La cuestión es, dice Miller, si este sujeto barrado es computable, es decir, si hay
un principio de detención de la operación.
Lo que está claro que no hay es un algoritmo del curso de un análisis, pero sí que
en Lacan hay un algoritmo del pase, aquel que haría de un analizante un analista.
La transformación de este algoritmo inicial (S/s) consiste en articular al
significante gran S un significante cualquiera y, por otra parte, por lo que
respecta al significado, darle un valor de saber mediante una serie significante
que da una significación supuesta.
Con este algoritmo existe entonces una hiancia entre la forma de hablar que
tenemos al inicio de un análisis (hablamos en términos significante/significado) y
la forma en que hablamos de él al final (hablamos en términos de castración, de
objeto, de fantasma). Es decir, que en el pasaje del desciframiento al goce lo que
se descubre es que hay un modo de gozar del inconsciente.
Por otro lado, hay dos modalidades de tratamiento del significante y el goce: la
del fantasma y la de la pulsión. El fantasma habla, la pulsión permanece en
silencio.
La primera teoría del final de análisis es la asunción del ser para la muerte, es
decir, la asunción del significante amo de la muerte.