en
las mujeres no consumidoras. Este hecho se produce por el aumento de la actividad simpática, a través del
estímulo de receptores alfa y beta adrenérgicos dando lugar a una vasoconstricción por el efecto
simpaticomimético periférico, aumentando la presión arterial, pudiendo dar lugar a la muerte fetal. Las
contracciones uterinas se ven aumentadas debido a la acción de la noradrenalina, lo que favorece los partos
pretérmino, alcanzando en las consumidoras de cocaína frecuencias que oscilan entre el 17-29 %, mientras que
en el resto de la población es del 10% como máximo.
El feto también se ve afectado por el consumo de cocaína. Hay un aumento en la aparición de abortos
espontáneos, aunque existen discordancias entre los autores de los trabajos revisados, ya que para algunos no
existe riesgo de aborto, mientras otros encuentran cifras del 38 % en las consumidoras de cocaína. También se
han referido malformaciones congénitas entre el 7-17 % de los hijos de las madres consumidoras de cocaína. EL
retardo en el crecimiento intrauterino sería consecuencia de las alteraciones placentarias, describiéndose
frecuencias que oscilan entre el 25-48 %26,27, produciéndose por la disminución del flujo sanguíneo placentario.
Además se ha descrito disminución de los depósitos de grasa fetales por lo que disminuye la masa corporal, este
hecho se produce como consecuencia de la activación por parte de la cocaína del sistema nervioso simpático
fetal y el aumento del metabolismo fetal de los depósitos de grasa y glucógeno. La repercusión que tiene el
consumo de cocaína sobre la monitorización fetal no estresante (MFNE), es debida a la acción farmacológica y
bioquímica de la misma, ya que puede atravesar la barrera placentaria y la hematoencefálica fetal, pudiendo
producir taquicardia fetal, dando lugar además a una disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca
fetal (FCF), así como hipertensión. Se ha señalado, en algunas ocasiones, la aparición de infarto cerebral
intrauterino y es frecuente la aparición de sufrimiento fetal. En el recién nacido puede aparecer síndrome de
abstinencia neonatal, apareciendo los síntomas de abstinencia a los 2-3 días después del parto, desapareciendo
en los primeros meses de vida. El 30% de los recién nacidos expuestos a la cocaína en su vida intrauterina
presentan síndrome de abstinencia, siendo las manifestaciones más frecuentes, alteraciones del reflejo de
succión, problemas de alimentación, irritabilidad hipertonía y estornudos. Se han descrito alteraciones del
neurodesarrollo, ya que la cocaína al actuar sobre el cerebro fetal en el primer trimestre del embarazo puede
dejar al recién nacido con deterioro de su capacidad de actuar sobre las demandas ambientales complejas a lo
largo de la vida.
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