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AUTOBIOGRAFIA 1883

1. EL LIBRITO DE LA AUTOBIOGRAFIA

Lo que se ha llamado "Apuntes Autobiográficos” lo titulamos


nosotros. Autobiografía. La M. Cesarita lo ha escrito en una agenda
gemela a la que utiliza para Nuestro Tesoro de Apuntes. Se compra en
la misma tienda: Libro Mayor. Primera Plateros, Nº 2. México. Cuesta
12 reales. Tiene 8 x 12 centímetros. Consta de 122 paginitas rayadas para
poder escribir sin temor a ladear la letra.En la primera pagina ni se ha
paginado, ni se ha escrito nada.

La M. Cesarita solo escribe 72 paginas, el P. Vilaseca las dos


siguientes 73 y 74 más tres líneas de la 75 y una raya que abarca toda la
página. Quedan vacías las 45 páginas restantes. Llama la atención que la
Fundadora empiece a escribir por la parte posterior por donde debía
haber concluido. Aquí sobresale una fundita para poder meter un lápiz fino
y pequeño.

Las cuatro esquinas de la libreta se encuentran aún fortalecidas


con refuerzos dorados, hoy palidecidos por el transcurso de los años. De
la página 8 hasta la 64 inclusive y las páginas 68, 69 y 70 y la mitad de la
71 aparecen cruzadas por rayas, labor realizada por el P. Vilaseca. Al final
lo confiesa: "Lo que está tachado se puso en la vida que escribí sobre
Ntra. Vble. Madre". Se salvan de estas tachaduras las páginas 1-7
inclusive y las 65, 66, y 67, y la mitad de la 71 y toda la 72.

Fácilmente lo comienza el 15 de agosto de 1883 en que fecha la


Introducción y lo concluye el 22 de septiembre del mismo año,
undécimo aniversario del comienzo de la fundación Josefina. El
Apéndice que añade sobre sus antepasados se ignora cuando lo escribe.

Lo mas cierto es que la M. Cesarita lo entregara al P. Vilaseca y


que éste lo devolviera a ella para su proyecto de escribir la historia de las
dos congregaciones Josefinas los últimos días de su vida y que a su muerte
-24 de abril del 1884- lo recogiera el Fundador. Que la M. Cesarita lo
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retiene en 1884 parece seguro por que al abrir la agenda se tropieza el


curioso lector con esta fecha escrita fuertemente a lápiz “1884". La M.
Cesarita ha apretado el Lápiz de tal manera que al desaparecer el color
ha quedado incrustado el año.

Lo guardó el P. Vilaseca para escribir la Biografía de la M. Hoy


se conserve en el Archivo General de las Hermanas Josefinas de México.

2. LAS CUATRO PARTES DE LA AUTOBIOGRAFIA

La Autobiografía de la M. Cesarita consta de cuatro partes bien


claras: Ia) La introducción; 2a) el texto de su autobiografía; 3a) el epílogo
y 4a) un apéndice.

1. En la Introducción se advierte el pudor que le causa el mandato


del P.Vilaseca para escribir su vida. De esta vergüenza no se libra hasta la
última línea. Ciertamente ha sido el P.Vilaseca quien le ordena escribir:
"Tomo la pluma porque Ud. me lo ha mandado bajo de santa
obediencia", lo cual obliga a sospechar que la primera respuesta de la
madre fue una evasiva. Por eso dirige el librito al "Sr. Pbro. Don José Ma.
Vilaseca". A continuación expresa los pensamientos reveladores de su
humildad.

2. El texto propio de su autobiografía empieza con su nombre, la


fecha de su nacimiento 27 de agosto de 1829 y el nombre de sus padres.
Concluye con la mudanza de la fundación de la casa de la calle de San
Ramón, n. 1, a la casa de la calle de la Pulquería de Palacio el 11 de
diciembre de 1872. Por tanto sólo refiere su vida hasta sus 42 años y tres
meses y medio. Podía haber contado los acontecimientos de once años
más. .Tan breve y concisa es que en 58 paginitas encierra todo.

3. En dos paginitas y media escribe el epilogo. Manifiesta al P.


Vilaseca: "me da mucha aflicción escribir". Por eso se detiene. No puede
referir tantas calamidades. Lo demás queda estampado en Nuestro
Tesoro de apuntes Y ademas lo sabe todo el P. Vilaseca, el artífice con
ella de toda la historia. Con toda confianza lo confiesa que le ha ocultado
"algunos sufrimientos", es decir, todos sus sufrimientos.
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4. El corto Apéndice habla de sus antepasados. Apéndice que hoy no


se entiende. A lo mejor el P.Vilaseca tenía interés y curiosidad en saber el
enlace de M. Cesarita con los enriquecidos Dávalos. El mismo Arzobispo
de México, Don Pelagio Antonio Labastida y Dávalos (1814-1891)
-hoy enemigo suyo- procedía de la familia DAVALOS. La Madre no
presenta ideas claras sobre su genealogía materna.

La división del librito es perfecta y exponente de la inteligencia


clarividente de la M. Cesarita.

3. EXISTIO UN BORRADOR PREVIO

Parece natural que M. Cesarita escribiera primero un Borrador


y después lo copiará en limpio con algunas correcciones. Redactar el
librito directamente para el P. Vilaseca no es creíble para quien no
maneja a perfección la literatura y no es un escritor consumado. En el texto
actual solo hay una tachadura, aunque lo perfeccione poniendo en la línea
superior alguna palabra y alguna frase. Ciertamente hay palabras a las que
pasa mas de una vez la pluma y que ha borrado y escrito de nuevo
.
El mismo P. Vilaseca da la sensación de haber empleado dos
textos para elaborar la Biografía de M. Cesarita en 1888. En cada
momento emplea el que mas le gusta o más se le acomoda para el
tema que trata. A veces lo traslada al pie de la letra o casi al pie de la letra.
Otras lo copia tan distinto del texto actual que obliga a creer en la
existencia de un Borrador elaborado por la M. Cesarita tal como lo
practica con su librito anterior Nuestro Tesoro de Apuntes. Y es normal
que ahora siga idéntico sistema. No puede imaginar nadie que el P.
Vilaseca, por sí y ante sí, atestigüe darnos un texto al pie de la letra
-y entrecomillado la mayoría de las veces- asegurándose que es de la
M. Cesarita si en realidad fuera por él interpolado a su gusto. El pasaje
que podía ser clásico es el referido a la recepción del Carisma
Josefino cuando su Cristo se le presenta humillado desde el
momento de su concepción virginal. Madre Cesarita refiere todo en
forma activa, ascética, mientras el P. Vilaseca lo transcribe en forma pasiva
y mística. La diferencia es, por tanto, abismal.
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Texto actual de la Autobiografía:

"Me presenté en la presencia de la


SS. Trinidad, reconocí mi
indignidad para pedir gracias,
puse por Padrinos a mi Madre
Santísima y a mi Padre Sr.
San -José por sus Purísimas
manos fui presentando al Eterno
Padre los méritos del Sagrado Texto retransmitido por el P.
Corazón de Jesús desde el Vilaseca:
acto de humildad que hizo al
vestirse de nuestra humana "Por las purísimas manos de
naturaleza hasta su Jesús, María José, fui presentada
gloriosa y triunfante subida a los al Eterno Padre y le ofrecía
cielos. los méritos del Sagrado Corazón
de Jesús desde el acto de
humildad que hizo al revestirse
de nuestra naturaleza humana
hasta su gloriosa y triunfante
subida a los cielos"

A lo largo de las notas y aclaraciones puestas a pie de página se


transcriben estas diferencias en los puntos en que el P. Vilaseca ha
preferido el Borrador al texto actual de la Autobiografía para que el
estudioso de la M. Cesarita pueda profundizar mas en su personalidad
humana, apostólica y espiritual. Ahora por vía de nota le adelantamos unos
- ejemplos .

Las casi postreras palabras del Epílogo deben confirmar estas


suposiciones:
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"Dispense Ud”. -se dirige al P. Vilaseca- lo mal escrito de


ésta. Como me hablan con tanta frecuencia se me van las ideas y a veces
le falta sentido a lo que escribo o repito las palabras".

A lo escrito ni le falta nunca sentido ni una sola vez ha repetido


una palabra. A lo mejor cometió estos errores en el Borrador, y ella copia
el párrafo tal como lo tenía delante escrito.

Por su parte el P. Vilaseca añade en su nota postrera: "Lo que


esta tachado se puso en la vida que escribo sobre Ntra. Vble. Madre".
Como se ha advertido, el Fundador cruza la mayoría de las páginas del
texto actual, pero esas páginas no han sido todas transcritas ni todas
copiadas literalmente. Luego se refiere al tema, no a la letra. Y el tema lo
tiene delante en el texto actual y en el Borrador que, al parecer, le presta
más información, de ordinario, que el texto actual, y por eso lo prefiere.
También pudo influir en esta preferencia por el Borrador al estar escrito
en hojas sueltas las cuales pudo copiar más cómodamente sin tener
que sujetar la agenda de la Autobiografía, cuyas paginitas se le volvían
con toda normalidad.

Debió parecerle bien al P. Vilaseca quedarse solo con el ejemplar


escrito por la M. Cesarita en la bella agenda que le presenta a finales de
septiembre de 1883.

4. UNA AUTOBIOGRAFIA CORTA Y FRENADA

La Autobiografía es la vida de una persona escrita por ella


misma. Lo normal en una Fundadora es relatar su historia particular como
mujer y Fundadora añadiendo los estados de unión con Dios a través de
la oración y de las gracias recibidas del cielo.

En la Autobiografía de M. Cesarita se lee muy poco de todo


esto. Se lamentan su breveded y su cortedad para abrir su alma. Adrede
no cuenta toda su vida. Deja en el aire más de diez años desde el 11
de diciembre de 1872 hasta el 22 de septiembre de 1883, años muy
granados en acontecimientos, en enormes sufrimientos y en contados
goces.
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Ella misma es consciente que no puede manifestar al P.Vilaseca


todos los sucesos. No debe abrir de nuevo heridas no cerrando todavía
y que no se cerrarían hasta el último instante de la M. Cesarita. Por
ello no se comprende la razón de ordenarle escribir estas páginas ¿ Qué
intenta el Fundador? Sabe muy bien la Madre que el P. Vilaseca es difícil
de convencer. De todas formas si él quiere entender tiene brevemente
presentados dos hechos claves: su desposorio (12 octubre1848) y la
recepción del carisma de Fundadora (24-26 agosto 1872). Además el
Fundador podía pedirle más explicaciones y ordenarle alargar los años del
relato, pero nada de esto sucede. Por su cuenta la M. Cesarita se empeña,
las últimas semanas de su vida, en escribir la historia de los dos Institutos
Josefinos teniendo delante sus dos libritos Nuestro Tesoro de Apuntes y
su Autobiografía, además de las cartas del Fundador y de otros
documentos.

Si en tiempo es deficitaria la Autobiografía de la M. Cesarita


mucho más lo es en cuanto confesar sus grados de oración. Apunta
demasiado aprisa sus noches sanjuanistas desde que muere mamá
(abril 1856) hasta que se le abre el cielo al cumplir 42 años a finales de
agosto de 1872. Es una escueta letanía de acontecimientos adversos. Su
visión trinitaria del 24-26 agosto de 1872 se parece al encabezamiento
del capitulo de una obra cualquiera.

Por tanto el contenido es pobre por la escasez de datos, por la


brevedad de su exposición, por abarcar solo 42 años de vida pudiendo
haberse extendido hasta los 53 largos y principalmente por silenciar el
verdadero hondón de su alma, unida místicamente con su Cristo humillado.

Lo que pudo ser una obra magnïfica queda reducida a la minuta


de muchos documentos que ni se ofrecen ni se desarrolla su contenido.

5. ¿ POR QUE UNA AUTOBIOGRAFIA CORTA Y FRENADA?

Se ignora cuando le ordena el P. Vilaseca a la M.Cesarita escribir


lo que hoy Ilamamos su Autobiografía ni la razón que a ello le mueve.
Porque o la Fundadora no le convence de la posesión de este
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carisma o la M. Antonia Corral ya se había impuesto al Fundador


con condiciones claras y terminantes.

De hecho la M. Cesarita firman el Prólogo el día 15 de agosto de


1883, miércoles, fiesta de la Asunción de la Virgen. Ello descubre que
pudo ser ese mismo día cuando el P. Vilaseca le manifiesta su deseo y
que también ese mismo día se pone a escribir. Era muy rápida.

Aunque no se acierta a averiguar las intenciones del Fundador, en este


caso, a primera vista, se comporta como un gran Director Espiritual que
busca por escrito una visión global de la vida, oración y virtudes de su
Dirigida. Santa Teresa de Jesús, Santa María Micaela del Santísimo
Sacramento y Santa Teresa de Lisieux reconocen parecidos mandatos.
La M. Cesarita no precisa si el mandato -"Ud. me ha mandado” se ha
efectuado por escrito o de palabra. Acaso de palabra puesto que no se
conserve la carta o el recado del P. Vilaseca, el cual no lo rompería al ser
un acto muy positivo de su Dirección Espiritual.

Además, esta orden obliga a sospechar en el Fundador un


concepto excelente de la vida ejemplarísima de la M. Cesarita, aunque
por sus efectos negativos quizás lo enturbiaron de hecho. A estas alturas
uno llega a dudar si el P. Vilaseca entendía a su Dirigida cuando le
manifestaba siempre en tono menor- las sublimes canciones que entonaba
su espíritu. El da a entender que toma al pie de la letra cuanto ella le
manifiesta. Así ocurre en su primera destitución (marzo -octubre 1877)
y pasará en su segunda y última destitución (octubre 1883-abril 1884) 1
que hoy aparece próxima en el horizonte.

La melodía particularmente callada, que envuelve a la


Autobiografía desde la primera página, pudo sonarle a poco. Madre
Cesarita se esfuerza tremendamente en ocultarse y en lanzar un tupido
velo sobre su espíritu, envuelto en Dios desde su Bautismo y unido a El
con una fidelidad exquisita a su gracia y a su amor.

M.Cesarita ni siquiera llena todas las páginas del cuadernito.


Se le nota una obediencia particularmente penosa que no rehuye, a la
que la humildad y sencillez en que vive abismada no le dará todo el
esplendor exterior que el P. Vilaseca esperaba. Aquí la Madre sigue su
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conducta de siempre y ella se confiesa imperfectatal como se contempla en


el Sol purísimo de su Dios que le hace ver de continuo sus propias
imperfecciones.

Acaso estas consideraciones, apenas insinuadas, forzaron al P.


Vilaseca a convencerse de la pequeñez de M. Cesarita y a preferir a M.
Antonia Corral que mantenía también frecuente correspondencia epistolar
con él Y esto a pesar de presentarle el problema de su vocación y de su
carisma de Fundadora con más detención que los restantes asuntos y
de recordarle su particular intervención y de repetirle las objeciones que
ella le opuso: su edad, y su crónica enfermedad que serían las excusas
que ahora alegará para preferir a la M. Antonia Corral. Era avisarle: ¿Por
qué lo que primero valió ante Dios y ante la Iglesia no vale hora?

No cabe duda que el P. Vilaseca esperaba más de M. Cesarita; mas


ésta se limitó a los 42 años primeros de su vida. Cierto que manifiesta
solo dos grandes fechas cruciales de su espíritu: el místico desposorio con
el Niño Dios el 12 de octubre de 1848 y la pasmosa visión Trinitaria del
triduo preparatorio a la fecha de sus 42 años relatada con una
sencillez envidiable y extraordinaria.

La M.Cesarita imaginó que con estos pilares descubriría el P.


Vilaseca, como perito en cuestiones ascéticas y místicas, cuanto su libro
contenía. Otros datos de su espiritualidad quedaban insinuados como
secuelas del Desposorio y como preparación inmediata a la recepción
del Carisma de Fundadora desde que ingresa en el Hospital de San Andrés
en abril de 1871

Frenó la Fundadora la camera de su vida con la intervención


diabólica en los primeros días de la Fundación. Con ello le gritaba al
P.Vilaseca el interés del enemigo en destruir la Obra apenas nacida. Todo
como si supiera cuanto iba a acontecer solo un mes mas tarde, 12 de
octubre de 1883, y como si estuviera enterada de lo que se tramaba entre él
y la M. Antonia Corral. Era a la M. Cesarita a quien el diablo atacaba hasta
el punto de intentar ahogarla.

Hay que advertir también que M. Cesarita no podía manifestar al


P.Vilaseca sus puntos de vista sobre su primera destitución ni contar el
relato histórico de la misma. Debía silenciar la fracasada aventura del
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Fundador con el P. Antonio Plancarte, el Fundador de las Guadalupanas,


las repercusiones somáticas que ella experimenta, despreciadas y
rechazadas por él desde Roma sin escuchar despacio a la interesada ni
contemplar de "visu" aquellos fenómenos.

Todas. estas causas motivaron la brevedad lamentable de la


Autobiografía de una Fundadora que corta en seco el, hilo narrativo de
su vida. Se excusa con que en otro librito -Nuestro Tesoro de Apuntes
ya ha escrito sobre las Fundaciones; pero ella calla los grandes sufrimientos
de su vida con la expulsión del P. Vilaseca de México (octubre 1873
a enero de 1875) previo su encarcelamiento en la cárcel de Belén (20-30
mayo 1873), el abandono del P. Vilaseca de sus Congregación Paulina.
(1875-1877); su mortal enfermedad de enero y febrero de 1877. Es de
lamentar su silencio sobre su ofrecimiento como víctima por su
Congregación, 29 de enero de 1877. Desde este día su camera para
escalar las cumbres de su carisma en pos de su Cristo humillado no
cesa hasta el momento de su muerte y de su sepultura. ?Qué no
podía haber revelado la M. Cesarita sobre estas ascensiones místicas?

Por tanto, para el historiador y para el teólogo de la espiritualidad


de este librito de la M. Cesarita desencanta. Llevaba razón el P. Vilaseca
al esperar mucho más de la Autobiografía de la M. Cesarita, aunque
harto sabía él que, en gran parte, la culpa era suya. La M. Cesarita, por
caridad, no se atrevió a recordar al P. Vilaseca determinados hechos
referentes a él, los fracasos vilasecanos en su primera destitución y sus
relaciones con el P.Antonio Plancarte. Vistas las circunstancias la
Fundadora no podía escribir más y el Fundador harto lo entendió.

LA PRESENTE EDICION

En el margen se conserva la paginación del original de la M.


Cesarita para facilitar al lector la comprobación del texto publicado con
el original.

Se han corregido las numerosas faltas de ortografía y puesto


algún punto más para dar más sentido a los párrafos y frases.
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Se transcriben los textos del Borrador de la Autobiografía que


emplean el P. Vilaseca en la Biografía de M. Cesarita para poder realizar
un paralelo entre ambos textos.

Para completar las breves notas de la Autora de este librito se ofrecen,


al lector con frecuencia los lugares a que puede acudir, como son las dos
obras sobre la M. Cesarita:

Al Estilo de Cristo Y Subir a Jerusalén

EL TEXTO ORIGINAL DE LA AUTOBIOGRAFIA

DIOS ME VE

Sr. Pbro. Don José M. Vilaseca.

La gracia de Jesús, María y José, sea siempre en nuestros corazones,


mi R. Padre.

Tomo la pluma, después de invocar al Espíritu Santo y a Jesús, María


y José y de humillarme en su adorable presencia.

Tomo la pluma porque Ud. me lo ha mandado bajo de Santa


Obediencia

Todos mis pecados, como de golpe, han venido a mi mente y me


han llenado de vergüenza y confusión. Deseo, Padre mío, que al ver Ud.
estos apuntes, Dios Ntro. Señor le diera a conocer todas las miserias de
mi vida como están en su santa y adorable presencia. No podría, Padre
mío, haber habido mejor medio para humillarme y hacerme derramar
amargas lagrimas particularmente a la hora de la Sagrada Comunión que
esta disposición. Jesús, María y José intercedan para que también sea un
medio para que con la contrición sea purificada mi alma.

Dos pensamientos me dan valor para hacer el sacrificio que de mi pide


la Santa obediencia:
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Primer pensamiento, en estos apuntes bien examinados va Ud. a ver un


fenómeno, a Dios y a mi en competencia: su Divina Majestad por su
misericordia, haciéndome muchos beneficios y dándome muchos medios
para darle gloria y santificar mi alma, y yo, miserable de mi, con toda
ingratitud, haciendo mal uso de sus beneficios, de lo que tengo gravísima
responsabilidad y nada que gloriarme, despreciando todos los medios de
darle gloria y de la santificación de mi alma sin dar un paso en la virtud.

El otro pensamiento es que mi santo Padre conoce mejor que yo


mi grande miseria. Muy bien sabe que su hija no tiene virtud de
ninguna clase; que soy muy desaprovechada a los conocimientos que,
por bondad de Dios, me da de las cosas espirituales; que en las
instrucciones que a mis hijas doy sobre la práctica de la virtud soy muy
desaplicada en ser la primera para darles buen ejemplo; que en la oración
formo muy bonitas resoluciones, pero que no las pongo en práctica; que,
en vez de ser para mis hijas un objeto de edificación, lo soy de
escándalo; que todo lo que acabo de decir es la verdad, como se verá en el
día terrible del juicio. Padre mío, no es mi voluntad, aparecer aquí en
estos pequeños apuntes con virtudes que no poseo, porque éste seria el
colmo de mi desgracia.

Hoy es día de la gloriosa subida a los cielos de mi Madre Santísima


Agosto 15 de 1883 Yo, Cesárea Esparza por bondad de Dios nací el jueves
27 de agosto de 1829, en la ciudad de Aguascalientes. Mis Padres
fueron el Sr. Lic. José M. Esparza y Peredo y la Sra. Bruna Dávalos
Rincón Gallardo.

Al nacer tuve vida de milagro porque nací sofocada y fui sietemesina.


Dios N. Señor tomó por instrumento para darme la vida a mi papá, el
que por medio de un tubito de hoja de lata me comunicó aire por boca
y nariz. Me crié muy débil, hasta los tres años comencé a andar y toda mi
vida he sido enferma y por esto fui mimada de mis padres. Fuimos catorce
hermanos, siete murieron chicos y siete vivimos, cinco mujeres y dos
hombres, una es Hermana de la Caridad.

Uno de los beneficios de Dios del que vivo agradecida es de haberme


dado padres católicos y que tuvieran temor de Dios. Mi mamá, a más de
la nobleza de su nacimiento, fue muy bonita y desde muy pequeña
inclinada a la virtud. Se casó muy joven y Dios Ntro. Señor le dio
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gracia para el cumplimiento de sus deberes. Como las madres son las que
despiertan en la niñez el alma a la virtud, mi mamá a más de los
frecuentes consejos para grabar en nuestro tierno corazón horror al
pecado, nos inclinaba a la oración.

Rezaba el cuaresmal con la hermana mayor, yo, y otra menor.


Luego que leía el punto y apagaba la vela nos dormíamos. Apenas
sentía cuando me llevaban a la cama. Tendría yo como nueve años.
Esto fue poco tiempo. Después con gusto la acompañaba a rezar
sus devociones, casi todas las aprendí de memoria y las más las seguí
muchos años. No permitía que tuviéramos amistades, muy pocas veces
salíamos a visitas; no permitía , muy pocas veces salíamos a visitas; no
permitía que tuviéramos familiaridad con los criados, ni con los parientes,
ni con nuestros hermanos. Con política evitaba las visitas de hombres, sólo
visitaban la casa cuatro tíos ya de edad y algunos sacerdotes; nunca nos
dejaba solas y cuando algunas Señoras platicaban cosas que no covenía
nos hacia una seña y luego nos salíamos. A esta vigilancia debí que, sin
embargo de haber tenido 13 hermanos,hasta la edad de 16 años
comprendí lo que deseaba haber ignorado siempre. Estaba yo en una
Iglesia esperando que el Padre saliera a predicar, ni hubo ocasión para que a
mi mente viniera ese pensamiento que me afligió mucho y me ha hecho
tanto sufrir. Cuando mi mamá falleció tenia yo 26 años y tenia los ojos
vendados sin conocer el mundo.

Al año de nacida me llevaron a Zacatecas, luego a Sombrerete, y en 33


después del cólera nos pasamos a Durango24. Allí me eduqué, vivimos
diez años, en 43 fuimos a Aguascalientes a visitar a los parientes y en 44
nos volvimos a Zacatecas. Allí comencé a sentir inclinación a la
compostura, gracias a Dios me duró poco más de un año. Tenia yo 17
años, cuando renuncié los pocos adornos que mi mamá permitía usara.
Me propuse usar un peinado sencillo porque me gustaba estar bien
peinada. Me confesaba con el Padre Guardián del Colegio de
Guadalupe. No se podía dedicar a dirigirme como yo deseaba y me
propuse formar mi espíritu yo sola. Me dediqué a la oración y a la
lectura, tomé por maestro para la oración a San Francisco de Sales, formé
mi espíritu muy tímido, con esto sufrí mucho algunos años y mortifiqué a
mi mamá. Aquí se ve no había virtud porque si hubiese obedecido a mis
confesores no habría perdido el tiempo, había épocas que todo se me
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hacía pecado y no quería ni hablar. A la vez mamá me hizo cargo del


gasto de la casa y del cuidado de los criados.

Mi respetable papá, siempre dejó en libertad a mamá y a nosotras para


nuestras devociones, nunca nos prohibió que fuéramos a la Iglesia a la
hora que nos parecía, y nos compraba buenos libros místicos, nunca nos
permitieron leer novelas, este es otro beneficio del que tengo que dar cuenta
a mi Dios.

El año de 1847, permutó papá el destino de Juez de Distrito con el


Juez del Distrito de San Luis Potosí; el mismo año me mandó hacer un
niño Dios y uno de los tíos regaló a mis hermanas y a mí una tumbaga de
oro.

El año de 1848 le mandó poner a la tumbaga dos letras: J y C El


jueves 12 de octubre (tenía yo 19 años) día de Ntra. Señora del Pilar, mi
confesor el M.R.P.F. Ignacio Sampayo, Guardián del Convento de San
franciscos, estando en la sacristía bendijo el expresado anillo, me lo puso y
me dio por esposo al Niño Jesús. En aquel acto hice una comunión
espiritual y avivé la fe que mi Madre Santísima y mi P.S.S. José, eran mis
padrinos como tanto se lo había suplicado, al Niño le puse un anillo
con la inicial C. Con el oro de esa tumbaga mandé hacer el anillo que hoy
uso como Josefina, dos veces ha servido para el mismo fin.

Padre mío, uno de los motivos de vergüenza y confusión para mí es de


ver que he tenido el atrevimiento, de tratar(de)ser elevada a una dignidad
tan grande siendo tan miserable y tan indigna, tan inconstante en la
práctica de la virtud y tan infiel.

Nunca he tratado ni trataré a mi buen Dios como Esposo, sin darle


este tratamiento; puse todo mi afecto en el Niño, no solo con cosas
exteriores como ponerlo bien vestido en un buen capelo con flores y
luces, sino con afectos del corazón en la oración y dentro del día, con
jaculatorias, actos de contrición, de amor, comuniones espirituales, besar el
anillo, hacerlo todo por su amor con el fin de agradarle.

A más de la oración de por la mañana luego que oscurecía me iba a sus


pies a hacer oración y a rezar mis devociones, en el Adviento hacía los
Ejercicios, y lo velaba la noche de Navidad, procuraba estar sola lo más
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que podía para hacer la lectura a la que he sido muy afecta y para
poderme entregar a mis devociones que las más eran dedicadas a Jesús,
María y José, porque no he sido devota de otros Santos. He querido un
poco a San Luis Gonzaga, a Santa Gertrudis, a Santa Teresa y un poco
de tiempo a San Pascual.

No he sido afecta a rezar novenas, siempre las corto. En esa


época una de las devociones frecuentes fue la hora de quince y el
Viacruz, lo rezaba deteniéndome en cada estación el tiempo que
necesitaba según los afectos y peticiones que yo me proponía y más
cuando estaba afligida con tentaciones, me servia de mucho consuelo.

Tenía mi papá un libro con 150 Salmos y apuntaba los que rezaba que
eran los penitenciales y los graduales; cuando yo estaba afligida por mis
pecados que cometía con frecuencia, porque soy muy miserable y el
amor propio y la soberbia bien hacían de las suyas, tomaba el libro y
con mucha atención, comprendiendo lo mejor que podía el sentido de las
palabras deseando tener la contrición del santo Rey David, rezaba los
penitenciales o los que más me gustaban, muchas veces derramando
amargas lágrimas con las que sentía abundante consuelo y tomé
grande afecto a esta devoción. No recuerdo cuántos años recé diario el
oficio parvo.

Padre mío, solo con una vida reposada, en el retiro, sin tener la cabeza
ocupada de mil cosas, se pueden sentir las dulzuras de la vida interior,
porque en los mismos sufrimientos hay sus goces. Como no me aproveché
de este precioso tiempo que fue de diez años, Dios Ntro. Señor me lo
quitó como va Ud. a ver en el parrafo siguiente: Antes quisiera poder
desahogar a sus venerables pies la aflicción de mi espíritu al ver mis
ingratitudes.

El año de 1856 tuve el sentimiento de perder a mi mamá porque mi


Dios se la Ilevó al verdadero descanso, y yo comencé a entrar a nueva
vida. El día que fue sepultada, reunió mi papá a la familia que se
componía de tres hermanos, un hermano y un primo, (otro hermano
y una hermana ya habían tomado estado). Les dijo que habiendo
faltado mi mamá, aunque yo no era la hermana mayor, pero que todos
se habían de sujetar a mi dirección. Los exhortó a la obediencia y
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dejó a mi cargo la casa. Todos eran ya grandes y dos de mis


hermanas tenían pretendientes.

En los nueve días nos acompañaron algunas personas y después


visitaban la casa con frecuencia. Una Señora tenía un hijo, lo llevaba a
visita todas las noches, el joven era muy despreocupado para hablar.
Como no acostumbrados a esas visitas nos servia de mortificación.
Esto sería como dos meses.

Con el cuidado de la casa, con la asistencia de mi papá, pues yo lo


curaba, siempre que salía y volvía de sus negocios, estaba yo presente
para lo que se ofrecía, no me recogía hasta la hora que llegaba; en una
enfermedad larga que tuvo lo velé todas las noches por muchos días.

Con la vigilancia de mis hermanas y atender a las visitas, yo no tenía


tiempo de dedicarme a las cosas espirituales como lo hice diez años, no
dejé la frecuencia de los S. Sacramentos, ni del todo la oración, perdí el
recogimiento interior, me disipé de la presencia de Dios, oí algunas
conversaciones que me hacían ir conociendo el mundo, algunas cosas
era preciso que yo las supiera por tener el cargo de la casa, estuve algún
tiempo como azorada, fastidiada del mundo, muy abatida. En fin, esto
no se puede explicar, esta vida de agitación duró dos años.

La casa acabó, se casaron dos hermanas, el hermano, mi papá, el


primo se separó y quedamos Sor Juliana y yo.

En el mes de abril de 1858, días 18, cumplió mi mamá dos años de


muerta y el 22 salimos de San Luis Potosí, Sor Juliana y yo con mi tia
Doña Teresa Pimentel. Mi hermana venía a solicitar entrar a las
Hermanas de la Caridad y yo al convento de la Concepción. Mi
hermana venía a posar a la casa de la familia del Padre Fray Juan
Soriano, Comendador de los Padres Mercedarios, y yo a la casa de mi
tía Teresa. Las dos veníamos entregadas en las manos de la Divina
Providencia, con cartas de recomendación del Sr. Obispo Barajas y de
otras personas. En el camino recibió mi tía una carta de su familia en que
no les parecía bien que nosotras nos viniéramos, mi tía dispuso
volvernos a San Luis, esto fue para nosotras muy sensible. Para que mi
hermana Sor Juliana realizara sus deseos, supliqué a mi tía me llevará a la
Hacienda de la Quemada a la casa de uno de mi hermanos que estaba
16

allí destinado, y que a mi hermana me hiciera favor de traerla, puesto


que no venía a posar con los parientes.

En la Hacienda hay Iglesia y capellán. Volví a seguir con mis


devociones pero no pude tener mi espíritu con el recogimiento que
yo deseaba porque mi imaginación estaba ocupada con recuerdos muy
tristes de los acontecimientos que en dos años hubo en la familia que no
hay para que referirlos. Como mi espíritu estaba tan abatido, me iba yo
sola al campo, Ilevaba libros para hacer lectura, rezar y meditar. Sin
embargo de frecuentes actos de conformidad lloraba algunas veces
porque no he sido generosa en los sufrimientos. Esta vida fue seis meses.

Sin solicitar a ninguna persona, la Divina Providencia inspiró el deseo


a la Sra. Doña Josefa Salazar de buscarme dos bienhechores para que
pagasen el piso en un Beaterio que había en San Luis, todo se
proporcionó y la Señora fue por mí a la Hacienda, luego que entré me
invitaron para que entrara a la Comunidad, eran Beatas Salesas,y yo no
sentí inclinación y por recomendación del Sr. Obispo Barajas tuve una
vida particular. Como no tenía ningún inconveniente me dediqué a las
cosas espirituales, más bien dicho a las devociones porque como
nunca he practicado la virtud, puedo considerarme nomás devota, esto es
muy distinto de ser espiritual y virtuosa. Una de las cosas a que me
dediqué, que tocó la raya del vicio fue a la lectura, pasaba medios días
leyendo y a veces los días de fiesta, todo el día; entre los libros que
recuerdo haber leído fue la Sagrada Escritura por Scio., el Catecismo de
perseverancia el Cuadro Poético de los Sacramentos, más antes el
Evangelio meditado y otros. Estuve en esta santa casa ocho meses.

La segunda esposa de mi papá, después de haber gastado lo que


pudo de la casa lo abandonó enfermo, paralítico y escaso de recursos.
Tuve que dedicarme a su asistencia y a cuidar las dos fincas que había.
Siempre he sido enferma, en esta época (gracias a Dios) se aumentaron
más mis enfermedades. A la vez se murió una cuñada y me dejó un
chiquito, se me hacia muy pesado cuidar al niño. Estuve cuidando a mi
papá un año diez meses, falleció el 25 de abril de 1861 dejándome de
albacea, al mes falleció el sobrino y yo me fui a vivir con mi hermana
Refugio casada con Juan Vega. Comencé a arreglar los negocios de la
testamentaria extrajudicial, dirigida por el Señor Cura Conde discípulo
de mi papá, cuando se recibió de abogado y segundo Obispo de San
17

Luis Potosí. No pasando mis cuñados porque yo hiciera un pago de


un dinero que estaba cierta debía mi papá, sin avisar al Sr. Cura,
renunció ante un juez para no tener responsabilidad y tener
tranquilidad.

El día lo. de abril de 1863 salí de San Luis con la familia de Juan
Vega, en el camino se enfermó mi hermana Refugio de tifo y falleció en
Tula de Tamaulipas el día 22 a los dos años del fallecimiento de mi
papá. A los cuatro años nos volvimos a San Luis y en el camino se
enfermó Juan, de tifo; llegó el día lo. de mayo y falleció el día 8 dejándome
a sus hijos. La niña Josefa tenía cuatro años diez meses y el niño Miguel
dos años seis meses.

Temerosa de que las rentas no fuesen suficientes para mis gastos,


puse un estanquillo. En él vendía, a más de este ramo, chocolate, flores,
dulces y otras cosas. Como todo fue a crédito, tenia que prestar
algunos servicios a las personas que me los prestaban. Esto aumentó
mis compromisos y trabajo. Se acreditó este pequeño comercio y
siempre estaba yo ocupada. No por esto dejé la frecuencia de los S.
Sacramentos, ni de oír todos los días el santo Sacrificio de la Misa. Estuve
seis años dedicada al comercio.

En 1869 dispuso mi compadre el Lic. Velasco, venir a radicarse con


la familia aquí a México, y mi hermano Juan dispuso lograr tan buena
oportunidad para que yo me viniera a su casa y me quitara de trabajar.
Salimos de San Luis el 22 de abril y llegamos el. Tenia mi hermano tres
hijos , las travesuras de éstos, las de Pepa y Miguel me ocasionaban
disgustos. Juzgué conveniente para la tranquilidad de los dos, separarme.
Lo hice el día 13 de noviembre, me dediqué a asistir seis jóvenes de
San Luis Potosí que estaban estudiando medicina, los asistí un año seis
meses, porque mi hermana Sor Juliana tomó el mayor empeño en que
yo dejara toda ocupación y que me fuera al Hospital de San Andrés a
vivir con unas monjitas que tenían una pieza separada, para que solo me
ocupara en el bien de mi alma. Puse a Pepa con las Hermanas de la
Caridad, a Miguel en un Colegio y a los jóvenes les puse una señora
que los asistiera. En el mes de abril hice el sacrificio de la separación de los
sobrinos, el que no quedó sin recompensa, como se verá más adelante.
18

En abril de 1871 fui a San Andrés y el día 4 de junio del mismo año,
tuve la dicha que fui recibida de Hija de María siendo tan indigna. Como
no tenia inconveniente ni atenciones como en los años anteriores pude
volver a dedicarme a la oración y volví a seguir mis devociones. Para
gloria de Dios, vergüenza y confusión mía, digo a Ud., Padre mío, que me
hizo mi buen Dios la gracia de tener mi espíritu muy recogido, a cada
cuarto de hora me ponía en su presencia, hacia un acto de contrición,
una comunión espiritual y un acto de amor unas veces y otras de
humildad, a mas de estos actos a cada hora ofrecía el deseo de agradar
a Dios en todas mis acciones y sufrimientos, me ofrecía en sacrificio con
mucho afecto y con positivos deseos de que Dios hiciera de mi lo que
fuera su divina voluntad.

Estando en esta vida reposada y deliciosa, el siguiente año 1872, el 19


de marzo, día en que mi hermana Sor Juliana salió de Ejercicios me dió
un recado de Ud. diciendo que rogara a Ntro.P.S.S. José me diera la
salud para que me consagrara a Dios Como yo no sabia los deseos de
Ud. pensé que me invitaba a ser Hermana, Me pareció una cosa
imposible, viendo que soy tan inutil buena para nada, tan enferma, con
cuarenta y dos años. Yo decía: si solicito ser Hermana, en el caso que
por recomendación del Padre, yo fuese admitida, que lo juzgo muy
difícil, podía ayudar x algo en una clase de labores, pero no me habían
de dar ocupación a mi gusto. Comuniqué esto a mi confesor el Padre
Mota y le dije: Padre, solo por milagro me aliviaré, ¿Qué, me permite
Ud. que pida esta gracia? Porque ¿cómo he de ver con indiferencia la
voz de este sacerdote?.. Me contestó: Si pídeselo a Dios. Así lo hice,
pero siempre viendo esto como imposible.

Hacía algunos años que para el día 27 de agosto que cumplió años ,
siempre que podia hacia retiro. Este año de 1872 como tenía más
tiempo, dispuse hacer tres días. Sin embargo que tenía mi espíritu
recogido (como no lo volveré a tener) y todos mis afectos en Jesús, María
y José, yo no estaba contenta, aspiraba a tener con que agradar a J. M. y
J., veía que la vida que llevaba era de todo mi gusto y por esto me parecía
no le agradaba y que era bien poco lo que hacia, esto me afligía y me
tenía abatida. Decía: Si yo sano me dedico a cuidar enfermas, porque
las Hermanas solo así me admitirían de enfermera, porque yo pensaba que
Ud. queria fuese Hermana.
19

El dia 24 comencé un retiro de tres días, no aumentó nada de


oraciones vocales. Rezaba nomás las del diario, lo mismo lo hice con la
lectura, nomás el tiempo que tenia en mi distribución señalado, me
propuse dedicar los tres días a la oración, sin tomar puntos. Me presenté
en la presencia de la Santísima Trinidad. Reconocí mi indignidad. Para
pedir gracias, puse por padrinos a mi Madre Santísima y a mi P. S. S. José
y por sus purisimas manos fui presentando al Eterno Padre los méritos
del Sagrado Corazón de Jesús, desde el acto de humildad que hizo
al vestirse de nuestra humana naturaleza, hasta su gloriosa y
triunfante subida a los cielos. Ofrecí estos divinos méritos en
remisión de mis pecados y porque mi Padre Celestial me concediera
la gracia de que yo sirviera a Jesús, María y José de algún modo.

Yo no explicaba el modo. Decía a mi Padre: todo lo puedes, en


último caso que yo sirva a los enfermos. Al ir presentando los actos
de la vida humana de Ntro. Divino Salvador dirigía afectos y súplicas
y ponía por intercesores al Santo Ángel de guarda, al Santo de mi
nombre y Santos de mi devoción. El día 26, en la tarde, terminó el retiro
y el 27 casi a la misma hora, recibí un recado de Ud. que me
llamaba al recibidor de las Hermanas, y me dijo que, por ser día en
que cumplía años, se resolvía a manifestarme los deseos que tenía
de que hiciéramos una fundación, la necesidad que había para que
trabajáramos en el bien de las almas, en especial de la juventud. Yo no
resolví luego hasta que lo consulté con mi Director el Sr. Pbro. Jesús
Mota, le comuniqué lo del retiro y la invitación de Ud. Me dijo que
era obra de Dios y me dio permiso para hacer la fundación. Yo
sentía mucha aflicción y miedo, pero no olvidaba las peticiones dirigidas
en los tres días de retiro, la voluntad de Dios manifiesta por Ud. y
por el Padre Mota, también lo consulté con la Madre Sor Juana Antía
y me lo aprobó.

Domingo 22 de septiembre de 1872 día en que la S. Iglesia


celebra los, Dolores de nuestra Madre Santísima, a las seis de la tarde
fue la Madre Sor María Alvarez y la Madre Sor Mariana Luna, a
llevarme a una vivienda, en una casa en la calle de San Felipe de
Jesús, donde había cuatro niñas y tenían una escuelita. Con estas
cuatro niñas comencé la fundación, (ninguna perseveró).
20

En la noche de ese mismo día, tuve un gran sufrimiento,


después de haber rezado el ejercicio del cristiano nos recogimos. Me
tardé en dormir, y no sé a que hora de la noche, desperté y sentí que
un animal me chillaba muy feo por la cabeza y por la cara, sentí el
cerebro pesado, los brazos dormidos, como narcotizada, me dormí hasta
las cuatro que cayó el despertador. En el día platiqué a las niñas lo que
sentí y me dijeron que era un alicante que había debajo del
entarimado, de milagro no me ahorcó, yo sentí mucho horror. Todas
las noches, luego que se sacaba la lámpara a la otra pieza se salía de
las tarimas, no se volvió a subir a la cama, pero me daba mucho horror oírlo
arrastrarse y subirse a un ropero. A las cuatro nos ibamos a hacer la
oración y se iba por debajo de las tarimas hacía mucho ruido porque era
muy grande, no se como pude vivir ocho días con ese animal.
Una tarde fue Pepita Lozano a visita y llevó a un chiquito, luego que lo
oyó llorar se salió fuera del entarimado y daba unos bufidos horribles, en
el acto dispuse mudar lo más preciso de las camas a una vivienda en la
calle de San Ramón No. 1. El día siguiente se mudó lo demás. Esto
fue el día lo. de octubre, y el día 19 nos presentó Ud., Ntro. santo y R.
Padre, con el Ilustrisimo Señor Arzobispo.El 11 de diciembre nos mudamos
a la P. de Palacio. Padre mio, me da mucha aflicción escribir. Creo que
con esto basta para cumplir con la Santa Obediencia. Las fundaciones
están en las fechas memorables: Nuestro Tesoro de Pensaba escribirlas
aqui más explicadas, pero siento mucho desgano. Creo que pocas cosas
estarán desapercibidas a los ojos de mi santo Padre porque siempre le he
tenido confianza. Le he ocultado algunos sufrimientos de los que he tenido
en las fundaciones porque he creido poca virtud de sufrimiento si las
manifestaba o que serian palabras infantiles.

Dispense Ud. lo mal escrito de ésta, como me hablan con tanta


frecuencia se me van las ideas y a veces le falta sentido a lo que escribe o
repito las palabras.
Su hija en Jesús, María y José, que su bendición pide y S.M.B.

Cesárea Esparza, I.H. de M. y de J.

Septiembre 22 de 1883. Hoy hace once años comenzarnos la


fundación.
21

Mi papá grande se llamó Juan Dávalos, tuvo tres hermanos: mi


tía Doña María Porfiria, mi tío Don Pedro y mi tío Don antonio.
Los cuatro fueron muy ricos, dueños de la Mina de Purísima, esto en
los Catorce, hoy es de los herederos. Fue descendiente mi papá y
tíos de los Dávalos de Zamora, parientes no se' en que grado del
Señor Sollano, estando ya de Obispo, lo visitó Agustín Dávalos, primo
mío, y lo reconoció como pariente.

Mi tía Doña María Bruna fundó el Convento de Monjas de


Aguascalientes, les dejó 32 mil pesos en la Hacienda de Pabellón y una
casa que valía siete mil, y entre otras cosas un reloj que sirvió
muchos años a toda la ciudad. Hizo su testamento el año de 25, lo
escribió un primo de mi papá, el Lic. Esparza, estaba en el testamento
una cláusula en que expresa que faltando las Monjas los sobrinos
seriamos herederos para que el Gobierno no tuviera derecho, también
nos dejó la acción de la Mina, yo vendí la acción que por mi mamá
me correspondía pero no la de mi tía.

.Mi tío Don Pedro fundó San Juan de Dios, no sé si el Hospital o la


Iglesia o las dos cosas.Tenían dos o tres Haciendas, una se llamaba San
Bartolo.

Padre mío, por lo que se pueda, ofrecer, será bueno traiga un


documento a más de la fe de Bautismo que tengo en la cajita de
nuestro pequeño archivo de nuestra amada fundación.Ud. me dirá qué clase
de documento será bueno que traiga.

Que todo sea a honra y gloria de Jesús, María y José.

Se me paso decir a Ud. que mi mamá grande fue hermana o


prima, no recuerdo bien, del Marqués de Guadalupe Rincón Gallardo.

Todo por obediencia y sin decir nada porque esto es motivo de


confusión.,

Tres Notas del P. Vilaseca


22

"Sor Cesarea Esparza y Dávalos, de edad 54 años, murió el día 24


de abril de 1884, de pulmonía , se le hicieron los sufragios de Misa de
cuerpo presente a las nueve, y una oración fúnebre sobre las virtudes y
las obras de caridad que había llevado a cabo.

Recibo de entierro. -En el Panteón de Dolores: Ha enterrado C.


Gayoso. Diez pesos por inhumación del cadáver de Cesárea Esparza en
4a. clase y por diez años.- México abril 24 de 1884.-Olaquiel- Fosa
No. 2175 -Presidió el Señor Don Crescencio García.-

Lo que está tachado se puso en la vida que escribe sobre Nuestra


Venerable Madre; aunque por flojera, por falta de tiempo y sobre todo por
falta de espíritu nada escribe de la segunda parte que debiera tratar de las
virtudes que practicó Nuestra Venerable Madre, trabajo que dejamos a
nuestros hijos, por ser muy justo que nos edifiquemos con sus virtudes,
que algunas de ellas fueron al parecer en grado heroico, aunque
nuestra poca virtud no siempre lo sabía apreciar.
23

BREVE CAMINO QUE CONDUCE A DIOS

Título: Es original de M. Cesarita.


Fecha: Escrito durante el tiempo que duró la ausencia del P. Vilaseca en
su viaje a Roma: 24 de octubre de 1882-14 de mayo de 1883.
Objeto: Dictar a las Josefinas un ciclo de meditaciones sobre las
jaculatorias, breve camino que conduce a Dios.
Texto :Autógrafo de M. Cesarita: 24 páginas, rayadas horizontalmente de
20'5 X 16 X 5 cms. la última página (la 24) sólo tiene escritas
cinco líneas y la sexta la letra "J" (Jesús). Lo publica el P.
Vilaseca en 1889 y en él aparecen 37 meditaciones.
Archivo: AGHJ. México, D.F.

Gran parte de la cultura espiritual de M. Cesarita queda reflejada en este


cuaderno. Sus conocimientos de las ciencias del espíritu aparecen muy
amplias y muy seguras. Desde joven se aficionó a la lectura:

"Me iba yo sola al campo, llevaba libros para hacer


lectura, rezar y meditar".
"Una de las cosas a que me dediqué, que tocó la raya del
vicio, fue a la lectura, pasaba medios días leyendo y a veces
los días de fiesta todo el día".
"Entre los libros que recuerdo haber leído fue la Sagrada
Escritura por Scío, el Catecismo de Perseverancia, el cuadro
poético de los Sacramentos, mas antes el Evangelio
meditado y otros".

No fueron éstos los únicos libros que devoró


plácidamente: "San Francisco de Sales y el Combate
Espiritual me enseñaron cuando yo era joven a
24

conocer la verdadera virtud y la verdadera


devoción, porque hay muchas falsas. También sé
distinguir el espíritu bueno del malo".

El P. Vilaseca añade que las obras de San Alfonso María de Ligorio "le
eran muy conocidas" principalmente: Práctica del amor a Jesucristo y su
célebre preparación para recibir al niño Dios".

Nadie extrañe que en este librito la M. Cesarita parezca una pequeña


doctora que ha asimilado el Evangelio de Jesús y los autores espirituales de
su tiempo; que poseía "al dedillo" los dogmas de la Religión Católica y que
podía hablar del dogma de la Trinidad con casi entera seguridad.

Es preciso reconocer la dependencia del P. Vilaseca, cuya dimensión


cultural, experiencia pastoral y pericia en teología espiritual fueron muy
sobresalientes.

Con todo este bagaje la Madre escribe esta obrita con las características
suyas de siempre: claridad y concisión. Se explica bien, pero en pocas
palabras contrariamente a algunas mujeres.

El mérito de este librito reside en revelar los caminos de oración que la


condujeron a la más alta unión con Dios, al estilo de Santa Teresa, en su
Vida y en el Castillo interior, principalmente.

De ahí la importancia de estas páginas que el P. Vilaseca respetó y


publicó, no obstante seguir él otra ruta, la de las "Nadas" y la del voto de
perfección. La Madre revela aquí de modo indirecto su propia experiencia,
la experiencia de toda su vida, desde que su mamá Dña. Ma. Bruna Dávalos
y Rincón Gallardo le enseña a orar hasta la vuelta del P. Vilaseca en mayo
de 1883. De esta fecha hasta su fallecimiento, el 24 de aabril de 1884, su
Epistolario y sus Ultimos Apuntes Espirituales, junto con el Ejercicio del
más acendrado Amor a mi Padre Señor San José colman este vacio
temporal.

Aquí se advierte también la facilidad para escribir, porque M. Cesarita era


una escritora sempiterna y empedernida. Se nota la claridad de ideas y el
25

orden en que los presenta, en lo cual se acerca mucho a la inteligencia


varonil.

1-LOS EJEMPLARES CONSERVADOS.

1. El texto autográfo de M. Cesarita, queda hoy en 24 páginas escritas de


su puño y letra. Formaban parte de un cuaderno rayado horizontalmente, de
20'5 x 16'5 cms. Se han perdido las pastas. La madre le pone este título:
Breve camino que conduce a Dios.

No cabe duda que la sierva de Dios escribió, como siempre, por lo menos
un borrador. Con él delante ha podido meter en cada página una
meditación, ni más ni menos. Para ello ha apretado la letra y contraido
muchas palabras, por ejemplo: que con solo la :q; para con solo la: p, etc.
Las faltas de ortografía son menos que en otros escritos. El cuaderno carece
de paginación, se enumera hoy por el número de cada meditación.

Al llegar a la meditación 24 comienza y escribe como en todas las


precedentes, pero se frena a sí misma en la línea sexta en que sólo escribe
la letra mayuscula: J ( Jesús), letra que suspende la copia del borrador para
siempre. Lo mismo hace con otra serie de meditaciones tituladas
"Meditaciones del 1 al 6 de mayo".

Por tanto el texto autógrafo de M. Cesarita no es completo. El P.


Vilaseca lo presenta completo -así se cree- cuando lo publica en 1889,
según anotamos ahora. Creemos al Padre que afirma que lo ha escrito la
Madre al final de sus días.

2. El primer texto del P. Vilaseca.


En 1889 el P. Vilaseca publica una obra que no muestra el nombre de su
autor y que aparece con este título: "Meditaciones diarias sobre las
domínicas, fiestas movibles y Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
para uso de las Hijas de María del Señor San José".

Terminadas estas Meditaciones (VI +381 pp.), dejando en blanco la pp.


382, comienza, sin más observación, una carta dirigida a Cesarita. Lo
normal es que primero pusiera el título y luego la carta-presentación, como
26

hace al principio de este volumen (p. V-VI). Dejando libre la pp. 384,
empieza el librito con este título muy distinto del original dado por la
Madre: "Meditaciones Especialísimas sobre la Contemplación", cometiendo
un error: que a la primera meditación le da por título Breve Camino que
conduce a Dios, título que no responde a su contenido, título puesto por la
Madre para todo el libro. Ella escribe esta primera Meditación como
introducción a todas las restantes Meditaciones.

En 48 páginas publica el Padre el Breve Camino de la Madre sin contar la


carta primera que lo precede (p.383) y la carta-epílogo con que lo concluye
(pp., 433-434).

El P. Vilaseca publica hasta 37 Meditaciones y completa la 24. Cotejan el


texto de M. Cesarita con el del P. Vilaseca se advierte que éste ha
introducido sus notas, sus aclaraciones; ha corregido, ha añadido y
suprimido cuanto le ha parecido bien. El es más ampuloso en su estilo. Hace
terminar cada punto -son tres en cada meditación- según su estilo, distinto
del Amén de M. Cesarita. El Padre concluye todos los puntos con: "Amén,
Jesús, María y José", precedido de alguna o algunas líneas introducidas por
él con sus respectivas frases. Todas las mutaciones vilasecanas aparecen lo
mismo al principio de la meditación que en medio y siempre, cada uno de
los tres puntos de cada Meditación termina con la jaculatoria citada.
3. El segundo texto incompleto del P. Vilaseca.

El Padre había publicado en 1890 una biografía de M. Cesarita,


aparecido primero en su revista "El Sacerdocio Católico" y después en 1891
en volumen aparte. Aquí había prometido escribir un tercer libro sobre la
fundadora. Nunca lo publica, pero en 1908 empieza a prepararlo.

Curiosamente quiere prepararlo con un primer cuaderno -de los cinco-


presentando a la Madre ante sus Hijas, la Iglesia y el mundo con el Breve
Camino que conduce a Dios, porque -afirma él- la obrita es de M. Cesarita.
El Fundador merece un aplauso rotundo. Confesaba así que la Madre había
escalado las más altas cumbres de la unión con Dios por la ruta de las
Jaculatorias.

Con sorpresa del investigador, hoy sólo se conservan las siete primeras
Meditaciones, copiadas al pie de la letra según las ha publicado en México
en 1889.
27

Por tanto, el Padre no manda transcribir a sus Josefinas el texto


autógrafo de la Madre, sino el aparecido impreso en 1889. Se ha escrito a
máquina en Veracruz, Ver., en 1908. El Padre se retiraba con frecuencia a
esa ciudad porteña, donde era atendido por sus Hijas.

Sólo, en ocho páginas, de 28x20'5 cms., se copian las siete primeras


meditaciones con los mismos títulos, el mismo orden y el mismo texto,
según aparecieron en 1889.

¿No quiso el Padre presentar más? La carta-presentación habla de


"comenzar" los cinco cuadernos con un conjunto de pensamientos de M.
Cesarita y que ella llamó Breve Camino que conduce a Dios . Parece que
pretende presentar todo el cuaderno, que servirá de "aperitivo" de todos los
cinco cuadernos.

¿Sólo se copiaron las siete meditaciones? ¿Se perdieron las copias de


todas los demás? Extraña esta suposición última conservándose el
contenido de los restantes cuadernos.

Es menester indicar que el título, puesto por el Padre a este primer


cuaderno, es: "Contemplaciones" y debajo como subtítulo: "Breve Camino
para llegar a Dios". Ni conserva el título que él primero da de
"Meditaciones Especialísimas sobre la contemplación", ni repite el de M.
Cesarita: "Breve Camino que conduce a Dios" cambiándolas por "Breve
Camino para llegar a Dios".

1I. El P. Vilaseca asegura ser él el autor

Hasta hoy nadie había dudado de que el P. Vilaseca había sido el autor
de esta obrita. El mismo inicia la publicación con esta carta:

"A Sor Cesárea Esparza, Fundadora y Superiora General


de las Hijas de María del Señor San José, y á todas las
28

demás Hijas de María Josefinas que componen nuestro


Instituto.

La gracia de Jesús, María y José sea siempre con


nosotros.

Carísimas Hijas:

Hoy, 21 de Abril de 1883, á bordo del vapor Ville de


Bordeaux, damos principio en favor de vosotras, carísimas
hijas, á un conjunto de Meditaciones, que tarde ó temprano,
tendrán para vosotras el feliz medio de ser un venturoso
camino que os conduzca á la contemplación, y á la dulcísima
oración de la Unión con Dios; pero sin dejar la vida activa,
conforme la admirable vocación á la que os ha llamado el
señor san José, por medio de la práctica de las santas reglas.
Si por nuestra miseria, no sabemos explicar, como
debiéramos, ese camino de amar á Dios, esperamos que el
señor san José suplirá con su bondad, algo de lo mucho que
a ellas les falta; y, por tanto, que vosotras, aprovechándoos
de los días de Retiro de cada mes, y libres del pecado
mortal y purificadas por la Meditación, entraréis en la
oración de jaculatorias, y después de muchos años, quizás
alguna de vosotras entrará también en la oración de la Unión
con Dios, comenzará á practicar los muy preciosos versos
de la Nada, y siendo fieles á la práctica santa del
desprendimiento de la tierra, y lo que es más perfecto, aún
de las del cielo, estará dispuesta para entrar a la perfección
elevadísima de practicar el voto de hacer siempre y en todo
lo mejor. Así os lo desea vuestro afectísimo Padre que en
Jesús, María y José os bendice.

JOSE MARIA VILASECA .

La afirmación Vilasecana es rotunda. El Padre ha escrito este libro.


Contra el contenido del librito el Padre sólo convida a algunas Josefinas y
después de muchos años llegar a la Unión con Dios, sin detallar el grado.
29

Según él, ha comenzado el librito el 21 de abril de 1883, sábado y fiesta


de San Anselmo. En la Carta-Epílogo final se reafirma. El ha escrito y
coronado el librito.

"Carta á las Hijas de María del señor san José.


Carísimas Hijas:

Hoy, que la Iglesia celebra la gran fiesta de la Ascensión de


Jesucristo, Señor nuestro, á los cielos; á bordo todavía del
vapor Ville de Bordeaux, y casi frente á Saint Thomas, y
doce días después de haber comenzado lo que hemos
llamado "Meditaciones especialísimas," supuesto que tienen
por objeto conduciros á la contemplación, damos fin a
nuestro pequeño trabajo".

M.Cesarita dá la paternidad al P. Vilaseca

En cambio, la Fundadora en uno de sus postreros cuadernos titulado


"Ultimos Apuntes Espírituales" escritos en 1883-1884, se inclina
abiertamente por el P. Vilaseca, cuando escribe en la primera página después
de aludir a sus amargos días de su segunda destitución como Superiora
General:

"Estas resoluciones son hijas de la tribulación y de las


gracias recibidas el día 13 del mes presente, y fruto de las
preciosas meditaciones que mi santo Padre escribió en ntro.
favor, comunicándole para el efecto la Santísima Trinidad
luces y gracias especiales, por intercesión de Ntro. amado
P.S. José. Las comenzó a escribir el día 21 de Abril de 1883,
a bordo del vapor Ville de Burdeaux, al volver de Roma, y
las terminó el día de la Ascensión del Señor, 3 de mayo, en
el mismo punto. Estas preciosas meditaciones, tratan del
camino que conduce a la Contemplación, y aún a la
admirable Unión con Dios. No pensó mi santo Padre, que
30

muy pronto tenía necesidad de disponer que su indigna


primogénita hija, se dedicara a estas meditaciones y que una
preocupación dio lugar a darle tiempo para hacerlas. El día
14, víspera de Santa Teresa de Jesús, me dijo: trae el libro
de las Meditaciones. Dispuso leyese el prólogo y el índice y
me indicó las que debía de meditar. No tiene mi santo Padre
una idea de lo que en el espíritu de su pobre, miserable e
indigna hija, ha pasado con la 1ª., 2ª., 3ª., 4ª., 5ª., 8ª., 12, 13,
25 y 26.

La M. Cesarita pudo con estas palabras recordarle al Fundador tantos


detalles acerca del extraño lugar de su composición -un barco de viajeros- y
quién había escrito aquellas meditaciones. Con semejante aseveración, ella
no debía echarle en cara que no saliera de su pluma, no podia dejarle en
mal lugar contradiciéndole, puesto que se confesaba el autor. Sería llamarle
mentiroso.

III. El P. Vilaseca asegura ser la M. Cesarita la autora

Han pasado 15 años (1883-1908) desde que el P. Vilaseca escribe y


publica que fue el 21 de abril de 1883 cuando empieza la obra y que el 3 de
mayo la termina en Saint Thomas , en cuyo puerto permanece anclado el
vapor Ville de Bordeaux que culminaria el viaje en el puerto de Veracruz.

No obstante tales afirmaciones, cuando en 1908 prepara su tercer libro


biográfico sobre la Fundadora, cambia de opinión y en la carta-prólogo del
primer cuaderno afirma:

"Mas, como ha llegado á nuestras manos, una noticia


exacta de su venerable Fundadora, con relación al Instituto,
creemos un deber nuestro comenzar con un conjunto de
pensamientos que escribió al fin de sus días y que llamó
Breve camino que conduce á Dios y que nos parece
utilísimo, según nuestro fin" .
31

Para el P. Vilaseca este librito es sólo un conjunto de pensamientos


escritos por la Madre en sus postreros días. El no recuerda más. Lo
importante es que no hable de su librito no terminado, sino que al no indicar
que está incompleto, se entiende que lo tiene normal, es decir, entero. El
que no haya aparecido entero se debe a factores externos.

Además, al comienzo del segundo cuaderno para el libro tercero de la


Fundadora, escribe sereno:

"Concluídos (sic) ya la pequeña instrucción que dió


Nuestra Venerable Madre a sus Hijas y que, con razón,
llamó Breve Camino que conduce a Dios, vamos ahora a
trasladar algunos pensamientos que sobre las virtudes nos
legaran algunas de sus compañeras..."
Aquí el Padre, además de adjudicar a la Madre el librito, insinúa que es
pequeño comparado con los libros y obras del fundador y que es una
instrucción que dió a las Josefinas sin indicar fecha. La Madre daba
conferencias a sus Hijas y aquí tenemos el croquis o síntesis de uno de
aquellos ciclos, y también dictaba las meditaciones de la mañana. Estas
meditaciones pudieron servirle para ese objeto.

IV ¿El Padre Vilaseca sólo piensa en hacer el bien a sus lectores?

Puede pensarse que la Madre copia el texto del Padre aparecido en las
Meditaciones diarias y que termina la copia en la Meditación 24, y que
suspende por el comienzo de la historia de los Institutos Josefinos y por su
muerte, acaecida el 24 de abril de 1884.

En este supuesto, la Madre hubiera transcrito al pie de la letra el texto del


Padre, por quien siente respeto y veneración máximos, a quien tiene
siempre por un superdotado. Ella no muda una letra del Padre por nada del
mundo.
32

Al contrario, es el P. Vilaseca por su brillante carrera sacerdotal y como


teólogo, el que acostumbra a cambiar y retocar los escritos de la
Fundadora. De esta manera los perfeccionaba según creía él.

¿Cómo se explica que la Madre termine su labor en la Meditación 24


apareciendo la obra completa con 37 Meditaciones más? Para todos sus
libros, segun se anotó en las introducciones a su Autobiografía, a Nuestro
Tesoro de Apuntes, al Ejercicio del más acendrado amor a mi Padre Señor
San José, etc. la M. Cesarita redactaba primero un borrador o más
borradores y luego los pasaba en limpio.

La Madre no copia aquí al P. Vilaseca. Ella frena su copia en la


Meditación 24, señal de que el Padre ha tenido delante, para concluir la
obra, el borrador y sobre él y con él ha podido terminarla.

De aquí se deduce:

1) que el Padre se contradice todavía más. El Camino Breve no ha sido


escrito por la Madre en sus postreros días, sino mientras él ha estado fuera
de México en Francia y Roma y en los muchos días para ir y volver de
Europa. Al llegar a México, a mediados de mayo de 1883, le presenta la
Madre su cuaderno que el Fundador lee con los ojos abiertos y, admirado,
resuelve publicarlos sin ofrendar a la Fundadora una alabanza, como era su
costumbre.

2) M. Cesarita, en ausencia del Padre , ha escrito estas Meditaciones que


ha dictado a sus Hijas Josefinas, supliendo de esta manera, las instrucciones
del Fundador . En verdad que M. Cesarita estaba a la altura de las
Fundadoras europeas más instruidas y más penetradas de su auténtico
carisma. El P. Vilaseca tuvo que reconocerlo al leer este librito.

3) Hoy no se entiende ni puede creerse ni entenderse la afirmación del P.


Vilaseca asegurando que ha escrito esta obrita en un vapor, acariciado o
turbado por las olas del océano, sin libros de consulta y en solo doce días,
del 21 de abril al 3 de mayo de 1883, desarrollando temas tan variados.

4) El P. Vilaseca no toma en serio muchos detalles en sus publicaciones,


por ejemplo: autor, fechas y lugares. Como apóstol gigante le interesan más
los bienes que pueden recibir los hombres y mujeres al beneficiarse de sus
33

libros. Siempre integérrimo y honesto e incapaz de mentir ni de hacer daño


a nadie, piensa en este caso, como Fundador que para sus josefinas
constituía aquellas Meditaciones un material precioso. Sus hijas, que
tantisímo le apreciaban, valorarían más la obra si aparecia compuesta por él.
Esta es la defensa verdadera de estas debilidades e inexactitudes del Padre.

5) El Padre se cree autorizado por la Madre para éstas y otras hazañas


paralelas. Un caso: Las constituciones fueron escritas por los dos
fundadores, pero ella no quiere aparecer para nada. Ella ha escrito el
apéndice, es decir, el capítulo XII, su lindo resumen ; pero le advierte al P.
Vilaseca:
"Mucho deseaba yo que Ud. escribiera otro poquito en
N.S.R. (Nuestras Santas Reglas). Suplico a Ud. que, si es
posible, se quite el Apéndice que con permiso de Ud. escribí
al fin, para que todo sea letra de Ud. y dispuesto por Ud.

Más todavía. Escuchemos cómo la Madre no contraría ni cambiaría una


sílaba de su Padre. Lo afirma en el texto que ahora copiamos. La Madre
hubiera transcrito al pie de la letra las Meditaciones si fueran de su Padre.
Además aun para las Reglas, hace borrador, y declina en favor del P.
Vilaseca cuanto ha brotado de su pluma. He aquí este testimonio que puede
explicar la conducta variable del Fundador. Estamos con el asunto de las
constituciones:

"Siempre he tenido viva fe, de que las Santas Reglas han


sido por Dios inspiradas a Ud. nunca ha sido, no será mi
voluntad contrariar una sílaba. Dios Ntro. Señor es
infinitamente perfecto. Al inspirar a Ud. las Santas Reglas,
no se equivocó, no se engañó, ni se preocupe porque en
Dios no cabe imperfección, porque es infinitamente santo,
sabio, veraz. Al escribir Ud. las Santas Reglas fue dirigido
por Dios, y la prueba está en que Ud. se las dio al Sr.
Arzobispo, este santo señor las leyó, las meditó, las aprobó;
luego está manifiesta la voluntad de Dios y si nos ponemos a
contrariarlas, a obrar contra su Divina voluntad, más pronto
vendrá el castigo.
34

¿Recuerda Ud., Padre mío, que lo poco que yo escribí,


fue en la presencia de Dios? En tres días que tuve de retiro,
las escribí en el Oratorio, en una mesa que puse a los pies de
mi Padre el Sr. San José, y no pasé al libro lo que escribí,
hasta que Ud. leyó, muy despacio, punto por punto. En cada
uno se detenía un rato, sin embargo de estar muy ocupado,
pues fue en los días memorables de la expulsión, todo Ud. lo
aprobó, luego nada es mío"

La conclusión no rima con la lógica. Ella se pasa tres días escribiendo un


borrador en la capilla, que, leido y aprobado por el Padre, la Madre le
concede la categoría de ser escrito por el Padre. Ese borrador lo trasvasa al
libro de las Constituciones. Ella afirma rotundamente que no quitará ni una
sola sílaba escrita por el P. Vilaseca. Ella siempre perseveró en esta fidelidad
asombrosa.

Después de presentar este panorama histórico es preciso concluir que el


Padre, al final de su vida, restituye a la Madre la originalidad y paternidad
de aquel librito, por ella titulado Breve Camino que conduce a Dios. De
esta manera quedaba tranquila su conciencia.

V. El contenido del libro

El eje central de esta obrita está formado por la oración de Jaculatorias


que para M. Cesarita constituyó el Breve Camino que la condujo, por todos
los grados de la mística contemplación, hasta Dios.

Bien estudiado este librito es un tratado de la oración de Jaculatorias, tan


raro en la mística de todos los tiempos, que será uno de los pocos
existentes.

Al estilo de Santa Teresa, aunque a enorme distancia, la Madre ha sabido


revelar - como la Reformadora en sus escritos- su enorme experiencia
mística. Santa Teresa se explica a través de la agua casta y de un castillo
con siete moradas. En cambio M. Cesarita, con talento e imaginación menos
poderosos, ha dejado revelada su experiencia en contadas páginas, menos
brillantes, muy duras y concisas, que dirige a sus Josefinas.
35

La ilusión de M. Cesarita es animar a sus Hijas a caminar por las rutas


que le habían llevado hasta Dios. Desde jovencita, antes de desposarse con
el Niño Dios a sus 19 años, no ha pisado otra senda. A partir de esta fecha,
12 octubre 1848, ha aligerado el paso cada día más. Cada momento era un
grito de un corazón hacia Dios.

Las primeras Constituciones son una radiografía espíritual de la Madre,


donde las Jaculatorias quedan en un lugar preeminente porque la Josefina
debe recitarlas con amorosa frecuencia para conseguir la presencia de Dios.

Mérito enorme del P. Vilaseca es haber aceptado en las Constituciones


esta práctica, que no rimaba enteramente con su oración, ni con sus
devociones vocales, ni con su espiritualidad, ni con sus experiencias
místicas, ni con el variado, constante e impresionante trabajo apostólico.
En su tratado sobre la Oración no resalta este método de M. Cesarita.
El P. Vilaseca no ha escrito el Breve Camino que conduce a Dios. Sólo lo
ha transcrito para las Josefinas después de muerta la Santa Fundadora.

M. Cesarita definió así la Jaculatoria:

"Una oración brevísima que se hace, a veces, con una sola palabra y aun
con un solo acto de nuestra mente en fuerza de la que el alma fiel acaba con
divinizarse".

No hay motivos para escandalizarse cuando M. Cesarita emplea el verbo


"divinizarse". Ella, que no ha estudiado teología, desvela en este librito su
enorme experiencia mística. La jaculatoria para ella diviniza, la conduce a
Dios como un torrente se despeña en el océano.

La Madre reconoce que, a raíz de su segunda destitución de Superiora


General, 12.X.1883, Dios le ha vuelto a conceder la gracia "de la oración de
jaculatorias" , método con el que aprende a desposarse con su Cristo. La
práctica de Jaculatorias es sorprendente:

"Las Jaculatorias en el día -confiesa el 23 de


octubre de 1883- son, a lo menos, cuatrocientas, hay
36

días que pasan de quinientas, porque hay veces que,


desde las dos de la mañana comienzo"

La Hna, Guadalupe Hidalgo, que la conocía bien, pudo afirmar: "Llegó a


estar tan unida a Dios que sus jaculatorias en el día, llegaron a setecientas" .
La misma Fundadora confesaba al P. Vilaseca el 22 de noviembre de 1883:
"Recé las setecientas (700) Jaculatorias que, dije a Ud. hace días, estoy
rezando para tener mi espíritu en Dios...".
Incluso el P. Vilaseca pone por modelo a M. Cesarita con estas "cuñas"
introducidas por él en el texto de la Meditación 13:

"Y Nuestra Venerable Madre, hacía con frecuencia


innumerables veces, diversas Jaculatorias cada día.
¿Por qué no procuras imitar a nuestra Venerable Madre
que también practicaba tan fervorosa y útil oración de
Jaculatorias?"

Una muestra preciosísima de cómo vive abismada en Dios a través de las


Jaculatorias queda para la posteridad en los ultimos Apuntes Espirituales de
la Madre, firmados el 1 de marzo de 1884, mes y medio antes de morir. El
dato impresiona .

En 25 meditaciones expone su método de Jaculatorias dirigidas a las tres


Personas de la Trinidad y especialmente a la Persona de Cristo y a su vida,
y a las ocupaciones y apostolado. Es un ciclo originalísimo e interesante.

El P. Vilaseca enseña su Camino de Unión con Dios a través de las


"Nadas", que asimila de la doctrina de San Juan de la Cruz y del voto de
hacer siempre y en todo lo mejor. En las Constituciones el Padre insiste en
este método suyo propio. Por muy paralelos que sean estos caminos se
presentan diferentes. Sin embargo, el Padre admite el de M. Cesarita y lo
ofrece para las Josefinas publicándolo en 1889.

Se advierte que cotejando el Tratado sobre la oración del P. Vilaseca con


el Breve Camino de la M. Cesarita coinciden bastante ambos en que el Don
de la Contemplación es una gracia inherente al carisma josefino en el
37

supuesto de que el alma permanezca fidelísima al querer de Dios. Escribe la


Madre:
"Una Hija de María y de José, junto con la gracia de la
vocación, recibió igualmente la gracia que le facilita tan
divinos ejercicios" (de la presencia de Dios),
que "es el poderoso y eficaz medio para adquirir,
primero, la contemplación y, después, con trabajos y actos
de amor a Dios, adquirir la mística unión con Dios" .

Más claro y más brillante y poéticamente se expresa en la Meditación 10.


Hablando de algunos santos que lograron volar de la tierra al cielo:

"Con las místicas alas de la presencia de Dios y de la


ferviente Jaculatoria: de un modo semejante al ave, que con
las alas que le dió la naturaleza, dejada la tierra, vuela hacia
el cielo: y como el águila fíjase de hito a hito al sol que nos
alumbra, así esas místicas alas de la presencia de Dios y de
las Jaculatorias se fijan en el divino sol de la justicia, Cristo
Jesús. Tal es tu vocación".

El P. Vilaseca no quiso arreglar estos pinitos poéticos de la Madre y, en


cambio, aplicó esta doctrina a sus Hijas de tal manera que añade con todas
las letras: "Así una Josefina", con esas místicas alas y no suprime: "tal es tu
vocación". La Madre enseña sin titubeos que la Josefina es llamada a la
contemplación .

V. Datos externos favorables a la M. Cesarita

1. A nadie deben despistar las cartas puestas por el P. Vilaseca al


principio y al final del librito. En vida de la Madre nunca la llamó ni la
reconoció como Fundadora. Por eso esa carta-prefacio no pudo ser escrita
en la fecha de 21 de abril de 1883. Pudo corregirla para publicarla, mas no
se da aquí este caso al reconocer el mismo Padre que M. Cesarita era la
38

autora. Tampoco la carta epílogo es escrita por el Fundador en la fecha que


indica, 3 de mayo de 1883, ni el mismo librito al afirmar en la verdad quinta:

"Que por vocación sois llamadas a adquirir los primeros


grados de contemplación que están encerrados en la oración
de Jaculatorias" .

La Madre no pone límites a la unión que puedan generar las jaculatorias


y hasta las juzga tan eficaces que pueden elevar hasta la unión
transformante. La prueba la presenta la misma Fundadora . Da la impresión
que el Padre no ha profundizado enteramente en el misterio de las
Jaculatorias. No era su "fuerte". Este tratado fue escrito enteramente por la
M. Cesarita.

2. La redacción es de la Fundadora. Esta escribe que deben hacerse las


jaculatorias "estando sentada". y el Padre copia: "estando sentado". La
Madre habla para sí, como si recitara su alma el texto: "Hazme una Santa...
hazme fervorosa... hazme bondadosa" . Concretando que las virtudes de su
carisma y vocación conducirán a la josefina a la Mística unión con Dios
escribe:

"Llegarás de seguro a la admirable mística unión con


Dios si sigues animosa la senda que te ha trazado Jesús
porque en esa escuela aprenderás a ser sencilla, humilde,
paciente, caritativa, mansa y mortificada".
Todo en femenino. Del mismo modo se comporta al escribir las
Constituciones.

3. El tono esponsal que preside ciertas páginas -que demuestran bien los
altisímos grados místicos posibles a cuantos ejercitan la oración de
jaculatorias- evidencia la pluma de una mujer, no de un hombre. La Madre
escribe como una mujer enamorada:

"Jesús, Salvador mío, sálvame, como oveja que pereció


por su pecado. Jesús, Esposo de las almas. ¡Ah! Sé el
39

Esposo mío, despósate conmigo, y haz que desde este


momento me prepare para tan sagrados desposorios... Jesús,
el más hermoso de los amantes, abrázame sin cesar con la
suavísima fragancia de tu amor... Jesús, pan de vida, ¡Ah! Sé
tú mismo el sustento mío, sé tú mío; y sélo de modo que
sólo tú seas mi recompensa, mi corona, mi gloria".

Aun en las meditaciones no trasladadas por la Madre del borrador a


limpio, presenta estos significativos acentos desbordantes de amor que el P.
Vilaseca ha transmitido:

"Considera que puedes decirle: ¡Oh, dulzura de mi


corazón! ... ¡Oh, vida de mi alma! ... ¡Oh, esencia de mi
esencia! ... ¡Oh, descanso suavísimo de mi espíritu! ... ¡Oh,
Señor Dios, mi esperanza y mi refugio! ... ¡Oh, el amante de
mis deseos! ... ¡Oh, amantísimo de mi alma! Tú, tú eres mi
Dios ... Tú eres mi Señor ... Tú eres mi dueño ... Tú eres mi
Esposo ... ¡Ah! ¿cuándo, cuándo, carísimo Esposo de mi
alma, quitarás de mi alma todo lo que es desemejante á ti?
¿Cuándo me hermosearás con los adornos de tu gracia?...
Tráeme en pos de ti, para que corra hacia a ti con alegría,
con pureza y con amor" .

4. La Madre no ha estudiado teología, sólo sabe a perfección el


catecismo y por ello tiene que fijarse muchisímo para no confundirse al
concretar las operaciones de cada Persona Divina. Por ello una vez escribe:

"Espíritu Santo Padre de quien recibiste la divinidad y la omnipotencia".

La Madre corrigió después: "Espíritu del Padre, de quién recibiste..." .

5. No siempre el Padre copia bien a la Madre: Esta escribe al finalizar la


vida privada de Jesús:

"Jesús, fuente de toda bondad, yendo a Juan".


40

El Padre transcribe: "oyendo a Juan" .

En cambio, a veces la copia al pie de la letra con los disparates


gramaticales que ella comete:

"Embriagarme" (en vez de embriagadme)

En ocasiones corrige el Padre con tecnicismo teológico. La Madre


enseña que las jaculatorias "que salgan de mi corazón contrito y humillado y
amante es el Camino más Breve que conduce a lo más elevado de la mística
teología y aun a la íntima unión con Dios" . Sin embargo, el Padre, como
teológo y asiduo lector de San Juan de la Cruz, en vez de camino con Dios
precisa: " Unión con el Verbo"

Ella, no tan experta en la pluma como el Padre, no se expresa del mismo


modo en el mismo tiempo y persona. En la meditación 16 habla así:
"Ampárame ... dadme ( en vez de: dame), Hacedme ( en vez de hazme). El
Padre corrige a la Madre: "Amparadme, dadme, hacedme" . En cambio en
el punto segundo la Madre sigue con su defecto: "Hazme... apártame,
dame, ilústrame, haz". Pero aquí, y en punto tercero, el Padre, como si
copiara distraido, repite a la Madre al pie de la letra.

6. La Madre ha escrito unas Meditaciones (de la 28 a la 32) donde


refleja unas páginas autobiográficas al enseñar la manera de hacer la
Oración de Jaculatorias en las diversas acciones de la vida, al despertarse en
la noche, al vestirse y asearse, en los actos de piedad (antes, durante y
después), en la comida, al salir y entrar en la habitación, al oír el reloj, en el
dolor, en las tentaciones, en las clases, en el hospital....

Da gusto contemplar a la M. Cesarita cómo elevaba su espirítu a Dios


con cualquier excusa y en cualquier momento. Ella, como el reloj, caminaba
41

en cada segundo con el péndulo de la jaculatoria y el fondo de su frase


favorita: "Dios me ve".

7. El Padre hubiera escrito con más brillantez sobre los temas de la


contemplación infusa que M. Cesarita. Hubiera demostrado su erudición en
la lectura del Cantar de los Cantares, del que M. Cesarita sólo cita unos
cuantos textos oídos al P. Vilaseca y leidos y recordados de sus lecturas en
la Vida Devota y Tratado del Amor de Dios de San Francisco de Sales o en
la Práctica del amor a Jesucristo de San Alfonso María de Ligorio.

Lo mismo hay que afirmar de las contadas líneas que la Madre dedica a
los ascetas y a los Santos, partidarios de la Jaculatoria y a los Santos que
cita al estilo del P. Vilaseca: Teresas, Brígidas, Catarinas, Paulas, Claras y
Franciscas. Era una manera de explicarse los predicadores de la época.
Siempre la Madre tuvo al P. Vilaseca por un superdotado al que debía
copiar y lo consiguió en parte.

Esta edición

Comprende el autógrafo de M. Cesarita, según queda anotado al


principio. Ahora se publica éste, no el publicado por el P. Vilaseca en 1889,
salvo a partir del lugar en que calla la Madre. El texto de la Meditación
XXIV y el de las siguientes Meditaciones es el presentado por el Padre en
su obra Meditaciones Diarias . También se añaden las cartas que el
Fundador publica al principio y que afirmó haber escrito el 21 de abril de
1883 a bordo del Vapor Ville de Bordeaux y la carta final que asegura
firmar "anclado en Saint-Thomas, mayo 3 de 1883".

Se ponen al día la puntuación y la ortografía. Por tanto, esta edición


comprende las 23 Meditaciones del original autógrafo de la Madre con las
42

cortas líneas de la Meditacion 24 más las restantes publicadas por el Padre


en su volumen y que toma del borrador escrito por ella.

OFICIO DEL CORAZON DE NUESTRO PADRE SEÑOR SAN


JOSE.
43

Este original obsequio de la madre Cesarita a su gran padre y


tierno padre, el señor San José, debe estudiarse desde una verdadera
conclusión de la teología católica: la paternidad espiritual del Santo
Patriarca sobre cada uno de los miembros del Cuerpo Místico de
Cristo. Así como el joven José gastó su vida en la crianza y en la
formación total de Jesús y trabajó toda carrera mortal para alimentar,
vestir y sufragar los gastos de Jesús, ahora, desde su puesto cercano
a Jesús y a María, se desvive para amar, socorrer y ayudar al Jesús místico,
a todos los hijos de la Iglesia.

Madre Cesarita presupone esta verdad, la cree y la hace vida de su


espiritu. Este es el gran mérito de este "Oficio" a San José, manifestar la fe
y el amor que le profesa en cuanto es su Padre, un padre real y verdadero,
con todos los deberes sobre ella y ella con todas sus obligaciones para con
El.

La redacción literaria es pobre y repetitiva. No obstante, la visión de


madre Cesarita de su Padre es a través de su corazón. Es su padre todo
corazón, principio del que saca otra consecuencia: es su padre
todopoderoso por haber consagrado su vida terrena en favor de las
personas de Jesús y Maria. Gracias a él, a Jesús y a María, no les falta
nada de esta tierra: casa, alimento, cobijo y vestido. Pero sobre todo
no les falta amor y protección de un hombre joven, cariñoso y fuerte.

Como luego se indica, el padre Vilaseca repasa en profundidad


este Oficio. Hoy se ignora hasta qué límites mete su pluma y suprime
párrafos y descarta los himnos que Cesarita había compuesto. De
todas formás, siendo el primer librito de la madre Cesarita no puede el
lector calificarla de experta en la redacción. Sin embargo es original al
presentar un "Oficio" sin salmos y con solas peticiones distribuidas
en todas y cada una de las Horas, desde Maitines hasta Completas.

Con este "Oficio" compuesto en 1877 y entregado al padre José


María Vilaseca el 17 de octubre del mismo año, se estrena la madre
Cesarita como escritora. Antes de esta fecha solo escribe cartas.
44

1. CUAL ES EL "OFICIO" AUTENTICO

La primera cuestión que aclarar, se refiere al "Oficio" auténtico de la


madre Cesarita. En el archivo general de las Hermanas Josefinas de
México, se conserva aparte un "Oficio del Corazón Santísimo del Patriarca
Señor San José" como escrito por la Madre Cesarita. Lo forman 20
paginitas escritas a mano, de 10.5 X 15.5 cms.

Del cuadernito han desaparecido las diez páginas primeras y empieza


en la página 11. Sólo se muestran paginadas tres páginas más (de la 11 a
la 15), las restantes quedan sin numerar. La letra no es de Madre Cesaríta
y se ignora el nombre de la copista.

No parece ser el verdadero que ha brotado del corazón y de la


pluma de la Fundadora:

1) Ya extraña el título, ese calificativo de "santísimo" dado al corazón


de San José. La Madre, al escribir al padre José María Vilaseca con el
objeto de persentarle el "Oficio", lo llama así : Oficio del Corazón de
Nuestro Padre Sr. San José" sin el epíteto de” santísimo”.

2) La Tercera General del Instituto, Madre Manuela Ramírez,


publicaba en 1888 el "Oficio" de la Fundadora, no otro, y lo refrendaba
con estas palabras informando a toda la Congregación Josefina:

"De la resolución tomada por nuestro M.R. Padre


Fundador para introducir entre nuestras Hermanas el rezo
del Oficio del Corazón del Señor San José que con tanto
fervor rezaba nuestra Venerable Madre Fundadora Sor
Cesárea Esparza".
45

Aunque aquí no asegura que ha sido compuesto por la M. Cesarita, lo


manifiesta expresamente líneas adelante:

"También con la presente Circular os remitimos por


disposición de nuestro M.R. Padre, el Oficio del Corazón
del Sector San José compuesto por Nuestra Venerable
Madre Fundadora Sor Cesárea Esparza".

3) El mismo título que se da al librito lo confirma: "Oficio del


Corazón Santísimo del Sr. San José compuesto por Ntra. Vble. Madre
y Fundadora Sor Cesárea Esparza".

Lo imprime el P. Vilaseca, el cual aprueba que fue compuesto por la


Fundadora.

Por tanto, no cabe duda que el texto publicado en 1888 por la M.


Manuela Ramírez es el compuesto por la Fundadora y no el que se conserva
en el Archivo General. Este debe ser muy posterior porque se suprimió de
él, el tema que obligó a componerlo a su autora, es decir, el encomendar a
su Padre San José la perseverancia en la vocación josefina. El padre
Vilaseca había intentado disuadir a M. Cesarita de seguir en la
Congregación, como luego se anota.

4) El texto conservado a mano en el Archivo General suprime las


motivaciones privadas de M. Cesarita y se reduce a un Oficio en honor de
San José brotado de una alma enamorada del Santo Patriarca sin el
carácter filial, confiado y emotivo con que la Madre rubrica sus páginas en
su "Oficio". Se conoce que posteriormente existió una corriente
liberadora de los motivos particulares de la Fundadora, sin comprender
que la conservación y la fidelidad a la vocación josefina no es sólo un
problema de Cesarita sino de todas y cada una de sus hijas, cuya vocación
puede ser zarandeada por tantos y tan sutiles enemigos.
46

Nadie explica las razones por las cuales este texto se haya
conservado en el Archivo General de las Josefinas entre los escritos de la
Madre, ni nadie sabe por qué, si fue compuesto por ella, nunca fue
publicado.

5) Seguramente el texto que hoy poseemos fue bastante corregido por


el P. Vilaseca. Este devolviò a su Autora el “Oficio”. En el inventario que
M.. Cesarita entrega a la M. Antonia Corral se cita a ese “oficio”:

“Un Oficio que compuse con permiso de Nuestro Padre a


Nuestro Padre Señor San José el año de las pruebas que
tuve fuertecitas, con lo que conseguí la tranquilidad. Fue el
año de l877”

Después de esta entrega, verificada el 31 de octubre de l883, no se sabe


de lo que ocurre con el “Oficio”. De hecho el P. Vilaseca lo guarda para Sí.
La M. Corral no hubiera tardado en romperlo. Nada se sabe del paradero
del texto escrito de puño y letra de la M. Cesarita. Debemos creer a la M.
Manuela Ramírez que escribe su citada Circular del 20 de mayo de 1888
con la aprobación del Fundador.

2. LAS CUATRO EDICIONES DEL "OFICIO"

La primera edición de 1888 se termina de imprimir en mayo de ese


año puesto que la M. Manuela Ramírez anuncia a toda la Congregación
que, junto con su Circular, fechada el 20 de mayo, envía el "Oficio" a
todas las casas.

El librito tiene VIII más 26 páginas. Las ocho numeradas con


números romanos contienen la Primera Circular de la M. Manuela
Ramírez y las numeradas con números arábigos ofrecen el "Oficio de
San José" escrito por la Madre Cesarita.
47

La segunda edición se publica en 1921 justamente al pie de la letra


como la primera incluyendo la circular de la M. Manuela Ramírez.
Acaso se perdieron muchos ejemplares del Oficio de San José en las
vicisitudes de la revolución.

Ya en 1950 se imprime por tercera vez el mismo Oficio en un


librito aparte y también al pie de la letra como en las dos ediciones
precedentes.

Por fin, en 1989 se publica junto con otros libritos de M. Cesarita,


con otras cartas inéditos y con algunos testimonios de Josefinas que la
conocen en vida. La publican en postrer lugar cuando por la fecha de su
composición y de su publicación debería haber precedido a todos los
demás libritos de la Fundadora. Sale a luz de la misma manera que en las
tres ediciones anteriores incluida la circular de la M. Manuela Ramírez,
sin cambiar para nada el texto de 1888.

3. LA ESTRUCTURA DEL "OFICIO"

Consta el "Oficio de San José" de Maitines, Laudes, Prima, Tercia,


Sexta, Nona, Vísperas y Completas. Cada Hora es muy breve y
presenta una misma estructura tan original que no se le ocurriría a
ningún técnico de la Liturgia.

Comienzan todas las Horas, incluida completas:

1) Con un Pater, Ave María, Señor San José, gloriados.

2) Sigue con unas preces respondidas como si se tratara de dos


coros que se contestan.

3) Continúa con unas "Súplica al Señor San José".


48

4) Viene luego un ruego del Santo a la Josefina, titulado: "El Señor


San José a sus Hijas".

5) Por fin, una oración, seguida de súplicas, bendiciones y acción


de gracias recitadas a dos coros o entre dos personas. Lo que
sorprende es que esta última parte se concluya siempre de esta
manera:

"V. Venerable Madre Nuestra (se refiere a M.Cesarita)


R. Rogad por nosotras que recurrimos a vos".

Semejante añadidura manifiesta el respeto de las Josefinas por su


Fundadora. Nótese que en abril de ese año 1888 cesa de Superiora General
la M. Antonia Corral la que se había propuesto olvidar por todos los
medios a la M. Cesarita del corazón de todas sus hijas. Tal súplica sabe a
reparación. Sépase que el mismo Fundador P. José María Vilaseca, había
mandado leer a las madres capitulares que eligen en abril de 1888 a la
M. Manuela Ramírez, la Biografía de la Madre Cesarita escrita por él. Era
el mayor rechazo de la conducta de la madre Antonia Corral con la M.
Cesarita.

La M. Manuela Ramírez explicaba así la intromisión de aquel


inciso que pudo gustar a más de una Josefina, pero que revelaba la entereza
y la decisión irrevocable de reivindicar la memoria y la personalidad de la
Santa Fundadora:

"Finalmente como nuestra Venerable Madre nos ha dejado en sus


dichos y hechos muchos motivos de edificación, y la vimos practicar por
esto en determinadas ocasiones las virtudes con mucha perfección, como
nos consta en los libros 1º y 2º que ya tenemos de su vida..

Por esto, sin querer anticipar los juicios de la Iglesia Católica,


esperamos en la bondad y misericordia de Dios, que estará en el cielo; y por
esto nos permite nuestro R. Padre que, de una manera particular, la
49

invoquemos diciendo, al fin de cada hora canónica, en las que está dividido
este Oficio:

V Venerable Madre nuestra.


R. Rogad por nosotras que recurrimos a vos".

4. CARTA AL P. VILASECA PRESENTANDO EL


“O F I C I O”: 17 octubre 1877

Este bello "Oficio" en honor de San José brota del corazón de M.


Cesarita durante los meses amargos de marzo a octubre de 1877 cuando el
P. José María Vilaseca, el Fundador, la destituye por vez primera de sus
cargos.

En la carta que le escribe no alude - siempre exquisita su Caridad y


delicadeza a aquel borrascoso asunto. De todas formás sabemos que
redacta este "Oficio" sin decir una palabra al P. Vilaseca, como todas sus
obritas, a excepción de su autobiografía (1883). Todas saltan de su
hermoso corazón y todas aparecen enlazadas con su vocación Josefinas
y con su Carisma de Fundadora.

La carta al P. Vilaseca está fechada en la casa de la Pulquería de


Palacio a donde ha llegado antes de tomar de nuevo posesión de su Cargo
de Superiora General en la Casa Central:

"Dios me ve"

Sr. Pbro. Don José María Vilaseca.


50

Casa de la P. de Palacio, octubre 17 de 1877.

La gracia de Jesús, María y José sea siempre en nuestros corazones,


mi respetable Padre.

Mando a Ud. el Oficio del Corazón de nuestro Padre Señor San José.
Lo escribí porque las ideas se me iban y estaba trabajando sin fruto, y
porque me parece ya contaba con su voluntad.

No le puse salmos porque no fuese más largo, y porque soy muy


tonta, no tengo la instrución que para esto se necesita, era necesario que
Ud. me hubiese dado alguna explicación. Puse algunas palabras con temor
de que no estuvieran bien y dejé de poner otras por la misma causa.

En un himno me vi tan apurada para completarlo, que me dieron


deseos de dejar a Ud. los renglones en blanco para que Ud. lo acabara.

Unas veces acudía al Espíritu Santo, otras a mi Tierna Madre, otras


veces me daba pesar prescindir de la idea que me proponía y no hallaba
cómo darle sentido. Me resolví a poner un disparate con la confianza de
que mi Padre todo lo arreglaría bien, porque su hija es muy inútil.

La última oración no me gusta, yo deseo que esa oración sea


consagrándonos al servicio de N. P. Sr. San José y encomendándole
nuestra Congregación; pero ahora está mi cabeza un poco mal con las
punzadas.

Padre mío, ya que por desgracia no sé amar con actos de virtudes a mi


Padre Sr. San José, tendría mucho consuelo saber, (si Ud. lo tiene a
bien) que de vez en cuando lo rezaran para que, con este Oficio, fuese
amado mi Padre Sr. San José de mis hijas y de las hijas de mis hijas (las
Josefinas), hasta el fin del mundo (por) que espero durará nuestra
Congregación.
51

Su bendición, humilde pide su hija.

Cesárea Esparza.
I.H. de M. y de J.
5. CARACTERISTICAS DEL "O F I C I O"

Ante todo es menester indicar que el titulo puesto por M. Cesarita


al "Oficio" es menos exaltado del que se le ha dado. Ella omite ese
calificativo en fase superlativa de "santísimo". Al Corazón de San José no
le pone ahora una sola cualidad, aunque podía añadirle muchas, pero
nunca ésa reservada solo a Dios Nuestro Señor. Madre Cesarita
permanece serena y tranquila aun delante de su Padre y Señor San José.
Hasta el final de su vida reconoce que el culto debido al Santo Patriarca es
de Dulía:

"Deseo glorificaros de modo que recibáis todo el culto


posible después del que tributamos a Jesús y a María.
Deseo, por tanto, se os tribute el culto sumo de Dulía".

Según la mente y expresión propias de M. Cesarita este su librito sólo


puede titularse con las palabras dictadas por ella al P. Vilaseca: "Oficio
del Corazón de nuestro Padre Señor San José".

Otra nota expuesta en la carta es que lo ha escrito impulsada por su


corazón, no motivada por su Director, ni con su permiso. Ella misma ha
ofrecido a San José este obsequio sin intervención alguna de nadie.

Quien lea este "Oficio" quedará extrañado de que se parezca poco o


nada a cualquier otro “oficio”, por ejemplo, al Oficio Parvo de la Virgen,
que M. Cesarita quiso incluir en las Constituciones y que impidió el P.
Vilaseca. Aquí no se encuentran ni salmos, ni himnos. La M. Cesarita
informa que no le pone salmos para hacerlo breve y porque carece de
52

instrucción litúrgica. Sin embargo, le añade himnos que,


desgraciadamente, el P. Vilaseca no conservó. Estarían compuestos con
exagerada sencillez al estilo de sus "Comuniones Espirituales", pero en
ellos hubiéramos descubierto en pobres versos, desde la poética, preciosas
ideas desde la josefología.

M. Cesarita indica al P. Vilaseca que reforme la última oración de


Completas. No parece que le hiciera caso porque aparece sin una
consagración a San José y sin encomendarle la Congregación Josefinas,
como ella había deseado.

6. ARREGLADO POR EL P. VILASECA Y REZADO EN


PRIVADO

De esta suerte M. Cesarita quiere que el P. Vilaseca, perito en estas


lides Josefinas, arregle y perfeccione su "Oficio". Ciertamente que lo
mejora, o lo desflora, según se quiere.

La M. Manuela Ramírez asegura la intervención vilasecana:"Oficio...


debidamente arreglado por él mismo".

Se ignora qué arregla y cuándo y cómo. Por la Fundadora se sabe que


no admite los himnos escritos por ella. Acaso su experta mano ha
remodelado las frases en que M. Cesarita suplica a su Padre San José el
acuciante problema que le abruma acerca de su vocación josefina,
idea motora de este "Oficio". Nunca el P. Vilaseca desea mientras vive
que se entere nadie de esta espinosísima cuestión. Otras muy posibles
intervenciones del P. Vilaseca se anotarán en su lugar respectivo.

Al final, la M. Cesaría indica al P. Vilaseca su deseo de que sus


hijas reciten este Oficio mientras existan en la tierra porque durará la
Congregación hasta el fin del mundo. Quería con este obsequio a su
Padre San José infiltrar en las Josefinas su mismo amor hacia el padre
53

de Jesús y también, calladamente, había en su mente una secreta


intención: agradecerle su poder por mantenerla en la Congregación
Josefina y suplicarle, a la vez, su permanencia en ella hasta el postrer
momento de su vida. Gracias que las Josefinas debían suplicar
también para ella del patrocinio valioso de San José.

La M. Manuela Ramírez, testigo de cuanto afirma, asegura que


este Oficio lo recitaba la M. Cesaría sola o acompañada de alguna
josefina. Informa al Instituto:

"de la resolución tomada por nuestro M.R. Padre


Fundador, para introducir entre nuestras hermanas el rezo
del Oficio del Corazón del Señor San José, que con tanto
fervor rezaba nuestra Venerable Madre Fundadora, Sor
Cesárea Esparza, y que continúo rezándolo ella sola, y,
a veces, con alguna de sus hijas, hasta el fin de sus
gloriosos días".
Desde el principio se siguen los deseos de la Fundadora de rezarlo
siempre en privado y alguna que otra vez en pública, pero sin darle un
carácter oficial o comunitario. Todo esto revela la M. General,
Manuela Ramírez, junto con la noticia de que éste era el "Oficio" de su
Fundadora:

"También con la presente Circular os remitimos por disposición de


nuestro M.R.P. el Oficio del Corazón del Señor San José, compuesto
por nuestra Venerable Madre Fundadora Sor Cesárea Esparza; Oficio
que debidamente arreglado por é1 mismo, e impreso ahora, ha resuelto
que sea rezado por las personas que pasamos a indicar:

1º Por todas las postulantas.

2º Por todas las novicias hasta que hayan hecho los propósitos.

3º Por todas las Josefinas que por su edad o sus ocupaciones no


pudieran rezar su Oficio en latín.
54

Este Oficio lo rezará en particular cada una de las sobredichas


josefina; o a lo más con una compañera, sin formar coro; siendo,
además positivo deseo de nuestro M.R.P. que se sirvan de este Oficio
del Corazón del Señor San José para los triduos, septenarios o
novenas que hicieren a nuestro gran Santo, rezándole una vez al día en
cumplimiento de su devoción piadosa; y en este caso podrán rezarlo
todas juntas, pero sin formar coro"2.

Líneas adelante repite que este Oficio fue "Compuesto por Nuestra
Venerable Madre"3.

Debió ser muy recitado el "Oficio" para conocer tres ediciones, aunque
sorprende que ninguna de ellas haya recibido la probación de un Obispo.

No obstante el relato de la M. Manuela es preciso saber que el P.


Vilaseca consiente que sea recitado en comunidad en los Ejercicios
Espírituales de las Navidades de 1877. Entonces fue estrenado.¿continuó
recitándose en los dias de Retiro y de Ejercicios?. Posiblemente así fue
hasta que tome las riendas del Gobierno de la Congregación la M. Antonia
Corral (12 octubre 1883). Aquella costumbre se retoma con la salida de la
M. Corral del Gobierno General, últimos de abril de 1888.

7. FIDELIDAD A LA VOCACION RELIGIOSA

La gran razón para escribir este "Oficio" a su Padre San José


proviene de las presiones del P. Vilaseca para que abandonara la
Congregación en 1877. “Lo que Nuestro Señor no permitió que tocara el
demonio, que fue mi santa vocación, la tocó Ud. padre mío". Madre
Cesarita entrega a San José la perla de su vocación josefina entrelazada con
su carisma de Fundadora. Con toda humildad escribe a su P. Vilaseca:

2
lbídem, p. VI - VII
3
Ibídem, p.VII
55

"Si por mi mala conducta trata Ud. de


despedirme, mi Padre (San José) saldrá en mi defensa,
porque soy su hija".

San José da la cara por M. Cesarita. La defiende con todas sus armás
y con todas sus fuerzas hasta el último instante de su vida. Escribió al P.
Vilaseca:

"Yo espero morar a sus venerables pies


antes que Ud. me arrebate de los brazos de mi padre Señor
San José".
A San José le obliga a defenderla con este obsequio que no lo
olvida durante el resto de su vida. No se sabe a ciencia cierta la manera
cómo expone al Santo Patriarca esta ardentísima plegaria. Acaso el
asunto fue templado o azucarado por el P. Vilaseca. Aún así en la
breveded de los Maitines sale el tema cuatro veces:

"La fidelidad a nuestra vocación esta en sus manos"


(San José).
"El (San José) nos concederá la perseverancia en la
vocación".
"Para que conservemos con fidelidad nuestra santa
vocación".
"Yo (San José) os salvaré para que no perdáis
vuestra santa vocación".

En Laudes aparece la misma cuestión dos veces, en Prima otras


dos veces, en Tercia una sola vez, en Sexta tres veces, en Nona una vez. en
Vísperas cinco veces y una vez en Completas.

Sólo ha quedado en las Vísperas esta huella, un tanto incompleta,


del factor vocacional que impulsa a la Madre a escribir este "Oficio". He
aquí un diálogo entre San José y las Josefinas:
56

V. Vosotras, que sóis mis hijas, ¿Queréis abandonarme,


abandonando, de hecho, vuestra santa vocación?

R. Nuestro Padre, ¿a donde iremos? Tú tienes palabras de vida


eterna y las grabas en el corazón de tus escogidas hijas que
aman, ante todo, su divina vocación y jamás, jamás nos
separaremos de nuestra queridísima Comunidad".

8. PARA EL CORAZON DE SAN JOSE

Nadie espere en este "Oficio" un tratado de Josefología. Sólo


intenta la M. Cesarita proclamar a San José como tierno su
verdadero, su único y su gran Padre e intercesor ante Dios. Lo
dedica al Corazón de San José porque ve en é1 un océano de amor.
En el fondo todo queda sintetizado en esta bellísima plegaria: "Sé su
verdadero Padre, que nos cuides como cuidabas de tu divino Hijo
Jesús". Como mujer, M. Cesarita centra el amor en el corazón y toda
la paternidad de San José en su corazón.

San José es nuestro Padre. "Yo mismo, que soy el Padre de Jesús,
seré también vuestro Padre durante todos los días de vuestra vida".
San José es nuestro tierno Padre y es amabilísimo. Sobre todo
manifiesta su entrañable amor al Corazón de San José con unos epítetos
muy suyos, lo llama:

Corazón adorable.
Corazón bondadoso.
Corazón dulce y amable.

Sobre todo admira a San José por su pureza, por su virginidad, por su
castidad. Por ello repetidas veces lo llama:

Corazón purísimo.
57

Corazón virginal.
Corazón castísimo

Otros calificativos son seguramente de la pluma del P. Vilaseca, el


cual con frecuencia disparaba su corazón incontrolado atribuyendo
demasiados privilegios al Santo Patriarca. La M. Cesarita en sus
escritos no emplea expresiones como éstas: corazón santísimo, divino
y sagrado.

Para M. Cesarita el Corazón de su Padre San José contiene


todos estos tesoros ocultos en esta preciosa oración:

"Corazón de José, has que te ame sin cesar; hazme objeto de


tu singular predilección; enséñame a amar a María, tu divina
Esposa; y haz que sea del todo de mi amantísimo Jesús, cual
Esposo de mi alma".

Sobre todo el amor que le profesa San José estallará en su oficio de


intercesor ante Jesús y ante María ¿Qué camino más recto y seguro para
llegar hasta Dios Padre?

Como fundamento teológico de este bello, sentido y sencillo "Oficio"


aparece en todas sus páginas la paternidad espiritual de San José sobre
todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. La M. Cesarita es una
prueba de las más notorias en la historia de la Iglesia, de la paternidad
verdadera, eficaz y mística del glorioso patriarca San José. El último
librito que escriba, "Ejercicio del más acendrado amor a mi padre Señor
San José" será una muestra admirable de cómo siente la paternidad de San
José, cómo la vive y cómo la invoca. Era el canto del cisne y el preludio
de ser recibida en el hogar del Padre Dios de la mano de su padre, el
Señor San José.
58

9. QUINTA EDICION

Esta quinta edición es la reimpresión al pie de la letra de la publicada


por el P. José María Vilaseca, Fundador con M. Cesarita de la
Congregación Josefina, y por la M. Manuela Ramírez, Tercera Superiora
General de la misma Congregación.

Unicamente se mejora la presentación y la puntuación.


59

OFICIO

DEL

CORAZON SANTISIMO DEL SR. S. JOSE


COMPUESTO

Por Ntra. Vble. Madre y Fundadora

SOR CESÁREA ESPARZA

J.M.J.

MEXICO

Imprenta Religiosa.- C.M.Trigueros y Hno.


Esquina de la Concepción.
1888

A MAITINES
60

Padre nuestro, Ave María, Señor San José , gloriados .

V. Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.

R. Honrado y glorificado por todas sus hijas en los siglos de los siglos.

Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

Amen, Jesús, María y José.

Ea, labios míos, abríos para cantar las grandezas de Jesús, mi


Esposo, y de María mi tierna madre, por medio de estas alabanzas al
santísimo Corazón de José.

V. Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R. Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor San


José, porque la fidelidad a nuestra vocación está en sus
manos, y con ella nuestra eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Honra a la Trinidad de la tierra Jesús, María y José.

V. Venid, adoremos todas las josefinas.

R. Al corazón de José que nos ama con ternura.

V. El nos concederá la perseverancia en la vocación.

R. Y é1 nos hará aptas para cumplir nuestros oficios.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE


61

Permitidnos, oh divino José, meditar las ternuras de vuestro amor, y


penetrar en lo íntimo de vuestro corazón adorable, para que conservemos
con fidelidad nuestra santa vocación y de este modo nos salvemos.

Vuestro corazón es la fuente donde tus hijas vienen a beber las aguas
cristalinas de la gracia. Haz, por tanto, que se descubran los tesoros ocultos
de la Sabiduría Divina, y sepamos unir al trabajo de Marta, la
contemplación de María en favor de nuestras niñas que instruimos y
educamos .

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

Venid a mí, vosotras hijas mías que formáis mi nueva familia, pues
aunque gimáis bajo el peso de las miserias de la vida, no temáis, porque yo
os salvaré, para que no perdáis vuestra santa vocación.

Guardad vuestras Reglas: vivid según vuestro primitivo espíritu, y


yo haré que aprendáis de Jesús, a ser mansas y humildes de corazón , y
seáis modelos acabados de virtud y perfección.

V Yo haré una alianza eterna con mis hijas .

R. Y no cesaré de colmarlas de mis beneficios.

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.

R. Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí


62

ORACION

!Oh amabilísimo José! Dispensadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón aprendamos de Jesús, a practicar la dulzura, la
mansedumbre, la humildad y la conformidad con la voluntad Dios.

Obtenednos la paz y la tranquilidad de espíritu que tanto necesitamos,


para encontrar el reposo de nuestras almas os pedimos estas gracias ya que,
con María vuestra virginal Esposa, vivís y reináis con el Padre, y el Hijo y
el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

V Castísimo José, escuchad nuestras súplicas.

R. Y que nuestros clamores lleguen hasta vuestro virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R. Y gracias inmortales le sean dadas por nosotras, sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R. Rogad por nosotras que recurrimos a vos.

A LAUDES

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.
63

R. Y honrado y glorificado por todas sus hijas, en los siglos de los


siglos.

Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

Amén, Jesús, María y José.

V.Vamos a José con un corazón limpio de todo pecado.

R. Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor san José, porque la


fidelidad a nuestra santa vocación está en sus manos, y con ella
nuestra eterna salvación.

V Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Honra a la Trinidad de la tierra Jesús, María y José.

Corazón bondadoso del Señor San José, tu que estás abrasado en las
más vivas llamas de amor a Jesús y a María, satisface sin cesar por nuestros
pecados, y multiplica para nosotras tus beneficios, de modo que yo
conserve mi santa vocación y me inflame en el divino amor.

Corazón de José, haz que te ame sin cesar; hazme el objeto de tu


singular predilección; enséñame a amar a María, tu divina Esposa, y haz que
sea del todo de mi amantísimo Jesús, cual Esposo de mi alma.

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

El Señor en el exceso de su amor y de su misericordia, me ha dado a


vosotras que formáis mi nueva familia para que os considere como a mis
hijas predilectas; y yo mismo, que soy el Padre de Jesús, seré también
vuestro Padre durante todos los días de vuestra vida:
64

V.Gustad y ved cuán suave y dulce es el consagrarse al servicio de


Dios.

R. Felices aquellas que guardan las santas Reglas que yo os he dado.

V.Por esto como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.

R. Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí .

ORACION

¡Oh divino José! Dispensadnos la gracia de que, honrando vuestro


virginal corazón, aprendamos a practicar la dulzura y humildad en todas las
ocasiones de la vida, y en especial con mis hermanas. Obtenednos la paz
que tanto necesitamos y la tranquilidad de espíritu para encontrar el reposo
de nuestras almas; os pedimos estas gracias a vos que, con María, vuestra
virginal esposa, vivís y reináis con el Padre, y el Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. Amén.

V.Castísimo José escuchad nuestras súplicas.

R. Y que nuestros clamores lleguen hasta tu virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R. Y gracias inmortales le sean dadas por nosotras, sus hijas.

V.Que las almas de las difuntas josefinas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R. Rogad por nosotros que recurrimos a vos.


65

A PRIMA

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal de José.

R. Y honrado y glorificado por todas sus hijas, en los siglos de los


siglos.
Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

Amén, Jesús, María y José.

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R. Hermanas mías, vamos a José, nuestro Padre el Señor san José,


porque la fidelidad de nuestra vocación está en sus manos, y con ella
nuestra eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Honra a la Trinidad de la tierra Jesús, María y José.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE

El corazón de José es el templo de Jesús y es el santuario de la


divinidad, donde el Hijo de Dios no cesa de ser nuestro mediador
Todopoderoso, para con el Padre celestial, y nos concederá la sencillez, la
humildad y la mansedumbre. ¡Oh Señor San José! a quien la primera
persona de la Santísima Trinidad hizo participante de su paternidad y de su
amor infinito a su Eterno Unigénito yo os suplico que, así como Jesús os
llamaba su Padre, y vos os abrasabais más y más en las llamas del amor
divino, así procure yo amaros con todo mi corazón y con toda mi alma, con
todas mis potencias y con toda mi memoria, entendimiento y voluntad .
66

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

Mis delicias son habitar con mis nuevas y fervientes hijas, instruirlas y
enseñarlas los admirables caminos de la virtud.

Bienaventuradas aquellas que son fieles y aman de corazón su santa


vocacion, porque de este modo serán de hecho mis queridísimas hijas.

V.Todo bueno y misericordioso es mi purisimo corazon para con mis


hijas .

R. Muy dulce ha de seros amarlo y disfrutar sus beneficios para


siempre.

V.Por esto, como tierno Padre, escuchará la oracion de mi nueva


familiar.

R. Y haré que todos sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡Oh amabilisimo José! Dispénsadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón, aprendamos a practicar la sencillez, la
mortificación y la mansedumbre. Obtenednos la paz y la tranquilidad de
espíritu que tanto necesitamos, y encontraremos el reposo de nuestras
alma. Os pedimos estas gracias a vos que, con María, vuestra virginal
Esposa, vivís y reináis con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos, Amén.

V.Castísimo José, escucha nuestra súplica.


67

R. Y nuestros clamores lleguen hasta vuestro virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R. Y gracias inmortales le sean dadas por nosotras, sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R. Rogad por nosotros que recurrimos a vos.

A TERCIA

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.

R. Y honrado y glorificado por todas sus hijas, en los siglos de los


siglos.

Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R. Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor san José, porque la


fidelidad a nuestra vocación está en sus manos, y con ella nuestra
eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Honor a la Trinidad de la tierra, Jesús, María y José.


68

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE

Los labios, la lengua, el entendimiento, los sentidos y todo nuestro ser


alaben el corazón santísimo del Señor san José, ya que él es la delicia suave
de sus hijas, descanso de sus almas puras, amante de sus corazones fieles:
Dígnate, corazón divino, comunicarnos la frecuencia fervorosa de los santos
sacramentos, y llenarnos de tu amor hacia los Sagrados corazones de Jesús
y de María, siendo, además, fieles imitadoras de sus virtudes, mediante las
gracias incomparables de la frecuente comunión .

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

El ojo no vió, el oido no escuchó, ni mente humana jamás entendió ni


amante corazón tampoco podrá apreciar lo que yo tengo preparado en
favor de mis fieles hijas, si ellas veneran como es debido mi purísimo
Corazón, y procuran imitarlo mediante la observancia exacta de sus reglas .

V.Yo amo, pues, con ternura, a mis nuevas hijas.

R. Y las amaré hasta el fin con singular predilección.

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.
R. Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡Oh amabilísimo José¡ Dispensadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón, aprendamos a practicar la pobreza, la castidad y la
más perfecta obediencia. Obtenednos la paz y la tranquilidad de espíritu que
tanto necesitamos para encontrar el reposo de nuestras almas. Os pedimos
69

estas gracias a vos que, con María, vuestra virginal Esposa, vivís y reináis
con el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

V.Castísimo José, escucha nuestras súplicas.

R. Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R. Y gracias inmortales le sean dadas por nosotras sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R. Rogad por nosotras que recurrimos a vos.

A SEXTA.

Padre nuestro Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.

R. Y honrado y glorificado por todas sus hijas en los siglos de los


siglos.

V.Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotras que
recurrimos a vos.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.


70

R. Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor San José, porque la


fidelidad a nuestra vocación está en sus manos; y con ella nuestra
eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Honra a la Trinidad de la tierra, Jesús, María y José.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE

Ya que del sagrado corazón de mi Padre el Señor San José corren


torrentes de gracias: por esto sus hijas, de un modo especial cuando están
enfermas, encuentran en él la salud, siendo afligidas el consuelo, estando
fatigadas el descanso, así como la tentada encuentra fortaleza; y la que ha
ofendido a Jesús el perdón, y sobre todo el no perder su santa vocación.

Desde el centro de mis miserias me llamará amorosísimo el purísimo


corazón de mi Padre el Señor San José, porque él es para su nueva familia,
un trono de infinita clemencia desde donde dispensa a cada una de sus fieles
hijas toda gracia y bendición para que por estos medios logren la
perfección propia de su santa vocación .

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

Adoración y gloria a mi dulce y amable corazón: adoración y gloria


que deseo me tributen todas mis hijas para que yo les pague con nuevas
bendiciones, comunicándoles el santo temor de Dios que es el principio de
la verdadera sabiduría .

V.Esperad, pues, en la bondad de mi corazón, mis muy queridas hijas,


y seréis, sin duda, ayudadas en toda necesidad.

R.Y vuestro espíritu se vivificará más y más, para que siempre me


améis como a vuestro Padre.
71

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia .

R. Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡0h amabilísimo José! Dispensadnos la gracia de que, honrando vuestro


corazón, aprendamos a practicar la fortaleza y la justicia, la prudencia y la
templanza. Obtenednos la paz y la tranquilidad de espíritu que tanto
necesitamos para encontrar el reposo de nuestras almas. Os pedimos estas
gracias a vos, que, con María, vuestra virginal Esposa, vivís y reináis, con el
Padre y el Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

V.Castísimo José, escuchad nuestras súplicas.

R.Y que nuestros clamores lleguen a vuestro virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R.Gracias inmortales le sean dadas por nosotras, sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R.Rogad por nosotras que recurrimos a vos.

A NONA.
72

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal de José.

R.Y honrado y glorificado por todas sus hijas en los siglos de los
siglos.

V.Purísimo corazón del Señor San José.

R.Rogad por nosotros que recurrimos a vos.

Amén, Jesús, María y José.

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R.Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor San José, porque la


fidelidad a nuestra vocación está, en sus manos y con ella nuestra
eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R.Honra a la Trinidad de la tierra Jesús, María y José.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE

¡Oh corazón de José, esperanza de los penitentes! Tú, que eres piadoso
para los que te invocan y bueno para los que te buscan, sé para todas
nosotras tus hijas que de corazón desean buscarte, encontrarte y sin cesar
alabarte y glorificarte; sé su verdadero Padre que nos cuides como
cuidabas de tu divino Hijo Jesús. Que ni la lengua pueda decir, ni la mano
escribir y ni las que los experimentan puedan creerlo qué cosa sea ser tus
hijas tiernamente amadas de tu purísimo corazón. Tú eres de nosotras tus
hijas, nuestro guía en éste mísero destierro, y tú eres nuestras delicias en el
reino sempiterno de la gloria.

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS.


73

Aquellas que me busquen con una piadosa actividad, me encontrarán,


y aquellas que me amen yo las amaré, les manifestaré a ellas una parte de
mis privilegios, y las enriqueceré con nuevas, gracias que les santifiquen
más y más, hasta el grado de que sean desprendidas de las cosas de la tierra
y aun de las del cielo, para que puedan a su tiempo hacer siempre y en todo
lo mejor.

V. Oh, hijas mías, bendecidme como a vuestro Padre, para que cada
súplica vuestra, os dé nueva santidad y perfección.

R. Y no olvidéis jamás los favores de que os he colmado.

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.

R.Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡Oh amabilísimo José! Dispensadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón, aprendamos a practicar la fe, la esperanza y la
caridad de tal modo que, de hecho, seamos justos. Obtenednos la paz y la
tanquilidad de espíritu que tanto necesitamos para encontrar el reposo de
nuestras almas. Os pedimos estas gracias a vos que, con María, vuestra
virginal Esposa, vivís y reináis con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.

V.Castísimo José, escuchad nuestras súplicas.

R.Y que nuestros clamores lleguen a vuestro virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.


74

R.Gracias inmortales le sean dadas por nosotras sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R.Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R.Rogad por nosotrs que recurrimos á vos.

A VISPERAS

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.

R.Y honrado y glorificado por todas sus hijas, en los siglos de los
siglos. Amén.

V.Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R. Hermanas mías, vamos a nuestro Padre el Señor San José, porque la


fidelidad a nuestra vocación está en sus manos, y con ella nuestra
eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R.Honra a la Trinidad de la tierra, Jesús, María y José.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE


75

¡Oh divino José! Como eres el torrente caudalosísimo de agua viva,


ábrenos las fuentes sagradas de tu divino corazón, a fin de que nuestras
almas beban abundantemente de esta agua que es la vida de Dios, y de este
modo jamás bebamos de las rotas cisternas del mundo, demonio y carne.
Haz que en el secreto de vuestro corazón adorable, lejos del tumulto del
mundo, yo, tu fervorosa hija, inundada de delicias, contemple en él las
virtudes de Jesús tu divino Hijo, y las excelencias de María, tu virginal
Esposa .

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

Tomad todas vosotras, hijas mías, raudales del agua divina en la


sagrada fuente de mi corazón, cantadme fervorosas de agradecimiento,
porque os he manifestado su magnificencia, dándoos sus tesoros a medida
que me habéis sido fieles, y os mostrasteis más y más amantísimas de
vuestra santa vocación

V.Vosotras, que sois mis hijas ¿queréis abandonarme, abandonando de


hecho vuestra santa vocación?

R. Nuestro Padre ¿a dónde iremos? Tu tienes palabras de vida eterna,


y las grabas en el corazón de tus escogidas hijas, que aman ante
todo su divina vocación, y jamás, jamás nos separaremos de nuestra
queridísima comunidad .

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.

R Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡Oh amabilísimo José! Dispensadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón, aprendamos a practicar la dulzura, la humildad,
76

los actos de contrición de todos nuestros pecados y el divino amor.


Obtenednos la paz y la tranquilidad de espíritu que tanto necesitamos para
encontrar el reposo de nuestras almas: Os pedimos estas gracias a vos que,
con tu Esposa, la Virgen María, vivís y reináis con el Padre y el Hijo y el
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

V.Castísimo José, escuchad nuestras súplicas.

R.Y que vuestros clamores lleguen hasta vuestro virginal corazón.

V.Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R.Gracias inmortales le sean dadas por nosotras sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R.Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R.Rogad por nosotras que recurrimos a vos.

A COMPLETAS

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V.Amado sea en todas partes el corazón virginal del Señor San José.

R.Honrado y glorificado por todas sus hijas, en los siglos de los siglos.
Amén.

V.Purísimo corazón del Señor San José, rogad por nosotros que
recurrimos a vos.

R.Amén, Jesús, María y José.


77

V.Vamos a José con un corazón limpio de pecado.

R.Hermanas mías: vamos a nuestro Padre Señor San José, porque la


fidelidad a nuestra vocación está en sus manos y con ella nuestra
eterna salvación.

V.Gloria a la Trinidad del cielo Pdre, Hijo y Espíritu Santo.

R.Honra a la Trinidad de la tierra Jesús, María y José.

SUPLICAS AL SEÑOR SAN JOSE

¡Oh castísimo José! Encended en el corazón de vuestras hijas ese fuego


poderoso en que os abrasáis. Concedednos que un celo vivo y ardiente
encienda nuestros espíritus, y que el mismo amor que animó vuestras obras,
dirija también las nuestras, que nuestras almas, ocultas en el retiro de
vuestro corazón vivan y mueran a sí mismas, y, que, olvidando los goces del
mundo, se unan a vos para amar a Jesús y a María con la admirable
perfección que entraña el voto heroico de hacer siempre y en todo lo mejor,
según nuestras reglas .

EL SEÑOR SAN JOSE A SUS HIJAS

Son mis deseos que todas mis hijas puedan decir:

Vivo yo, más ya no yo; Jesús, María y José son los que viven en mí:
sabedlo de una vez, que estos sagrados corazones os aman con ternura:
Jesús se entregó a nosotros para rescatarnos; y nosotros, los padres
purísimos de Jesús, os queremos hacer felices y dichosas.

V.Venid vosotras todas mis hijas.

R.Y os llenaré de mis bienes.


78

V.Por esto, como tierno Padre, escucharé la oración de mi nueva


familia.

R.Y haré que sus clamores lleguen todos hacia mí.

ORACION

¡Oh amabilísimo José! Dispensadnos la gracia de que, honrando


vuestro virginal corazón, aprendamos a practicar la dulzura y humildad de
juicio, de voluntad y de corazón. Obtenednos la paz y la tranquilidad
espiritual que tanto ncesitamos para encontrar el reposo de nuestras almas,
os pedimos estas gracias a vos que, con María, vuestra virginal Esposa,
vivís y reináis con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Amén.

V.Castísimo José, escuchad nuestras súplicas.

R Y que nuestros clamores lleguen todos hasta vuestro virginal


corazón.

V. Bendigamos a José, nuestro tierno Padre.

R. Gracias inmortales le sean dadas por nosotras, sus hijas.

V.Que las almas de las josefinas difuntas descansen en paz.

R. Amén, Jesús, María y José.

V.Venerable Madre nuestra.

R. Rogad por nosotros que recurrimos a vos.


79

ACTO DE REPARACION

Por las faltas cometidas en el rezo del oficio, que harán estando todas
hincadas y con la mayor devoción.

Oh, Dios tres veces Santo! Yo os adoro, amo y bendigo, y


os ofrezco, por medio del Inmaculado corazón del Señor
San José, todas las hostias que están en nuestros
tabernáculos, y que se ofrecen sobre nuestros altares en
sacrificio de expiación, y en desagravio de las faltas
cometidas en el rezo de mi oficio .
Amén, Jesús, María y José.

Padre nuestro, Ave María, Señor San José, gloriados.

V. Venerable Madre Nuestra.


R. Rogad por nosotras que recurrimos a vos.

EJERCICIO DEL MAS ACENDRADO AMOR A


MI PADRE SR. S. JOSE

1. MARCO HISTORICO
80

El fin que mueve a M. Cesarita a escribir tan cortas páginas queda


expresado por ella al principio del escrito. Ante todo, el primero, "darle
gloria" a San José. Ciertamente es una letanía de alabanzas josefinas. Aquí
desgrana en loor de San José cuanto aprendió desde niña en la escuela de su
mamá, Doña María Bruna Dávalos Rincón Gallardo, hasta el último mes de
su vida.

El librito es la revelación de su experiencia josefina a lo largo de su paso


por este valle de lágrimas.

La gran muestra de su amor a San José, del poder que ella cree ha
recibido el de Dios Padre -cuyas veces hace en la tierra-, de la bondad de
San José que repite con M. Cesarita la manera con la que atendió a Jesús
Niño: está reflejada en estas páginas, posiblemente únicas entre las
fundadoras y fundadores josefinos. Ha logrado volcar su alma, embriagada
con la figura de San José, de manera más emotiva, más vibrante, más
natural, más confiada, más filial.

Nadie se extrañe de estas maravillosas e íntimas páginas


autobiográficas, porque M. Cesarita nace en Aguascalientes en 1829, feudo
entonces de San José. Ella misma afirma que "la devoción a mi Padre nació
conmigo". En los tres momentos álgidos de su vida espiritual la figura de
San José aparece espléndida y absolutamente necesaria:

1) En los desposorios con el Niño Dios, 12 de octubre de 1848 a


sus 19 primaveras en San Luis Potosí.

"Avivé la fe que mi Madre Santísima y mi Padre Sr. San José


eran mis padrinos como tanto se lo había suplicado"

De aquí arranca la presencia poderosa, real y emotiva de San José


en favor de Cesarita. San José toma muy en serio el padrinazgo y lo cumple
con una fidelidad y cariño asombroso. Será testigo siempre de aquel
desposorio y una poderosa ayuda para lograr la íntima unión y la unión
continua y amorosa con Jesús.
81

2). En la recepción sobrenatural del carisma de Fundadora, 24 al 26


de agosto de 1882, cuando cumple 43 años. Aquí prosigue San José el
padrinazgo. La etapa era decisiva en la vocación, misión y consagración de
M. Cesarita para toda la Iglesia, y San José, como Padrino, toma parte
esencialísima.

"Me presenté en presencia de la Santísima Trinidad


-escribe M. Cesarita- reconocí mi indignidad; para pedir
gracias puse por padrinos a mi Madre Santísima y a mi
Padre Señor San José, y por sus purísimas manos fui
presentando al eterno Padre los méritos del Sagrado
Corazón de Jesús desde el acto de humildad que hizo al
vestirse de nuestra humana naturaleza hasta su gloriosa y
triunfante subida a los cielos"

En la primera redacción M. Cesarita habla en forma pasiva: "Por las


purísimas manos de Jesús, María y José, fuí presentada al Eterno Padre". Se
nota aquí la intervención sobrenatural de los Tres, cuya presencia e
intervención válidas y eficases aparecen de ahora en adelante de manera más
palpable. Los Tres que en este momento son presentados por M. Cesarita
como autores en en el inicio de su carisma de Fundadora, deberán estar
también en el momento de consumarlo en la hora de su muerte. De ahí que
ella, con una audacia descomunal e inaudita, suplique a San José la
presencia material de los Tres con una visión corporal sobrenatural de
manera que los vea con sus ojos corporales.

En los momentos cumbres, dolorosamente ciertos, de verse invitada


por el P. Vilaseca primero y luego por su Sucesora la M. Antonia Corral, de
abandonar su carisma de Fundadora y su vocación josefina, San José
ejercerá su oficio de Padrino con la maestría del mejor abogado de la tierra
y del cielo.
82

3) Lunes 29 de enero de 1877. La M. Cesarita tiene 47 años y


medio. Inspirada por Dios, se ofrece como víctima por su Congregación al
estilo de Jesús por todos los hombres. Son momentos dolorosísimos. El P.
Vilaseca recibe la intimación de su General P. Eugenio Boré, de abandonar
la Congregación de Hermanas Josefinas y él, ante la expulsión decretada
desde París, abandona anticanónicamente la Congregación de la Misión. La
Fundadora presiente que la inmensa prueba "sólo había cambiado de color"
Ahora va contra ella. Primero una enfermedad que la sitúa al borde del
sepulcro (febrero 1877) inmediatamente después su primera destitución de
Superiora General (marzo 1877). Después una letanía de murallas hasta el
instante de morir abandonada.

Se trata de escalar las más empinadas cumbres. Sus padrinos


continúan a su lado cada día con más ilusión y eficacia. He aquí esta página
autobiográfica escrita con una lógica impresionante:

"En las Obras de Dios creo debe haber una víctima"


En la grande Obra de la Redención la víctima fue
Nuestro Señor.

En esta de la salvación de las almas (su


Congregación Josefina) de derecho amí me corresponde
esta gracia.

Al considerar esto me fui a los pies de Jesús, María


y José y abrazada de mi amor y acompañada de mi tierna
Madre y de mi querido Padre, con una fe muy viva me
presenté a la Santísima Trinidad anoche gran rato.

Esta mañana en la hora (en) que Ud, en sus santas


y venerables manos tenía la verdadera víctima que quita
los pecados del mundo y a la hora que tuve la dicha de
recibir la Sagrada Comunión, estas tres veces, abrasada de
mi Jesús, me ofrecí con toda sinceridad en sacrificio siendo
mis intercesores, mis queridos Padres María y José".
83

Sus queridos Padres, María y José, salen fiadores de realizar una


victimación verdadera con dolores, afrentas y abandonos por su
Congregación de Josefinas al estilo de Jesús por su Iglesia y por todos los
hombres.

En este marco histórico, en plena victimación, escribe M. Cesarita


este cuaderno por ella titulado "Ejercicio del más acendrado amor a mi
Padre Señor San José", escrito durante el mes de marzo de 1884, menos de
un mes antes de subir al cielo. Mediante estas páginas pretende como gritar
a San José que siga hasta el final con su cargo de Padrino e Intercesor y que
no la abandone mientras le quede un hálito de vida. En San José vuelca su
alma, su corazón, su vida, su vocación de Josefina y de Fundadora, su
preparación para morir, su misma muerte. En un primer momento suplica a
San José "que yo te vea" en el instante de la muerte. Días después
-meditada mejor esta entrañable oración- la cambia por la visión corporal de
los Tres de Jesús, María y José.

Todo esto manifiesta una realidad mística, digna de recogerse en


los tratados de la Teología Espiritual y Josefina. En M. Cesarita se da un
caso singular de ser asistida en la noche de su espíritu propio de su carisma
de Fundadora por su Padre San José. Quiso Dios Padre que su Hijo y que
su Madre Santísima dejaran a San José el encargo de llevar de la mano a M.
Cesarita en las mayores tinieblas y soledades y abandonos de su vida. Su
carisma victimal propio de Fundadora exigía este Getsemaní tan prolongado
al estilo de la Pasión y muerte de su Cristo por todos los hombres.

La Sierva de Dios siente poco a su lado a su Cristo y a la Virgen, su Madre.


Es inmensamente, más notoria, más clarividente, más poderosa, más
continua la presencia de San José a partir de octubre de 1883 en que la
Sierva de Dios es destituida ignominiosamente de su cargo de
Superiora General y de su aureola de Fundadora con la acquiescencia -y el
matiz es tremendamente trágico- del mismísimo Fundador, el P. José Ma.
Vilaseca.

A partir de estos días la figura de San José aparece en el alma


atribulada de la Madre como el sol que sale de madrugada y a cada
momento crece su luz y calor hasta llegar a su cenit a mediodía. Jesús se
parece en estos postreros meses de la Fundadora al sol tapado por la luna
84

en eclipse completo o total. María a la luna en una noche con cielo surcado
por las nubes que juegan con ella dejándola ver u ocultándola.

En 1877 -durante su primera destitución- se ve forzada en su


primer Getsemaní a repetir la frase de su Cristo: "Si es posible que pase de
mi este cáliz". Ahora M. Cesarita pide saber sufrir, saber morir, saber
agradecer a Dios sus fuertes humillaciones. Suplica a San José su continuo
socorro porque se encuentra en la misma situación que la Sagrada Familia
huyendo a Egipto. Con parecida manera le pedía a San José su ayuda "con
la confianza de María y de Jesús cuando huyendo a Egipto -escribe M.
Cesarita- esperaban de Vos la salvación". Ahora no sale nunca de sus labios
la liberación de la prueba.

San José le ayuda a vivirla un poco pascual, a pesar de la superficie


alterada por el dolor y le consigue comenzar su pascua eterna aquí en la
tierra con la visión corpórea de Jesús, María y José.

2. Finalidad de este librito.

El principal y primer objeto de este librito es rendir la gloria debida


a San José pidiéndole corone su compromiso de Padrino, Intercesor,
Abogado y protecor en favor de M. Cesarita.

Después pretende otros fines saludables: 1) alcanzar las virtudes


que forman su propio carisma josefino y en particular la pureza y una
profunda humildad; 2) la paz y tranquilidad de su espíritu, turbado por el P.
José María Vilaseca, la M. Antonia Corral, algunos Josefinos y la precaria
situación de su sobrina Pepita Vega Ruiz de Esparza; 3) el remedio de una
gran necesidad que sin duda se refiere a su sobrina Pepita; 4) una buena
muerte. Por tanto, no puede titularse este librito tal como lo hizo el P.
Vilaseca, puesto que esta última finalidad es una de tantas y la postrera

Como el cuadernito va dirigido expresa y directamente a San José,


a quien le dirige siete consideraciones o breves meditaciones que llama
"Actos", quiere detallar qué intenta con cada uno de ellos:
85

"Es mi deseo: honrarte


amarte,
glorificarte
y pedirte gracias".

M. Cesarita no se cansa de pedir a su Padre. El lector se asombrará


del cúmulo de gracias que salen de sus labios y del tono encantador,
confiado y filial con que las suplica:

"Con la humildad del publicano del Evangelio


con la confianza del Centurión
y con el amor de la Magdalena
Deseo confiar en Vos:
como el niño confia en su madre,
como el sediento en vista del manantial,
como el enfermo en el médico,
como el pobre en el rico,
y deseo pedíroslo
con la confianza de María y Jesús cuando huyendo a Egipto
esperaban de Vos su salvación

No ha sabido describrir su actual situación desoladora sino imaginándose a


la Virgen huyendo a Egipto con el temor de encontrar en cualquier
momento, detrás de un árbol, de una casa, de una colina la figura de un
cruel soldado con la espada desenvainada.

Un título profundo y original

El título que M. Cesarita da a su último cuaderno escrito en la


tierra (de los que se han conservado) es éste:"Ejercicio del más acendrado
86

amor a mi Padre Señor San José". Este, y no otro, lo dicta y escribe en las
dos versiones, tanto del "Borrador", como del texto "Definitivo".
Extraña mucho, por tanto, que el P. José María Vilaseca, como
Director Espiritual de la Fundadora, lo haya retirado de las dos versiones
corrigiendo a su autora. Pero el P. Vilaseca anda desorientado. Lo incluye
en el cuaderno que hemos titulado "Ultimos apuntes Espirituales 1883-
1884" y que él llama "Ultimas Resoluciones de Nuestra Venerable Madre
para prepararse a morir bien y que comenzó desde octubre de 1883", -un
título larguísimo para tan breve contenido-. Dándose cuenta el P. Vilaseca
después de que la Venerable lo ha escrito en el cuadernito colegial a partir
del 1º de marzo de 1884, fecha en que concluye sus "Setenta actos de
humildad, uno a cada cuarto de hora", escribe verticalmente "1884".

Olvidado del título que ha dado al cuaderno primero en que lo ha


incluido, lo cambia por este otro "Ultimos Ejercicios de Nuestra Venerable
Madre para prepararse a morir bien 1884". No parece que estos dos títulos
vilasecanos hayan sido puestos inmediatamente después de morir la
Fundadora. La expresión "Nuestra Venerable Madre" sale de la pluma y de
los labios del P. Vilaseca después de cierto tiempo cuando no puede
molestar ya a la M. Antonia Corral.

La figura central de San José debe permanecer inmarcesible en el


título. El Santo Patriarca da vida y luz al cuadernito. Hay que lamentar que
se haya publicado, aunque intitulado, con el título dado por el P. Vilaseca.

Sabía muy bien la M. Cesarita cuanto escribe, cuanto encomienda


a su Padre San José, nombre que va a repetir más de cien veces en tan
pocas páginas. Sin El, sin su presencia, carece de sentido y de fin ese
pequeño cuaderno.

La palabra primera "Ejercicio" trae a la memoria el título de otro


librito, de forma universal, de San Ignacio de Loyola (1491-1556),
Exercitio Spiritualia, presentado también en dos versiones: la versión
vulgata y la versión literalis. En el entorno ignaciano sobre sus "Ejercicios"
en plural a los movimientos militares con que los soldados se ejercitan y se
adiestran para las batallas.

La M. Cesarita va derecho a practicar todos sus actos y todos sus


afectos ininterrumpidamente en honor de San José. Para ella "ejercicio" es
87

un acto y un efecto continuos para ocuparse durante el resto de su vida en


vivir junto a su Padre San José como la más fiel y amante de sus hijas y con
el derecho a recibir de él las mejores gracias para una existencia, al estilo de
Jesús que fue objeto de los máximas atenciones de su Padre Legal, San
José. La M. Cesarita se cree un pequeño Niño Dios en brazos de su Padre
San José. En esta infantil y filial postura habla, alaba, pide, recuerda y exalta
a su Padre, pero sobre todo sabe suplicar, lo mismo que una niña sola y
abandonada que contempla a la muerte a pocos pasos.

La palabra "ejercicio" le añade su objeto: primero ejercitarse en


amar a San José, mas de una manera peculiar. La autora emplea un término
-acaso único en sus escritos- "acendrado" aplicado al amor, que significa sin
ceniza, sin mancha alguna, es decir, un amor purificado. Para su Padre San
José quiere hacer un ejercicio incesante del amor más limpio y filial.

El título fotografía toda el alma josefina de la M. Cesarita.

4. Escritos en marzo de 1884

El librito ha sido escrito por M. Cesarita durante el mes de marzo


de 1884, tanto el Borrador como el Definitivo.

El Borrador se redacta por manos de su autora con su letra


característica y sus faltas de ortografía de siempre -a continuación de los
"Sesenta Actos de Humildad"- que data ella el 1º de marzo de 1884. Al
final, contra su costumbre, no indica la fecha, ni ella ni menos el P. Vilaseca.
Pudo ocurrir que escrito el Borrador, al que añade pequeñas
correcciones, y convertido en su oración durante algunos días, le supiera a
poco y determinara completarlo sobre todo y también corregirlo
definitivamente.

En efecto. Partiendo del final del escrito, se sabe por la letra de M.


Cesarita, que el texto Definitivo lo corone el 31 de marzo de 1884, tal
como aparece en la página 22. Pero en la página 13 confiesa que sigue
redactándolo ese mismo día; "siendo hoy el último día de vuestro mes "de
San José. Luego el día 31 de marzo ha escrito, al menos, desde la página 13
hasta la 22, es decir, diez páginas. Suponiendo que escribiera al mismo
88

ritmo todo el cuadernito, pudo terminarlo en tres días. La letra sigue un


mismo rítmo hasta mitad de la página 4, lo que podía explicar que el día 29
escribe estas cuatro páginas primeras, el 30 las siguientes hasta la página 11
y el 31 las restantes. Esta suposición es muy probable. Sin embargo, el
llamado Borrador se redacta durante el mes de marzo de 1884 sin poder
precisar, ni de lejos, las fechas exactas probables.

5. Descripción de ambos textos

El texto llamado Borrador por ser el primero de los dos


conservados pudo no ser el primero, porque extraña que M. Cesarita lo
haya redactado con su letra segura y un poco inclinada sin especiales
correcciones. Por su contenido, por las ideas josefinas vertidas en riguroso
orden y el tono espiritual ascendente casi obligan a sospechar que al
borrador le precedió, al menos, otro que, de hecho, hizo de borrador.

El Borrador actual se encuentra en un cuaderno que el P. Vilaseca


titula: "Ultimas Resoluciones de Ntra. Vble. Madre para prepararse a morir
bien y que comenzó desde octubre de 1883". Encima del título escribe
verticalmente: "1884", lo que parece indicar que no lo había leído con toda
detención las primeras veces. En este volumen lo titulamos: "Ultimos
Apuntes Espirituales: 1883-1884".

En este cuaderno ocupa las páginas 32-46, quince paginitas, de


10'5x15'5 cms. Cada página contiene 20 líneas rayadas en fábrica. Las
correcciones son muy pocas, lo que indica que a este Borrador le ha
precedido otro.

El texto definitivo es un cuadernito de 11x16.5 cms. Rayada cada


página en su origen con 18 líneas. La portada es una página de tantas. Por
la señal vertical, que queda en la primera página o portada manchada de
arriba a abajo, se sospecha que, la enmarcaron y como el cuaderno era
inservible para la venta en el colegio se lo regalan a la M. Cesarita que deja
la primera y segunda páginas en blanco. En la que hace de portada el P.
Vilaseca ha escrito un título nada acertado, según se indica antes: "Ultimos
Ejercicios de Ntra. Vble. Madre para prepararse a morir bien 1884".
89

Contando las dos primeras el cuadernito consta de 40 páginas, de


ellas solo escritas 22 que componen el librito. Las dos primeras no se
cuentan ni tampoco las siguientes a la 22 hasta el final. La numeración es a
lápiz y de mano ajena y muy posterior.

Es una copia del Borrador que la autora tiene delante para


transcribirlo de nuevo. No muestra correcciones notables salvo en la página
20, líneas 9 y 10. Encima de la línea escribe a veces letras que ha olvidado.
Por la letra se conoce cuando empieza la escritura y cuando la termina para
continuarla después de un tiempo. Comienza siempre con letra más pequeña
para agrandarla un poco paulatinamente.

Los dos textos, el Borrador y el Definitivo, presentan el mismo


contenido que es doble: 1) El librito que M. Cesarita titula: "Ejercicio..." 2)
un ofrecimiento a San José. Más el definitivo añade en un poco más de tres
páginas (de la 19 a la 22) unas "Resoluciones, tomadas a los pies y abrazada
de mi amado Padre el Sr. San José", florón precioso y desahogo natural con
su Padre a quien manifiesta su última gran humillación.

También hay que anotar que en los dos textos el P. Vilaseca da fe de que las
páginas han sido escritas por la M. Cesarita, aunque refiere que fue él quien
se las ordenó escribir.

6. La estructura de este Ejercicio.

Este "Ejercicio" en honra de San José -no directamente de Jesús ni


de María- va presidido de jaculatorias a Jesús, María y José. Una jaculatoria
preside cada uno de los siete Actos en que divide el "Ejercicio" tal como las
coloca inmediatamente antes de comenzarlo. Sobresalen aquellas
jaculatorias, cuatro, que se refieren al último momento de la vida,
recogiendo así la tradición del pueblo cristiano que atribuye a San José un
auxilio y protección especialísimos en la hora de la muerte. Para explicar
90

este detalle hay que saber que la M. Cesarita es avisada por Dios de su
próxima muerte que ella creyó sucedería en marzo y que ocurrió el 24 de
abril de 1884.

Comienza el "Ejercicio" comunicando el objeto que la mueve a


escribirlo. Afirma que lo divide en "consideraciones" y "Actos", que las
consideraciones las pondrá los miércoles, después de la Sagrada Comunión,
detalla en el Borrador; que los actos los hará 70 veces al día ofreciéndolos
con una penitencia llamada disciplina o con una hora de cilicio.

Parece embrollarse con las consideraciones y los actos, porque, de


hecho, las consideraciones se convierten en siete actos y así los numera y
los actos son las siete jaculatorias que elevará al cielo nada menos que
setenta veces al día.

Los actos son siete, número bíblico muy del gusto de M. Cesarita.
1) empieza cada uno con una o varias jaculatorias; 2) sigue el título que le
dá; 3) continúa expresando su deseo de alabanza y gloria a San José; 4) le
gusta detenerse después en pedir gracias especiales; 5) termina saludando a
San José con siete "Aves" José.

El "Ejercicio" aparece coronado con un "Ofrecimiento" a San José,


a quien le ruega acepte todo el contenido del librito con sólo pronunciar las
jaculatorias y entonar un himno glorioso a su honor terminando con una
serie de peticiones sin olvidar a sus josefinas para quienes les pide que las
acompañe ahora y en la hora de la muerte.

Las "Resoluciones" escritas al final no forman parte del


"Ejercicio", sino parecen una aclaracion de las casi postreras palabras del
"Ofrecimiento" cuando hablan de sufrimientos y humillaciones que le ha
ocasionado la segunda destitución de Superiora General. El último
sufrimiento y la última humillación le viene la víspera de terminar este
cuadernito al echarle en cara la Superiora General, M. Antonia Corral,
conceptos contra su honor y contra su vocación. Precisamente ese día, 30
de marzo de 1884, había renovado los votos, cosa que no agradó a la
Superiora, pero que consintió el P. Vilaseca.
91

7. Dos textos paralelos.

No cabe duda de que a la M. Cesarita no le gusta del todo la


redacción que había escrito en marzo de 1884 porque escribe de nuevo su
"Ejercicio" en honor de San José.

Ciertamente existen variaciones que, principalmente, son


complementarias y perfeccionan el contenido, aunque alguna vez ciertas
omisiones parecen olvidos, como si se olvidara pasar el detalle del Borrador
al Definitivo.

Se nota que M. Cesarita tiene delante el Borrador y sobre él


transcribe el texto corrigiendo, completando, omitiendo o perfeccionándolo,
escribiendo casi un nuevo texto que llamamos Definitivo.

Ambos textos tienen la misma estructura y la redacción más larga


pertenece al Definitivo. Las diferencias textuales son abundantes
particularmente en las peticiones a San José sobresalen los Actos 1 y 2,
sobre todo el 3, bastante el 4, menos los restantes. La última parte del
Ofrecimiento contiene un párrafo ausente en el Borrador y trata de los
sufrimientos que padece en su Congregación Josefina.

Como el cuaderno es pequeño ha pensado mejor no aportar


pruebas puesto que se dan los dos textos paralelamente y se subrayan las
diferencias entre los mismos.

Una exepción podría ser esta frase que la Autora no traslada al texto
Definitivo y cuya omisión no logra explicarse: "que todos los días reciba la
Sagrada Comunión con el afecto con que vos teníais al Niño Jesús en los
brazos".

8. El supremo culto de dulía para San José.


92

Pasando ya al contenido de este librito de M. Cesarita es menester


subrayar algunos conceptos sobre la persona de San José, sobre algún dato
histórico y principalmente acerca de los matices y variantes que ella
descubre en la paternidad espiritual del Santo Patriarca, tal como ella la
experimenta.

Ante todo es obligatorio saber que el amor que ella siente por su
Padre queda enmarcado dentro de la fe y de la teología, por más que alguna
vez se le escape alguna palabra que pudiera demostrar lo contrario. En este
punto no sigue enteramente al P. José María Vilaseca, cuya exhaltación
para San José le obliga a imaginar privilegios y gracias silenciados o no
aceptados enteramente por la Iglesia.

En cambio, la Fundadora escribe expresamente:

"Deseo glorificaros de modo que recibáis todo el


culto posible después del que tributamos a Jesús y
a María. Deseo, por tanto, se os tribute el culto
sumo de dulía".

M. Cesarita sabe distinguir entre el culto de "latría", debido a Dios,


y entre el culto de "hiperdulía" propio de la Virgen y el culto de "dulía" que
es el honor que se tributa a los Santos. Para la Fundadora el culto que se
debe a San José queda dentro del ejército innumerable de los Santos; pero
aquí se manifiesta como gran hija de San José, en reconocerle el primero
entre todos los Santos. Presenta a San José a tan alta altura que merece ser
el tercero en la gloria que debe recibir: primero Jesús, segunda la Virgen y
tercero San José. Como un teólogo, M. Cesarita, se atreve a expresarse con
palabras propias: el culto sumo de dulía, es para San José no un culto
ordinario o normal de dulía, propio de cualquier santo, sino el más elevado
entre todos los Santos.

Para M. Cesarita -se concluye -San Juan Bautista, el mayor de los


nacidos de mujer. (Cf. Mt. 11,11), pertenece a otra esfera, a la jerarquía
relacionada con el Mesías.
93

El mismo Jesús habla del Bautista como de un hombre "más que


un profeta" (Mt. 11,9), María y José viven en otra galaxia, con una relación
más íntima -no oficial- con Jesús. Ningún hombre ha vivido más cerca de
Jesús que San José, ni le ha rendido favores y servicios mayores que San
José. Quiso Dios que San José fuera una pieza esencial en el misterio de la
Encarnación, previo y necesario a la Redención de los hombres.

En consecuencia, y en el sentido expresado, la M. Cesarita quiere


que en cada momento, hasta el final de los tiempos, se dé a San José la
gloria que le han tributado Jesús, María, los Angeles, todos los
bienventurados y todos los hombres. Además y como último efecto de ese
supremo culto de dulía, desea que todos los pueblos se pongan bajo la
protección de San José, lo mismo que están bajo la de Jesús y María.

M. Cesarita repetía y tomaba para sí la petición que en julio de


1870 habían presentado al Concilio Vaticano 153 Padres: un culto de dulía
superior al de todos los demás Santos, después del de la Virgen María. La
Iglesia no ha decidido todavía en el sentido de los 153 Padres ni en el de M.
Cesarita, cual va más adelante que estos Padres que sólo suplican fuera
declarado San José, después de la Virgen, primer Patrón Universal de la
Iglesia. La Fundadora estima que su Padre San José debe amparar a todos
los pueblos no sólo a los católicos y a todos los hombres, no sólo a los que
pertenecen a la Iglesia: "Deseo que todos los pueblos se pongan bajo
vuestra protección como lo están bajo la de Jesús y María.

La Congregación de Ritos accedió a las preces del Vaticano I y por


el Decreto "Quemadmodum Deus" del 8 de diciembre de 1870, declaraba y
constituía a San José Patrono Universal de la Iglesia. Todavía quedan sin
respuesta los deseos de M. Cesarita. Ella, al menos, los manifiesta: todos
los hombres, todos los pueblos deben alabar a San José y ponerse y ser
puestos bajo su Patrocinio.

9. Padre mío Amorosísimo.


94

La josefología de M. Cesarita es muy sencilla y muy breve. Se


apoya en la paternidad de San José, primero de Jesús, y después sobre ella
misma de modo especialísimo. San José es Padre de Jesús. Así le habla: "Tu
divino Hijo", "tu queridísimo Hijo" y "Vuestro Santo Hijo". Es, pues, Padre
de Jesús. No concreta que naturaleza es su paternidad. La supone según el
Nuevo Testamento.

Es innegable la influencia vilasecana en M. Cesarita y los dos, M.


Cesarita y el P. Vilaseca, son instruidos por Santa Teresa. M. Cesarita llama
a San José repetidas veces "mi Padre". Emplea también otros epítetos junto
con el posesivo "mío". "Santísimo Padre mío", "Padre mío amorosísimo",
"Santísimo y gloriosísimo Padre mío".

Santa Teresa y también M. Cesarita, llaman a San José "mi


verdadero Padre y Señor". La Fundadora le dice: "mi más poderosísimo
abogado y Protector". Santa Teresa aconsejaba:

"Aunque tengo muchos Santos por Abogados, séalo


particular de San José". Tomé por abogado y
Señor al glorioso San José y encomendéme mucho
a él".

M. Cesarita aparece en la línea teresiana, pero la supera en audacia al


volcar en San José toda su persona: su espíritu, su voluntad, su cuerpo, su
tiempo, su vocación, su salud, sus gravísimos problemas con el P. Vilaseca y
la Congregación Josefina, con sus Hijas y con su sobrina Pepita, todo hasta
los momentos supremos de su vida y su eternidad. Y todavía le encomienda
su consagración esponsal a Jesús, su entrega a El, sus vivencias espirituales,
sus tremendas situaciones en la Congregación, sus grandes disgustos, su
exquisita vivencia con Jesús y María. Lo mismo que una tierna niña confía
todo a su papá sabiendo que es Todopoderoso y que la va a escuchar y
ayudar.

La experiencia de M. Cesarita resulta tan inmensa, tan universal,


tan real que descubre en San José un corazón de verdadero Padre, corazón
que ella califica repetidas veces de "compasivo". Nada extraño que le llame
95

"Divino José" en momentos de exaltación y de enormes dificultades con el


fin de halagarle, para moverle más a auxiliarla. En otras ocasiones le llama
"mi amado José" y "Santísimo José".

Sobre este fundamento y roca de la paternidad espiritual josefina


levanta su filiación hecha de amor, confianza y fidelidad. La misma Santa
Teresa emplea la misma razón:

"Quiere el Señor darnos a entender que así como le fue


sujeto en la tierra -que como tenía nombre de padre siendo
ayo, le podía mandar- así en el cielo hace cuanto le pide".

10. Excelente y raro Abogado y Protector

La primera consecuencia que M. Cesarita saca de la paternidad de


San José es la de amarle. Santa Teresa no llega a tanto y se detiene en el
poder para conseguir gracias, desde nuestro ángulo un tanto egoísta.

Madre Cesarita le entrega su corazón tan probado, todos sus


afectos, pero aclara que primero son para Jesús y María. Quiere vaciarlo de
las cosas del mundo para alcanzar más capacidad de amarle; quiere amarle
más que a sí misma, sin interés personal, porque intenta honrarle y
glorificarle; quiere amarle perpetuamente y que las personas que la aman,
dejen de amarla para que empleen su amor en glorificarle. Lo que
ardientemente desea es que pertenezca su corazón a San José y que tenga
para él las finezas que le ofrendaron Jesús y María. Modelos de todo para
ella, también quiere que Jesús le enseñe a amar a San José como a su Padre
y la Virgen como a su querido Esposo.

Se nota a M. Cesarita prendada de su Padre. Cómo inventa su


imaginación maneras de amarle que sólo figurativamente podría realizar.
La segunda consecuencia de la Paternidad de San José la saca M.
Cesarita del tomarle como "mi más poderosísimo abogado y protector"
conforme enseña Santa Teresa.
96

Abogado es el que defiende a otro en juicio. Los juicios en que han


metido a la Madre son duros y actuales dentro de su Congregación.
Continúa siendo juzgada y siendo condenada. Esto le importa poco. Le
interesa más aprovechar los juicios y la condenación. Precisamente porque
experimenta su condena y su desamparo, necesita un Abogado defensor y a
la vez un Protector, que acompañe y que guarde a su persona.

En este sentido no encuentra palabras más apropiadas que


suplicarle a San José "en cada respiración": "Padre mío, en tus manos
encomiendo mi espíritu". Lo mismo suplica Jesús a su Padre en su momento
supremo.

No le ruega a San José que gane el pleito, sino que se porte como
él se portaría en situación semejante, que abrace los sacrificios con plena
conciencia y que la conduzca a la unión con Dios. Quiere manifestar a Dios
en cada instante su gratitud porque la ha humillado y unir sus dolores a los
de su Madre, la Virgen, en la Pasión de su Hijo; quiere sufrir con mérito y
en silencio la vida de martirio que lleva en la Congregación y las
humillaciones de sus Hijas.

Curioso, por tanto, el papel de Abogado y de Protector de San


José para la M. Cesarita. San José, como Abogado, debe fortalecerla para
que gane el pleito de continuar en la humillación con mérito y con acción de
gracias a Dios. Nunca suplica que pase de ella aquel amargo cáliz.

San José se muestra experto y le consigue morir en abandono al estilo


de Cristo.

11. En lugar del Eterno Padre.

Una vez envuelta por el mar amargo de sus dolores, la M. Cesarita


recuerda los de su Padre, San José. Por eso el cuarto Acto lo dedica a la
compasión de San José, como buena hija. Desea meditarlos y
contemplarlos, como quien sabe bien la diferencia existente entre meditar y
contemplar. Sobre todo quiere tomar parte en ellos y le suplica que se los
97

trasvase y lo hace de una manera amorosa que obliga a recordar un pasaje


famoso del Cantar de los Cantares.

"Mientras el rey se halla en su


diván,
mi nada exhala su fragancia.
Bolsita de mirra es mi Amado para
mí"
(Cant. 1, 12 y 13).

M. Cesarita transforma el nardo y la mirra -según el gusto de la


época- en perfumes dolorosos:

"Que sean para mi corazón un precioso


manojito de mirra entre Vos y yo".

Hay que imaginarse a San José, el manojito de mirra exhalando su


perfume amargo y a la de M. Cesarita, abrazándose Padre e Hija con el cáliz
que les ha proporcionado la Providencia. Interesa mucho repetir que no
pide la retirada del dolor sino desear "vivir y morir en la cruz que la Divina
Providencia me ha dado en mi Amada Congregación" de esta manera
puede semejarse a su Padre, a quien intenta aliviar: "que una parte de
vuestras penas, pasen, poco a poco, a ser mías".

Tan excelsa es esta gracia que M. Cesarita la supera esgrimiendo el


mayor argumento al recordar a San José el máximo galardón con que le
enriqueció toda la Augusta Trinidad.

"Te lo pido por todas las gracias, virtudes y privilegios que la


Santísima Trinidad os comunicó como destinado a ocupar en la tierra el
lugar del Eterno Padre".

Al estudioso crítico le pasma el conocimiento teológico que M.


Cesarita manifiesta en este librito. Debe recordarse que mientras permanece
98

en el Beaterio de las Salesas en San Luis Potosí -noviembre 1858 a julio


1859 -se dejó invadir por el vicio de la lectura. Entre otros libros, "devoró"
el Catecismo de Perseverancia del abate francés Juan José Gaume (1802-
1879).

A nadie le extrañe la distinción que conoce entre gracias, virtudes y


privilegios. Así presenta la figura completa de su Padre: Con las "gracias"
parece referirse a los dones naturales que le hiciera un hombre completo:
sabio, fuerte, prudente, bueno, emprendedor, sin traumas, capaz de educar
al Hijo de Dios hecho Hombre. Con las "virtudes" se refiere a las
disposiciones interiores y concientes para realizar el bien, todo el bien, todas
las acciones que emprende movido del poder sobrenatural de Dios. Con los
"privilegios" se refiere a las prerrogativas o beneficios que se salen de las
leyes naturales o sobrenaturales normales. Se lamenta que M. Cesarita no
haya especificado la calidad y el nombre de estas gracias, virtudes y
privilegios de San José.

12. Un Corazón nuevo, como el de San José

En el Acto quinto sorprende la M. Cesarita con una petición a San


José, la de un corazón nuevo. Llevada de su psicología femenina habla de
corazón nuevo, lo mismo que San Pablo recoge su ideario viril en su
"hombre nuevo".

M. Cesarita contempla ese hombre nuevo paulino en San José,


cuyo corazón refleja toda su persona. El hombre fue creado a imagen de
Dios (Cf. Gén. 1, 26). En el Paraíso, Adán y Eva lo hicieron añicos
buscando el conocimiento del bien y del mal fueran del ámbito señalado por
su Señor. Tuvo que llegar a la tierra el Hijo de Dios para re-crear en su
propia imagen al hombre, llamado por San Pablo: el Hombre-Nuevo.

Es San José para M. Cesarita un Hombre Nuevo, capaz de llevar


hasta su Hijo Jesús a los hombres. San Pablo exhorta a los primeros
cristianos a revestirse "del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la
justicia y santidad de la verdad" (Ef. 4,24). M. Cesarita amplía y concreta
99

más la justicia, la santidad y la verdad paulinas descubriendo el corazón


-compasivo, lo llama ella- de San José, dándonos así una visión josefina
propia y unas necesidades propias de su momento presente:

"Deseo pediros un corazón nuevo:


. que como el vuestro
. sea todo dedicado a Jesús y a María
. un corazón que sea , en la práctica,
todo por el prójimo
. como poseedor de la profunda humildad
. y de la sencillez columbina
. un corazón pronto en la obediencia
. paciente en los trabajos
. constante en la adversidad
. e igual en las diferentes contradicciones
por el mundo, demonio y carne"

13. Entre sus brazos

No podía faltar un acto en el que manifestara su simpatía por la


imitación de San José, recluido por la Divina voluntad en la casita de
Nazaret, siendo el hombre más completo, como formador de Jesús Niño.
Precisamente estos días la M. Cesarita lo revive con la fundación de San
Angel, en el extrarradio de la Capital Mexicana. Allí quiere empezar de
nuevo el espíritu nazaretano de los primeros días. Ella habla de "la casita de
Nazaret en San ángel".

Estos mismos días, el 29 de marzo de 1884, escribe al P. Vilaseca


contenta de ir a fundar, considerando esa "Casa como la casa de Nazaret"
"como lo mandan las Santas Reglas". Pretendía, pues, volver al espíritu
original maltratado por la M. Antonia Corral.

Quiere penetrar en el misterio nazaretano. Habla de divinas


operaciones, de otra vida interior, de estar siempre en la Casa de Nazaret
100

(recogimiento, silencio, trabajo, amor), de ser criada de la Sagrada Familia,


de vivir siempre en su presencia, de sacrificarse con los esfuerzos más
costosos, de adquirir todo los días una nueva perfección.

La nueva perfección que le falta, seguir sus Reglas es pronunciar el


quinto voto de hacer siempre y en todo lo mejor, cosa que el P. Vilaseca no
se lo concede. Una de las gracias que ahora pide a San José es la comunión
diaria.

"Intercede por mí para que todos los días reciba la


Sagrada Comunión con el afecto con que Vos
teníais a Jesús en los brazos"

Hay que presuponer que el P. Vilaseca le ha concedido la


comunión diaria, puesto que a primeros de diciembre de 1883 el Padre se
las regatea y debe valerse de mil piadosas industrias para lograr saciar su
hambre eucarística. Esto supuesto resulta hermosa la figura que a grandes
rasgos dibuja del Santo abrazando con amor a Jesús Niño. De esta manera
comulgaba ella figurándose que le tenía entre sus brazos enamorados.

14. Súplicas atrevidísimas y casi inauditas

Para entender este Acto séptimo, el postrero, es menester recordar


que M. Cesarita recibió aviso celestial de su partida de este mundo en
febrero de 1884. Ella -se ignora por qué- señala la fecha de su ocaso para el
mes de marzo, pero sucede el 24 de abril de 1884 . Se encuentra, por tanto,
según cree, en los postreros días. De ahí que se aferre con todas sus fuerzas
al poder y al corazón de su Padre San José. El título que da al Acto Séptimo
en el Borrador es: "Una buena muerte pedida a San José". Y en el
Definitivo: "Deseo estar dispuesta para morir".

Las disposiciones que pretende alcanzar para su encuentro con el


Esposo son éstas:
101

. La gracia que me facilite al bien morir.


. vencer todos los esfuerzos del demonio, mundo y carne
. fuerza contra los nuevos ataques a la hora de morir
. una verdadera contrición
. no apartarse un solo instante durante la postrera
enfermedad de la presencia de Jesús, de María y de
José
. que sus últimas palabras sean: "Jesús, José y María.
En vuestras manos pongo el alma mía".

En el Borrador expresa el deseo de una presencia sobrenatural que


va a descifrar esplendorosamente en el texto definitivo. Suplica a San José:

"que no te separes de mí un momento,


que yo te vea,
que no me separe de vuestra presencia y de
la de Vuestro Hijo y de la de Vuestra
purísima Esposa ni un momento desde
ahora para entonces"

Sorprende que pida a su padre San José que no se aparte de ella ni


un instante. Como si lo sintiera a su lado y le rogara que no se fuera. Más
todavía sorprende la oración siguiente: "que yo te vea". Como si le supiera
a poco la presencia invisible y sensible.

Acaso esta plegaria le suscita otra similar de una audacia, por


decirlo así, inaudita, y, al menos, atrevidísima, que revela su inmensa
confianza en San José, la idea que conserva del poder casi omnipotente de
San José y la manera cómo quiere despedirse de la tierra: fue el postrer
instante terreno sea el primero de su dicha eterna:
102

"que en aquella terrible hora vea, con


los ojos corporales, a vuestras tres
divinas personas".

Era también la manera de auyentar al enemigo que no podía


presentarse en presencia de Jesús, María y José: La M. Cesarita había
librado combates con el diablo con motivo de su vocación josefina en 1877,
había sufrido obsesión interna diabólica (1876-1877) y hasta obsesión
externa diabólica (1881-1883). Por tanto, no es extraño suponer que
temiera una última intentona.

Efecto de la presencia de los tres, por los cuales había gastado


toda su vida, sería pasar en sus brazos de la cama al cielo. Como para
asegurarse, sin un resquicio de duda, de la realidad postrera y dichosísima,
se dirige a San José:

"Os suplico me concedais la gracia de hacer fervientes actos de


una fe vivísima, de una esperanza ilimitada y de una caridad tan
ardiente que del lecho del dolor pase a la eterna gloria".

Hay que suponer que en contadas ocasiones ha escuchado San


José gracias más atrevidas y más sorprendentes. M. Cesarita conseguiría
estas sus más ardientes aspiraciones. Y después de una breve y aguda
enfermedad, que transcurre en el más triste abandono de parte de los
hombres, pasó a la eternidad feliz en los brazos de Jesús, María y José
siendo recibida por su Dios Trino y Uno.

15. Ofrecimiento Final

Como si a lo largo de todo su librito se hubiera quedado algo en su


alma que volcar en su Padre San José, todavía le dirige este ofrecimiento
donde hace una síntesis de todo y le suplica que acepte sus plegarias por
estas razones:
103

. por lo más santo y más sagrado


. por los señalados favores que Vos recibisteis de
la Agustísima Trinidad
. por el amor que os profesaron Jesús y María
. por las gracias contínuas con que os
enriquecieron
. por vuestra correspondencia perfectísima a
todas ellas

Así quiere glorificar en la tierra a su Padre. Lo mismo que ha


vivido al estilo de San José, ahora quiere también morir como El,
acompañado por El, por Jesús y María. Y, a continuación, le dirige sus
postreras alabanzas como:

. el escogido por el Señor


. el más afortunado entre todas las creaturas
. el más ensalzado entre todos los hombres
. el más glorioso entre todos los Santos
. el más privilegiado entre los mismos ángeles
. el amado, con un amor singular por los
hombres, los ángeles y por el mismo Dios.

Todo con su inmenso deseo de que sea alabado en el cielo y en la


tierra. A lo último le recuerda, una vez más, su gravísimo problema en la
Congregación, agravado con la corrección pública de la General, M.
Antonia Corral el día anterior, 30 de marzo de 1884:

"Que las sufra (las humillaciones) con la alegría de las almas


santas. Y a todas tus hijas nos acompañes ahora y en la hora de nuestra
muerte"

16. La presente edición.


104

Hasta hoy sólo se había publicado una vez en 1989 junto con la
mayoría de los cuadernos de la M. Cesarita. Pero aquella edición deja que
desear en la fidelidad a los textos originales, autógrafos de la M. Cesarita.
Ya se le da un título desacertando en contra del que le señala su autora.

En esta edición se publica cada texto, el Borrador y el Definitivo,


al pie de la letra tal como los escribió la Fundadora en marzo de 1884,
pocas semanas antes de morir. Se ponen ambos textos paralelos para cotejar
sus diferencias y que en el Borrador queden ideas muy favorables a la
espiritualidad josefina de M. Cesarita.

Se publican después de corregir las faltas de ortografía y de


puntuación en que se desliza la autora.
Se añaden, por vía de nota, las aclaraciones suficientes para mejor
entender el texto, enviando al lector a otras Obras sobre M. Cesarita
cuando la importancia del tema lo requiere. Resumir las cuestiones sería
alargar demasiado las notas que deben ser cortas y sencillas.

Se ha procurado la mayor fidelidad en las transcripciones de los


textos autógrafos.

32 DIOS ME VE DIOS ME VE
1) Texto Borrador Texto Definitivo

Ejercicio del más Ejercicio del más


acendrado amor a mi Padre S. acendrado amor a mi Padre S.
105

S. José S. José

Con el fin de darle Con el fin de darle


gloria, y alcanzar la virtud de gloria y alcanzar las virtudes
la humildad, la paz y que forman nuestro propio
tranquilidad de mi espíritu, el espíritu, en particular, la
remedio a una grande angélica virtud de la pureza, y
necesidad y una buena muerte, una profunda humildad, la paz y
que este precioso ejercicio sea la tranquilidad de mi espíritu, el
mi áncora de- salvación. remedio a una grande necesidad
y una buena muerte; que este
precioso ejercicio sea mi áncora
Las consideraciones, de salvación.
las haré con la gracia de Dios Las consideraciones, las
los miércoles después de la haré los miércoles. Con la gracia
Sagrada Comunión. Los actos de Dios, pues yo nada puedo,
en los que está la esencia del las haré con el fervor que me sea
ejercicio, los haré 70 veces al posible. Los actos en los que
día, los ofreceré con una D... está la esencia del ejercicio, los
o con una hora de C.... haré setenta veces al día, los
ofreceré con una D.. o con una
hora de C...

1º. Jesús. 2o. Jesús y María. 1o. Jesús. 2º. Jesús, María. 3o.
3º. Jesús, María y José. 4º. Jesús, María y José. 4o. Jesús,
Jesús, José y María, yo os doy José y María, yo os doy el
el corazón y el alma mía. 5º. corazón y el alma mía. 5o. Jesús,
Jesús, José y María, José y María asistidme en mi
106

asistidme en mi última agonía. última agonía. 6o. Jesús, José y


6o. Jesús, José y María, haced Mría, haced que expire en paz el
que expire en paz el alma mía. alma mía. 7o. Jesús, José y
7o. Jesús, José y María, yo María, yo os doy el corazón y el
os doy el corazón y el alma alma mía. Jesús, José y María
mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, que muera
Jesús, José y María, haced que en paz con vosotros el alma mía.
expire en paz con vosotros.

Padre mío S. S. José,


Padre mío S. S. José, en cada uno de estos actos, es mi
en cada uno de estos siete deseo honrarte, amarte y
actos, es mi deseo honrarte, glorificarte y pedirte muchas
glorificarte y pedirte muchas cosas.
gracias.

1o.Jesús, glorificación 1. Jesús. Glorificación a


a José. Todas las veces que José. Todas las veces que yo
yo dijere: Jesús, deseo dijere: Jesús, deseo glorificaros
glorificaros de modo que de modo que recibáis todo el
recibáis todo el culto posible culto posible después del que
del que tributamos a Jesús y a tributamos a Jesús y a María.
María. Deseo, por tanto, se os Deseo por tanto, se os tribute el
tribute el culto sumo de dulía; culto sumo de dulía que recibáis
que recibáis en cada momento, en cada momento, toda /la gloria,
toda la gloria que os han dado que os han dado Jesús, María y
Jesús, María los Angeles del los Angeles del cielo, todos los
cielo, todos los bienaventurados y todos los
bienaventurados y todos los hombres; deseo que todos los
hombres; deseo que todos pueblos se pongan bajo vuestra
los pueblos se pongan bajo protección como lo están bajo la
107

vuestra protección, como de Jesús y María; deseo servirme


lo están bajo la de Jesús y para este fin, de los medios que
María; deseo servirme por han usado otros santos y de los
este fin, de los medios que que usarán hasta el fin de los
han usado otros santos y de siglos.
los que usarán hasta el fin de
los siglos.

Oh Santísimo Padre / mío, Oh Santísimo Padre mío, recibid


recibid mis deseos, inspiradme mis deseos y alcánzame la gracia
nuevos medios de honraros y que nunca sienta tentaciones en
glorificaros, obrad en mi favor contra de la santa pureza, que me
según los deseos de vuestro muera antes de cometer una sola
compasivo corazón; y para más falta, y me concedas todas las
obligaros, os saludo con siete gracias que en la oración del
Ave José. ofrecimiento de las obras del día
pido. Que me des perfecta
obediencia y espíritu de
penitencia, que recibas en tus
manos el alma de Pepa108.
Inspiradme nuevos medios de
honraros y glorificaros, obrad
en /mi favor según los deseos de
vuestro compasivo corazón; y
para más obligaros, os saludo
con siete Aves José.
108

2 ºJesús y María. 2. Jesús y María. Acto de


Acto de amor al divino amor al divino José. Todas las
José. Todas las veces y veces y siempre deseo que todos
siempre, deseo que todos los los afectos de mi corazón,
afectos de mi corazón, después de Jesús y María, sean
después de Jesús y María, todos para vos, todos de vos, y
sean todos para vos, todos de todos nacidos a honra y gloria
vos y todos nacidos a honra y vuestra; deseo que todos los días
gloria vuestra; deseo que se vacíe más y más mi corazón
todos los días se vacíe más y de las cosas del mundo, para que
más mi corazón de las cosas haya en él más capacidad de
del mundo, para que haya en amaros; deseo amaros más que a
é1 más capacidad de amaros; mí misma, sin otro interés que el
deseo amaros, más que a mí de honraros y glorificaros, y
misma, sin otro interés y perpetuamente amaros, que
protección que el de todas las creaturas que me aman,
honraros y glorificaros, y dejen de amarme para que
perpetuamente amaros, que empleen su amor en glorificaros
todas las creaturas que me y deseo que mi corazón, de tal
aman, dejen de amarme para suerte os pertenezca, que como
que empleen su amor en Jesús y María tenga para con
glorificaros; y deseo que mi vos, las más abrazadas aficiones.
corazón, de tal suerte os
pertenezca, que como
Jesús y María, tenga para
109

con vos las más abrazadas


aficciones.

Oh Santísimo José, Oh Santísimo José, recibid


recibid mis deseos, mis deseos, inspiradme nuevos
inspiradme nuevos medios de medios de honraros y
honraros y glorificaros, glorificaros, obrad en mí según
obrad en mi favor según los los deseos de vuestro compasivo
deseos de vuestro compasivo corazón; y para más obligaros,
corazón; y para mas ofrezco todos los méritos que
obligaros, ofrezco todos los son de infinito valor del Sagrado
méritos que son de infinito Corazón de Jesús, tu Divino Hijo
valor del Sagrado Corazón suplicándote con todo el afecto
de Jesús, tu Divino Hijo, de mi corazón me comuniques un
suplicándote con todo el afecto amor grande y muy ardiente, un
de mi corazón, me alcances amor práctico a Jesús, tu
una pureza angelical y la queridísimo Hijo, y a María tu
salvación del alma de... A este purísima Esposa, que por mí les
fin te saludo con siete veces dirijas muchos afectos de amor,
Señor San José, etc. que todos los días reciba yo la
Sagrada Comunión con mucho
fruto y que tú por mí, les des las
debidas gracias, que veas los
sentimientos de que en este
momento está posesionado mi
corazón y le digas por mí lo que
yo deseo y no puedo expresar.
También os suplico salves el alma
de Pepa. A este fin te saludo con
siete veces Señor San José.
110

3. Jesús, María y 3. Jesús, María y José.


José. Confianza en el Confianza en el divino José.
divino José. Todas las veces Todas las veces que yo dijere:
que yo dijere Jesús, María y Jesús, María y José, deseo
José, deseo tomaros por mi tomaros por mi más
más poderosísimo abogado y poderosísimo abogado y
protector; deseo deciros en protector Deseo deciros en cada
.

cada respiración mía / aquellas respiración mía aquellas palabras


palabras que mi Jesús dirigió que mi Jesús dirigió a su Eterno
a su Eterno Padre, unida a Padre unida a sus méritos:
sus méritos: "Padre mío, en "Padre mío, en tus manos
tus manos encomiendo mi encomiendo mi Espíritu. Deseo
espíritu”. Deseo deciros con el deciros con el mayor fervor, que
mayor fervor, que os dignéis os dignéis mirarme con ojos de
mirarme con ojos de piedad. piedad; fortaléceme en esta
Fortaléceme en esta tribulación, que yo obre como tú
tribulación, que yo obre obrarías y como mi santo Padre
como tú obrarías, que me me manda: que no sean mis
quites los malos pensamientos. sufrimientos desapercibidos, que
Dadme, Padre mío, la gracia no me sean las cosas que me
que necesito, para resistir a las pasan, indiferentes, (porque no
tentaciones, quítame el amor mereceré), que todo sea para
propio que tanto me hace honra y gloria de vuestras
desagradar a tu Santísimo Hijo divinas y sagradas personas;
y sufrir tantos trastornos; que éste sea un medio para que
dadme gracia para sufrir en mi alma esté unida a mi Dios,
silencio las humillaciones de que tanto deseo, y que recibáis
mis hijas. los deseos que tengo de decir a
cada instante: Gracias te sean
dadas, Dios mío, porque me has
humillado.
111

Bendito seas mil veces, y


mientras más agudo sea mi
dolor, con más afecto te dirija
estas consoladoras palabras, y
para que mis sufrimientos sean
meritorios, los ofrezco con los
dolores de mi Madre, María
Santísima, en la Pasión de su
Santísimo Hijo.

Ofrezco todos los


Yo te ofrezco Padre pensamientos, palabras, afectos
mío, todos los pensamientos, y obras de tu purísima Esposa,
palabras y obras de mi desde su Inmaculada
tierna y querida Madre Concepción, hasta que,
desde su Inmaculada acompañada de los Santos
Concepción, hasta su gloriosa Angeles se presentó /al Trono de
Asunción, porque / me la Trinidad, para que me
alcances la preciosa virtud de la concedas la gracia que necesito
humildad, la salvación del alma para sufrir, con méritoy en
y la unión con Dios. silencio, la vida de martirio que
por tu bondad llevo; que
reconozca esta gracia como un
especial beneficio y me des la
virtud de la humildad y la
salvación del alma que te he
encomendado.
Todo esto deseo pedirlo, con la Todo esto deseo
humildad del publicano del pedirlo, con la humildad del
Evangelio, con la confianza del publicano del Evangelio con la
centurión y con el amor de la confianza del centurión y con el
Magdalena. amor de la Magdalena.

Deseo confiar en vos Deseo confiar en Vos como


como un niño confía en su un niño confía en su madre,
madre, como el sediento a como el sediento a vista del
vista del manantial, como el manantial, como el enfermo en el
enfermo en el médico, como médico, como el pobre en el rico,
112

el pobre en el rico, y deseo y deseo pedíroslo con la


pedíroslo con la confianza en confianza de María y Jesús,
María y Jesús, cuando cuando huyendo a Egipto
huyendo a Egipto esperaban de esperaban de Vos su salvación.
Vos su salvación.
Oh Santísimo José, recibid
Oh Santísimo José, mi deseo, inspiradme nuevos
recibid mi deseo, inspiradme medios de honraros y
nuevos medios de honraros y glorificaros, obrando/en mi favor
glorificaros, obrando en mi según los deseos de vuestro
favor según los deseos de compasivo corazon, y para más
vuestro compasivo corazón, obligaros, os saludo con siete
y para más obligaros, os saludo veces el S. S. José
con el Señor San José. .
4. Jesús, José y María, yo
4. Jesús, José y os doy el corazón y el alma mía.
María, yo os doy el corazón Compasión a José. Todas las
/ y el alma mía. Compasión a veces que dijere Jesús, José y
José. Todas las veces que María, yo os doy el corazón y el
dijere Jesús, José y María, yo alma mía, deseo, mi amado José,
os doy el corazón y el alma recordar vuestros dolores,
mía, deseo, mi amado José,
recordar vuestros dolores,

penas y angustias, deseo


penas y angustias; saberlos meditar y contemplar
deseo saberlos meditar y bien, y deseo tomar tanta parte
contemplar bien, y deseo tomar en ellos, que os pido de corazón
tanta parte en ellos, que os que me los comuniquéis, que
pido de corazón que me los sean para mi corazón, un
comuniquéis, que sean para mi precioso manojito de mirra
corazón, un precioso colocado entre vos y yo. Haced
manojito de mirra colocado que todas las veces desee vivir y
113

entre vos y yo. Haced que morir en la cruz que la divina


todas las veces desee vivir y Providencia me ha dado en mi
morir en la cruz que la amada Congregación, que tenga
Providencia me destinara; que perfectísima conformidad; que
desee sufrir los efectos de la desee sufrir los efectos de la
pobreza, del desprecio, y de las pobreza, del desprecio, y de las
incomodidades, que una incomodidades que una parte de
parte de vuestras penas, pasen vuestras penas pasen poco a
poco a poco a ser mías, que poco a ser mías, que todos los
todos los días sea más días sea más generosa en el
generosa en el ejercicio del ejercicio del padecer y que todos
padecer y que todos me me sirvan de merecimiento en la
sirvan de merecimiento en la hora de la muerte.
hora de la muerte.

Oh Padre mío, recibid Oh Padre mío, recibid mi


mi deseo. Pero antes dad una deseo. Pero antes dad una mirada
mirada a mi extremada miseria de misericordia; ved mi
y, compadecido de mi extremada miseria y,
debilidad, fortaléceme y compadecido de mi debilidad,
dame amor a mis sufrimientos. fortaléceme y dame amor a los
Te lo pido, Padre mío sufrimientos. Te lo pido por
amorosísimo, por los dolores todas las gracias, virtudes y
de mi Madre Santísima, tu privilegios que la Santísima
purísima Esposa. También te Trinidad os comunicò como
pido la conversión de esta destinado a ocupar en la tierra el
alma.. y que me inspires nuevos lugar del Eterno Padre. Por estas
medios de honraros y mismas gracias, humildemente,
glorificaros, obrad en mi favor considerando mi indignidad, te
según los deseos de vuestro pido me concedas la gracia que
compasivo corazón, y para más deseo y me des la paz y
obligaros, os saludo con el tranquilidad de mi espíritu entre
Señor San José, etc. todos los sufrimientos. Y salves
el alma por quien tanto te ruego
134 y que me inspires muchos.

medios de honraros y
glorificaros, obrad en mi favor
114

según los deseos de vuestro


compasivo corazón, y para más
obligaros, os saludo con el Ave
José, siete veces.

5. Jesús, José y 5. Jesús, José. y María,


María, asistidme en mi asistidme en mi última agonía.
última agonía. Petición a José. Petición a José. Todas las veces
Todas las veces que yo dijere que yo dijere Jesús, José y María,
Jesús, José y María, asistidme asistidme en mi última agonía.
en mi última agonía.

Deseo, Padre mío S. Deseo, Padre mío, S. S.


S. José, implorar vuestro José, implorar vuestro socorro
socorro con tantas lágrimas y con tantas lágrimas y suspiros
suspiros, que de hecho me que de hecho me concedas la
concedáis la gracia de una gracia de una verdadera
verdadera contrición y de / contrición y de ser todos los días
ser todos los días más y más más y más de vos. Deseo pediros
de vos, deseo pediros un un corazón nuevo139, un corazón
corazón nuevo, un corazón que, como el vuestro, sea todo
que, como el vuestro, sea dedicado a Jesús y a María, un
todo dedicado a Jesús y a corazón que sea en la práctica
María, un corazón que sea en /todo por el prójimo, como
la práctica todo por el poseedor de la profunda
prójimo, como poseedor de la humildad, y de la sencillez
profunda humildad y de la columbina. Deseo alcanzar de
sencillez columbina; Deseo vos un corazón pronto en la
alcanzar de vos un corazón obediencia, paciente en los
paciente pronto en la trabajos, constante en la
obediencia, en los trabajos, adversidad e igual en las
constante en la adversidad, e diferentes contradicciones por el
igual en las diferentes mundo, demonio y carne. Oh
contradicciones para el Santísimo José, recibid mis
mundo, demonio y carne. Oh deseos. Hazme la gracia de ser
Santísimo José, recibid mi muy obervante, de tener mucho
115

deseo, salva la alma que tengo celo por la salvación de las


puesta en tus manos almas, de vuestra caridad, una
santísimas.. mirada de misericordia a los que
están en pecado mortal, el
descanso de las benditas almas
del purgatorio, y salva el alma
por quien he derramado tantas
lágrimas a tus pies.

Inspiradme nuevos Inspiradme nuevos medios


medios de honraros y de honraros y glorificaros, obrad
glorificaros, obrad en mi favor en mi favor según los deseos de
según los deseos de vuestro vuestro /compasivo corazón, y,
compasivo corazón, y para más para más obligaros, os saludo
obligaros, os saludo por siete por siete veces con el Ave José.
veces con el Sr. San José.

6. Jesús, José y María, 6. Jesús, José y María, haced


haced que expire en paz con que expire en paz con vosotros el
vosotros el alma mía. Imitación alma mía. Imitación a José.
de José. Todas las veces que Todas las veces que yo dijere
yo dijere Jesús, José y Jesús, María y José, haced que
María, haced que expire en expire en paz con vosotros el
paz con vosotros el alma alma mía, deseo hacer un
mía, deseo hacer un señalado señalado progreso en el camino
progreso en el camino de de vuestra imitación, y siendo
vuestra imitación. hoy último día de vuestro mes,
transforma mi corazón, que me
muera antes que cometer ni una
sola falta leve con advertencia o
voluntad deliberada.
116

8) Deseo hacerme .. Deseo hacerme más espiritual,


más espiritual, acercarme más y acercarme más y más a vuestras
más a vuestras divinas divinas operaciones, imitaros en
operaciones, imitaros en otra otra vida interior, estar siempre
vida interior por un testigo en la casa de Nazaret, ser el
juicioso de vida, entrar en otra criado de la Sagrada /Familia,
casa de Nazaret, ser el criado estar siempre en su presencia,
de la Sagrada Familia, servirla servirle en todo y por todo, hacer
en todo y por todo, hacer por por ella los sacrificios más
ella los sacrificios más costosos costosos y adquirir todos los días
y adquirir todos los días una una nueva perfección.
nueva perfección.
Oh Santísimo José, recibid mi
Oh Santísimo José, deseo e intercede por mí para
recibid mi deseo, e intercede que desde hoy comience a vida
por mí para que todos los nueva, que guarde un profundo
días reciba la Sagrada silencio; como medio para no
Comunión con el afecto con despreciar estas gracias, os
que vos tenías al Niño Jesús en suplico me alcancéis gracia para
los brazos, e / inspiradme entrar al camino de la unión con
nuevos medios de honraros y Dios y gracia para prepararme a
glorificaros.. Obrad en mi favor hacer el voto de Hacer en todo lo
según los deseos de vuestro que es mejor. Inspiradme nuevos
compasivo corazón, y para más medios de honraros y
obligaros, os saludo siete veces glorificaros, obrad en mi favor
con el Señor San José. según los deseos de vuestro
compasivo corazón, y para más
obligaros, os saludo siete veces
con el Señor San José.
117

7. Jesús, José y María yo os


7. Jesús, José y María, yo doy el corazón y el alma mía.
os doy el corazón y el alma Jesús, José y María, asistidme en
mía. Jesús, José y María, mi /última agonía. Jesús, José y
asistidme en mi última agonía. María, que muera en paz con
Jesús, José . y María, haced vosotros el alma mía. Todas las
que expire en paz con vosotros veces que yo diga las tres últimas
el alma mía. Una buena muerte jaculatorias, deseo estar
pedida a José. Todas las veces dispuesta para morir. Aumenta en
que yo dijere las tres últimas mí la gracia que me facilite el
jaculatorias, deseo estar bien morir, vencer todos los
dispuesta para morir. Aumenta esfuerzos deldemonio, mundo y
en mí la gracia que me facilite carne. Fortificame contra los
el bien morir, vencer todos los nuevos ataques a la hora de la
esfuerzos del demonio, mundo muerte. Alcánzame, Padre mío,
y carne. Fortificame contra los una verdadera contrición. Y,
nuevos ataques a la hora de la aunque indigna de vuestras
muerte. Alcánzame, Padre mío, gracias, os suplico que yo no
una verdadera contrición, que me aparte un solo instante en mi
no te separes de mí un / última enfermedad de la
momento, que yo te vea, que presencia de Jesús, vuestro
no me separe de vuestra Divino Hijo, de María, tu
presencia y de la de vuestro purísima Esposa, y de Vos,
Santo Hijo y de la de vuestra
purísima Esposa, ni un
momento desde ahora para
entonces.

Te invoco Padre mío. Padre mío, muy amado. Que mis


Alcánzame la gracia de hacer últimas palabras sean Jesús, José
desde ahora fervientes actos de y María en tus manos pongo el
una fe vivísima, de una alma mía, y que en aquella
esperanza ilimitada y de una terrible hora, vea con los ojos
caridad tan ardiente, que del corporales a vuestras tres
118

lecho del dolor pase a la eterna Divinas Personas.


gloria. Desde ahora para entonces, os
invoco y os suplico me concedáis
la gracia de /hacer fervientes
actos de una fe vivísima, de una
esperanza ilimitada y de una
caridad tan ardiente que del
lecho del dolor pase a la eterna
gloria.

También os suplico ruegues a También os suplico ruegues a


cada instante al Corazón cada instante al Corazón
agonizante de Jesús se apiade agonizante de Jesús, se apiade de
de los moribundos, y que quite los moribundos, y que quite la
la vida con muy buena vida con muy buenas
disposición a la persona que disposiciones a Pepa. .

tengo puesta en tus manos. Oh, Padre mío, recibe mis


Oh Padre mío, recibid mis deseos, inspiradme nuevos
deseos, inspiradme nuevos medios de honraros y
medios de honraros y glorificaros, obrad en mi favor
glorificaros, obrad en mi favor según los deseos de vuestro
según los deseos de vuestro compasivo corazón, y rezaré los
compasivo corazón, y rezaré siete Señor San José.
los 7 S. S. José.

Ofrecimiento Ofrecimiento

Oh Santísimo y Oh Santísimo y gloriosísimo


gloriosísimo Padre mío Señor Padre mío Señor San José, yo os
San José, yo os suplico por lo suplico, por lo más santo y más
más santo y más sagrado, sagrado, por los señalados
por los señalados favores que favores que vos recibísteis de la
vos recibísteis de la Augustísima Trinidad, por el
Augustísima Trinidad, por el amor que os profesaron /Jesús y
amor que os profesaron Jesús María, por las gracias continuas
y María, por las gracias con que os enriquecieron, y por
continuas con que os vuestra correspondencia
enriquecieron, y por vuestra perfectísima a todas ellas, os
correspondencia perfectísima suplico que os dignéis aceptar los
119

a todas ellas, os suplico que deseos que contiene este


os dignéis aceptar los deseos ejercicio166, aceptarlos con sólo
que contiene este ejercicio y pronunciar las jaculatorias.
aceptarlos con sólo pronunciar
las jaculatorias.

Yo deseo que recibáis todo el


Yo deseo que honor y gloria y alabanza que
recibáis todo el honor, gloria ellas contienen, y que de hecho
y alabanza que ellas yo reciba nuevos aumentos de
contienen, y que de hecho gracia y de fervor hacia vos,
yo reciba nuevos aumentos de
gracia y de fervor hacia vos,

para que siendo


semejante, viva como vos
vivisteis, y muera como vos, para que siendo semejante, viva
la muerte de los justos, / como vos vivísteis, y muera
viviendo en vuestra compañía y como vos, la muerte de los
en la de María y en la de Jesús. justos, viviendo en vuestra
compañía en la de Jesús y María.

Esta es la gracia Esta es la gracia que de nuevo


que de nuevo os pido, os pido saludándos amorosa
saludándoos amorosa como el como el escogido por el Señor,
escogido por el Señor, como como el más afortunado entre
el más afortunado entre todas las creaturas, el más
todas las creaturas, el mas ensalzado entre todos los
ensalzado entre todos los hombre, el más, glorioso entre
hombres, el más glorioso todos los Santos, /el más
entre todos los Santos, el privilegiado entre los mismos
120

mas privilegiado entre los angeles y el amado con un amor


mismos ángeles y el amado con singulr por los hombres, los
un amor singular por los angeles y por el mismo Dios,
hombres, por los ángeles y por para que seáis alabado sobre
el mismo Dios, para que toda alabanza en el cielo y en la
seáis alabado sobre toda tierra, e intercedáis por mi Santo
alabanza en el cielo y en la Padre, que se le comuniquen
tierra, e intercedáis por mi todas las gracias que necesita
Santo Padre, que se le para dirigir las obras que están en
comuniquen todas las gracias sus venerables manos y que le
que necesita para dirigir las conserves la vida para bien y
obras que están en sus formación de nuestra amada
venerables manos, y que le Congregación. El remedio de las
conserves la vida para bien necesidades de nuestra Madre

de nuestra amada la Santa Iglesia, del señor


Congregación. El remedio a las Arzobispo, de las personas que
necesidades de la S. Iglesia, del se han encomendado a mis
Sr. Arzobispo, de las personas oraciones, por los que están en
que se han encomendado a mis pecado mortal, el descanso de las
oraciones y que tengo almas del purgatorio.
obligación de pedir, por los
que están en pecado mortal, el Que yo reconozca cada día
descanso de las ánimas del más y más con grande gratitud,
purgatorio, y a nosotras tus el beneficio que he recibido /con
hijas, nos acompañes ahora y habérseme quitado el cargo, que,
en la hora de nuestra muerte. siendo tan indigna y miserable,
tenía, que en esto vea sólo la
Amén Jesús. Amén voluntad de mi Dios, para mi
Jesús. A(mén) Jesús. bien, y que los sufrimientos y
humillaciones que con este tan
Pocos días antes de morir, grande beneficio, me han venido,
acabó de escribir estas las sufra con la alegría de las
resoluciones por mandato de almas santas. Y a todas tus hijas
121

su confesor y director. nos acompañes ahora y en la


hora de nuestra muerte.
José María Vilaseca. Amén, Amén, Amén Jesús, María
y José.
179.Estas cuatro resoluciones son un 11)Resoluciones tomadas a los pies, y
apunte aparte del "Ejercicio, abrazada de mi amado Padre el Señor
originadas por la corrección pública San José
que le propina su sucesora, la M. Con el corazón lleno de amargura, y
Corral en desacuerdo con la con mis ojos derramando un torrente
renovación de los votos de M. de lágrimas; desechando, porque mi
Cesarita el 30 de marzo de 1884. Santo Padre me lo mandó, y yo se lo
ofrecí, el recuerdo de una gravísima
180.Alude a la reprensión y amenaza /herida, que mi honor y mi amada
de la M. Antonia Corral de ser vocación recibió. Resoluciones
despedida al dudar de concederle la tomadas, como fruto del día de retiro,
renovación de los Votos. (Cf. M. que hice el día 30 de marzo, y en
Cesarita al P. Vilaseca. Colegio reconocimiento de gratitud, por el
Josefino, 1 abril 1884. Cartas 445- beneficio (que no merezco) de haber
446; Sigueme, 232-233) Las hecho la renovación de mis Santos
últimas palabras están escritas sobre Votos, la que hice con grande afecto,
otras con tinta más débil. con toda mi voluntad, y para honra y
gloria de Jesús, María y José
181.Nueva revelación de que el P.
Vilaseca no le ha permitido emitir el 1. Resolución. Trabajar con todas mis
quinto voto josefino, aunque de fuerzas, ayudada de la Divina gracia
hecho lo está cumpliendo (Cf. Subir, (porque yo nada puedo) a comenzar a
1457-1461; Al Estilo de Cristo, 351- vida nueva, morir a todas las cosas y al
355). afecto, a las creaturas y más al amor
propio. Tomo como medio meditar el
182.M. Cesarita es destinada a la camino de la unión con Dios, y poner
fundación nueva de San Angel, en práctica /lo que se necesita para
dentro de la Capital Mexicana, hacer el Voto de hacer en todo lo que
donde quiere practicar el primitivo es mejor.
carisma, ahora mitigado por la M.
Antonia Corral (Véase el tema en 2. Resolución. Tener la presencia de
Subir, 1509-1512). Jesús, María y José en la casa de
Nazaret, formando esta habitación en
183.Sin consultar a M. Cesarita el P. mi corazón, mientras Dios me da la
Vilaseca publica un librito titulado casita pobrecita como deseo, y tomar
Máximas y Prácticas en las que por instrumento, esta miserable
deben ser formadas las Hijas de creatura indigna de todas las gracias de
María del Señor San José (México, Dios, para que mi Santo Padre vea
1884, 58 p.p.) Un libro que critica puesto en práctica, las primitivas
fuertemente la M. Cesarita (M. inspiraciones que Dios nuestro Señor
Cesarita al P. Vilaseca. Colegio le comunicó a mi Santo Padre, y como
Josefino. 24 marzo 1884. Cartas medio propongo guardar mucho
439-444) y que era el principio de silencio.
mayores desviaciones carismáticas
acaudilladas por la M. Corral. (Cf. 3.- Resolución. Guardar las Santas
Subir, 1492-1496) Al principio la M. Reglas y las Máximas lo mejor que
Cesarita escribe dos veces seguidas: pueda, y tomo por medio, dar cuenta a
"y las". mi Santo Padre cada mes de las faltas
que tenga, todo para la gloria de Jesús,
184. Tanto las Resoluciones tomadas María y José.
el 24 de octubre como las del 26 de
noviembre se publican en este 4. Resolución. Poner en práctica las
volumen dentro del cuaderno que resoluciones tomadas el día 24 de
titulamos:"Ultimos Apuntes octubre y el 26 de Noviembre, del año
Espirituales 1883-1884). Se pasado, que están escritas en el otro
publicaron en 077-79 y 82-84. Memorial, especialmente las que tengo
formadas sobre la virtud de la
Los actos de humildad a que se alude Humildad. Tomo por medio no faltar al
se publican también en este volumen examen ni un día. Todo por amor a
y se publicaron en 086-91. Jesús, María y José, todo Dios mío, tú
lo ves con gran pureza de intención
como que tengo que darte cuenta.
Amén Jesús, Amén Jesús, Amén Jesús.

11) Marzo 31 de 1884


Pocos días antes de su muerte, acabó
de escribir tan Santos Ejercicios que
por mucho tiempo había practicado por
mandato de su Confesor.

José María Vilaseca.

______________________________

Finalidad: dar gloria a S. José1, 32,


alcanzar un carisma: pobreza, humildad
paz, remedio gran necesidad
buena muerte
un áncora de salvaciòn, 1,32

Son 7 actos en cada uno a San José


honrarte 2,33
amarte 2
glorificarte 2,33
pedirte gracias, 2,34

1 Acto Glorificación a San José 3,33


culto de dulía, 2-3, 33 más explicado en Def.
gracias que pide: en tentaciones, 3
morir antes que faltar, 3 (otra vez en 13)
gracias que pide en ofrecimiento, 3
perfecta obediencia y espíritu de prudencia, 3
alma de Pepa 3

Inspirarme nuevos medios de honraros y glorificaros, 3, 34


obrad en mi favor según los deseos de vuestro compasivo
corazón.

2º Acto Acto de amor al Divino José, 4, 34


Después de Jesús y María todo mi afecto para José, 4, 34
Vaciarse del mundo para tener más espacio para el, 4 y 34
amarle más que a sí misma, 4 y 34
sin interés y perpetuamente, 4 y 34
cuantos me aman no la amen sino a José, 4 y 34-35
de tal manera le pertenezca... 4-5 y 35
Recibid mis deseos, inspiradme nuevos medio de honraros, obrad
en mi 5 y 35
ofrece los méritos infinitos con Jesús, 5, 35
gracias: amor grande
muy ardiente a Jesús y María, 5
práctico
- que les dirijan muchos afectos de amor,5
comunión diaria con muchísimo fruto, 5 (luego en 41)
que tu por mí les des gracias a Jesús y María 5
- que veas mis sentimientos 5-6
- le digas a Jesús por mí mis deseos y lo que no sé exponer, 6.
- el alma de Pepa, 6.

3º Acto Confianza en el Divino José


- Tomarlo por Abogado y Protector,6 y 35;
- en tus manos encomiendo mi espíritu, 6 y 36;
gracias: mirame con ojos de piedad, 6 y 36
- fortaléceme, 6 y 36
- que yo obre como tú, 6 y 36
- no sean mis sufrimientos desperdiciados, 6
- no me sean indiferentes para merecer, 7
- medio de unión con Dios, 7
- gracias porque me haz humillado, 7
- bendito seas mil veces 7 cuanto más dolor
- en los dolores de mi madre María, 55, 7
- por los méritos de tu Esposa, 7
gracias para sufrir con mérito la vida martirial que llevo comun
beneficio, 8. humildad, 8 y 37
salvación de Pepa, 8 - alude 37
Pide:Publicano, Centurión y Magdalena, 8 y 37
Deseo confiar en Vos como un niño, sediento, enfermo, pobre
8 y 37 como Jesús y María expresaban en la huída a Egipto 5 y
37

4º acto Compasión a San José, 9 y 38


- recordar dolores ,9 y 38
- saludar, meditar y contemplar, 9 y 38
- tomar parte en ellos, 9 y 38
- con = manojito de mirra, 9 y 38
- conformidad en las penas que le han dado en Congregación, 9
- pobreza y desprecios, incomodidades, 9-10 y 38
- que vuestras penas pasen a ser mías, 10 y 38
- más fuerza en el sufrir, 10 y 38
- méritos en la hora de la muerte, 10 y 38
Dadme una vida de misericordia, 10
. fortaléceme, 10 y 39
. amor a los sufrimientos, 10 y 39
. por todas las gracias, virtudes privilegios danos por la SS.
Trinidad, 10 cf.16 y 44 para ocupar en la tierra el lugr del
eterno Padre, 10
paz y tranquilidad de espíritu, 10-11
Pepita (alusión) 11 y 39

5º Acto: Petición a San José, 11, 39


contrición,11 y 39
más y más de Vos, 11 y 10
corazón nuevo como el vuestro, 11 y 40, todo para Jesús
María, 11 y 40
lleno de humildad 12 y 40 para el prójimo, 12 y 40
de sencillez colombina, 12 y 40
pronto en la obediencia, 12 y 40
paciente en los trabajos, 12 y 40
constante en la adversidad, 12 y 40
igual en la contrariedad, 12 y 40, mundo, diablo, carne,
observante, 12
celo apostólico, 12
vuestra caridad, 12
pecadores, 12
almas purgatorio 12, también en 18
Pepita (alusión) 12 y 40

6o Acto. Imitación a José, 13 y 41


- progresar en imitarlo, 13 y 41
31 de marzo
- transforma mi corazón, 13
- morir antes que pecar 13 (antes en 3)
- más espiritual, 13 y 41- acercarme a vuestras divinas
operaciones, 13
y 41

- otra vida interior, 13 y 14 diaria comunión con el afecto de tener a Jesús


en los brazos,
41 antes en 5
- siempre encasa de Nazaret. 13 y 41
- criada de la S. Familia 13-14 y 41
- siempre en su presencia, 14
- servirle en todo y por todo 14 y 41
- por ella (S. Familia) sacrificios más costosos, 14 y 41
- adquirir nueva perfección, 14 y 41
- desde hoy nueva vida 14
- profundo silencio, 14
- camino de la unión y voto 5º y 14 también en 20 y 21

7º Acto - Dispuesta para morir 15 y 42. Una buena muerte pedida a


José 42
- gracia que me facilite el bien vivir, 15 y 42
- vencer esfuerzos diablo, mundo y carne, 15 y 12
- fortaléceme contra nuevos ataques en la hora de la muerte,
15 y 42
- alcanzame verdadera contrición, 15 y 42
- que ni un solo instante en mi última enfermedad me aparte de
los tres: Jesús de María y de Vos.
- mis últimas palabras sean...,15
- vea ojos corporales a Tres divinas Personas, 15
Que no te separes de mi ni un
momento, 42-43
que yo te vez, 43 vida 15
que no me separe de tu presencia, 43
de tu Hijo, de María, ni un
momento desde ahora para entonces, 43
- fervientes actos de vivísima fe, 16 y 43
esperanza ilimitada, 16 y 43
caridad tan ardiente fue de la cama al cielo, 16 y 43
- ruego al corazón agonizante de Jesús por los moribundos,
16 y 43
por Pepita, 16 y 43 (alusión)

Ofrecimiento: Que San José acepte los deseos del "ejercicio" 16


Razones: 1) por lo más santo y sagrado, 16 y 44
2) por los favores recibidos de la SS. Trinidad, 16 y 44
Cf. 10
3) por amor que os profesaron Jesús y María, 16-17 y 44
4) por gracias continuas con que os favorecieron, 16-17 y 44
5) por vuestra correspondencia perfectísima, 17 y 44

Que acepte todo el amor, gloria y alabanza que ellos contienen, 17 y 44


que yo reciba aumento de gracias y fervor hacia Vos, 17 y 45
para que siendo semejante, 17 y 44
viva como Vos vivistéis, 17 y 44
muera como Vos viviendo en vuestra compañía, Jesús y María, 17
44 y 45

Razones: el escogido por el Señor, 17 y 45


el más afortunado de las criaturas, 17 y 45
el más ensalzado, 17 y 45
el más glorioso entre los santos, 17 y 45
el más privilegiado entre los angeles, 17 y 45
y amado por hombres, ángeles y Dios para que seais alabado,
17-18 y 45

OFRECIMIENTO

Intercede por vida: gracias para sus obras, su vida, sus Institutos, 18 y 45
Iglesia, 18 y 45
Arzobispo, 18 y 45
personas que se encomiendan a ella, 18 y 45
pecadores, 18 y 46 (cf. en 12)
purgatorio, 18 y 46 (cf. en 12)
- Que yo reconozca el beneficio de haber quitado el cargo, 18-19
que vea que fue querer de Dios para su bien
que humillaciones y sufrimientos por ello sufra con alegría, 19
a todas sus hijas ahora y en muerte, 19 y 46

RESOLUCIONES

VIRGEN

- Mi Madre Ma. SS. 7


- Méritos desde concepción hasta la SS. Trinidad, 7
- Mi tierna y querida Madre, 36
- Todos los pensamientos, palabras, obras de mi buena y tierna Madre desde
toda a Asunción, 36
- Por mi Madre (los dolores de) su purísima Esposa, 39
- Tu purísima Esposa, 5; 39; 15 y 43
SANTA TERESA

X José mi verdadero Padre y Señor, vida, 33 n.12


X a mi Padre San José, vida, 33, n.14; cf. 36, n.11
X mi Padre glorioso San José; vida 36, n.6
glorioso Padre y _________ San José,
X abogados, sólo son tres, _________ 65
- al ir a Egipto, carta 6, n.9, Vida 6, n.8
X tomé por abogado Señor, al glorioso San José, Vida 6, n.6
- socorre todas necesidades Vida, 6, n.6
- le atiende Dios desde el cielo como de la tierra, 6. 6
- por lo bien que les ayudó (Virgen, Jesús) Vida, 6, 8
- devota de él = a venturosa Vida 6, n.7
- Maestro de oración, Vida, 6 n.8

DEFINITIVO BORRADOR

X Mi Padre, 1, 32; 36; 10 y 38; 11 y 39; 15 y 42; 15 y 43; 19; 2, 33, 36.
X Santísimo Padre mío, 3 y 34; 5 y 35;
X Padre mío amorosísimo, 39
X Santísimo y gloriosísimo Padre mío San José, 16 y 44

X Corazón compasivo, 4, 34; 5 y 35; 9 y 37; 11 y 39; 12-13 y 40; 14 y 42;


16 y43.
X Su más poderosísimo abogado y protector, 6 y 35;
X Mi amado José, 9 y 38;
X Santísimo José, 12 y 40; 14 y 41;

X Divino José, 4 y 36; 6 y 37


X Tu divino Hijo, 5 y 35; 15
X Queridísimo Hijo, 5
X Nuestro Santo Hijo, 43.
1. DOCUMENTOS FAMILIARES

25- 1-1859 Frente a papá en Subir, 280 - 283


28- 1-1859 Reclaman a papá Subir, 284 - 288
6- 2-1859 Préstamo a papá Subir, 289 - 291
9- 1-1861 Casa ( está en padres,
está desaveniencias)
16- 1-1861 Cede derechos casa Subir, 293 - 295
20- 4-1861 No salen fiadores Subir, 296 - 299
6- 8-1861 No albacea Subir, 311 - 313
1- 7-1863 Albacea suyo Juan Vega Subir, 317 - 319
15-10-1863 Para las deudas papá Subir, 320 - 322
15- 1-1868 Renueva hipoteca por papá Subir, 329 - 332 - 3
7- 6-1877 A sobrino Miguel Cartas, 181 - 182
19-12-1880 Tarjeta a Miguel Subir, 1127
16- 5-1882 A sobrino Juan (tarjeta) Subir, 1436 - 1697
28-03-1884 Ib. le escribe discurso Subir, 1498 - 1499 -1500

INTRODUCCION A LOS DOCUMENTOS FAMILIARES

El primer lote del tesoro documental salido de la pluma y del corazón


de M. Cesarita podía haber sido fabuloso, porque siempre le gustó escribir
mucho y leer hasta el exceso. Recluida en el Beaterio de las salesas de San
Luis Potosí (noviembre 1858 a julio 1859) anota:

"Una de las cosas a que me dediqué, que tocó la raya


del vicio, fue a la lectura. Pasaba medios días leyendo y a
veces los días de fiesta todo el día".

La correspondencia con sus hermanos debió ser muy fuerte con motivo
de las desavenencias con su padre. A medida que crece en edad le entra más
la fiebre de escribir. El último año de su vida fue muy notable.

En este primer bloque se publica lo poco que se ha encontrado, aunque


se había presentado en Subir a Jerusalén por vez primera, excepción hecha
de la carta de M. Cesarita a su sobrino Miguel del 7 de junio de 1877

Para la mejor comprensión de este material se escribe la presente


introducción clarificando el entorno histórico y familiar y explicando las
razones de la desaparición de tanta riqueza.

Se publican primero nueve documentos notariales por orden


cronológico y también por este orden las cuatro cartas o notas a sus
sobrinos: dos a Miguel y otras dos a Juan. Aquel, hijo de su hermana
Refugio, y éste, hijo de su hermano Juan, Justo en familia.

1. POR QUE TAN POCOS DOCUMENTOS Y CARTAS


FAMILIARES

Lo primero que extraña al historiador al recopilar el epistolario de


M.Cesarita con su familia es la sospechosa escasez de cartas, solo cuatro.
Siempre gustó a M.Cesarita tomar la pluma. Por los asuntos delicados y
continuados de la familia a partir de la muerte de mamá, María Bruna (18
abril 1856), y por desempeñar el cargo de administradora de la casa dado
por su padre, el Licenciado José María Ruiz de Esparza y Peredo se vio
obligada a mantener con sus hermanas y cuñados, y con sus hermanos José
María y Justo numerosa correspondencia epistolar. Toda se ha perdido. Es
una constante a lo largo de su vida, si exceptuamos las relaciones
epistolares -sólo en parte- con su Director y Fundador, P. José María
Vilaseca Aguilera (1831-1910).
De la veracidad de estas alusiones dan fe los escasos documentos
salvados.

Véase la preocupación de M. Cesarita sobre la venta de su casa de San


Luis Potosí, una vez salvada la hipoteca. Informa al P. Vilaseca el 17 de
julio de 1877: "De San Luis me escribió mi hermana diciéndome que
dispusiera de $ 30.00, suplico a usted me haga favor de ver a la Sra.
Moncada a ver si hay en San Luis una persona a quien se los entregue mi
hermana y que la señora tome $ 15.00, que me hizo favor de prestarme, y
mi Padre toma los otros $ 15.00 a cuenta de tanto que le debo. Dígame
usted si escribo a esta señora o Ud. arregla este negocio, yo me he
propuesto no escribir a ninguna persona sin consentimiento de Ud. para que
esté tranquilo.

"Mi hermana me escribe las dificultades que hay para


arreglar la venta de la casa, dice que hay quien dé mil
pesos y que el P. Prior exige el pago de lo que se debe. El
único que está al tanto de esto es mi compadre Velasco,
creo que sólo é1 puede arreglar esto, suplico a Ud. me
permita dirigirme a é1 por medio de la adjunta; por amor
de Dios ruego a Ud. me haga la caridad de entregársela y
de contestarme lo más pronto posible estos dos párrafos
porque me precisa escribir a San Luis y no puedo hacerlo
hasta saber a que persona se ha de entregar el dinero y
hasta que mi compadre me conteste".

En 1882 escribe el P. Vilaseca a M. Cesarita informándole que ha


entregado sus cartas -en plural- a sus hermanas Justa e Ignacia:

"Escribo a Ud. para darle noticias de San Luis en


donde vi a sus hermanas, les entregué sus cartas y
arreglamos con Justita el negocio de los ornamentos así
como de una mina".
Hoy no se concibe que M. Cesarita no se relacionara con su hermana
Juliana, la Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl. Seguramente se
escribieron mucho dado el mismo proyecto de seguimiento de Cristo que
emprenden, las mismas aspiraciones espirituales, la mutua ayuda.
Prácticamente se trasvasaban sus relaciones con Dios. Cesarita comunicaba
a Juliana su variante estado de salud. Por último al salir desterrada de
México el 15 de enero de 1875 las dos hermanas continuarían
escribiéndose.

Algo parecido hay que suponer de las relaciones epistolares sostenidas


con su hermano Justo (Juan Hernández) para recibirla en su casa de México
el 27 de abril de 1869 en la que permanece hasta el 13 de diciembre del
mismo año.

Siempre conserva gran cariño a este hermano y a sus hijos,


particularmente a Juan, a quien escribe y quien le redacta el discurso que
pensaba pronunciar en honor del P. Vilaseca el domingo 20 de abril de
1884, porque permanece encamada próxima a morir.

Sobre todo Cesarita escribe mucho a sus sobrinos Pepita y Miguelito


exhortándoles a ser buenos y estudiosos. Ellos serían una gran cruz en su
vida desde que fallecen sus padres en el espacio de pocos días -Refugio el
22 de abril de 1864 y Juan el 8 de mayo del mismo año- hasta que muere
Miguel en un psiquiátrico en octubre de 1882. Pepita continúa haciendo
sufrir a su a tía mientras vive ésta, aunque se porte tan maravillosamente
durante su enfermedad llamando al médico y reparando así el descuido de
la Superiora, M. Antonia Corral

Es muy de lamentar que únicamente se conserven cuatro notas a sus


sobrinos: dos a Miguel, hijo de su hermana Refugio, y otras dos a Juan, hijo
de su hermano Justo (Juan Hernández). Todo lo demás ha desaparecido.
Madre Cesarita quiso mucho a sus hermanos, en particular a Juliana y a
Justa. También tuvo gran cariño a Refugio, lo demostró especialmente con
el cuidado de sus hijos: Miguel y Pepita. Por esta - huérfana y expuesta a
mil peligros en el mundo titubeó al final de sus días -noviembre de 1883-
entre ella y su Congregación. El dato impresiona

Fue el P. Vilaseca quien recoge a la muerte de M. Cesarita (24 abril


1884) las pertenencias y escritos de la Fundadora y quien las guarda. Por
desgracia se desprendió, haciendo desaparecer, casi todo el epistolario
pasivo y activo.

Si se comprende que se perdieran muchas cartas escritas a sus


hermanas, cuñados y sobrinos, no se explica la desaparición de tantas
recibidas de los mismos. Madre Cesarita era una escritora diligente, una
archivera cuidadosa que guardaba, como oro en paño, cuanto recibía.
Nuestro Tesoro de Apuntes y su Autobiografía dan fe de su talento literario,
historiador y archivador. Del enorme número de fechas que expone en sus
obras sólo falla una: equivoca el año de la muerte de su hermana Refugio y
de su cuñado Juan Vega. No fallecen en 1863 sino en 1864, pero acierta en
el día exacto de su muerte

No cabe duda de la correspondencia mantenida con sus sobrinos Pepita


y Miguelito. Aquella le debió escribir mucho desde el Colegio y durante los
años en que vive en la compañía de su tía en casa de las Josefinas. Miguelito
le cuenta su situación penosa, su falta de trabajo, lo oscuro de su porvenir.
M. Cesarita le escribe en una carta: "Recibí tu cartita el martes en la tarde"
El P. Vilaseca, disconforme con la conducta cristiana de M. Cesarita con
estos dos sobrinos, probablemente hace desaparecer las cartas.

Esta es la razón que explica la inmensa pobreza de este primer lote de


documentos familiares. De los 13, solo cuatro pertenecen a dos sobrinos, y
los 9 restantes tratan de asuntos relacionados con aquella conducta penosa
de su padre que le empobrece económicamente al arruinarle social y
espiritualmente en San Luis Potosí.

2. POR LA TRISTISIMA SITUACION DE PAPA

A los dos años de morir su esposa Doña María Bruna Dávalos y


Rincón Gallardo (abril 1856), Don José María Ruiz de Esparza y Peredo
contrae nuevas nupcias en abril de 1858 con una tal María Cruz, N.,
apodada la Durangueña. Ningún hijo, ni Cesarita, la llaman por su nombre y
en ningún documento han quedado sus apellidos, seguramente porque los
allegados al Licenciado los ignoraron o despreciaron. Hay que suponer que
se casan, aunque la espantada de Cesarita y de Juliana de la casa paterna
apenas entra en ella la Durangueña y la aversión de los restantes hijos hacia
su padre obligan a dudar de su matrimonio canónico. Muy prudentemente
Cesarita esconde mil tragedias en estas pocas palabras:

"La segunda esposa de mi papá, después de haber


gastado lo que pudo de la casa, lo abandonó enfermo,
paralítico y escaso de recursos".

Sólo un año y dos o tres meses -hasta junio o julio de 1859- convive
con el Licenciado al que arruina, haciéndole vender sus posesiones para
enriquecerse. Papá José María sufre el mayor descalabro de su vida,
profetizado por sus hijos, especialmente por Cesarita, que vive con él y le
cuida con todo cariño.

El alejamiento material y afectivo de los hijos no se origina por la


segunda boda de su padre sino por el tipo de mujer que le ha enredado en
sus mallas. Una mujer mucho más joven que él -podía ser su padre- -lo deja
tirado en casa y paralítico sin poderse mover-. Aquella mujer, de quien
depende para todo, le exige cuanto posee y el pobre enfermo se siente
obligado a consentir. Hasta intenta deshacerse de los bienes de su primera
esposa -toda una señora respetada y amada por sus hijos y por la sociedad-.

Es en esta ocasión cuando todos los hijos se levantan contra su padre


exigiendo la herencia de su madre, herencia que iba a despilfarrar una mujer
indeseable después de derribar por los suelos la aureola paterna. ¿Quién le
dijera al Licenciado que terminaría sus días protegido por las migajas de sus
hijos, é1, Juez de San Luis de Potosí y uno de sus mejores abogados?

Estudiado este tema con más detención en otros lugares no se necesita


extenderse más. Los documentos -sólo nueve- que se transcriben a
continuación con las aclaraciones oportunas se refieren a las consecuencias
desagradables que deben asumir los hijos.

A nadie extrañe que Cesarita concuerde con todos sus hermanos. En


justicia no podía desprenderse de unos bienes que eran suyos, que los
necesitaba para subsistir y que iban a ir a las manos de una mujer
aprovechándose de la impotencia de su padre paralítico. Era un baldón para
mamá y un desprecio a su última voluntad y un robo verdadero.
Cesarita adora a su padre y lo prueba retornando a su casa apenas se
entera de que la Durangueña lo ha dejado solo. Sabe olvidar las debilidades
de su progenitor que nunca le agradece sus filiales servicios mejorándola de
algún modo con algunos bienes o dinero. Para el Licenciado su hija Cesarita
es sólo una hija más y hereda lo mismo que sus hermanos.

Cuando ninguno de sus hermanos quiera pagar las deudas de su padre,


ya fallecido, será Cesarita la que hipoteque sus bienes escasos a pesar de
ser la más pobre y necesitada de todos. Unicamente ella, y soltera, sale por
el honor de su padre.

Los documentos siguientes irán desvelando estos acontecimientos


familiares. Aquí sólo se publican y aclaran aquellos documentos en que
Cesarita interviene directamente.

3. PRESENTACION DE LOS HERMANOS DE CESARITA

Antes de entrar en los problemas familiares es preciso presentar muy


brevemente a los hermanos de Cesarita y a sus cuñados que la acompañan
para bien o para mal en estos días 1859-1868.

Fueron 14 los hermanos de Cesarita. Sus padres se casaron el 30 de


julio de 1825, cuando mamá cumplía quince primaveras.

José Justo Pastor (Juan Hernández) nace en Aguascalientes el 6 de


agosto de 1827, después de una niña (María Josefa) que volaba al cielo en
abril de 1828. Se dice que estudia en el Seminario de Durango y Zacatecas,
pero la política y la inconstancia le hacen desistir de la carrera sacerdotal.
Abandona la casa paterna debiendo a su padre y a otros, buenas sumas. Se
alista en los ejércitos republicanos. Casa con Andrea Herrera de la que tiene
tres hijos: Anselma, Bruno y Vicente. Contrae nuevas nupcias con Laura
Osorio que le da siete hijos: Juan Evaristo, José, Filomena Laura, Carlos,
Zenaida, Anselma y Conrada. Se dedica a la historia de México,
consiguiendo publicar numerosos volúmenes con gran esfuerzo propio y
escasa ayuda del Gobierno. Fallece repentinamente en México el 27 de
enero de 1893. Por los disgustos con su padre se quita el apellido paterno y
se llamará Juan Epitacio Hernández Dávalos.
María Justa Pastora, llamada siempre Justa, viene al mundo en
Aguascalientes el 5 de agosto de 1828. Contrae matrimonio con Don
Manuel María Carbón el 28 de abril de 1858 en el Sagrario de la catedral de
San Luis Potosí. Su oficio era procurador de los Tribunales. En su
testamento sólo habla de una hija muerta al nacer. Fallece en marzo de
1872. Justa le sobrevive muchos años, muere el 18 de abril de 1891. Será
quien lleve los pocos negocios de Cesarita en San Luis Potosí y la querrá
muchísimo.

Es Ignacia -parece que nace en Sombrerete (Zacatecas) en 1831- la


primera en casarse el 18 de mayo de 1849, con Don Pedro Dávalos. El
matrimonio no fue del agrado de sus padres. Tienen 13 hijos. Viven en San
Luis Potosí. El padre es comerciante sin relieve y fallece en San Luis el 15
de julio de 1882 a los 58 años e Ignacia el 23 de febrero de 1890 de
afección cardiaca.

La última hermana en casarse es María Refugio Bibiana, llamada


siempre Refugio y nacida en Durango el 2 de diciembre de 1837. Se casa en
San Luis Potosí el 24 de septiembre de 1857 con Don Juan Epitacio Vega,
rico en inmuebles. Sólo tienen dos hijos: Miguel, nacido en San Luis Potosí
el 10 de diciembre de 1860, y Pepita, nacida también en San Luis Potosí
probablemente en julio de 1859.

En pocos días fallecen los padres: Refugio el 22 de abril de 1864 de


paso en Tula de Tamaulipas y de tifus, y Juan el 8 de mayo del mismo año
en su casa de la calle de Tepetates en el barrio de San Miguelito de San Luis
Potosí, presa de la misma enfermedad. Ambos le encomiendan a Cesarita
sus hijos que tantos disgustos habían de causarle, pero no le pagan con
nada, dinero o inmueble, tanto cuidado. Cesarita hacía esta obra de
misericordia por amor a Dios y a sus sobrinos.

El 9 de enero de 1836 nace en Durango Juliana. Es la hermana de alma


de Cesarita. Las dos se consagran a Jesús. Juliana ingresa en las Hijas de la
Caridad el 8 de diciembre de 1858 en México. Corresponde a los favores de
Cesarita recibiéndola como enferma en el Hospital de San Andrés de
México (abril 1871) donde conocerá al P. José María Vilaseca, paulino
entonces, quien la llamará a fundar la Congregación Josefina, gracias a las
instancias de Juliana. Esta salía expulsada de México, como toda su
Compañía Vicentina, el 15 de enero de 1875. Es destinada a Nantes
(Francia) y luego al Hospital de Burgo de Osma, provincia de Soria
(España), donde fallece el 4 de septiembre de 1921.

José María -el segundo hermano varón, nacido en Durango el 22 de


febrero de 1837- apenas tiene resonancia en la vida de Cesarita. Contrae
matrimonio con Doña Guadalupe Palafox que fallece en San Luis Potosí el
12 de noviembre de 1860. Un hijo, José María, es criado por Cesarita.
Muere en septiembre y el acta de defunción dice que fue sepultado el 20 de
ese mes de l861.

LOS DOCUMENTOS FAMILIARES

1. LOS HIJOS EXIGEN A SU PADRE LA HERENCIA MATERNA

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 25 de enero de 1859
Notario: Don Isidro Calvillo
Archivo: Histórico Nacional del Estado de San Luis Potosí.
Protocolos Notariales. Notario y fecha anotados,
folios 7 - 8

El 25 de enero de 1859, previas las discusiones normales entre los


hermanos, se presenta en casa del Notario, Don Isidro Calvillo, Cesarita
con sus hermanas Justa e Ignacia y sus respectivos maridos Don Manuel
Carbón y Don Pedro Dávalos con su cuñado Juan Vega en lugar de
Refugio, su mujer. Constituyen al Licenciado Don Rafael E. Sousa como
Procurador de todos con el más amplio poder que se requiere por las leyes
para que, en nombre de ellos y representando sus derechos, reclame a su
padre el Licenciado Don José María Ruiz de Esparza y Peredo los bienes
que tiene en su poder pertenecientes a los mismo por herencia de su finada
madre Doña Bruna Dávalos y Rincón Gallardo.

No alegan la razón más poderosa: el fácil y posible disfrute y posesión


de los mismos por la Durangueña. Tan enfadados están los hijos que, de no
avenirse el padre por las buenas, están dispuestos a llevarle a los tribunales
con el escándalo consiguiente en la ciudad. Tanto han sufrido, tan
humillados se sienten, tan decididos se hallan que quieren la herencia de su
madre valiéndose de todos los medios a su alcance aún los más costosos,
penosos y escandalosos.

"En la ciudad de San Luis Potosí, a veinticinco de


enero de mil ochocientos cincuenta y nueve:

Ante mí, el escribano, y testigos presentes las señoras:


Doña Justa y Doña Ignacia Esparza. legítimas consortes, la
primera de Don Manuel Carbón y la segunda de Don
Pedro Dávalos Guridi, quienes les concedieron por ante mí
el correspondiente permiso para el asunto de que va a
tratarse; y la Sra. Doña Cesárea Esparza, de estado
honesto. y Don Juan Vega, como conjunta persona de su
esposa Doña Refugio Esparza y legítimo administrador de
sus bienes.

Todos los exponentes de esta vecindad y mayores de


veinticinco años, a quienes doy fe conocer, obrando por sí
y prestando voz y caución por su hermano Don José Ma.
Esparza con protesta de dar la de rato el grato que
corresponde, si necesario fuere, dijeron:

Que por el presente y en la más bastante forma de


derecho constituyen al Sr. Lic. Don Rafael E. Sousa, de
esta vecindad, su procurador con el más amplio poder que
se requiere por las leyes, para que en nombre de los
otorgantes y representando sus derechos, reclame al señor
su padre, Lic.Don José Ma. Esparza y Peredo, de esta
misma vecindad, los bienes que tiene en su poder
pertenecientes a los exponentes que les corresponden por
herencia de su finada madre Doña Bruna Dávalos Rincón
Gallardo y por legado de la Sra. Doña Ignacia Gándara
cuyo fin podrá entrar en el arreglo que crea conveniente, o
someterse a las dificultades que ofrezca el negocio a la
decisión de árbitros juris o amigables componedores,
extendiendo en razón de una y otra cosa las escriuturas
respectivas en las cláusulas y condiciones que acordaren, y
que desde ahora aprueban y ratifican como si por sí
mismos las otorgaran.

Pero si estos medios no fuesen bastantes a evitar una


contienda judicial, autorizan competentemente para que,
intentando previamente el medio conciliatorio prevenido
por las leyes y solicitando el correspondiente permiso
judicial, entable en forma el juicio que corresponde,
exhibiendo en auxilio de sus derechos los documentos
justificativos que importen sacándolos de donde existan de
la manera que produzcan efecto sin perjuicio de aducir las
pruebas testimoniales que convengan, redarguya civil y
criminalmente de falsas las que, contenidas en
instrumentos, fuesen en contrario presentadas y a las de
testigos oponga y pruebe las tachas que permiten las leyes:
Articule posiciones y conteste a las que se le pusieren
o responda que se entiendan con los otorgantes en persona.
Introduzca artículos de cualquiera naturaleza, los que
siga o abandone según le pareciere:

Saque apremios, acuse rebeldías, pretenda y goce


términos, prorrogaciones de ellos o los renuncie, y cuando
lo requiera el caso pida embargos y desembargos, venta y
remate de bienes y nombramiento de peritos para todas las
operaciones que se ofrezcan practicar, haciendo que la
parte contraria nombre por su parte o se conforme con los
que elija y tercero en discordia.

O en rebeldía solicite se nombre de oficio por la


autoridad que convenga, asistiendo a los demás actos que
puedan tener lugar en el orden de los juicios.

Y si obtuviere sentencia favorable pida ejecución de


ella; más si fuere perjudicial interpondrá de ella y de los
autos interlocutorios que se hallen en el mismo caso, el
recurso de apelación que seguirá conforme a las leyes, así
como podrá promover cuantos más recursos ordinarios y
extraordinarios admita el negocio, tales como el de
suplicación, el de nulidad y responsabilidad y los de
denegada apelación, súplica y nulidad, para lo cual lo
facultan especialmente, así como para poner en ejercicio
cuantas veces quiera y le sea permitido el derecho de
recusación que les conceden las leyes.

Y, finalmente, haga y practique el Señor, su


apoderado, en todas las instancias cuantas agencias y
diligencias harían los otorgantes por sí mismos sin
omitir nada por falta de poder, pues el que en cualquier
manera necesite, ése mismo le dan y confieren por el
presente con expresa facultad de sustituirlo, revocar sus
títulos y nombrar otros de nuevo que a todos relevan en
forma.

Y a la mejor seguridad de lo que su apoderado hiciere


obligan los otorgantes sus bienes presentes y futuros y con
ellos se someten a las autoridades competentes para que a
su cumplimiento los ejecuten conforme a derecho.

Así lo otorgaron y firman en este registro, así como los


Sres. Dávalos y Carbón, siendo testigos los ciudadanos
Secundino Gallegos, Julio Rendón y Anacleto Rodríguez de
esta vecindad: doy fe ---

Justa Esparza de Carbón, Manuel Ma. Carbón, Juan


E. Vega, Cesárea Esparza Dávalos, Ignacia Esparza y
Dávalos, Pedro Dávalos y Guridi, Isidro Calvillo,
Escribano Público Nacional.

2. EL PADRE SE QUEDA CON LA MAYOR PARTE DE LA


HERENCIA

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 28 de enero de 1859
Notario: Don Isidro Calvillo
Archivo: Histórico Nacional del Estado de San Luis
Potosí
Protocolos Notariales. Notario y fecha indicados, folios 9-11

A los tres días, el viernes 28 de enero de 1859, el Licenciado Sousa


encuentra la clave del arreglo entre padre e hijos en presencia del Notario
Don Isidro Calvillo. El papá habla como legítimo albacea y tenedor de los
bienes de Doña María Bruna, su esposa, que fallece sin testar (18 de abril
1856). Hay que advertir que la Durangueña vive todavía en casa. Todo
acontece en San Luis Potosí. El objeto de la entrevista es reclamar la
herencia materna. El Licenciado Sousa recuerda sólo la mitad de la casa en
la Calle Cerrada del Portillo de San Agustín; pero el Lic.Ruiz de Esparza y
Peredo aporta más datos: 1) Los 6,500 pesos largos heredados por su
esposa de su padre Don Juan José Dávalos; 2) la mitad de la casa citada
donada por su tía Doña Ignacia de la Gándara; 3) la otra mitad de la misma
casa comprada por Doña María Bruna. Se advierte que olvida los 200
pesos, obsequio de Doña Ignacia de la Gándara, y los muebles de su casa de
Aguascalientes.

El Licenciado Ruiz de Esparza, paralítico, se excusa de hacer


inventario y por tanto de repartir muebles y objetos entre sus hijos. No
mienta a Cesarita, cuyos cuidados ha sentido en su larga enfermedad
pasada, en la presente y en toda su vida. Sólo consiente en dar a sus hijos la
casa entera citada aunque confiesa que existen otros bienes, que no cita; se
reserva la parte que tocaría a Justo (Juan Hernández), desaparecido,
porque le adeuda cantidades impagadas.

Puesto que los hijos le reclamarán la casa en que habita, que es de


ellos, le ofrecen el alquiler de una casa modesta, cuyo costo no debía pasar
de 10 pesos mensuales y un sueldo diario de cuatro pesos para su
alimentación, no para la Durangueña. Así, confiesan, cumplen "el deber que
les impone la naturaleza de alimentar a su padre insolvente". De hecho el
padre se queda con la mayor parte. El Licenciado Sousa no ha podido
sacar más. Tuvo que darle lástima aquel gran Juez de San Luis Potosí en
otro tiempo entre la crema de la sociedad y ahora arruinado, postrado y
paralítico. Lo pactado por el Licenciado Sousa era admitido por los hijos
de Don José María Ruiz de Esparza.
"En la Ciudad de San Luis Potosí a veintiocho de
enero de mil ochocientos cincuenta y nueve.

Ante mí, el escribano, y testigos, presentes los Señores


Licenciados Don José María Esparza y Peredo y Don
Rafael E. Sousa, ambos de esta vecindad, a quienes doy fe
conocer, el primero obrando como albacea legítimo y
tenedor de los bienes de su finada esposa, Doña Bruna
Dávalos y Rincón Gallardo, y el segundo en representación
de los hijos de ambos que lo son: Doña Ignacia, Doña
Justa, Doña Cesárea, Doña Refugio, y Don José María
Esparza y Peredo según consta del poder que por ante mí
fue extendido con fecha veinticinco del corriente, en que
aparece la licencia que las dos primeras obtuvieron de sus
respectivos consortes, Don Pedro Dávalos y Guridi y Don
Manuel Carbón, para el otorgamiento de derecho,
documento a que concurrió Don Juan Vega, como conjunta
persona y administrador de los bienes de su esposa, que es
la última de las citadas señoras, prestando todas voz y
caución por su hermano Don José María que se halla
ausente; cuyo poder tiene por único y especial objeto
reclamar al señor Lic. Esparza y Peredo el haber
hereditario que les corresponde en los bienes que dejó a su
fallecimiento intestado la citada Sra. Doña Bruna Dávalos,
esposa que fue de este señor, y madre de sus poderdantes,
en que se halla, incluso, el valor de la mitad de una casa
que a esta señora le donó la finada Sra. Doña Ignacia
Gándara.

Y dijo dicho Sr. Lic. Esparza, que los bienes propios de


su finada esposa, que deben considerarse como masa
común de la herencia, consisten por una parte en seis mil
quinientos sesenta y dos pesos dos tres octavos reales que
heredó de su finado padre Don Juan José Dávalos según
consta de la hijuela respectiva que obra en los inventarios
y cuenta de división y participación practicados
extrajudicialmente con licencia del Alcalde 2º
Constitucional de la ciudad de Aguascalientes por el
albacea y contador Doña Porfiria Dávalos y Lic. Don José
Ma. Bocanegra (que doy fe tener a la vista); y por otra
parte en la mitad de la casa que le fue donada por la Sra.
Gándara; pues aunque son también partibles entre los
herederos los gananciales que pudieran resultar a la
disolución de la sociedad conyugal.

Sin embargo, para la liquidación respectiva, habría


sido necesario formar inventario que ha podido muy bien
excusarse atendiendo a las circunstancias particulares que
hay en el caso, porque puede decirse que los únicos bienes
consistentes se reducen a la casa que construyó en esta
ciudad en la calle Cerrada que sale del Portillo de San
Agustín para el de San Francisco, cuartel 3º, Manzana 14
sobre dos, siendo la mitad de una de ellas por la donación
que le hizo a su ya citada esposa la finada Sra. Doña
Ignacia Gándara, habiendo tenido que comprar la otra
mitad a la otra legataria Doña Juana Falgar de
Quintanilla, cuyos últimos cien pesos recibió el
representante de ésta Lic. Don Rafael E. Sousa y la otra
casa que compró el exponente, declarando que era para su
esposa, a las Sras. Garcías de la Cadena como lo acredita
la escritura extendida por ante el Escribano Don Mariano
Vega (que doy fe tener a la vista) con fecha primero de
septiembre de mil ochocientos cincuenta y cuatro, pues al
emprender la nueva fábrica en estas dos fincas del dominio
propio de su esposa, fue su principal sin invertir en ella su
haber hereditario, como de facto así lo verificó.
De manera que, este capital está en la actualidad
fincado en la casa de que se trata siendo, por lo mismo, la
que forma la masa de la herencia, pues con título de
gananciales nada debe aparecer en razón de que, aunque
hay otros bienes de poca consideración, los gravámenes
que reportan, no dan lugar a esperar que la herencia
reciba más incremento, como es notorio a los herederos y a
su representante; por cuya razón han estimado por demás
formar inventarios, contentándose con que por vía de
herencia materna, se les haga la correspondiente
aplicación y entrega de la casa en común por no admitir
cómoda participación.

Y estando llano el exponente a satisfacer esta


pretensión, por la presente y en la más bastante forma de
derecho otorga: que declarando como declara, bienes
parafernales de su finada esposa Doña Bruna Dávalos y
Rincón Gallardo, la casa de que se ha hecho mención con
las dimensiones y linderos que aparecen en el plano que,
rubricado por mí, se agrega a este registro, y con el
carácter de albacea legítimo y tenedor de sus bienes, la
aplica en pago de su hijuela materna, a sus hijas Doña
Justa, Doña Ignacia, Doña Cesárea, Doña Refugio, Doña
Juliana, Don José María y Don Justo Esparza y Peredo
para mientras la conserven en su poder, tengan su
aprovechamiento por iguales partes, y de la misma manera
dividan entre sí su valor, cuando se les ofrezca venderla en
razón de haber muerto intestada su causante.

Pero en consideración a que su hijo Don Justo se


halla ausente sin saberse su paradero, se reserva el
derecho de percibir, mientras parezca, la séptima parte que
debe pertenecerle, responder a sus gravámenes, sin
perjuicio de reclamarle las cantidades de que le es deudor.

Declara: que dicha casa no cubre el valor de los


bienes de su citada esposa; pero si más valiere, es su
voluntad que el exceso que haya sea cual fuere su monto,
se estime como donación entre vivos que hace en favor de
sus hijos con todas las condiciones que en derecho se
requieren para su mayor firmeza, a fin de que en ningún
tiempo le aprovechen los remedios y excepciones legales
que pudiera alegar, pues todos los renuncia con
especialidad el de previa formación de inventarios y
cuenta de división participación que en su derecho estaba
exigir antes de hacer esta aplicación; así como el de lesión
que pudiera oponer contra ella con apoyo de la ley 2a- tit.
lib.1º de la Nov. Rec. que concede el término de cuatro
años para ejercitar este recurso, los que da por pasados
como si efectivamente lo estuvieran.

Asegura que esta aplicación será cierta y efectiva, y


que por ningún título aparecerá reclamación contra ella;
mas si sucediere, aceptadas las consecuencias de la evisión
y saneamiento en cuanto sea conforme a derecho. En este
acto instruido el Sr. Lic. Don Rafael E. Sousa de esta
escritura y en uso del poder amplio de que se halla
investido con facultades especiales para arreglar este
negocio de la manera que lo estime conveniente, y
prestando además voz y caución para la ausente Doña
Juliana Esparza y Peredo dijo: que la acepta con la
aplicación que se hace de la casa en favor de sus
poderdantes, como único capital que tienen derecho a
heredar por parte materna; da por cubiertas las hijuelas de
ellos sin reservar ningunas reclamaciones para esta línea,
por terminada la intestamentaría de la Sra. Dávalos y por
fenecidas todas las obligaciones que pesaban sobre el Sr.
Esparza y Peredo en su calidad de albacea legítimo y
tenedor de los bienes de aquélla.

Y en atención al estado de parálisis en que dicho


señor se encuentra, y a los buenos deseos que tienen sus
poderdantes de que no carezca de lo absolutamente preciso
para la subsistencia, ofrecen que al Sr. Lic. Esparza, se le
proporcionará a expensas de ellos una casa habitación,
cuya renta no pasará de ocho a diez pesos mensuales. Y
cuatro reales diarios para sus alimentos, para que unidos
a las rentas de sus otros pequeños bienes, pueda vivir, si no
con todas las comodidades a que es acreedor, al menos con
las que las apremiantes circunstancias de derecho, de
dicho señor y de sus poderdantes les permite; cuya
obligación es puramente graciosa, mas quiere quede aquí
consignada para hacer constar que sus podernantes han
cumplido con el deber que les impone la naturaleza de
alimentar a su padre insolvente.
Y ambos otorgantes a la mejor firmeza de las
obligaciones que respectivamente han contraído en este
documento, comprometen, el primero sus bienes propios, y
el segundo los de su poderdante presentes y futuros y con
ellos se someten a las autoridades competentes para que a
su cumplimiento los ejecuten conforme a derecho.

Así lo otorgaron y firman en este registro siendo


testigos los ciudadanos Anacleto Rodríguez, Juan Anaya y
Secundino Gallegos de esta vecindad. Doy fe.

José Ma. Esparza y Peredo, Lic. Rafael E. Sousa,


Isidro Calvillo.

3. UNA ESCRITURA Y UNA HIPOTECA NEGADAS POR


CESARITA

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 16 febrero 1859
Notario: Don Isidro Calvillo
Archivo: Histórico Nacional de San Luis Potosí
Protocolos Notariales. Notario y fecha indicados, folios 14 - 15

Todavía permanece la Durangueña en casa del Lic. Ruiz de Esparza.


Ahora, el 16 de febrero de 1859, a poco de enterarse por el Lic. Sousa de
la escasa herencia que van a recoger, los cuñados de Cesarita manifiestan
por vez primera su desacuerdo en adelantar un peso de su casa. Para pagar
los gastos asignados por la adquisición de la herencia de sus esposas, piden
un préstamo de 499 pesos dado por el prestamista Don Gustavo Castillo y
Ruiz al 6 por ciento. Se les exige inmediatamente los 20 pesos que reditúan
la casa heredada.

Como los tres cuñados se niegan a pagar, quieren hipotecar la casa


heredada. Lo curioso del caso se presenta en el momento de firmar.
Cesarita no lo hace, no esta conforme con sus tres cuñados, cuya conducta
rechaza. Al fin, ellos no eran hijos, sino una cuña en la familia.
Por eso, este documento -se lee al margen- no pasó, pero demuestra el
carácter íntegro y los sentimientos filiales de Cesarita para con su pobre
padre. Se ignoran las consecuencias.

"En la ciudad de San Luis Potosí, a diez y seis de


febrero de mil ochocientos cincuenta y nueve.

Ante mi, el Escribano, y testigos; presentes los señores


Don Pedro Dávalos y Guridi, por su esposa Doña Ignacia
Esparza, Don Juan E. Vega por su consorte Doña Refugio
Esparza, Don Manuel Ma. Carbón por la suya Doña Justa
Esparza y Doña Cesárea de este mismo apellido, de estado
honesto, todos de esta vecindad y mayores de edad, a quien
doy fe conozco, prestando además los dos primeros, voz y
caución por Doña Juliana y Don José María Esparza que
se hallan ausentes, dijeron:

Que para expensar todos los gastos que ha ocasionado


la cesión que el Lic. Don José Ma. Esparza y Peredo hizo a
los que van hablando en pago de la herencia que les
corresponde por parte de su finada madre Doña Bruna
Dávalos y Rincón Gallardo de Esparza, les ha facilitado el
Sr. Gustavo Castillo y Ruiz, de este comercio, la suma de
cuatrocientos noventa y nueve pesos; y debiendo construir
la correspondiente obligación para seguridad del
prestamista, por la presente y en la más bastante forma de
derecho otorgan:

Que dándose por recibidos de dichos señores Caloca y


Cia, de la suma de cuatrocientos noventa y nueve pesos que
con calidad de mutuo les ha facilitado, renuncia la
excepción que en contrario pudieran oponer de dinero no
contado con la ley 9a. tit. 1º part. 5a. que la establecen y
los dos años que señala para la prueba del recibo, los que
dan por pasados como si efectivamente lo estuvieran.
Y en consecuencia se obligan a pagar esta cantidad
dentro del término de seis meses contados desde ésta con el
agregado de sus respectivos réditos a razón de un seis por
ciento anual a estilo de comercio, que es el único interés
que media en este contrato como lo juran solemnemente
siendo condición precisa, no obstante el término señalado
para el saldo del crédito, que la casa prestamista recibirá
desde hoy, en abono, los veinte pesos que mensualmente
produce de renta la finca que más adelante queda afecta al
cumplimiento de esta obligación, y el resto al vencimiento
de los seis meses expresados, para cuya solución no darán
lugar a trámites judiciales, pues cumplida y religiosamente
la harán efectiva en moneda usual y corriente.

Y no cumpliendo quieren y consienten ser compelidos


por todo rigor de derecho no sólo por la deuda principal y
sus réditos, sino también por las costas, daños y perjuicios
que se originen en la cobranza y haga constar debidamente
quien sea parte legítima para reclamar.

Y a la mejor seguridad de su obligación, sin que la


general de sus bienes derogue ni perjudique a la especial,
ni al contrario, hipotecan expresa y señaladamente la casa
en que consiste la cesión hecha por el Sr. Lic. Esparza y
Peredo, como ya queda indicado al principio de esta
escritura, pasando su otorgamiento por ante mí, de que doy
fe; cuya finca se halla en la calle cerrada que sale del
Portillo de San Agustín para el de San Francisco, cuartel
3º manzana 14 de esta ciudad, que linda por el Norte calle
de por medio con casa de las Sras. Teranes, por el Sur con
casa de las Sras. Duques; por el Oriente con (la) de Doña
Pilar Bustamante y por el Poniente con (la) de Don
Silvestre López Portillo:

Declara que esta finca está libre de todo gravamen


fuera de la responsabilidad a que por esta escritura queda
afectada, y protestan conservarla en el mismo estado y
dentro de su dominio mientras fuere sobre ella este
gravamen, bajo la pena de ser nulo cualquier contrato
que en contravención a lo expuesto celebraren.

Y al cumplimiento de todo lo expuesto obligan,


además, sus bienes presentes y futuros y con ellos se
someten a las autoridades competentes para que a su
observancia los compelan y apremien como por sentencia
definitiva consentida y pasada en autoridad de cosa
juzgada.

Así lo otorgaron y firman los otorgantes quedando


advertidos, los otorgantes, de registrar el testimonio de
esta escritura dentro de los seis días de su saca en el oficio
de hipotecas de esta Capital.

Fueron testigos los ciudadanos Juan Anaya, Anacleto


Rodríguez y Secundino Gallegos de esta vecindad: doy fe.

P. Dávalos y Guridi, Juan E. Vega, Manuel Ma.


Carbón, Isidro Calvillo, Escribano Público Nacional.

Al margen se lee:

" Número 12. El mismo día de su otorgamiento di


testimonio al comprador en un pliego del sello 3º. Calvillo
(firmado). No pasó esta nota (sólo la rúbrica de Calvillo).
En la Ciudad de San Luis Potosí a nueve de enero de
mil ochocientos sesenta y uno, ante mí el Escribano se hizo
presentación del original de una escritura dada ayer por
el Escribano Don Isidro Calvillo ante quien se otorgó
desde diez y seis de febrero de mil ochocientos cincuenta y
nueve. Por él consta que los señores Don Pedro Dávalos y
Guridi por su esposa Doña Ignacia Esparza, Don Juan
Vega por la suya Doña Refugio Esparza; Don Manuel
Carbón por la suya Doña Justa Esparza y Doña Cesárea
Esparza por sí, prestando los dos primeros voz y caución
por Don José y Doña Juliana Esparza se obligaron a
reconocer a favor de los señores Gutiérrez Castillo y Ruiz
de este comercio por término de seis meses y rédito de un
seis por ciento siendo de obligación del prestamista (de)
recibir en abono veinte pesos mensuales que produce la
casa, que adelante se señalará, la suma de cuatrocientos
noventa y nueve pesos sobre una casa sita en el Cuartel 3º
manzana 14 calle del Portillo de San Agustín de esta
ciudad, la que linda por el Norte Calle enmedio con casa
de las señoras Teranes por el Sur con Casa de la señoras
Duques por el Oriente con de Don Pilar Bustamante y
Poniente con otra de Don Silvestre Portillo Conde. = M.
de Arriola".

(Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí.


Protocolos Nacionales. Notario Don Manuel de Arriola, 9
enero 1861, folio 244 v).

Al márgen izquierdo de este documento el Notario Don


Manuel de Arriola daba fe de su cancelación ante un
recibo presentado por el prestamista el 18 de enero de
1861:

En San Luis Potosí a diecinueve de enero de 1861, por


ante mí, el escribano, se hizo presentación del original de
la escritura a que se refiere la nota del frente cancelada en
forma por el escribano Don Isidro Calvillo en virtud de
hallarse sentado en é1 con fecha de ayer recibo de
quinientos pesos, por los señores Gutiérrez Castillo y Ruiz
en el que expresan se podía cancelar tal escritura. En tal
virtud queda la relacionada nota del frente sin valor ni
efecto alguno, y para constancia siento la presente.

Manuel de Arriola (Archivo y Notario citados. Día 19


enero 1891, folio 244 v).

4. CESARITA VENDE SU PARTE DE LA CASA DE MAMA


Ciudad: San Luis Potosí
Fecha: 16 enero de 1861
Notario: Don Isidro Calvillo
Archivo: Histórico Nacional de San Luis Potosí.
Notario y fecha indicados, folios 32 - 34

Se ignora hoy el motivo que induce a todos los hermanos a


desprenderse de la casa heredada de su mamá María Bruna. Podía
haberse quedado uno con toda la casa. Lo raro es que Don Pedro
San Juan compre la casa por partes. Da 600 pesos a José María, que
para recibir se apresura a presentarse, y otros 600 a Justa el 22 de
junio de 1860. Pocas semanas después, el 3 de agosto, Ignacia imita a
sus hermanos, pero con precio rebajado, solo 400 pesos. Cesarita y
Refugio son las últimas en vender su parte al mismo comprador el 16 de
enero de 1861.

También a Cesarita y a Refugio les da Don Pedro San Juan sólo


400 pesos a cada una, más a condición de que abone los 500 pesos
que los señores Gutiérrez Castillo y Ruiz, los prestamistas, habían
adelantado para los gastos originados por los trámites de la testamentaría y
la hipoteca de la casa. Lo cual extraña grandemente al saber por dos
notarios distintos, Don Isidro Calvillo y Don Manuel de Arriola, que
las operaciones con los prestamistas han sido anuladas. Hoy no se
poseen documentos para poder aclarar este asunto.

"En la Ciudad de San Luis Potosí, a diez y seis de


enero de mil ochocientos sesenta y uno.

Ante mí, el Escribano, y testigos, parecieron el Sr. Lic.


José María Esparza y Peredo, y sus hijas Doña Refugio y
Doña Cesárea del mismo apellido. La primera legítima
consorte de Don Juan Vega, y con su licencia que por
ante mí le concedió, y la segunda, de estado honesto,
todos de esta vecindad y mayores que expresaron ser de
edad, a quienes doy fe conocer y dijeron:
Que con fecha veintiocho de enero del año
próximo pasado, el primero de los comparecientes
otorgó por ante el infrascrito (de que doy fe) una
escritura en que a todos sus hijos en común aplicó en
pago del haber que les correspondía por herencia de la
finada Señora Doña Bruna Dávalos y Rincón Gallardo,
esposa del exponente y madre de ellas, una casa en que
estaba fincado todo el capital de su testamentaría, sita en
la calle del Portillo de San Agustín que va para el de
San Francisco, cuartel tercero, manzana catorce de esta
ciudad, que linda por el Norte calle de por medio con
casa de las señoras Teranes: por el Sur con (la) de las
señoras Duques: por el Oriente con (la) de Don Pilar
Bustamante y por el Poniente con casa de Don
Silvestre López Portillo, cuya aplicación aceptó el Sr. Lic.
Don Rafael E. Sousa con poder de todos sus hijos que lo
son los expresados y además Doña Ignacia, Doña Justa,
Doña Juliana, Don José María y Don Justo Esparza y
Peredo, aunque por estar éstos dos ausentes no
intervinieron en el otorgamiento, sino que los demás
prestaron voz y caución por ellos, reservándose el Sr.
Lic. Esparza percibir de las rentas de la casa mientras
estuviera en común, la séptima parte correspondiente a su
hijo Don Justo, ausente todavía, sin saberse su
paradero, sin perjuicio de reclamarle las cantidades de
que le es deudor.

Que poseyendo de esta manera en común la finca


todos los interesados, la hipotecaron a la Seguridad de
quinientos pesos, que los Sres. Gutiérrez Castillo y Ruiz les
facilitaron para expensar los gastos que originó este
negocio, y después sucesivamente vendieron sus
respectivas acciones, Doña Justa, Don José María y
Doña Ignacia, al Sr. Don Pedro San Juan conservando
las suyas Don Justo, Doña Juliana, Doña Refugio y
Doña Cesárea Esparza y Peredo: y como la finca no
admite cómoda participación, han resuelto enajenarla
en favor de su compartícipe el citado Sr. San Juan: para
lo cual, aunque ni Don Justo ni Doña Juliana se
encuentran en esta Ciudad Capital, creen salvado este
inconveniente concurriendo al otorgamiento, obligando al
primero el Sr. Lic. Esparza, en virtud de los derechos que
se reservó contra é1 en la escritura en que les aplicó la
casa, y a la segunda la Sra. Doña Cesárea prestando la
misma voz y caución por su hermana Doña Juliana,
que mancomunada por sus hermanos prestó por ella, el
aceptar su misma aplicación, que es de donde se han
derivado los derechos y acciones que hoy se han
enajenado.

Por tanto, todos los señores exponentes en la más


bastante forma de derecho otorgan: al Sr. Lic. Esparza
por sus hijos Don Justo, Doña Juliana y como
usufructuario y administrador de sus bienes y curador
natural, la Sra. Doña Cesárea por sí, y prestando voz y
caución por la Sra. Doña Juliana de que estará y pasará
por el contexto de este instrumento, y la Sra. Doña
Refugio también por sí que ceden al expresado Sr. Don
Pedro San Juan las cuatro acciones que respectivamente
representan en la casa de que queda hecha referencia,
por el precio de cuatrocientos pesos cada una, siendo de
cuenta del cesionario los costos que origine esta cesión,
así como el pago de los quinientos pesos que reconoce la
casa en favor de los señores Gutiérrez Castillo y Ruiz, de
cuyas cantidades cada uno se da por satisfecho a toda
su satisfacción.

Más como la entrega no fue de presente renuncian la


excepción que en contrario pudieran oponer de dinero no
contado la ley 9a. tit. 1º Part. 5ª que la establece y término
de dos años que señala para la prueba del recibo;
declaran: que las sumas expresadas es el justo precio de
cada una de las acciones cedidas, porque no valen más, y
si más valieren del exceso o demasía sea cual fuere su
monto hacen gracia y donación al Señor Sanjuan con todas
las condiciones que en derecho se requieren para su mejor
firmeza, a fin de que en ningún tiempo les aproveche el
remedio que para reclamar los contratos lesivos concede
la ley 2a. tit. 1º. Libro 10 de la Nov. Rec., que por el
mismo hecho renuncian con los cuatro años que señala
para ejercitar esta acción, los que dan por pasados
como si efectivamente lo estuvieran. En consecuencia
constituyen al cesionario en el mismo lugar, voces y
representación de los exponentes y partes que
representan con subrogación en forma, para que como
legítimamente subrogado, y en virtud de tener reunidas
todas las acciones de los dueños de la casa, disponga
de ella como absoluto dueño a su voluntad y arbitrio, tan
luego como haya pagado el gravamen que reporta,
obligándose a no revocar ni total ni parcialmente
esta cesión bajo pretexto alguno; en concepto de que esta
cesión como lo aseguran, será cierta y efectiva al
cesionario y que por ningún título aparecerá reclamación
contra ella, más si sucediere lo contrario, aceptan en la
parte que a cada uno toca todas las consecuencias de la
evicción y saneamiento a que por circunstancia natural de
este contrato quedan obligados. En este acto la señora
Doña Refugio Esparza Peredo de Vega separada de su
marido juró en forma que para otorgar esta escritura no
ha sido intimidada, persuadida ni violentada por él, ni
por ninguna otra persona en su nombre, sino que
procede de su libre y espontánea voluntad, porque los
resultados se convierten en exclusivo provecho de la
exponente. Y el señor Don Pedro Sanjuan, de esta
vecindad, a quien doy fe conocer, instruido de esta
escritura, dijo: que la acepta con el gravamen de
quinientos pesos que reconoce la finca a favor de los Sres.
Gutiérrez Castillo y Ruiz, los cuales pagarán
inmediatamente. Y todos los otorgantes a la seguridad de
las obligaciones que respectivamente les corresponden,
obligan sus bienes presentes y futuros y con ellos se
someten a las autoridades competentes para que a su
cumplimiento los ejecuten conforme a derecho. Así lo
otorgaron y firman siendo testigos los CC. Eligio N. López,
Luis Lozano y Abrahán Reyes de esta vecindad: doy fe.---
José Ma. Esparza y Peredo = Cesárea Esparza y
Dávalos = Refugio Esparza de Vega = Juan E. Vega =
Pedro Sanjuan = Isidro Calvillo, Escribano Público
Nacional.

5. DESUNION ENTRE HERMANOS POR CUESTIONES DEL


PADRE

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 20 de abril de 1861
Notario: Don Manuel de Arriola
Archivo: Nacional del Estado de San Luis Potosí.
Notario y fecha indicados, fol. 21-22
Don José María, el papá de Cesarita, se encuentra en sus
postreros días aquel sábado 20 de abril de 1861. Le cuida con todo
mimo Cesarita, la hija fiel. Los herederos de Don Julián Reyes apremian a
papá con una fuerte deuda de 825 pesos. El Licenciado no tiene para
pagar y se encuentra moribundo. A los hermanos presentes en San Luis
y a los tres cuñados, Don Pedro, Don Juan y Don Manuel, se les
ocurre hipotecar ahora la Hacienda de Guadalupe, una gran propiedad
de papá que no cae en manos de la Durangueña, y una vez fallecido
venderla y pagar religiosamente. El caso era no adelantar ellos un
centavo. Los tres cuñados llevan la voz cantante. Cesarita se aviene a
todo.

Se transcribe este documento para probar el lastimoso estado


económico de papá y el empeño de los tres cuñados, particularmente,
en no comprometer un solo peso de sus arcas familiares. Porque este
documento no es firmado por nadie y es retirado. Lo cual obliga a
sospechar que las hijas casadas no se ponen de acuerdo entre sí en la
misma casa paterna a causa de sus esposos, que carecen de
sentimientos filiales; pero ellos vencen.

"En la Ciudad de San Luis Potosí, a veinte de abril


de mil ochocientos sesenta y uno.
Por ante mí, el escribano, y testigos, los señores Don
José María Esparza y Dávalos, Don Pedro Dávalos y
Guridi, Don Juan E. Vega y Don Manuel Ma. Carbón;
y las señoras Doña Cesárea, Doña Justa, Doña Ignacia
y Doña Refugio Esparza y Dávalos (Los señores Dávalos y
Guridi, Vega y Carbón, como maridos y conjuntas-
personas de las señoras Doña Ignacia, Doña Refugio y
Doña Justa) todos vecinos de esta Capital y a quienes doy
fe conozco, dijeron:

Que el Señor Licenciado Don José María Esparza


y Peredo es deudor, hace algún tiempo a la casa del
finado Señor Don Julián de los Reyes en la parte que
representan los señores Don Julián, Don Norberto, Don
Agustín y Don Francisco de P. Reyes, hijos del primero,
de la suma de ochocientos veinticinco pesos, según
liquidación practicada con la testamentaría del Señor
Reyes.

Que no pudiendo en el acto hacer el pago de la


mencionada cantidad y hallándose gravemente enfermo
el Señor Licenciado Esparza y Peredo, de quien son
herederos forzosos, han convenido con los Señores
Reyes en otorgar la presente escritura por la que en la
mejor forma de derecho otorgan:

Que en nombre del Señor Licenciado Don José


María Esparza y Peredo se confiesan deudores a los
señores Don Julián, Don Norberto, Don Agustín y Don
Francisco de Paula Reyes de la suma de ochocientos
veinticinco pesos que el Señor Esparza y Peredo tiene
recibidos de la casa del finado señor Don Julián y por
no ser de presente la entrega renuncian en forma la
excepción que en contrario pudieran oponer del dinero
no contado, la Ley 9a. tit. lº. Part. 5a. que de ella trata
y los dos años que concede para la prueba del recibo los
que dan por pasada, como si lo estuvieran obligando a
pagarlos cuando fallezca el Señor Esparza y Peredo y
hagan la venta de una casa de vecindad sita en la
Calle del Dormido Cuartel sexto, Manzana 11ª de esta
Capital, la que linda por su frente al Norte con la calle
citada y casa de Don Manuel Carbón, al Oriente con
casa conocida por de Liñán, al Poniente con Graseros
sin dueño y Sur con Huerta de Liñán, una casa
escondida con el nombre de "Hacienda de Guadalupe".

Que tal pago lo haremos en buena moneda de


plata llana y lisamente sin contienda jurídica, pues caso
de dar lugar a ella serán por su cuenta y cargo los gastos,
daños y perjuicios que a los señores Reyes se siguieran,
deferido su importe en la relación de quien con derecho
la represente, bajo la protesta de ser verídica.

Que ningún rédito pagarán sobre los ochocientos


veinticinco pesos, sea cual fuere el tiempo que los tengan
en su poder, lo cual repitieron previa promesa de decir
verdad de lo que yo, el Escribano, doy fe y que para
seguridad del crédito hipotecan especial y señaladamente
la casa de vecindad a que arriba se han referido,
poniéndola a disposición de los Señores Reyes para que,
si transcurridos seis meses del fallecimiento del Señor
Esparza y Peredo, no hubieran satisfecho los ochocientos
veinticinco pesos ni procuraran aún la venta de dicha
casa para satisfacerlos, puedan los repetidos Señores
Reyes procurarla y hacerla por sí y en el precio que
pactaran previa transacción o avalúo a cuyo efecto les
confieran poder irrevocable con libre franca y general
administración, obligándose a la evicción, seguridad y
sanamiento a la finca que protestan no reconocer otro
gravamen y a dar por bien hecha y celebrada la venta
tal como si por sí la hicieran aunque para practicarla
no se les dé aviso, ni se saque en almoneda pública
como lo previenen las leyes 41 y 42 del tit. 13 Párraf.
5º. que renuncia formalmente.

Que no obstante lo expuesto, en ningún tiempo


podrá considerarse esta hipoteca como indivisible, pues
caso de que, a los dueños les convenga fraccionar la finca,
se reservan el derecho de hacerlo en los lotes que les
pareciere reconociendo sobre cada uno respectivamente
la cantidad que les corresponda según su valor y
conforme a lo dispuesto en el art. 3º de la ley del 6 de
Febrero del presente año, en la inteligencia de que ya sea
en lotes, o la finca por entero, no podrán venderla los
otorgantes sin permiso de los Señores Reyes, (so) pena de
nulidad si lo contrario hicieren:

Y al cumplimiento de esta escritura obligan los


otorgantes a nombre del señor su padre sus bienes
presentes y futuros sometiéndolos al fuero y jurisdicción
de los señores Jueces que de sus causas y negocios deban
conocer renunciando las leyes de su favor y defensa y la
general del derecho en forma.

No se anota esta escritura en la adquisición de la


finca hipotecada por haber manifestado los otorgantes
que no han sacado aún testimonio de ella, se advirtió a la
parte la obligación que tienen de registrarla en el libro
de hipotecas de esta ciudad.

Y siendo presente el señor Don Julián Reyes a quien


doy fe conozco e impuesto de esta escritura dijo: Que la
aceptaba y aceptó como administrador de los bienes de
sus hermanos, que en los mismos términos que se halla
concebida y firmó con los otorgantes siendo testigos
Don Francisco Guzmán y Don Teodosio Naveda de esta
vecindad: doy fe.
6. CESARITA RENUNCIA EL CARGO DE ALBACEA DE SU
PADRE

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 6 de agosto de 1861
Juez: Don Carlos María Escobar
Archivo: Histórico Nacional del Estado de San Luis Potosí
El papá de Cesarita, el Lic. Don José María Ruiz de Esparza y
Peredo (1798 - 1861) fallece en San Luis Potosí el 25 de abril de 1861
a las diez de la noche en la casa modesta de la calle Quinta de la Cruz
a donde le habían llevado los hijos. Cesarita le cierra los ojos. Aunque
en nada la ha mejorado, le carga los negocios de la testamentaría
como albacea junto con el Sacerdote Don Mariano Saldaña que en
nombre del Licenciado dictaría el testamento.

Cesarita y el Sacerdote caminaron sobre ruedas mientras


distribuían lo poco que había sobrevivido de la rapiña de la Durangueña
y de la pobre cabeza de papá. Cuando se descubre el agujero de las
deudas, los cuñados se echan atrás. Nunca quisieron perder un solo
centavo a favor de su suegro. Como si se hubieran casado no con las
hijas del Licenciado, sino con la pingüe herencia de aquel Juez rico y
opulento, se enfrentan con Cesarita, llena de justicia y de caridad con
su pobre padre. Los heredan obtienen toda la herencia: bienes y deudas.
"No pasando mis cuñados porque yo hiciera un pago de un dinero que
estaba cierta debía mi papá, sin avisar al Señor Cura, renuncié ante un
juez para no tener responsabilidad y tener tranquilidad".

Cesarita propone y realiza dos cosas: renunciar cargo de albacea


y pagar ella la deuda que papá debía a Don Paulo Verástegui que ascendía
a mil pesos, cantidad mayúscula en aquellos tiempos. Lo que Cesarita
olvida es que renuncia junto con Don Mariano Saldaña. Por caridad
silencia estas verdaderas razones alegando su condición femenina
menos adaptada a trámites burocráticos y sus continuas enfermedades.
El 6 de agosto de 1861, martes y fiesta de la Transfiguración del
Señor, renuncia ante el Juez Don Carlos María Escobar. La exposición
está correctamente redactada por el Sacerdote Don Mariano Saldaña:

"Señor Juez Segundo de Letras: Ma. Cesárea Esparza


y Peredo y Mariano Saldaña, vecinos ambos de esta
ciudad, ante Ud. con el respeto debido y en la forma que
fuere más arreglada a derecho, comparecemos y decimos:

Que el Sr. Lic. Don José Ma. Esparza y Peredo,


que también fue vecino de esta capital y falleció en ella el
día 25 de abril del corriente año, hubo a bien nombrar
albaceas, cuyo nombramiento aparece entre las
disposiciones contenidas en el poder para testar que
con fecha 17 de agosto de 1857 confirió el expresado
Sr. Lic. Esparza al segundo de los exponentes y cuyo
poder, así como el testamento otorgado en su virtud,
acompañamos con la formalidad debida y en tres fojas
útiles.

Verificado el fallecimiento del Sr. Lic. Esparza y


otorgado el testamento en uso del poder que dejamos
dicho, nosotros, en nuestra calidad de albaceas,
deberíamos proceder desde luego a la ejecución de las
disposiciones del finado; obligación impuesta por
ministerio de las leyes a las personas encargadas de
ejecutar las últimas voluntades. Así lo haríamos, en
efecto, si no tuviéramos causales bastantes a librarnos de
esta obligación; pero el carácter, el sexo y sobre todo las
enfermedades habituales y bastante penosas de la
primera, y las multiplicadas atenciones del segundo, que
al desempeño de sus negocios particulares reúne la
Dirección del Instituto Científico de esta ciudad y la
presidencia de la Junta Inspectora de Instrucción
Pública, nos colocan en la imposibilidad de dedicarnos
al cumplimiento de nuestro encargo.

Por esta razón hemos juzgado necesario ocurrir a


Ud. participándole esta circunstancia y suplicándole se
sirva admitir la renuncia que formalmente hacemos del
mencionado nombramiento, y hacer, en uso de su
autoridad judicial el del albacea o albaceas dativos que,
sin los obstáculos que nosotros, puedan desde luego
proceder a ejecutar el testamento, y por lo expuesto
pedimos se sirva proveer en ambos puntos como
llevamos manifestado, pues así es de hacerse porque la
testamentaría resultará favorecida con estas
providencias. Protestamos no proceder de malicia.
San Luis Potosí, agosto 6 de 1861.
Mariano Saldaña. Cesárea Esparza y Dávalos. Lic.
Carlos Ma. Escobar.
7. CESARITA NOMBRA A DON JUAN E. VEGA, SU CUÑADO,
POR APODERADO SUYO

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 1 de julio de 1863
Notario: Don Manuel de Arriola
Archivo: Histórico Nacional del Estado de San Luis
Potosí.

Muerto papá, Cesarita se queda en la calle y es recogida por su


hermana Refugio, desde mayo de 1861, dejando vacía la casa de la Calle
Quinta de la Cruz para no pagar los 10 pesos que aportaban todos los
hermanos. Se va a vivir a la calle de Tepetates en el Barrio de San
Miguelito, en San Luis Potosí. Aquí cuida de sus sobrinos Pepita y
Miguelito; pero no quiere saber nada de jueces y cuestiones de dinero ni
discusiones con su cuñado el Sr. Carbón. No se olvide la deuda que ha
contraído con Don Paulo Verástegui dejada por papá al morir. Para toda
cuestión económica y jurídica nombra apoderado suyo a Don Juan
Epitacio Vega, esposo de su hermana Refugio, en cuya casa habita. Se
siente tranquila sabiendo que su cuñado la va a representar. Don Manuel
de Arriola legaliza estos deseos el 1 de julio de 1863, miércoles y
octava de San Juan Bautista.

"Ante mí el Escribano Público y los testigos que al


fin se nombrarán, la Señora Doña Cesárea Esparza y
Dávalos, quien como libre de potestad marital, apta para
obligarse y de esta vecindad: doy fe conozco, dijo:

Que no siéndole posible por razón de su sexo


desempeñar los negocios que en el manejo de sus
intereses puedan ofrecérsele, le es necesario apoderar
una persona de su confianza que se encargue de ellos y
mereciéndole toda la suya el señor Don Juan E. Vega, de
esta vecindad, su hermano político, ha deliberado
conferirle su poder general, lo que poniendo en ejecución
otorga:

Que da y confiere todo su poder general, amplio y


bastante, al expresado señor Don Juan E. Vega, para
que cobre y perciba todas las cantidades de pesos, frutos o
efectos que a la otorgante se debieran por cualquiera
clase de contrato que antes de ahora haya hecho o en lo
de adelante celebrara, o puedan corresponderle por
herencia, legado o cualquiera otro título; dando de lo que
perciba y cobre los recibos y demás resguardos que se le
pidieren y fueren de dar, con fe de entrega si las
pagasen ante Escribano que de ellas la dé o con renuncia
de las leyes y excepciones del caso; para que liquide
todas las cuentas que tenga pendientes la exponente,
dando a los deudores cartas de pago, cuentas y
cancelaciones; y exigiendo lo mismo a los acreedores
siempre que satisfaga sus créditos; para que si en
razón de lo dicho, o por cualquiera otra causa, se le
ofrecieren pleitos, dudas o diferencias que buena y
extrajudicialmente no pudiera componerlos contravierta
y siga ante todos los tribunales que convenga, y a
comparecer con el carácter de autor, demandado o de
tercer opositor; y previo el juicio de conciliación siempre
que se exija por las leyes, para cuya concurrencia lo
faculta especialmente, ponga demandas:

Conteste las de contrario y haga pedimentos,


requerimientos, embargos y demás diligencias
conducentes, presente escritos y otros documentos:

Produzca testigos, tache y objeciones los del


contrario producidos, reúna protesta o se aparte, pida
términos o los renuncie y aun todo género de
despachos que presente donde importen, oiga autos y
sentencias interlocutorias y definitivas, consienta lo
favorable y apele y suplique de lo adverso y perjudicial;
siga en grado o se desista; y, en fin, haga y practique
todos los demás autos, agencias y diligencias que judicial
y extrajudicialmente importen, pues para todo lo dicho y
lo que sea anexo le da y confiere este poder amplio y no
limitado, con facultad de transigir en los términos que le
parezcan más justos; con la de comprometer en
árbitros, juris o de derecho y arbitradores amigables
componedores; con la de percibir lo que por sentencias
de su favor o transacciones que hiciere deba percibir; y
por último con la de enjuiciar, prestar protesta supletoria
de testamento y sustituir, revocar sustitutos y nombrar
otros de nuevo, que a todos releva en debida forma.

Y a estar y pasar por lo que se obrare en virtud de la


suma de facultades contenidas en esta escritura de
mandato general, obliga sus bienes presentes y futuros,
para que al cumplimiento de lo dicho la compelan y
apremien como si fuese por sentencia ejecutoriada
consentida y no apelada que por tal la recibe: renuncia su
propio fuero domicilio y vecindad y las leyes de su favor y
defensa.

Así lo otorgó y firmó siendo testigos Don José Antonio


Medina, Don José Alvarez Sagástegui y Don Francisco
Guzmán y Gárate, todos de esta vecindad por ante mí, de
que doy fe.

Ante mí. Manuel M. de Arriola. Escribano Público


Nacional. Cesárea Esparza y Dávalos.

8. CESARITA HIPOTECA UNA PROPIEDAD SUYA POR LAS


DEUDAS DE PAPA

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 15 de octubre de 1863
Notario: Don Manuel de Arriola
Archivo: Histórico Nacional del estado de San Luis
Potosí

El documento que se transcribe prueba la deuda de papá a Don


Paulo Verástegui, olvidada en el testamento, razón que alegarían los
cuñados. A pesar de haber nombrado a Don Juan Vega como su
apoderado, en este caso lo relega Cesarita, razón que confirma la
oposición de aquél a pagar nuevas deudas de su suegro. Nadie sabe
cómo podrá Cesarita salir por el honor de su padre.
Se advierte que no se ha encontrado el protocolo donde Cesarita se
compromete con el Sr. Verástegui a cancelar esta deuda paterna. Sólo
en octubre de 1863, dos años después, se sabe que ha pagado los réditos
-175 pesos- y que permanece íntegra la deuda. Se escuda tras la hipoteca
de la parte que le toca de la Hacienda de Guadalupe en San Luis
Potosí. Era el lote número uno de los nueve en que fue dividida. Algo
de la historia de este problema se aclara en el documento. Extraña
enormemente que Cesarita se comprometa ante Notario a cancelar la
deuda el día 31 de diciembre de 1863, en sólo dos meses y medio. El
día 15 de octubre, jueves, fiesta de su querida Santa Teresa de Jesús,
se redactaba este protocolo, pero lo firmaría el 3 de noviembre al estar
impedida por enfermedad:

"En la Ciudad de San Luis Potosí, a los quince días


del mes de octubre de mil ochocientos sesenta y tres.

Ante mí, el Escribano Público, y los testigos que se


expresarán, la señora Doña Cesárea Esparza y
Dávalos, a quien como libre de potestad marital, apta
para obligarse y de esta vecindad doy fe conozco, digo:

Que sin que se entienda que revoca el poder


general que ante el presente Escribano confirió a su
hermano político Don Juan E. Vega a primero de julio
pasado, se presenta a extender la escritura de que se va a
tratar, y en tal virtud, declara:
Que al liquidarse la Testamentaría del señor su
padre Lic, Don José María Esparza y Peredo se le
adjudicó el lote número uno de la casa conocida por la
Haciendita que se dividió en nueve, con obligación de
satisfacer al Señor Don Paulo Verástegui la suma de mil
pesos que le adeudaba la Testamentaría procedente de
dos libranzas giradas en esta plaza por el Señor Don
José María Marín, cada una por quinientos pesos, a la
orden de sí mismo y a cargo del finado señor su padre
con veinticuatro meses de plazo, la una a primero de
mayo de mil ochocientos cincuenta y ocho: y ambas
endosadas en Santa María del Río por el Señor Marín
a favor de dicho Señor Verástegui en primero de marzo
de mil ochocientos cincuenta y nueve, cuyas libranzas
yo, el Escribano, doy fe tener a la vista y que la hallan
timbradas conforme a la ley que a la fecha de la
liquidación de la Testamentaría y en que, como ha
dicho, contrajo el compromiso de satisfacer al señor
Verástegui el valor de las letras de cambio relacionadas,
obtuvo de su acreedor que le diera un plazo para el pago,
el que le fue concedido en los términos y bajo las
condiciones que se expresarán.

Por lo que, deseosa la señora exponente de


garantizar a su deudor el reembolso de la suma ya
relacionada para su mayor seguridad, otorga que se
confiesa deudora del señor Don Paulo Verástegui por
la suma de mil pesos fuertes, valor de las libranzas
relacionadas que tiene recibidas; las que se compromete a
pagar en pesos fuertes y en una sola partida y
precisamente el día último de diciembre del corriente
año del sesenta y tres sin dar lugar a gestión ninguna de
parte del acreedor, y si no cumpliere con este pago en la
forma expresada abonará al señor Verástegui o a
quien legalmente lo representen los gastos que en su
abogado ha hecho en el presente arreglo y el cinco por
ciento anual que por los seis meses que concedió de plazo
para el pago además de los daños y perjuicios que por
falta de cumplimiento de este contrato se le irrogaren,
para los cuales le entregará el expresado lote número
uno de la Haciendita de beneficios de que se ha hablado,
el que desde ahora queda especial y expresamente
hipotecado a la seguridad de este contrato, sin que esta
hipoteca especial derogue ni perjudique a la general ni
por el contrario aquella a ésta, sino que el señor
Verástegui pueda hacer uso de cualquiera de ellas o de
ambos a su arbitrio y elección.

Que aunque el crédito del señor Verástegui contra


la Testamentaría era de mil pesos, valor de las libranzas
y ciento setenta y cinco de réditos, el señor Lic. Don
Benigno de Arriola, apoderado general del señor
Verástegui, ha recibido los ciento setenta y cinco de
réditos, por lo que la presente escritura sólo trata de los
mil de capital.

Presente en este acto el señor Lic. Don Benigno


de Arriola, a quien como apto para obligarse y de esta
vecindad doy fe conozco, digo: que como apoderado
notorio del señor Verástegui y reconocido como tal por la
señora Esparza acepta en todas sus partes la presente
escritura, de la que fue impuesto, se da por recibido y
pagado a su entera satisfacción de la suma de ciento
setenta y cinco pesos y sólo por no ser del presente la
entrega renuncia la recepción del dinero no contado con
la ley de partida que trata de ella y los dos años que
concede para pedir la prueba del recibo, y declara, que
con la presente escritura queden los bienes de la
Testamentaría del señor Esparza del todo libres de la
responsabilidad que reportaban a favor de su principal, y
éste sin derecho a hacer ulteriores reclamos, pues en lo de
adelante la fuente para las reclamaciones del Sr. Verástegui
será únicamente la presente escritura.

Y ambos prosiguieron diciendo: que a la seguridad y


firmeza de lo aquí escriturado obligan la señora otorgante
sus bienes propios presentes y futuros, y señor Lic. Arriola
los de su comitente para que al cumplimiento de lo dicho
los compelan y estrechen como si fuese por sentencia
ejecutoriada.

Así 1o otorgaron y firman ( y yo el Escribano les


advertí la obligación de presentar al oficio de hipotecas
del partido de la Capital a los seis días de su saca el
testimonio de esta escritura para su anotación) siendo
testigos Don Enrique A. Montañez, Don Juan Miranda y
Don Carlos E. Palomo presentes y vecinos doy fe.

Así como la señora Esparza no presentó certificado


de pago de la contribución del uno por ciento por carecer
de bienes, pues como se le entrega su haber paterno; y el
señor Verástegui presentó dos certificados.

( ... ) Así mismo doy fe que la presente escritura fecha


quince de octubre, por enfermedades de la señora
Otorgante se firma hasta hoy tres de noviembre del
corriente año.

Cesárea Esparza y Dávalos. Manuel de Arriola.

9. CESARITA RENUEVA LA HIPOTECA POR NUEVE AÑOS

Ciudad: San Luis Potosí


Fecha: 15 de enero de 1868
Notario: Manuel Melesio de Arriola
Archivo: Histórico Nacional del Estado de San Luis
Potosí.

Seguramente que Cesarita se ve burlada por alguna amistad


porque no paga la deuda de papá en tan poco tiempo. Nadie la ayuda,
menos su propia familia. Tampoco le produce el estanquillo que abre a la
muerte de su hermana Refugio (22 abril 1864) y de su cuñado Juan (8
de mayo 1864), quienes, conociendo todo, no la ayudan a pesar de
educar a sus hijos.

Compadecidos de las penosas circunstancias de Cesarita, cuya


economía no es correspondida por su buena voluntad, los acreedores le
renuevan la confianza y le aceptan la misma hipoteca del lote número
uno de la Hacienda de Guadalupe de San Luis Potosí. No le suben
los intereses, el 5 por ciento, y la esperan nueve años para pagar los
1,000 pesos.

Este protocolo anula el anterior, firmado el I de noviembre de


1863. El Notario Don Manuel de Arriola realizaba esta operación. A
Cesarita le consienten renovar la hipoteca el 15 de enero de 1868,
miércoles de aquel año bisiesto:

"En la Ciudad de San Luis Potosí a los quince días


del mes de enero de mil ochocientos sesenta y ocho.

Yo, Manuel Melesio de Arriola, Escribano Público


Nacional, certifico y doy fe: que conozco a la señora
Doña Cesárea Esparza y Dávalos, de estado honesto,
de esta vecindad y apta para obligarse conforme a
derecho; quien estando delante de mí y de los testigos que
se expresarán, expuso:

Que es deudora del señor Don Paulo Verástegui por


la suma de mil pesos, que desde la liquidación de la
testamentaría del finado señor Lic. Don José María
Esparza y Peredo le reconoce, por habérsele adjudicado,
con obligación de pagarla, y por su haber paterno un lote
con el número uno de la casa conocida con el nombre
de la Haciendita situada en el cuartel sexto manzana
undécima de esta ciudad, cuya finca fue dividida en
nueve lotes para la partición de la herencia; siendo
dichos mil pesos procedentes de dos libranzas giradas en
esta plaza por el finado Fray José M. Marín, por
quinientos pesos cada una, a cargo de dicho señor su
padre y a la orden del girador, desde el primero de mayo
de ochocientos cincuenta y ocho con veinticuatro meses
de plazo; y endosadas a favor del señor Verástegui en
Santa María del Río a primero de marzo del año
siguiente de cincuenta y nueve.

Que no habiendo podido pagar al señor acreedor


en la época de la liquidación de la testamentaría le
otorgó, por ante el presente Escribano, a quince de
octubre de ochocientos sesenta y tres, escritura de
hipoteca del lote número uno a que se ha referido;
comprometiéndose a pagar mil pesos fuertes en una sola
partida el último de diciembre del mismo año de
ochocientos sesenta y tres; y obligándose a pagar los
gastos de abogado del señor Verástegui, que erogó en
el arreglo del negocio, los réditos y perjuicios, caso de
no cumplir con su compromiso el último de diciembre
dicho; así es que, reconocida la suma de mil pesos por
la que habla y otorgada la escritura de hipoteca, quedó
en la obligación precisa de hacer el pago y concluido el
negocio de las libranzas, siendo la escritura ya repetida el
único documento que asegura el capital de su acreedor.

Que no habiendo sido posible a la que expone,


cumplir con tal compromiso, ha solicitado de su
acreedor un nuevo plazo y por lo mismo la cancelación
de la antigua escritura, otorgando otra nueva; a lo
que bondadosamente ha acudido el señor Verástegui; y
para dejar asegurados los derechos de dicho señor y
conforme a lo estipulado en el nuevo convenio, otorga:

Que debe al señor Don Paulo Verástegui de esta


vecindad la suma de mil pesos fuertes, los que se
compromete a pagarle en pesos fuertes y no en otra forma
ni especie y en una sola partida, dentro de nueve años de
la fecha de esta escritura, corriendo en tal plazo a favor
del señor acreedor el rédito de cinco por ciento anual,
que pagará por anualidades vencidas en pesos fuertes así
como el capital, sin dar lugar en ningún caso a trámites
judiciales; siendo todos los gastos, daños y perjuicios que
por falta de cumplimiento se eroguen al acreedor a cargo
de la señora otorgante. Y a la seguridad de la deuda y
réditos; sin que la obligación general de bienes derogue o
perjudique a la especial, ni por el contrario ésta a
aquélla; sino que el señor Verástegui podrá hacer uso de
cualquiera de ellas o de ambas a su arbitrio y decisión,
y grava expresa y señaladamente el lote número uno de
la casa conocida con el nombre de la Haciendita ya
relacionada; y se compromete a no gravarlo ni
enajenarlo en ninguna manera mientras subsista esta
hipoteca, siendo nulo lo que en contravención celebrare;
también se compromete a pagar, cumplido el plazo, los
mil pesos del capital, así como en cada un año los réditos
al cinco por ciento anual; sin alegar lapso de tiempo,
aunque pasen más de diez años, renovación de contrato,
ni ninguna otra acepción que tienda a enervar la fuerza
de la acción ejecutiva: se obliga a la evicción y
saneamiento de la finca hipotecada, y finalmente,
consiente en que cancelada la antigua escritura se tome
razón de la presente para que surta sus efectos legales.

Presente en este acto el señor Lic. Don Benigno


de Arriola, a quien como de esta vecindad y apto para
comparecer y obligarse a nombre de otro, doy fe conozco,
presentó previamente el testimonio en tres fojas útiles de un
poder otorgado por el señor Don Paulo Verástegui a
favor del Lic. Don Pascual Hernández, ante el
Escribano Don Isidro Calvillo a veintidós de octubre de
mil ochocientos sesenta y cuatro, bastanteado por dicho
señor Lic. en la misma fecha, sustituido por el mismo,
con toda la plenitud de facultades que le fue otorgado a
once de julio del año próximo pasado de ochocientos
sesenta y siete ante el Escribano Don José Amaya y
siendo el principio, cláusula relativa al presente negocio
y fin del tenor siguiente.
(...) Y dijo el señor Arriola: que impuesto
detenidamente del contenido de esta escritura, a nombre
de su principal la aprueba en todas sus partes y
consiente en que se cancele la antigua escritura en su
matriz, y en el libro de becerro con sólo la presentación
del testimonio de la presente escritura, no presentando el
de la antigua por estar ausente su poderdante; pero
desde hoy queda nulo y lo exhibirá para que se
inutilice. Y ambos comparecientes dijeron: que a la
seguridad y firmeza de esta escritura obliguen a la
señora Esparza sus propios bienes presentes y futuros y
el señor Arriola los de su principal para que al
cumplimiento de esta escritura los compelan y estrechen
por todo rigor de derecho y vía ejecutiva. Así lo
otorgaron y firman en este registro, siendo testigos Don
Francisco y Don Pedro Guzmán presentes a este acto y
de esta vecindad. Doy fe; y de que ni al señor
Verástegui ni a la señora Esparza les corresponde
pagar el derecho de patente por no tener profesión ni
giro; y sólo les corresponde por sus fincas conforme a
decreto relativa de la actual honorable legislatura;
cuyo pago no han hecho por no haberse aún asignado
las cuotas por la oficina respectiva; y el señor Arriola
presenta un documento de la Jefatura Política por el
que consta que manifestó cuál era su profesión, no
habiendo hecho el pago por no haber aún expirado el
plazo y por haber representado la clase de abogados.

Cesárea Esparza y Dávalos


Lic. Benigno de Arriola - Francisco Guzmán - Pedro
Guzmán. Ante mí, Manuel de Arriola, Escribano Público
Nacional.

10. A SU SOBRINO MIGUEL VEGA RUIZ DE ESPARZA

Ciudad: San Andrés Chalchicomula.


Fecha: 7 de junio de 1877
Archivo: General de Hermanas Josefinas de México
Miguel Vega Ruiz de Esparza (o sólo Esparza) nace en San Luis
Potosí el 10 de diciembre de 1860. Queda huérfano de sus padres
Refugio y Juan Epitacio en mayo de 1864, con tres años y cinco meses.
Este trauma lo acusa toda su vida. Cesarita queda encargada de cuidarlo
y educarlo junto con Pepita su hermana. Cuando Cesarita es recibida en
el Hospital de San Andrés de México (abril 1871), logra internarlo en un
Colegio, cuyo nombre se ignora. Más adelante, el 19 de septiembre de
1872, al inaugurar el P. Vilaseca el Colegio Clerical, aparece en el primer
grupo de pequeños seminaristas. Mas no se sabe por qué vuelve al lado
de su tía. En 1875 lo envía a San Luis Potosí, posiblemente a los cuidados
de Justa, su tía y hermana de Cesarita, quien oculta caritativamente la
persona y la razón porque no lo acepta y se ve obligado a volver con
Cesarita. Siempre para el P. Vilaseca es un joven poco simpático. Ya
en octubre de 1876 permanece alojado en una Hacienda, cuyos dueños
son amigos del P. Vilaseca que desea se aficione al campo y llegue a ser
administrador de fincas: " Mejor me parece ver en é1 -escribe a M.
Cesarita- a un Administrador de Hacienda que no a un boticario, pues hoy
día médicos y boticarios es lo más perdido que hay".

Por tanto, no le dan estudios y quieren meterle en el campo a su


pesar. Se empeña el P. Vilaseca en que haga Ejercicios Espirituales, algo
impensable dado su estado depresivo, efecto de la inestabilidad que le
produce el golpe durísimo de la desaparición de sus padres en veinte días.

El 25 de mayo de 1877 el P. Vilaseca manda a M. Cesarita un recado


escrito para que a las 12:30 horas se presente con Miguel en su despacho
"pues -le decía- es casi seguro que podrá ir a una Hacienda con cuyo
Administrador acabo de hablar". Debió ser a la Hacienda Cartagena, a
donde le envía su tía Cesarita esta linda carta el 7 de junio de 1877.
Miguel ha llegado a la Hacienda hace pocos días y su tía le da sabios y
santos consejos.

Semejante colocación parece la reacción santa y justa del P.


Vilaseca a los tremendos apóstrofes de M. Cesarita, enojada con la
conducta de aquél contra sus sobrinos: "En Ud. -le dijo- hay caridad y
celo para todo el mundo menos para estos dos miserables" (Pepita y
Miguel).
Hay que saber más del entorno histórico. Madre Cesarita es destituida
por vez primera de su cargo de Superiora General en marzo de 1877.
Miguelito quedaba en la calle. A Pepita se la lleva consigo a su destierro.
La M. Cesarita le lanza al P. Vilaseca este dardo, fruto de su enfado
porque tiene abandonado a Miguelito y no se lo deja tener a su lado:
"Miguel no volverá a poner un pie en ninguna de las casas" (Josefinas).

Ahora se explican las razones que presenta a su sobrino por su poca


ayuda.

Se encuentra desterrada y no puede enviarle dinero, sólo


recomendaciones. La soledad, la falta de cariño en la vida trastorna
psíquicamente al pobre Miguelito.

Con el mismo correo escribía al dueño de la Hacienda, Sr. Don J.


Pérez, recomendando a su Miguelito para que lo hiciera un hombre
honrado y trabajador y un buen católico, porque le decía "es imposible
que una señora pueda formar un hombre".

Sr. Don Miguel Vega.


San Andrés Chalchicomula, junio 7 de 1877

Apreciable Miguelito:

Recibí tu cartita el martes en la tarde, a la vez


dispuso nuestro Padre que me viniese a ésta, y no me fue
posible mandarte lo que me pides, por dos motivos: por
falta de tiempo (pues todo esto fue poco antes de las
cinco), y por falta de dinero; lo que hice en el acto fue
ver a la Sra. Moncada, le supliqué te dedicara al
escritorio para que no olvidaras lo que sabes y tengas
tiempo de seguir estudiando (me supongo Ilevarías tus
libros), me dijo con muy buena voluntad que iba a escribir
al Sr. Pérez, que su fin principal era que tú aprendieras a
llevar las cuentas, que te dedicara al escritorio, que este
señor había escrito y no decía de ti ni una palabra; que la
señora no sabía si por fin tú te habías ido, porque no
recibió un recado que yo le mandé, que el Sr. Don Juan
iba a dar orden para que te dieran silla de la casa, porque
sí debe haber; cuando te la den, ves si falta alguna cosa de
las que me pides para mandártela, porque si te la dan
con todo lo necesario, ¿para qué he de hacer ese gasto?

No me fue posible acomodarte tus cositas, a Jesusita


Montero le supliqué que todo te lo acomodara, Dios
permita haya ido todo bien. Pepa no lo acomodó porque
yo le dije que me previniera todo, que yo lo haría pero
no me alcanzó el tiempo.

Hijito, no olvides mis consejos, sé buen cristiano, si


hay Misa en ésa todos los días, óyela; reza todos los días el
Rosario y serás feliz.
No sé el tiempo que permaneceré en ésta, será según
la voluntad de Dios. Todavía no sé si sigue o no la casa en
ésta.

Pepa está aquí más contenta que en Puebla.

Escríbeme y recibe la bendición y cariño de tu tía que


desea seas un gran santo.

Cesárea Esparza
I.H. de María y de José.

11. UNA FOTOGRAFIA DEDICADA A MIGUELITO

Ciudad: México, D. F.
Fecha: 19 de diciembre de 1880
Archivo: General de Hermanas Josefinas de México,
D.F.

Estas líneas de M. Cesarita a su sobrino van escritas de su puño y


letra en la parte posterior de una fotografía suya, la que aparece en Subir,
entre las páginas 4 y 5. Se trata de la única foto conservada por Zenaida,
hija de Juan Hernández (Justo), que escribe al final a lápiz con cierto
orgullo:

"Mi tía Cesarita murió en el Colegio Josefino que fue su fundadora en


la Calle de San Juan de Letrán. Lo guarda con cariño su sobrina, Zenaida".

El encabezamiento de la dedicatoria -"Miguelito sobrinito querido"-


tan cariñoso, obliga a pensar que el joven, que acaba de cumplir 20 años,
pasaba su gran crisis psicológica, que va culminando hacia límites
lamentables. Sor Pomposa Cataño, que acompaña a la Fundadora presta
la fecha aproximada del internamiento de Miguelito en un sanatorio
psiquiátrico, abril de 1882, cuando se cierra la casa de Puebla.

Se ignora dónde es internado y la fecha exacta de su fallecimiento. Se


supone que ha muerto antes de partir el P. Vilaseca para Roma, 24 de
octubre de 1882, según se deduce de éstas duras palabras del Fundador a
M. Cesarita contra Pepita, la hermana de Miguel a la que el P. Vilaseca
quería enfilar a la fuerza a la Congregación Josefina: "Y Pepa, ¿Qué sucede
con ella? ¡Pobre Pepita! Dile de una vez: que Jesús quiere su corazón y que,
por amar a su hermano con tanta ternura, Dios se lo quitó". Pepita sabía
harto de los sufrimientos de su tía para ingresar en la vida religiosa. De ello
se confirmaría al contemplarla morir abandonada.

"Miguelito, sobrinito querido:

Al ver este retrato recuerda los muchos consejos que te


he dado, el gran cariño que te profeso y el deseo que tengo
de que seas buen católico y buen hermano.

Tu tía, que con el afecto de madre te bendice y te


desea toda felicidad.

Cesárea Esparza

Méjico, diciembre 19 de 1880 a los 51 años 3 meses


23 días".
Gracias a esta pequeña nota a su sobrino se ha conservado una
auténtica fotografía de la M. Cesarita.

12. GRATITUD A SU SOBRINO JUAN

Ciudad: México
Fecha: 16 de mayo de 1882
Archivo: General de las Hermanas Josefinas de
México.

La felicitación de M. Cesarita a su sobrino Juan, hijo mayor de su


hermano Juan Hernández (Justo), está fechada el 16 de mayo de 1882,
martes, y es autógrafa.

Tono tan afectivo se explica por un gran favor que les ha concedido
a la tía y a Pepita Vega. Se lo han pagado obsequiándole con un
velador. Todo obliga a sospechar que las grandes influencias de Juan han
conseguido internar a Miguelito, el hermano de Pepita, en un sanatorio
psiquiátrico y que el mismo Juan se ha encargado, é1 o por otros
conductos, de sufragar los gastos. La alusión a la demencia del sobrino
parece indudable al calificar la desgracia "de una de las pesadumbres más
grandes que hemos tenido en la vida". En pocos documentos se revela
más tierna con su familia la M. esarita que a partir de la muerte de
mamá solo palpa egoísmos entre los suyos:

"Juanito, sobrinito querido:

Recibe esta estampa y velador a nombre de Pepa y


mío como una pequeña prueba de gratitud al servicio
que tan generoso nos prestaste. Siempre y por toda una
eternidad estará grabado en nuestro corazón servicio de
grande valor, que sólo Dios puede pagar como se lo
ruego, especialmente en este día de tu feliz natalicio,
pues tú has sido para nosotras el instrumento que Dios
tomó para nuestro consuelo en una de las
pesadumbres más grandes que hemos tenido en la vida.
En recompensa deseo que seas muy feliz en esta vida,
que Dios te conserve muchos años para que seas el apoyo
de la familia, el báculo de tu amoroso y virtuoso Padre,
el consuelo de Martinita.

Recibe, Juanito los deseos que tengo de explayar


los afectos de gratitud que mi corazón abriga para ti.

Tu tía que te ama

Cesárea Esparza.
México, Mayo 16 de 1882"

13. CARTA A SU SOBRINO JUAN ENVIANDOLE DATOS PARA


UN DISCURSO SOBRE EL P. VILASECA.

Ciudad: México, D. F.
Fecha: 28 de marzo de 1884
Archivo: General de los Misioneros Josefinos de
México.
Fun 02 - MJ. 1884, 271-272

Esta larga carta supone una entrevista con su sobrino Juan, hijo de
Juan Hernández (Justo). De la cultura elevada, más que universitaria, da
testimonio el discurso que M. Cesarita recibe de Juan.

Aquel año bisiesto 1884 el onomástico del P. Vilaseca, San José,


19 de marzo, cae en miércoles de la tercera semana de cuaresma y por
tanto se suspenden los festejos hasta después de Pascua (13 de abril).
Al parecer la velada se celebraría el Domingo in Albis, según la
terminología litúrgica de la época, 20 de abril.
La finalidad de esta idea, de pronunciar un discurso en honor del P.
Vilaseca era celebrar sus grandes triunfos como apóstol y evangelizador y
agradecerle en el alma tantos beneficios, a pesar de haberla destituido dos
veces del supremo cargo de Superiora General (marzo 1877 y octubre de
1883).

Se sospecha que busca una linda pluma que con bellas expresiones le
diga al P.Vilaseca su gratitud, puesto que ella, tan dada a la pluma, reconoce
sus fallas. Bien sabe ella, conocedora de su próximo fin, que no pronunciará
el discurso, pero sería un documento impresionante de sus magnánimas
disposiciones hacia su padre, su director, su bienhechor y fundador.

Su librito, Nuestro Tesoro de Apuntes, concluido el 12 de octubre de


1882, fiesta de la Virgen del Pilar, empieza con una breve biografía
laudatoria del P.Vilaseca, de la cual copia para aquí algunos párrafos al pie
de la letra. Al no corregir nada el P. Vilaseca se deduce que los datos
aportados sobre su curriculum vitae son exactos. En Nuestro Tesoro de
Apuntes el Fundador los perfecciona y hasta añade algunos párrafos.

"DIOS ME VE"

Recado Suplicatorio.

Juanito, apreciable sobrinito:

Te mando en éste los apuntes para el discurso que tan bondadoso me


vas a hacer para felicitar a nuestro Padre, el Sr. Pbro. Don José Ma.
Vilaseca, suplicándote que nadie los vea y cuando hagas el discurso me
vuelves este apunte.

Deseo que en el discurso describas la biografía de nuestro Padre.


Para esto te pongo los apuntes que puedo reunir. Deseo, Juanito, escribir
un libro de fechas memorables y del discurso, que tú me vas a hacer el
favor de escribir, tomas algunas cosas, porque ya sabes que soy mucho
muy tonta, muy estúpida, que apenas tengo sentido común, que poco me
falta para ser idiota.

También deseo que se conserve éste en el clerical y en esta Casa


Central aunque esté larguito. Al fin que no se lo he de decir. Lo necesito
para el fin de la semana de Pascua. La paga ya sabes que Dios te la da,
que tu tía, aunque tan tibia y miserable, ruega mucho a Dios por ti.

El 20 de enero de 1831 en el reino de España nació nuestro muy


respetable Padre ¡Oh feliz día que siempre hemos de celebrar con alegría!
Nació no en un soberbio palacio adornado con lujosas cortinas y grandes
estatuas, sino en una casa de modesta arquitectua. Su padre se llamó
Jaime Vilaseca y su madre Francisca Aguilera, tuvo dos hermanas las que
murieron y un hermano Antonio Vilaseca, está en la Habana, está
encargado del Banco y es Ingeniero, es rico. La Divina Providencia marcó
a nuestro Padre con el sello de la predestinación. Su virtud es singular no
creas que sólo es juicio mío, sino de personas capaces de calificar. ¡Ah! Qué
feliz fuera yo si pudiera darte los apuntes como deseo para hacerte saber
por ellos todos y cada uno de sus pasos desde muy niño: ya acerca de su
educación, ya acerca de sus sentimientos y adelantos intelectuales, lo
mismo que de las virtudes, (de las) que daría, no hay duda, un raro y sin
igual ejemplo como hoy lo da. Su tierno corazón fue formado en un
establecimiento católico y sus padres fueron de gran virtud.

El año de 1846, por disposición de su papá, comenzó nuestro Padre a


estudiar matemáticas y a dedicarse al dibujo, a la vez la Divina
Providencia tomó por instrumento (a) un joven amigo suyo, para
despertarle fuertemente el deseo de consagrarse al servicio de Dios y
apartar su corazón de las cosas mundanas. Pensó que, para esto, el estado
más conveniente es el de sacerdote. Con el permiso de sus buenos padres
se presentó a la Congregación de San Vicente de Paúl el día 2 de abril de
1849. Los Superiores lo mandaron a ésta República, llegó el día 12 de
marzo de 1853. Vistió la sotana de Misionero el 2 de abril de 1853. En
diciembre de 1857 recibió las sagradas órdenes y rezó su primera misa en
la Iglesia del Espíritu Santo. Ha sido fiel imitador de San Vicente. Su
caridad es verdaderamente evangélica, ha sido muy trabajador. Dirigía y
confesaba a las Hermanas de la Caridad de todos los hospitales, fue
director general de las Hijas de María, a la vez escribió mucho, ha
publicado algunas obras en una época (en) que por la Revolución no
podía salir a Misiones, fue capellán del Hospital de San Andrés y de San
Juan de Dios. En julio de 1871, dio principio a la publicación de El
Propagador a la devoción de N.P.S.S. José, con el fin de poner un Colegio
Clerical y se ha extendido la devoción por toda la República Mexicana.
Hay 7,250 suscritores, de (El) Sacerdocio Católico, 18,104 asociados. Esto
lo ha hecho venciendo dificultades y sufriendo contradicción, pero su
constancia y firmeza es digna de elogio. El día 19 de septiembre de 1872
dio principio al Colegio Clerical en la calle del Montón Nº. 3, con 12
niños, entre ellos Miguelito. (Si lo tienes a bien dices algo de esto,
bendiciendo a Dios porque lo sacó de este mundo y que si en el colegio no
perseveró fue por falta de vocación, si no lo juzgas conveniente nada
dices). El 22 del mismo mes de septiembre, dimos los dos principio a
fundar los colegios josefinos. Hemos fundado doce, han fracasado siete
por falta de recursos unos y otros por cosas que no faltan. (Ha escrito
para nuestro uso unas obritas: una es de Meditaciones para los días de
ejercicios anuales y días de retiro de cada mes. Otra de Meditaciones
diarias. Otro tratadito de la Humildad que se llama Libro de Oro. Otro de
instrucción para la dirección de los colegios. El año de 1877, en el mes de
enero, día 25 se separó de la Congregación de Misioneros de San Vicente
de Paúl y siguió en la Congregación de Misioneros Josefinos. El mismo
año fundó un Colegio Preparatorio y más escuelas Josefinas de niñas. El
19 de octubre de 1878 dio principio nuestro Padre a las Misiones
Josefinas con muy buenos resultados en todos los tres años que ha salido.
El año de 1879 fundó un Colegio Clerical en Puebla (este fracasó) y en
1880 otro en Huichapan. Fue a Roma a visitar a el Sr. Pío Nono el año de
1874 y a visitar al Sr. León XIII el año de 1882.

Deseo, si lo tienes a bien, hacer memoria que el día 16 de octubre del


año pasado por mis enfermedades, puso nuestro Padre otra persona que
dirija las casas, esto me ha sido mucho muy sensible a la vez manifestar
mucha conformidad para edificación de las Josefinas.

Dispensa lo mal escrito de éste, recibe el cariño que te profesa tu tía.

Cesárea Esparza

Marzo 28 de 1884.
Juanito, quedas en libertad de tomar de estos apuntes lo que gustes,
si te parece no nombres a las hermanas o familia. Te mando ese
"Propagador" para que leas el párrafo tres de "El Sacerdocio". Fundación
del Clerical, página 101, por si te fuese útil. El Clerical pasó del Callejón
del Montón a la Concepción el año de 187. Si deseas saber alguna otra
cosa y se te ofrece una duda vienes a la hora que gustes.

Para muchos esta carta será una revelación de los


sentimientos familiares y de una admirable sencillez. Harto
la deben conocer en casa de su hermano para desechar
esos epítetos falsos acerca de su pobreza y nulidad.
INTRODUCCION A LOS ULTIMOS APUNTES ESPIRITUALES
1883 - 1884

1. El Cuaderno y su título definitivo

Los "Últimos Apuntes Espirituales" están formados por 31 páginas


de un cuaderno que alcanza las 46. Se trata de un cuaderno para
recoger los Apuntes Espirituales de M. Cesarita. A partir de la página 32
comienza otro librito, el último, de la M. Cesarita al que ha titulado
"Ejercicio del más acendrado amor a mi Padre Señor San José".
Termina en la página 43 y es el Borrador del definitivo que escribe en
otro cuaderno similar. Termina este cuadereno (páginas 44-46) con un
Ofrecimiento (de obras). Hay que notar que está paginado posteriormente a
lápiz. Las dos primeras páginas están vacías y sin paginar. La tercera
página - aunque escrita - aparece sin paginar, por eso el cuaderno
consta de 45 páginas, en vez de las 48 de que consta.

Las partes riman con la pobreza del cuaderno. Ya se advierte


que la M. Antonia Corral no gasta un centavo para la M. Cesarita.
Semeja a los cuadernitos que vendían en el Colegio a las alumnas para
la escritura y la gramática. Las páginas están lineadas y tienen 20 líneas.
En la portada ha escrito el P. Vilaseca en forma vertical: "1884" y en la
parte inferior este título: "Ultimas resoluciones de Ntra. Vble. Madre
para prepararse a morir bien y que comenzó desde Octubre de 1883".
Los editores de la única edición aparecida en México en 1989 le conceden
dimidiando el mismo título4.

No aparece acertado el título. El contenido es quintuple: 1)


Resoluciones del 24 de octubre de 1883; 2) Consejos de mi Santo Padre (el
P. Vilaseca); 3) Resoluciones del 26 de Noviembre de 1883; 4) Oración
para ofrecer las obras del día; y 5) Setenta actos de humildad.

4
"Ultimas Resoluciones de Ntra. Vble. Madre para prepararse a morir
bien". En O
75.
Por tanto, no todo el contenido son Resoluciones. El cuaderno
abarca otras varias piezas del espíritu de M. Cesarita. Tampoco las
Ultimas Resoluciones miran directamente a prepararse para la muerte,
sino que son consecuencias de la gran Resolución tomada el 13 de
octubre de 1883, día comenzado ya destituida de Superiora General.
Este gran don de humillación se merecía una vida entregada totalmente
a Dios en la contemplación.

Sorprenden al lector estas palabras autógrafas del P. Vilaseca:

"Pocos días antes de morir acabó de escribir estas


resoluciones
por mandato de su confesor y director.
José María Vilaseca", firmado.

Se ignora hoy cuándo empieza la Fundadora a escribir el que resultó


Borrador del librito josefino titulado: “Ejercicio del más Acendrado Amor a
mi Padre Señor San José”. Su texto definitivo lo fecha el 31 de marzo de
l884. Por lo mismo el texto definitivo sí que es escrito veinticuatro días
antes de morir, es decir pocos días antes, no este cuaderno, cuyo último
Apunte lo fecha el 1 de marzo de l884, 54 días antes de volar al cielo.

Cabe dudar de que el P. Vilaseca le ordenara escribir el presente


cuaderno. Era, más bien, una costumbre inveterada de M. Cesarita.

De habérselo ordenado escribir el P. Vilaseca, lo hubiera anotado,


como en el caso de la Autobiografía .5

Uno de los innegables méritos de estos Apuntes es la espontaneidad.


Han brotado naturalmente de su corazón y de su espíritu sin presión
alguna, sin mandato de nadie.

2. POR HABER SIDO DESTITUIDA DE SUPERIORA GENERAL

5
2. Cf Aut. 1-2. En O 23. Aut. 65 - 66. En O 35
Para poder entender este cuaderno que titulamos "Ultimos
Apuntes Espirituales" hay que saber la historia de la segunda destitución de
M. Cesarita de su cargo supremo de Superiora General. Todo sucede en
la Casa Central de México.

El hecho se venía gestando unas semanas antes. A la M. Cesarita le


promete el Fundador una coadjutora o Vicaria de manera que ésta se
encargaba del régimen externo y aquélla del interno y de todo lo
referente al personal y a la formación. Pero la M.Antonia Corral (1843 -
1913) quiso el poder absoluto sabedora de que el P. Vilaseca le hacía
mucho caso a ella.

Cuando la noche del 12 de octubre entran a cenar en el comedor la


M. Antonia se adelanta a la M. Cesarita y ocupa el puesto de ésta y entona
el “Benedicite". Todas se quedan de piedra. Era la toma de posesión sin un
decreto, sin la presentación del P. Vilaseca, sin una circular informando a
la Congregación. A la M. Antonia Corral le corría prisa. Lo peor de todo:
que el Fundador no sólo no da una explicación sino que lo consiente con
su silencio.

Mas la M. Cesarita no era una cofundadora, sino una Fundadora en


el sentido teológico más estricto. Lo sabía el P. Vilaseca que había leído
el relato autobiográfico 6 después de oírselo a ella repetidas veces,
carisma que se lo reconocerá sólo y siempre después de muerta. Para la
M. Cesarita resulta un golpe insufrible no por el cargo, sino por las
tremendas consecuencias para la Congregación. El P. Vilaseca se había
extralimitado en sus derechos. Le escribió con toda verdad:

"Lo que me puede sobre todo (es) ver que se me quitó un


derecho que Dios me había dado y sin haber motivo no más
que por una preocupación" 7.

6
Aut. 53-60. En O 33 - 34.
7
M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 22 noviembre 1883.
Cartas 427.
Se refiere a su enfermedad compatible con su cargo ayudada de una
Vicaria. De hecho la Madre no guarda cama hasta el 20 de abril de 1884,
cuatro días escasos antes de morir. La manera de realizar el relevo y el
enorme esfuerzo mantenido por el P. Vilaseca para ocultar y desfigurar a
su antojo aquellos hechos obligan a sospechar motivos poco confiables 8.

La gran crisis, la suprema crisis de M. Cesarita -tan- entroncada con


la más pura noche espiritual sanjuanista - la toma con una calma interior
pasmosa, aunque la tormenta aparezca alguna vez en la superficie.
Decide no quitar la hierba bajo los pies de la M. Antonia Corral, no
formar un grupo de presión, no buscar amigas en quienes desahogar su
hiel escuchando su versión, sus críticas y buscando apoyos para emprender
represalias y cumplir al pie de la letra la doctrina de Jesús de orar,
perdonar, pedir perdón, dar toda la capa, andar los mil pasos con las
contrarias.

Pide y le dan un cuartito junto a la capilla para abismarse en la


contemplación:

"Pido permiso a nuestro Padre para vivir en el cuartito y


en el oratorio como si no existiera, pues me dijo que no
tenía más -ocupación que la santificación de mi alma 9.

En este cuaderno para sus Apuntes Espirituales va a escribir cuanto


necesita recordar para su vida enteramente contemplativa, ambientada toda
y siempre dentro del carisma josefino. Como fondo hay que escuchar la
célebre frase de M. Cesarita catalogando esta prueba: "Mi buen Dios me
dio el azote y le dolió la mano" 10.

3. LAS PRIMERAS RESOLUCIONES-.


23 octubre 1883
8
Léanse con detención: Al Estilo, 313-336; Subir, 1339 - 1380.
9
M. Cesarita a Sor Sixta Buitrón. México, 21 octubre 1883. Cartas
411.
10
M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 26 octubre 1883. Cartas
419.
Las Primeras Resoluciones de 23 de octubre de 1883, un
miércoles de feria, saltan como un blanco y luminoso surtidor en la
noche. Dios le está derramando su Espíritu Santo calladamente
mirándola como Madre, Maestra y Modelo para las Josefinas. Debería
trepar por las cumbres más empinadas del carisma josefino hasta
cantar victoria en la cresta más alta. Lo mismo que su Cristo humillado en
el Calvario. La importancia de estas páginas se revela aquí de una
manera sencilla. Nada de éxtasis, revelaciones y profecías. Como
cualquier escalador sube paso a paso con los instrumentos normales y
ordinarios desconociendo los extraordinarios. El carisma josefino los orilla
y conoce la sencillez más pura 11.

Es ahora cuando la M. Cesarita conoce por experiencia el


contenido de aquella estrofa, a primera vista repleta de simpleza, donde
Santa Teresa descubría la infinitud de Dios,capaz de colmar la finitud del
espíritu del hombre:

"Quien a Dios tiene,


Nada le falta.
Só1o Dios basta".

M. Cesarita la traducía para sí estos pobres versos en estas breves


frases:

"Só1o Dios en mis pensamientos.


Só1o Dios en mi espíritu.
Só1o Dios en mi corazón.
Só1o Dios en mis palabras
y en mis acciones" 12.

11
Cf. Subir, 1389-1400; Al Estilo, 362-370.
12
Últimos, p.4. En 0 78.
Para alcanzar tanta soledad con Dios y en Dios traza las primeras
resoluciones y todo el contenido de estos Ultimos Apuntes Espirituales.

4. CONSEJOS DE MI SANTO PADRE

El Apunte siguiente, sin fecha, es anterior al 26 de noviembre,


fiesta de los Desposorios de San José con la Virgen, puesto que el P.
Vilaseca la exhorta en el confesonario a sacar fruto de tal festividad.

Aunque el Fundador la exhorta a recibir su consulta a las Josefinas


o el Padre ignora la reacción contraria de la M. Antonia Corral o le
aconseja esta práctica para consolarla vanamente sabiendo la conducta de la
sucesora:

"Que la que quiera saludarme lo haré con sumo


gusto, pero que se vayan luego; que cuando quieran que les
dé un consejo o comunicarme algo de su espíritu que con
sumo gusto las oiré y con la gracia de Dios las aconsejaré,
pero que antes le avisen a Antonia"13.

La M. Cesarita no lanza una palabra menos culta, educada o


caritativa contra el P. Vilaseca ni contra la M. Antonia ni contra sus
partidarias, aunque la conducta del Padre para con ella deja mucho que
desear. Todo lo entiende desde Dios 14 . La mayor parte de esos consejos
no podían ayudarla a volar por las alturas "Dios y yo" 15.

5. RESOLUCIONES DEL 26 DE NOVIEMBRE DE 1883


13
M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 26 octubre 1883. Cartas
420.
14
Cf M. Cesarita al P. Vilaseca, Colegio Josefino, 23 octubre 1883.
Cartas 415.
15
M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 26 octubre 1883.
Cartas, 420.
Conocen un fondo muy penoso. La M. Cesarita había planeado
coronar a San José ese día, festividad de sus Desposorios. Aquellas
ilusiones no podían ser realidad. No consentiría la M. Antonia ver a la M.
Cesarita constituirse un modelo de devoción a San José y dando a sus
hijas un crucifijo para recuerdo de su gobierno. La M. Antonia ansiaba
borrar toda huella material, moral y espiritual de su antecesora. La carta
de la Fundadora ponía al Fundador entre la espada y la pared. La negativa
hizo caer las escamas de los ojos de la M. Cesarita que le escribía:

"Postrada a sus pies humildemente pido una gracia, bien


conozco que no merezco gracias ni que mi santo Padre me
reconozca por su hija, pero soy; ni merezco que Jesús,
María y José me cocedan gracias y me las están haciendo en
abundancia de distintos modos, para confusión mía y gloria
suya. En prueba de gratitud y para que me concedan dos
gracias que pido: me permita coronar a Nuestro Padre Sr. S.
José y al Niño y a mi tierna Madre; yo pido limosna para
todos los gastos. Usted Padre mío, me da licencia de todo lo
que le voy a decir, y con sus venerables manos les pone la
corona y predica.

Licencias
Que me dé permiso para pedir limosna para las
coronas, vestidos y gastos. Que la coronación sea el día de
los Desposorios, día 25 del que entra, de hoy en un mes.
Que las niñas canten la Misa. Que las josefinas chiquitas se
vistan de blanco, con sus estandartes. Que a mis hijas les
conceda usted la gracia de usar la cruz para dormir con ella
abrazada como yo tengo esa dicha hace siete años, que
usted las bendiga para dárselas yo por último, para que se
acuerden de mí con mi buen Dios, pues es día de gracias.
Espero de su caridad una contestación favorable y su
bendición 16

Esta negativa, que la simpleza de la Fundadora no esperaba, no


muda su preparación espiritual e inventa una coronación en los cielos, no
en la tierra.

Serena, como las montañas elevadas, hace una coronación muy original
y mucho más agradable para San José y más meritoria. Sería el Padre
Eterno, no el P. Vilaseca, quien pusiera en las sienes del Esposo de María la
corona de perlas preciosas elaborada por tanto sufrimiento y tantísimos
actos de virtud. La serenidad, la prudencia, la caridad, y hasta el ingenio
de M. Cesarita sobresalen con todo esplendor.

6. ORACION PARA OFRECER LAS OBRAS DEL DIA

Se mueve M. Cesarita a escribir esta preciosa oración, repleta de


sentido eclesial sencilla como quiere Jesús en su Evangelio y
desbordando la más profunda teología- por las exhortaciones verbales
que el P. José Antonio Plancarte (1831-1898) le dirige en la entrevista
que mantiene con é1 en noviembre de 1883 sin haber pedido licencia al
P. Vilaseca 17. Este, a través del epistolario conservado, omite o no
subraya el tema apostólico.

16
M. Cesarita al P. Vilaseca. México, 25 octubre 1883. Cartas 416-
417. Cf M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 26 octubre
1883. Cartas 419.
17
Cf M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 2 noviembre 1883.
Cartas 424.
Para M. Cesarita el Ofrecimiento de Obras era algo cotidiano
siguiendo las directrices de las Reglas que ordenaban hacer "el ejercicio
del cristiano" 18. Se ignora cuando escribe otra "Oración para ofrecer las
obras del día por la salvación de las almas" 19. Su inquietud apostólica y
eclesial no era nueva sino inveterada en ella como Josefina y
Fundadora.

Se advierte en la Oración de 1883 - 84 - está escrita entre dos


documentos fechados en esos dos años - una mayor extension y una
atención especial: 1) a su presentación ante la Santísima Trinidad más
humilde, completa y respetuosa; 2) un detenimiento más buscado con
José , María y Jesús al unir, con los méritos de los Tres, los suyos tan
minúsculos y pobres; 3) una oración más larga para su Padre Vilaseca y
la Congregación Josefina; 4) una súplica ardiente al Espíritu Santo para
que le conceda su amor grande y verdadero a Jesús, María y José, súplica
ignorada en la primera Oración; 5) una atención más completa para las
necesidades de su sobrina Pepita; 6) en cambio, la referencia a la
Sagrada Comunión es más incisiva en la primera que en esta última.:
"Porque me concedas la gracia de recibir la Sagrada Comunión todos los
días, porque no me nieguen su santa y adorable presencia Jesús,
María y José, porque sin esta gracia yo perezco a la fuerza de las
tentaciones"20.

La idea que, como lazo de oro, unifica todos los ángulos de


esta Oración, es la vida meritoria de José, de María y de Jesús con su
corazón. Nadie más, ni mejor que las tres personas citadas han vivido en
esta tierra consagradas al Padre y mereciendo por los hombres. Só1o
anegando todas sus acciones físicas, mentales, afectivas y espirituales en
el océano infinito, que forman los tres, las obras de Cesarita lograrán
efectividad eclesial.

Lo más original es la mención de San José. Pocos santos y contados


fundadores han valorado tanto los méritos del padre legal de Jesús como la
M. Cesarita,que expe rimenta, poco a poco, el poder y el amor de su
paternidad a partir, sobre todo, del día en que consigue su presencia para

18
Reglas, c.3, n.1, p.11.
19
Publicado en Cartas 52-53.
20
Ibídem, 53.
sus Desposorios con el Niño Dios21 Esta experiencia josefina del Santo
Patriarca debe ser conocida en la historia de la Josefología. Por lo demás,
esta oración redactada el último año de su vida es un complemento de la
primera. Se publica íntegramente según el original conservado en el
Archivo General de las Hermanas Josefinas de México.

7. SETENTA ACTOS DE HUMILDAD

A partir del día en que amanece destituida, 13 de octubre de


1883, de su cargo de Superiora General la M. Cesarita se esfuerza en
copiar más continua y perfectamente a su Cristo humillado. Lleva esa
ilusión sellada y escrita en su alma. Ahora puede lanzarse, entre tanto
dolor, a realizar el sueño de su vida.

Ya en la Resolución segunda del 24 de octubre de 1883 detalla la


manera de emplear todo su día consciente en humillarse personalmente y
en abrazar- a corazón abierto- las humillaciones de su querido y santo P.
Vilaseca, de su venerada M. Antonia Corral y de alguna Josefina
despistada y pesada al lado de la nueva Superiora General:

"Tomando del Libro de Oro setenta actos para


hacer uno a cada cuarto de hora, los que escribiré en pocas
palabras"22.

Más completamente resolvía el 26 de noviembre del mismo año:

"Tomaré del Libro de Oro setenta actos de humildad, uno


por ada cuarto de hora, desde a las tres y cuarto hasta las
ocho y media (de la noche) los que escribiré en éste
(cuaderno) en pocas palabras y cada hora veré las que debo
hacer"23 .
21
"Avivé la fe que mi Madre Santisima y mi Padre Señor San José
eran mis padrinos, como tanto se lo había suplicado" (Aut. 20. En
O 27).
22
Resoluciones del 24 de octubre 1883. En Ultimas, 4. En O 78.
23
Resoluciones del 26 de noviembre 1883. En Ultimas, 17. En O 84.
El Libro de Oro había sido publicado por el P. Vilaseca en 187624
En é1 consigue recoger como una pequeña antología de la humildad
desde la ascética, la teología y la praxis de su tiempo. Para la M.
Cesarita fue un vademecum en su vida. Lo estudia meticulosamente y lo
va a extractar de una manera ingeniosa y, como promete, con contadas
palabras. Su ejemplar lo ha cruzado y subrayado a placer. Escribe al P.
Vilaseca:

"Leo con atención el Libro de Oro (estoy cierta que ninguna de sus
hijas lo ha leído como yo) . Hago setenta actos todos los días, muchas
veces con la atención y afecto posible convenciéndome que aquella
consideración es la verdad. Los tengo escritos como usted los vio, en
pocas palabras; pero en el Librito de Oro están anotados los párrafos de
donde los saqué y todos los días leo uno" 25.

Parece aludir a esta copia cuando se los muestra a su Director.


Hoy será difícil saber de qué párrafo y página ha entresacado la
Fundadora cada una de esas frases y de esas prácticas. Baste saber que
ha sido el Libro de Oro vilasecano la fuente principal, aunque no la
única.

Estos setenta actos llevan una finalidad muy práctica. La realidad


de la M. Cesarita se parece un poquito a la de Jesús en Getsemaní que
siente la debilidad de la naturaleza humana y siente unas experiencias
psicológicas y somáiticas tan encontradas que hasta suda sangre:

"y sumido en su agonía insistia más en su oración. Su sudor se hizo


como gotas espesas de sangre que caían en tierra" (Lc 22,44).

En M. Cesarita la lucha es casi enteramente espiritual. Ella se expresa


con deta lle, lo cual dispensa los comentarios:

24
Cf VILASECA JOSE MARIA: El Libro de Oro para las Hijas de María y
de José.
México.1876. 177 paginitas.
25
M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 1 diciembre 1883. Cartas 429-430.
"A más leo otros libros que tratan de tan preciosa
virtud-la humildad-y la medito. Me vienen muy bonitos
pensamientos y ha habido vez que con afecto le he pedido a
Dios humillaciones.

Pero, cuando veo lo que usted me hace sufrir, me


viene multitud de pensamientos de soberbia que me
desgarran, me quitan la tranquilidad y el tiempo en las
cosas espirituales. Me vien un pensamiento y me pongo a
rezar jaculatorias y se va; por esto he sido constante que no
he faltado ni un día. Hay momentos (en) que no atiendo a
las jaculatorias, sino a los desgarradores pensamientos, y
cuando parece estoy tranquila siento la opresión de espíritu
y la tentación del sentimiento. Como no es uno sólo sino
muchos los motivos que tengo, el combate es muy fuerte.

Padre mío, hágame usted la caridad de hacer por mí


oración y penitencia para que me sea concedida la gracia de
la virtud de la humildad.
También le suplico muy encarecidamente no piense
usted que yo tengo algún aspirantismo, porque Dios ve que
no lo tengo, de lo que le doy gracias. Usted de esto algún
día se convencerá y con sinceridad digo a usted que mejor
quiero humillaciones que no cargos. El motivo principal de
mis sufrimientos usted no lo comprende, ni yo se lo puedo
explicar."26.

Sólo falta subrayar la originalidad de este sistema para llegar una


mujer hasta el mismísimo fondo y las verdaderas raices de la soberbia
original que dejó envuelta, sembrada y arrojada a la naturaleza humana.
El caso de M. Cesarita - luchando, abrazando, perdonando, orando, dando
gracias, pidiendo perdón y perdonando- puede ser único o de los contados
en la historia de la Espiritualidad.

26
Ibídem, 430
El Texto original ocupa nueve páginas publicadas sólo una vez
hasta hoy 27.Se publica al pie de la letra y se dejan las siglas y abreviaturas
que la autora escribe, difíciles de clarificar a través del Libro de Oro.

8. ESTA EDICION

Se conserva la paginación del cuaderno sin atender a la paginación


puesta en é1 a lápiz, puesto que se olvidó numerar la primera página
escrita.

Se corrigen las frecuentes faltas de ortografía y se perfecciona la


puntuación incluidos los acentos.

Cada parte del Cuadernito lleva una sencilla introducción, pero


puestas seguidas en esta Introducción General, de modo que las cinco
piezas del cuadernito se transcriben todas seguidas.

Texto de Ultimos Apuntes Espírituales 1883-1884

DIOS ME VE

Resoluciones tomadas a los pies de Jesús, María y José, el 24 de


octubre de 1883, a los doce días de haberme concedido gracias muy
grandes,28 mi buen Dios, por un efecto de su misericordia. A honra y

27
Publicado en O 86-91
28
"Padre mío, repito que este Beneficio tan grande viene
acompañado de un conjunto de beneficios que solo yo comprendo
y, tal vez, ni yo"(M. Cesarita al P. Vilaseca.- Casa Central, 20
octubre 1883. Cartas 409).
gloria de Jesús, María y José y para la salvación de mi alma, como
única ocupación que tengo.29

Estas resoluciones son hijas de la tribulación y de las gracias


recibidas el día 13 del mes presente y fruto de las preciosas meditaciones
que mi santo Padre escribió en nuestro favor, comunicándole para el
efecto la Santísima Trinidad luces y gracias especiales por intercesión de
nuestro amado P.S.S. José.

Las comenzó a escribir el día 21 de Abril de 1883 a bordo del vapor


Ville de Burdeaux,30 al volver de Roma, y las terminó el día de la
Ascensión del Señor, 3 de mayo, en el mismo punto de Ville de
Bordeaux.31.Estas preciosas meditaciones, tratan del camino que conduce a
la Contemplación, y aún a la admirable unión con Dios.32.

No pensó mi santo Padre, que muy pronto tenía necesidad de


disponer que su indigna primogénita hija, se dedicara a estas

29
"Pedí permiso a nuestro padre para vivir en el cuartito y en el
oratorio como si no existiera, pues me dijo que no tenía más
ocupación que la santificación de mi alma"(M. Cesarita a Sor
Sixta Buitrón. México, 21 octubre 1883. Cartas 411).
30
M. Cesarita escribe "Bordeaus". Aquí copia a su manera parte
del prólogo vilasecano a estas Meditaciones: "Hoy, 21 de abril de
1883, a bordo del vapor Ville de Bordeaux damos principio a un
conjunto de meditaciones un venturoso camino que os conduzca a
la contemplación y a la dulcísima oración de la “Unión con Dios"
Después publicó el P.Vilaseca estas Meditaciones que M. Cesarita
lee en el texto autógrafo vilasecano (Cf VILASECA JOSE MARIA:
Meditaciones Diarias para uso de Hijas de María del
Señor San José. México. 1883. Tomo II, p. 383).
31
El P. Vilaseca escribía en la Conclusión: "Hoy, que la Iglesia
celebra la gran fiesta de la Ascensión de Jesucristo Señor Nuestro
a los cielos, a bordo todavía del vapor Ville de Bordeaux y casi
frente a Saint Thomas."(Vilaseca, o.c., p. 433). La M. Cesarita
escribía mal el francés: Villa de Bordeaus.
32
El P. Vilaseca poseía ideas propias sobre la Unión con Dios que años
después publicaría en su "Tratado sobre la Oración". México,1890.
Lo expuso en las Constituciones de los Josefinos de 1882. Todo este
bello problema queda expuesto en Sígueme,190-221.
33
meditaciones y que una preocupación dio lugar a darle tiempo para
hacerlas
El día 14 víspera de Santa Teresa de Jesús me dijo 34: trae el
.

libro de las Meditaciones; dispuso leyese el prólogo y el índice y me indicó


las que debía de meditar. No tiene mi santo Padre una idea de lo que en el
espíritu de su pobre, miserable e indigna hija, ha pasado con la 1a., 2a., 3a.,
4a., 5a., 8a., 12, 13, 25 y 26 35 .

Miserable de mí, por mí misma no puedo tener un buen


pensamiento, 36. lo que tengo es espíritu de destruir todas las gracias de
Dios, pues solo por su bondad me ha fortalecido en mi tribulación y
me ha comunicado muchos pensamientos buenos, afectos, deseos,
resoluciones, como se verá, porque por el fruto conoceréis el árbol 37.

Si la misericordia de Dios nuestro Señor me da su gracia, para


resistir las fuertes tentaciones de que estoy combatida y para desechar
los pensamientos que el amor propio me presenta, y si no me comunica
esta gracia en castigo de mis pecados, todos los buenos pensamientos y
resoluciones serán estériles y de gravísima responsabilidad. Por lo que
suplico a Jesús, María y José, con la humildad posible, me sea quitada
la vida, antes que tener esta desgracia 38.

33
Borra “dedicarme a”
34
El P: Vilaseca.
35
Señalamos el título de estas Meditaciones: 1ª) "Breve camino que conduce a Dios"
(Cf VILASECA, o.c., pp. 385-386); 2ª) "Cuán natural es la contemplación al alma
que se da a Dios"(Ibídem, 386-387); 3ª) "Sobre la contemplación" (Ibídem, 388-389);
4ª)"Sobre otros grados de contemplación" (Ibidem, 389-390); 5ª) "Cómo en Dios no
hay excepción de personas" (Ibídem, 390-391); 8a) "Presencia de Dios" (Ibídem, 394-
395);122) "Cómo nos viene autorizada la oración de
jaculatorias"(Ibídem, 393-400); 13ª) "Práctica de la oración de
jaculatorias" (Ibídem, 400-402); 25ª) "Jaculatorias sobre la Pasión y
Muerte de Jesús" (Ibídem, 416-417); 26ª) "Jaculatorias sobre la
Virgen y José" (Ibídem, 417-418).
36
Alusión a I Cor 12,3.
37
Alusión a Mt 12,33.
38
Emociona el sentimiento de vacío que siente y la esperanza
puesta en el poder y en la bondad de Dios.
la. Resolución, como fruto de la confesión, no cometer ni una falta
leve con advertencia y poner en práctica los consejos de mi santo Padre 39.

2a. Resolución como fruto de la Sagrada Comunión guardar lo


mejor que pueda las Santas Reglas y un profundo silencio, de modo
que pueda contar en la noche, cuando hago el examen, las palabras que
he dicho en el día 40.

3a. Resolución, fruto de la oración, humildad, no solo humillándome


en la presencia de Dios y en la oración, sino tomando del Libro de
Oro, setenta actos para hacer uno a cada cuarto de hora, los que
escribiré en pocas palabras 41.

4a. Resolución, por virtud práctica, la unión con Dios. Sólo Dios en
mis pensamientos. Sólo Dios en mi espíritu. Sólo Dios en mi corazón.
Sólo Dios en mis palabras y en mis acciones. Para que esta resolución
sea puesta en práctica, tomo cuatro medios 42.

ler. Medio, de oración de jaculatorias haciendo a cada cuarto de hora


seis con el afecto posible; un acto de contrición, una Comunión Espiritual,
la jaculatoria viva Jesús, María y José, como manda la Santa Regla, un
acto de amor, otro de humildad43 . y una de las jaculatorias que mi buen
39
Resolución, palabra empleada aquí en sentido de decisión o
solución a sus dificultades actuales. La primera manifiesta el
estado elevado espiritual en que permanece: ni una falta leve.
Luego la aceptación de su destitución es eminentemente cristiana.
40
Silencio de calidad contemplativa que evita las criticas y los grupos
de oposición.
41
El P. Vilaseca había publicado "El Libro de Oro para las Hijas de
María y de José".
México 1876. 177 pp. Era el manual de la humildad, propia de la
josefina. Este
propósito lo cumple mas adelante.
42
Esta es la gran resolución o solución a su noche espiritual. Sólo
Dios. Dios inundando sus potencias todas hasta sus palabras. Se
la nota a M. Cesarita en plena contemplación.
43
M. Cesarita tiende a cumplir las Reglas radicalmente: "Procurarán
la práctica del uso de jaculatorias con amorosa frecuencia" (Reglas,
c.2, n.9, p.8). Mandaban las Reglas que la comunión espiritual se
hiciera por la Josefina de un año de vocación cada cuarto de hora y
a medida que pasan los años con más frecuencia" (Ibídem, c.3, n.
Jesús dirigió a su Eterno Padre en su pasión. 44 . Una hora pondré mi
espíritu en manos de mi P. S. S. José, y otra en manos de mi Madre
Santísima procurando estar lo más que pueda unida al Sagrado
Corazón de Jesús. Como en una hora son 24 jaculatorias, en diez y siete
horas y media contadas desde a las tres y media de la mañana, hasta las
nueve de la noche, son cuatrocientas veinte.45 .

2o. Medio, estar lo más que pueda sola en el Oratorio y en la pieza


que ocupo, lo muy preciso en el recibidor.

3er. Medio, desprender mi corazón del afecto a las criaturas.

4o. Medio, mucha desconfianza de mí misma, y mucha confianza en


Dios y en Jesús, María y José.

5a. Resolución, en prueba de gratitud a los muchos beneficios que


desde el día 13 he recibido,46. en especial el de la humillación. Propongo
con la gracia de Dios (pues yo nada puedo), 47. cuando venga la
enfermedad 48. abrazarme de ella con grande afecto. Entonces no
podré cumplir todas las resoluciones ni la distribución de tiempo, haré lo
que pueda y procuraré estar en la presencia de Dios sin cansar la débil

3. p. 12). La jaculatoria "Viva Jesús, María y José" la ordenan (Cf


Ibídem, c.3, n.4, p. 13; n. 7, p. 13; n. 12, p. 15). La oración de
jaculatorias la hacía desde su desposorio con el Niño Dios, 12
octubre 1848 (Cf Aut. 22. En 0 27). En el Hospital de San Andrés
(abril 1871- 22 septiembre 1872) lleva esta práctica (Aut. - 49-50.
En 0 32).
44
Las que expone el P. Vilaseca son fuertes, vibrantes,
emocionantes (Cf VILASECA JOSE MARIA, Meditaciones, o.c., 416-
417).
45
Estos días confesaba al P. Vilaseca: "Las Jaculatorias en el día son a
lo menos cuatrocientas, hay días que pasan de quinientas, porque
hay veces que desde las dos de la mañana comienzo" (M. Cesarita
al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 23 octubre - 1883. Cartas 414).
46
La Madre ha señalado en la página primera el 13 de octubre como
fecha de su destitución y ahora la repite. Se entiende que al ser la
víspera por la noche, ella la toma el dia siguiente.
47
Alusión a Jn 15,5.
48
Bien claro asegura que todavía no ha caído enferma en la cama.
Fuerza la marcha pensando en los dias en que su cabeza pueda
estar cargada e imposibilitada de tan formidable actividad.
cabeza, y para esto, estar lo más que pueda sola guardando un profundo
silencio, evitando faltas aun las más leves y con mi corazón desprendido
de las creaturas.

Distribución del tiempo estando aliviada. 49

De 4 a 7. Lo que manda la Santa Regla.50


“ 7 a 8. Aseo de la persona y pieza que ocupo.
“ 8 a 9. Oración mental.
“ 9 a 10.Oraciones vocales, el oficio y triduo de Nuestro P.
S.S.José, y salmos.
“ 10 a 11. Lección o costura.
“ 11 a 12. Escribir.
“ 12 a 2. Santas Reglas.51.
“ 2 a 3. Instrucción a las niñas.52.

49
M. Cesarita informaba el día 20 de octubre al P. Vilaseca que hacía
la meditación cuatro veces al día, las dos veces que mandan las
Santas Reglas y una hora por la mañana de nueve a diez y otra en
la tarde de cinco a seis; las lecturas, una hora por la mañana y otra
por la tarde, no completa" (M. Cesarita al P. Vilaseca. Casa Central,
20 octubre 1883. Cartas 409). Al último de su vida modificó algo
este Reglamento (Cf Distribución del tiempo para Cesarea Esparza.
En Cartas 435-436).
50
Mandaba la Regla: "Todas se levantarán a las cuatro de la mañana,
harán el Ejercicio del Cristiano y se irán luego al lugar de la
oración. A las cuatro y media rezarán la letanía del Señor San José,
las oraciones acostumbradas, la práctica, para alcan zar la
humildad y seguirán con la oración mental que durará hasta las
cinco y media" (Reglas, c.3 nn. 1 y 2, p. 11).
51
La Regla ordenaba: " A las doce, examen particular, comida y
recreación en común hasta la una y media; y de una y media a dos
lectura espiritual en el libro que les fuese señalado. Durante la
recreación y la lectura arreglará cada una su ropa, remendándola si
fuere necesario" (Reglas, c.3, n. 5, p. 13).
52
"Esta semana - escribe al P. Vilaseca - estoy cuidando que recen
las niñas el Rosario. La semana que entra, Dios mediante, con
mucho gusto enseñaré la doctrina a las niñas y les pondré sus
prácticas de amor de Dios" (M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio
Josefino, 23 octubre 1883. Cartas 415).
“ 3 a 5. Escribir o coser.
“ 5 a 6. Oración mental y Rosario.
“ 6 a 7. Lo que manda la Santa Regla.53.

Acabé de escribir estas resoluciones hoy 25 de octubre de 1883.

Todo a honra y gloria de Jesús, María y José.


Amén.

Consejos de mi santo Padre54.

A toda hora recibir a las Josefinas que quieran hablarme, consolarlas,


instruirlas, edificarlas y presentarles la comunidad como la obra de los
prodigios del S.S. José, para que se acostumbren a amar también los
trabajos, que los consideren como piedras preciosas del mayor
mérito55..

En la carta que me escribió el día 22 me dio cuatro consejos. Los


escribo en ésta para que no se me olviden.56.

lo.Que siga con las cuatro horas de meditación y una media hora
de lectura.

53
Mandaba la Regla: " A las seis y media irán al oratorio para hacer
la media hora de oración mental y en la otra media hora rezarán la
visita de Nuestro Amo y la corona de los dolores y gozos del Señor
San José, algún, triduo, septenario, novenario, etc. "(Reglas, c.3, n.
8, pp 13-14).
54
Recoge ahora en el Cuadernito unos consejos de su Padre Vilaseca.
55
Consejo muy lindo que nada pudo gustar a la M. Antonia Corral, la
cual se encargaríade poder realizarlo.
56
La carta es escuetísima. Se publicó en V 221 y en Subir, 1465. La
publica aquí la Madre literalmetne a excepción de "las" cuatro
horas en vez de "sus" cuatro horas en el consejo primero y otros
detalles que se señalan.
2o. Que no aspire a más contemplación que la que se desprende
de la presencia de Dios, y oración de jaculatorias, procurando que
salgan éstas de un corazón fervoroso y devoto 57..

3o. Que pida la contemplación con positivos actos de humildad,


pero humildad tan práctica que me haga creer que nada he hecho hasta
ahora por Dios y que ni siquiera he comenzado a padecer58..

4a. Que dedique una hora para enseñar a las niñas el modo de amar a
Dios, que les dé instrucción, y hacerlo con espíritu de humildad.

En el Confesionario

Que trabaje para santificarme.

Que sufra en silencio, que el amor propio es el que me hace


quejarme.59.

Que saque mucho fruto de los desposorios, 60. y haga muchos actos
que me sirvan de preparación para la muerte.
57
Las Jaculatorias no impiden la contemplación a M. Cesarita. Se lo
confiesa a su Director: "Su Divina Majestad me ha vuelto a
conceder la gracia (siendo tan indigna) del recogimiento interior, de
la oración de jaculatorias, de afectos, pues tengo al gunas veces
que sobreponerme para atender a otras cosas" (M. Cesarita al P.
Vilaseca. Casa Central, 20 octubre 1883. Cartas 409). Esta
experiencia mística es digna de notarse en los tratados de Teologia
Espiritual.
58
El P. Vilaseca le decía "ha" hecho y "ha" comenzado (Cf V 221). A
M. Cesarita frenaban y lastimaban estas falsas suposiciones
vilasecanas, puesto que "humildad es -andar en verdad" (Santa
Teresa de Jesús, Moradas Sextas, c. IX, n. 15).
59
El P. Vilaseca no muda el concepto que le merece la M. Cesarita.
Sigue como meses antes: "Una poca más de confianza en Dios, un
poco menos de amor propio" (P. Vilaseca a M. Cesarita. Roma, 13
enero 1883. V 210).
60
Esta palabra presta la fecha aproximada de este apartado
autobiográfico. Los Desposorios de San José se celebraban el 26 de
noviembre y ella quería coronarlo ese día.
Tener mucha paciencia en mis sufrimientos, hacer con gusto la
voluntad de Dios.

Cuando el diablo me ponga la tentación de la turbación, decirle: vete


de aquí satanás.61.

Pedir a mi Madre Santísima, por su lnmaculada Concepción, mucha


limpieza de mi corazón.

Amar mucho a mi Dios, hacer actos fervorosos de amor.

Guardar silencio, vea lo que viere.


Cuidar que las Josefinas no falten a la oración, y que enseñe a llevar las
cuentas a Antonia.62.

Que haga en todo lo que mi Padre me diga, que me deje conducir.

Hacer mucha oración y ser muy humilde, que deje de ser el juguete
de satanás, que sea toda de Jesús, María y José.

Cuando vea una cosa que me mortifique, hacer muchos actos de amor.

Resoluciones tomadas a los pies de Jesús, María y José, el día


de los desposorios, noviembre 26 de 1883, como fruto de cinco días
de retiro.63.
Estas resoluciones fueron tomadas después de una coronación que
hubo en el Cielo, la que estuve preparando con un mes de anticipación y
la hice en acción de gracias por tantos beneficios como he recibido desde
61
Repite las palabras de Jesús a Satanás (Cf Mt 4,10). Escribe Diablo
con mayúscula.
62
Estas normas fueron inútiles por la postura inflexible de M. Antonia
Corral: "En el oratorio me siento de modo que no sé ni quién entra
ni quién sale. No me quiero fijar si las Josefinas cumplen o no las
Santas Reglas, si van o no al oratorio, procuro ser yo la primera"
(M. Cesarita al P. Vilaseca, Colegio Josefino, 26 octubre 1883.
Cartas 420).
63
El 26 de noviembre de 1883 fue lunes, previo al primer domingo de
Adviento.
el día 13 de Octubre hasta hoy 26 de Noviembre. Para gloria de Jesús,
María y José, voy en pocas palabras a hacer la descripción.64.

Después de la invocación del Espíritu Santo y de haber hecho los seis


actos de preparación que pide la primera parte de la Oración en la que
supliqué al Santo Angel de mi guarda, al Santo de mi nombre y a todos
los Angeles y Santas y Santos del cielo, en particular a San Luis Gonzaga,
a Santa Teresa y a Santa Gertrudis65 ., que me acompañaran y fueran
testigos de lo que iba a pasar en la segunda parte de la oración, en el
ejercicio de las tres potencias.

Con la memoria recordé que hacía un mes estaba yo suplicando a las


Josefinas de ésta y demás casas, a algunas monjitas y a otras personas
piadosas,66. ofrecieran por mi intención, algunos actos de virtudes y de
mortificación, con el fin de que a la vez que pusieran a Jesús, María y
José las coronas materiales que yo había preparado, ofrecerle unas
espirituales para más expresar mi gratitud a los beneficios recibidos67 .

Con el entendimiento ví que no era voluntad de Dios68 la


coronación material y con la voluntad hice un acto de conformidad y un
acto de fe que estaba en la presencia de la Santísima Trinidad y de
Jesús, María y José, de todos los Angeles y Santos a quien había
invocado.
Ofrecí todo lo que yo había hecho y sufrido desde el día 13 del
próximo pasado hasta hoy día 26, lo ofrecí con los actos de virtudes y de

64
Queda claro los fines espirituales de la coronaci6n espiritual, los
mismos que se intentaban en la coronación material.
65
Estos tres Santos aparecen en su juventud: "No he sido devota de
otros santos. He querido un poco a San Luis Gonzaga, a Santa
Gertrudis, a Santa Teresa" (Aut. 24. En 0 27).
66
Cf M. Cesarita al P. Vilaseca. México, 25 octubre 1883. Cartas 416-
417.
67
Insinúa la superioridad de la coronación espiritual sobre la material
que también incluía la espiritual.
68
M. Cesarita divisa todo desde Dios, lo mismo que su situación
actual: "considero que Dios Nuestro Señor en su ser perfectísimo y
todo lo dispone para nuestro bien, no creo que esto lo haya
dispuesto, pero sí lo ha permitido porque no se mueve la hoja de
un árbol sin su Divina Voluntad" (M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio
Josefino, 23 octubre 1883. Cartas 415).
mortificación de mis Hijas y otras personas, por todo fue treinta y un mil
ciento cincuenta y cuatro (31,154) actos 69 .

Supliqué al Padre Eterno y al Espíritu Santo que formaran las coronas


con el oro preciosísimo de los sufrimientos del Sagrado Corazón de
Jesús, que las primeras piedras al principio de las coronas, fuesen los actos
de humildad, los topacios los actos de amor, las piedras de las cruces
que cierran las coronas los actos de conformidad, que no conociendo yo ni
el valor ni los nombres de las piedras les suplicaba las colocaran como
fuere de su agrado, en especial les presenté seis piedras de los
sufrimientos de estos días, que no se pueden expresar, pero Dios ve que
han sido muy grandes70.

Ofrecí por incienso la oración frecuente de todo el mes hecha


por un corazón atribulado. Cuando con el entendimiento ví que las
coronas estaban formadas y que mi Padre Celestial, acompañado del
Espíritu Santo, se dirigía con la corona a su Divino Hijo, en quien
tiene sus complacencias, avivé más mi fe y le presenté los méritos y
virtudes de sus virginales Padres María y José. Cuando se dirigió a su
queridísima Hija en quien tiene sus delicias, mi amorosa Madre, le
ofrecí el tesoro infinito de los méritos de su Divino Hijo y los de su
castísimo Esposo, y cuando con tanto amor se dirigió a mi Padre
Señor San José, le ofrecí el riquísimo tesoro de los méritos del
Sagrado Corazón de su Hijo adoptivo y de su purísima Esposa. 71.

Ofrecí la coronación en acción de gracias por tantos beneficios que


he recibido, en particular por que se me quite el cargo, y bien
acompañada de sufrimientos, porque tenga yo buena muerte y por
otras cosas, y luego pasé a la tercera parte de la oración 72.

Di gracias por los pensamientos y afectos que el Señor por su


Misericordia me comunicó, me humillé en su presencia, ofrecí la oración,
hice una súplica por nuestro Santo Padre, por mis hijas, por la
69
Expone sus intenciones y su preparación espiritual.
70
Revela aquí su maravilloso ingenio.
71
El momento esplendoroso de la coronación que exige un larguísimo
aplauso.
72
Parece un eco de aquella frase de la Iglesia en la Vigilia Pascual:
"¡Oh feliz culpa que mereciste semejante Redentor!".
Congregación, por Pepa73 , pedí muchas cosas por la salvación de las
almas, y oré con Jesús, María y José, quedé muy fortalecida y animada
a sufrir, después formé las resoluciones siguientes:

la. Meditar o leer todos los días una vez al día, media hora sobre la
virtud de la humildad.

2a. Para dar menos lugar a los pensamientos que me llenan de


tristeza. Para que de hecho saque yo el fruto que me he propuesto de
la oración. Para poner en práctica los consejos de mi santo Padre y
que vea el fruto de su trabajo en los libros que para nuestro uso y
santificación ha escrito, tomaré del Libro de Oro 74 , setenta actos de
humildad, uno para cada cuarto de hora desde a las tres y cuarto hasta
las ocho y media, los escribiré en éste en pocas palabras y cada hora
veré los que debo hacer75 .

3a. Para cumplir con la obligación que se me ha puesto, de que


salve almas con la oración y sufrimientos, ofrecer las obras del día con
este fin76 . Y como medio rogar mucho a Dios por mi santo Padre;
teniendo en sus venerables manos estas dos obras salvará muchas
almas con la gracia de Dios alcanzada con la oración. También tomo
como medio rezar otras cuatro jaculatorias a más de las seis que están
apuntadas:

1a. Jaculatoria. Un acto de conformidad a la voluntad


de Dios ofreciendo lo poco que sufro en remisión de
mis graves pecados y por la conversión de los
pecadores.
2a. La Jaculatoria del Corazón agonizante de Jesús.
3a. Oh María concebida sin pecado.

73
Precisamente su sobrina Pepa mereció un auxilio especial de San
José (Cf M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio Josefino, 22 noviembre
1883. Cartas 424- 428; Al Estilo, 330-333; Subir, 1370-1378).
74
"El Libro de Oro", es siempre un fiel exponente de la virtud de la
humildad según la ascética y la teología de la época.
75
Es el trabajo que enseguida va a plasmar en este mismo Cuaderno.,
76
Este propósito lo cumple escribiendo a continuación el precioso
Ofrecimiento de sus obras cotidianas.
4a. Un Jaculatoria a nuestro P.S.S. José

DIOS ME VE

Oración para ofrecer las obras del día

Santísima y adorable Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, mi Dios,


mi Creador, mi Soberano Señor. Yo, miserable creatura, indigna de estar en
vuestra presencia,74 vengo a vuestra Divina Majestad a manifestaros el
77

deseo que tengo de agradaros, de ofrecer- a honra y gloria de Jesús, María


y José, para que me acompañen a la hora de mi muerte y por la
salvación de las almas, por medio del santo de mi nombre y del Santo
Angel de mi Guarda- todos mis pensamientos, palabras y obras, todo lo
que yo hiciere, trabajare o padeciere.

Para que todo esto tenga valor, lo uno con los méritos,
pensamientos, palabras y obras de mi P.S.S. José, desde que tuvo uso
de razón hasta que expiró en los brazos de su Divino Hijo y de su
purísima Esposa78 . Con los méritos, pensamientos, palabras y obras de
mi tierna y querida Madre desde su Inmaculada Concepción hasta que,
acompañada79 . de los Angeles se presentó al trono de vuestra Divina
Majestad. Con el tesoro de los méritos que son de infinito valor del
Sagrado Corazón de Jesús, desde que se vistió de Nuestra humana
naturaleza hasta su gloriosa Ascensión a los Cielos80 .
77
Se presenta ante Dios con reverencia de los antiguos Patriarcas de
Israel cuando se humillaban en su presencia.
78
Idea original es que una sus pensamientos, palabras, obras,
sufrimientos y trabajos quiera mezclarlos no sólo con los méritos
de Cristo y de la Virgen, sino de su Padre San José, cuya figura
paternal aparece ya como padrino de sus Desposorios (12 octubre
1848. Aut. 20. En 0 27) y cuyos cuidados aumentan hasta el
momento de presentarla ante Dios Padre.
79
"Acompañada" esta escrito con un 1ápiz grueso y debajo se lee:
"por ministerio".
80
No podía faltar la idea notora de su carisma: los méritos y el valor
de las acciones de Jesús desde que viste la humana naturaleza
hasta que sube al cielo con ella.
También ofrezco todo por mi Santo Padre 81 , para que el Espíritu
Santo, le comunique muchas luces y le dé la gracia que necesita para
dirigir las grandes obras que están en sus venerables manos, que le dé
gracia para penetrar el interior de sus Hijas, para que conozca cuando no
hay pureza de Intención; que lo libre de preocupaciones que pueden
traer graves daños a Nuestra amada Congregación. Ruego a vuestra
Divina Majestad, que a mi santo Padre, se le concedan todas las
gracias que necesita y que tenga muchas hijas e hijos, con verdadera
vocación y con el espíritu del lnstituto.

Suplico al Espíritu Santo 82 . humildemente, me comunique tanto


amor a Jesús, María y José, que con verdad pueda decir: ¿vivo yo?,
mas ya no yo, Jesús, María y José, viven en mí.

Y a vosotras Sagradas Personas83 . ruego me concedáis la gracia


que yo reciba la Sagrada Comunión todos los días con una pureza
Angelical, amando la pobreza, practicando perfecta obediencia, con
profunda humildad, grande caridad, Intima unión con Dios haciendo en
todo su santísima voluntad.

También os suplico que a Pepa le sean remediadas todas sus


necesidades, espirituales y temporales, que le den gracia para salvar su
alma: que mejor le sea quitada la existencia, antes que cometa el pecado,
que sea muy devota de vuestros Sagrados corazones y que le
proporcione vuestra Providencia lo necesario para la subsistencia 84.

Dios mío, os suplico déis una mirada de misericordia a los que están
en pecado mortal, a los agonizantes, a todas las personas que se han
81
Es muy notable su elevada e incesante oración por el P. Vilaseca
que, para otras almas, hubiera sido un enemigo. Para Cesarita,
visto desde Dios, siempre es su santo Padre,una especie de Vicario
de Cristo para ella.
82
Esta súplica al Espíritu Santo tiende a la transformación con el
Amor a través de sus tres amores en la tierra: Jesús, María y José,
apropiándose las palabras de San Pablo (Cf Gal 2,20).
83
Se refiere a Jesús, María y José. El adjetivo "sagradas" no lleva un
significado estrictamente teológico sino popular.
84
Pepa, hija de su hermana Refugio, precisaba una protección total.
Véase la documentación aludida anteriormente.
encomendado a mis tibias oraciones y a todas por las que tengo
obligación de pedir. Amén Jesús. Amén Jesús85 .

SETENTA ACTOS DE HUMILDAD,UNO A CADA CUARTO DE


HORA

De 3 a 4

1. Considerar que he merecido el infierno86 . y que soy peor que el


demonio. P1ª. S1ª. Pº3.
2. Nada bueno hay en mí, todo es efecto de la bondad de Dios. P1ª.
S2ª. Pº 1º
3. Dios mío concédeme la gracia que yo ame la humildad. P. 1a. S. 2a. P.
9.
4 Amar mi vocación. P. 1ª Sª 2. Pº 10.

De 4 a 5

5. Llorar mi soberbia. P 1ª Sª P. 11.


6. Considerar que la soberbia la infunde el demonio. Pª S. 3ª. P. 2.
7. Pedir la gracia de ser humilde de corazón87 . P. 1a. S. 3a. P. 3.
8.Considerar que necesito de la humildad en todos los estados de la vida,
si en pecado, si en gracia, si tibia o con fervor. P. 1ª. S. 3ª. P. 6.

De 5 a 6

85
El original termina con estas dos letras escritas a lápiz A J.
86
"Ofrezco a Ud. considerar que nada padezco en comparación del
infierno que es lo que merezcoll (M. Cesarita al P. Vilaseca. Colegio
Josefino, 23 octubre 1883. Cartas 415)
87
"Humilde de corazón", en Mt 11,29.
9.¿Qué sería de mí, si el Señor me tratara según su justicia? P. 1ª. S. 3ª.
P. 7º
10 Considerar que no merezco levantar los ojos al cielo a ver a mi Dios.
P. 1ª. S. 3ª. P. 9.
11.Dios mío, dame tu gracia para imitar vuestra humildad. P. 2ª. S. 1ª.
P. 2.
12 ¿Qué cosa tengo que no lo haya recibido de Dios, por un efecto de su
misericordia? P. 2. S. 1. P. 3.

De 6 a 7

13.De mí misma sólo tengo la corrupción y el pecado. P. 2. S. 1a. P. 4.


14.¿Cómo estaré en la presencia de Dios con tantos pecados que he
cometido? P. 2. S.1. P. 5.
15.¿Qué merezco por tanto que he ofendido a mi Dios? P. 2ª. S. 1. P. 6.
16.Justamente pues, me viene la confusión y desprecio; y a vos Jesús,
María y José, la alabanza, honra y gloria. P. 2ª. S. 1ª. P. 8º.

De 7 a 8

17.Dios mío dame amor a los desprecios y tendré paz. P. 2. S. 1ª. P. 11.
18.Desconfiar de mí, confiar en Dios y en J. M. y J. P. 2. S. 1ª. P. 15.
19.Pequé, Señor contra ti,88 3. con razón se arman contra mí las criaturas.
P. 2. S. P. 17.
20.Bendito seas Dios mío porque me has humillado89. P. 3ª. Pº 8.

De 8 a 9

21.Dios mío, ¿Quién soy yo? ¿Quién sóis vos? P. 3ª Pº. 9.


22.Siervo soy sin provecho90 , soy la misma nada. P. 3ª P 10.

88
Suena a la frase del hijo pródigo, Cf Lc 15,21.
89
Lo mismo el Salmo 119, 71.
90
Lo mismo San Lucas 17,10.
23.Madre mía intercede por mí para que me conozca y vea mi extremada
miseria. P. 3ª. Pº 13.
24. Padre mío S.S. José, intercede por mí para que yo no me desaliente al
verme tan horrible. P. 3a. P. 1º.

De 9 a 10

25.Todo lo que padezco es nada en comparación de lo que merezco. P.


3ª. P. 3.
26.Soy indigna de la gracia de Dios y de toda comunicación interior. P. 3ª.
Pº. 9.
27.No merezco ser Josefina ni de habitar esta casa P. 3ª. P. 12.
28.Si Dios me dejara de su mano hoy cometía todo lo malo. P. 3ª. P.
15.

De 10 a 11

29.Todas las criaturas tienen derecho para tratarme con menosprecio 91 . P.


3ª. P. 20.
30.Porque he abusado del ser que Dios me dio, merezco que me lo
quite. P. 4. Pº 1.
31.No merezco las gracias de Dios porque no hago buen uso de ellas
por mi soberbia. P. 4ª. P. 2.
32.Si yo fuese humilde estaría unida a mi Dios. P. 4. P. 3.

De 11 a 12

33.Mis Hijas tienen derecho a despreciarme.


34.Rogar a Dios por las personas que me hacen sufrir.
35.Que mis pensamientos, palabras y obras sean de J. M. y José.
36.Dios mío ¿cúando seré humilde? Mi amor propio todo me lo echa a
perder.
91
M. Cesarita escribe: "menos precio".
De 12 a 1

37.¿Cómo me sufre nuestro Padre92 , siendo tan imperfecta y miserable.


38.Disculpar las faltas de las Josefinas.
39.Tener por bienhechores a las personas que me hacen sufrir.
40.No merezco la gratitud de mis hijas, ni de ninguna persona.

De I a 2

41.Tratar con cariño y respeto a las personas que me hacen sufrir.


42.Considerar que lo que sufro es nada en comparación de lo que
merezco por mis graves pecados.
43.En los sufrimientos bendecir a Dios y considerar que es un
beneficio.
44.Avergonzarme cuando alguna persona me trate 93 . con atención
o respeto.

De 2 a 3

45.Cuando fuese ofendida levantar los ojos al cielo y ver la


Providencia.
46.Considerar como bienhechores a las personas que me hacen
sufrir.
47.No perder la oportunidad de prestar un servicio a la persona que
me hace sufrir.
48.No decir nada de lo que me disgusta de la casa.

De 3 a 4

92
Se refiere al P. Vilaseca.
93
M. Cesarita escribe "me trata".
49.Tengo yo más necesidad de la mortificación que otras personas.
50.Quema, Señor; aquí castiga como me perdones, dueño amado.
51.Gozarme de que mi miseria sea conocida y que me tengan en lo
que soy, en nada.
52.Gozarme de que otras personas sean tenidas por virtuosas
aunque no lo sean.

De 4 a 5

53.Entregarme en manos de mi Dios y seguir las disposiciones de su


Amada Providencia.
54.Referir todo a Dios, como autor de todo bien, y no olvidar que
yo nada puedo.
55.Sólo sirvo para echarlo todo a perder y conmigo no se puede
contar.
56.No volver a decir lo que sufro de mis hijas, ni lo que me disgusta
de ellas, en especial de Antonia94 .
De 5 a 6

57.Obedecer en lo que más se me resiste.


58.Guardar silencio y recogimiento con el fin de alcanzar la
humildad.
59.Perdonar con todo mi corazón a las personas que me hacen
sufrir.
60.Recibiré bien las advertencias que me dé mi santo Padre, 95 no
volveré a decir ni una palabra de queja y bendecir a Dios.

De 6 a 7

61.Sacrificar mi parecer al ajeno y hacerlo con la persona que se me


resista.
62.Aplicarme a conocer mi miseria para adquirir la humildad.
94
Se refiere a la M. Antonia Corral, su sucesora.
95
Alude al P. José María Vilaseca, a quien llama su santo padre.
63.Siempre que me ponga en96 . la presencia de Dios, hacerlo con
la humildad posible.
64.Recibir la Sagrada Comunión con un espíritu penetrado de
sentimientos, de profunda humildad.

De 7 a 8

65.Temer desagradar a J. M. y J97. y que este temor sea acompañado


de un suspiro.
66.En toda ocasión observaré si lo que voy a hacer tiende a
practicar la humildad.
67.Si yo no me humillo Dios me privará de sus gracias.
68.Considerar que soy muy indigna de la gracia que Dios me hace
de tener que sufrir y de ser elegida para un continuado martirio.

De 8 a 8 y 2
69.Perseverar en estos ejercicios de humildad para que no se me
cierre la puerta de la perfección.
70.Siervo soy sin provecho98 . y lo que hago y he hecho siempre es
destruir las gracias de Dios y los medios que me da para mi
santificación.

Marzo
1o.. de 1884.

96
M. Cesarita escribe "el" en vez de "en" .
97
J.M. y J. significan: Jesús, María y José.
98
Alude también a Lucas 17,10.

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