En 1750 hubo grandes cambios tecnológicos como la sustitución de una parte del trabajo
humano y animal por máquinas, presencia de la energía hidraulicay la máquina a vapor,
nuevas formas para la transformación de los productos mediante complejos procesos de
industrialización.
Al final de la guerra, Inglaterra gozaba de liderazgo fabril indiscutible, pero el estado ruinoso
de la mayoría de las naciones que participaron en el conflicto no les permitia comprar
productos británicos. La capacidad competitiva de la industria británica y el nuevo espíritu
emprendedor de la nueva clase social sentaron nuevas bases para que germinaran las ideas
liberales de Adam Smith, críticas contra el mercantilismo por lo siguiente:
La esencia de dos países pueden ganar por medio de la especialización productiva, debido que
son capaces de producir mayor cantidad de bienes.
Dos países que tienen relaciones de comercio, tienen más de los dos bienes de los que cada
uno está especializado , que si tratan de producir ambos por separado.
De acuerdo con Smith, el comercio mejora la asignación de factores, de modo que cada bien es
producido con el mínimo de trabajo. El resultado final es que el mundo, en su conjunto, tiene
una mayor producción total, porque existe una distribución natural de sus productos entre los
países, lo cual refleja en ventajas para todos ellos, mientras que el proteccionismo impacta
negativamente en la participación de todos. Este principio se conoce como DIVISIÓN
TERRITORIAL DEL TRABAJO.
El tercer argumento que señala Smith, es el del bien del consumidor, contrario a los
mercantilistas porque pensaban que los comerciantes debían sacrificar el interés del
consumidor por el del productor.
David Ricardo (1772-1823) desarrollo nuevas propuestas orientadas a demostrar que todas las
naciones pueden beneficiarse con el comercio, incluso cuando tuvieran una menor
productividad en todas las ramas de la industria.