1
Cfr. MUÑOZ CONDE/GARCÍA ARÁN, Derecho penal. PG, 4ª ed., Valencia, 2000,
p. 66.
2
Tal como lo expone ALCÁCER GUIRAO, Los fines del Derecho penal. Liberalismo y co-
munitarismo en la justificación de la pena, Buenos Aires, 2001, pp. 118 y ss., 254-258.
23
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES
3
En este sentido, BACIGALUPO, Principios de Derecho penal. Parte general, 5ª ed.,
Madrid, 1998, p. 18, destaca la finalidad social utilitaria que reviste la aplicación de
la pena para estabilizar la vigencia de la norma, que consiste en “la comunicación
de un determinado mensaje destinado a fortalecer la confianza en la vigencia de
la norma infringida”.
4
ALCÁCER GUIRAO, Los fines del Derecho penal, p. 19 (destacado en el original).
Advierte también que la renuncia de JAKOBS y sus seguidores del fin de protección
de bienes jurídicos no viene dada por consideraciones valorativas, sino con base
en cuestiones de índole metodológica (p. 120).
5
La dimensión deóntica de las normas es discutible cuando se conciben la
normas primarias como meras normas de valoración, en la medida en que no parece
coherentemente sostenible su carácter normativo, cfr. MOLINA FERNÁNDEZ, Antiju-
ridicidad penal y sistema del delito, Barcelona, 2001, p. 600. Sobre la concepción que
24
LA TÉCNICA LEGISLATIVA EN DERECHO PENAL
6
SILVA SÁNCHEZ, Aproximación al Derecho penal contemporáneo, Barcelona, 1992,
p. 385.
7
SILVA SÁNCHEZ, “¿Directivas de conducta o expectativas institucionalizadas?”,
en Modernas tendencias en la ciencia del Derecho penal y en la Criminología, Madrid, 2001,
pp. 566-571, intenta conciliar las concepciones de la norma como directiva de con-
ducta y como expectativa institucionalizada, y lo ilustra comparando la norma con
un sistema de semáforos en un cruce de calles: mientras para unos el semáforo está
en verde –institucionalización de una expectativa–, a los de la calle perpendicular
del mismo cruce les corresponde el semáforo rojo –directiva de conducta–. Refuerza
esta visión la conclusión de ALCÁCER GUIRAO, Los fines del Derecho penal, pp. 249 y ss.,
en el sentido de que sólo cuando el Derecho penal incorpore un fin directivo de
conductas podrá garantizar al ciudadano que los demás respetarán las normas.
8
JAKOBS, Sobre la génesis de la obligación jurídica (trad. Cancio Meliá), Bogotá,
1999, p. 40, aunque centra la función del Derecho penal en la norma de sanción,
afirma que “la norma misma –y no la sanción– ha de convertirse en el esquema
determinante de interpretación del mundo”.
25
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES
9
Sobre las diferencias que conlleva la construcción de una teoría del delito como
teoría de la antinormatividad (de la infracción personal de la directiva de conducta
expresada en la norma) o como teoría de la imputación (de la defraudación de una
expectativa social), vid. SILVA SÁNCHEZ, en Modernas tendencias, pp. 572-573.
10
En términos funcionalistas, el legislador determina las expectativas que re-
caen sobre aspectos esenciales de la identidad de la sociedad y las institucionaliza
a través de normas.
11
“El Derecho se crea a golpe de decisión”, afirma expresivamente ROBLES,
El Derecho como texto (Cuatro estudios de Teoría comunicacional del Derecho), Madrid,
1998, p. 17. Vid. la exposición que el mismo autor realiza sobre la teoría de la deci-
sión jurídica, ibid., pp. 99-104; también, SCHÄFFER, “Racionalización y creación del
Derecho” (trad. Montoro Chiner), en Doc. Adm. 218-219, 1989, p. 155.
26