Clase 1
Para ejercer el ministerio cristiano es necesario un llamado especial de Dios. En otras palabras,
si la obra es de Dios, lo más razonable es que sea El quien elija a sus propios ministros.
En el A.T. vemos que a nadie se le permitía entrar en el ministerio (profético) por sí mismo.
Deu 18:20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no
le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
Jer 23:30 Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis
palabras cada uno de su más cercano.
Ej:
a- Los apóstoles. Luc 6:13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce
de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:
b- Los setenta. Luc 10:1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros
setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él
había de ir.
c- Los pastores de Éfeso. Hch 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño
en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del
Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
d- Arquipo. Col 4:17 Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en
el Señor.
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e- Bernabé y Saulo (Pablo). Hch 13:2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el
Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
- Creer que es una cuestión de elección personal por sentirse atraídos al ministerio.
- Creer que se debe recibir manifestaciones sobrenaturales (como una voz del cielo),
que genera luchas internas, y cuando no ocurre nada de eso, hombres que deberían
entrar en el ministerio se abstienen de hacerlo y se dedican a otra cosa. *Tanto el
llamado de Dios como la conversión son actos de Dios, y no necesariamente tienen
que ser espectaculares.
El llamado del hombre de Dios tiene que manifestarse en el corazón del individuo, en la
convicción de la iglesia y en la providencia de Dios.
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1. Un deseo fijo y fuerte de hacer la obra de Dios. 1Ti 3:1 Palabra fiel: Si alguno
anhela obispado, buena obra desea. Debe haber deseo, un entusiasmo que abarca
todo su ser. Es más que un amor o un gusto por predicar. Nace del amor a Cristo. Hch
20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo,
con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
2. Una convicción permanente del deber de predicar el evangelio. 1Co 9:16 Pues si
anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad;
y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
b) El llamado de la Iglesia. Es la convicción que tiene la iglesia de que ese hombre ha sido
llamado a predicar el Evangelio, y surge de 7 requisitos (o evidencias):
2. Un nivel mayor de madurez espiritual. 1Ti 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud,
sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1Ti
3:6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
3. Sano en la fe. No sólo tiene que retener la sana doctrina, sino también hablar de
acuerdo a ella. 2Ti 1:13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe
y amor que es en Cristo Jesús. Tit 2:1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la
sana doctrina. (Ej: las Doctrinas de la Gracia). *el púlpito no es nuestro, ni de la
iglesia sino de la Palabra de Dios. No tenemos derecho a usarlo para predicar o
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enseñar doctrinas “de moda” o “nuevas revelaciones”. 2Ti 2:16-18 Más evita profanas
y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra
carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de
la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
5. Aptitud para enseñar. La Palabra de Dios debe encargarse a “hombres fieles que
sean idóneos para enseñar a otros” (2 Tim 2:2). 2Ti 2:24-25 Porque el siervo del
Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar,
sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les
conceda que se arrepientan para conocer la verdad. No sirve el conocimiento sino
tengo habilidad para comunicarlo. 1Ti 3:2 Pero es necesario que el obispo sea
irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto
para enseñar; Hch 14:1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de
los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y
asimismo de griegos.
7. Buen testimonio de los de afuera. Nadie escapa de la crítica. Si somos fieles a Cristo
seremos perseguidos o difamados, pero siempre ha de ser a causa de nuestro buen
testimonio y no por nuestras faltas morales. 1Ti 3:7 También es necesario que tenga
buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
2Co 6:3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio
no sea vituperado; 2Co 4:2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no
andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de
la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Sin esta
pureza en nuestras vidas y acciones vamos a fracasar. No seremos creíbles.
Dios ha prometido su dirección a quienes se la piden. Sal 37:23 Por Jehová son
ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. Stg 1:5 Y si alguno de vosotros
tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche,
y le será dada.
3. Nada, aparte del llamado, puede inspirar y animar al hombre de Dios, en las
fatigas del ministerio y para sostenerlo en sus pruebas. Vienen desalientos y
todo tipo de contrariedades para los cuales debe apoyarse y consolarse en el hecho
de que él es siervo de Dios y llamado específicamente para el ministerio. Sin esto,
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no podrá aguantar las presiones de todo tipo. *Lutero dice: “Todo ministro de la
Palabra de Dios debería estar seguro de su llamamiento; que delante de Dios y de
los hombres puede estar con intrépida conciencia de que predica el Evangelio
como uno que es enviado; y aun como el embajador de un rey, gloriarse y jactarse
de esto: que el no viene como un particular, sino como embajador de su Rey”
TAREA:
1- Hacer un breve resumen de la clase 1. Anotando las preguntas e inquietudes que surjan de
la lectura.
2- ¿según 1 Tim 6:11-14 que 5 cosas debe hacer el “hombre de Dios”? Explique
brevemente cada una de ellas según el texto.