LA SALUD, ASI COMO LA VIDA Y LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS

La salud es un bien constitucionalmente protegido y un derecho constitucional; Por lo tanto el

derecho a la salud implica distintos deberes estatales para su protección. El derecho a la salud
adquiere carácter de derecho fundamental en la constitución cuando se encuentre vinculado con
el derecho a la vida.

La persona conforma un todo integral y completo que esto incorpora aspectos tanto materiales,
físicos y biológicos como los de orden espiritual, mental y psíquico, esto para que estemos
hablando verdaderamente de la dignidad humana. Como ya lo había señalado anteriormente el
derecho a la salud no solo corresponde a la salud física sino a la mental y su vulneración constituye
a poner en el peligro el derecho a la vida y sus condiciones de dignidad.

En el caso de las mujeres se extiende a su salud reproductiva, esto está ligado a la ocurrencia de un
aborto espontaneo o provocado, que pueden llegar a poner en peligro la vida de la madre o llegar
a ser necesario un tratamiento para recuperar su función reproductiva.

Entonces en la sentencia se refería a un caso de una mujer copiloto que por razón a su oficio tuvo
un parto prematuro y la muerte posterior del recién nacido; a los pocos días también le sobrevino
una infertilidad secundaria. Ella requería un tratamiento para recuperar su fertilidad, el cual no fue
costeado por la empresa así como tampoco se le quiso reconocer la incapacidad cuando ella inicio
el tratamiento por su cuenta. Finalmente le fue cancelado su contrato de trabajo. La Corte protegió
a la mujer pues consideró que en este caso hubo una violación del derecho fundamental a formar
una familia; además, que hubo una discriminación basada en el papel que la mujer cumple en la
procreación.

La protección a la salud obliga al Estado a adoptar las medidas necesarias inclusive medidas
legislativas de carácter penal.

la salud como bien de relevancia constitucional y como derecho fundamental constituye un límite
a la libertad de configuración del legislador pues excluye la adopción de medidas que perjudiquen
la salud de las personas aun cuando se pretenda preservar el interés general, los intereses de
terceros u otros bienes de relevancia constitucional.

Debido a esto, el derecho a la salud tiene una estrecha relación con la autonomía personal y el
libre desarrollo personal que reserva al individuo una serie de decisiones relacionadas con su salud
libre de interferencias estatales y de terceros. Por eso prevalece el consentimiento informado del
paciente sobre las consideraciones del médico tratante o el interés de la sociedad y el estado en
preservar la salud de las personas.

Las distintas facetas de la salud como bien constitucionalmente protegido y como derecho
fundamental implican distintos deberes estatales para su protección. Por una parte la protección a
la salud obliga al Estado a adoptar las medidas necesarias inclusive medidas legislativas de carácter
penal. Por otra parte la salud como bien de relevancia constitucional y como derecho fundamental
constituye un límite a la libertad de configuración del legislador pues excluye la adopción de
medidas que menoscaben la salud de las personas aun cuando sea en procura de preservar el
interés general, los intereses de terceros u otros bienes de relevancia constitucional.