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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LIMA - Sistema de

Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE ALZAMORA VALDEZ,
Juez:BLACIDO BAEZ SOLEDAD AMPARO /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú
Fecha: 8/02/2019 15:14:34,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA LIMA / LIMA,FIRMA DIGITAL
TERCER JUZGADO CONSTITUCIONAL TRANSITORIO
EXPEDIENTE N° 12365-2018-0-1801-JR-CI-03

MATERIA : PROCESO DE AMPARO


ESPECIALISTA : DE LA CRUZ HOSTIA NANCY EDELICIA
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DEMANDADO : CONSEJO DE ETICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA Y TRIBUNAL DE HONOR DEL COLEFIO DE ABOGADOS DE
LIMA - Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE LIMA
DEMANDANTE : TORRES VILLAVICENCIO, JUAN CARLOS
SEDE ALZAMORA VALDEZ,
Secretario:DE LA CRUZ HOSTIA
Nancy Edelicia FAU 20159981216
soft SENTENCIA
Fecha: 08/02/2019 15:16:06,Razón:
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL Resolución N° 07
Lima, 08 de febrero del 2019
VISTO

Resulta de autos que por escrito de fecha 10 de agosto del 2018, de fojas 112/138, el ciudadano JUAN CARLOS TORRES
VILLAVICENCIO, en vía de proceso de garantía, interpone demanda de PROCESO DE AMPARO contra el CONSEJO DE
ETICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA y el TRIBUNAL DE HONOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA, con
el objeto que:

• PRETENSIONES:
• Se declare nula y sin efecto jurídico alguno la Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL del 12 de agosto del 2015,
expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL recaída en el Expediente N° 332-2012, que declara
fundada la denuncia interpuesta y se le impone suspensión por un período de 06 meses.
• Se declare nula y sin efecto legal alguno la Resolución expedida por el Tribunal de Honor del Colegio de
Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, que resuelve confirmar la medida disciplinaria de 06 meses de
suspensión en el ejercicio de la profesión.

• DERECHO FUNDAMENTAL VULNERADO: Alega vulneración a sus derechos fundamentales del debido proceso
formal y sustancial, motivación de las resoluciones judiciales, derecho de defensa.

ANTECEDENTES PROCESALES

1. DEMANDA
Señala básicamente, que:
a. Refiere que las resoluciones administrativas cuestionadas se desprende que la denunciante, Dra. Kelly Ocampo
Preciado, Ex Juez Supernumerario de Paz Letrado de la Corte Superior de Justicia del Callao le imputa dos (02)
hechos supuestamente que contravienen el Código de Ética del abogado; sin embargo, en un inicio se cumplió con
notificarle la subsanación de la denuncia, más no con la denuncia en sí, por lo cual, señala que hizo sus descargos sin
tener conocimiento pleno de los hechos imputados, formulando nulidad por falta de notificación del referido escrito, lo
cual dicha nulidad formulada nunca fue materia de pronunciamiento por ninguno de los órganos demandados,
empezando a violarse desde un inicio su derecho a la defensa.
b. En efecto, respecto al primer cargo imputado, indica que en el considerando décimo primero de la resolución
administrativa cuestionada se alega que los hechos contenidos en la denuncia y del análisis de los medios de pruebas
admitidos y actuados; sin embargo, no se precia que medios de prueba han sido admitidos y actuados en el
procedimiento de investigación.
c. En esa línea, sostiene que la denunciante cuestiona la actuación del abogado (amparista) señalando que ha inducido
a error a los jueces que estuvieron a cargo del expediente N° 05287-2009, haciendo que se emitieran resoluciones
que ordenaban que se llevara a cabo la ejecución forzada del lanzamiento para despojar del inmueble que viene
ocupando, señalando que se presentó una demanda judicial con documentos simulados para despojar a otras
personas del inmueble que no era exactamente la parte ejecutada.
d. Al respecto, el demandante señala que mediante resolución dos en el proceso civil se decidió hacer efectivo el
apercibimiento, ordenándose que se proceda con la ejecución forzada, ordenando además el lanzamiento del
demandado y de todas las personas que ocupaban en el lote materia de ejecución. Sin embargo, señala que no se ha
tomado en cuenta que el demandante no fue el abogado que suscribió la demanda, y que su apersonamiento al
proceso se dio casi un año después de que se dictara la resolución N° dos.
e. Así también, señala que, la denunciante menciono que el ejecutado con fecha 07 de julio del 2009 hizo entrega del
lote de terreno en cuestión indicando que nunca usufructo el inmueble; sin embargo, el demandante indica que dicho
acto no obra en el expediente judicial, sin perjuicio de mencionar que al recurrente no le correspondía afirmar o negar
un hecho del cual no conocía, y si fuese cierto , el demandante recién se apersono con fecha 27 de agosto del 2010,
añadiendo que en el supuesto se haya entregado el inmueble, como es que se levanto un acta de entrega con fecha
posterior al 16 de septiembre del 2009, lo que evidencia que no es correcto, resultando ser falso.

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f. Respecto al segundo cargo imputado, manifiesta que, la denunciante no cumple con precisar en su denuncia cuáles
son esas palabras altisonantes, motivo por el cual no ha podido ejercer su derecho de defensa, toda vez que no
puede adivinar o presumir que se le imputa con precisión.

2. ADMISORIO DE LA DEMANDA
Se efectuó mediante la resolución número 01 de fecha 03 de septiembre del 2018, que corre a fojas 142/143, por la cual se
dispone ADMITIR la demanda interpuesta, confiriéndose traslado a las demandadas por el plazo de cinco días,
sustanciándose en la vía del proceso de constitucional, teniéndose por ofrecidos los medios probatorios de esta parte.

3. APERSONAMIENTO Y CONTESTACIÓN DE LA DEMANDADA


Con fecha 02 de octubre del 2018, el Colegio de Abogados de Lima, se apersona al instancia representado por su Directora
de Defensa Gremial en mérito a la escritura pública de otorgamiento de poder general y especial que obra en autos;
teniéndose por contestada la demanda por Resolución N° 02 de fojas 196, señalando básicamente lo siguiente:
a. Señala que del propio contenido de la Resolución del Consejo de Ética Profesional N° 205-2015/CE/DEP/CAL
del 12 de agosto del 2015, que consta de 09 folios, se verifica la minuciosidad con que dicho Consejo de Ética
llevó a cabo el proceso disciplinario seguido al ahora demandante.
b. Asimismo, indica que, el demandante no establece con diáfana precisión en que omisión, infracción o vulneración
procedimental ha incurrido supuestamente tanto el Tribunal de Honor como el Consejo de Ética Profesional del
CAL en el proceso disciplinario.
c. Así también, sostiene que si el actor considera que los medios de pruebas ofrecidos por él en dicho proceso
deontológico no causaron convicción tanto en el Consejo de Ética Profesional como en el Tribunal de Honor, es
prerrogativa de dichos entes la valoración de los mismos, más si dichas pruebas no crearon convicción también
es prerrogativa de ambos entes la aplicación de la sanción correspondiente, por lo que, no necesariamente los
fallos expedidos por el Consejo de Ética y Tribunal de Honor han de tener la aceptación de las partes, lo que no
significa que hayan incurrido en vulneración al debido proceso.
d. De la misma manera, sostiene que en la resolución del Consejo de Ética Profesional se han precisado
detalladamente las actuaciones realizadas durante la investigación deontológica, las imputaciones realizadas en
contra del ahora demandante, los descargos efectuados por el abogado ahora demandante en autos, el objeto de
la investigación, el análisis jurídico y valorativo de la investigación, las conclusiones, sanción y medida
disciplinaria aplicable, por lo que se infiere fehacientemente el cumplimiento de la motivación de la resolución
disciplinaria.
e. Finalmente, indica que el proceso de amparo no es la vía idónea, por existir otros procedimientos específicos
para la protección de los derechos consagrados por la Constitución. En ese sentido, manifiesta que sólo procede
el proceso de amparo cuando los accionantes puedan probar de manera fehaciente y acrediten que existió
infracciones procedimentales en el proceso disciplinario instaurado en su contra por faltas deontológicas, por lo
que, la demanda debe ser declarada improcedente.

4. MANDATO PARA SENTENCIAR


Mediante Resolución 06 de fojas 806 se decreto que los autos deben reingresar a despacho para sentenciar, por lo que, al
no encontrarse ningún acto procesal pendiente de realizar; ha llegado el momento de emitirse sentencia en el presente
proceso.

CONSIDERANDO

PRIMERO: MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES


Una garantía de carácter constitucional, es el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, conforme lo establece
el artículo 139° inciso 5) de la Constitución Política del Estado, en tal sentido, entre lo razonado y lo resuelto debe cumplirse
con el principio de congruencia, a fin de no incurrir en contradicciones, ésta no solo debe contener una narración de lo
acontecido dentro del proceso, sino también la formulación de un razonamiento lógico y justificado que lleve al Juzgador a emitir
pronunciamiento, sobre la base de los hechos expuestos, las pruebas aportadas y la valoración jurídica de éstas; la motivación
además debe ser clara y precisa, con expresa mención de los fundamentos de hecho y de derecho, sumado la acotación del
derecho vulnerado o la consideración de que el mismo no ha sido vulnerado o de ser el caso, la determinación de la obligación
incumplida, tal como lo establece el artículo 17° del Código Procesal Constitucional.

SEGUNDO: NORMAS PROCESALES DE NATURALEZA CIVIL APLICABLES AL PRESENTE CASO


2.1 El artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil señala que, toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a debido proceso.

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2.2 Los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez
respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones, conforme a lo dispuesto por el artículo ciento ochenta
y ocho del Código Procesal Civil.

TERCERO: OBJETO DEL PROCESO DE AMPARO


3.1. El proceso de amparo es un proceso constitucional previsto en el inciso 2) del artículo 200 de la Constitución Política del
Perú, el cual sostiene que procede el amparo, contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona, que vulnera o amenaza los derechos constitucionales, con excepción de aquellos derechos que son protegidos
por el habeas corpus y el habeas data.
3.2. Asimismo, el proceso constitucional de amparo tiene como finalidad esencial la protección efectiva de los derechos
constitucionales, reponiendo las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho
constitucional, conforme se desprende del contenido del artículo 1° del Código Procesal Constitucional.
3.3 Coincidiendo con la normativa nacional, el profesor Francisco José Eguiguren Praeli1, sostiene que: “El proceso
constitucional de Amparo está dirigido a tutelar derechos fundamentales distintos a los protegidos por el Habeas Corpus y
el Habeas Data. Su finalidad es esencialmente restitutoria, la que consiste reponer las cosas al estado anterior existente
antes de que se produjera la violación o amenaza del derecho constitucional.”

CUARTO: SOBRE LA MATERIA PRETENDIDA Y CONTROVERTIDA


4.1. PRETENSIONES PRINCIPALES:
• Se declare nula y sin efecto jurídico alguno la Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL del 12 de agosto del 2015,
expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL recaída en el Expediente N° 332-2012, que declara
fundada la denuncia interpuesta y se le impone suspensión por un período de 06 meses.
• Se declare nula y sin efecto legal alguno la Resolución expedida por el Tribunal de Honor del Colegio de
Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, que resuelve confirmar la medida disciplinaria de 06 meses de
suspensión en el ejercicio de la profesión.
4.2. DERECHO DEL DEBIDO PROCESO
• Respecto a este derecho, nuestro Tribunal Constitucional en el fundamento 4 de la STC Nº 3075-2006-PA/TC señala
que:
“(…) es un derecho fundamental de naturaleza procesal con alcances genéricos, tanto en lo que respecta a los
ámbitos sobre los que se aplica como en lo que atañe a las dimensiones sobre las que se extiende. Con relación
al primero, queda claro que dicho atributo desborda la órbita estrictamente judicial para involucrarse o
extenderse en otros campos como el administrativo, el corporativo particular, el parlamentario, entre muchos
otros, dando lugar a que en cada ámbito pueda hablarse de un debido proceso jurisdiccional, de un debido
proceso administrativo, de un debido proceso corporativo, de un debido proceso parlamentario, etc. Por lo que
respecta a lo segundo, y como ha sido puesto de relieve en innumerables ocasiones, las dimensiones del debido
proceso no solo responden a ingredientes formas o procedimentales, sino que se manifiestan en elementos de
connotación sustantiva o material, lo que supone que su evaluación no solo repara en las reglas esenciales con
las que se tramita un proceso (juez natural, procedimiento pre establecido, derecho de defensa, motivación
resolutoria, instancia plural, cosa juzgada, etc), sino que también, y con mayor rigor; se orienta a la preservación
de los estándares o criterios de justicia sustentables de toda decisión (juicio de razonabilidad, juicio de
proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad, etc). Así las cosas, el debido proceso es un derecho de
estructura compleja, cuyos alcances corresponde precisar a la luz de los ámbitos o dimensiones en cada caso
comprometidas.”

• En esa línea, en el ámbito de los procedimientos administrativos, el Tribunal Constitucional ha señalado que el
derecho del debido proceso consagrado en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución, es una garantía que, si bien
tiene su ámbito natural en sede judicial, también es aplicable en el ámbito de los procedimientos administrativos
sancionatorios. En ese sentido, el debido proceso, y los derechos que lo conforman, por ejemplo el derecho de
defensa y la debida motivación de las resoluciones administrativas, resultan aplicables al interior de la actividad
institucional de cualquier persona jurídica. [STC Nº 5514-2005-PA/TC FJ. 3].

• Así también, en la STC Nº 04944-2011-AA/TC en sus fundamentos 13 y 14 indica que:


“13. El derecho al debido proceso, y los derechos que contiene son invocables, y, por tanto, están garantizados,
no solo en el seno de un proceso judicial, sino también en el ámbito del procedimiento administrativo. Así, el

1Francisco José Eguiguren Praeli (2005). “La Finalidad Restitutoria del Proceso Constitucional de Amparo y los Alcances de sus Sentencias”.
Derecho & Sociedad Asociación Civil N°25, Pg.144. Recuperado de : http ://revistas.pucp.edu.pe /index.php/derechoy sociedad/article/view/
17 018/17316.

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debido proceso administrativo supone, en toda circunstancia, el respeto –por parte de la administración pública o
privada– de todos los principios y derechos normalmente invocables en el ámbito de la jurisdicción común o
especializada, a los cuales se refiere el artículo 139° de la Constitución (juez natural, juez imparcial e
independiente, derecho de defensa, etc.).
14. El fundamento principal por el que se habla de un debido procedimiento administrativo encuentra sustento
en el hecho de que tanto la jurisdicción como la administración están indiscutiblemente vinculados a la Carta
Magna, de modo que si ésta resuelve sobre asuntos de interés de los administrados, y lo hace mediante
procedimientos internos, no existe razón alguna para desconocer las categorías invocables ante el órgano
jurisdiccional.”

• En efecto, nuestro Tribunal Constitucional respecto al ejercicio del debido proceso en los procedimientos
administrativos disciplinarios, en el fundamento jurídico 5 de la STC N° 02098-2010-PA/TC hace referencia a la
reiterada y unánime jurisprudencia sobre dicho derecho fundamental, señalando que:
“Tal como ya lo tiene expresado este Tribunal en uniforme y reiterada jurisprudencia, el derecho al debido
proceso tiene un ámbito de proyección sobre cualquier tipo de proceso o procedimiento, sea éste judicial,
administrativo o entre particulares. Así, se ha establecido que el derecho reconocido en el inciso 3) del artículo
139.° de la Constitución no sólo tiene un espacio de aplicación en el ámbito "judicial", sino también en el ámbito
administrativo" y, en general, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha sostenido, puede
también extenderse a "cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente
jurisdiccional, (el que) tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso
legal, en los términos del artículo 8° de la Convención Americana". (Caso Tribunal Constitucional del Perú,
párrafo 71). De igual modo la Corte Interamericana sostiene – en doctrina que ha hecho suya este Colegiado en
la sentencia correspondiente al Exp. Nº 2050-2002-AA/TC – que "si bien el artículo 8° de la Convención
Americana se titula “Garantías Judiciales”, su aplicación no se limita a los recursos judiciales en sentido estricto,
sino al conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a efectos de que las personas
puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus
derechos"(párrafo 69). "(...) Cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un “juez
o tribunal competente” para la “determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere a cualquier autoridad
pública, sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y
obligaciones de las personas. (Párrafo 71) [La Corte ha insistido en estos postulados en los Casos Baena
Ricardo, del 2 de febrero de 2001 (Párrafos 124-127), e Ivcher Bronstein, del 6 de febrero de 2001 (Párrafo
105)]”.
4.3. DERECHO DE MOTIVACIÓN DE RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA
• Al respecto, en la STC Nº 00091-2005-PA/TC, fundamento 9, párrafos 3, 5 a 8, criterio reiterado en STC Nº 00294-
2005-PA/TC, STC 5514-2005-PA/TC, entre otras, señala que:
“El derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es de especial relevancia. Consiste en el
derecho a la certeza, el cual supone la garantía de todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es
decir, que exista un razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las leyes que se aplican. […]
La motivación de la actuación administrativa, es decir, la fundamentación con los razonamientos en que se
apoya, es una exigencia ineludible para todo tipo de actos administrativos, imponiéndose las mismas razones
para exigirla tanto respecto de actos emanados de una potestad reglada como discrecional.
El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión clave en el ordenamiento jurídico-
administrativo, y es objeto central de control integral por el juez constitucional de la actividad administrativa y la
consiguiente supresión de los ámbitos de inmunidad jurisdiccional.
Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva del principio de legalidad, presupuesto
ineludible de todo Estado de derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la actividad
administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible que la exigencia de motivación suficiente de sus
actos es una garantía de razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa.
En esa medida, este Tribunal debe enfatizar que la falta de motivación o su insuficiencia constituye una
arbitrariedad e ilegalidad, en la medida en que es una condición impuesta por la Ley N.° 27444. Así, la falta de
fundamento racional suficiente de una actuación administrativa es por sí sola contraria a las garantías del debido
procedimiento administrativo”

• Así también, en la STC Nº 8495-2006-PA/TC se ha determinado que: “un acto administrativo dictado al amparo de
una potestad discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo expresa la apreciación individual de
quien ejerce la competencia administrativa, o cuando el órgano administrativo, al adoptar la decisión, no motiva o
expresa las razones que lo han conducido a adoptar tal decisión. De modo que, motivar una decisión no sólo significa
expresar únicamente bajo qué norma legal se expide el acto administrativo, sino, fundamentalmente, exponer en

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forma sucinta –pero suficiente– las razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada”; criterio
que ha sido recogido en el fundamento 4 de la STC Nº 00744-2011-AA/TC.
4.4. DERECHO DE DEFENSA
• En cuanto al presente derecho fundamental, nuestro Tribunal Constitucional en reiteradas jurisprudencia se ha
pronunciado sobre el mismo, tal es así que, en los fundamentos 15 y 16 de la STC N° 01147-2012-PA/TC, señala
que:
“15. Este Colegiado en reiterada jurisprudencia ha señalado que el derecho a la defensa comporta en estricto el
derecho a no quedar en estado de indefensión en ningún estado del proceso. Este derecho tiene una doble
dimensión: una material, referida al derecho del imputado o demandado de ejercer su propia defensa desde el
mismo instante en que toma conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo;
y otra formal, que supone el derecho a una defensa técnica; esto es, al asesoramiento y patrocinio de un
abogado defensor durante todo el tiempo que dure el proceso (Cfr. STC N.º 06260-2005-HC/TC).
16. De igual manera este Tribunal en constante jurisprudencia ha precisado que el derecho a no quedar en
estado de indefensión se conculca cuando a los titulares de los derechos e intereses legítimos se les impide
ejercer los medios legales suficientes para su defensa; pero no cualquier imposibilidad de ejercer estos medios
produce un estado de indefensión que atenta contra el contenido constitucionalmente protegido del derecho,
sino que es constitucionalmente relevante cuando se genera una indebida y arbitraria actuación del órgano que
investiga o juzga al individuo. Este hecho se produce cuando al justiciable se le impide, de modo injustificado
argumentar a favor de sus derechos e intereses legítimos (Exp. Nº 0582-2006-PA/TC; Exp. Nº 5175-2007-
HC/TC, entre otros).”

• En efecto, dentro del ámbito del procedimiento administrativo sancionador, también se debe garantizar que los
administrados puedan ejercer de manera cabal su derecho a la defensa, y sobre ello, el Tribunal Constitucional se ha
pronunciado en reiteradas sentencias, siendo una de ellas, lo señalado en los fundamentos 6 y 7 de la STC N° 02098-
2010-PA/TC:
“6. Debe recordarse, correlativamente, que las garantías constitucionales consagradas en el artículo 139° de la
Constitución y en el artículo 4° del Código Procesal Constitucional, son de aplicación, en la medida en que
resulten compatibles con su naturaleza, a los procedimientos administrativos sancionadores. Entre dichas
garantías cabe incluir específicamente el derecho a la defensa, que proscribe cualquier estado o situación de
indefensión; el derecho a conocer los cargos que se formulan contra el sometido a procedimiento administrativo
sancionador; el derecho a no declarar contra sí mismo; el derecho a la asistencia de letrado o a la autodefensa;
el derecho a utilizar los medios de prueba adecuados para la defensa; el derecho a la última palabra, entre
otros.
7. Con respecto del derecho de defensa este Tribunal en reiterada jurisprudencia ha precisado que este derecho
tiene una doble dimensión: una material, referida al derecho del imputado de ejercer su propia defensa desde el
mismo instante en que toma conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y
otra formal, que supone el derecho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un
abogado defensor de su elección desde que la persona es citada o detenida por la autoridad y durante todo el
tiempo que dure la investigación preliminar o el proceso mismo. En ambos casos se garantiza el derecho de no
ser postrado a un estado de indefensión en cualquier etapa del proceso, inclusive, como ya se dijo, en la etapa
preliminar. Así, las garantías mínimas que se exigen en el proceso penal son extrapolables, con matices
atendiendo a las propias circunstancias de cada caso, al proceso administrativo sancionador, sobre todo en lo
que respecta al derecho de defensa (cfr. STC 2050-2002-AA/TC, fundamento 12).”
4.5. ALEGACIÓN CONTRADICTORIA
• La demandada sustenta sus fundamentos de contradicción sosteniendo que la demanda debe ser declarada
improcedente, en tanto existen otras vías procedimentales que son igual de satisfactorias que el proceso de
amparo, por lo que, sólo procede el proceso de amparo cuando los accionantes puedan probar de manera
fehaciente y acrediten que existió infracciones procedimentales en el proceso disciplinario instaurado en su
contra por faltas deontológicas.

• Asimismo, sostiene que del propio contenido de la resolución administrativa cuestionada se verifica la
minuciosidad con la cual se llevo a cabo el proceso disciplinario seguido al demandante, precisando que, éste
no establece con precisión cual es la omisión, infracción o vulneración procedimental que ha incurrido el
Tribunal de Honor y el Consejo de Ética Profesional del CAL en el proceso disciplinario.

• Así también, sostiene que, si el actor considera que los medios de pruebas ofrecidos por él en dicho proceso
deontológico no causaron convicción tanto en el Consejo de Ética Profesional como en el Tribunal de Honor, es
prerrogativa de dichos entes la valoración de los mismos, más si dichas pruebas no crearon convicción también
es prerrogativa de ambos entes la aplicación de la sanción correspondiente.

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• Finalmente, sostiene que, en la resolución del Consejo de Ética Profesional se han precisado detalladamente las
actuaciones realizadas durante la investigación deontológica, las imputaciones realizadas en contra del ahora
demandante, los descargos efectuados por el abogado ahora demandante en autos, el objeto de la
investigación, el análisis jurídico y valorativo de la investigación, las conclusiones, sanción y medida disciplinaria
aplicable, por lo que se infiere fehacientemente el cumplimiento de la motivación de la resolución disciplinaria.

4.6. CONTROVERSIA
• Determinar si esta judicatura resulta ser competente para dilucidar la pretensión reclamada por el demandante, en
tanto, la demandada plantea la improcedencia de la demanda invocando la causal de improcedencia contemplada en
el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional.
• En el supuesto se pase dicho filtro. Determinar si corresponde declarar nula y sin efecto jurídico alguno la Resolución
N° 205-2015/CE/DEP/CL del 12 de agosto del 2015, expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL recaída en
el Expediente N° 332-2012, que declara fundada la denuncia interpuesta y se le impone suspensión por un período de
06 meses.
• Así también, determinar si corresponde declarar nula y sin efecto legal alguno la Resolución expedida por el Tribunal
de Honor del Colegio de Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, que resuelve confirmar la medida disciplinaria de
06 meses de suspensión en el ejercicio de la profesión.
• Consecuentemente, determinar si la demandada durante el procedimiento administrativo disciplinario seguido al
demandante ha lesionado los derechos fundamentales que éste invoca en su escrito postulatorio.

QUINTO: SOBRE EL PEDIDO DE IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA


5.1. Previo a emitir un pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión reclamada, resulta pertinente emitir pronunciamiento
sobre el pedido de improcedencia de la demanda planteado por la emplazada, sosteniendo que existen otras vías
procedimentales que son igual de satisfactorias que el proceso de amparo, por lo que, sólo procede el proceso de
amparo cuando los accionantes puedan probar de manera fehaciente y acrediten que existió infracciones
procedimentales en el proceso disciplinario instaurado en su contra por faltas deontológicas.
5.2. Al respecto, se tiene que la competencia por materia, se determina por la naturaleza de la pretensión procesal y por
las disposiciones legales que la regulan, para lo cual, se debe tener en cuenta la naturaleza del derecho subjetivo
contenido en la demanda y que constituye la pretensión del accionante; en ese sentido, la competencia se traduce en la
facultad del juez para conocer un asunto determinado.
5.3. Para el maestro Carnelutti, la competencia por razón de la materia "tiene que ver con el modo de ser del litigio”. Es
decir, la competencia por razón de la materia se determina en función de la relación jurídica que subyace al conflicto de
intereses o a la incertidumbre jurídica que sirven de sustrato al proceso y, en especial, por la pretensión y/o pretensiones
que, respecto de ese conflicto o esa incertidumbre, se plantean en el proceso.”2
5.4. En esa línea, el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional, prevé como una causal de improcedencia, la
existencia de vías procedimentales específicas igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado o vulnerado; lo cual guarda relación con la naturaleza del proceso de amparo, que tiene carácter residual o
excepcional, por lo que, se pretende evitar un posible uso indiscriminado del referido proceso constitucional.
5.5. Sobre ello, el máximo interprete de la constitución en la STC Nº 02383-2013-PA/TC3 ha establecido como precedente
vinculante las reglas contenidas en los fundamentos 12 al 15 y 17, que desarrollan los elementos que se deben
configurar de manera copulativa al momento de evaluar si una vía ordinaria resulta ser igualmente satisfactoria que un
proceso de garantía constitucional:
“12. (…) puede afirmarse que existen dos perspectivas para entender cuándo una vía puede ser
considerada “igualmente satisfactoria”: una objetiva, vinculada al análisis de la vía propiamente dicha (vía
específica idónea); y otra subjetiva, relacionada con el examen de la afectación al derecho invocado
(urgencia iusfundamental).
15. Queda claro, entonces, que la vía ordinaria será “igualmente satisfactoria” a la vía del proceso
constitucional de amparo, si en un caso concreto se demuestra, de manera copulativa, el cumplimiento de
estos elementos:
- Que la estructura del proceso es idónea para la tutela del derecho;
- Que la resolución que se fuera a emitir podría brindar tutela adecuada;
- Que no existe riesgo de que se produzca la irreparabilidad; y
- Que no existe necesidad de una tutela urgente derivada de la relevancia del derecho o de la
gravedad de las consecuencias.

2 Priori Posada, G. (2018, julio 03). La Competencia en el Proceso Civil Peruano. Derecho y Sociedad, p. 44.
3 Sentencia del Tribunal Constitucional, http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/02383-2013-AA.pdf, consultado el 12 de junio del 2018.

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En sentido inverso, la ausencia de cualquiera de estos presupuestos revela que no existe una vía idónea
alternativa al amparo, por lo que la vía constitucional quedará habilitada para la emisión de un
pronunciamiento de fondo (salvo que se incurra en alguna otra causal de improcedencia).”
5.6. Así también, la doctrina ha desarrollado la referida causal de improcedencia, es así que, el jurista Huerta Guerra,
señala que el fundamento de dicha causal versa en la necesidad de evitar que el amparo sustituya a los demás
procesos que el ordenamiento jurídico de un país ofrece a sus ciudadanos para la defensa de sus derechos4. En ese
sentido, doctrinariamente, a otros mecanismos de protección se les ha denominado VÍAS PARALELAS, en donde el
jurista Lazzarini5 señala que:
“En principio es vía paralela al amparo todo remedio idóneo que tiene el agraviado para sostener su
pretensión jurídica ante la autoridad competente. La existencia de estas vías paralelas o concurrente, como
pueden ser los procesos judiciales ordinarios o especiales, cierran la posibilidad al amparo, puesto que si la
ley ha establecido procedimiento hábiles no se puede reemplazar a cualquiera de ellos mediante la elección
de la acción de amparo”.
5.7. Aunque el término vías paralelas resulta confuso y/o ambiguo, el doctor Gerardo Eto Cruz6, citando al doctrinario
Lazzarini hace una precisión clara de lo que significa vías paralelas, quien afirma que:
“La terminología en realidad no es adecuada, puesto que hablar de vías paralelas puede dar una visión
objetiva equivocada si se piensa que ello significa que corren en líneas paralelas, que no se encuentran y
que en consecuencia llegan por distintos caminos a fines diversos. No se trata de vías paralelas que corren
separas y se proponen objetos diferentes, sino, por el contrario, convergen, y partiendo de puntos distintos y
por caminos paralelos, se proponen el mismo objeto y llegan a un mismo punto en busca del mismo fin, el
cual es la reparación del agravio que motivó la acción”.
5.8. Bajo este contexto doctrinario y jurisprudencial, corresponde analizar, si en el caso de autos, el derecho invocado por el
demandante puede ser tutelado en una vía ordinaria, en donde a la vez pueda ver satisfecha su pretensión, por ser una
vía igualmente satisfactoria que el proceso de amparo. Sobre ello, se debe evaluar, si se configura de forma copulativa
los cuatro elementos desarrollados por el Tribunal Constitucional, a efecto de determinar si el proceso contencioso
administrativo es la vía idónea igualmente satisfactoria.
5.9. En esa línea, la pretensión reclamada por el demandante versa sobre la nulidad de una resolución administrativa, por lo
que, de conformidad con el artículo 28 del TUO de la Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo, sería
tramitada bajo las reglas del procedimiento especial del proceso contencioso administrativo. Sobre ello,
estructuralmente dicho procedimiento resulta ser un proceso ordinario que cuenta con una etapa de saneamiento
procesal en donde se procede verificar la existencia de una relación jurídica procesal válida, en la cual se fijan los
puntos controvertidos, y se procede a la admisión o rechazo de los medios probatorios ofrecidos por las partes
procesales, para que posteriormente se remitieran los actuados al Ministerio Público a fin de que emita el dictamen
fiscal correspondiente, a efecto de que los autos se encuentren expeditos para sentenciar, previa solicitud de informe
oral, conforme se encuentra regulado en el inciso 28.1 del artículo 28 del TUO de la Ley que regula el Proceso
Contencioso Administrativo, respetando tanto la parte demandante como la demandada, los plazos establecidos en el
inciso 28.2 de la citada norma.
5.10. En efecto, la pretensión del demandante puede ser atendida por el proceso contencioso administrativo, en el cual puede
obtener una decisión favorable, siempre y cuando, demuestre la veracidad de sus alegaciones, lo cual se lograra con el
análisis minucioso y completo del expediente administrativo que ha sido remitido por la demandada, obteniendo la
nulidad de las resoluciones judiciales que cuestiona; proceso ordinario en el cual, el actor tiene la potestad de plantear
una medida cautelar innovativa.
5.11. Sin embargo, de la revisión de los documentos que obran en autos, y de los fundamentos expuestos por la partes
procesales, se advierte que a efecto de dilucidar la pretensión reclamada se requiere de una revisión de la normatividad
aplicada, conjuntamente con los actos administrativos realizados por la demandada dentro del procedimiento
administrativo disciplinario, es decir, sólo basta revisar y analizar el expediente administrativo. Por lo que, la pretensión
planteada por el demandante no necesita de una etapa probatoria que desvirtué la naturaleza jurídica del proceso de
amparo.
5.12. A ello debe añadirse que, respecto al riesgo de irreparabilidad y tutela urgente, la pretensión del demandante se ciñe en
la nulidad de dos resoluciones administrativas que han sido emitidas por los órganos sancionadores de la demandada,
mediante las cuales se le impone la sanción de suspensión de 06 meses en el ejercicio de la profesión. Por lo que, de la
vista de los documentales que obran en autos, de fojas 653/655, se advierte que la sanción del demandante se
computa del 13 de agosto del 2018 al 12 de febrero del 2019.

4 Huerta Guerrero, Luis Alberto. Los procesos de amparo y hábeas corpus: un análisis comparado. Comisión Andina de Juristas, Lima, 2000,
pág. 60.
5 Lazzarini, José Luis. El juicio de amparo. La Ley, Buenos Aires, 1967, pág. 123.
6 Eto Cruz, Geraro. Tratado del proceso constitucional de amparo Tomo I. Gaceta Jurídica, Lima, 2014, pág. 528.

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5.13. Siendo ello así, teniendo en cuenta que, por la premura del tiempo, la lesión que invoca el demandante en el supuesto
se ampare su demanda en el proceso contencioso administrativo se tornaría en irreparable, puesto que, si bien el
proceso contencioso administrativo estructuralmente puede conocer la pretensión reclamada por el demandante, por ser
competente para conocer las pretensiones en donde se plantea la nulidad de resoluciones administrativas, en el caso en
concreto, estando que la sanción impuesta sólo dura 06 meses, su atención en el proceso ordinario sería ineficaz e
inaprovechable, en tanto la lesión que invoca el demandante devendría en irreparable, por lo que, existe un alto grado
de riesgo de irreparabilidad; correspondiendo al proceso de amparo conocer la pretensión reclamada por el
demandante.
5.14. En consecuencia, POR LAS REFERIDAS RAZONES EL EXTREMO DEL PEDIDO DE IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA DEVIENE EN
INFUNDADA.

SEXTO: ANÁLISIS FÁCTICO JURÍDICO, INTERPRETACIÓN Y VALORACIÓN DE LOS MEDIOS PROBATORIOS


Del caudal probatorio admitido, es de señalar lo siguiente:
6.1. En principio, resulta pertinente señalar cual es la causa que dio origen a la instauración del procedimiento administrativo
disciplinario seguido al ahora demandante ante la Comisión de Ética y Tribunal de Honor de la demandada.
En efecto, ello se debió a la denuncia interpuesta por la doctora Kelly Estaurafila Ocampo Preciado en el año 2012, que
en aquel entonces, era Juez Supernumeraria del Quinto Juzgado de Paz Letrado del Callao, contra el abogado Juan
Carlos Torres Villavicencio -ahora demandante-, que en un proceso sobre ejecución de acta de conciliación extrajudicial
patrocinaba al señor Gerardo Dionisio Peña Napan, proceso administrativo disciplinario en donde se le sanciona al
demandante con 06 meses de suspensión en la profesión por la comisión de dos (02) infracciones, el cual fue tramitado
en el Expediente N° 323-2012-DO, que es materia de análisis en el presente caso.
6.2. Siendo así, a efecto de dilucidar la pretensión reclamada por el demandante, la cual debe ser analizada con los
fundamentos expuestos por las partes procesales en sus escritos postulatorios -de demanda y contestación de
demanda-, corresponde extraer los medios de prueba del expediente administrativo que obra en autos, toda vez que, en
el presente caso deberá analizarse si la demandada dentro del procedimiento administrativo disciplinario ha respetado
los derechos que invoca el demandante como lesionados; obteniéndose lo siguiente:
• A fojas 205/208, obra el contrato de arrendamiento suscrito por el señor Gerardo Dionisio Peña Napan y el
señor Cesar Augusto Cavero Chinet el 03 de febrero del 2009, mediante la cual, acuerdan que por el plazo de
03 meses o 90 días el señor Cavero hará uso del terreno de 06 hectáreas del cual el señor Peña es poseedor
por más de 30 años, para los fines contemplados en el referido contrato.
• A fojas 209/211, obra el acta de conciliación N° 127-09 del 04 de junio del 2009, mediante el cual, se acuerda
que: “El señor Cesar Augusto Cavero Chenet se compromete en desocupar totalmente el terreno de 06
hectáreas identificado con el N° 10040-A (hora unidad catastral 5863) según Informe Técnico N° 873-2001-
AG-PETT/OPERL-C/SF del 25 de junio del 2001, y se encuentra ubicado a la altura del KM. 5.5 (hoya 6.4)
situado al lado oeste de la Av. Nestor Gambetta-Callao el día 07 de julio del 2009 improrrogables, fecha que
deberá entregarle el terreno de seis hectáreas al solicitante don Gerardo Dionisio Peña Napan”.
• A fojas 212/214, obra la demanda de ejecución de conciliación extrajudicial interpuesta por el señor
Peña contra el señor Cavero, la cual se encuentra suscrita por el abogado Julio C. Muñoz Sanchez.
• A fojas 217, obra la resolución N° 02 del 10 de agosto del 2009 expedido en el Expediente N° 05287-
2009 tramitado ante el 5° Juzgado de Paz Letrado del Callao, mediante el cual el juzgado ordena hacer
efectivo el apercibimiento decretado en autos, procediendo con la ejecución forzada, ordenando el
lanzamiento del demandando y de todas las personas que ocupen el lote de terreno de seis hectáreas sub
materia de dicho proceso civil.
• A fojas 219, obra el acta de lanzamiento de desalojo del 16 de septiembre del 2009, en la cual se dejo
constancia que al apersonarse al terreno sub materia del proceso civil no se encontró a persona alguna, por lo
que, se procedió con la entrega de dicho terreno al demandante, esto es al Sr. Peña.
• A fojas 223/225, obra el escrito de fecha 18 de septiembre del 2009 presentado por la Promotora Oquendo
SA, quien se encuentra representada por su apoderado Carlos Condorcahuanca Roca, mediante la cual se
apersonan al proceso civil de ejecución de acta de conciliación extrajudicial, solicitando su intervención como
litisconsorte necesario, y formulando nulidad de oficio del acta de desalojo/lanzamiento.
• A fojas 226/228, obra la resolución N° 04 del 21 de septiembre del 2009 expedido en el proceso civil en
mención, mediante la cual se declara la nulidad del acta de lanzamiento antes mencionado, ordenándose que
se debe proceder con la identificación y ubicación física, clara y precisa del predio sub materia de dicho
proceso.
• A fojas 251, obra el escrito de fecha 27 de agosto del 2010, mediante el cual, el Sr. Peña designaba
nuevo abogado, señalando nuevo domicilio procesal, el cual es suscrito por el abogado Juan Torres
Villavicencio -ahora demandante-.

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• A fojas 252, obra la resolución N° 10 del 01 de septiembre del 2010 expedido en el proceso civil en
mención, mediante la cual se tiene por designado al letrado Juan Torres Villavicencio.
• A fojas 296/297, obra el escrito de fecha 01 de noviembre del 2011, que en el primer otrosí digo señala:
“Que, debo de señalar al Juzgado que el hecho de ejecutar la orden de lanzamiento que Ud., misma ordeno,
no me causo extrañeza, puesto que el día 28 vimos bajar al delincuente abogado Carlos Condorcahuana,
aproximadamente a horas 10:20 a.m. (después de estar hablando en su despacho por más de media hora,
que ahora ya se entiende de que se trataba dicha conversación) con su colega Marta Arpiste, que con una
sonrisa en los labios decían que ya todo estaba coordinado con la Juez y que tan solo iría a hacer acto de
presencia al lugar, mas no ejecutaría el lanzamiento, dicha actitud de este abogado inescrupuloso fue visto,
por los peritos, mi patrocinado y el abogado patrocinador, actitud delincuencial que no me extraña de este
“abogado” inescrupuloso, que se encuentra acostumbrado a corromper a jueces y fiscales o a presionarlos con
influencias que tiene dentro del Poder Judicial, a efecto de conseguir sus ilegales propósitos, motivo por el
cual esta mafia de asesinos y traficantes de terrenos está siendo investigada por diversos instituciones del
Estado, del cual Ud. Ya tendrá conocimiento oportuno.
Cabe agregar que cuando me entreviste con Ud. hace algunas semanas conjuntamente con mi patrocinado,
me menciono el hecho de que Ud. tenía familia y que su cargo era de secretaria de Juzgado,
“aconsejándonos, que nosotros mismos tomemos posesión del terreno sub litis, y que Ud. no quería tener
problemas, entendiendo ahora porque dijo todo eso, motivo por el cual desde ya dejo constancia y le hago
responsable de las posible muertes que pueda haber por su ilegal actitud, ya que los campesinos de la zona
están cansados de ver tantas injusticias, ejecutadas por la poderosa familia Mujica, y están dispuestos a tomar
a la fuerza la posesión del terreno que Ud. no quiso lanzar, con los previsibles tragedias que será de su plena
responsabilidad y del que deberá rendir cuenta después de que suceda estos hechos.”
• A fojas 300, obra la resolución N° 23 del 10 de noviembre del 2011 expedida en el proceso civil antes citado,
en la cual se indica que a fin de conservar una conducta procesal correspondiente a la importancia y respeto
de la actividad judicial, los jueces deben, entre otros, ordenar que se suprima la frase o palabra expresada o
redactada en términos ofensivos o vejatorios, precisándole al abogado -ahora demandante- que en caso de
reiterar dicha conducta se pondrá en conocimiento del Colegio de Abogados de Lima para los fines
correspondientes, resolución judicial que ha sido suscrita por la Dra. Julia Vivero Diez, quien fue Juez
Supernumeraria del 5° Juzgado de Paz Letrado Especializado en lo Civil del Callao.
• A fojas 341/346, obra la resolución N° 30 del 23 de marzo del 2012, emitido dentro del proceso civil antes
mencionado, mediante el cual, la judicatura antes citada resuelve proceder con la ejecución forzada de
lanzamiento contra el Sr. Cavero debiendo desocupar ya el terreno sub materia de dicha litis debidamente
delimitado.
• A fojas 354/357, obra la resolución N° 35 del 24 de mayo del 2012, mediante el cual se resuelve dejar sin
efecto la resolución N° 30 en el extremo que ordena se proceda a la ejecución forzada de lanzamiento contra
el Sr. Cavero, debiendo en su lugar haberse ordenado que se lleve a cabo una diligencia de ubicación física in
situ del terreno tantas veces mencionado, suscrita dicha resolución judicial por la juez Kelly Ocampo Preciado,
quien también fue Juez Supernumeraria del 5° Juzgado de Paz Letrado Especializado en lo Civil del Callao,
esto es, su designación como magistrada de dicho órganos jurisdiccional fue con posterioridad a la
designación de la doctora Julia Vivero Diez.
• A fojas 398/399, obra el escrito de fecha 30 de julio del 2012, mediante el cual el señor Cavero manifiesta: “si
bien es cierto que mi persona suscribió con fecha 03 de febrero del 2009 un contrato de arrendamiento con el
ahora emplazante Gerardo Dionisio Peña Napan, (…) Sin embargo, preciso a Usted que: Con fecha 07 de julio
del 2009 mi persona dio entero cumplimiento al acuerdo contenido en el Acta de Conciliación N° 127-09 que
fue suscrita con fecha 04 de julio del 2009, esto es, he cumplido con entregar el predio sub litis el mismo que
nunca lo usufructue (…)”
• A fojas 212/215, obra el escrito de fecha 19 de septiembre del 2012, suscrito por el ahora demandante dirigido
a la denunciante, Dra. Kelly Ocampo Preciado, en donde se indica lo siguiente:
“(…) 1.- Señora Juez, sabemos perfectamente que su cambio del Juzgado Penal Transitorio al Quinto Juzgado
de Paz Letrado fue totalmente irregular, lo cual Ud. al entrevistarse con el destituido Dr. Periano se enteró del
motivo de su cambio, el cual le impartió la orden de no efectuar a toda costa el lanzamiento ordenado en
autos, puesto que se estaba perjudicando con los oscuros y delincuenciales interés de la delincuencial familia
Mujica, orden que se ha está siguiendo ilegalmente, puesto que se sabe que el puesto que ostenta
vergonzosamente actualmente se lo debe al corrupto Dr. Periano, siendo esto un hecho notorio y que ha sido
de conocimiento de la sociedad a través de diversa publicaciones en los medios de comunicación más
importantes del Perú, radiales, televisivos y escritos, como Ud. debe saber.
2.- También sabemos que a los pocos días de su irregular cambio Ud. conjuntamente con la Dra. Julia Vivero
Diez se apersonaron al despacho del destituido Dr. Periano en donde, antes de ingresar a conversar con

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Periano, la Dra. Julia Vivero le indico la presión que había tenido por parte de Periano a efecto de ejecutar el
lanzamiento solicitado, pero ella a pesar de toda esa presión actuando con valentía y de acuerdo a ley ordenó
dicho lanzamiento, es decir no quiso ser un mero títere de las órdenes impartidas por este oscuro personaje,
es decir no le intereso perder el puesto que ahora Ud. lo tiene, ni tampoco se puso de rodillas para hacer caso
a uno de los más corruptos magistrados que ha tenido el Callao, lamentablemente no todas las personas que
ejercen la magistratura tiene la entereza moral y la dignidad para no obedecer órdenes de ninguna clase, (…)
3.- Pero en el colmo de las irregularidades al ver que no venían los peritos y a insistencia de estos corruptos
abogados que le presionaban para que realice la indebida diligencia de “verificación in situ”, a eso de la 1:15
p.m. subió a su Despacho la esposa del delincuente traficante de terrenos Ramos Mujica Pinilla, que no fue
impedida de subir a su Juzgado por el vigilante que se encuentra en la puerta de la escalera, esta le dijo muy
enérgicamente que le diga a Ud. que se encontraba abajo, y Ud. ordenó que dicha señora, suba para hablar
con Ud., esta señora nuevamente empezó a presionarla a usted para que realice la mencionada diligencia y
que haga caso a las órdenes impartidas por el corrupto Peirano, a la cual después de casi 40 minutos del “tira
y jala” Ud. le dijo que no podría realizar la diligencia sin la presencia de los peritos, a la cual muy mortificada
esta señora, se retiró de su Despacho, para salir a la calle y abiertamente empezaron a hablar por mas de 30
minutos en voz alta todo lo que había conversado con Ud. este hecho fue debidamente grabado y filmado,
verdaderamente resulta totalmente asqueroso todo lo dicho por estos sujetos.”
• A fojas 430/432, obra la resolución N° 46 del 24 de septiembre del 2012, en la cual se indica: “(…) con lo que
se demostraría en forma evidente que el referido abogado faltando a los deberes establecidos en el artículo
109° del Código Procesal Civil, como es proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus
actos e intervenciones en el proceso, abstenerse de usar expresiones descomedidas o agraviantes en sus
intervenciones y guardar el debido respeto al Juez, a las partes y a los auxiliares de justicia, por lo que al
haber actuado con temeridad o mala fe a sabiendas que alega hechos contrarios a la realidad, este Juzgado,
en aplicación estricta del artículo 111° y 112° inciso 2) del Código Adjetivo, resuelve: Remítase copias
certificadas de las actuaciones respectivas a la Presidencia de la Corte Superior de Justica del Callao, al
Ministerio Público del Distrito Judicial del Callao, y al Colegio de Abogados de Lima para las sanciones a que
pudiera haber lugar.” [el subrayado es nuestro]
• A fojas 433, obra la Resolución N° 01 del 18 de marzo del 2013 emitido dentro del Expediente N° 323-2012-
DO -procedimiento administrativo disciplinario-, mediante la cual se declara inadmisible la denuncia
interpuesta por la parte denunciante -Kelly Ocampo Preciado-, a fin de que cumpla con subsanar las
omisiones incurridas en el plazo de tres días como lo establece el numeral 3 del artículo 5 del
Reglamento.
• A fojas 436/441, obra la denuncia de la ciudadana Kelly Estaurafila Ocampo Preciado presentada ante la
Octava Comisión de Investigación del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, contra el abogado Juan Torres
Villavicencio -ahora demandante-, en donde señala las infracciones en las cuales ha incurrido el ahora
demandante, expresando sus fundamentos.
• A fojas 445/451, obra el escrito presentado por el ahora demandante dentro del procedimiento administrativo
disciplinario en donde formula sus descargos frente a la denuncia planteada por la denunciante.
• A fojas 470/480, obra el escrito de fecha 11 de junio del 2013 presentado por el denunciante en donde
adjunta el Ingreso N° 547-2011 de fecha 22 de junio del 2012 emitido por la 1° Fiscalía Provincial Penal del
Callao, en donde se resuelve: “No haber mérito para ejercitar acción penal contra Gerardo Dionisio
Peña Napan (…) como presunto autores de los delitos contra la fe pública – fraude procesal y falsedad
ideológica, en agravio de la Empresa Villas Oquendo S.A., disponiendo el archivo definitivo de los
actuados (…)”
• A fojas 524/532, obra la Resolución del Consejo de Ética Profesional N° 205-2015/CE/DEP/CAL del 12 de
agosto del 2015, mediante la cual se declara: “Fundada la denuncia interpuesta por la Dra. Kelly Ocampo
Preciado, Juez Supernumerario del Quinto Juzgado de Paz Letrado del Callao, contra el abogado Juan
Carlos Torres Villavicencio por inconductas éticas, en consecuencia como medida disciplinaria se le
impone suspensión por un período de 06 meses de conformidad a lo dispuestos en el artículo 51 literal
b) del Estatuto del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, en plena concordancia con el artículo 102°
literal c) del Código de Ética del abogado”, señalando los fundamentos de su decisión.
• A fojas 542/572, obra el recurso de apelación interpuesto por el demandante dentro del procedimiento
administrativo disciplinario, expresando los fundamentos de su recurso de apelación.
• A fojas 581/583, obra la manifestación indagatoria de Cesar Augusto Cavero Chenet practicada por la Primera
Fiscalía Provincial Penal del Callao el 14 de abril del 2011, que ante las preguntas 4, 5 y 6, manifiesta como
respuesta, que si reconoce su firma y el contenido que hay en el acta de conciliación N° 217-90, que los
motivos que conllevaron a suscribir dicha acta fue para resolver el contrato, y que el contrato en mención si es
el que le mostraron en el momento de la interrogación. Frente a la pregunta 7, señala que al momento que se

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celebro el contrato de arrendamiento, el Sr. Peña era poseedor del terreno. Asimismo, frente a las preguntas
18 y 19, el Sr. Cavero manifestó que desde el 07 de julio del 2009, fecha en la que se celebra el acta de
conciliación no se encuentra en posesión del terreno que fue materia de litis en el proceso civil antes
mencionado, agregando que no estuvo presente en la entrega formal del terreno, precisando que tiene
conocimiento que después de suscribir el acta de conciliación, el Sr. Peña ocupo nuevamente el terreno en
mención.
• A fojas 586/592, obra la Resolución N° 182-2014-ODCI-CALLAO (I.P.) de fecha 06 de julio del 2014 del Caso
N° 29-2014-ODCI-CALLAO, en el cual se resuelve: “abrir investigación preliminar contra la Dra. Kelly
Estaurafila Ocampo Preciado por los delitos de abuso de autoridad, prevaricato y omisión de denuncia,
trafico de influencias y patrocinio ilegal en agravio del señor Gerardo Dionicio Peña Napan”, denuncia
que fue interpuesta por el mencionado señor.
• A fojas 593, obra el Registro Nacional Judicial remitido por la Gerencia General del Poder Judicial, del cual se
aprecia que el señor Carlos Ubaldo Condorcahuan Roca ha sido sentenciado por el delito de fraude procesal
mediante sentencia de fecha 25 de agosto del 2006, imponiéndole tres años de pena privativa de libertad
suspendida por dos años.
• A fojas 595/597, obra la resolución de fecha 06 de junio del 2014 emitida por la Cuarta Sala Penal de la Corte
Superior de Justicia del Callao dentro del Expediente N° 3602-10, mediante la cual “se confirma la sentencia
apelada, que falla condenando a Carlos Ubaldo Condorcahuana Roca por delito contra el patrimonio –
usurpación agravada en agrio de la “Asociación Unión de Campesinos José María Arguedas y de Juan Ruiz
Zambrano a dos años de pena privativa de libertad, suspendido por el mismo término (…)”
• A fojas 606/609, obra el dictamen emitido por el ciudadano Ulises Montoya Alberti –miembro del Tribunal de
Honor- de fecha 26 de febrero del 2018, con relación al procedimiento administrativo disciplinario del
demandante, en donde expone sus fundamentos, proponiendo que se confirme la Resolución N° 205-
2015-CE/DEP/CAL del Consejo de Ética Profesional del 12 de agosto del 2015.
• A fojas 614/615, obra la resolución del 12 de junio del 2018, mediante la cual el Tribunal de Honor exponiendo
sus fundamentos procede a confirmar la resolución administrativa impugnada, esto es, confirma la sanción
impuesta al ahora demandante.

6.3. Ahora bien, en cuanto a la normatividad que se ha aplicado dentro del procedimiento administrativo disciplinario, a
efecto, de verificar conjuntamente con los actos administrativos realizados por la demandada dentro del referido
procedimiento disciplinario, resulta pertinente traer a colación las siguientes:
• Mediante Resolución de Presidencia de Junta de Decanos N° 002-2012-JDCAP-P del 14 de abril del 2012, se
aprueba: “El Código de Ética de los Abogados”7, que en el inciso 1 del artículo 6 señala como uno de los
deberes de los abogados: “1) Actuar con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez,
eficacia y buena fe; así como del honor y dignidad propios de la Profesión”. Asimismo, en su artículo 7, indica
que: “El abogado debe obedecer la ley, no debe inducir a otros a que la infrinjan, ni aconsejar actos ilegales.
Debe promover la confianza del público en que la justicia puede alcanzarse con el cumplimiento de las reglas
del Estado de Derecho“. De la misma manera, en los artículos 8 y 9 de dicho código de ética, señala que los
abogados deben guardar el deber de probidad e integridad, así como el de veracidad, indicando que: “El
abogado debe inspirar con sus actuaciones la confianza y el respeto de la ciudadanía por la profesión de
abogado. Debe abstenerse de toda conducta que pueda desprestigiar la profesión. (…) En sus
manifestaciones, el abogado debe exponer con claridad los hechos, el derecho aplicable al caso, y las
pretensiones de su cliente. No debe declarar con falsedad. El abogado no debe realizar citas doctrinarias o
jurisprudenciales inexistentes.”
• Asimismo, en el Código de Ética de Abogados, en su artículo 54 hace referencia que: “El abogado debe
respeto a la Autoridad en todas sus actuaciones, conforme a lo establecido en la Ley Orgánica del Poder
Judicial, Ley Orgánica del Ministerio Público y leyes complementarias, así como leyes orgánicas de
organismos públicos que cuentan con tribunales o salas especiales nacionales.”, esto es, prevé el deber que
tienen los abogados de respetar a las autoridades.
• Así también, en su artículo 64, se prevé que: “En sus manifestaciones, el abogado debe exponer con claridad
los hechos, el derecho aplicable al caso, y las pretensiones de su cliente. No debe declarar con falsedad.
Incurre en grave responsabilidad, el abogado que induzca a error a la autoridad utilizando artificios que oculten
la verdad de los hechos o expongan una falsa aplicación del derecho. El abogado no debe realizar citas
doctrinarias o jurisprudenciales inexistentes o tendenciosas, es decir, exponerlas en forma tal que se aparten

7 Consultado en http://www.cal.org.pe/pdf/etica/2012/codigo_etica_abogado.pdf, el 04 de febrero del 2019.

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de la opinión o sentido brindado por el autor.”, esto es que dentro del ejercicio del patrocinio, los abogados no
deben de inducir en error a las autoridades.
• Por su parte, el artículo 86 del mencionado código, señala cuales son los principios que rige el procedimiento
disciplinario para los abogados, señalando: “Son principios que deben observarse en todos los procedimientos
disciplinarios: los principios de debido proceso, imparcialidad, razonabilidad, proporcionalidad, celeridad, non
bis in idem, presunción de licitud, buena fe procesal y todos aquellos aplicables según la Constitución y las
demás normas del ordenamiento jurídico”.
• En cuanto a la aplicación de sanciones, en el citado código de ética, en su artículo 102 señala que: “En caso
de determinarse responsabilidad disciplinaria del denunciado, las medidas disciplinarias que pueden
imponerse son las siguientes: a) Amonestación escrita, la cual quedará registrada en los archivos por un
periodo de tres (03) meses. b) Amonestación con multa, la que quedará registrada en los archivos por un
periodo de seis (06) meses. La multa no podrá exceder de 10 Unidades de Referencia Procesal. 1 c)
Suspensión en el ejercicio profesional hasta por dos (2) años. d) Separación del Colegiado hasta por
cinco (5) años. e) Expulsión definitiva del Colegio Profesional. Estas sanciones rigen en todo el territorio
nacional y son de observancia obligatoria para todos los Colegios de Abogados del Perú. Y, en el artículo 103
se indica que: “La aplicación de las sanciones establecidas en los incisos a), b), c) y d) del artículo
precedente se aplicarán teniendo en consideración la gravedad del hecho y el perjuicio causado.”
• Por otro lado, mediante Resolución de Presidencia de Junta de Decanos N° 002-2012-JDCAP-P del 14 de
abril del 2012, se aprobó el “Reglamento del Procedimiento Disciplinario de los Órganos de Control
Deontológico de los Colegios de Abogados del Perú”8, que en su artículo 32 establece cuales son las
sanciones que se le impone a los abogados que incurran en las faltas que cometan en el ejercicio de su
profesión, estableciendo las siguientes: “(…) a) Amonestación escrita, la cual quedará registrada en los
archivos por un periodo de tres (03) meses. b) Amonestación con multa, la que quedará registrada en los
archivos por un periodo de seis (06) meses. La multa no podrá exceder de 10 Unidades de Referencia
Procesal. c) Suspensión en el ejercicio profesional hasta por dos (2) años. d) Separación del Colegiado
hasta por cinco (5) años. e) Expulsión definitiva del Colegio Profesional. Estas sanciones rigen en todo el
territorio nacional y son de observancia obligatoria para todos los Colegios de Abogados del Perú. Mientras
que sobre la aplicación de las sanciones, en su artículo 33 se señala que: “Las sanciones establecidas en los
incisos a), b), c) y d) del artículo precedente se aplicarán teniendo en consideración la gravedad del hecho y el
perjuicio causado.”
6.4. En efecto, de lo antes mencionado, y del expediente administrativo que obra en autos, se tiene que, la denunciante
Kelly Ocampo Preciado -ex Juez del 5 Juzgado de Paz Letrado del Callao- interpuso una denuncia contra el ahora
demandante, Juan Torres Villavicencio imputándole dos (02) hechos en concreto, que se produjo en el ejercicio del
patrocinio del señor Gerardo Peña Napan en el proceso sobre ejecución de acta de conciliación extrajudicial tramitado
en el Expediente N° 05287-2009:
a) Que, asesorando a su patrocinado, le insistió para que presenten la demanda de ejecución de acta de
conciliación extrajudicial, a fin de ejecutarla, a pesar de tener conocimiento que el ejecutado en dicho proceso
civil no estaba en posesión del inmueble. En ese sentido, señala que, iniciaron un proceso de ejecución de
acta de conciliación extrajudicial, simulando un contrato de arrendamiento con el ejecutado que dio lugar a
que se levantara un acta de conciliación extrajudicial, que fue tramitada en el 5° Juzgado de Paz Letrado del
Callao, declarándose improcedente la referida demanda por ser inejecutable. En esa línea, es que la
denunciante señala que el ahora demandante habría inducido en error a los jueces que estuvieron a cargo del
expediente, haciendo que se emitieran resoluciones que ordenaban que se llevara a cabo de la ejecución
forzada, los cuales se dio inicio con documentos simulados, con el único fin de despojar a personas que no eran
exactamente la parte ejecutada.
b) Por su parte, también la denunciante le imputó el hecho de que en el proceso civil de ejecución de acta de
conciliación extrajudicial seguido ante el 5° Juzgado de Paz Letrado del Callao existen escritos presentados por el
abogado -ahora demandante-, que con palabras altisonantes faltan el respeto a la Juez -denunciante-.
c) Es así que, la denunciante en mención le imputa al demandante que ha transgredido los artículos 3, 6, 7, 8, 9, 54 y
64 del Código Ético de los Abogados.
6.5. En esa línea, se visualiza del expediente administrativo, que la denuncia interpuesta por la denunciante, fue declarada
inadmisible, puesto que no había cumplido con lo establecido en los numerales 1.3, 1.4, 1.5 del artículo 5 del
Reglamento del Procedimiento Disciplinario de las Comisiones de Investigación y del Consejo de Ética Profesional del
Ilustre Colegio de Abogados de Lima9.

8Consultado en http://www.cal.org.pe/pdf/etica/2012/reglamento_procedimientos_disciplinarios.pdf, el 04 de febrero del 2019.


9 Consultado en http://www.cal.org.pe/pdf/secretaria/reglamentos_internos_direcciones_cal/4_1_reglamento_direccion_etica-
comisiones_consejo_etica.pdf el 04 de febrero del 2019. En su artículo 5, señala que: “1. La Denuncia deberá contener como elementos
mínimos para su admisibilidad los siguientes: 1.1. Nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio real y legal del denunciante. (…) 1.3.

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6.6. Resulta pertinente precisar, que en el expediente administrativo sólo obra el escrito de denuncia donde la denunciante
absuelve las omisiones advertidas por la Octava Comisión de Investigación mediante resolución N° 01 [véase fojas
433/443], no apreciándose el primigenio escrito de denuncia. Sin embargo, dicha Comisión de Investigación procede
con correr traslado al denunciado -ahora demandante-, en donde éste al momento de formular sus descargos, señala
básicamente lo siguiente:
a) Formula nulidad, manifestando que del contenido de la denuncia no se aprecia con precisión cuáles son los
cargos que se le imputan, señalando que se aprecia de forma oscura, no clara y con la debida precisión cual es el
cargo, o cargos por lo cual se tiene que defender.
b) Asimismo, indica que la denunciante hace una tendenciosa apreciación subjetiva al manifestar que el
ejecutante a su insistencia es que persuadió a este, a efecto de que presente la demanda. Sin embargo, ello
resulta ser falso, toda vez que, no fue el quien suscribió la demanda.
c) Así también, indica que los documentos a los que la denunciante llama simulados, no han podido ser
desvirtuados como tal, por lo contrario, un tercero ajeno al proceso civil de ejecución de acta de conciliación
extrajudicial formulo una denuncia contra el ejecutado -Sr. Cavero-, y contra su patrocinado -Sr. Peña- por el
delito de fraude procesal, y otros. Sin embargo, la Primera Fiscalía Provincial Penal del Callao declaró no ha
lugar formular denuncia penal, ordenando el archivo definitivo de la denuncia penal.
6.7. En ese sentido, es que, el Consejo de Ética Profesional mediante Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CAL del 12 de
agosto del 2015 impone al demandante la sanción de suspensión de 06 meses en el ejercicio de la profesión
por haber transgredido los artículos 6, 54 y 64 del Código de Ética del Abogado, tal como se establece en el
considerando décimo cuarto de dicha resolución administrativa. Al respecto, en principio, corresponde indicar
que, se procederá a señalar al ahora demandante como denunciado, y a la ciudadana Kelly Ocampo Preciado como
denunciante, a efecto de analizar el procedimiento administrativo disciplinario seguido con el accionante.
6.8. En principio, el denunciado al momento de hacer sus descargos, cuando se le corre traslado de la denuncia planteada
en su contra, señala como primer punto que la denuncia deviene en nula, en tanto en ella no se aprecia con precisión
cuáles son los cargos que se le imputan, esto es, se aprecia de forma oscura, no clara, los cargos por los cuales se
tiene que defender. Sobre ello, si bien, de una revisión del contenido de dicha denuncia, se advierte de manera
fehaciente cuales son los hechos que se le imputa, señalando los artículos del Código de Ética que habría
transgredido; sin embargo, el Consejo de Ética Profesional al momento de resolver el caso, no emite pronunciamiento
respecto a dicho pedido de nulidad.
6.9. Es decir, si bien, se aprecia que de una revisión de la denuncia, la misma si cumple con los requisitos legales que
exige el Reglamento del Procedimiento Disciplinario de las Comisiones de Investigación y del Consejo de Ética
Profesional del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, esto es, señala con precisión los hechos imputables que
sustenta la falta que se le imputa al denunciado, así como la transgresión normativa; si embargo, el Consejo de Ética
Profesional debió pronunciarse respecto a dichos fundamentos de nulidad, puesto que así lo exige el derecho de
motivación de resoluciones administrativas, derecho al que tiene todo administrado dentro de los procedimientos
administrativos disciplinarios, puesto que ello es un límite a la arbitrariedad en la cual pueden incurrir las autoridades
administrativas, más aún, si en el presente caso el denunciado se encontraba inmerso en un proceso administrativo
disciplinario.
6.10. Ahora bien, enfocándonos en el tema de fondo de la denuncia, de la referida resolución administrativa cuestionada, se
advierte que, efectivamente el Consejo de Ética Profesional, previo a ello, se lleva a cabo la audiencia única,
dejándose constancia, conforme se aprecia de autos a fojas 516/518, en la que, se indica la admisión de los medios
probatorios ofrecidos por las partes -denunciante y denunciado-. Visualizándose en dicha acta, que se admitieron a
trámite el contrato de arrendamiento, el acta de conciliación, así como los escritos y resoluciones judiciales que se
dieron en el trámite de la demanda de ejecución de acta de conciliación extrajudicial, así como la resolución emitida
por la Primera Fiscalía Provincial del Callao.
6.11. Al respecto, el Consejo de Ética Profesional al momento de realizar el análisis jurídico y valorativo de la investigación,
en el considerando décimo primero de la resolución administrativa cuestionada, procede a realizar una descripción de
todo el iter procesal del proceso civil de ejecución de acta de conciliación extrajudicial, citando textualmente las fechas
en que se suscribió el contrato de arrendamiento, así como el acta de conciliación, continuando con señalar la fecha
de presentación de la demanda, los escritos y resoluciones judiciales que obran en el expediente administrativo, y que
fueron ofrecidos por la parte denunciante. Concluyendo, en el punto diez de dicho considerando de la siguiente
manera:
“Diez.- Que, habiendo hecho un análisis de los mismos se determina que la denuncia está referida a hechos
relacionados estrictamente que se encuentran en trámite en el Órgano Jurisdiccional y siendo que el Consejo de
Ética Profesional es un Órgano Deontológico, por tanto no tiene competencia para emitir juicio de valor alguno.

Indicación de las infracciones éticas materia de investigación 1.4. Fundamentos de hecho 1.5. Fundamentación jurídica y
deontológica (…)”

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Sin embargo está demostrado que el abogado denunciando Juan Carlos torres Villavicencio, ejerciendo el
patrocinio de Gerardo Dionisio Peña Napan, utilizó en sus escritos palabras o frase con términos
ofensivos y vejatorios en contra de la Juez, de las partes y de los auxiliares de justicia; no obstante
haber sido requerido con resolución N° 23, que teste sus palabras y adecue sus escritos, haciendo caso
omiso ha vulnerado los principios establecido en el numeral 6 del Código de Ética del Abogado, que
señala que son deberes fundamentales del abogado actuar con lealtad, probidad, veracidad, honradez, y
buena fe, así como del honor y dignidad de la profesión; asimismo, el abogado debe respeto a la
autoridad en todas sus actuaciones, conforme a lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Judicial,
Ley Orgánica del Ministerio Público y leyes complementarias, así como leyes orgánicas de organismos
públicos que cuentan con tribunales o salas especiales nacionales así lo señala el artículo 54 del Código
de Ética del Abogado; también el abogado en sus manifestaciones debe exponer con claridad los
hechos, el derecho aplicable a cada caso y las pretensiones de su cliente conforme señala el artículo 64
del Código de Ética del Abogado.” [el resaltado y énfasis es nuestro]
6.12. Sobre ello, resulta pertinente indicar que, la Comisión de Ética Profesional no ha realizado un análisis minucioso y
exhaustivo del caudal probatorio que ha sido presentado por las partes, y que obra en el expediente administrativo,
puesto que, enfocándonos respecto a la primera falta imputable, se tiene que la denunciante sostiene que el
denunciado en el ejercicio del patrocinio, asesorando al señor Peña ha insistido a éste que presenten una demanda
de ejecución de acta de conciliación extrajudicial, sustentándolo en documentos simulados, como vendría a ser el
contrato de arrendamiento, así como el acta de conciliación extrajudicial, por lo que, habría inducido a error a los
jueces que estuvieron a cargo del expediente, haciendo que se emitieran resoluciones judiciales que ordenaban que
se llevara a cabo la ejecución forzada.
6.13. En efecto, de la documentación que obra en el expediente administrativo, se verifica que el abogado que suscribió
la demanda de ejecución de acta de conciliación extrajudicial, no es el denunciante, para ello basta con
visualizar los documentos obran en autos a fojas 212/214, apreciándose también, que recién el denunciante
aproximadamente un (01) año después de iniciado dicha demanda, se apersona al proceso como nuevo
abogado del Sr. Peña, conforme se advierte del escrito que obra en autos a fojas 251, advirtiéndose también, que
previó a ello, ya el Juzgado mediante resolución judicial N° 02 de fecha 10 de agosto del 2009, ordena que se proceda
con la ejecución forzada, ordenando el lanzamiento del demandado en dicho proceso civil, por lo que, se levantó un
acta de lanzamiento de desalojo con fecha 16 de septiembre del 2009 [véase fojas 217 y 219]; sin embargo, el
denunciante recién empieza a ejercer el patrocinio del Sr. Peña a partir de la presentación del escrito antes
mencionado, esto es con fecha 27 de agosto del 2010.
No obstante, los órganos deontológicos no se han pronunciado sobre los fundamentos que expone la denunciante,
apreciándose que no se han valorado los medios de prueba del denunciado.
6.14. En ese orden, resulta pertinente también señalar que, si bien, dentro del proceso civil se han suscitado una gran
cantidad de actos procesales, de lo cual se desprende una posible anomalía del proceso, lo cual no nos corresponde
analizar, puesto que, esta judicatura solo se ciñe en verificar si las demandadas no han lesionado los derechos
fundamentales que invoca el demandante dentro del procedimiento administrativo disciplinario, en base al caudal
probatorio que obra en el expediente administrativo conjuntamente con los fundamentos expuestos por las partes en
dicho proceso administrativo, resulta pertinente indicar que el Sr. Cavero -ejecutado- mediante escrito del 30 de junio
del 2012 [véase fojas 398/399] indica que si resulta ser cierto que con fecha 03 de febrero del 2009 se celebró un
contrato de arrendamiento con el Sr. Peña, también es cierto, que hizo entrega del bien el 07 de julio del 2009.
6.15. Sobre dicho punto, se entendería que el denunciado si incurrió en la falta de haber inducido a error a los magistrados,
siempre y cuando éste haya sido el abogado que suscribió la demanda, situación que no ha sido así, puesto que
después de aproximadamente un (01) año de haberse iniciado tal proceso judicial es que ejerce el patrocinio del Sr.
Peña, y en ese extremo, el Consejo de Ética Profesional no ha analizado dicho asunto, esto es, no se ha
pronunciando de que manera el denunciado ha cometido tal falta, cuáles han sido los actos que ha realizado el
denunciado, por lo cual se puede determinar que ha vulnerado los principios de veracidad, probidad, honradez y por
ende concluir que ha inducido en error a los magistrados que conocieron dicha causa judicial, más aún, si el Consejo
de Ética Profesional no ha valorado la resolución emitida por la Primera Fiscalía Provincial Penal del Callao de fecha
22 de junio del 2012, mediante la cual, resuelve “No haber mérito para ejercitar acción penal contra Gerardo Dionisio
Peña Napan (…) como presunto autores de los delitos contra la fe pública – fraude procesal y falsedad ideológica, en
agravio de la Empresa Villas Oquendo S.A., disponiendo el archivo definitivo de los actuados (…)” [véase fojas
472/480].
6.1.6 Sobre el particular, en el punto 26 y 27 de dicha disposición fiscal, se determina que no existían indicios que permitan
demostrar si el Sr. Peña no era el poseedor de la unidad catastral N° 5863 al momento de celebrar el contrato de
arrendamiento, por lo que, no existen indicio de que el contrato de arrendamiento sea fraudulento, como tampoco lo
sería el acta de conciliación [véase fojas 478]. Es decir, no esta comprobado que efectivamente los actuados que
obran el proceso civil sean simulados, además de ello, la denunciante no presenta medio probatorio alguno que
demuestre que dichos documentos sean fraudulentos, sólo se ciñe en la manifestación expuesta por el Sr. Cavero; sin

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embargo, no hay ni un informe pericial, o sentencia judicial que haya condenado al Sr. Peña como falsedad ideológica,
o que demuestre la falsedad de los documentos que la denunciante invoca como simulados, extremos que debieron
ser explicitados con el respectivo análisis que sustente el pronunciamiento.
6.17. Por lo que, existe una clara vulneración al derecho fundamental de motivación y al derecho a probar, actos
lesivos en los que ha incurrido el Consejo de Ética Profesional al momento de analizar esta primera imputación de
falta, en tanto, no ha valorado en conjunción los medios de prueba presentado por las partes, solo se ha limitado a
revisar la documentación ofrecida por la denunciante, señalando que los medios de prueba del denunciado no resultan
idóneos y que no genera convicción. Sin embargo, no explican el porque no generan convicción, por lo que, se aprecia
una clara falta de motivación; más aún, si la motivación y análisis que ha realizado de dicha documentación no es la
correcta, puesto que de tales documentales se desvirtúa los fundamentos expuestos por la denunciante en afirmar
que el denunciado habría sido el abogado que presento la demanda, y los demás documentos supuestamente
simulados, hecho que es falso, conforme se ha esbozado precedentemente.
6.18. Ahora bien, respecto a la segunda falta imputable, esto es, la falta de respeto a la autoridad, por haber expuesto en
los escritos que ha presentado a la judicatura palabras altisonantes en agravio de la denunciante en su calidad de
magistrada, corresponde señalar que efectivamente, en el expediente administrativo, obran escritos en los cuáles se
aprecia que el abogado en el ejercicio del patrocinio del Sr. Peña ha utilizado en párrafos extensos, palabras y
frases, con términos ofensivos y vejatorios en contra de la Juez, de las partes y de los auxiliares de justicia,
que pueden haber lesionado la imagen y honor de la magistrada denunciante.
6.19. Sin embargo, tampoco se advierte que haya una motivación idónea, puesto que, el Consejo de Ética Profesional no
realiza una conexión lógica entre los fundamentos expuestos en los escritos suscritos por el denunciado y el porque
serían considerando vejatorios u ofensivos hacía la persona de la denunciante, esto es, cual es la gravedad o
intensidad del agravio de dichas palabras altisonantes, que justifique el grado o gravedad de la sanción impuesta.
En esa línea, no se advierte que el referido consejo de ética haya realizado un desarrollo minucioso de dicha falta
imputable, más aún, si la acusación que se le imputa al denunciado resulta ser “subjetiva”, se requiere de una
motivación exhaustiva para determinar el porque deben ser consideradas palabras altisonantes, y por ende de que
manera se falto el respeto a la autoridad y como consecuencia de ello, se justifique el grado de sanción.
6.20. Más aún, si de conformidad con el artículo 103 del Código de Ética del Abogado, la aplicación de la sanción
disciplinaria de suspensión en el ejercicio de la profesión hasta por 02 años resulta ser discrecional, esto es, se
encuentra dentro de la potestad sancionadora de dicho consejo de ética; siendo el derecho de motivación el límite a
dicha discrecionalidad, por lo que, el Consejo de Ética Profesional debe evaluar de manera objetiva y con
fundamentos debidamente motivados, si tales actos fueron merecedores de la sanción impuesta, esto es, si resulta
proporcional y/o razonable; toda vez que, de la resolución administrativa cuestiona no se advierte ese razonamiento
lógico, evidenciándose una clara violación al derecho al debido proceso, en sus manifestación de motivación y
derecho a probar.
6.20. Ahora bien, respecto a la resolución del 12 de junio del 2018, mediante la cual, el Tribunal de Honor exponiendo sus
fundamentos procede a confirmar la resolución administrativa impugnada, esto es, confirma la sanción impuesta al
denunciado. Sobre dicha resolución administrativa, resulta pertinente indicar que, el denunciado dentro de los
fundamentos de su recurso de apelación cuestiona no sólo los fundamentos que expuso el Consejo de Ética
Profesional respecto a las dos (02) faltas por las cuales se le sanciono, esto es el haber inducido en error a los
magistrados que conocieron la causa judicial, y el haber expresado palabras altisonantes contra la magistrada
denunciante, faltando respeto a la autoridad, sino también, el hecho que no se pronunciaron sobre el pedido de
nulidad expuesto por el denunciado [véase fojas 542/574].
6.21. Al respecto, el Tribunal de Honor en el considerando cuarto y quinto de la resolución administrativa cuestionada
señala lo siguiente:
“Cuarto.- Que la resolución que viene en grado ha dado mérito a las copias certificadas de las piezas
procesales que contienen frases peyorativas y agraviantes, lo que es contrario a los deberes que impone
el Código de Ética y le ha impuesto al abogado Torres Villavicencio la sanción disciplinaria que motiva
su apelación; Quinto.- Que de la revisión de lo actuado y de las piezas procesales que obran en el
expediente, se comprueba que efectivamente el abogado Torres Villavicencio en el ejercicio de su
patrocinio ha utilizado frases agraviantes y términos peyorativos al dirigirse a la magistrada, como se
verifica en el escrito obrante de fojas (…). Por esta consideraciones y con lo opinado por el Ex Decano
Dr. Ulises Montoya Alberti (…).”
6.22. Sobre ello, al revisar lo opinado por el Dr. José Ulises Montoya Alberti, miembro del Tribunal de Honor [véase fojas
606/609], se verifica que en ninguno de sus fundamentos se pronuncia respecto al hecho imputable al
denunciado consistente en haber inducido en error a los magistrados, puesto que solo se pronuncia respecto
al hecho imputable consistente en la exposición de palabras altisonantes, más aún, si de la lectura de dicha
opinión pareciera ser una copia de la resolución administrativa emitida por el Consejo de Ética Profesional, lo mismo
sucede con la resolución administrativa emitida por el Tribunal de Honor, de los cuales no se aprecia una debida
motivación, no se expone un razonamiento concreto basado en los hechos que exponen las partes en

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conjunción con los medios probatorios aportados por dichas partes, esto es, no se evidencia que dichos
órganos deontológicos hayan valorado todo el caudal probatorio que obran en el expediente administrativo, ni
motivado debidamente sus fundamentos, puesto que, solo se limita en valorar los medios de prueba de la
denunciante, sin desarrollar de manera, prolija, lógica, congruente y exhaustiva, un razonamiento debidamente
sustentando en los medios de prueba y hechos expuestos respecto a las faltas que se le imputa al denunciado,
además de no advertirse que haya proporcionalidad en la sanción impuesta, concluyendo que el denunciando ha
transgredido los artículos 6, 54 y 64 del Código de Ética del Abogado, pero sin que motive el porque ha faltado a su
deber de honradez, probidad, honradez, veracidad, respeto a la autoridad y no inducir en error cuando expone
fundamentos en sus escritos.
6.23. En consecuencia, la demanda deviene en fundada, por evidenciarse una clara vulneración al derecho del debido
proceso en sus manifestaciones del derecho de motivación y derecho a probar.

SEPTIMO: ESTABLECIMIENTO DE HECHOS


En ese sentido, se determina lo siguiente:
7.1. Está probado, que esta judicatura resulta ser competente para dilucidar la pretensión reclamada por el demandante.
7.2. Está probado, que los demandados dentro del procedimiento administrativo disciplinario seguido contra el demandante
han lesionado sus derechos fundamentales a la debida motivación de resolución administrativa y derecho a probar, porque
se evidencia una indudable vulneración al derecho del debido proceso.
7.3. Está probado, que debe declararse la nulidad de la Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL del 12 de agosto del 2015,
expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL recaída en el Expediente N° 332-2012, que declara fundada la
denuncia interpuesta y se le impone suspensión por un período de 06 meses.
7.4. Está probado, que debe declararse la nulidad de la Resolución expedida por el Tribunal de Honor del Colegio de
Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, que resuelve confirmar la medida disciplinaria de 06 meses de suspensión en
el ejercicio de la profesión.

OCTAVO: CONSECUENCIA JURÍDICA: NORMA APLICABLE Y SUBSUNCIÓN


8.1. Todo acto administrativo debe estar motivado a efecto de no adolecer de nulidad, y por ende no convertirse en un acto
inconstitucional, es así que, el inciso 4) del artículo 3° de la Ley N° 27444, establece que el acto administrativo debe estar
motivado en proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico. Asimismo, el inciso 6.1) del artículo 6° del mismo
texto legal, prescribe que la motivación deberá ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos
probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas que con referencia directa a
los anteriores justifican el acto adoptado.
8.2. En consecuencia, en razón a los fundamentos esbozados precedentemente, se encuentra probado que los demandados
dentro del procedimiento administrativo disciplinario seguido contra el demandante ha lesionado sus derechos
fundamentales a la motivación de resolución administrativa y derecho a probar, porque se evidencia una indudable
vulneración al derecho del debido proceso; por lo que, debe declararse la nulidad de Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL
del 12 de agosto del 2015, expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL, y la Resolución expedida por el Tribunal
de Honor del Colegio de Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, deviniendo en fundada la demanda.

NOVENO: JURISPRUDENCIA APLICABLE AL CASO


9.1. En la STC Nº 0078-2008-PHC/TC, el máximo interprete de la constitución en su fundamento 7 señala que el contenido
constitucionalmente protegido del derecho de motivación de resoluciones judiciales se encuentra delimitado por los
siguientes supuestos: a) Inexistencia de motivación o motivación aparente, b) Falta de motivación interna del
razonamiento, c) Deficiencias en la motivación externa: justificación de las premisas, d) motivación insuficiente, e)
motivación sustancialmente incongruente, y f) motivaciones cualificadas.
9.2. En esa línea, en la STC Nº 00091-2005-PA/TC, fundamento 9, párrafos 3, 5 a 8, criterio reiterado en STC Nº 294-2005-
PA/TC, STC 5514-2005-PA/TC, entre otras, señala que:
“El derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es de especial relevancia. Consiste en el derecho a la
certeza, el cual supone la garantía de todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es decir, que exista un
razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las leyes que se aplican. […]
La motivación de la actuación administrativa, es decir, la fundamentación con los razonamientos en que se apoya, es una
exigencia ineludible para todo tipo de actos administrativos, imponiéndose las mismas razones para exigirla tanto respecto
de actos emanados de una potestad reglada como discrecional.
El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión clave en el ordenamiento jurídico-administrativo, y es
objeto central de control integral por el juez constitucional de la actividad administrativa y la consiguiente supresión de los
ámbitos de inmunidad jurisdiccional.
Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva del principio de legalidad, presupuesto ineludible
de todo Estado de derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la actividad administrativa y los

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derechos de las personas. Es indiscutible que la exigencia de motivación suficiente de sus actos es una garantía de
razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa.
En esa medida, este Tribunal debe enfatizar que la falta de motivación o su insuficiencia constituye una arbitrariedad e
ilegalidad, en la medida en que es una condición impuesta por la Ley N.° 27444. Así, la falta de fundamento racional
suficiente de una actuación administrativa es por sí sola contraria a las garantías del debido procedimiento administrativo”
9.3. Asimismo, en la STC Nº 8495-2006-PA/TC se ha determinado que: “un acto administrativo dictado al amparo de una
potestad discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo expresa la apreciación individual de quien
ejerce la competencia administrativa, o cuando el órgano administrativo, al adoptar la decisión, no motiva o expresa las
razones que lo han conducido a adoptar tal decisión. De modo que, motivar una decisión no sólo significa expresar
únicamente bajo qué norma legal se expide el acto administrativo, sino, fundamentalmente, exponer en forma sucinta –
pero suficiente– las razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada”; criterio que ha sido recogido
en el fundamento 4 de la STC Nº 00744-2011-AA/TC.
9.4. Así también, dentro del ámbito del procedimiento administrativo sancionador, también se debe garantizar que los
administrados puedan ejercer de manera cabal su derecho a la defensa, y sobre ello, el Tribunal Constitucional se ha
pronunciado en reiteradas sentencias, siendo una de ellas, lo señalado en los fundamentos 6 y 7 de la STC N° 02098-
2010-PA/TC:
“6. Debe recordarse, correlativamente, que las garantías constitucionales consagradas en el artículo 139° de la
Constitución y en el artículo 4° del Código Procesal Constitucional, son de aplicación, en la medida en que
resulten compatibles con su naturaleza, a los procedimientos administrativos sancionadores. Entre dichas
garantías cabe incluir específicamente el derecho a la defensa, que proscribe cualquier estado o situación de
indefensión; el derecho a conocer los cargos que se formulan contra el sometido a procedimiento administrativo
sancionador; el derecho a no declarar contra sí mismo; el derecho a la asistencia de letrado o a la autodefensa;
el derecho a utilizar los medios de prueba adecuados para la defensa; el derecho a la última palabra, entre
otros.
7. Con respecto del derecho de defensa este Tribunal en reiterada jurisprudencia ha precisado que este derecho
tiene una doble dimensión: una material, referida al derecho del imputado de ejercer su propia defensa desde el
mismo instante en que toma conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y
otra formal, que supone el derecho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un
abogado defensor de su elección desde que la persona es citada o detenida por la autoridad y durante todo el
tiempo que dure la investigación preliminar o el proceso mismo. En ambos casos se garantiza el derecho de no
ser postrado a un estado de indefensión en cualquier etapa del proceso, inclusive, como ya se dijo, en la etapa
preliminar. Así, las garantías mínimas que se exigen en el proceso penal son extrapolables, con matices
atendiendo a las propias circunstancias de cada caso, al proceso administrativo sancionador, sobre todo en lo
que respecta al derecho de defensa (cfr. STC 2050-2002-AA/TC, fundamento 12).”
9.5. En consecuencia, en razón a los fundamentos esbozados precedentemente, se encuentra probado que los demandados
dentro del procedimiento administrativo disciplinario seguido contra el demandante han lesionado sus derechos
fundamentales a la debida motivación de resolución administrativa y derecho a probar, porque se evidencia una indudable
vulneración al derecho del debido proceso; por lo que, debe declararse la nulidad de Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL
del 12 de agosto del 2015, expedida por el Consejo de Ética Profesional del CAL, y la Resolución expedida por el Tribunal
de Honor del Colegio de Abogados de Lima del 12 de junio del 2018, debiendo emitirse nuevo pronunciamiento, bajo las
consideraciones expuestas.

DECIMO: COSTOS PROCESALES


Finalmente, de conformidad con lo dispuesto por el segundo párrafo artículo 5610 del Código Procesal Constitucional,
corresponde condenar a la parte vencida demandada, al pago de costos procesales, en razón que se ha evidenciado la lesión
del derecho invocado, monto que será liquidado en la etapa de ejecución de sentencia, no siendo condenable al pago de costas
procesales, conforme lo establecido en el mismo cuerpo normativo.

DECISIÓN

Por estas consideraciones, el Tercer Juzgado Constitucional Transitorio de Lima, con la autoridad que le confiere la Constitución
Política del Estado de conformidad al primer párrafo del artículo 13811 y a lo dispuesto por los artículos 1, 2, 17 y 61 del Código
Procesal Constitucional, impartiendo justicia a nombre de la Nación, RESUELVE:

10 Artículo 56 CPConstitucional.-
(…) En los procesos constitucionales el Estado sólo puede ser condenado al pago de costos.
11 Constitución Política del Perú. Artículo 138.- Administración de justicia.

La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la
Constitución y a las leyes.

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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
TERCER JUZGADO CONSTITUCIONAL TRANSITORIO
EXPEDIENTE N° 12365-2018-0-1801-JR-CI-03

1. FUNDADA LA DEMANDA de proceso de amparo de fojas 112/138, interpuesta por el ciudadano JUAN CARLOS
TORRES VILLAVICENCIO, en vía de proceso de garantía, contra el CONSEJO DE ETICA DEL COLEGIO DE
ABOGADOS DE LIMA y TRIBUNAL DE HONOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA.

2. En consecuencia, se DECLARA LA NULIDAD de:


i. Resolución N° 205-2015/CE/DEP/CL del 12 de agosto del 2015, expedida por el Consejo de Ética
Profesional del CAL recaída en el Expediente N° 332-2012, que declara fundada la denuncia interpuesta y
se le impone suspensión por un período de 06 meses.
ii. Resolución expedida por el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima del 12 de junio del 2018,
que resuelve confirmar la medida disciplinaria de 06 meses de suspensión en el ejercicio de la profesión.

3. SE ORDENA A LA DEMANDADA CONSEJO DE ETICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA y TRIBUNAL


DE HONOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA
i. Emita una nueva resolución administrativa observando los fundamentos expuestos en la presente sentencia,
esto es que, dentro del procedimiento administrativo disciplinario seguido contra el demandante se respete
sus derechos fundamentales.

4. EXHORTAR a la demandada CONSEJO DE ETICA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA Y TRIBUNAL DE


HONOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA no volver a incurrir en la acción que motivo la presente demanda,
bajo apercibimiento de aplicarse las medidas coercitivas señaladas en el artículo 22 del Código Procesal Civil.

5. Con COSTOS PROCESALES, a liquidarse en ejecución de sentencia.

6. NOTIFÍQUESE MEDIANTE CÉDULA en estricta aplicación de lo dispuesto por el artículo 155-E12 del TUO de la Ley
Orgánica del Poder Judicial. Hágase saber. -----------------------------------------------------------------------------------------------♦

12 Artículo 155-E. Notificaciones por cédula


Sin perjuicio de la notificación electrónica, las siguientes resoluciones judiciales deben ser notificadas solo mediante cédula:
1. La que contenga el emplazamiento de la demanda, la declaración de rebeldía y la medida cautelar.
2. La sentencia o auto que pone fin al proceso en cualquier instancia.
La resolución notificada por cédula surte efecto desde el día siguiente de notificada.

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