Su infancia estuvo enmarcada por la ausencia de su madre y el desapego de su padre.

Sin embargo,
Juan aparentaba ser un niño feliz; en el colegio se caracterizó por ser buen estudiante, el mejor de
su clase.

Sobre su mamá es muy poco lo que recuerda, sabe lo que su papá en algún el momento de la vida
le contó, los había abandonado. Juan tenía 2 años cuando Elena, una joven secretaria de tez
trigueña, silueta delgada, ojos claros y cabello negro decidió abandonar su hogar y marcharse.

El tiempo fue pasando y a la par Juan fue creciendo. Su personalidad tranquila pero inquietante
junto con su alma de aventurero lo llevó a recorrer muchos lugares; amante de la escritura y de la
lectura, razón por la cual en su mochila nunca podía faltar un buen libro. Su portátil era su mejor
amigo, en él plasmaba sus pensamientos y emociones.

Un día cualquiera Juan decide emprender un viaje sin saber que éste le cambiaría la vida, conoce a
Abril, el amor de su vida. Abril era una joven de cuerpo torneado y manos sutiles, alternaba su roll
de enfermera con el fisiculturismo. A primera vista ambos sintieron que eran compatibles, se dieron
el espacio para conocerse y tiempo después empezaron una relación.

En un comienzo, para Juan todo se tornó difícil ya que durante toda su vida nunca tuvo la presencia
de una mujer, por lo que no tenía idea de cómo manejar algunas situaciones. Sin embargo, Abril fue
paciente y poco a poco lo fue guiando en la manera de cómo debía hacer las cosas. Se casaron y se
fueron a vivir a la casa de Juan. Juan soñaba con formar una familia y darle a sus hijos el hogar que
él nunca tuvo.

Un día cualquiera como era de costumbre, Abril toma un baño para alistarse e irse a trabajar. Pero
algo inusual pasó ese día; mientras se bañaba notaba que el agua no se iba por el sifón, sino que por
el contrario ésta se iba estancando. Al salir de la ducha le comenta a Juan y este le dice que en el
transcurso del día lo arregla.

Juan recurre a Miguel, su padre. Miguel era un hombre alto, de tez morena y robusto; era el
comandante de la policía del pueblo. Debido a que su padre en el momento no tenía dinero para
contratar a un plomero, a Juan no le queda más remedio que hacerlo él mismo. Baja al sótano en
busca de las herramientas y se prepara para arreglar el baño sin saber que lo que sucedería después
le cambiaría la vida por completo.

Juan toma el cincel y con una porra empieza a golpearlo hasta que la baldosa se comienza a quebrar,
a medida que empieza a retirar las baldosas partidas nota pedazos de cabello lo que le generó
mucha curiosidad por lo cual sigue removiendo los escombros hasta toparse con un anillo, el anillo
pertenecía a su mamá. Era el anillo de matrimonio. Juan en su confusión sale corriendo del baño y
se dirige a enfrentar a su papá quien se encontraba en el estudio tomándose unas cervezas. Juan
descubre que su papá había asesinado a su mamá y que la historia que éste le había contado sobre
el abandono era completamente falsa. Aun en su dolor y confusión Juan exigía una explicación.
Miguel trata de calmarlo un poco.

Miguel le cuenta que todo fue un accidente. Llegué de trabajar como era de costumbre, al llegar
encuentro una maleta lista. Era de ella con tus cosas y las cosas de ella. Mi mundo se nubló al ver
que estaba a punto de perderla y que la razón era mi adicción al trago ya que a raíz de eso algunas
veces la maltraté. En mi afán de convencerla de que no se fuera, el arma se accionó y se disparó.
Fue un accidente, dice.

Juan le reclama el por qué no la llevó a un hospital y este le dice que no lo hizo porque nadie le
creería la manera en como habían pasado las cosas y por eso decide enterrarla en el baño. Juan aun
muy confundido decide retirarse a su cuarto, sin embargo, no quedó del todo convencido.

A la mañana siguiente luego de que Abril y su papá se fueron a trabajar, Juan decide buscar por toda
la casa pistas que lo ayuden a aclarar sus ideas. En esa búsqueda encuentra una carpeta azul la cual
contenía unos papeles relacionados con una herencia donde la única heredera era Elena y dado el
caso que a ella le sucediera algo todo pasaba a manos de su esposo y de su pequeño hijo. En ese
momento para Juan todo tenía sentido.

Enojado y confundido se montó en su carro y condujo hasta el bosque buscando un lugar que le
permitiera pensar con calma y aclarar sus ideas. Justo antes de caer la noche Juan regresa a casa,
no le cuenta nada a su papá y espera a que Abril llegue de trabajar para hablar con ella.

Abril llega y se dirige al cuarto, ahí estaba Juan, sentado en el sofá ubicado en la esquina de la
habitación. Ella se acerca, lo saluda y le pregunta, ¿Qué pasa?, Juan con lágrimas en los ojos le dice
que descubrió algo espantoso sobre su padre referente a su madre y que no sabe qué hacer. Abril
se acerca a él y empiezan a hablar, Juan le cuenta todo lo sucedido. Abril queda sorprendida y no lo
cree, en ese momento toma a Juan y le da un fuerte abrazo.

Al día siguiente, Juan se levanta con la determinación de denunciar a su propio padre. Se dirige a la
estación de policía, cuenta todo lo que pasó y a Miguel lo arrestan. Lo condenan a muchos años en
la cárcel.

Juan piensa que hizo lo mejor, sin embargo, siente la necesidad de buscar ayuda. Recurre a una
psicóloga con la que durante un largo tomó terapias. Abril siempre estuvo ahí para él. Pasó el tiempo
y Juan aprendió a vivir con ese episodio de su vida, actualmente tiene 2 hermosos hijos, disfruta su
vida con Abril mientras que Miguel sigue pagando su condena.