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Desarrollo histórico de la teoría general de los contratos en Venezuela

Referencia Histórica

a) Francia

La teoría general de los contratos administrativos tiene su origen en el derecho


francés en el que los más importantes y frecuentes contratos que celebra la
administración básicamente el de obras, suministros y concesión de servicio se
consideran como una categoría especial, los llamados contratos administrativos. La
unificación de esos contratos en una determinada categoría jurídica fue y es, en
opinión de Parada, consecuencia directa del sometimiento de los litigios que
ocasionaba su cumplimiento al conocimiento de la jurisdicción administrativa
(Consejo de Estado y Consejos de Prefectura). Más aún, la creación de la
jurisdicción administrativa tuvo como razón fundamental la de impedir que los
tribunales civiles conocieran de los contratos de la administración.

El Consejo de Estado Francés impuso inicialmente su jurisdicción sobre todos los


contratos suscritos por la Administración fueren éstos de naturaleza privada o
pública, es lo cierto que posteriormente reconoció cierta competencia en la materia
a los Tribunales Civiles respecto de aquellos contratos que versaban sobre
cuestiones patrimoniales, de propiedad.

Se establece entonces la noción de servicio público como elemento distintivo de los


contratos administrativos. Por consiguiente, un contrato será administrativo cuando
tenga por objeto la organización o ejecución de un servicio público y será civil en
caso contrario.

En definitiva en el derecho francés, como puede observarse de los criterios


jurisprudenciales precedentes, un contrato es administrativo bien cuando tiene por
objeto la ejecución de un servicio público o bien cuando posee cláusulas
exorbitantes del derecho común que configuran prerrogativas a favor de la
Administración que de estar insertar en un contrato de derecho común se estimarían
ilícitas.
b) España

En el derecho español, el desarrollo de la teoría general de los contratos


administrativos ha estado influenciado por las tendencias del Derecho Francés. Así,
en un principio, se implantó un sistema meramente judicialista en el que se atribuyó
a los tribunales civiles la competencia sobre todas las controversias contractuales
en que la Administración fuere parte, sistema éste que estaba previsto en el Decreto
del 13 de septiembre de 1813 aprobado por las Cortes de Cádiz.

c) Inglaterra

En el derecho inglés, si bien los contratos celebrados por la Corona Británica están
sujetos a las normas de derecho común y a los tribunales ordinarios, es lo cierto
que sus privilegios como la police power, el privilegio de inejecutabilidad y la
prohibición de dictar contra ella mandamientos de hacer dejaban sin eficacia al
contrato y sin garantía al contratista. En ese sentido en 1968 se creó el Review
Board for Government Contrats, organismo de arbitraje encargado de decidir todos
los conflictos contractuales que se presenten en el ámbito de la Corona y ejercer
funciones consultivas, cuyas decisiones configuran la base de desarrollo de todo un
sistema de poderes exorbitantes de la Administración y de compensaciones
económicas al contratista que se pactan mediante la adhesión de éste a un pliego
de condiciones.

Los diferentes contratos sociales venezolanos a través de los años de los


innumerables gobiernos que han existidos en todos los tiempos, tanto nuestros,
como en otros países y continentes, que la consecuencia indeclinable del desarrollo
humano hacia donde marchan las naciones las naciones es el sistema federativo
en Venezuela no se consolido esta doctrina de administración de gobierno.

El primer contrato social que aprobaron los legisladores venezolanos de 1811,


estaba precedida por un lado de toda la vorágine política social que sacudía a la
Europa imperial a finales del siglo xviii y los principios de siglo xix.
En el gobierno de Páez uno de los instrumentos que se valió fue la lay de libertad
de contratos, aunque casi al final de su mandato, pues fue aprobada por el congreso
el 5 de abril de 1834.

Este documento contaba solamente con 7 artículos, y en pocas palabras establecía


que el Estado permitía una libertad total en materia de contratos, pues estos eran
acuerdos entre partículas. De esta manera, se dejaba al deudor en manos del
acreedor.

Inicialmente la ley trajo algunos beneficios. Sin embargo, pronto comenzaron los
problemas porque la autorregulación y el equilibrio no llegaron nunca. En cambio,
si apareció una gran cantidad de especuladores y agiotistas que ocasionaron la
quiebra de muchos hacendados y el remate de sus propiedades, así como un
enorme descontento social que no era atendido por las autoridades.

Planteada como una forma de compensar los excesos cometidos bajo el amparo de
la ley de libertad de los contratos, la ley de espera y quita fue promulgada por el
congreso de Venezuela el 5 de mayo de 1841. A pesar de este propósito, el
ordenamiento legal vino más bien a reforzar al espíritu liberal que se respiraba
desde comienzos de 1830 en materia económica.

Con la aplicación de la ley de espera y quita, resultaba más difícil obtener algunas
moratorias (plazo para pagar una deuda vencida), especialmente para quienes
tenían deudas con varios acreedores, pues debían contar con la aprobación de cada
uno de ellos. Bastaba que un solo acreedor estuviese en contra para llevar a cabo
la confiscación de los bienes puestos en garantía.

La legislación no regulo los excesos de la ley de libertad de los contratos, sino que
acentuó el carácter usuario y parasitario de algunos sectores económicos, que antes
de realizar cualquier efecto productivo se dedicaban a subir cada vez más los
intereses de sus préstamos y a exprimir a sus deudores. La lucha contra estas
prácticas seria unas de las principales banderas de quienes crearon el partido
liberal, en 1840, ya que consideraba a los logreros que se beneficiaban de esta
situación como unos parásitos que lenta y dolorosamente desangraban al país.
La gran mayoría de las tierras embargadas mediante la aplicación de las leyes
liberales se tornaron improductivas, pues cayeron en manos de personas que no
querían dedicarse a la agricultura o a la ganadería, sino mantenerse en la
especulación y la usura.

El primer contrato la compañía del Gran Ferrocarril de Venezuela fue una de las
más serias establecidas en la Venezuela del siglo XIX. Más allá de la estructura y
de las condiciones de trabajo, ya de por sí bastante avanzadas para la época, en
1919 la empresa firmaría un acuerdo con sus trabajadores que
resultaría enormemente innovador. El acuerdo se supone de gran trascendencia,
pues estamos ante la presencia del primer contrato colectivo de Venezuela. Se
trataba, pues, de la firma del contrato para la construcción del Gran Ferrocarril de
Venezuela o Ferrocarril Alemán, que uniría las ciudades de Caracas y Valencia.

Podríamos revisar los resultados del estado unitario en Venezuela desde 1819
hasta la fecha y podremos comprobar lo inútil que ha sido para la republica el uso
mantenido de esta forma de gobierno, independiente del ungido del momento,
siempre Venezuela ha obtenido los mismos resultados en su desarrollo como
nación. Venezuela a los 2019 años de la era cristiana, en pleno siglo xxi, sigue
presentando el mismo cuadro político, económico y social del siglo xix, podríamos
revisar cada uno de los periodos de gobierno desde la presidencia del libertador
Simón bolívar en 1821 hasta el actual gobierno del estado unitario del 2019 y
observar el desarrollo en cuanto a la calidad de vida, a la infraestructura física y vial,
a la salud, a la educación, a los deportes, al comercio, a la industria, a la defensa,
a la libertad individual, al turismo, a la inseguridad tanto interna como externa,
individual como colectiva, a las finanzas, a la economía, a la alimentación, a la
vivienda, municipios, parroquias ha sido nulo, con excepciones bien acentuadas,
donde la dinámica del progreso en general del mundo ha incluido a nuestro país y
se ha introducido en la rutina estática del estado unitario venezolano, uno que otro
adelanto social, político económico o tecnológico, nada planificado ni sustentado en
el tiempo.
Desde nuestra nación desde 1819, cuyos regímenes han sido gobernados y
administrados por los ungidos, los mesías, los escogidos, los divinos de la época
desde Simón Bolívar hasta el presente pero todos y cada uno de estos ciudadanos
venezolanos, con ayuda de los más de 20 contratos sociales (contratos sociales
(constituciones políticas) que ellos han redactado, modificado, aprobado, y
sancionado: solo representan una sola cosa, el absolutismo, la centralización, el
mesianismo, el culto a la personalidad y la omnipresencia del estado.

Gestión de negocios

(Derecho Civil) Acción y efecto, en una persona, el gerente, de realizar actos de


administración en interés de un tercero, el administrado o dueño del negocio sin que
este último se lo haya encargado.

Hay gestión de negocios patrimoniales ajenos cuando alguien, extraño a ellos


(gestor), asume-sin haber recibido mandato, encargo ni autorización- la iniciativa de
su gestión, por encontrarse el dueño de sus negocios ausente o impedido de obrar
por si mismo (Messineo, Enneccerus.)

En este orden de ideas, toda persona capaz de contratar, que se encarga sin
mandato de la gestión de un negocio que directa o indirectamente se refiere
al patrimonio de otro, sea que el dueño del negocio tenga conocimiento de la
gestión, sea que la ignore, se somete a todas las obligaciones que la aceptación de
un mandato importa al mandatario.

El pago de lo indebido

El pago de lo indebido, se presenta cuando una persona denominada deudor paga a


quien no es su acreedor. La ley obliga a aquel que ha recibido el pago tiene la
obligación de reponerlo. Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta
no existe, la entrega no tiene razón jurídica de existir y debe ser restituida.

El artículo 1.178 del Código Civil Venezolano, el cual establece que “es aquel que
ocurre cuando una persona denominada solvens efectúa un pago a otra persona
denominada accipiens, sin tener una causa que lo legitime o justifique”.
El enriquecimiento sin causa

Es un principio general del derecho el de que nadie pueda enriquecerse con daño
o detrimento de otro y que si ello ocurre, el enriquecido debe restituir.

Fundamento legal del enriquecimiento sin causa constituye una de las fuentes de
las obligaciones de nuestro ordenamiento jurídico positivo; aparece en el Art. 1.184
CCV que establece: "Aquél que se enriquece sin causa en perjuicio de otra persona,
está obligado a indemnizarla, dentro del límite de si propio enriquecimiento, de todo
lo que aquella se haya empobrecido".

Los efectos jurídicos están dados por la creación, extinción y modificación de un


derecho.

El artículo 1184 del Código Civil Venezolano consagra que si la persona que se
enriquece sin causa en perjuicio de otra persona, se encuentra en el deber de
subsanar el daño indemnizándolo, dentro del límite de su propio enriquecimiento,
de todo lo que aquella se haya empobrecido.

Hecho ilícito

El hecho ilícito es, como todo acto contrario al ordenamiento jurídico vigente,
generado por la intención, la imprudencia, impericia, negligencia mala fe, abuso de
derecho e inobservancia normativa de una persona (agente) que tiene por
contrapartida una responsabilidad civil en favor de otra persona (perjudicado o
víctima) que debe cubrir el agente del daño.

Fundamentación legal el artículo 1.185 del Código Civil Venezolano refiere: El que
con intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está
obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a
otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o
por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese derecho.
¿Tiene mi vecino la obligación legal de no consumir drogas prohibidas?

La conducta a la cual se compromete no es contraria a la ley, al orden público o a


las buenas costumbres. Si me obligo a entregar un kilo de marihuana, mi obligación
es ilícita, en cuanto el ordenamiento jurídico me prohíbe negociar con drogas como
la marihuana. Y nótese que la marihuana en sí no es lícita o ilícita. Lo que es ilícito
es cualquier comportamiento humano prohibido con respecto a ésta. La licitud o
ilicitud va siempre dirigida hacia la conducta del ser humano, nunca hacia los
objetos.

Situación tercera. Antonio que vive en Mérida se compra una casa en Porlamar
para disfrutar las vacaciones con su familia. Por un motivo o por otro, por
largo tiempo se le hace imposible hacerse cargo de su casa vacacional. Víctor
vecino de Antonio en Porlamar y a quien solo conoce de vista, ante el
abandono de la casa, decide hacerse cargo de esta. Paga los recibos de luz,
agua y demás servicios públicos. Se encarga del mantenimiento mínimo de la
casa, jardinería, filtraciones y demás reparaciones necesarias. Víctor se ha
encargado espontáneamente del mantenimiento de la casa de Antonio,
incluso sin el conocimiento de este. Pregunta ¿tiene Antonio la obligación
legal de pagar a Víctor los gastos en que este ha incurrido?

Si tiene una obligación legal de pagar los gastos de mantenimiento de la casa es


susceptible de valoración económica.

Una persona al encargarse de los asuntos de otra sin tener autorización se ve como
una intromisión. Así es, pero ocurre a veces por el buen deseo de ayudar a alguien
que parece que se ha olvidado de sus propios negocios o se halla ausente o
enfermo. Como se ve, la ley no considera un entrometido si no que le da ciertos
derechos aunque sobre todo le impone obligaciones. Esta situación puede darse en
todos los niveles, desde el más sencillo pagar recibos de luz, agua y demás
servicios.
El código civil de 1873

El 20 de febrero de 1873 se dictó un nuevo Código Civil inspirado en el código


Italiano del 65. No se tomaron en cuenta las profundas diferencias existentes entre
la realidad social italiana y la venezolana, por lo cual muchas de sus normas no se
adaptaban al país.

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