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5/7/2019 ¿Es verdad que el poder atonta?

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{TRIBUNA LIBRE}

¿Es verdad que el poder atonta?


26.01.2014
JOSÉ CARLOS BERMEJO

SI HICIÉSEMOS CASO a F. Nietzsche tendríamos que decir que sí, ya que así lo dice en uno de sus aforismos. Pero es que Nietzsche decía muchas cosas. Creía, por ejemplo,
refiriéndose a él mismo, que "lo que no me mata me fortalece", aunque a la mayoría de nosotros lo que no nos mata nos pone simplemente fatal. Y también decía que Dios había
muerto. Eso no lo podremos saber, pero que Nietzsche ya murió, sí. Y aunque no conviene ponerse tan solemnes como él, hay que reconocer a veces que sus aforismos están vivos
y nos pueden dar mucho que pensar.

No hay duda de que el conocimiento y el poder estuvieron unidos desde hace milenios. El nacimiento de la escritura, la aritmética, la geometría y la astronomía tuvieron lugar hace
unos cinco mil años en el Antiguo Oriente con el fin de poder organizar y coordinar el trabajo, de recaudar los impuestos y de realizar grandes obras como la Gran Muralla china o las
pirámides de Egipto. Pero habrá que esperar al siglo XVI para que nazca el lema "el conocimiento es el poder", no solo porque los gobernantes necesiten utilizar estos y otro
instrumentos para ejercerlo, sino también porque nacieron auténticas "ciencias del gobierno" como la estadística, o estatística, también conocida como aritmética política, que recibió
este nombre porque nació para poder calcular las tasas de nacimiento y muerte, para hacer cálculos fiscales y saber qué ejércitos se podían movilizar. Con ella se creó lo que se
llamó el "saber cameralístico", es decir, todo el conjunto de ciencias de tipo matemático y técnicas de construcción y fabricación de armamento, que unidos a viejos saberes como el
derecho público y privado permitieron a los monarcas de la Europa moderna gobernar sus grandes estados.

Nunca como hoy los generales dispusieron de mejores armamento e instrumentos de cálculo, y lo mismo podemos decir de los banqueros y empresarios, de los políticos y sus
gobiernos; y sin embargo, hoy como ayer, se cometen errores garrafales en todos estos campos, como las dos peores campañas militares de la historia de los USA, Irak y
Afganistán, las quiebras mundiales del 2008, los escándalos políticos y financieros que minan el prestigio de casi todos los países, aireados gracias a los fracasos de los sistemas de
seguridad militar. Cuando unas personas tienen medios extraordinarios para lograr sus fines y los consiguen, podemos considerar que son inteligentes; cuando consiguen lo
contrario de lo que se proponen podemos llamarlos estúpidos, estúpidos que florecen en los campos militar, económico, político y académico, gracias en este caso al cultivo de una
pedantería florida disfrazada de ciencia del gobierno universitario. ¿A qué puede deberse todo esto?

Nos dio la respuesta Nicolas de Malebranche (1674-1712), quien pasea junto con Nietzsche entre los árboles del jardín de los filósofos muertos sonriendo al ver la eterna estupidez
de los aún vivos. Su análisis es de una sorprendente agudeza y actualidad y demuestra el valor del estudio de la historia y la filosofía. Júzgelo el lector. Esta fue su respuesta a esta
pregunta, referida a los poderosos: "Por qué su inclinación natural hacia los honores y las riquezas conduce al error.

1- Porque tienen poco tiempo para emplearlo en la búsqueda de la verdad.

2- Porque por lo general no les gusta nada esta búsqueda.

3- Porque no son capaces de concentrarse, debido a que su capacidad intelectual está dispersa entre un gran número de ideas y entre las cosas que desean conseguir, a las que
tienen que prestar atención, aunque no quieran.

4- Porque creen que ya lo saben todo y no se pueden imaginar que las personas que son inferiores a ellos puedan tener más razón que ellos. Y porque si bien es cierto que admiten
que se les informe de algunos hechos, por el contrario no soportan que se les enseñen verdades sólidas y necesarias, ni que se les contradiga o se les engañe.

5- Porque están acostumbrados a que se les aplaudan todas sus ocurrencias, por muy disparatadas y alejadas del sentido común que puedan estar, y a callar a todos los que no
estén de acuerdo con ellos, aunque no defiendan más que verdades incontestables. Es precisamente por estas cobardes adulaciones de los que les rodean por lo que ellos se ven
confirmados en sus errores y en la falsa estima de sí mismos a la que están acostumbrados, y por lo que se permiten juzgar despectivamente a todo el mundo.

6- Porque no se detienen más que en las apariencias, que son muy adecuadas para mantener una conversación cotidiana y para lograr el aprecio de los hombres, mientras que
desprecian las ideas puras y abstractas del pensamiento, que son las que permiten descubrir la verdad.

7- Porque los que aspiran a algún cargo tratan por todos los medios de acomodarse a la opinión de los demás, pues no hay nada que suscite más la antipatía y el rechazo de los
hombres que el parecer tener sentimientos e ideas diferentes. Es muy raro que los que tienen su mente y su corazón ocupados por su propósito y deseo de hacer fortuna puedan
llegar a descubrir verdades ocultas. Si así lo hicieren las abandonarían por su propio interés, porque el defenderlas sería un obstáculo para su ambición. Por lo general hay que
tolerar la injusticia para ser juez. Una piedad sólida y poco común es un obstáculo para conseguir los beneficios eclesiásticos, y el amor generoso a la verdad hace por lo general
perder las cátedras, esas cátedras en las que no se debería enseñar más que la verdad". (N. de Malebranche, Recherche de la Verité, IV, 9, pp. 71/2, Flammarion, París).

Así pues, el poder atonta y además corrompe, como dijo Lord Acton, y lo hace de manera absoluta cuando es absoluto, sea en el campo que sea.

*El autor es catedrático de

Historia Antigua de la USC

https://www.elcorreogallego.es/opinion/firmas/ecg/es-verdad-poder-atontaa/idEdicion-2014-01-26/idNoticia-849197/ 1/1

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