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Acento es un signo, es una tilde que sirve para dar mayor intensidad de pronunciación a

una vocal o a una sílaba. Hay palabras que cambian de significado con sólo ponerles un
acento.

EL ACENTO DIACRÍTICO
El acento diacrítico es el que se usa para diferenciar el oficio gramatical de dos palabras
que se escriben y pronuncian de igual manera, pero que expresan distintas ideas.

Las palabras monosílabas no se acentúan. Sin embargo, hay palabras monosílabas


que representan dos clases distintas de palabras con significados y funciones diferentes.
Por esta razón, es necesario acentuarlas o utilizar el acento diacrítico, con el propósito
de diferenciarlas.
Ejemplos:
CLASE DE CLASE DE
SIN ACENTO CON ACENTO
PALABRA PALABRA
El cielo está despejado artículo Él lo está mirando pronombre personal
Tu cielo tan brillante adjetivo posesivo Tú lo has observado pronombre personal
Mi panorama es mejor adjetivo posesivo A mí me convence pronombre personal
De azul lo pintamos preposición No te dé envidia forma del verbo dar
Sé muy bien que es
Ella se alegró pronombre personal forma del verbo saber
así
adverbio de
Si me entero, no lo diré conjunción nominal Sí, lo sabía
afirmación
conjunción Tengo más años que
Mas si así no fuera adverbio de cantidad
adversativa tú

EL ACENTO ENFÁTICO
Este tipo de acento se usa para marcar el énfasis en las oraciones admirativas e
interrogativas; el acento enfático no cambia el significado de las palabras acentuadas.
Ejemplos:
CON ACENTO ENFÁTICO SIN ACENTO ENFÁTICO
¿Cómo estás? Como quiero.
¿Dónde estuviste ayer? Donde me tratan bien.
¿Cuándo sucedió? Cuando menos te lo esperabas.
¿Qué fue eso? Es que no sé.
¡Cómo se parecen! Como dos gotas de agua.
¡Cuántos libros! Ya sabe que son unos cuantos.
¿A quién se lo dijiste? A quien me preguntó.
¿Cuál de ellos tu novio? Tal para cual.

Regla ortográfica:
Las palabras agudas llevan acento ortográfico o escrito cuando terminan en n, s o vocal.
Todas las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas llevan acento escrito. Las palabras
graves se acentúan ortográficamente cuando no terminan en n, s o vocal.
Otro Contenido: Acento Diacritico
El acento diacrítico o tilde diacrítica (del gr. διακριτικός, que distingue) sirve para
dar a una letra o a una palabra algún valor distintivo.

«Se llama tilde diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica
forma, es decir, escritas con las mismas letras, pero que pertenecen a categorías
gramaticales diferentes.

En general, llevan tilde diacrítica las formas tónicas (esto es, las que se pronuncian con
acento prosódico o de intensidad) y no la llevan las formas átonas (esto es, las que
carecen de acento prosódico o de intensidad dentro de la cadena hablada).

Existen, no obstante, algunas excepciones, como es el caso de los nombres de las letras
te y de y los de las notas musicales mi y si que, siendo palabras tónicas, no llevan tilde
(al igual que sus respectivos homófonos átonos: la preposición de, el pronombre
personal te, el adjetivo posesivo mi y la conjunción si); o la palabra más, que aunque
tiende a pronunciarse átona cuando se usa con valor de adición o suma (dos más dos
son
cuatro) se escribe con tilde.

En otras ocasiones, la tilde diacrítica tiene como función evitar posibles anfibologías,
esto es, dobles sentidos, como en el caso de los demostrativos este, ese y aquel o de la
palabra solo.

Salvo en estos dos últimos casos, la tilde diacrítica no distingue parejas de palabras de
igual forma y que siempre son tónicas, como di del verbo decir y di del verbo dar, fue y
fui del verbo ir y fue y fui del verbo ser, ve del verbo ver y ve del verbo ir, vino del
verbo venir y vino sustantivo, etc.»

Las palabras monosílabas no se acentúan. Sin embargo, hay palabras monosílabas que
tienen la misma forma, pero representan dos clases distintas de palabras con una
función gramatical distinta, es decir, pertenecen a categorías gramaticales distintas y,
por tanto, no significan lo mismo. Por esta razón, es necesario acentuarlas o utilizar el
acento diacrítico o tilde, con el propósito de diferenciarlas.

Para poner el acento diacrítico no es suficiente que las dos palabras se escriban o
pronuncien de igual manera. Tienen que pertenecer a una clase gramatical distinta, tener
una función gramatical distinta y, en general, ser tónicas. Y esta diferente función
gramatical es lo decisivo para la aplicación de la regla del acento diacrítico.
Por ejemplo: de es preposición, y dé es forma verbal del verbo dar; se es pronombre
reflexivo o impersonal, y sé es forma verbal tanto del verbo saber como del verbo ser;
más es adverbio, y mas es conjunción adversativa.

Por tanto, si dos palabras que se escriben o pronuncian de igual manera pertenecen a la
misma clase de palabras, es decir, tienen la misma función gramatical, por ejemplo
ambas son verbos y ambas son tónicas, no hay que diferenciarlas con el acento
diacrítico.

Es el caso de ve que puede significar ver o ir, pero en ambos casos es un verbo en modo
imperativo. Por tanto no lleva acento diacrítico en ningún caso por pertenecer las dos
palabras a la misma categoría gramatical y ser tónicas. En la pronunciación se
diferencian en que la vocal e de ve en el sentido de ir es más abierta.

Las palabras monosílabas no llevan acento escrito (tilde), excepto aquellas que por
desempeñar más de una función dentro de la oración necesitan el acento diacrítico para
diferenciar unas de otras.

No llevan acento: fue, don, tren, tez, cual, dio, fe, bien, fui, pues, vio, sed, ya, cien, fin,
luz, pan, pie, flan, dos, Juan, mar, soy, tres, res, etc.

La tilde diacrítica en los demostrativos


Los demostrativos éste, ése, aquél, según las normas de ortografía anteriores a la
reforma de 1999, llevaban acento diacrítico cuando se empleaban como pronombres, y
no lo llevaban en función de adjetivos, es decir, cuando acompañaban a un sustantivo.
Se exceptúa siempre el demostrativo neutro esto, eso, aquello que no acompaña nunca a
un sustantivo por no existir sustantivos neutros en español.

Pero según las nuevas normas académicas (1999) se puede prescindir de la tilde en los
pronombres demostrativos cuando de ello no resulte anfibología, es decir, cuando no
haya ambigüedad de sentido. "Solamente cuando se utilicen como pronombres y exista
riesgo de ambigüedad se acentuarán para evitarla". Parecería que es difícil que se
presente este caso, ya que el demostrativo como adjetivo va siempre acompañando al
sustantivo, mientras que como pronombre va solo. Pero la RAE pone un ejemplo de
posible ambigüedad:

Dijo que ésta mañana vendrá. [ésta = esta mujer]


Dijo que esta mañana vendrá. [esta = esta mañana]
«Con tilde, ésta es el sujeto de la proposición subordinada; sin tilde, esta determina al
nombre mañana.»

«Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden ser
pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo): Eligió este; Ese ganará;
Quiero dos de aquellas; o adjetivos (cuando acompañan al sustantivo): Esas actitudes
nos preocupan; El perro este siempre está estorbando.

Sea cual sea la función que desempeñan, los demostrativos siempre son tónicos y, al ser
palabras llanas terminadas en vocal (los singulares) o en -s (los plurales), se escriben sin
tilde, según establecen las reglas generales de acentuación.

Solamente cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo


pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo
llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Así, en una oración como la del
ejemplo siguiente, únicamente la presencia o ausencia de la tilde en el demostrativo
permite interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos libros
usados? (aquéllos es el sujeto de la oración); ¿Por qué compraron aquellos libros
usados? (el sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo
libros).

Las formas neutras de los demostrativos, es decir, las palabras esto, eso y aquello, que
son siempre pronombres, se escriben sin tilde: Eso no es cierto; No entiendo esto.»
La tilde diacrítica en los interrogativos y exclamativos
Todas las partículas interrogativas y exclamativas, tanto directas como indirectas, llevan
acento diacrítico para diferenciarlas del relativo y de la conjunción que:
¿Qué te ha dicho?
Que fuera a verle mañana.
Quien diga una cosa así, miente.
¿Quién se atreve a decir una cosa así?
¡Qué ciudad más bonita!
Le preguntó qué clase de marisco le gustaba.
«Las palabras adónde, cómo, cuál/es, cuán, cuándo, cuánto/a/os/as, dónde, qué y
quién/es, que tienen valor interrogativo o exclamativo, son tónicas y llevan tilde
diacrítica.

Los interrogativos y exclamativos introducen enunciados interrogativos y exclamativos:


¿Adónde vamos?; ¡Cómo te has puesto!; ¿Cuál es el suyo?; ¡Cuán hermoso es!;
¿Cuándo tienes que volver?; ¿Cuántos años tiene?; ¿Dónde ocurrió?; ¡Qué suerte ha
tenido!; ¿De quién ha sido la idea?

También introducen oraciones interrogativas o exclamativas indirectas: Pregúntales


dónde está el ayuntamiento; Ya sé cuándo vendrá; No tenían qué comer; Estaba seguro
de quién iba a ganar; Imagínate cómo habrá crecido que no lo reconocí; Verá usted
qué frío hace dentro.

Además, pueden funcionar como sustantivos: Se propuso averiguar el cómo, el cuándo


y el dónde de aquellos sucesos. (adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde, qué,
quién).

Cuando estas palabras son átonas, (salvo cual, que es tónico cuando va precedido de
artículo) funcionan como relativos o como conjunciones y se escriben sin tilde: El lugar
adonde vamos te gustará; Quien mal anda, mal acaba; El que lo sepa que lo diga.
(adonde, como, cual, cuando, cuanto, donde, que, quien).»

TEXTO DESCRIPTIVO

Entrega una información concreta acerca de cómo es o ha sido una persona, una
experiencia o un objeto; dicha información se presenta más bien de un modo
acumulativo. El texto descriptivo representa caracteres y circunstancias ordenados en el
espacio. Todo lo que percibimos puede ser objeto de descripción; es frecuente
distinguir la descripción objetiva o técnica, propia del lenguaje científico, de la
descripción subjetiva que surge con intención estética o que puede contener las
impresiones o evaluaciones personales de quien describe.
Según Charaudeau (1992), los componentes de una construcción descriptiva son tres:
nombrar, localizar y calificar; ellos constituyen la base de la identificación de los seres
del mundo y son, a la vez, autónomos e indisociables. Estos componentes dan lugar a
los procedimientos de carácter discursivo de identificación, construcción objetiva y
construcción subjetiva.

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