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Los museos y centros de ciencia como ambientes de aprendizaje

Article · January 2000


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Maite Morentin
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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LOS MUSEOS Y CENTROS DE CIENCIA COMO AMBIENTES DE APRENDIZAJE

Autoras: Cuesta M.\ Díaz M. P. \ Echevarria I.\ Morentin M. \ Pérez C.


E. U. de Magisterio de Bilbao (Universidad del País Vasco)

Resumen: Entre las múltiples funciones que los museos ofrecen a la sociedad, dentro de su
misión cultural y educativa, podemos destacar la de ser lugares de aprendizaje, espacios en los que se
estimula el innato deseo de aprender, se abren horizontes y se despierta la curiosidad. En este trabajo
se van a exponer los resultados obtenidos en estudios llevados a cabo en Museos y Centros de
Ciencia de diversos paises, prestando especial atención a los factores que parecen tener una
destacada influencia en el aprendizaje de los visitantes.

Introducción
El proceso de aprendizaje en los museos tiene unas características específicas. Se realiza de
forma espontánea, individualizada y no puede ser impuesto ya que cada persona llega con un bagaje
de conocimientos, experiencias, actitudes e intereses muy diferentes (Hein, G. 1998). Esto, que se
puede afirmar de cualquier tipo de museo, es especialmente aplicable a los Museos y Centros de
Ciencia. Tanto los objetivos como las actividades de estas instituciones tienen como finalidad un
acercamiento entre la Ciencia y el visitante por medio de experiencias interactivas, demostraciones y
otras formas de comunicación, que permiten una mayor comprensión de los fenómenos que tienen
lugar en la Naturaleza.
Las investigaciones sobre el aprendizaje en estas instituciones se han multiplicado en las dos
últimas décadas, como se puede comprobar al revisar publicaciones y bases de datos relacionadas
con la enseñanza de las Ciencias y la educación no-formal a través de estos centros. (Pérez, C. y
otras. 1998)

Aprendiendo en el contexto de un Museo de Ciencia


El reto más grande con el que se encuentran los investigadores al estudiar el aprendizaje en los
museos es el desarrollo de procedimientos de medida apropiados e instrumentos distintos de los
empleados para evaluar el aprendizaje formal. Ahora bien, ésto ofrece serias dificultades. Por una
parte es difícil mantener un control experimental y no alterar el comportamiento de los visitantes. En
este aspecto se están introduciendo técnicas de observación mediante cámaras de vídeo y entrevistas
a posteriori, etc. que permiten obtener unos datos más fiables que los proporcionados por otros
métodos. Por otra parte, la diversidad de temas, de formas de exhibición, el bagaje de conocimientos
con el que llegan las personas hacen dificil generalizar los resultados de las investigaciones, incluso
dentro de una misma institución. A estas dificultades alude Minda Borun, que lleva casi dos décadas
dedicada al estudio del aprendizaje en un museo de la Ciencia, el Franklin Institut de Filadelfia. (Borun,
M. 1982,1995)
Una de las cuestiones que surge al considerar el tema del aprendizaje en los Museos de
Ciencia, quizá provocada por los comportamientos observados en algunos visitantes y sobre todo en
los más pequeños, es si realmente aprenden o sólo juegan y se divierten. Aunque hay opiniones en
contra (Shortland, M. 1987), la mayoría de los autores se decantan por considerar que no hay
oposición entre juego y aprendizaje en los Centros de Ciencia. La pregunta ¿Están aprendiendo o
simplemente jugando? se puede convertir en ¿Están jugando -o sea desarrollando una aproximación
exploratoria a la vida misma y poniendo las bases quizá de una futura carrera en investigación

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científica- o simplemente están aprendiendo hechos y formas?. (Yahya, I. 1996)
Desde nuestra experiencia y después de numerosas visitas a Museos y Centros de Ciencia
hemos podido comprobar que, dado el interés que la gente joven muestra y la actividad con la que
participa en los módulos, su estancia en el Museo no es solamente un pasar el rato disfrutando.
Creemos que lo aprendido se manifestará quizá más adelante, bien al madurar su mente o al estudiar
cosas nuevas.
Muchas experiencias como la construcción de puentes y catenarias (Palais de la Decouvért-
París, Exploratorium-San Francisco), la reflexión del sonido en las parábolas (Museo de la Ciencia y el
Cosmos- Tenerife, Heureka-Helsinki), la refracción en esferas llenas de CO2 (Experimentarium-
Copenhague, Cité des Sciences et de l’Industrie-París), la observación de un hormiguero bajo luz
infrarroja (Cité-París, Museo de la Ciencia- Barcelona), el manejo de una grúa para elevar granos o
agua con el tornillo de Arquímedes (Launch Pad-Londres, Techniquest-Cardiff), comprobar la
posibilidad de tumbarse en un cama de fakir sin sufrir daño (Launch Pad, Techniquest), ... constituyen
una pequeña muestra de las múltiples posibilidades para el aprendizaje que ofrecen los Museos y
Centros de Ciencia.
En los ejemplos anteriores nos hemos referido a los módulos interactivos, tan abundantes en
estas instituciones. Pero en ellas se ofertan además otras muchas actividades, como demostraciones,
teatros de ciencia, planetarios, medios audiovisuales, información complementaria con ordenadores,
... que proporcionan entretenimiento y educación, lo cual hace la experiencia placentera y a la vez útil.
Ahora bien, nos podemos preguntar: dentro de la educación en Ciencias ¿qué objetivos se
alcanzan preferentemente mediante la visita a un Museo de la Ciencia? En la actualidad hay una
tendencia, en las reformas educativas de algunos paises, a diferenciar tres tipos de objetivos:
conceptuales, procedimentales y actitudinales. Si estos museos sirven a la educación, deben contribuir
a alcanzar todos o alguno de ellos.
Wellington (1990) ofrece en su trabajo aportaciones muy interesantes a este respecto. Para
realizarlo ha visitado y observado varios Centros de Ciencia del Reino Unido, el Exploratorium de San
Francisco y la Cité des Sciences de París. Ha recogido en vídeo el comportamiento de los visitantes y
ha entrevistado a un gran número de niños, profesores, monitores, padres y otros visitantes adultos,
llegando a la conclusión de que un Centro de Ciencia contribuye de alguna manera a los tres ámbitos,
siendo más significativa su aportación en los dominios procedimental y afectivo.
Dentro del ámbito cognitivo, Wellington ha tenido el acierto de distinguir entre el conocimiento
del qué, del cómo y del por qué, y afirma que los Centros de Ciencia en la práctica contribuyen casi
exclusivamente al conocimiento del qué y raramente al cómo y al por qué ocurren los fenómenos. Este
autor afirma que "los niños y las niñas, cuando visitan un Centro de Ciencia, ven y hacen muchas
cosas en un corto espacio de tiempo; algunas de ellas sin duda, aflorarán semanas, meses e incluso
años más tarde y por tanto, aunque la contribución de los centros interactivos no sea inmediata y
directa, puede tener un efecto indirecto". Opiniones similares se pueden encontrar en publicaciones
recientes (Hein, G. 1998/Ramey-Gassert, L. y otros. 1994).
En el caso del ámbito procedimental es claro que estos museos contribuyen muy positivamente
al desarrollo de habilidades manipulativas, destrezas manuales, coordinación entre las manos y la
vista, etc., pero es quizá en el dominio afectivo donde tienen mayor influencia. Este área comprende el
desarrollo del interés, la motivación, el deseo de aprender, la creatividad, .... Muchas veces estos
valores no han sido suficientemente tenidos en cuenta en la enseñanza tradicional, al menos
explícitamente. Hoy en día, sin embargo, son muy apreciados como factores importantes que influyen
en el aprendizaje tanto formal como informal.
Es de destacar que actualmente se consideran los Museos y Centros de Ciencia especialmente
apropiados para "aprender ciencia, aprender acerca de la ciencia y aprender a hacer ciencia" según la
formulación de Hodson (1996) al referirse al diseño de un buen curriculum en ciencias.

Algunos factores que influyen en el aprendizaje

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En la actualidad quizá sea este tema el que focaliza los esfuerzos y los estudios de los
investigadores del aprendizaje en los Museos de la Ciencia. Entre los factores existentes hemos
seleccionado cuatro que parecen tener una importancia especial: las ideas previas de los visitantes,
las características de la exhibición, la preparación y realización de la visita y la interacción social, que
en el caso de los más jóvenes se traduce en el diálogo con los demás y especialmente con los adultos
(familiares, profesores, monitores, ...). De su influencia se encuentra abundante bibliografía en los
últimos años siendo difícil exponer en un espacio reducido los trabajos realizados. Una mayor
profundización en el tema se puede obtener en algunos libros publicados últimamente (Pérez, C. y
otros,1998/ Guichard, J. 1998)

IMPORTANCIA DE LAS IDEAS PREVIAS


Este tema, al que hoy se le concede una atención especial en la enseñanza-aprendizaje de las
ciencias, ha encontrado en los Museos y Centros de Ciencia un lugar muy adecuado para su
exploración. Los visitantes se acercan a los fenómenos naturales con una estructura conceptual ya
formada o en vías de formación y mediante ella intentan explicar todo lo que observan. En este
aspecto, las exhibiciones interactivas tan abundantes en los museos de ciencia son un medio
importante para hacer explícitas las preconcepciones y observar el cambio conceptual que pudiera
producirse. Merecen destacarse en este tema los trabajos de Feher y Rice (1990) en el Reuben Fleet
Science Center de San Diego, en los que investigan las concepciones de niñosy niñas sobre la luz y el
color. Según sus estudios el aprendizaje se realiza mediante niveles de profundización en los cuales
las ideas previas del visitante entran en conflicto con los resultados obtenidos al manipular el módulo.
Esto conduce a una búsqueda de nuevas explicaciones, que en caso de satisfacer las expectativas
pueden proporcionar un aprendizaje significativo.
Por otra parte, el conocimiento de las ideas previas tiene una gran importancia para el
museólogo, a fin de concebir exposiciones que sean verdaderos transmisores en el proceso de
comunicación de la ciencia. Según Guichard (1998), los elementos de exposición interactivos de la
Cité des enfants en La Villette de París han sido realizados teniendo en cuenta las preconcepciones de
los niños entre otros aspectos.

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA EXPOSICIÓN


En nuestras visitas hemos observado que los módulos de las exposiciones no atraen de igual
forma a los visitantes. Mientras en algunos siempre hay alguien interesándose por ellos, otros no
parecen recibir una gran atención del público.
Este hecho ha sido analizado por estudiosos de los museos con el fin de mejorar la efectividad
de las exhibiciones. Entre las investigaciones llevadas a cabo son interesantes las realizadas por
Boisvert y Slez (1995) en el Human Body Discovery Space (HBDS) del Museo de la Ciencia de Boston.
Según estas autoras, al revisar la bibliografía existente se encuentra que el impacto educativo de las
exhibiciones de un Museo suele ser expresado en tres niveles, que se denominan:
- poder de atracción (porcentaje de visitantes que se paran y observan el módulo durante 5
segundos o más)
- poder de retención (cantidad de tiempo empleado por los visitantes observando o
interactuando con el módulo)
- nivel de implicación (grado en que el visitante presta atención a la exhibición, mirándola,
leyendo los paneles indicativos, interactuando con ella o discutiendo los detalles con otra persona).

Estos niveles están fuertemente influenciados por el estilo de la exhibición (alta o baja
interactividad, presentación concreta o abstracta e información sencilla o compleja), siendo los
módulos con alta interacción, presentación concreta e información compleja los que presentan
mayores valores en las tres variables de atracción, retención e implicación. Estudios futuros podrían

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determinar si el efecto educativo de una exposición se puede acrecentar combinando módulos de
diferentes estilos.

LA PREPARACIÓN Y REALIZACIÓN DE LA VISITA


Uno de los aspectos de mayor importancia es la influencia que puede tener en el aprendizaje de
los niños y jóvenes la preparación de la visita, si bien las investigaciones llevadas a cabo sobre este
tema no son suficientes para poder obtener una conclusión definitiva. Los aspectos más estudiados
han sido la incidencia de la preparación en los conocimientos por una parte y en las actitudes, por otra.
El trabajo se ha desarrollado en general mediante test previos a la visita, post-test e incluso en algún
caso, nuevos cuestionarios después de pasado cierto tiempo. Es frecuente también la utilización de
entrevistas, materiales didácticos, etc.
Entre los estudios realizados se puede destacar el llevado a cabo en Heureka, Centro de
Ciencia finlandés, por H. Salmi (1990). Los resultados indican que las lecciones previas favorecen el
aprendizaje cognitivo, ya que en ellas se pueden detectar los preconceptos con los que el alumnado
llega al museo e intentar modificarlos cuando sea necesario. Se considera también que la realizacion
de un pre-test es suficiente para aumentar el interés y lograr aprendizajes que de otra forma no
hubieran tenido lugar. Además, en algunos casos se está intentando reducir el llamado “efecto
novedad” mediante un vídeo o sesión orientativa acerca del centro a visitar, de forma que en la visita al
Museo de Ciencia no se diversifique la actividad exploratoria y aumente el tiempo invertido en
interactuar con las exhibiciones; los resultados están siendo satisfactorios, si bien es pronto aún para
generalizar (Kubota, C.A. y Olstad, R.G., 1991).
Numerosos autores coinciden en señalar que la preparación de la visita puede influir
directamente en la motivación interna de los alumnos y alumnas que visitarán el centro; se puede decir
que, el propio sentimiento de satisfacción obtenido tras interactuar con un módulo puede ser suficiente
estímulo para repetir la experiencia e incluso la visita, y de esta forma aumentará el interés hacia la
ciencia y se crearán actitudes positivas hacia su estudio (Tuckey, 1992).
El Exploratorium de San Francisco, el Lawrence Hall de Berkeley, el Museo de la Ciencia de
Barcelona, el Ontario Science Center de Toronto, ... son algunos de los centros que tienen sesiones
preparatorias con el profesorado, para que éste a su vez pueda motivar y preparar la visita de los
alumnos y alumnas.
La realización de la visita puede tener lugar principalmente según dos modalidades:
a) Visita guiada. El guía o monitor del museo, o en su caso el propio profesor, explica la
exposición y conduce al grupo por las diferentes salas. Este tipo de visita es poco frecuente en los
Centros de Ciencia, en los cuales el propio concepto de "visita guiada" contrasta con las propuestas de
interacción libre y no estructurada que aumenta la implicación del visitante. Sin embargo, cabe señalar
que en algunos Museos de Ciencia existen demostraciones sobre conceptos científicos que de otra
forma sería imposible visionar.
b) Visita por descubrimiento. El visitante circula libremente por las salas, individualmente o en
grupo; los alumnos y alumnas van al museo a descubrir ideas nuevas, a obtener información y a sacar
sus propias conclusiones sobre la exposición dependiendo de los objetivos prefijados. Para ello,
deberán interactúar con los módulos, fijarse en detalles concretos, hacer comparaciones, plantear
interrogantes, contestar a cuestionarios e incluso, llevar a cabo otras actividades prácticas. Esta
modalidad de visita es las más utilizada en los Museos y Centros de Ciencia.
Por último, la reflexión sobre la visita es un aspecto que no se debe olvidar. Una vez finalizada la
misma se deberá realizar una puesta en común sobre lo “descubierto” en el museo, comparar los
datos e ideas obtenidas, analizar si se ha conseguido lo que se pretendía, relacionar la información
con otros conocimientos y con otras situaciones, y por último, concretar las conclusiones generales del
grupo. Así pues, el proceso terminará en el aula, lugar en el que empezó.

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LA INTERACCIÓN SOCIAL
Un factor al que se le está concediendo actualmente gran atención es la importancia de la
interacción entre los visitantes, tanto entre niños y adultos como entre los propios niños. Este tipo de
relaciones se consideran fundamentales en la construcción del proceso cognitivo. En las
investagaciones llevadas a cabo a este respecto se ha observado que los visitantes de menor edad
descubren mediante la acción, mientras que los adultos utilizan más los textos que acompañan a los
módulos. Esta forma de actuar favorece la verbalización, muy importante en la asimilación de
conocimientos (Benlloch, M. y Williams, V.N., 1998). Por otro lado, la interacción entre los niños
visitantes es un medio para enriquecer sus descubrimientos; analizan la situación desde sus diferentes
puntos de vista, se plantean interrogantes, buscan explicaciones coherentes, ... en resumen, realizan
una pequeña investigación en grupo que mejorará significativamente el aprendizaje. Ello lleva al
personal del museo a concebir módulos en los que varios niños y niñas puedan intervenir
conjuntamente (Guichard, op.cit.).
Como conclusión de lo expuesto en este trabajo se puede afirmar que los Museos y Centros de
Ciencia constituyen un ambiente apropiado para el aprendizaje de la ciencia, en los que se unen el
rigor científico y la transmisión de conocimientos con el placer del descubrimiento, la comprensión de
fenómenos, la sorpresa y la fascinación.

Bibliografía
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