LOS BIENES
CLASIFICACIONES
Bienes incorporales
1. Derechos reales:
Artículo 577: “derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona.
Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso
habitación, los de servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca. De estos
derechos nacen las acciones reales.”
El art. 577 CC, señala que “son aquellos que se tienen sobre una cosa sin
respecto a determinada persona”.
Cuando ese poder es total, se está en presencia del derecho real máximo, el
dominio; pero puede ser parcial, como en los demás derechos reales por ejemplo
usufructo, prenda.
El titular es una persona, pero puede también ser varias como ocurre en la
copropiedad.
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Los derechos reales, por su contenido absoluto y directo sobre las cosas, los
establece la ley.
El art. 577 CC, establece los derechos reales en nuestra legislación, esto no
impide que otros textos legales establezcan otros, es así como el mimo CC,
establece en el art. 579, el derecho real de censo.
2. Derechos personales
Artículo 578: “derechos personales o créditos son los que sólo pueden
reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o por la sola disposición
de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el que tiene el
prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por
alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales”.
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a) Los derechos reales son limitados; no hay más derechos reales que los
que la ley establece. En cambio los derechos personales son ilimitados. Hay
tantos derechos personales como relaciones jurídicas puedan crearse.
b) En el derecho real hay sólo dos elementos, el sujeto activo y el objeto del
derecho. En el derecho personal hay tres elementos, el acreedor, el deudor y
el objeto.
Las Acciones
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usufructo sobre un inmueble, es inmueble. Así la acción del comprador para que
se le entregue la finca comprada, es inmueble; y la acción del que ha prestado
dinero, para que se le pague, es mueble.”
Por mucho tiempo, y hasta la llegada del desarrollo industrial los inmuebles, el
suelo, constituían el bien económico por excelencia, representantes de poder y
prestigio; desde entonces ha quedado establecida para ellos una especial
protección, recogida en las codificaciones.
Importancia de la clasificación
Bienes muebles
Artículo 567: “Muebles son las cosas que pueden transportarse de un lugar a
otro, sea moviéndose ellas a sí mismas, como los animales (que por eso se
llaman semovientes), sea que sólo se muevan por una fuerza externa, como las
cosas inanimadas.
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Exceptúanse las que siendo muebles por naturaleza se reputan inmuebles por su
destino, según artículo 570.”.
2. Muebles por anticipación: Son ciertos bienes inmuebles por naturaleza, por
adherencia o por destinación que, para el efecto de constituir un derecho sobre
ellos en favor de otra persona que el dueño, se reputan muebles antes de su
separación del inmueble al que pertenecen”.
Artículo 571: “Los productos de los inmuebles, y las cosas accesorias a ellos,
como las yerbas de un campo, la madera y frutos de los árboles, los animales de
un vivar, se reputan muebles, aún antes de su separación, para el efecto de
constituir un derecho sobre dichos productos o cosas a otra persona que el
dueño.
Lo mismo se aplica a la tierra o arena de un suelo, a los metales de una mina, y a
las piedras de una cantera.”
Al reputarse muebles, se les aplica todas las normas de éstos, cuando se trata de
constituir sobre ellos derechos a favor de terceros.
Bienes inmuebles
Artículo 568: “Inmuebles o fincas o bienes raíces son las cosas que no pueden
transportarse de un lugar a otro; como las tierras y minas, y las que adhieren
permanentemente a ellas, como los edificios, los árboles.
Las casas y heredades se llaman predios o fundos”.
Clasificación:
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Son ciertos bienes muebles que la ley reputa inmuebles por estar
permanentemente destinados al uso, cultivo o beneficio de un inmueble.
Artículo 570: “Se reputan inmuebles, aunque por su naturaleza no lo sean, las
cosas que están permanentemente destinadas al uso, cultivo y beneficio de un
inmueble, sin embargo de que puedan separarse sin detrimento. Tales son, por
ejemplo:
Las losas de un pavimento;
Los tubos de las cañerías;
Los utensilios de labranza o minería, y los animales actualmente destinados al
cultivo o beneficio de una finca, con tal que hayan sido puestos en ella por el
dueño de la finca;
Los abonos existentes en ella, y destinados por el dueño de la finca a mejorarla;
Las prensas, caldera, cubas, alambiques, toneles y maquinas que forman parte
de un establecimiento industrial adherente al suelo, y pertenecen al dueño de
éste;
Los animales que se guardan en conejeras, pajareras, estanques colmenas, y
cualesquiera otros vivares, con tal que estos adhieran al suelo, o sean parte del
suelo mismo, o de un edificio.”
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Son objetivamente consumibles los bienes, que por sus propias características,
se destruyen ya natural, ya civilmente, por el primer uso. Por ejemplo se
destruyen naturalmente si desaparecen físicamente o sufren una alteración
substancial, por ejemplo los alimentos; se destruyen civilmente (jurídicamente) si
el uso implica enajenación del bien, por ejemplo el dinero, monedas.
Son subjetivamente consumibles los bienes que, atendido el destino que tienen
para su actual titular, su primer uso importa enajenarlos o destruirlos.
Son fungibles las cosas que por presentar entre sí una igualdad de hecho, se les
considera como de igual poder liberatorio. En otros términos, se dice también
que son bienes fungibles los que pertenecen a un mismo género y se encuentran
en el mismo estado.
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Consumibilidad y fungibilidad:
Bienes accesorios: los que están subordinados a otros sin los cuales no pueden
subsistir. Ejemplo los árboles.
Cosas accesorias en sentido estricto: Son las cosas que sin ser integrantes, ni
pertenencias de otra, por voluntad de las partes se incluyen en otra que se reputa
principal, sin tener con ésta una unidad de destino económico.
a) Son materialmente divisibles: los bienes que pueden fraccionarse sin que se
destruyan en su estado normal, ni pierdan notoriamente su valor al considerarse
las partes en conjunto. Ejemplo, el agua es divisible, un animal es indivisible,
porque al fraccionarlo se destruye en su estado normal, un diamante
normalmente será indivisible, porque al fraccionarlo disminuye apreciablemente.
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Desde este punto de vista, todos los bienes, corporales e incorporales, son
divisibles. Lo interesante aquí es destacar que los bienes incorporales, derechos,
por su naturaleza al no tener consistencia física, sólo son intelectualmente
divisibles, y por disposición legal, hay ciertos derechos que no pueden dividirse
ni siquiera intelectualmente, tal es el caso del derecho de servidumbre, arts. 1524,
826, 827.
Son bienes singulares: los que constituyen una unidad, natural o artificial.
Las universalidades
Características:
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a) Los bienes que la componen pueden ser de la misma naturaleza, como los
animales de un rebaño o de naturaleza diferente, como el conjunto de bienes
corporales e incorporales que componen el llamado “establecimiento de
comercio”. Esto permite distinguir dentro de las universalidades de hecho dos
categorías: las colecciones (misma naturaleza) y las explotaciones (naturaleza
diferente).
Futuros: los que a esa época no existen y tan solo se espera que existan.
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Bienes comerciables: son los que pueden ser objeto de relaciones jurídicas
privadas, de manera que sobre ellos puede recaer un derecho real o puede
constituirse a su respecto un derecho personal (arts. 1461).
Artículo 585: “Las cosas que la naturaleza ha hecho comunes a todos los
hombres, como la lata mar, no son susceptibles de dominio, y ninguna nación,
corporación o individuo tiene derecho de apropiárselas.
Su uso y goce son determinados entre individuos de una nación por las leyes de
esta, y entre distintas naciones por el derecho internacional.”
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Artículo 589: “se llaman bienes nacionales aquellos cuyo dominio pertenece a la
nación toda.
Si además su uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el de las
calles, plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas, se llaman
bienes nacionales de uso público o bienes públicos.
Los bienes nacionales cuyo uso no pertenece generalmente a los habitantes, se
llaman bienes del Estado o bienes fiscales.”
Clasificación:
Son aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda y su uso a todos los
habitantes, art. 589C.C. Por ejemplo, plazas, calles, puentes, caminos.
Características:
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2. Bienes fiscales
EL DERECHO DE PROPIEDAD
Concepto:
El art. 582 inc. 1º del C.C. dispone: “El dominio (que se llama también
propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer
de ella arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra derecho ajeno”.
Por su parte el art. 583 agrega que “Sobre las cosas incorporales hay también
una especie de propiedad. Así, el usufructuario tiene la propiedad de su derecho
de usufructo”.
Garantía constitucional
De modo que el derecho de dominio puede recaer tanto sobre cosas corporales
como incorporales, lo que es destacado por la Constitución Política de la
Republica al asegurar a todas las personas “El derecho de propiedad en sus
diversas especies sobre toda clase de bienes corporales e incorporales” (art. 19
Nº 24). Garantía que se ve reforzada con lo señalado en el art. 19 Nº 26 CPR.
Características:
a) Derecho real: Es el derecho real por excelencia; se ejerce sobre una cosa
sin respecto de determinada persona (arts. 577 y 582 C.C).
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Facultades:
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Jurídica: esto significa que puede celebrar negociaciones con terceros respecto
de la cosa, gravándola con prendas, hipotecas u otras limitaciones y, en fin,
enajenándola.
El problema se ha discutido:
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
El art. 1810, dando a entender también que sólo la ley puede prohibir
enajenar, dispone que pueden venderse todas las cosas cuya enajenación
no esté prohibida por ley.
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Por esto último es que también ha podido decirse que la cláusula implica una
verdadera condición resolutoria, que se cumple, es decir, opera cuando el
obligado a no enajenar, enajena. Entonces, respecto del tercero adquirente, le
alcanzarán o no sus efectos, en conformidad a lo previsto en los arts. 1490 y
1491CC.
2. Según la naturaleza del objeto sobre el que el dominio recae: puede ser
propiedad civil o común, agraria, urbana, intelectual, minera, horizontal,
etc.
LA COPROPIEDAD
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Indivisión, parece ser el termino más comprensivo y puede ser utilizado para
referirse a los otros; y en cuanto a los dos últimos, esto es “condominio” y
“copropiedad”, se les tiene generalmente como sinónimos.
De acuerdo a la segunda tesis hay comunidad cuando dos o más sujetos tienen
un derecho de idéntica naturaleza jurídica sobre la totalidad de un mismo objeto
(Lo que la caracteriza es que los derechos de los comuneros sean análogos; por
eso no hay comunidad entre el nudo propietario y el usufructuario, aunque sus
derechos recaigan sobre la misma cosa). Y hay copropiedad o condominio
cuando dos o más sujetos tienen el dominio sobre la totalidad de un mismo
objeto.
Artículo 2304: “La comunidad de una cosa universal o singular, entre dos o más
personas, sin que ninguna de ellas haya contratado sociedad o celebrado otra
convención relativa a la misma cosa, es una especie de cuasicontrato.”
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cada comunero tiene de impedir las actuaciones de otros en la cosa común (es
llamado también “derecho a veto”, art. 2081 N°1).
Considera la comunidad una modalidad del dominio, cada comunero tiene una
cuota-parte en la cosa común, y, además, tiene derecho a la cosa en su totalidad.
Cada comunero tiene una cuota que es abstracta o ideal, puesto que la cosa no
se halla dividida materialmente; sólo se concibe intelectualmente; es, pues, dueño
exclusivo de esa cuota o fracción intelectual de la cosa y puede ejercitar derechos
sobre ella como tal. Considerada la cosa en concreto y en su totalidad, todos
tienen derecho a ella, pero el derecho de cada uno está limitado necesariamente
por el concurso de los demás, de modo que ninguno puede ejercitar actos
materiales o jurídicos sobre ella sin el consentimiento de todos los otros.
Se crítica esta teoría por las contradicciones conceptuales que presenta, como la
de concebir la comunidad como una forma de propiedad, siendo el dominio un
derecho exclusivo. Es contradictorio un dominio exclusivo y a la vez plural, sobre
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todo con poderes que se extenderían a la totalidad de la cosa ya que uno de los
atributos o caracteres del dominio es ser exclusivo, esto es, se atribuye a un
titular en forma privativa, y no puede haber dos o más propietarios sobre una
misma cosa con iguales poderes sobre ella. Además, el derecho de propiedad
permite al titular obtener del bien el máximo de utilidades, usar, gozar y disponer
de él aun arbitrariamente y semejantes características no pueden encontrarse en
la copropiedad, donde el derecho de cada comunero sobre la cosa común está
limitado por el derecho que también corresponde a los demás copartícipes.
Clases de indivisión
Puede haber comunidad sobre una universalidad o sobre una cosa singular. Esta
es la única clasificación que reconoce el Código (arts. 1317 y 2304).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
La comunidad puede terminar por varias causales (art. 2312). Una es la partición.
Ella puede efectuarse: por acuerdo entre los comuneros; por juez partidor, o por
decisión del causante, esto cuando la comunidad es de origen hereditario.
La partición es el conjunto de actos tendientes a distribuir los bienes comunes
entre los comuneros en proporción a sus cuotas. La adjudicación es el acto por el
cual el comunero recibe un bien determinado de la comunidad, en pago de su
cuota.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Si la comunidad recae sobre una cosa singular, no hay duda de que la cuota de
cada uno se radica en el único objeto de la comunidad y, por tanto, participa de
su carácter (art. 580). En consecuencia, los actos sobre la cuota estarán
sometidos a las reglas de los actos sobre el respectivo objeto. Si es un inmueble,
la tradición de la cuota requerirá inscripción, la enajenación de la cuota
perteneciente a un incapaz necesitará de las correspondientes formalidades
habilitantes, podrá rescindirse por lesión enorme si se cumplen los demás
supuestos, etc.
Según su origen:
Según su duración:
Pueden ser temporales o perpetuas. Las comunidades temporales, que por regla
general son indeterminadas en el tiempo pueden tener duración determinada en
virtud del denominado “pacto de indivisión”, el cual, por la adversidad legal a la
comunidad, está sujeto a limitaciones (art. 1317). De este modo, si no se ha
celebrado un pacto, la regla es que la partición se puede pedir en cualquier
tiempo (art. 1317).
Las comunidades perpetuas las establece la ley, aunque en el fondo derivan más
bien de la naturaleza misma de las cosas, como es el caso de la comunidad que
tiene lugar en la propiedad horizontal, la medianería, etc.
La cuota
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Se entiende por cuota “la porción ideal, determinada o determinable, que cada
comunero tiene en el objeto de la comunidad”. Estas cuotas pueden se iguales o
desiguales; a falta de prueba en contrario, han de entenderse iguales (arts. 1098,
2307). Se expresan generalmente en fracciones o porcentajes (un tercio, un
cuarto, veinte por ciento, etc.).
El comunero puede vender o ceder libremente su cuota, por acto entre vivos (por
ej., arts. 1320, 1812) o por causa de muerte (art. 1110); puede reivindicarla (art.
892); puede hipotecarla (2417); puede ser embargada (art. 524 C.P.C.). Ello sin
perjuicio de los actos materiales que los comuneros pueden ejecutar en la cosa
común (arts. 2305 y 2081), pudiendo cualquiera pedir el cese del goce gratuito
que de la cosa común hace otro comunero.
La coposesión
La propiedad horizontal
Las exigencias del desarrollo urbano, la escasez del suelo, la necesidad de limitar
la excesiva extensión de las ciudades y una multitud de otros factores, han
originado e incrementado la construcción de edificaciones de altura, en algunas
urbes con caracteres inusitados. Ciertamente, tales construcciones implican su
propiedad entre distintos titulares, que utilizan partes de ella con exclusividad.
Los problemas y particularidades que esta situación trae consigo han provocado
la aparición de la correspondiente legislación.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
El derecho del comunero sobre los bienes comunes es proporcional al valor del
piso o departamento; y en la misma proporción debe contribuir en los gastos,
salvo acuerdo distinto.
Los derechos sobre los bienes comunes son inseparables del dominio, uso y
goce del respectivo piso o departamento; cualquier negociación sobre éstos
alcanza a aquellos.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
En virtud de una concepción antigua, que viene desde la última época del
Derecho Romano, en muchas legislaciones, entre ellas la nuestra, para la
transferencia del dominio y demás derechos reales, y aun personales, se exige la
concurrencia de dos elementos jurídicos; un título y un modo de adquirir.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Este es el sistema denominado romano, del título y modo, o del efecto personal
del contrato. En nuestro C.C. configuran el sistema, fundamentalmente, los arts.
588, 670 y 675.
Clasificaciones
1. Originarios y derivativos:
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Según presuponga o no la muerte del titular del derecho para que el modo opere.
La clasificación tiene lugar debido precisamente a la existencia de un modo de
adquirir que se configura a la muerte del causante, la denominada sucesión por
causa de muerte; todos los demás son modos de adquirir por actos entre vivos.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Algunos autores dicen que aun cuando no hay preceptos que lo establezcan para
los demás modos, ello es así por varias disposiciones legales, entre las que se
mencionan principalmente los arts. 703 y 951 y sgtes. En la primera se dispone
que la ocupación, accesión y prescripción son títulos constitutivos de dominio, y
en la última, que cuando se adquiere por sucesión por causa de muerte, el título
es el testamento o la ley, según si la sucesión sea testamentaria o intestada. En
los modos de ocupación, accesión y prescripción el título se confundiría con el
modo.
Otros entienden que el título se exige sólo cuando opera la tradición, como lo
dispone expresa y excepcionalmente el art. 675. Cuando el art. 703 menciona los
títulos constitutivos, calificando de tales a los tres modos de adquirir señalados,
los está refiriendo no al dominio, sino a la posesión; allí son títulos para poseer
(cuando, por falta de requisitos u otras circunstancias, no funcionan como modos
de adquirir). Si se rechazara la existencia de estas dos funciones diferentes
sosteniendo que siempre la ocupación, accesión y prescripción son título y modo,
se llegaría a la incongruencia de que quien empieza a poseer sería ya dueño.
LA OCUPACION
Arts. 606 a 642. Es un modo de adquirir el dominio de las cosas que carecen de
dueño, consistente en su aprehensión material con la intención de adquirir la
propiedad.
Del concepto enunciado puede observarse que son dos sus elementos:
aprehensión material e intención de adquirir el dominio.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Como se requiere una cosa sin dueño, en virtud del art. 590 del Código resulta
que este modo de adquirir el dominio en Chile sólo se aplica a los bienes
muebles.
Si la aprehensión con ánimo de adquirir la cosa para sí recae sobre una cosa que
tiene dueño, no operará la ocupación como modo de adquirir el dominio, pero
permitirá al ocupante entrar en posesión de la cosa, y podrá llegar a adquirir el
dominio por otro modo, después de un tiempo: la prescripción.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Artículo 643: “La accesión es un modo de adquirir por el cual el dueño de una
cosa pasa a serlo de lo que ella produce, o de lo que se junta a ella. Los
productos de las cosas son frutos naturales o civiles.”
Clases de accesión
1. Accesión de frutos
Frutos y productos.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
El Código en el art. 643 dispone que “los productos de las cosas son frutos
naturales o civiles.” El precepto confunde ambos términos, haciéndolos
sinónimos, sin embargo, hay algunas otras disposiciones que distinguen los dos
conceptos, en el sentido antes descrito, por ej., arts. 537 y 784.
Como lo indica el art. 643, los frutos pueden ser naturales o civiles.
Artículo 644: “Se llaman frutos naturales los que da la naturaleza, ayudada o no
de la industria humana”.
Artículo 645: “Los frutos naturales se llaman pendientes mientras que adhieren
todavía la cosa que los produce, como las plantas que están arraigadas al suelo,
o los productos de las plantas mientras no han sido separados de ellas.
Frutos naturales percibidos son los que han sido separados de la cosa productiva,
como las maderas cortadas, las frutas y granos cosechados, etc.; y se dicen
consumidos cuando se han consumido verdaderamente o se han enajenado.”
En cuanto al estado en que pueden encontrarse estos frutos, el art. 647 dispone
que se llaman pendientes mientras se deben; y percibidos, desde que se cobran.
Artículo 647: “Se llaman frutos civiles los precios, pensiones o cánones de
arrendamiento o censo, y los intereses de capitales exigibles o impuestos a fondo
perdido.
Los frutos civiles se llaman pendientes mientras se deben; y percibidos, desde
que se cobran.”
2. Accesión continua
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Arts. 649 a 656, que forman el párrafo denominado “accesiones del suelo”. En
esta forma de accesión, llamada también accesión natural, se pueden distinguir, a
su vez, modalidades de:
Artículo 649: “Se llama aluvión el aumento que recibe la rivera de la mar o de un
río o lago por el lento e imperceptible retiro de las aguas.
Artículo 650: “El terreno de aluvión accede a las heredades riberanas dentro de
sus respectivas líneas de demarcación, prolongadas directamente hasta el agua;
pero en puertos habilitados pertenecerá al Estado.
El suelo que el agua ocupa y desocupa alternativamente en sus creces y bajas
periódicas, forma parte de la rivera o del cauce, y no accede mientras tanto a las
heredades contiguas.”
b) Avulsión;
Artículo 652: “Sobre la parte del suelo que por una avenida o por otra fuerza
natural violenta es transportada de un sitio a otro, conserva el dueño su dominio,
para el solo efecto de llevársela; pero si no la reclama dentro del subsiguiente
año, la hará suya el dueño del sitio a que fue transportada.”
Artículo 654: “Si un río varía de curso, podrán los propietarios riberanos, con
permiso de autoridad competente, hacer las obras necesarias para restituir las
aguas y su acostumbrado cause; y la parte de este que permanentemente
quedare en seco, accederá a las heredades contiguas, como el terreno de aluvión
en caso del artículo 650.
Concurriendo los riberanos de un lado con los de otro, una línea longitudinal
dividirá el nuevo terreno en dos partes iguales; y cada una de éstas accederáa
las heredades contiguas, como en el caso del mismo artículo.”
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Artículo 655: “Si un río se divide en dos brazos, que no vuelven después a
juntarse, las partes del anterior cause que el agua dejare descubiertas accederán
a las heredades contiguas, como el caso del artículo precedente.”
Artículo 656: “Acerca de las nuevas islas que no hayan de pertenecer al Estado
según el artículo 597, se observarán las reglas siguientes:
1. La nueva isla se mirará como parte del cauce o lecho, mientras fuere ocupada
y desocupada alternativamente por las aguas en sus creces y bajas periódicas, y
no accederá entre tanto a las heredades riberanas.
2. La nueva isla formada por un río que se abre en dos brazos que vuelven
después a juntarse, no altera el anterior dominio de los terrenos comprendidos en
ella; pero el nuevo terreno descubierto por el río accederá a las heredades
contiguas, como en el caso del artículo 654.
3. La nueva isla que se forme en el cauce de un río, accederá a las heredades de
aquella de las dos riberas a que estuviere más cercana toda la isla;
correspondiendo a cada heredad la parte comprendida entre sus respectivas
líneas de demarcación, prolongadas directamente hasta la isla y sobre la
superficie de ella.
Si toda la isla no estuviere más cercana a una de las dos riberas que a la otra,
accederá a las heredades de ambas riberas; correspondiendo a cada heredad la
parte comprendida entre sus respectivas líneas de demarcación prolongadas
directamente hasta la isla y sobre la superficie de ella.
Las partes de la isla que en virtud de estas disposiciones correspondieren a dos o
más heredades, se dividirán en partes iguales entre las heredades comuneras.
4. Para la distribución de una nueva isla, se prescindirá enteramente de la isla o
islas que hayan preexistido a ella; y la nueva isla accederá a las heredades
riberanas como si ella sola existiese.
5 Los dueños de una isla formada por el río adquieren el dominio de todo lo que
por aluvión acceda a ella, cualquiera que sea la ribera de que diste menos el
nuevo terreno abandonado por las aguas.
6. A la nueva isla que se forme en un lago se aplicará el inciso 2° de la regla 3°
precedente; pero no tendrán parte en la división del terreno formado por las
aguas las heredades cuya menor distancia de la isla exceda a la mitad del
diámetro de ésta, medido en la dirección de esa misma distancia.”
(El art. 653 se refiere a una situación especial de “inundación” de un predio, que
por su contenido se asemeja más al aluvión que a la otras formas de accesión
que se han señalado).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Artículo 657. “La adjunción es una especie de accesión, y se verifica cuando dos
cosas muebles pertenecientes a diferentes dueños se juntan una a otra, pero de
modo que puedan separarse y subsistir cada una después de separada; como
cuando el diamante de una persona se engasta en el oro de otra, o en un marco
ajeno se pone un espejo propio.”
Art. 658. “En los casos de adjunción, no habiendo conocimiento del hecho por
una parte, ni mala fe por otra, el dominio de lo accesorio accederá al dominio de
lo principal, con el gravamen de pagar al dueño de la parte accesoria su valor.”
Art. 659. “Si de las dos cosas unidas, la una es de mucho más estimación que la
otra, la primera se mirará como lo principal y la segunda como lo accesorio.
Se mirará como de más estimación la cosa que tuviere para su dueño un gran
valor de afección.”
Art. 660. “Si no hubiere tanta diferencia en la estimación, aquella de las dos
cosas que sirva para el uso, ornato o complemento de la otra, se tendrá por
accesoria.”
Art. 661. “En los casos a que no pudiere aplicarse ninguna de las reglas
precedentes, se mirará como principal lo de más volumen.”
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
indemnización de perjuicios.
Si la materia del artefacto es, en parte, ajena, y, en parte, propia del que la hizo o
mandó hacer, y las dos partes no pueden separarse sin inconveniente, la especie
pertenecerá en común a los dos propietarios; al uno a prorrata del valor de su
materia, y al otro a prorrata del valor de la suya y de la hechura.
Art. 663. Si se forma una cosa por mezcla de materias áridas o líquidas,
pertenecientes a diferentes dueños, no habiendo conocimiento del hecho por una
parte, ni mala fe por otra, el dominio de la cosa pertenecerá a dichos dueños
proindiviso, a prorrata del valor de la materia que a cada uno pertenezca.
A menos que el valor de la materia perteneciente a uno de ellos fuere
considerablemente superior, pues en tal caso el dueño de ella tendrá derecho
para reclamar la cosa producida por la mezcla, pagando el precio de la materia
restante.
Se agregan algunas reglas comunes a estas tres formas de accesión (arts. 664 a
667).
Art. 664. En todos los casos en que al dueño de una de las dos materias unidas
no sea fácil reemplazarla por otra de la misma calidad, valor y aptitud, y pueda la
primera separarse sin deterioro de lo demás, el dueño de ella, sin cuyo
conocimiento se haya hecho la unión, podrá pedir su separación y entrega, a
costa del que hizo uso de ella.
Art. 665. En todos los casos en que el dueño de una materia de que se ha hecho
uso sin su conocimiento, tenga derecho a la propiedad de la cosa en que ha sido
empleada, lo tendrá igualmente para pedir que en lugar de dicha materia se le
restituya otro tanto de la misma naturaleza, calidad y aptitud, o su valor en dinero.
Art. 666. El que haya tenido conocimiento del uso que de una materia suya se
hacía por otra persona, se presumirá haberlo consentido y sólo tendrá derecho a
su valor.
Art. 667. El que haya hecho uso de una materia ajena sin conocimiento del
dueño, y sin justa causa de error, estará sujeto en todos los casos a perder lo
suyo, y a pagar lo que más de esto valieren los perjuicios irrogados al dueño;
fuera de la acción criminal a que haya lugar, cuando ha procedido a sabiendas.
Si el valor de la obra excediere notablemente al de la materia, no tendrá lugar lo
prevenido en el precedente inciso; salvo que se haya procedido a sabiendas.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 668. Si se edifica con materiales ajenos en suelo propio, el dueño del suelo
se hará dueño de los materiales por el hecho de incorporarlos en la construcción;
pero estará obligado a pagar al dueño de los materiales su justo precio, u otro
tanto de la misma naturaleza, calidad y aptitud.
Si por su parte no hubo justa causa de error, será obligado al resarcimiento de
perjuicios, y si ha procedido a sabiendas, quedará también sujeto a la acción
criminal competente; pero si el dueño de los materiales tuvo conocimiento del uso
que se hacía de ellos, sólo habrá lugar a la disposición del inciso anterior.
La misma regla se aplica al que planta o siembra en suelo propio vegetales o
semillas ajenas.
Mientras los materiales no están incorporados en la construcción o los vegetales
arraigados en el suelo, podrá reclamarlos el dueño.
Art. 669. El dueño del terreno en que otra persona, sin su conocimiento, hubiere
edificado, plantado o sembrado, tendrá el derecho de hacer suyo el edificio,
plantación o sementera, mediante las indemnizaciones prescritas a favor de los
poseedores de buena o mala fe en el título De la reivindicación, o de obligar al
que edificó o plantó a pagarle el justo precio del terreno con los intereses legales
por todo el tiempo que lo haya tenido en su poder, y al que sembró a pagarle la
renta y a indemnizarle los perjuicios.
38
Bienes. Gina Osorio Carvajal
LA TRADICIÓN
Concepto
Las reglas se contienen en los arts. 670 a 699. Además, deben considerarse:
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Caracteres
2. Es una convención
3. Es consecuencia de un título
Aplicación
40
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Por otra parte, mediante este modo se pueden adquirir tanto el dominio como los
otros derechos reales (art. 670, inc. 2º) y los derechos personales (Art. 699. La
tradición de los derechos personales que un individuo cede a otro se verifica por
la entrega del título hecha por el cedente al cesionario.). La ocupación y la
accesión, en este sentido, aparecen como modos de aplicación más limitada.
Entrega y tradición
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
"entrega o tradición"); otras utiliza "entrega" siendo más preciso "tradición" (art.
2196); otras expresa "tradición" siendo más preciso "entrega" (art. 2174, inc. 2º; el
art. 1443 emplea la expresión "tradición", lo que allí es parcialmente adecuado);
finalmente, hay ocasiones en que sí se ajusta a las acepciones expuestas (arts.
º
2212, 2174 inc. 1 , 2197; esta última disposición incurre sí en una redundancia).
Requisitos
1.1 El tradente
Debe ser plenamente capaz. El precepto (art 670) parece discriminar entre
tradente y adquirente en esta materia, ya que en el tradente exige "facultad" para
transferir y en el adquirente "capacidad" para adquirir con lo que pudiere
entenderse que no se le exige capacidad al primero. No es ése el alcance que ha
de darse al texto. Siendo una convención, el tradente debe ser plenamente
capaz; si no lo es, la sanción al acto es la que ordinariamente se establece para
los actos de los incapaces (dependiendo de la clase de incapacidad).
Se precisa que debe tener facultad de transferir el dominio, para dejar establecido
que requiere el denominado poder de disposición. Así, si el tradente es un
representante legal que entrega un bien del representado, deberá cumplir las
formalidades correspondientes, sin las cuales no tiene poder para enajenar
libremente. Si no tiene esa facultad, la sanción se encontrará en los preceptos
que regulan los actos respectivos, según la naturaleza del objeto, etc.
1.2 El adquirente
42
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Debe ser plenamente capaz, por la razón indicada para el tradente; está
celebrando un acto jurídico. La sanción por falta de capacidad, como también se
dijo para el tradente, será la ordinaria para estos casos.
Art. 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes
señalan, el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente
carecía, aunque el tradente no haya tenido ese derecho.
43
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 672. Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el
tradente o por su representante.
Una tradición que al principio fue inválida por haberse hecho sin voluntad del
tradente o de su representante, se valida retroactivamente por la ratificación del
que tiene facultad de enajenar la cosa como dueño o como representante del
dueño.
Art. 673. La tradición, para que sea válida, requiere también el consentimiento del
adquirente o de su representante.
Pero la tradición que en su principio fue inválida por haber faltado este
consentimiento, se valida retroactivamente por la ratificación.
Como en todo acto jurídico, el consentimiento de que aquí se trata debe estar
exento de vicios. Los vicios de que el consentimiento puede adolecer y las
normas a que se somete su análisis, son los comunes; pero el Código ha
señalado para la tradición algunas reglas especiales relativas al vicio de error.
Este puede recaer en la cosa tradida (art. 676, relacionado con el art. 1452), en la
persona (art. 676) o el título (art. 677).
Art. 677. El error en el título invalida la tradición, sea cuando una sola de las
partes supone un título translaticio de dominio, como cuando por una parte se
tiene el ánimo de entregar a título de comodato, y por otra se tiene el ánimo de
recibir a título de donación, o sea cuando por las dos partes se suponen títulos
translaticios de dominio, pero diferentes, como si por una parte se supone mutuo,
y por otra donación.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Según la regla general en Derecho Civil (art. 1448), la tradición también se puede
efectuar a través de representantes, legales o voluntarios; el Código, por otra
parte lo confirma expresamente (arts. 671, 672, 673, 674, 678).
Art. 671. Se llama tradente la persona que por la tradición transfiere el dominio de
la cosa entregada por él o a su nombre, y adquirente la persona que por la
tradición adquiere el dominio de la cosa recibida por él o a su nombre.
Pueden entregar y recibir a nombre del dueño sus mandatarios, o sus
representantes legales.
En las ventas forzadas que se hacen por decreto judicial a petición de un
acreedor, en pública subasta, la persona cuyo dominio se transfiere es el
tradente, y el juez su representante legal.
La tradición hecha por o a un mandatario debidamente autorizado, se entiende
hecha por o a el respectivo mandante.
Art. 672. Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el
tradente o por su representante.
Una tradición que al principio fue inválida por haberse hecho sin voluntad del
tradente o de su representante, se valida retroactivamente por la ratificación del
que tiene facultad de enajenar la cosa como dueño o como representante del
dueño.
Art. 673. La tradición, para que sea válida, requiere también el consentimiento del
adquirente o de su representante.
Pero la tradición que en su principio fue inválida por haber faltado este
consentimiento, se valida retroactivamente por la ratificación.
Art. 674. Para que sea válida la tradición en que intervienen mandatarios o
representantes legales, se requiere además que éstos obren dentro de los límites
de su mandato o de su representación legal.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 675. "Para que valga la tradición, se requiere un título traslaticio de dominio,
como el de venta, permuta, donación, etc.
Se requiere además que el título sea válido respecto de la persona a quien se
confiere. Así el título de donación irrevocable no transfiere el dominio entre
cónyuges."
Como de los contratos sólo nacen derechos personales y sólo con el modo de
adquirir se adquieren los derechos reales, bien puede decirse, desde el punto de
vista del modo, que la tradición requiere de un título traslaticio precedente, o que
el título traslaticio de dominio requiere, para cumplir lo pactado, que le siga la
tradición. Esta relación conduce a los autores nacionales a considerar al título
46
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Lo dicho aquí sobre el título y el modo se ha expresado más bien en relación con
el dominio, pero debe aplicarse también a los demás derechos reales. Mas es
necesario efectuar, para cada uno de ellos, algunas precisiones, que se verán al
tratarlos más adelante.
Art. 675. "Para que valga la tradición, se requiere un título traslaticio de dominio,
como el de venta, permuta, donación, etc.
Se requiere además que el título sea válido respecto de la persona a quien se
confiere. Así el título de donación irrevocable no transfiere el dominio entre
cónyuges."
En términos teóricos, la tradición que se efectúa sin título o con título que resulta
ser nulo, puede ser calificada de nula o de válida.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Estas opciones pueden ser aplicadas también ante títulos que posteriormente son
declarados resueltos, revocados, etc.
Pero la segunda parece ser la respuesta más conforme con el sistema general
implantado por el Código. a) Desde luego, la parte final del art. 675 muestra que
la regla parece estar dirigida más bien al traslado del dominio, sin referirse al
punto de la posesión. b) Por otra parte, el art. 704 tiene por títulos injustos para
poseer, al nulo (N° 3) y al aparente (Nº 4), de modo que allí se considera que el
que recibió por un título nulo, o en virtud de una apariencia de título, tiene título,
pero injusto, con lo cual es poseedor, aunque irregular, pudiendo llegar al dominio
por la prescripción extraordinaria. c) Además, hay que recordar que el Código
considera "título" para poseer, a la ocupación, lo que equivale a admitir la
posesión sin título, porque el que entra a poseer por ocupación no da justificación
de su posesión; ya que decir que se posee por ocupación es como afirmar que se
posee porque sí, que no es justificación. Entonces, si está admitido poseer por
ocupación (que equivale a decir sin título), no parece coherente impedir la
posesión si existe título pero nulo.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
4. Entrega
Efectos
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 671. Se llama tradente la persona que por la tradición transfiere el dominio de
la cosa entregada por él o a su nombre, y adquirente la persona que por la
tradición adquiere el dominio de la cosa recibida por él o a su nombre.
Pueden entregar y recibir a nombre del dueño sus mandatarios, o sus
representantes legales.
En las ventas forzadas que se hacen por decreto judicial a petición de un
acreedor, en pública subasta, la persona cuyo dominio se transfiere es el
tradente, y el juez su representante legal.
La tradición hecha por o a un mandatario debidamente autorizado, se entiende
hecha por o a el respectivo mandante.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
2. Si el tradente carecía del dominio sobre la cosa que entrega, pero tenía sobre
ella otro u otros derechos transferibles, como un usufructo, por ejemplo, los
transfiere con la tradición (art. 682; esta disposición habla de derechos
transmisibles, debiendo decir transferibles, como lo ha señalado la Corte
Suprema) (RDJ., t. 24, p. 200).
Art. 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes
señalan, el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente
carecía, aunque el tradente no haya tenido ese derecho.
El precepto citado pudiera inducir a pensar que la tradición sería título para
poseer, al disponer que da derecho a ganar por prescripción. En materia
posesoria, como se verá, se menciona como título a otros modos de adquirir el
dominio, mas no a la tradición, lo que es propio, puesto que la tradición es
consecuencia de un título. De manera que el rol consiste en poner en posesión
51
Bienes. Gina Osorio Carvajal
de la cosa al que la recibe, con lo que podrá llegar a ganarla por prescripción. Así,
al examinar la tradición decimos que ella requiere de un título; y al estudiar la
posesión, diremos también que ella requiere de un título; es el mismo (por ej., la
compraventa).
Otras cuestiones
Para determinar desde cuándo se puede exigir la tradición de lo que se deba, hay
que recurrir al título respectivo, del cual, como se ha dicho, la tradición es una
consecuencia. Allí constarán la obligación de efectuarla y la época en que el
acreedor podrá exigir esa tradición; allí se determinará desde cuándo la
obligación de efectuar la tradición es exigible. Así, si en el título se somete la
entrega a una condición suspensiva, habrá que esperar a que la condición se
cumpla; si se somete a un plazo suspensivo, luego que el plazo se cumpla (art.
681). Si nada se dice, será exigible desde que se perfeccione el título.
Finalmente, puede ocurrir que, exigible ya la tradición, se le notifique a quien
debe efectuarla una resolución judicial por la que se le ordene la retención,
embargo o prohibición de celebrar actos y contratos respecto de lo debido, antes
que entregue el objeto al acreedor (art. 681). En este último caso, el obligado a
efectuar la tradición se debe abstener de hacerla, siguiéndose, si lo hace, los
efectos indicados en los arts. 1578 y 1464.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
el art. 1489 (y respecto de terceros, se dispone de los arts. 1490 y 1491) (RDJ., t.
82, p. 1).
3.- También puede someterse a un plazo, aun cuando no lo precisa el Art. 680.
Debe repetirse nuevamente que tal modalidad y sus particularidades habrá que
buscarlas en el título. Con plazo suspensivo, la situación será poco común; debe
observarse que no se trata aquí de que la obligación de efectuar la tradición se
postergue para el futuro, sino que se conviene que la tradición que ahora se
efectúa empezará a producir sus efectos desde que llegue un cierto día. Se trata
también aquí de una tradición anticipada; vale lo dicho para la cláusula de reserva
de dominio. Tendrá lugar la tradición a plazo extintivo si se pacta que llegado
cierto día se extinguirá el dominio para el adquirente. (Aquí, como en el caso de
una condición resolutoria, puede configurarse un usufructo o un fideicomiso, que
serán tratados más adelante.)
Para estudiar las distintas formas de efectuar la tradición conviene proceder a las
siguientes distinciones: A) tradición de derechos reales sobre bienes muebles; B)
tradición de derechos reales sobre bienes inmuebles; C) tradición del derecho
real de herencia; D) tradición de derechos personales.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Reglamentan esta materia los arts. 684 y 685 del Código Civil; deben sí
agregarse algunas normas del Código de Comercio y textos especiales (como la
legislación sobre almacenes generales de depósito).
Para tratarla, es necesario formular una distinción fundamental entre tradición real
y tradición ficta o simbólica (estos dos últimos términos se emplearán aquí como
sinónimos; hay quienes les asignan diferencias).
1. Tradición real
Es la que se efectúa por una entrega real, o como la llama la doctrina antigua,
tradición "de mano a mano"; en ella la cosa tradida es materialmente entregada
por el tradens al accipiens, cumpliéndose los demás requisitos, que antes se han
indicado. Pero puede observarse que esta tradición mano a mano, por su
naturaleza, es tan sólo aplicable a las cosas que por su volumen y peso permiten
esta entrega material de una persona a otra.
55
Bienes. Gina Osorio Carvajal
2º "Mostrándosela".
3º "Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que
esté guardada la cosa".
Nuestro precepto no exige que el almacén, cofre, etc., esté a la vista de las
partes; la entrega de las llaves, propiamente, debe ser real.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Principio
Examinadas las diferentes formas de tradición ficta, puede observarse como idea
permanente en ellas la de que, aun sin realizarse la entrega real, material, al
operar estas formas simbólicas, el adquirente queda en la posibilidad de disponer
inmediatamente de la cosa tradida como poseedor. Aun en el caso de que quede
materialmente en poder del tradente, como en el constituto posesorio, debe
recordarse que éste queda sólo como mero tenedor, y si el adquirente no puede
aún disponer de la cosa materialmente, jurídicamente dispuso, en el acto mismo,
al aceptar que quedara la cosa en poder del tradente, por un acto voluntario suyo.
Prueba
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
El art. 685 establece una regla general para la tradición de esta clase de bienes
(inc.1º). Esta disposición está en relación con el art. 571, pero no hay conflicto
entre ellos, como parece desprenderse de un fallo (RDJ., t. 15, p. 338), porque
tratan materias diferentes: el art. 571 califica de muebles ciertos bienes, que la
doctrina llama muebles por anticipación; en tanto que el art. 685, inc. 1º, establece
la forma como se efectúa la tradición de estos bienes. El precepto regula una
forma de tradición real, al prescribir que la tradición se verifica en el momento de
la separación de estos objetos. Para que valga como tradición es necesario que
esa separación se efectúe "con permiso del dueño", pues ahí está, precisamente,
la voluntad del tradente.
Art. 685. Cuando con permiso del dueño de un predio se toman en él piedras,
frutos pendientes u otras cosas que forman parte del predio, la tradición se
verifica en el momento de la separación de estos objetos.
Aquél a quien se debieren los frutos de una sementera, viña o plantío, podrá
entrar a cogerlos, fijándose el día y hora de común acuerdo con el dueño.
Art. 571. Los productos de los inmuebles, y las cosas accesorias a ellos, como
las yerbas de un campo, la madera y fruto de los árboles, los animales de un
vivar, se reputan muebles, aun antes de su separación, para el efecto de
constituir un derecho sobre dichos productos o cosas a otra persona que el
dueño.
Lo mismo se aplica a la tierra o arena de un suelo, a los metales de una mina, y a
las piedras de una cantera.
El inc. 2º del art. 685 señala una regla de acceso a la propiedad ajena, de
carácter práctico (un acreedor pretende que se le pague lo que se le debe, pero
debe respetar la propiedad ajena; si el deudor se negare persistentemente, el
acreedor tendrá que ejercitar las acciones del título respectivo; si le deben la
entrega de esos objetos por un contrato, habrá incumplimiento de lo pactado).
58
Bienes. Gina Osorio Carvajal
efectúa la tradición del conjunto de árboles, en tanto que empleando el art. 685, la
tradición se va efectuando por cada árbol, conforme se vayan cortando).
Valor comparativo
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 1817. Si alguien vende separadamente una misma cosa a dos personas, el
comprador que haya entrado en posesión será preferido al otro; si ha hecho la
entrega a los dos, aquel a quien se haya hecho primero será preferido; si no se
ha entregado a ninguno, el título más antiguo prevalecerá.
Una buena parte de las legislaciones, entre ellas la nuestra, contienen normas
especiales respecto de algunos bienes muebles que por necesidades de
organización y control del tráfico se someten al sistema de registro, en
condiciones similares a los inmuebles. Así ocurre, por ejemplo, con las naves, las
aeronaves, los vehículos motorizados terrestres. Al exigirse su inscripción en un
Registro especial y dejarse constancia en dicho Registro de cada transferencia de
su dominio, se ha discutido, en casos de textos insuficientes, si la inscripción
registral desempeña o no la función de tradición.
Art. 684. La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando
una de las partes a la otra que le transfiere el dominio, y figurando esta
transferencia por uno de los medios siguientes:
1. Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente;
2. Mostrándosela;
3. Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que
esté guardada la cosa;
4. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar
convenido; y
5. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la
cosa mueble como usufructuario, arrendatario, comodatario, depositario, o a
60
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Pero con la dictación del Código se estableció entre nosotros, según es norma en
la organización de la propiedad territorial en los tiempos modernos, un sistema de
transferencia para los derechos sobre inmuebles, en base a un Registro. Este
sistema de propiedad registral, en términos generales, otorga publicidad a las
mutaciones jurídicas de los inmuebles con ventajas en la circulación de la
propiedad inmueble, evitando la clandestinidad de las transferencias, y facilitando
con ello el crédito con garantía territorial.
El art. 686 del Código dispone: "Se efectuará la tradición del dominio de los
bienes raíces por la inscripción del título en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de
uso constituidos en bienes raíces, de los derechos de habitación o de censo y del
derecho de hipoteca.
61
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Relacionando esta disposición con otros textos vigentes, puede concluirse que la
tradición del dominio y otros derechos reales sobre inmuebles se efectúa por la
inscripción del título en el Registro del Conservador de Bienes Raíces (art. 686),
con excepción de la tradición del derecho real de servidumbre, que se efectúa en
la forma prescrita en el art 698 (salvo el caso de la servidumbre de alcantarillado
en predios urbanos, en el que se vuelve a la regla del art. 686, efectuándose por
inscripción en el Registro del Conservador; Ley 6.977, D.O. de 16 de julio de
1941). En cuanto a la tradición del derecho real de herencia, la forma de
efectuarla es discutida entre nosotros, según se tratará más adelante.
2. Inscripciones o transcripciones
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
3. Legalidad
Las normas legales fundamentales sobre la materia están contenidas en los arts.
686 y sgts. del CC. y, en virtud de lo prescrito en el art. 695, en el Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces, de 24 de Junio de 1852.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 686. Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la
inscripción del título en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de
uso constituidos en bienes raíces, de los derechos de habitación o de censo y del
derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de
Minería.
El Repertorio
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Artículo 27: “las anotaciones se harán en este libro bajo una serie general de
números, siguiendo el orden de la presentación de los títulos.”
Artículo 30: “Es aplicable al repertorio lo dispuesto para los registros parciales en
el artículo 38.”
Artículo 38: “Cada uno de los registros parciales se abrirá al principio de año con
un certificado en que haga mención de la primera inscripción que va a hacerse
con él; y se cerrará al fin del año con otro certificado, escrito todo por el
conservador en que se exprese el número de fojas y de inscripciones que
contiene, el de las que han quedado sin efecto, las enmendaduras de la foliación,
y cuanta particularidad pueda influir en lo substancial de las inscripciones y
conduzca a precaver suplantaciones y otros fraudes.”
El Registro
Artículo 32: “Se inscribirán en el primero las translaciones de dominio; (o sea, las
transferencias, transmisiones y adquisiciones por prescripción)
En el segundo, las hipotecas, los censos, los derechos de usufructo, uso y
habitación, los fideicomisos, las servidumbres y otros gravámenes semejantes;
En el tercero, las interdicciones y prohibiciones de enajenar e impedimentos
relacionados en el artículo 53, número 3°”
Artículo 33: “En cada uno de los mencionados Registros se inscribirán también
las respectivas cancelaciones, subinscripciones y demás concernientes a las
inscripciones hechas en ellos”
65
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Estos Registros parciales tienen las características materiales que indican los
arts. 34 y sgts.
Art. 34. Los Registros parciales se llevarán en papel sellado de segunda clase, y
se organizarán del mismo modo que los protocolos de los escribanos públicos.
Art. 37. Las inscripciones se harán en cada Registro bajo una serie particular de
números, independiente de la serie general del Repertorio.
Art. 38. Cada uno de los Registros parciales se abrirá al principio de año con un
certificado en que se haga mención de la primera inscripción que va a hacerse
con él; y se cerrará al fin de año con otro certificado, escrito todo por el
Conservador en que se exprese el número de fojas y de inscripciones que
contiene, el de las que han quedado sin efecto, las enmendaturas de la foliación,
y cuanta particularidad pueda influir en lo substancial de las inscripciones y
conduzca a precaver suplantaciones y otros fraudes.
Art. 39. Los documentos que el Conservador debe retener según el artículo 85,
se agregarán numerados al final de los respectivos Registros, por el mismo orden
de las inscripciones.
Cada Registro parcial contiene un índice por orden alfabético con los nombres de
los otorgantes (art. 41); este índice es de especial importancia práctica para la
ubicación de los títulos. Además, “en un apéndice de este índice se inventariarán
los documentos agregados al fin de cada Registro” (art. 42).
Art. 41. Cada Registro contendrá un índice por orden alfabético, destinado a
colocar separadamente el nombre de los otorgantes, el apellido de los mismos y
el nombre del fundo, materia de la inscripción.
El Índice General
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 43. Se llevará también un libro de índice general, por orden alfabético, el cual
se formará a medida que se vayan haciendo las inscripciones en los tres
Registros. En él se abrirán las mismas partidas que en el índice particular.
Art. 44. Las partidas de ambos índices, además del nombre de los otorgantes,
enunciarán el nombre particular del fundo, la calle en que estuviere situado,
siendo urbano, y si rústico, la subdelegación, la naturaleza del contrato o
gravamen, la cita de la foja y número de la inscripción.
El índice general citará también el Registro parcial en que se halla la inscripción.
Art. 45. Los índices generales se cerrarán anualmente con un certificado que
pondrá el Conservador al final de cada serie alfabética de partidas; y se
continuará el mismo índice después de los certificados de cada serie, si en el libro
hubiere bastante capacidad para ello.
Art. 46. Es aplicable a los índices generales lo dispuesto, respecto del Repertorio,
en los artículos 22 y 23.
Art. 22. El expresado libro estará encuadernado, foliado y cubierto con tapa firme.
Art. 23. En la primera página, el juez pondrá constancia bajo su firma y la del
Conservador, del número de fojas que contenga el libro.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 49. En orden a la guarda de los Registros incumben a los Conservadores los
mismos deberes y obligaciones que a los escribanos. Son, no obstante,
esencialmente públicos todos ellos; por consiguiente, es permitido a cualquiera
consultarlos en la misma oficina y tomar los apuntes que crea convenientes.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 97. La multa será impuesta sin ulterior recurso por el juez de primera
instancia del departamento, y sin necesidad de más trámite que las diligencias
necesarias para averiguar el hecho.
a) El art. 52 del Regl. enumera los títulos que deben inscribirse en el Registro.
Esta disposición debe complementarse con varias del Código, que regulan las
instituciones a que se refiere este precepto. Además, distintos textos legales han
dispuesto también la obligación de inscribir otros títulos.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Artículo 453 CPC: “Si el embargo recae sobre bienes raíces o derechos reales
constituidos en ellos, no producirá efecto alguno legal respecto de terceros sino
desde la fecha en que se inscriba en el respectivo registro conservatorio en
donde estén situados los inmuebles.
El ministro de fe que practique el embargo, requerirá inmediatamente su
inscripción y firmará con el conservador respectivo y retirará la diligencia en el
plazo de veinticuatro horas.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Se ha sostenido que debe negarse, en base al art. 13 del Regl., porque sería un
caso en que la inscripción es “legalmente inadmisible”. Se configuraría un
“impedimento de registro”: al existir una prohibición de enajenar vigente, inscrita,
la coherencia del Registro conduce a considerar legalmente inadmisible un título
que contradice aquella inscripción. Y ese impedimento registral -se agrega- es
independiente de la suerte que en términos substantivos, civiles, tenga la
estipulación.
71
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Estas materias están reguladas principalmente en los Títs. VI y VII del Regl., arts.
54 y sgts.
Arts. 54 del Regl., 687 del CC. y 659 del CPC. Si se efectúa en el Registro de una
comuna que no corresponde, ella será inútil, teniendo aplicación el art. 696 del
CC.
Art. 54. La inscripción del título de dominio y de cualquiera otro de los derechos
reales mencionados en el artículo 52, números 1º y 2º, se hará en el Registro
Conservatorio del departamento en que esté situado el inmueble, y si éste por su
situación pertenece a varios departamentos, deberá hacerse la inscripción en la
oficina de cada una de ellos.
Si el título es relativo a dos o más inmuebles, deberá inscribirse en los Registros
de todos los departamentos a que por su situación pertenecen los inmuebles.
Si por un acto de partición se adjudican a varias personas los inmuebles o parte
de los inmuebles que antes se poseían proindiviso, el acto de partición, en lo
relativo a cada inmueble o cada parte adjudicada, se inscribirá en el
departamento o departamentos a que por su situación corresponda dicho
inmueble o parte.
Art. 687 CC. La inscripción del título de dominio y de cualquier otro de los
derechos reales mencionados en el artículo precedente, se hará en el Registro
Conservatorio del territorio en que esté situado el inmueble y si éste por situación
pertenece a varios territorios, deberá hacerse la inscripción en el Registro de
cada uno de ellos.
Si el título es relativo a dos o más inmuebles, deberá inscribirse en los Registros
Conservatorios de todos los territorios a que por su situación pertenecen los
inmuebles.
Si por un acto de partición se adjudican a varias personas los inmuebles o parte
de los inmuebles que antes se poseían proindiviso, el acto de partición relativo a
cada inmueble o cada parte adjudicada se inscribirá en el Registro Conservatorio
en cuyo territorio esté ubicado el inmueble.
Art. 659 CPC: en las enajenaciones que se efectúen por conducto de partidor, se
considerará a este representante legal de los vendedores, y en tal carácter
subscribirá los instrumentos que, con motivos de dichas enajenaciones, haya
necesidad de otorgar. También podrá autorizar al comprador o adjudicatario o a
un tercero para que por si solo subscriba la inscripción de la transferencia en el
conservador respectivo.
72
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Todo acuerdo de las partes o resolución del partidor que contenga adjudicación
de bienes raíces se reducirá a escritura pública, y sin esta solemnidad no podrá
efectuarse la inscripción en el conservador.”
Art. 56. Los decretos de interdicción, los que prohíben o limitan generalmente el
derecho de enajenar y los demás que no se contraigan a determinado inmueble,
se inscribirán en el departamento en donde tenga su domicilio la persona sobre
quien recae el decreto o prohibición. Se inscribirán también en el departamento o
departamentos en que estén situados los inmuebles que le pertenecieren.
Si la prohibición o limitación recayeren sobre un inmueble determinado, la
inscripción deberá hacerse en el departamento o departamentos en que estuviere
situado el inmueble.
La inscripción se debe solicitar exhibiendo copia auténtica del título o del decreto
judicial en su caso (arts. 690 del CC. y 57 del Regl.)
Art. 60. Los interesados pueden pedir la inscripción por sí, por medio de personeros o
de sus representantes legales.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Anotación en el Repertorio
Art. 24. Cada página del Repertorio se dividirá en cinco columnas, destinadas a
recibir las enunciaciones siguientes:
1ª. El nombre y apellido de la persona que presenta el título.
2ª. La naturaleza del acto o contrato que contenga la inscripción que trata de
hacerse.
3ª. La clase de inscripción que se pide; por ejemplo, si es de dominio, hipoteca,
etc.
4ª. La hora, día y mes de la presentación.
5ª. El Registro parcial en que, según el artículo 32, debe hacerse la inscripción, y
el número que en él le corresponde.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 67. Sólo podrá omitirse la formalidad prevenida en el artículo 65, en el caso
de que el requirente, persuadido de la justicia con que el Conservador rehúsa la
inscripción, declare expresamente que desiste de ella y que retira su título.
Art. 18. La parte perjudicada con la negativa del Conservador, ocurrirá al juez de
primera instancia del departamento, quien en vista de esta solicitud y de los
motivos expuestos por el Conservador, resolverá por escrito y sin más trámite lo
que corresponda.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 17. Convertida la anotación en inscripción, surte ésta todos los efectos de tal
desde la fecha de la anotación, sin embargo de cualesquiera derechos que hayan
sido inscritos en el intervalo de la una a la otra.
La regla general es que el Conservador está obligado a inscribir los títulos que se
le presenten (arts. 12, 13, 14, 25 y 70). Y debe hacerlo sin retardo (arts. 13 y 70).
En caso de negativa, estampará el motivo en el título (art. 14, inc. final), dejando
constancia en el Repertorio (art. 25). El perjudicado podrá reclamar (arts. 18 y
sgts.).
1) En el art. 13 hay sólo una causal -genérica- ilustrada con varios ejemplos.
Puede rehusar inscribir “si la inscripción es en algún sentido legalmente
inadmisible”.
Puede constatarse que los ejemplos se refieren a defectos formales del título; no
a la substancia del acto o contrato contenido en él. Esta observación induce a
concluir que la expresión “en algún sentido legalmente inadmisible” está referida
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
en general, a ese campo: infracciones legales en las formas de los títulos. Sólo
uno de los ejemplos permite dudar sobre su naturaleza (formal o substancial): el
penúltimo, “si es visible en el título algún vicio o defecto que lo anule
absolutamente”. Puede verse que, aunque redactado como ejemplo, es bastante
amplio. Permite la duda porque, por una parte, siguiendo la tendencia de los
otros, podría entenderse referido sólo a vicios formales del título, que provoquen
nulidad absoluta, y que no estén incluidos en los anteriores; además, en el Regl.,
como en general en la materia registral, el término “título” se emplea
principalmente en el sentido instrumental (formal). Y, por otra, podría estimarse
que se refiere a defectos de toda naturaleza, formales o substanciales del acto
que provoquen nulidad absoluta, ya que la norma no distingue.
2) En el art. 14 hay dos causales, que son bien específicas. En todo caso, la
segunda es de extrema importancia para el funcionamiento del sistema.
Contenido de la inscripción
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 692. Siempre que se transfiera un derecho que ha sido antes inscrito, se
mencionará la precedente inscripción en la nueva.
Subinscripciones
Los errores, omisiones u otras modificaciones que sea necesario efectuar una vez
practicada la inscripción, se salvan a su margen derecho, mediante las llamadas
“subinscripciones”. Las subinscripciones son, pues, anotaciones escritas al
margen de la inscripción, en la forma y para las finalidades que el Regl. señala
(arts. 88, 89 y 91).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Cancelaciones
Cancelar una inscripción es dejarla sin efecto. El Regl. ha dispuesto que las
cancelaciones de inscripciones se efectúen mediante subinscripciones (art. 91),
es decir, por notas marginales. Pero en esta materia debe tenerse presente el art.
728 del Código, según el cual para que cese la posesión inscrita es necesario que
la inscripción se cancele: por voluntad de las partes, por una nueva inscripción en
que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por sentencia judicial.
Ahora bien, en el segundo caso, la subinscripción a que se refiere el art. 91 no es
indispensable para la cancelación: el dueño de un inmueble que tiene inscrito a
su nombre el predio, lo vende; el comprador inscribe la venta, y en virtud de esa
inscripción se canceló la anterior; por el art. 91, el Conservador subinscribe al
margen de la anterior (ya cancelada por la nueva) esta mutación, sólo para la
conveniencia del Registro.
Art. 728. Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se
cancele, sea por voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que el
poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por decreto judicial.
Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el
título inscrito, no adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión existente.
Son varias las exigencias que debe reunir una inscripción. La mayoría de ellas
son requisitos establecidos en consideración a la naturaleza del acto de
inscripción, por lo que su infracción traerá como sanción la nulidad absoluta de la
misma; y la consecuencia de dicha nulidad habrá de buscarse en el rol que en
cada caso cumple la inscripción (en este punto debe tenerse en cuenta lo
dispuesto en el art. 696 del Código). Así piensa Daniel Peñailillo.
Art. 696. Los títulos cuya inscripción se prescribe en los artículos anteriores, no
darán o transferirán la posesión efectiva del respectivo derecho, mientras la
inscripción no se efectúe de la manera que en dichos artículos se ordena, pero
esta disposición no regirá sino respecto de los títulos que se confieran después
del término señalado en el reglamento antedicho.
80
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Finalidades de la inscripción
Art. 686. Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la
inscripción del título en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de
uso constituidos en bienes raíces, de los derechos de habitación o de censo y del
derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de
Minería.
Art. 2513. La sentencia judicial que declara una prescripción hará las veces de
escritura pública para la propiedad de bienes raíces o de derechos reales
constituidos en ellos; pero no valdrá contra terceros sin la competente inscripción.
Art. 724. Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en
el Registro del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por este
medio.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 728. Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se
cancele, sea por voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que el
poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por decreto judicial.
Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el
título inscrito, no adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión existente.
Art. 767. El usufructo que haya de recaer sobre inmuebles por acto entre vivos,
no valdrá si no se otorgare por instrumento público inscrito.
Art. 735. Los fideicomisos no pueden constituirse sino por acto entre vivos
otorgado en instrumento público, o por acto testamentario.
La constitución de todo fideicomiso que comprenda o afecte un inmueble, deberá
inscribirse en el competente Registro.
La tradición del dominio y demás derechos reales sobre inmuebles se efectúa por
inscripción (art.686), con las excepciones que se han mencionado.
Art. 686. Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la
inscripción del título en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de
uso constituidos en bienes raíces, de los derechos de habitación o de censo y del
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de
Minería.
Entrega material
Como el dominio se puede adquirir por un solo modo, cuando opera uno distinto
de la tradición, la inscripción es innecesaria para el fin de transferir el dominio,
aunque puede ser útil para otros roles que también cumple. Así se ha fallado
respecto de la expropiación, en que el dominio lo adquiere el expropiante por el
título y modo ley (RDJ., t. 35, p. 520)
Tradición de cuotas
Art. 684. La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando
una de las partes a la otra que le transfiere el dominio, y figurando esta
transferencia por uno de los medios siguientes:
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 580. Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según
lo sea la cosa en que han de ejercerse, o que se debe. Así el derecho de
usufructo sobre un inmueble, es inmueble. Así la acción del comprador para que
se le entregue la finca comprada, es inmueble; y la acción del que ha prestado
dinero, para que se le pague, es mueble.
Art. 1815. La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño
de la cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
En este caso la forma de efectuar la tradición de esta cuota es la misma que para
la tradición de cuota en cosa singular, recién mencionada, distinguiéndose según
la cosa sea mueble o inmueble (Así, Jurisprudencia, R. de la Asoc. de Empl. del
P. Judic. Nº 36, p. 33)
En primer lugar, deben tenerse presentes una vez más las varias dificultades
doctrinarias que han de sortearse para llegar a la etapa de la tradición de la cuota
de una universalidad. Hay discusión sobre el concepto de universalidad y sobre
los de universalidad jurídica y de hecho. Luego aparece el desacuerdo sobre la
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 580. Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según
lo sea la cosa en que han de ejercerse, o que se debe. Así el derecho de
usufructo sobre un inmueble, es inmueble. Así la acción del comprador para que
se le entregue la finca comprada, es inmueble; y la acción del que ha prestado
dinero, para que se le pague, es mueble.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 55. Para que el heredero pueda disponer de un inmueble, es necesario que
preceda:
1º. El decreto judicial que da la posesión efectiva; este decreto se inscribirá en la
oficina del Conservador del departamento en que haya sido pronunciado,
entendiéndose por tal aquel en que se hubiese substanciado el expediente; y si la
sucesión es testamentaria, se inscribirá al mismo tiempo el testamento;
2º. Las inscripciones especiales prevenidas en los incisos primero y segundo del
artículo precedente; en virtud de ellas podrán los herederos disponer de consuno
de los inmuebles hereditarios;
3º. La inscripción especial prevenida en el inciso tercero; sin esto no podrá el
heredero disponer por sí solo de los inmuebles hereditarios que en la partición le
hayan cabido.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Las exigencias indicadas no impiden sí, como se ha resuelto, que los comuneros
se adjudiquen, entre ellos, inmuebles en pago de sus cuotas, desde que esas
adjudicaciones no implican "disposición", sino solamente radicación de los de-
rechos cuotativos en bienes determinados (RDJ., t. 30, p. 552)
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
º
Registro, que son de orden público (RDJ., t. 2, p. 393; Gaceta de 1875, N 939).
Posteriormente, aplicando la distinción entre título y modo, entendiendo que
cuando el Código exige esas inscripciones lo hace para que se pueda "disponer",
lo que equivale a "enajenar", y recordando que la cosa se hace ajena al operar el
modo, estimó válido el contrato por el que el heredero vende el inmueble sin
efectuar esas inscripciones, ya que con él aún no "dispone" (RDJ., t. 8, p. 433)
(Aquí, sin embargo, podría recordarse también lo que establece el art. 1810 del
Código. Debe agregarse además que si "disponer" se estima equivalente a
"enajenar", hay que entender por enajenar no sólo transferir el dominio, sino
también constituir cualquier otro derecho real, como si el heredero pretende hipo-
tecar un inmueble hereditario). Después, otro fallo relacionó el precepto del art.
688 con el art. 696, el cual prescribe que mientras las inscripciones indicadas en
los textos que le preceden no se practiquen, no se dará o transferirá el respectivo
derecho, lo que implica afirmar que si después se efectúan, se transfiere el
respectivo derecho; ello destierra la posibilidad de nulidad absoluta del título, que
no puede sanearse por voluntad de las partes (RDJ., t. 10, p. 54). Más tarde se
ha continuado insistiendo que la sanción por disponerse de un inmueble sin esas
inscripciones no es la nulidad, ni del titulo (por ej., compraventa) ni de la tradición,
sino que es la que señala el art. 696; mientras no se efectúan, no se da o
transfiere el respectivo derecho (RDJ., t. 23, p. 129). A esa solución se había
llegado también en una época pretérita (por ej., Gaceta de 1876, sent. Nº 2.484,
p. 1281; Gaceta de 1890, t. 1, sent. Nº 2.516, p. 1339).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
inscripciones, con transgresión del tenor del artículo 688, ya que, según él,
"mientras" no se efectúen, no se puede disponer (estas observaciones pueden
serse con mayores explicaciones en Otárola, Waldo, ob. cit., pp. 57 y ss., que las
relaciona a propósito de su estudio sobre reinscripciones).
La inscripción en la prescripción
Los arts. 689 y 2513 del Código y el art. 52 del Regl., requieren que la sentencia
que declara la prescripción adquisitiva relativa a inmuebles, se inscriba en el
Registro del Conservador. Siendo la prescripción un modo de adquirir, es
evidente que la inscripción no desempeña en este caso el rol de tradición,
funciona aquí para mantener la historia de la propiedad raíz, dar publicidad y así
hacer oponible a terceros los efectos del fallo y, en general, obtener las ventajas
de la posesión inscrita.
Art. 689. Siempre que por una sentencia ejecutoriada se reconociere, como
adquirido por prescripción, el dominio o cualquiera otro de los derechos
mencionados en los artículos 686 y siguientes, servirá de título esta sentencia, y
se inscribirá en el respectivo Registro o Registros.
Art. 2513. La sentencia judicial que declara una prescripción hará las veces de
escritura pública para la propiedad de bienes raíces o de derechos reales
constituidos en ellos; pero no valdrá contra terceros sin la competente inscripción.
91
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 1463. El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no
puede ser objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el
consentimiento de la misma persona.
Las convenciones entre la persona que debe una legítima y el legitimario,
relativas a la misma legítima o a mejoras, están sujetas a las reglas especiales
contenidas en el título De las asignaciones forzosas.
Art. 1466. Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar,
en la venta de libros cuya circulación es prohibida por autoridad competente, de
láminas, pinturas y estatuas obscenas, y de impresos condenados como abusivos
de la libertad de la prensa; y generalmente en todo contrato prohibido por las
leyes.
Artículo 1204. Si el difunto hubiere prometido por escritura pública entre vivos a
su cónyuge o a alguno de sus descendientes o ascendientes, que a la sazón era
legitimario, no donar, ni asignar por testamento parte alguna de la cuarta de
mejoras, y después contraviniere a su promesa, el favorecido con ésta tendrá
derecho a que los asignatarios de esa cuarta le enteren lo que le habría valido el
cumplimiento de la promesa, a prorrata de lo que su infracción les aprovechare
Cualesquiera otras estipulaciones sobre la sucesión futura, entre un legitimario y
el que le debe la legítima, serán nulas y de ningún valor.
92
Bienes. Gina Osorio Carvajal
de efectuarse la tradición. Pero como las transferencias por actos entre vivos, en
nuestro Derecho, se efectúan por la concurrencia de un título y el modo, ellos
deben también aquí configurarse; tratándose del título, el más frecuente será la
compraventa (la venta de una sucesión hereditaria requiere de escritura pública,
art. 1801) (Respecto de otros títulos traslaticios de dominio, como donación,
permuta, etc., ver Verdugo Lara, Raúl: Cesión del derecho real de herencia, Con-
cepción, 1952, pp. 46 y ss.; RDJ, t. VII, Prim. Parte, pp. 8 y ss., Gaceta de 1895,
t. III, sent. 3.746, p. 340; 1926, sent. 129, p. 574).
Art. 1909. El que cede a título oneroso un derecho de herencia o legado sin
especificar los efectos de que se compone, no se hace responsable sino de su
calidad de heredero o de legatario.
Art. 1801. La venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la
cosa y en el precio; salvas las excepciones siguientes.
La venta de los bienes raíces, servidumbre y censos, y la de una sucesión
hereditaria, no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado
escritura pública.
Los frutos y flores pendientes, los árboles cuya madera se vende, los materiales
de un edificio que va a derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al
suelo, como piedras y sustancias minerales de toda clase, no están sujetos a esta
excepción.
Según algunos (como don José Ramón Gutiérrez, ver su estudio "Cesión de
derechos hereditarios", en RDJ., t. VII, Prim. Parte, pp. 8 y ss.), fundados
principalmente en el art. 580, la herencia es clasificable como mueble o inmueble,
según los bienes que la integran. Así, si la herencia de que se trata se compone
sólo de muebles, su tradición se someterá a las reglas de éstos (art. 684); si se
compone de muebles e inmuebles, será mixta, y si sólo de inmuebles será bien
93
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Por último, debe observarse que, según se dispone en el propio art. 1909, se
puede transferir no sólo el derecho a una herencia, sino también el derecho a un
legado. Si se supone que el legatario vende su "derecho a un legado", cómo ha
de efectuar la tradición subsiguiente. Según una doctrina, al parecer mayoritaria,
el legatario de especie o cuerpo cierto adquiere el dominio de la cosa legada por
sucesión por causa de muerte, al fallecimiento del causante, y el de género ad-
quiere un crédito contra la sucesión (ver Claro Lagarrigue, Luis, ob. cit., pp. 26 y
sgts., con cita de jurisprudencia. Ver también RDJ., t. 65, secc. 2a, p. 14). Con
esto, se puede concluir que tratándose de legado de especie o cuerpo cierto,
cuando el legatario pretende transferir su "derecho al legado" estaría transfiriendo
el dominio de la cosa legada, que ya ha adquirido, por lo que la tradición no tiene
novedad; se efectuará como lo imponga la naturaleza mueble o inmueble de la
cosa (arts. 684 ó 686). Si es legatario de género, él sí tiene, y, por lo tanto, puede
transferir, su "derecho al legado". Y para determinar cómo se efectúa la tradición,
hay que remitirse a las reglas de tradición de los derechos personales (créditos)
(ver RDJ., t. 33, p. 219; se cedió "un legado de dinero", y se concluyó que se
aplican ahí las normas de tradición de derechos personales).
94
Bienes. Gina Osorio Carvajal
En cuanto a la herencia. Una vez más surge aquí la controversia relatada al tratar
la tradición del derecho de herencia.
95
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 699. La tradición de los derechos personales que un individuo cede a otro se
verifica por la entrega del título hecha por el cedente al cesionario.
En cuanto a los créditos que no constan por escrito, bien podría concluirse que no
pueden transferirse, porque no habría manera de cumplir a su respecto con el art.
1901. La jurisprudencia ha estimado que es posible transferirlos (Gaceta de 1892,
º º
t. 2 , N 1531, p. 5, y algunos, de los fallos antes citados), y la doctrina tampoco ve
inconvenientes (así, Silva Bascuñán, Alejandro, De la cesión de derechos,
Santiago, 1933, p. 125; ahí se citan otros autores en el mismo sentido). Queda
claro que en tales ocasiones no es posible cumplir con la exigencia de la entrega
del título, por lo que su tradición habrá que entenderla efectuada por una especial
declaración en el sentido de que se transfiere el dominio del respectivo crédito
(así, Silva Bascuñán, Alejandro, ob. cit., p. 127), declaración que podrá
expresarse en el mismo acto o contrato (venta del crédito, por ej., ello implica,
como en otros casos de tradición que se efectúa en similares términos, práctica-
mente conferir un efecto real al contrato).
96
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 1913. El deudor no será obligado a pagar al cesionario sino el valor de lo que
éste haya dado por el derecho cedido, con los intereses desde la fecha en que se
haya notificado la cesión al deudor.
Se exceptúan de la disposición de este artículo las cesiones enteramente
gratuitas; las que se hagan por el ministerio de la justicia; y las que van
comprendidas en la enajenación de una cosa de que el derecho litigioso forma
una parte o accesión.
Exceptúanse asimismo las cesiones hechas:
1. A un coheredero o copropietario por un coheredero o copropietario, de un
derecho que es común a los dos;
2. A un acreedor en pago de lo que le debe el cedente;
3. Al que goza de un inmueble como poseedor de buena fe, usufructuario o
arrendatario, cuando el derecho cedido es necesario para el goce tranquilo y
seguro del inmueble.
Art. 1914. El deudor no puede oponer al cesionario el beneficio que por el artículo
precedente se le concede, después de transcurridos nueve días desde la
notificación del decreto en que se manda ejecutar la sentencia.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
LA POSESION Y LA PRESCRIPCION
La posesión
Entre los temas principales de discordia, todos ellos, desde luego, conectados,
pueden mencionarse: a) la concepción de la posesión fundamentalmente objetiva
o subjetiva; b) su autonomía o dependencia de la propiedad; c) su naturaleza
jurídica como un hecho o un derecho; d) el fundamento de la protección
posesoria (un resumen, escueto, sobre estos temas, puede verse en Salas, Ma-
riano: Síntesis de las teorías sobre la posesión, Edit. Jurídica de Chile, Santiago,
1950).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Definición y elementos
Art. 720. La posesión puede tomarse no sólo por el que trata de adquirirla para sí,
sino por su mandatario, o por sus representantes legales.
1. La tenencia (corpus)
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Mera tenencia
Art. 714. Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa, no como
dueño, sino en lugar o a nombre del dueño. El acreedor prendario, el secuestre,
el usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho de habitación, son meros
tenedores de la cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o habitación
les pertenece.
101
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Ventajas
Aparte del provecho material que un poseedor obtiene de la cosa que posee, en
Derecho la posesión confiere varias ventajas, entre las que pueden señalarse:
Art. 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes
señalan, el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente
carecía, aunque el tradente no haya tenido ese derecho.
Art. 2498. Se gana por prescripción el dominio de los bienes corporales raíces o
muebles, que están en el comercio humano, y se han poseído con las
condiciones legales.
Se ganan de la misma manera los otros derechos reales que no están
especialmente exceptuados.
b) Otorga una presunción legal de dominio (art. 700, inc. 2°El poseedor es
reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo.);
c) Está protegida con las acciones posesorias (arts. 916 y ss.) y, en ciertas
situaciones, con la reivindicatoria (llamada aquí "acción publiciana", art. 894);
Art. 916. Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la
posesión de bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellos.
d) En ciertos casos puede hacer suyos los frutos de la cosa poseída (art. 907,
inc. 3º).
102
Bienes. Gina Osorio Carvajal
en su poder.
El poseedor de buena fe no es obligado a la restitución de los frutos percibidos
antes de la contestación de la demanda: en cuanto a los percibidos después,
estará sujeto a las reglas de los dos incisos anteriores.
En toda restitución de frutos se abonarán al que la hace los gastos ordinarios que
ha invertido en producirlos.
Del propio art. 700 queda claro que la posesión ha de recaer sobre cosas
determinadas, lo que deriva de su propia naturaleza, y como ocurre igualmente
con el dominio. No es posible concebir la posesión sobre cosas inciertas, o
indicadas sólo por su género (RDJ.,t. 16, p. 593), lo cual no impide la posibilidad
de que dos o más personas posean en común una cosa singular, y en tal caso,
cada comunero tiene la posesión de su cuota (RDJ., t. 52. p. 311).
En nuestro Código, por los arts. 700 y 715 queda claro que se comprende a los
bienes corporales como a los incorporales. No precisó, sin embargo en qué ha de
consistir esa posesión sobre las cosas incorporales; hay que entender, como lo
estima la doctrina, que consiste en el goce o disfrute del derecho respectivo (ver
art. 430 del CC. español). Pero queda pendiente la dificultad de si estos textos
incluyen a los derechos personales.
103
Bienes. Gina Osorio Carvajal
b) En cuanto a las cosas incorporales, los términos amplios del art. 715 inducen a
concluir que pueden poseerse tanto los derechos reales como los personales,
pues ambos son cosas incorporales, en la nomenclatura del Código (arts. 565 y
576). Ello se vería confirmado por el art. 2456 y sobre todo por el 1576, que habla
precisamente de un "poseedor de crédito"; así lo entienden también algunos auto-
res (Barros Errázuriz, Alfredo, ob. cit., t. I, Nº 309; Rosende, Hugo, ob. cit., p. 96;
Peñaherrera; Víctor: La posesión, Edit. Universitaria, Quito, 1965, p. 36. V.
también RDJ., t. 46, p. 541). Sin embargo, se ha sostenido insistentemente en la
doctrina extranjera (De Ruggiero, Roberto, ob. cit., 1.1, p. 813, por ej.) que no es
posible extender la posesión a los derechos personales que no permiten un
ejercicio continuado, como es posible en los derechos reales. Aquellos se agotan
al ejercerlos (al cobrar el crédito). (Aunque puede responderse que, al menos en
créditos de dinero, podrían ejercerse actos de poseedor sin agotarse; por ej.,
cobrando periódicamente los intereses.) Las legislaciones extranjeras también la
limitan a los reales. Pescio, entre nosotros, no acepta la posesión de los derechos
personales, aun ante las expresiones legales citadas, estimando que el art. 1576
se está refiriendo no propiamente a la posesión sino a un "titular" aparente del
crédito; el Mensaje, en la sección respectiva, confirmaría su afirmación (Pescio,
Victorio, ob. cit., t. IV, p. 231; en el mismo sentido, Alessandri, Somarriva y
Vodanovic, ob. cit., p. 455. Mayores antecedentes en Guzmán Brito, Alejandro.
Las cosas incorporales... cit., pp. 149 y ss.).
Además, se discute si puede haber posesión sobre todos los derechos reales.
Por lo que se refiere al Código, luego de la generalidad del art. 715, puede haber
algunas dudas sobre si quedan excluidos algunos: el art. 882 impide ganar por
prescripción las servidumbres discontinuas y las continuas inaparentes, con lo
que se puede estimar que ello es porque no pueden poseerse; en el título de las
acciones posesorias, después que el art. 916 las concede en general a los
derechos reales sobre inmuebles, el art. 917 excluye de la protección posesoria a
los que excluye el art. 882 y, posteriormente, el art. 922 parece limitar esa
protección al usufructuario, al usuario y al habitador.
Clases de posesión
104
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Con los textos positivos, posesión regular es la definida en el art. 702 y posesión
irregular la definida en el art. 708. Ambas conducen al dominio, cuando el
poseedor carece de él mediante la prescripción.
Posesión regular
Elementos
1. Justo título
Sobre todo atendidos nuestros textos, puede entenderse por "título justo" el que
por su naturaleza es apto para atribuir el dominio, siendo auténtico, real y válido.
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Subclasificación
El Código llama así a los modos originarios de adquirir el dominio. Los enumera:
ocupación, accesión y prescripción (art. 703). En otros términos, a ciertos modos
de adquirir el dominio, el Código les atribuye el rol de títulos para poseer.
Normalmente, cuando operan permiten adquirir el dominio, y, por lo mismo, la
posesión, pero puede ocurrir que no otorguen el dominio, en cuyo caso sólo
actuarán como título constitutivo de posesión (por ej., si se ocupa un bien que
tiene dueño, la ocupación no funcionará como modo, pero constituirá título para
poseer la cosa).
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Art. 726. Se deja de poseer una cosa desde que otro se apodera de ella con
ánimo de hacerla suya; menos en los casos que las leyes expresamente
exceptúan.
Son "los que por su naturaleza sirven para transferirlo" (art. 703, inc. 3º); como la
venta, permuta, donación entre vivos, aporte en propiedad a una sociedad. El inc.
º
6 del 703 precisa la situación de la transacción, la cual es también de esta clase
de títulos, cuando se refiere a un objeto no discutido (se disputa una casa; a
cambio de su eventual derecho, uno de los contendores recibe del otro un
automóvil).
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Estos títulos, al mismo tiempo que inician el proceso de transferencia del dominio,
son títulos para poseer.
Esta es una tercera clase de títulos que la doctrina reconoce y distingue de los
anteriores. El Código no le dedica una reglamentación especial, pero el artículo
703 y otros preceptos demuestran que están contemplados.
Son los que se limitan a reconocer (declarar o aclarar) una situación de dominio,
preexistente. De modo que cuando al poseedor se le formula la pregunta de por
qué afirma ser dueño, no está respondiendo si aduce alguno de estos títulos;
ellos no forman nuevo título para justificar posesión. Como sólo declaran o
aclaran una situación preexistente, para averiguar cuan legítima es la situación
del poseedor, es necesario retroceder hasta donde se encuentre el hecho o acto
con el cual entró a poseer.
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Ahora bien, como el inciso anterior al que se comenta está regulando los títulos
e
traslaticios de dominio, cuando este inc. 4 dispone que "pertenecen a esta clase"
está manifestando que estos actos recién mencionados pertenecen a la clase de
los traslaticios.
Pero, por otra parte el Código chileno -apartándose de la doctrina romana que
consideraba a la adjudicación un título traslaticio y constituía, por tanto, un acto
de enajenación- estableció para la adjudicación un efecto declarativo (arts. 1344 y
718).
Para aislar el problema, puede sentarse que respecto del dominio el art. 1344 no
tiene contradictor. Respecto del dominio la adjudicación tiene sin duda un efecto
declarativo (el adjudicatario es considerado dueño de lo que recibe en adju-
dicación, desde el día en que se originó la comunidad y no desde el día en que se
le adjudicó).
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efecto declarativo respecto del dominio (ver Verdugo, Julio, ob. cit., p. 65;
Stitchkin, citado por él).
Se trata de sentencias que resuelven un conflicto entre partes que disputan sobre
la existencia de un derecho.
º
Estas sentencias son, sin duda, títulos declarativos. Lo expresa el inc. 5 : "no
forman nuevo título para legitimar posesión".
Que estas sentencias sean declarativas significa que se limitan a establecer que
una situación, discutida o dudosa, es o existe en ciertos términos, desde antes,
desde que se originó.
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º
posesión (art. 703 inc. 5 ), de modo que para conocer el título de C hay que
retroceder, y aparece su compra a A. Si esa compra es válida y reúne los tres
requisitos de la posesión regular, entonces C habrá ganado por prescripción
ordinaria de 5 años, y contados desde 1990; y la reivindicatoria sería rechazada.
Pero si esa compra adoleciere de algún vicio de nulidad o por alguna otra causa
ese título fuere injusto, o, en general, le faltare uno cualquiera de los tres
requisitos de la posesión regular (como la buena fe al entrar en ese tiempo a
poseer), entonces su posesión será irregular y, por tanto, sólo puede pretender la
prescripción extraordinaria (10 años), que en 1999 aun no se cumplen, y en tal
situación la acción reivindicatoria sería acogida.
c) La transacción.
Para calificarla en cuanto título posesorio, debe distinguirse, como lo hace el 703
(inc. final), entre el acuerdo transaccional que decide la suerte de lo disputado y el
que crea efectos sobre cosas no disputadas (y que se incluyen porque
contribuyeron a lograr el acuerdo que puso fin a la controversia). Respecto de la
cosa disputada, la transacción es título declarativo; respecto de las no disputadas,
es título traslaticio.
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Ejemplo en cuanto título traslaticio: Cuando se acordó que el predio quedaba para
A, éste dio a B un camión (prestación que condujo a B a acceder que el predio
quedare para A). Respecto de este objeto (que no estaba en disputa) la transac-
ción es título traslaticio; es nuevo título; justifica posesión. Así, si el camión no era
de A, cuando más tarde el dueño pretenda reivindicarlo, B puede aducir la
transacción como título y a partir de ella, reunidos los requisitos de la posesión
regular, puede contar los dos años para ganar esa cosa mueble por prescripción
ordinaria. Si falta uno o más de esos requisitos, a partir de ella puede contar los
10 años para ganarla por prescripción extraordinaria. Por otra parte: no desde
antes (sin perjuicio de la posibilidad de la agregación de posesiones).
La clasificación del art. 703 se refiere al justo título que procede de actos entre
vivos; pero el legislador ha considerado la sucesión por causa de muerte como
justo título de posesión regular, según se desprende de diversas disposiciones
(arts. 688, 704, 722). No es, evidentemente, un título traslaticio de dominio,
porque los muertos no transfieren sus bienes, los transmiten. La sucesión por
causa de muerte, como título, cabe dentro de lo que la doctrina llama títulos
derivativos, que en forma amplia suponen una transferencia de propiedad entre
vivos o una transmisión por causa de muerte.
En todo caso, ésta es un justo título, que traspasa al heredero la propiedad de las
cosas de que el difunto era realmente propietario y que, cuando no lo era, habilita
al heredero para la posesión regular de los bienes hereditarios de que el difunto
era poseedor con justo título. Y es un justo título la sucesión a pesar de que en
este último caso no transmita la propiedad, porque si esta consecuencia jurídica
no se produce, no es por defecto del título, sino por falta de derecho en la
persona del causante, que no puede transmitir lo que no tenía. Así, por lo demás,
lo explica Pothier (Es lo que dice Alessandri).
Títulos injustos
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Por los términos de este primer caso, no se comprende aquí la falta de veracidad,
de modo que si el título fue realmente otorgado por quienes aparecen, aunque
sus declaraciones no sean verdaderas, es siempre justo (RDJ., t. 24, p. 188; t. 45,
secc. 2a, p. 10. Ver también los arts. 17 del CC. y 193 y ss. del CP.).
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apoyada por el principio de que la nulidad sólo produce efectos una vez que ha
sido declarada judicialmente; mientras ello no ocurre, el acto produce sus efectos,
mirándose como válido. Sin embargo, tal postura tropieza con la nulidad relativa.
Como ella no puede ser alegada sino por aquellos en cuyo beneficio la han
establecido las leyes, podría darse el caso que el interesado en que se tenga por
injusto el título no tuviera la acción de nulidad relativa (A compra a un
relativamente incapaz un objeto perteneciente a B; B reivindica; A le opone
prescripción ordinaria fundado en posesión regular; B observa que el título es
nulo relativamente, por tanto injusto, lo que excluye la posesión regular y por
ende la prescripción ordinaria; pero esta nulidad está establecida en favor del
contratante incapaz y no en favor de B, por lo que no podría obtener la declara-
ción de nulidad del título). Para sortear la dificultad se ha propuesto que se debe
permitir a quien tenga interés en que el título sea injusto, que invoque la nulidad
relativa para el solo efecto de tenerse por injusto, manteniéndose el acto
respectivo como válido para los demás efectos legales, los cuales se extinguirían
sólo cuando se anule a petición de quien tenga la acción de nulidad (Verdugo,
Julio, ob. cit., pp. 93 y 94). La solución, aunque algo artificiosa, parece bastante
funcional.
Una relación con el art. 1815, el cual declara que la venta de cosa ajena vale (no
es nula), permite la siguiente observación. Es frecuente la aparición de
situaciones en las cuales surge el conflicto entre dos intereses contrapuestos,
ambos dignos de protección: el derecho de dominio y la seguridad del tráfico. La
venta de cosa ajena es destacadamente una de ellas. Se trata de proteger al
dueño o a los terceros que diariamente necesitan adquirir y de hecho adquieren
cosas, especialmente muebles, sin que se les pueda exigir examen atento de la
titularidad del enajenante, so pena de entorpecer la circulación de bienes. Pues
bien, relacionando el 1815 con este 704 Nº 3, la conclusión es que el codificador
adoptó una postura ecléctica: protegió el dominio, pero, atendiendo también al
tercero adquirente, facilita la adquisición del dominio por prescripción ordinaria.
Protegió el dominio porque en el art. 1815 dispone que la validez de la venta es
sin perjuicio de los derechos del dueño mientras no prescriban; y protegió al
tercero porque al declarar válida la venta lo deja con título justo y, por tanto, ya
con el primero de los requisitos para la posesión regular, la cual le permite
adquirir el dominio por la prescripción más breve (la ordinaria).
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La doctrina entiende por título putativo el que se invoca sin existir realmente.
Generalmente, el poseedor tendrá el erróneo convencimiento de que lo tiene; así
se observa en los ejemplos que el Código señala; y aquí se aprecia la íntima
relación entre este elemento, el título, y el siguiente, la buena fe.
Con la noción de título putativo que se ha dado, podría estimarse que con este
número queda dislocado todo el precepto: o es inoficioso este número, porque si
se prueba que un título invocado no existe, no es necesario calificarlo de putativo,
ni siquiera mencionarlo; o serían inoficiosos los Nos 1 y 3; en un determinado
caso, si queda establecido que un pretendido título es falsificado o nulo, el
poseedor quedará sin título. En último término, con cualquiera de las dos alter-
nativas, estrictamente no hay título.
En estos ejemplos, los efectos del título, y por tanto la posesión regular,
comienzan, tratándose del decreto de posesión efectiva, desde que se dicta (así,
F. del M. Nº 238, p. 237; antes se había resuelto desde su inscripción, RDJ., t. 50,
p. 70). Y tratándose del acto testamentario, desde que se reconoce judicialmente,
sin retroactividad; no es del caso aplicar el art. 705.
2. Buena fe
Con todo, bien puede sostenerse que el concepto es sólo uno, y que el distingo
se refiere más bien a dos métodos para establecerla.
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Art. 913. La buena o mala fe del poseedor se refiere, relativamente a los frutos, al
tiempo de la percepción, y relativamente a las expensas y mejoras, al tiempo en
que fueron hechas.
Prueba de la buena fe
Art. 707. La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la
presunción contraria.
En todos los otros la mala fe deberá probarse.
Por lo demás, la idea del art. 707 es también confirmada en otros preceptos (por
ej., arts, 94, Nº 5; 2510, N° 2).
Hay sí presunciones contrarias (por ej., arts. 94, Nº 6; 706, inc. final; 2510, Nº 3).
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3. Tradición
Art. 2508. El tiempo necesario a la prescripción ordinaria es de dos años para los
muebles y de cinco años para los bienes raíces.
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Pero no valdrá ni contra el verdadero dueño, ni contra el que posea con igual o
mejor derecho.
Posesión irregular
Es la que carece de uno o más de los requisitos de la posesión regular (art. 708).
Art. 708. Posesión irregular la que carece de uno o más de los requisitos
señalados en el artículo 702.
Posesiones viciosas
1. Posesión violenta
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Art. 712. Existe el vicio de violencia, sea que se haya empleado contra el
verdadero dueño de la cosa, o contra el que la poseía sin serlo, o contra el que la
tenía en lugar o a nombre de otro.
Lo mismo es que la violencia se ejecute por una persona o por sus agentes, y que
se ejecute con su consentimiento o que después de ejecutada se ratifique
expresa o tácitamente.
2. Posesión clandestina
Es la que se ejerce ocultándola a los que tienen derecho para oponerse a ella
(art. 713); nótese, pues, que es clandestina aunque sea pública respecto de la
generalidad, si se oculta al interesado.
Art. 713. Posesión clandestina es la que se ejerce ocultándola a los que tienen
derecho para oponerse a ella.
Aquí es claro que se trata de un vicio relativo; se puede ser poseedor clandestino
respecto de un interesado y no respecto de otro, ante quien se posee
ostensiblemente. Y es temporal; se puede dejar de ser poseedor clandestino
cesando la clandestinidad, ya que se la define como la que "se ejerce"
ocultándola... Por lo mismo, no es decisiva la actitud al momento de la
adquisición: se puede haber iniciado la posesión sin ocultamiento y transformarse
en clandestina y viceversa (en contra: Claro Salas, H., según Pescio, Victorio, ob.
cit., t. IV, p. 219).
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La mera tenencia
La define el art. 714, y de allí puede observarse que el mero tenedor detenta la
cosa (tiene el corpus), pero reconociendo dominio ajeno, lo que la separa
nítidamente de la posesión. No obstante ello, en casos concretos puede no ser
fácil determinar si alguien posee o es mero tenedor. Y, ciertamente, es importante
averiguarlo (por ej. por lo que preceptúan los arts. 895 y ss.).
Art. 714. Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa, no como
dueño, sino en lugar o a nombre del dueño. El acreedor prendario, el secuestre,
el usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho de habitación, son meros
tenedores de la cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o habitación
les pertenece.
Lo dicho se aplica generalmente a todo el que tiene una cosa reconociendo
dominio ajeno.
Es también inmutable (art. 716, confirmado por el art. 719, inc. 2, en criticada
redacción). A esa inmutabilidad se le apuntan excepciones (las de los arts. 716,
parte final, y 730).
Art. 716. El simple lapso de tiempo no muda la mera tenencia en posesión; salvo
el caso del artículo 2510, regla 3.
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Art. 730. Si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de otro, la usurpa dándose
por dueño de ella, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra;
a menos que el usurpador enajene a su propio nombre la cosa. En este caso la
persona a quien se enajena adquiere la posesión de la cosa, y pone fin a la
posesión anterior.
Con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito, se
da por dueño de ella y la enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se
adquiere por otra, sin la competente inscripción.
Aparte de las relativas al derecho real o personal en que puede fundarse la mera
tenencia, de ella se desprenden algunos efectos, a través de normas dispersas
en el Código (como las de los arts. 896, 1930, 928, 2315) (ver Pomés Andrade,
Alberto: La mera tenencia, Edit. Universitaria, Santiago, 1966).
Art. 928. Todo el que violentamente ha sido despojado, sea de la posesión, sea
de la mera tenencia, y que por poseer a nombre de otro, o por no haber poseído
bastante tiempo, o por otra causa cualquiera, no pudiere instaurar acción
posesoria, tendrá sin embargo derecho para que se restablezcan las cosas en el
estado que antes se hallaban, sin que para esto necesite probar más que el
122
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Art. 2315. Puede pedir esta indemnización no sólo el que es dueño o poseedor
de la cosa que ha sufrido el daño, o su heredero, sino el usufructuario, el
habitador o el usuario, si el daño irroga perjuicio a su derecho de usufructo o de
habitación o uso. Puede también pedirla en otros casos el que tiene la cosa con
obligación de responder de ella; pero sólo en ausencia del dueño.
Transmisión de la posesión
Transferencia de la posesión
Asimismo, se sostiene que la posesión no se transfiere por acto entre vivos; los
arts. 717 y 2500, inc. 1°, conducen a esa conclusión.
Art. 717. Sea que se suceda a título universal o singular, la posesión del sucesor,
principia en él; a menos que quiera añadir la de su antecesor a la suya; pero en
tal caso se la apropia con sus calidades y vicios.
Podrá agregarse en los mismos términos a la posesión propia la de una serie no
interrumpida de antecesores.
Art. 2500. Si una cosa ha sido poseída sucesivamente y sin interrupción por dos
o más personas, el tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo del
sucesor, según lo dispuesto en el artículo 717.
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Agregación de la posesión
Art. 717. Sea que se suceda a título universal o singular, la posesión del sucesor,
principia en él; a menos que quiera añadir la de su antecesor a la suya; pero en tal caso
se la apropia con sus calidades y vicios.
Art. 920. Las acciones que tienen por objeto conservar la posesión, prescriben al cabo
de un año completo, contado desde el acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla, expiran al cabo de un año completo contado
desde que el poseedor anterior la ha perdido.
Si la nueva posesión ha sido violenta o clandestina, se contará este año desde el último
acto de violencia, o desde que haya cesado la clandestinidad.
Las reglas que sobre la continuación de la posesión se dan en los artículos 717, 718 y
719, se aplican a las acciones posesorias.
Art. 2500. Si una cosa ha sido poseída sucesivamente y sin interrupción por dos o más
personas, el tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo del sucesor, según
lo dispuesto en el artículo 717.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
La posesión principiada por una persona difunta continúa en la herencia yacente, que
se entiende poseer a nombre del heredero.
Como está establecida tanto para el sucesor a título singular como para el
sucesor a título universal, el tema se vincula también con el problema de la
transferencia y transmisión mortis causa de la posesión (ver Del Río, Diego: La
accesión de posesiones, Santiago, 1951; Espín, Diego, ob. cit.)
Posesiones contiguas
Para que proceda la agregación es necesario que la posesión del poseedor que
agrega sea contigua con la anterior, y si son varias, todas ellas deben ser
contiguas, sin solución de continuidad; así se desprende de los términos del
precepto. Si una cosa ha sido poseída sucesivamente por A, B, C y D, éste no
podrá pretender agregar a la suya la posesión de C y de A, excluyendo la de B.
Tampoco procederá la agregación si en la cadena de poseedores tuvo lugar una
interrupción de la posesión, ya natural, ya civil. La interrupción natural puede
º
ocurrir por imposibilidad de ejecutar actos posesorios (art. 2502, N 1) o por haber
pasado la posesión a otras manos (art. 2502, Nº 2); en este último caso, podrá
tener lugar, no obstante, la agregación, si la posesión se recuperó por los medios
legales (arts. 2502, inc. final, y 731). Tratándose de la interrupción civil, debe
observarse que podrá oponerse a la agregación tan sólo el que procedió a
interrumpirla (art. 2503).
Art. 731. El que recupera legalmente la posesión perdida, se entenderá haberla tenido
durante todo el tiempo intermedio.
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Art. 2503. Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende
verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor.
Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aun él en los
casos siguientes:
Por otra parte, como lo dispone el precepto, la agregación se efectúa con las
calidades y vicios. De modo que si a una posesión de buena calidad se agrega
una defectuosa (de mala fe, por ej.), ésta inficiona a aquella; a la inversa, no por
agregar una posesión exenta de defectos, se va a purificar la defectuosa del
poseedor que la agrega.
Se ha sostenido, por otro lado que si alguien tiene una posesión defectuosa (de
mala fe, por ej.) y observa que la de su antecesor era regular y había completado
el plazo de prescripción ordinaria, podría "disociar" su posesión de la del
antecesor y utilizar sólo la de éste, alegando prescripción ordinaria basada en
ella.
La interversión de la posesión
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
De los preceptos citados, aplicables a esta situación, resulta que el puro lapso de
tiempo es insuficiente para la transformación de mera tenencia en posesión. Se
a
han señalado como excepciones a esta regla los arts. 730 y 2510, 3 . No lo son;
en ambos casos se observa que es necesario la ocurrencia de otros ante-
cedentes que se suman al transcurso del tiempo. En el primer caso es el que
recibe del tenedor usurpador el que adquiere posesión, siendo necesario el acto
de enajenación; y en el segundo, las exigencias de la regla tercera demuestran
un cambio evidente tanto de la conducta del que era mero tenedor como del
propietario (ver Pomés, Alberto, ob. cit., pp. 30 y ss.)
Art. 730. Si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de otro, la usurpa dándose por
dueño de ella, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra; a menos
que el usurpador enajene a su propio nombre la cosa. En este caso la persona a quien
se enajena adquiere la posesión de la cosa, y pone fin a la posesión anterior.
Con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito, se da por
dueño de ella y la enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por
otra, sin la competente inscripción.
Art. 2510. El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción
ordinaria, puede serlo por la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:
3. Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará
lugar a la prescripción, a menos de concurrir estas dos circunstancias:
1. Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya
reconocido expresa o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;
2. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad
ni interrupción por el mismo espacio de tiempo.
Desde otro punto de vista, puede sí observarse cierta contradicción entre el art.
730, inc. 1º, y el art. 2510, en cuanto el primero impide al mero tenedor
transformarse en poseedor en términos absolutos, mientras el art. 2510 se lo
a
permite, probando las circunstancias que indica la regla 3 (Pescio, aunque no en
forma explícita, hace prevalecer el art. 730, lo que resulta discutible si se piensa
en la conveniencia de la consolidación de situaciones inciertas) (Pescio, Victorio,
ob. cit., t. IV, p. 530).
127
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Los dementes y los infantes son incapaces de adquirir por su voluntad la posesión, sea
para sí mismos o para otros.
Del contenido del art. 723 se infiere lo siguiente: la posesión de los muebles
puede adquirirla toda persona, con la sola excepción de los dementes y los
infantes (carecen por completo de toda voluntad). Pero es notable la limitación
que se agrega: los incapaces, si bien pueden adquirir la posesión de los muebles,
no pueden ejercer actos de poseedores (prestar la cosa, darla en arriendo) sino
con la correspondiente autorización. La posesión de los inmuebles no está
sometida a norma particular, por lo que en su adquisición y ejercicio se regula por
128
Bienes. Gina Osorio Carvajal
Sin darse por satisfecho con el general precepto del art. 1446, en materia
posesoria el Código consagra normas especiales que permiten la adquisición de
la posesión a través de otro (arts. 720 y 721), posibilidad que en términos
estrictos es objeto de observaciones por parte de la doctrina. Tal intermediario
podrá ser un representante legal, un mandatario y aun un agente oficioso.
Hay ciertos casos en que la posesión se puede adquirir sólo a través de otro. Así
les acontece a los infantes y dementes (art. 723, inc. 2º), y, se puede agregar, a
las personas jurídicas, que han de adquirirla a través de quienes las representan;
por su naturaleza, ello acontece en todas sus actuaciones.
Debe tenerse presente, asimismo, que si bien el Código señaló reglas para la
adquisición de la posesión de las cosas corporales, ha guardado silencio respecto
de las incorporales que pueden poseerse (y que por ser tales no pueden apre-
henderse). No se dan reglas para la adquisición de la posesión de los derechos
reales distintos del dominio. Se suple dicha deficiencia respecto de algunos
derechos reales, como el usufructo, uso y habitación, cuando recaen sobre
inmuebles, censo e hipoteca (arts. 724 y 686).
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1. Adquisición
2. Conservación
Por otra parte, si se tiene la posesión por intermedio de otro (que será
mero tenedor), siguiendo varias reglas formuladas por Pothier, se entiende que si
el mero tenedor cae en demencia o fallece, no pierde el poseedor su posesión.
Tampoco se pierde si el mero tenedor tiene la cosa a su vez por otro, como en el
subarriendo, y aunque este último ignore quién es el poseedor. Se agrega que
igualmente no se pierde si el mero tenedor cambia de propósito, como si la
º ª)
usurpa y se da por dueño (art. 730, inc. 1 . Fricción con el art. 2510, regla 3 ; es
claro que si el mero tenedor usurpador enajena a su propio nombre, se pierde la
º
posesión anterior (art. 730, inc. 1 ).
3. Pérdida
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Inmuebles no inscritos
1. Adquisición de la posesión
1.1.1 Ocupación
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1.1.2. Accesión
133
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deben ejercitarse también sobre lo que ha accedido (por ej., sobre lo que llega
por avulsión, según el art. 652).
1.1.3. Prescripción
Se agrega también que el espíritu del sistema parece más conforme con tal
solución, desde que así se progresa más seguramente en la inclusión de
inmuebles en el sistema registral implantado.
134
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135
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¿cesa la posesión de éste y la adquiere el que inscribió? Los arts. 726 y 730
parecen dar mayor apoyo a la solución negativa. Pero el problema de fondo
aparece una vez más en torno al valor que se le asigna, entre los autores, a la
inscripción conservatoria. Se podría estar aquí en presencia de una inscripción de
las que han sido llamadas "inscripciones de papel" (un ejemplo, en RDJ., t. 67,
secc. 2a, p. 153).
Al igual que en los muebles, es oportuno cotejar dos preceptos para tratar
de precisar su campo de aplicación: los arts. 729 y 730.
Inmuebles inscritos
1. Adquisición
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Los sostenedores de esta última posición llegan hasta los textos, pero
están más bien estimulados por una concepción realista u objetiva de la
posesión, por lo cual el elemento fundamental es la tenencia material, el
aprovechamiento económico del bien de que se trata, de modo que debe
protegerse a quien realmente lo labora, aun en perjuicio de quien pudiera afincar
sus pretensiones en el solo Registro; éste perdería su validez si no es reflejo de
una situación real.
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La jurisprudencia
Los fallos de los tribunales han oscilado entre las posiciones mencionadas;
y en ocasiones parece más bien que sin pretender sentar precedentes
interpretativos sobre materia tan fácilmente controvertible, han sentenciado en
favor de quien exhibía más razonables antecedentes para sus pretensiones
(numerosas sentencias pueden encontrarse en las obras citadas, de Claro Vial y
Herrera Silva y en el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia, Arts.
Pertinentes).
Prueba de la posesión
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Por cierto, el que alega posesión debe probarla. Pero el Código establece
algunas presunciones (art. 719) y hasta una ficción (art. 731, en relación con el
art. 2502).
La prescripción adquisitiva
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Es tradicional hacer mención a tres reglas que, por ser aplicables tanto a la
prescripción adquisitiva como a la extintiva, se las ha denominado "reglas
comunes a toda prescripción".
Se entiende también que, dados nuestro texto (art. 2513) y los efectos,
dicha alegación no podría plantearse sino en un "juicio" y seguido contra legítimo
contradictor, que sería el dueño contra quien se prescribe, en la prescripción
adquisitiva (y el acreedor contra el que se prescribe, en la extintiva).
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Por último, hay quienes afirman que puede alegarse tanto en forma de
acción como de excepción, amparándose para ello en que la acción y la
excepción no son sino simples medios o posiciones procesales que adoptan los
derechos o intereses controvertidos; en ambas hay un derecho o interés que se
hace valer y será la sentencia la que declarará cuál merece la garantía legal. Y se
ha llegado a objetar que sea correcto procesalmente permitir al demandado
reconvenir, estimándose aceptable en tal caso sólo la vía de la excepción (así,
Rioseco, Emilio: "Sobre la forma procesal de alegar la prescripción", en R. de
Derecho U. de Concepción Nº 61, p. 295. V. también, Veloso, Héctor: "La
prescripción adquisitiva de dominio, ¿puede hacerse valer como excepción en
juicio?", en R. de Derecho U. de Concepción Nº 65, pp. 347 y ss.)
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El precepto mismo indica que la dicha renuncia puede ser expresa o tácita.
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Existe en el Código una regla que dispone que "toda acción por la cual se
reclama un derecho se extingue por la prescripción adquisitiva del mismo
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derecho" (art. 2517), la que es aplicable, sin duda, a los derechos y acciones
reales.
Elementos
Hay autores que ven esta situación en varias materias del Código. Por
ejemplo, en la posesión viciosa, según generalmente se estima (con la opinión
discrepante de Belmar, citada; supra Nº 173) y que tendría aplicación específica
en el art. 729. También en la posesión irregular de inmuebles inscritos, que
podrían -se ha sostenido- poseerse sin inscripción, pero que no podrían
adquirirse por prescripción sin inscribirse, debido a lo dispuesto en el art. 2505
(en este sentido, Díaz Cruzat, Andrés: El conflicto posesorio, Edit. Universitaria,
Santiago, 1959, p. 67). Asimismo en las servidumbres discontinuas y continuas
inaparentes, las cuales no pueden adquirirse por prescripción conforme al art.
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882, pero bien cabría estimar que sí pueden poseerse (así, parece desprenderse,
en Arellano, Juan: De la constitución, posesión y prescripción de las
servidumbres, Santiago 1949, p. 83).
Para mayor claridad, conviene aislar la situación del que adquiere la cosa
común de manos de un comunero, que la vende dándose por dueño exclusivo; el
adquirente (comprador) no adquiere más derechos que los que tenía su causante,
por lo que se hace dueño sólo de la cuota de éste, pasando a ser comunero con
los demás; pero la venta de cosa ajena es válida y él, ignorando la existencia de
la comunidad, posee toda la cosa exclusivamente; parece no haber inconveniente
en ello y puede llegar a adquirir el dominio exclusivo por prescripción, incluso
ordinaria. La doctrina generalmente lo acepta (V. referencias en Fredes, Jorge:
Estudio crítico de la jurisprudencia de los arts. 2498 a 2513 del Código Civil,
Santiago, 1965, pp. 53 y ss.), como también la jurisprudencia (RDJ., t. 26, p. 130;
t. 23, p. 471; t. 37, secc. 2a, p. 27). (El caso es frecuente en ventas efectuadas
por el marido de bienes de la comunidad quedada al disolverse la sociedad
conyugal).
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1. Posesión
2. Plazo
Interrupción de la prescripción
1. Interrupción natural
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2. Interrupción civil
Efectos
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Por último, luego de examinar las reglas citadas, puede apreciarse que
más propiamente que interrupción de la prescripción, lo que queda interrumpida
por el acto respectivo es la posesión (para los varios problemas y particularidades
que ofrecen los preceptos mencionados, V. Gallegos, Luis: Interrupción de la
prescripción adquisitiva, Santiago, 1954; Bulnes, Luz, ob. cit.)
Exige posesión regular, durante dos años para los muebles y cinco años
para los bienes raíces (art. 2507 y 2508). La Ley 16.952, de 1º de octubre de
1968, derogó las reglas por las cuales si la persona contra la cual se prescribía
residía en el extranjero, cada dos días se contaban por uno.
Suspensión
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Sin definir la suspensión, el Código señala las personas a cuyo favor opera
y los efectos que produce (art. 2509).
Algunas puntualizaciones:
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(así, por ej., Barros Errázuriz, Alfredo, ob. cit., t. 1, p. 378). En cambio, se afirma
la vigencia de la suspensión para toda prescripción, ordinaria o extraordinaria,
recordando que: a) las razones para dicha suspensión se presentan en ambas
situaciones; b) cuando el art. 2509 concluye que se suspende "siempre" entre
cónyuges, se entiende la expresión precisamente referida al que se suspende sea
ordinaria o extraordinaria la prescripción; y c) cuando el art. 2511, regulando la
prescripción extraordinaria, dispone que esta prescripción no se suspende a favor
de las personas enumeradas en el art. 2509 se entiende la expresión
"enumeradas" literalmente, comprensiva sólo de las mencionadas en los Nos 1º y
2°.
Basta para ella la posesión irregular, y se exige posesión por diez años
(arts. 2510 y 2511).
Por último, está presente aquí la comentada regla del art. 2510, Nº 3,
referida ya en otra ocasión. La doctrina y los textos (art. 716) establecen que la
mera tenencia es inmutable, el simple lapso no la muda en posesión, y no
obstante que el precepto citado pareciere anunciar una excepción en el art. 2510,
regla 3a, puede observarse que no lo es propiamente, pues aquí se exige, para
que llegue a estimarse poseedor, que concurran otras circunstancias además del
puro lapso. Pero desde otro punto de vista, también resulta que esta misma regla
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
viene a debilitar el rigor del principio de que el mero tenedor no podría nunca
transformarse en poseedor (art. 730, inc. 1º, prim. parte).
Para otros derechos reales, que es posible igualmente ganar por pres-
cripción (art. 2498, inc. 2º), como los de hipoteca, usufructo, se siguen las reglas
del dominio, con algunas excepciones (art. 2512). Tratándose del derecho real de
herencia, debe tenerse en cuenta que también puede ganarse por prescripción de
cinco años (arts. 704 y 1269).
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tengan lugar relaciones jurídicas entre el dueño y terceros, por cuanto el tercero
exigiría entrar en contacto con la cosa en cumplimiento de dichas relaciones, y
quedará patente la existencia de un poseedor de ella. Por otra parte, es natural
que la inactividad del dueño cesará, antes que contratando con terceros,
mediante un acto de interrupción al poseedor.
Efecto liberatorio
La sentencia
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Por lo dicho puede apreciarse que también aquí vale la posición básica que
se adopte, ya en favor de la inscripción registral, ya de la posesión material.
Puede hacerse presente, una vez más, que los tribunales se inclinan
mayormente por proteger la inscripción, de modo que resulta muy difícil lograr
prescripción contra un título inscrito. Tal es la tendencia, pero como
habitualmente se han considerado los elementos del caso, no es posible efectuar
afirmaciones perentorias; y no debe olvidarse tampoco que los tribunales
frecuentemente han restado mérito a las inscripciones ("de papel") que no
exhiben un antecedente de posesión material. Y recuérdese que por la legislación
de saneamiento de títulos (DlL. 2.695) es posible inscribir inmuebles antes
inscritos, con consecuencias muy controvertidas (RDJ., t. 79, secc. 2ª, p. 37).
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EL USUFRUCTO
“Es un derecho real que consiste en la facultad de gozar de una cosa con
cargo de conservar su forma y substancia, y de restituirla a su dueño, si la cosa
no es fungible; o con cargo de volver igual cantidad y calidad del mismo género, o
de pagar su valor, si la cosa es fungible” (art. 764).
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Características
1. Es un derecho real
Está enumerado en el art. 577. Como tal el propietario de este derecho real
(art. 583) está premunido, para protegerlo, de la acción reivindicatoria y -si recae
sobre inmuebles- de las posesorias que correspondan.
Pues impide al titular de éste el ejercicio del uso y el goce. Coexiste con el
dominio, pero éste queda reducido a la facultad de disposición (art. 765).
6. Es temporal
Elementos
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Usufructo y cuasiusufructo.
2.1 Constituyente
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2.3 Usufructuario
3. El plazo
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Constitución
1. Por ley
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Dentro de esta forma de constitución cabe anotar que los titulares de los
derechos que nacen al originarse el usufructo, pueden ser diferentes. Así el
dueño de la cosa fructuaria puede reservarse el usufructo dando a otro la nuda
propiedad (retención), o mantener la nuda propiedad concediendo a otro el
usufructo (vía directa), o, por último dispersar los derechos concediendo a un
sujeto, el usufructo y a otro la nuda propiedad (desprendimiento). Si por acto
testamentario se concede a alguien el usufructo de una cosa determinada sin
designación de nudo propietario, corresponderá a los herederos del testador la
nuda propiedad.
3. Por prescripción
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Las reglas y plazos para esta adquisición son las del dominio (art. 2512).
Efectos
1.2 Derecho a gozar la cosa fructuaria, con la cual adquiere los frutos,
tanto naturales como civiles, que produzca (leer arts. 781 -importante- y 790).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Respecto del inventario, éste debe ser solemne (art. 858 del C.P.C.) y no
se exige tratándose de los usufructos legales; la Ley 14.908 exige en el usufructo
que contempla, solamente inventario simple.
Los arts. 776 y 777 señalan los efectos que se producen si no se cumple
con estas exigencias (esta última disposición hace referencia, inc. 5°, a la llamada
“caución juratoria”).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
fructuaria). Debe respetar los arriendos en todo caso, aunque no consten por
escritura pública (el art. 792 es especial en relación al art. 1962):
2.2.2 Debe pagar expensas y mejoras (arts. 795, 796, 797, 798):
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Extinción
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6. Por renuncia del usufructuario (arts. 806 y 12); esta renuncia debe
inscribirse en el Registro del Conservador de Bienes Raíces (art. 52, N° 3, del
Regl.).
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USO Y HABITACION
Arts. 811 a 819. La denominación del título enuncia dos derechos y las
reglas están redactadas también con referencia a dos derechos. Corrientemente,
asimismo, se menciona a ambos. Estrictamente, se trata de uno solo, el derecho
real de uso, que al recaer sobre una casa, toma el nombre de derecho de
habitación.
4. Se constituye y extingue según las reglas del usufructo (art. 812), con la
limitación sí del origen legal; en cuanto al origen judicial, la ley 14.908 permite
también al juez constituir, en la sentencia de alimentos, un derecho de uso o
habitación.
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LAS SERVIDUMBRES
El art. 821 dice: “Se llama predio sirviente el que sufre el gravamen, y
predio dominante el que reporta la utilidad.
Con respecto al predio dominante la servidumbre se llama activa, y con
respecto al predio sirviente, pasiva.”
Elementos
2. Un gravamen
Que pesa sobre uno de los predios, para favorecer al otro, y que origina en
el uno la denominación de predio sirviente y en el otro la de predio dominante. El
gravamen y la utilidad han de ser, pues, para el predio.
Características
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Clasificación
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1. Servidumbres naturales
Son aquellas que provienen de la natural situación de los lugares (arts. 831
y 833). Actualmente, el Código contempla sólo una servidumbre natural la
denominada de libre descenso y escurrimiento de las aguas; proviniendo de la
natural situación de los predios, por tal gravamen el dueño del predio sirviente no
tiene derecho a indemnización alguna, y deberá siempre soportarlo.
2. Servidumbre legales
Arts. 839 a 879. Según el art. 831, son las impuestas por la ley, y el art.
839 las subclasifica en servidumbres de utilidad pública y de interés privado.
El art. 839 hace una referencia especial a una de estas servidumbres, cual
es la del uso de riberas para menesteres de navegación o flote, para remitirse en
su regulación al C. de Aguas. Y el mismo art. 839 agrega que hay otras de estas
servidumbres, para cuya reglamentación se remite, asimismo, a los reglamentos
u ordenanzas respectivas.
2.2.1 Demarcación
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2.2.2 Cerramiento
2.2.3 Tránsito
3. Servidumbre voluntarias
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a) Por título: Cuando la ley hace referencia a la constitución por título (arts.
882, 883, 884), no debe entenderse el termino en su sentido de instrumento
material, sino como acto jurídico que puede dar origen a la servidumbre.
Este titulo puede ser un acto entre vivos o un testamento; puede ser
gratuito u oneroso; y, en fin, por título se puede constituir toda clase de
servidumbres (art. 882, inc. 1°).
El título puede ser suplido por un reconocimiento expreso del dueño del
predio sirviente (art. 883). Este reconocimiento viene a importar una verdadera
constitución de la servidumbre, por lo que debe contener las precisiones
necesarias para su ejercicio; así se ha resuelto.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
LA PROPIEDAD FIDUCIARIA
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Elementos
2.1 Constituyente
Es el propietario del bien, que por testamento o por acto entre vivos
declara transferirlo a otro, con una condición, que es de la esencia del
fideicomiso.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
posibilidad del acrecimiento debe contemplarse teniendo a la vista las reglas del
derecho de acrecer (artículos 1147 y siguientes).
2.3 Fideicomisario
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
El artículo 739 señala como máximo cinco años que la condición esté
pendiente; si transcurrido dicho plazo no se ha cumplido, de pleno derecho se
entiende fallida. Aquí puede haber conflicto entre el 739 y el 962; ha de
prevalecer el artículo 739 por ser una disposición especial. El mismo art. 739
contiene una excepción: la muerte -en este caso del fiduciario- es un plazo cierto
e indeterminado; pero como se exige que a la época de la restitución -en este
caso al morir el fiduciario- exista el fideicomisario, dicho plazo se convierte en
condición.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
1° Enajenar la cosa por acto entre vivos y transmitirla por causa de muerte,
manteniéndose siempre indivisa y con el gravamen de eventual restitución; salvo
las situaciones que detalla el artículo 751.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Extinción
Las varias causas por las que se extingue el fideicomiso están indicadas
en el artículo 763. Además, las leyes de expropiación generalmente destinan un
precepto a la extinción de gravámenes sobre el predio expropiado, con excepción
de las servidumbres legales, facultando a los titulares para obtener alguna
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
ACCIONES PROTECTORAS
ACCIÓN REIVINDICATORIA
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Requisitos
- La cosa a reivindicar ha de ser singular (como lo precisa el art. 889), por lo que
se excluyen las universalidades, sean jurídicas o de hecho; así se ha resuelto
también. El art. 891 anuncia una acción especial para una particular universalidad
jurídica, la herencia; tal es la acción de petición de herencia, regulada en los arts.
1264 y sgts.
Por el art. 892, “se puede reivindicar una cuota determinada proindiviso, de
una cosa singular”. Tratándose de una cuota, como tercio o quinto, de un bien
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Puede ser propietario pleno o nudo, absoluto o fiduciario (art. 893), pero
debe acreditar su calidad de dueño, pues al reivindicar -por la propia definición de
la acción que entabla- reconoce en el demandado la calidad de poseedor, con lo
que éste se apoya en la presunción de dominio del artículo 700, que el
reivindicante queda obligado a destruir.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Para el caso que el poseedor fallezca, el art. 899 establece una norma
especial, junto a la cual ha de tenerse en cuenta la del art. 1526, N° 2.
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
considerado como una acción distinta, como puramente restitutoria contra el mero
tenedor, a la que el Código hace aplicables las reglas de la reivindicatoria, sobre
todo en la importante materia de las prestaciones mutuas.
Prestaciones mutuas
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
1.3 Restitución de los frutos (arts. 907 -importante su inc. 3°- y 913);
ACCIONES POSESORIAS
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Características
Requisitos
1. Ser poseedor
Lo son los bienes raíces y los derechos reales constituidos en ellos (art.
916), en lo que deben tenerse en cuenta la regla del art. 922 y la exclusión de las
servidumbres discontinuas y continuas inaparentes (arts. 917 y 882).
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Bienes. Gina Osorio Carvajal
Prueba
1. Prueba de la posesión
Para otros, que rechazan aquella confusión entre el derecho y la cosa (con
preceptos como los arts. 686 y 687, en que quedaría claro que siempre lo que se
inscribe son derechos, sea el dominio u otro derecho real, nunca los bienes
mismos) y que asignan un valor categórico a la inscripción como símbolo de
posesión, el art. 924 se refiere a la prueba de los derechos inscritos y el art. 925 a
los no inscritos, es decir, que aún no se han incorporado al régimen registral (los
arts. 686, 724, 728, 729 apoyarían la solución).
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- Querella de amparo;
- Querella de restitución;
- Querella de restablecimiento;
- Interdictos especiales.
El Código Civil trata las tres primeras en el Tít. XIII del Libro II como
“acciones posesorias” y las siguientes en el Tít. XIV, bajo la denominación
genérica de “acciones posesorias especiales”.
Querella de amparo
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Querella de restitución
Querella de restablecimiento
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Otras acciones
BIBLIOGRAFÍA
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