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v=DMeEBzUdKgo

Nuestra Cocina

Versión de José Luis Alonso de Santos

de “La cocina” de Arnold Wesker

Personajes

Max, cocinero, 2º Chef.

Gastón, cocinero.

Nicolás, cocinero, marido de Dora.

Kiko, cocinero nuevo.

Pedro, cocinero.

Berta, cocinera.

Paula, repostera.

Ramona, repostera.

Julia, friegaplatos.

Celia, camarera.

Dora, camarera embarazada.

Violeta, camarera nueva.

Ana, camarera cafés, tés y pastas.

Mónica, camarera.

La Metre.

La Chef.

Vigilante.

Mendigo
Espacio escénico

Cocina de un gran restaurante, fogones, frigoríficos, cámaras, lavavajillas, pilas, friegaplatos..., y


demás componentes habituales.

A la derecha, una mesita con un flexo, una silla, un teléfono, un tablón de notas, papeles… Es el
puesto de mando de la cocina.

La acción de la obra comienza a primera hora de la mañana con la llegada de los primeros
trabajadores.

Acto I

No hay telón en el acto. La cocina está siempre presente. Todo está en penumbra. No ocurre
nada hasta que la totalidad del público está sentado.

Entra el vigilante nocturno. Viene del lugar donde ha pasado la noche, en el comedor… Se
despereza, mira su reloj y permanece inmóvil, mirando a su alrededor; hasta que se da cuenta
de dónde está. Son las siete de la mañana. Entra en contacto con la rutina del trabajo, alumbra
con la linterna viendo que todo esté en su sitio. Empieza a encender las luces de la cocina. En
ese momento entra MAX, cocinero. Se dirige a un armario, saca de él una botella de cerveza, la
abre y empieza a beber. El vigilante golpea unas llaves de la luz que no funcionan.

MAX.- (Al vigilante.) ¿Quieres?

VIGILANTE.-Me tomo yo eso ahora, en ayunas, y reviento.

Pausa. El vigilante continúa arreglando las llaves de la luz MAX bebe y se pone a silbar. Entra
BERTA, cocinera, se dirige a su sector.

BERTA.-Buenos días, Max! (Al vigilante. ) ¡Buenos días! (Pausa), ¡Max, échame una mano!
MAX.-Ya voy, guapa.

BERTA.-(Levantan unas cajas.) ¡Arriba!

VIGILANTE.- (Yendo hada BERTA) Berta... los cincuenta euros.

BERTA.-Ya, ya.... no los tienes... ¿verdad? ¿Vas a dejar el trabajo hoy?

VIGILANTE. -No.

BERTA.-Bueno, pues entonces puedo esperar hasta mañana.

VIGILANTE.-Eres una tía estupenda.

BERTA.-Estupenda puede que si, pero lo de tía... lo que

soy es una prima.

VIGILANTE.-iVenga! Si yo contigo me iría al fin del mundo.

BERTA.-¿Conmigo? ¡Anda ya! (Se le acerca con un cuchillo en la mano) Si del primer mordisco te
destrozo. Primero te arrancaría la lengua. Después te cortaría los brazos y las piernas. Luego me
zamparía las orejas y me haría un caldo con los ojos y tu nariz.

VIGILANTE. ¿Si? ¿Y que harías con “el resto"?

BERTA.-¿El resto...? ¡Ja! Lo colgaría a secar como si fuera una morcilla.

MAX.-Berta, ayúdame, por favor. (Cogen unos bultos)

VIGILANTE.-¡Qué miedo me das!

BERTA.-¿Quién yo? No me digas.

Entran PAULA y RAMONA, reposteras, por la puerta de la calle. Llevan sus

utensilios bajo el brazo. Se dirigen a su sector. El vigilante sale.

PAULA.-¡Buenos días! (A BERTA.) ¡Buenos días, Reina! A ti también, Max.

BERTA.-Buenos días.

MAX.-(Pensando en otra cosa) Buenos días.

RAMONA.-(Acercándose a MAX con complicidad.) Max, ¿hay escalopes de ternera para hoy?
MAX.-¿Cuántos quieres que te guarde?

RAMONA.- Dame tres, si puede ser. Me los llevaré antes de que vengan los otros.

MAX va hacia la cámara frigorífica y vuelve con tres escalopes que le da a RAMONA a
escondidas.

RAMONA.-Gracias, Max. (Los guarda en una bolsa que lleva)

MAX.-Y no se te olvide preparar los hojaldres de mis chicos para mañana.

RAMONA.-¿Los quieres de nata, como siempre?

MAX.-Como siempre.

PAULA.-(A RAMONA) ¿Tenemos merengue hoy?

RAMONA.-Sí. Prepara la mesa para las tartas de frutas, yo me encargo de los pasteles ¿Qué tal te
marcha la moto?

PAULA.-¡Un asco!

Entran por la puerta CELIA y VIOLETA, camareras. Pasan hablando en dirección al comedor.

CELIA.-Pasa, pasa… (A todos.) ¡Hola, buenos días! ¡Esta es Violeta, la nueva camarera! Mira esta
es la cocina, y por allí se va a los servicios, al almacén y al fondo el

comedor.

VIOLETA.-No estoy acostumbrada a sitios de esta categoría, este verano trabajé en el hotel Rítz.

CELIA.- ¡Anda, guapa! Ven. Que te lo enseñe…

CELIA y VIOLETA salen hacía el comedor. BERTA coloca los cubos de la basura en su sitio. PAULA y
RAMONA preparan sus utensilios de trabajo en su sector.
PAULA.-No vuelvo a comprarme nada de segunda mano.

RAMONA.-¿Qué le pasa?

PAULA.-Si llego a saberlo… para encontrar una pieza de repuesto me paso todo el día de aquí
para allá.

RAMONA.-Le echaré un vistazo.

PAULA.-¿Entiendes de motos?

RAMONA.-¡Qué remedio! Estuve trabajando de mensajera dos años.

PAULA.-Lo malo es que hoy no la he traído, la tengo en mi casa.

RAMONA.-Pues vamos allí.

PAULA.-Te prepararé una cena.

RAMONA.-¿Una cena de “sólo chicas”?

PAULA.-Eso, una cena de chicas.

RAMONA.-Aprovecharemos los escalopes…

PAULA.-Es una buena idea. (Pausa) Oye, ¿y qué va a decir tu marido si no vas a cenar?

RAMONA.-Por mí que diga misa. Esta noche paso de marido. Es un imbécil. Si sólo me hubiera
salido putero… pero encima es idiota.

PAULA.-¿Quieres decir que no te importa que te ponga los cuernos?

RAMONA.- ¿A mí? ¡Anda y que les den a todos!

Entra ANA, encargada de los cafés y las pastas. Se dirige a su sector.

ANA.-(A todos) ¡Buenos días! ¡Hola, Max! (Sensual, le da un beso)

MAX.-Me gusta verte, Ana, me haces más dulce la mañana.

ANA.-(Se sirve café de una cafetera y lo pone a calentar) Espero que siga siendo dulce. Buenos
días. Paula.

PAULA.-¡Buenos días, guapa!

RAMONA.-Buenos días.
ANA.-(Desperezándose) ¡Ahhh...! ¡Con lo bien que se estaba en mi cama...! ¡Tan calentita!

ANA.- Oye, ¿en que acabó la pelea de ayer? ¿Lo sabéis?

RAMONA.-No tengo ni idea, yo no estaba. (A PAULA) ¿Tú sabes algo?

PAULA-No, sólo sé que Pedro se peleo con Gastón. No sé por qué empezó, ni en qué acabó. Yo
me fui por no meterme.

MAX.-(Acercándose a ellas) Pedro es un idiota. Se pasa la vida peleando; no hay nadie con quien
no haya discutido. Para mi que se ha propuesto echar a todos los

cocineros, y eso que sólo lleva aquí tres años. ¡Tres años! (Va por más cerveza)

ANA.-Está enamorado, eso es Lo que le pasa.

RAMONA.-¡Está gilipollas! ¡Eso es lo que está! Todo el día espiando a Mónica por el cristal
cuando saluda a los clientes (Lo imita)

ANA.-¡La carne es débil!

RAMONA.-Se pasea por la cocina de arriba abajo sin quitarle ojo. Y sólo para ver si está
coqueteando con los clientes.

ANA.- ¿Ah, si? Pues no me he dado cuenta.

BERTA.-Ni yo, no será para tanto.

RAMONA.- ¿Creéis que miento?

PAULA.-Es verdad, están siempre peleándose delante de todos. Algunas veces ella ni siquiera le
mira, espera las comandas vuelta de espaldas.

ANA.- (Suspirando) ¡Pobre chico! ¿Sabéis que a su padre lo atropello un tractor? Me pregunto
qué estaría haciendo (Ríen todos..) Pero bueno ¿qué pasó después

del jaleo?

Sale el vigilante abrochándose la ropa.

MAX.- (Señalando al vigilante) Pregúntaselo a éste que lo vio.

VIGILANTE.- (Terminando de vestirse) Buenos días Ana, ¿Me pones mi café, por favor?

ANA.-(Con prisas) Sí, sí ya voy un segundito.


RAMONA.-(Al vigilante) Oye, ¿qué pasó con Pedro anoche?

VIGILANTE.-(Sentándose) Casi lo matan.

ANA.-(Trayendo el café.) Cuando yo me fui a cambiar para irme había un follón....

RAMONA.-Pero. ¿por qué se pelearon? No me enteré de nada.

MAX.-Creo que fue por un cazo.

VIGILANTE.-Lo único que sé, es que cuando yo llegué me los encontré en la puerta, gritándose:
que si cabrón, que si hijo de la grandísima... Pedro le dijo que se cagaba en sus muertos, y el otro
se puso… Bueno, la cosa es que de repente se liaron a golpes. Después vi a Gastón con un
cuchillo en la mano Pedro le dio un golpe y el cuchillo rodó por el suelo.... (Toma café.)

RAMONA.-A mi me dijeron que Pedro cogió a Gastón por el cuello y casi lo sienta en un fogón.

VIGILANTE.-Eso sería antes...

ANA.-A mí me han dicho que la chef salió y los separó. Gastón no hacía más que decir: “No he
terminado contigo, esto no va a quedar así..." Lo que no se es por qué empezó la bronca.

PAULA.-Eso es lo de menos. Yo le doy los buenos días a Pedro, pero nunca las buenas noches;
con el mosqueo que tiene a esas horas... se pega con el primero que pilla.

VIGILANTE.-(Con la boca llena comiendo deprisa) Luego vinieron los amigos de Gastón que
estaban fuera del restaurante esperándolo, querían cargárselo. Yo ya me metí para adentro y no
vi más… Si me quedo, igual acabo en el hospital o algo peor.

ANA-¡Dios mío! ¿Pero por que empezó todo?

MAX.-¿Pues no te lo he dicho, coño? ¡Por un cazo!

VIGILANTE.-(Mira el reloj y deja la taza) ¡Uy qué tarde es! Me marcho, que tengo que entrar a
trabajar en el Carrefour. (Recoge sus cosas)

TODOS.- ¡Adiós!

Todos vuelven a su sector para seguir con su trabajo.

ANA.-¡Hasta la noche!

VIGILANTE.-Adiós, adiós…

BERTA.- ¡Que no se te olviden mañana los cincuenta euros!


Sale el vigilante. Pausa.

ANA.-¡Qué tranquilidad...! (Bebe café.) Nadie diría que dentro de un par de horas esta cocina se
va a convertir en una casa de locos, ¿verdad?

Entran CELIA y VIOLETA, que vienen del comedor. Poniéndose el mandil.

VIOLETA.-¡Odio los uniformes! Favorecen tan poco, chica. Además, como yo estoy tan delgada,
me pingan por todos los lado. De todos los que he llevado, el que mejor me caía era…

CELIA.-El del Ritz

VIOLETA.-Pues si.

CELIA.-Pues a mi me quedan todos que ni te cuento. Encima estos si los rompes o los pierdes
tienes que pagarlos.

VIOLETA.-En los hombres, en cambio, el uniforme parece otra cosa... están… ¡están más buenos!

CELIA.-¡Los hombres como están buenos es sin uniforme y sin nada! (Ríen las dos)

Entra DORA, camarera, a punto de llorar. Le sigue NICOLÁS su marido. Ella se gira y le arranca de
un tirón el bolso que lleva en las manos. Va aponerse el mandil. Él sin saludar a nadie se pone a
trabajar en su sector. Se encarga de los fiambres y comidas frías.

CELIA.-Hola Dora.

VIOLETA.- Digas lo que digas, a mi los hombres con uniforme me encantan.

DORA.-(Gritando) ¡Yo se de uno que le voy a poner de uniforme una cadena, con unos eslabones
(hace un gesto) así de gordos!, ¡vamos que si esta noche no viene

a casa, hago la maleta y me largo!

CELIA.-Pero si tu marido trabaja hoy por La tarde.

DORA.-Trabajar, trabajar... Si, tú encima defiéndelo! ¿Es que todo el mundo tiene que estar en
contra mía? ¿Te he hecho yo algo acaso? (A VIOLETA.) ¿Y tú, que miras?

VIOLETA.-¿Yo? Nada.

DORA.-¿Y ésta, quién es?

CELIA.-Es Violeta, la camarera nueva.

DORA.-¡La que faltaba para el duro, otra más para repartir las propinas!

VIOLETA.- (Muy bajito.) Encantada.

DORA.-¡Dios mío! No veo el día en que me vaya de aquí de una vez .

MAX.- ¿Echaste La primitiva Ramona?

RAMONA.- ¡Sí de esta me forro! ¡Hay un bote de 13 millones de euros! ¿Te imaginas?

¡Os saco a todos de pobres! Jajaja…

Entra corriendo JULIA, es la friegaplatos, joven, tiene buen aspecto, inteligente, es estudiante de
ingeniería electrónica en la universidad, deportista, juega al baloncesto. Lleva una radio de
fabricación casera en la mano. Se siente feliz de enseñársela a PAULA.

JULIA.- ¡Paula! ¡Hola, Paula! ¡Lo conseguí! Mírala, no es muy bonita, pero funciona de

puta madre.

PAULA.-Eres la hostia.

RAMONA.-¿Pero esto lo has hecho tú sola, Julia, con todos estos cables y piececitas? ¿Como
puedes perder el tiempo fregando platos en este restaurante?

JULIA.- ¡Que remedio me queda! Si no, no me puedo pagar los estudios. Me han denegado la
beca con los recortes.

PAULA.- ¡Dios que país! A donde vamos a llegar. Luego dicen que hay fuga de talentos. ¡No me
extraña!

Se acerca CELIA al grupo.


CELIA.-¿Viste lo que le pasó a Pedro anoche? Los amigos de Gastón querían pegarle. ¿Tú estabas
fuera?

JULIA.-¡Uf! ¡Eran ocho por lo menos.

CELIA.-¡Madre mía! (Muy interesada) ¿Le hirieron algo?

BERTA.-¡Menudo lío se armó!

JULIA.-¿Pero de verdad creéis que sólo fue culpa suya? Un hombre que se pasa todo el día aquí
lavando platos, barriendo, fregando, cocinando, quitando mierda, ¿qué puede hacer? ¡Tiene que
explotar!

JULIA pone la radio, que empieza a sonar. Suena un reggaetón. Se ponen a bailar. En el momento
culminante del baile entra MÓNICA, viene del comedor.

MONICA.-Marango está con la chef en el comedor.

TODOS.-¿Qué?

MÓNICA.- Que Marango está con la chef en el comedor. (Se dirige a cristalería, que está en la
parte derecha del escenario)

Se restablece la normalidad. Se reanuda el trabajo. JULIA coge la radio y se dirige al fregadero.


MÓNICA va al sector de pastelería a probar dulces.

PAULA.- Creía haber oído que venía Marango.

MONICA.-Dije que estaba en el comedor. Aún sigue allí. (Prueba los postres)

RAMONA.- (A MÓNICA) ¿Tienes idea de lo que pasó anoche?

MONICA.-No pasó nada. Sólo que a Gastón le hincharon un ojo.

RAMONA.-Pero a Pedro, ¿no le hicieron nada los amigos de Gastón?

MONICA.-(Que sigue probando dulces) Tuvo suerte. ¡Hum! me los comería todos.

RAMONA.-Te quedaste con él para protegerle, ¿eh?

MONICA.-Vinieron, él se acercó y les dijo: "¿Queréis jugar una partida de mus? Bueno, traedme
las cartas y haremos parejas." Después les dio la mano a todos uno por uno: "Adiós, au revoire,
good bye..." Se quedaron todos a cuadros. ¿Que iban a hacerle? ¡Es un fantasma! (Sigue con los
pasteles)

Por la por la puerta del comedor entra la METRE.

METRE.-¡Mónica! (Buscándola) ¡Mónica!

MONICA.-(De mala gana) ¿Qué?

METRE.- Juani está enferma.

MONICA.-¿Otra vez? Esa tía está anémica, seguro que está anémica,

METRE.- Ocupe su puesto hoy, por favor.

MONICA.-Pero no estoy vestida para atender a los clientes.

METRE.-Esa ropa está bien, sólo tiene que quitarse el delantal.

MONICA.-¿Esta? ¡Pero si está toda arrugada!

METRE.-Lo único que tiene que hacer es llevar a los clientes a sus mesas, no bailar con ellos.

Sale la METRE. MONICA le hace un gesto de burla a sus espaldas. CELIA entra del comedor y se
dirige a cubertería. DORA a cristalería.

MONICA.-Es la tercera vez que tengo que ocupar su puesto esta semana. (A BERTA) Toma,
guárdame el delantal.

BERTA.-Dámelo, riquina, me sentaré encima para planchártelo.

MONICA.- Dora… Juani ha vuelto a ponerse enferma. ¿Quieres ocupar mi puesto?

DORA.-No puedo estoy en el dos y en cristalería.

MONICA.-¡Es verdad, lo había olvidado! Celia, ¿qué sector tienes?

CELIA.-Yo estoy en el uno y en el cinco.

MONICA.-Eso quiere decir que no vas a tener tiempo para nada.


CELIA.-¿Y la nueva?

MONICA.-¡Buenísima idea! Está acostumbrada y tiene experiencia. Vamos a hablar con la Metre.

PAULA.-¡Suerte Mónica!

MONICA.- Por lo menos no tendré que aguantar a ese matón todo el día.

Salen todas en dirección al comedor. Pausa. Todos trabajan. Ruidos y humo.

RAMONA.-¡Qué pareja más rara, Pedro y Mónica!

PAULA.-Pues yo no la veo tan rara... Aunque el marido de Mónica lleva unos cuernos… ¡Uy!
Perdona Ramona, he metido la pata.

RAMONA.-No te preocupes, mujer. Tendría que seguir su ejemplo… pero a mi los cuernos me
hacen compañía, y si algún día olvido los instrumentos, meto los cuernos y doy vueltas a la
masa. (Ríen las dos)

Entra GASTÓN, cocinero, viene de la calle.

GASTON.-(A TODOS) Buenos días.

JULIA.-(Cruzándose con él) ¡Hola! ¡Como te han puesto el ojo!

GASTÓN.-(Agrio) ¡Metete en tus asuntos!

JULIA.- Está bien, está bien… ¡Joder! Parecía que iba a matarme.

PAULA.- ¿Quién va a querer matarte, bonita?

JULIA.- Tienes razón… ¿Quién va a querer matar a una jovencita, con toda la vida por delante?
Mirad, mirad todo esto: es todo un espectáculo. ¿No? ¡Es maravilloso! Una puta pila llena de
platos sucios… Algún día trabajaré en otro lugar…

Entra KIKO, el nuevo cocinero.


KIKO.-¡Hola! Soy el nuevo cocinero.

Pausa. Todos trabajan. KIKO sin saber que hacer, pasea por la cocina. BERTA se dirige a la cámara
frigorífica y saca unas patatas cortadas en rodajas. NICOLÁS reconoce su bandeja

NICOLAS.-(A BERTA, seco) ¿A dónde vas con eso?

BERTA.-Me hacen falta para saltearlas.

NICOLAS.-(Quitándole la bandeja) ¡Ah, no! ¡No, no y no! Son mías. Las preparé ayer las necesito
para mi ensalada.

BERTA.-(Recobrando la bandeja.) La ensalada la sacas del cuarto de las verduras.

NICOLAS.-¡Y una mierda! Del cuarto de las verduras sacas tu lo tuyo... Son mías, yo las preparé..

Los dos cogen la bandeja, peleando por ella.

BERTA.-¡A mí no me vengas con gilipolleces! ¡Pasiego de mierda! ¡Vete a pastar con el ganao!

NICOLAS.-¡Y tú a las cloacas con las ratas, que es donde debes estar!

La bandeja, al fin, cae, y las patatas ruedan por el suelo.

BERTA.-¡Esto te va a costar caro, enano! ¡Anda, atrévete a tocarme otra vez! ¡Muerto de hambre!
¡Habrase visto el idiota este!

NICOLAS.-¿Pero no oís a la tía ésta? (Acercándose con la bandeja en la mano) ¡Te voy a dar...!

Se enfrentan.

BERTA.-(Con una cazuela en mano.) ¿A mi? ¿A mí me vas a dar? ¡Atrévete si eres un hombre!
NICOLAS.-Te doy, ¿eh?, te doy...

MAX.-(Cruza con una sartén en las manos) A ver, por favor… que mancho, gracias. Podéis seguir.

Pero lo disputa ha acabado. Regresa cada uno a su sector.

NICOLAS.-¡Es una vaca!

Los cocineros mugen por lo bajo.

BERTA.-Mucho toro hay aquí, ¡pero con los huevos (hace un gesto) así de grandes!

Pausa.

NICOLAS.-(Encontrándose con KIKO) ¿El nuevo cocinero? (Le choca la mano)

KIKO.-Sí.

NICOLAS.-¡Te deseo suerte! ¿Sabes lo que tienes que hacer?

KIKO.-No, todavía no lo se.

NICOLAS.-Ven, yo te enseñaré. Para comenzar, aquí se cuelga el menú… La “chef” pone lo que
hay que cocinar diariamente. Ahí es donde yo trabajo el cuarto frío, ensaladas y carnes. Este es
Max, es el segundo “chef”. Y ahí ¿ves especie de mula parda? Pues también trabaja aquí, se
ocupa de las verduras, sopas y tortillas. Ana…

ANA.-¡Café, te y licores!

NICOLAS.-Y este es mi amigo Gastón, el mejor cocinero que tenemos: bistec y chuletas. ¿Qué te
ha pasado en el ojo?

GASTÓN.-(Gruñendo) Nada, nada.

NICOLAS.-Paula y Ramona: las reposteras. Y aquí trabaja Pedro, pescados.


Lleva a KIKO a la izquierda del escenario y le muestra otros sectores.

NICOLAS.-Aquí tienes delantales, te puedes poner uno. Pedro…

Entra apresuradamente PEDRO llega tarde. Comentarios de todos al verle. Miran a GASTON.
Tensión general.

PEDRO.-¡Buenos días, esclavos!(Se dirige a su sector, pasa cerca de GASTON. No ocurre nada. A
NICOLAS) ¡Buenos días!

NICOLAS.-Pedro, el nuevo cocinero. Te lo entrego.

PEDRO.-¿Y qué quieres que haga con él? (A KIKO) ¿Sabes donde tienes que trabajar?

KIKO.-No, todavía no.

PEDRO.-¿De dónde vienes?

KIKO.-Del Paraíso. Está ahí, cerca de la Estación....

PEDRO.-Ya, ya… ¿Pagaban bien?

KIKO.-¿Por qué crees que estoy aquí?

PEDRO.-Pues aquí pagan bien, pero esto es el infierno, se trabaja como un condenado. ¿Sabes
hacer salsa holandesa? Ya sabes… se cogen los huevos y... (Mima la acción de batir) ¡Chaca.
chaca!

KIKO.-Sí, claro.

PEDRO.-(Poniéndose el mandil) Los huevos están en una lata en la cámara. Ahí tienes un
cacharro. El batidor está en el cajón. Yo derretiré la mantequilla.

NICOLAS.-(A MAX.) No tenemos chuletas de cordero. (Gritando) ¡No hay chuletas de cordero!

MAX.-(Tranquilo.) Trajeron ayer tres piezas.

NICOLAS.-¿Y qué?

MAX.-¡Pues eso!

NICOLAS.-Ayúdame a cortarlas, hoy estoy solo.


MAX.-No es mi trabajo, pídeselo a otro. (A KIKO) ¿El nuevo cocinero?

KIKO.- Sí, “chef”.

MAX.- ¡Pedro! Ocúpate de los fritos esta mañana.

PEDRO.-¿Como de los fritos? No puedo encargarme de tantas cosas a la vez.

MAX.-A mi no me cuentes rollos, tienes un ayudante, ¿qué más quieres?

PEDRO.-Sí, pero es nuevo.

MAX.-¡Pues enséñale!

Por la puerta del comedor aparece la CHEF con el menú. Cruza la cocina en dirección a su mesa.

CHEF.- (Interrumpiendo la discusión. A todos). ¡Buenos días!

MAX.-¡Buenos días!

Todos la saludan con cierto respeto. Es el poder máximo de la cocina. Llega hasta el tablón
donde coloca el menú.

CHEF.-¡El menú de hoy!

Se vuelve a ir al comedor. Algunos se van aproximando al tablón, otros se irán agregando más
tarde.

BERTA.-¿Qué hay hoy de menú?

PEDRO.-Habrá algo original, ¿no?

PAULA.-Seguro.

NICOLAS.-A ver qué hay hoy de menú… ¡hombre!, ¡sorpresa!

PEDRO.-¿Qué tenernos hoy? ¿Qué tenemos? ¡Ensalada! (A todos) ¿Y qué hay con la ensalada?
TODOS.-¡Pollo asao!

PEDRO.-(A todos.) ¿Con qué? ¿Con qué?

TODOS.-¡¡Con ensalada!!

PEDRO bromeando, comienza a cantar una canción sobre la comida los demás le siguen
formándose un coro festivo en la cocina. Oscuro. Ha pasado una hora. Están todos trabajando,
cada uno a lo suyo.

PEDRO.-¡Eh, Gastón… siento lo de tu ojo!

GASTON.-¡A mi no me hables!

PEDRO.-Dije que lo siento, eso es todo.

GASTON.-¿Qué lo sientes? ¿Ahora lo sientes? Pues te vas a enterar. Ayer te escapaste, pero...

PAULA.-(Desde su sector) Gastón, ¿qué te pasa ahora?¿Qué te pasa? Te está diciendo que lo
siente, dice que lo siente, y si lo siente, bueno, yo creo que si lo siente de verdad, tienes que
aceptarlo.

RAMONA.-Vale, Paula, que te enrollas.

GASTON.-¿Aceptarlo? (Señalando su ojo.) ¡Mira cómo me ha puesto! ¿Y encima tengo que


aceptarlo? (A PEDRO.) Te lo advierto, esto no va a quedar así.

PEDRO.-¿Qué es lo que no va a quedar así? ¡Vamos a ver ¡¡Dime! ¿Qué quieres hacer ahora?
¿Quieres hincharme un ojo a mi? ¡Muy bien! ¡De acuerdo! ¡Pégame un puñetazo y acabemos de
una vez! (Burlándose, se arrodilla) ¡Oh. Gastón ¡Ven y haz justicia, como el rey Salomón! (Ríe).

GASTON.-¡No te rías, Pedro! ¡No te rías, por tu madre! ¡Que va a ser peor! ¡No te rías! (Se
abalanza sobre él)

Van a separarlos NICOLAS Y MAX.

GASTON.-¡Hijo puta! ¡Cabrón!

Cuando lo consiguen. Vuelve cada uno a su sector.


NICOLAS.-¡Me han dado a mi!

BERTA.- Serás tonto. ¡Para que te metes!

NICOLAS.- ¡Cállate vaca!

ANA.-(A PEDRO, acercándose) ¿Por qué le provocas? No os cansáis nunca. Comenzáis una pelea
y dura meses. ¡Estáis locos! (Dándole una taza.) Toma tu café. Y tranquilízate.

Pausa. Entra MONICA del comedor, se acerca al sector de GASTON.

MONICA.-(A GASTON, maternalmente) ¿A ver ese ojito? ¡Precioso! Si te favorece mucho…


(Mirándole)

GASTON.-¡Ten cuidado!

MONICA.-¿Duele?

GASTON.-Claro que duele, joder…

MONICA.-No es para tanto. Sabes que Pedro es incapaz de hacerle daño a nadie.

GASTON.-Encima, dale la razón.

MONICA.-Pero si fue sin querer…

GASTON.-Menos mal, si lo hace queriendo, me saca un ojo.

MONICA.-Tengo ahí una pomada que seguro que te va de maravilla.

MONICA hace ademán de irse. GASTON la retiene del brazo.

GASTON.-Ese te va a amargar la vida. Es un mierda que sólo busca bronca… Lo digo por ti, para
que hagas algo.

MONICA.-Estoy bien. Hago Lo que quiero y cuando quiero.

GASTON.-Así te va todo.
PEDRO pasa por delante de los dos provocando.

GASTON.-Lo que está buscando, es que un día le raje de arriba a abajo.

MONICA.-¿A Pedro?. Ese no le tiene miedo a nadie.

GASTON.-Es un niñato, ¿no lo ves? (A PEDRO.) ¡Niñato! ¡Niñato!

Entra la CHEF por la puerta del comedor. Viene revisando unas cuentas. Le sigue la METRE.

METRE.-¡Angela! (Ella no le hace caso)¡Angela!

CHEF.-¿Qué quieres?

METRE.-(Enseñándole un libro) Lee esto. Léelo.

CHEF.-¿Qué es?

METRE-Léelo, léelo. Es el libro de reclamaciones.

CHEF.-“Sopa agría…” ¿Qué sopa agria?

METRE.-La de ayer.

CHEF.-¿Ayer?... fue mi día libre, sólo vine a última hora. Habla con Max.

METRE.-¿Su día libre? ¿Pero cómo puedes tener una cocina a tu cargo y permitir que ocurran
estas cosas?

CHEF.-¡Era mi día libre!

METRE.-¡Max! (Va hacia él.)

MAX.-¿Qué quieres? ¡Nicolás! Doce pollos, por favor.

NICOLAS.-(Mirando en la cámara) ¡No hay más que seis!

MAX.-¡Pediremos mas! (AL MAITRE) ¿Qué pasa?

La METRE le entrega las hojas de reclamaciones.


METRE.-La sopa de ayer estaba agria; un cliente reclamó. Que no vuelva a ocurrir.

MAX.-Vale, vale. Ya Me he enterado… Muchas gracias. Yo me ocupo de todo.

La METRE sale al comedor, mascullando. MAX va hacia la CHEF y le entrega las hojas.

MAX.-Que la sopa de ayer estaba casi tan agria como ella.

CHEF.-Pues tírala. Así nos quitamos problemas.

MAX.- ¡Berta, tira la sopa!

Suena el teléfono.

CHEF.-(Descuelga el teléfono) "¿Sí? Dígame, señor Marango..."

PEDRO.-¡Novato!¿Esta todo preparado?

KIKO.-Más o menos. Me falta cortar el salmón.

PEDRO.-Pues hay que terminar todo esto antes de que nos pongamos a comer.

LA CHEF habla o todos, en alto, con el teléfono en la mano.

CHEF.-¡El jefe dice que si alguien necesita algo...!

VOCES DE TODOS.-.(Alternándose)¡Un millón de euros! ¡Unas vacaciones pagadas! ¡Un pisito!


¡Un chalet en la playa!

CHEF.- No nada señor Marango. No quieren nada... (Vuelve a hablar hacia los cocineros.) ¿Que
qué tal el nuevo cocinero?

KIKO-.(Dirigiéndose al teléfono como si fuese Marango en persona) Muy bien, muy bien, gracias.

PEDRO.-(A KIKO) ¿Pero, dónde vas, si no te ve?


MAX.-Los antiguos también estamos muy bien, gracias de nada.

CHEF.-(Al teléfono) Ya sabe lo que tiene que hacer. Sí…

KIKO.-Parece simpático, ¿no?

PEDRO.-¿Simpático? ¡Es un cabrón!

CHEF.-(AI teléfono) Si... ¿como? De acuerdo. (Cuelga y sale al comedor)

PEDRO-(A KIKO.) Espera unos días y verás. Va al mercado todas las mañanas y luego se encierra
en su oficina. Todo el día dando la lata con el puto teléfono. Y cuando aparece por aquí, cuando
el “señor" aparece, lo husmea todo. (Imitando la voz de MARANGO) “¡El pescado está quemado!
¡Esto tiene demasiada sal! ¡Oh! Paula y Ramona mis reposteras.” (Risa pomposa e irritante)

BERTA.-Lo hace bien el chico, ¿eh?

PEDRO.-(Probando con el dedo.) ¿Puedo? “¡Te lo tengo dicho, Paula! ¡Demasiado azúcar! ¡Algo
empalagoso!....¡Oh, Berta! ¡Berta!”

BERTA.-¡Marango!

PEDRO.-(Dándole una palmada el culo, groseramente) ¡¡Berta!! (Se acerca a ANA, mirándole los
pechos) ¡Ah, Ana! ¡Delicioso café, estupendo! (Acercándose a GASTON) Tú no tienes remedio,
Gastón, ¡eres un caso perdido! (Ríe)

GASTON.-¡Vete a tomar por el culo!

PEDRO.-(A KIKO.) No se le escapa nada, y luego se encierra en su oficina hasta la una o las dos
de la mañana. Eso no es un hombre, es un restaurante, te lo digo yo.... ¿Pero a mí qué me
importa?, en cuanto me case, me largo de aquí.

En ese momento pasa MONICA por el sitio donde PEDRO esta trabajando.

MONICA.-¡Fantasma!

PEDRO.-¡Vete a la mierda! (A KIKO, con orgullo.) Esa es mi mujer, o al menos lo será pronto. Mira
(saca una foto de la cartera y la lee en voz alta): "No seré feliz hasta que vuelvas. Te quiero
mucho." Me La mandó por vacaciones. ¿Verdad que es cosa fina?

KIKO.-Está buena, sí. Se parece a una que conocí en el Paraíso. Era toda tetas y un culo…

MONICA.-(A PEDRO) ¡Fantasma! Anda que la que armaste anoche.


PEDRO.-(Siguiéndola) ¿Te has propuesto cabrearme? ¿Qué querías que hiciera? ¿Dejarle que me
pegara?

MONICA.-(Volviéndose hacia él) Le has puesto un ojo negro, ¿lo has visto?

PEDRO.-Lo he visto, lo he visto. Pero él me amenazó con un cuchillo.

MONICA.-(Dándole la espalda.) ¡Eres un fantasma, Pedro!

PEDRO.-Escucha Mónica, hoy estás de recepcionista, así que nada de coquetear con los clientes.
(La coge por el brazo, apretándola) ¿Me has oído? Nada de coqueteos.

CELIA entra del comedor atraviesa el escenario y se dirige hacia el armario de la cubertería y
mantelería.

MONICA.-Tontearé con quien me dé la gana. (Mutis)

PEDRO.-(Gritando, al lado de la puerta del comedor) ¡Eres una guarra! ¡Una guarra descarada!
¡No te importa que te vea todo el mundo! ¡Una guarra!

Entra la CHEF. PEDRO se calla. Pausa. Se oye un grito. Es CELIA. Le ha caído algo sobre

la cara. Se la tapa con las manos y grita.

TODOS.-¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Quién ha sido?

Van acercándose a CELIA. La sientan en la silla de la CHEF, intentando averiguar qué

le ha ocurrido.

CELIA tiene un arranque de llanto y gritos

CELIA.-¡Aaah! ¡Aaah! ¡Mi cara! ¡Mi cara!


VIOLETA va en su ayuda entrando rápidamente del comedor.

CHEF.-(Llamando por teléfono.) ¿Señor Marango? Es que ha habido un accidente. A ver, un


momento, un momento… (Se acerca a CELIA.)

MAX.-(Al grupo que la rodea) ¡Está bien! ¡No es nada!

Se van dispersando poco a poco.

CHEF.-(Al teléfono) Mire… perdone, no ha sido nada. A una camarera, que le ha salpicado un
poco de agua hirviendo en la cara, pero… no es nada.

MAX.-(A las camareras.) Venga, que no es grave… hacerle una tila a ver si se

tranquiliza.

Las camareras con CELIA.

VIOLETA.-Tranquila, mujer, no te asustes, que no ha sido nada.

DORA.-¿Te duele? Ana, trae el botiquín, anda.

CELIA.-(Llorando) ¡El botiquín no! ¡Un espejo! ¡Quiero un espejo!

VIOLETA.-Luego te miras, deja que te curen primero. (A DORA) Si llego a saber que este sitio es
así, a mí no me ven el pelo.

DORA.-Mañana ni se te nota.

CELIA.-El espejo, el espejo…

Se lo dan. Aumenta su llanto.

ANA.- Toma la tila.


Entra la METRE por la puerta del comedor.

METRE.-¿Se puede saber dónde están las camareras?

BERTA.-(Señalándose debajo de la falda.) ¡Aquí debajo las tengo!

DORA.-(A CELIA) Tu tranquila, tómate todo el tiempo que quieras.

METRE.-¡Al comedor, que es muy tarde!

DORA.-¡Ya va! ¡Ya va!

Sale VIOLETA, siguiendo a la METRE, CELIA Y DORA se quedan un instante más.

DORA.-¡Nosotras ahora vamos!

CELIA.-¡Estoy harta, Dora! Ya no aguanto más.... Esta es la tercera vez que me quemo.

DORA.-Ánimo… tómate la tila.

CELIA.-(Colérica, llorando.) Y todo por esos ¡cocineros asquerosos! ¡Me tienen envidia, sólo
porque soy amiga de Marango! (Bebe)

DORA.-No te preocupes. (La Levanta) Venga vamos.

Salen hacia el comedor.

CHEF.-(Hablando por teléfono. MAX la observa) ¿Pero qué quiere que haga, señor Marango? ¡No
miran lo que hacen! ¡Claro que se lo digo! Es que no me hacen caso. Sí… sí…ya la han atendido.

MAX coge la silla de la CHEF y se sienta a su lado.

CHEF.-No volverá a ocurrir...no, que digo ¡que no volverá a ocurrir! Sí, señor Marango. Lo que
usted diga, señor Marango. Es que… claro… en una cocina, pues...
MARANGO le ha colgado el teléfono. Ella hace lo mismo de un golpe.

CHEF.-(A MAX) ¡Bastante le importa! Lo único que le interesa es que no se pare la cocina; lo
demás… ¡Un año más aquí, Max! Un año más… y ¡adiós! Entonces podrás ocupar mi puesto.

MAX.-(Levantándose) No, gracias. No quiero tu puesto. Ya hago de chef una vez ala semana y con
eso tengo bastante. ¡Que busquen otro loco!

CHEF.-¡Ah! ¿Crees que estoy loca?

MAX-.(Afirmando) Te gusta tu trabajo.

CHEF.-¿A quién le gusta trabajar?

MAX.-Encima que no te gusta trabajar, aceptas responsabilidades, ¿no es eso de locos?

CHEF.- Tengo que mantener una casa, una familia...

MAX.- Entonces… ya sabes. (La imita al teléfono mientras se dirige a su puesto) Sí, señor
Marango. Encantada, señor Marango. A su disposición, señor Marango. ¿Qué tal le van los callos
de los pies, señor Marango?

CHEF.-¡Idiota! ¿Has tirado ya la sopa?

MAX.-¡Berta! ¿Has tirado la sopa?

BERTA.- Sí

CHEF.-Pues que no vuelva a ocurrir, que estoy harta de repetir que no se guarda la sopa de un día
para otro. ¿Cuantas veces lo he dicho? Y, ¡por Dios! No dejen nunca cosas en un sitio donde
puedan caerse. Hay personas más eficientes que están deseando encontrar trabajo. ¿Entienden
lo que quiero decir? (Se dirige a su mesa) ¡Julia! ¡Julia! (Señalando el lugar donde se ha caído el
agua hirviendo.) ¡Ven a limpiar esto, pero bien!

Pausa. JULIA limpia el suelo. MAX silba y cada uno hace su trabajo.

Entran las camareras del comedor.

DORA.-¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Es que hoy no comemos o qué? (A VIOLETA) ¿Qué te ha parecido la
inspección militar?

VIOLETA.-¡Buff! Me ha mirado hasta los zapatos.

CELIA.-¿A ver qué exquisitos manjares nos habéis preparado hoy?

MAX.-Estofado de perros y gatos. Y de postre, rabos de rata.

MONICA.-(A la CHEF.) ¿Ponemos la mesa, o no?

La CHEF no se ha enterado. MONICA le hace un gesto para llamar su atención.

MONICA.-¡Qué si ponemos la mesa!

CHEF. -¿Qué? ¡Ah! Sí, sí. (Mirando el reloj.) Id poniéndola ya.

BERTA.-(Golpeando una cazuela.) ¡La comida!

Ponen entre todos la mesa, sillas, platos, vasos, etc… se van sentando alrededor. BERTA empieza
a servirles.

VIOLETA.-¿Siempre es tan mala la comida aquí?

CELIA.-¡Y a veces, peor!

DORA.-¿Es de ayer este repollo?

BERTA.-¡No! Podéis comerlo.

VIOLETA.-(A ANA, enseñándole una salchicha.) Mira, si es raquítica..

ANA.-Las he visto más gordas.

CELIA.-¡Estoy frita!

ANA.-Casi tanto como este huevo.

BERTA.-Sólo sabéis darle al pico. ¿Sabéis lo que yo comía de chica ? ¡Patatas! y de segundo, las
mondas.

VIOLETA.-Pero ya no es lo mismo la sociedad va cambiando.


GASTON.-Sobre todo para vosotras… Todas las mujeres tenían que estar donde yo me sé.

CELIA.-Si te parecemos tan mala gente, no salgas de tu barrio.

GASTON.-No os preocupéis, que en cuanto me monte mi taller no voy a necesitar nada de nadie.
Trabajaré para mí, y a los demás… ¡pista!

ANA.- Venga, Gastón, déjalo ya.

GASTON.-Si es que estoy hasta los…

Pausa. Hablan todos a la vez mientras comen.

NICOLAS.- ¿Yo? ¿Yo? ¿Mentiroso yo?

DORA.-Sí, tú.

NICOLAS.-¿De modo que te mentí cuando te dije que había ingresado en la escuela de
hostelería? Y mentí cuando te dije que había conseguido un piso para nosotros, ¿no? ¿Crees que
esto es un matrimonio como Dios manda?

DORA.-Si no te gusta, ya sabes…

NICOLAS.-¡No, si encima…! ¡Escuchad a esta lianta! ¡Eso es lo que eres, una lianta! ¡Ve a
preguntarle! ¡Pregúntaselo! Ya que no me crees a mí, al menos créela a ella.

DORA.-Bueno... ¡Vamos a dejarlo!

NICOLAS.-¡No! Yo siempre hago las cosas y tú te empeñas en decir que no las hago. ¿Por que no
me crees? Si te digo que tengo que quedarme, es porque tengo que hacerlo. (Gritando, a la
CHEF.) ¡Ángela! ¡Ángela!

CHEE.-¿Que pasa?

DORA.-(A NICOLAS) ¿Pero quieres dejar de hacer el ridículo delante de todos?

NICOLAS.-¡No! Anda, puedes preguntarle.

CHEF.-(Levantándose, a DORA). ¿Qué quieres?

NICOLAS.-¿Tengo que trabajar toda la tarde, si o no?

CHEF.-¿Estás loco, o qué? (Sentándose) ¡Haz el favor de no mezclarme en tus asuntos y déjame
almorzar! (A MAX) Quiere que yo le resuelva sus problemas matrimoniales, lo que me faltaba.
MAX.-Le podemos enseñar también lo que tiene que hacer en la cama. (Ríen todos)

Pausa. Todos hablan y comen.

PAULA.-(A VIOLETA) ¿Viste la serie de Antena 3 de anoche?

JULIA.-Sí, genial.

RAMONA.-Yo no me la pude tragar entera.

PAULA.-¡Yo me vi hasta la pitonisa y todo! (A JULIA) Buen actor ese Mario Casas, ¿eh?

JULIA.-(Comiendo) ¡Ay, qué guapo! Una sola noche con él y lavaría platos toda mi vida. ¡Jo! Es
que es tan alto, tan guapo, tan moreno, tan cachas…

PAULA Y RAMONA.-¡Tan, tan, tan...! ¡Pareces una campana!

Risas. Pausa.

BERTA.-Pues a mi con el segundo hijo, se me pusieron las piernas así (hace un gesto), como
botas.

DORA.-Si sólo fueran las piernas pero es que es todo, hija. Me tiene consumidita para mi que
éste no me viene bien.

BERTA.-¡No digas eso, mujer! Mira el pequeño mío, con lo que me costó parirlo… ¡qué parto me
dio ese muchacho! ¡Lo birria que me salió, qué tirillas! Y ahora da gusto verlo. Tú lo que tienes
que hacer es no pensar en nada, comer mucho y trabajar poco.

DORA.-No, si trabajar… intento hacer poco, pero aquí… Yo voy a seguir hasta que me den la baja.
Pero lo de comer… ¡Si es que estoy harta de pollo y verduras! ¡Qué asco! Verduras para comer,
para cenar…

BERTA.-Ya estás otra vez con la manía de las verduras. Pues como sigas así, te va a salir el niño
con una berza en la frente.

DORA.- Mira sabes lo que te digo ¡Las verduras para las vacas!

NICOLAS se ríe intencionadamente mirando a BERTA. Algunos mugen por lo bajo.


BERTA.-¡La madre que os parió a todos!

CHEF.-Celia... ¡Celia! Venga aquí, por favor (Celia se acerca) Suba un momento a dirección… No,
hoy no; mejor otra.

CELIA.-¿Por qué no voy a ir yo hoy?

CHEF.-Porque la digo yo, ¿esta claro? Dora, ¡Dora! Suba a ver qué quiere el señor Marango hoy
de comer.

DORA sale hacia el comedor.

CELIA.-(Sentándose, irritada.) ¡Siempre igual!

Pausa. Siguen hablando todos mientras comen.

PEDRO.-(A Mónica, que come a su lado) ¿Me perdonas?

MONICA.-Déjame. (Pausa)

PEDRO.-¿Qué tal te encuentras hoy? ¿Estás mareada?

MONICA-Estoy bien.

PEDRO.-¿Pero no notas nada?

MONICA.-No quiero hablar de eso. (Pausa)

PEDRO.-¿Qué día libras?

MONICA.-Mañana.

PEDRO.-O sea, que no nos veremos.

MONICA.-No.

PEDR0,-¿Qué piensas hacer?

MONICA.-Por la mañana iré de compras, por la tarde a la peluquería y por la noche voy a tomar
una copa a la discoteca.
PEDRO.-¿Por qué tienes que ir allí? Está lleno de putas.

MONICA.-Voy a ir con mi marido.

PEDRO.-¿Con tu marido a la discoteca? Escucha Mónica, tienes que hablar con él esta noche sin
falta. No podemos continuar así, como si fuéramos ladrones. Nos estamos haciendo daño, ¿no te
das cuenta?

MONICA.-No hablemos de eso aquí, por favor. No puedo decírselo todavía.

PEDRO.- Nos estamos destruyendo, nos insultamos, nos peleamos. No puedo esperar tanto
tiempo, ¿lo oyes? ¿Crees que me gusta este restaurante? ¡Hace tres años que estoy aquí por ti!
¡Tres años!

MONICA.-¿Por qué tienes que elegir siempre un lugar lleno de gente para hablar de esto? ¡Estás
todo el día con lo mismo! Ya te he dicho que tienes que darme tiempo. Ten paciencia.

PEDRO.-¡Paciencia, paciencia! (Entre dientes) ¿Me creerías si te dijera que va no puedo esperar
más? (Gritando) ¡Pues no puedo! (Da una patada a la silla)

MONICA.-¡Haz lo que te parezca!

PEDRO.-(Desesperado) ¿Y qué quieres que haga? ¿Me quieres convertir en el hazmerreír de


todos?

Pausa. Entra DORA, rompiendo la tensión que se ha creado.

DORA.-(A MAX) El señor Marango desea un muslo de pavo y patatas salteadas.

MAX.-El señor Marango puede irse a la mierda, estoy comiendo.

DORA.-¿Qué hago? ¿Subo y le digo eso?

MAX.-(Levantándose) ¡Aquí no le dejan a uno ni comer!

JULIA.-¡Paula! ¡Paula! (Con la radio) ¡La he arreglado!

Comienza a escucharse un rock and roll. Todos se van levantando y empiezan a recoger la mesa
al ritmo de la música.

Se hace el oscuro.
Ha pasado media hora. Están todos en sus puestos..

METRE.-¡Venga! ¡Que están entrando los clientes!

CHEF.-(A NICOLAS) ¿Todo está en orden? ¿Kiko lo tiene todo listo?

KIKO.- Sí, Chef.

CHEF.- ¿Tienen todo a punto? ¿Están todos preparados?

TODOS.- ¡¡Sí, Chef!!

CHEF.- (Mira su reloj) ¡Pues a ello!

Pausa. Empiezan a entrar las camareras con los pedidos del comedor.

DORA.-(A GASTON) Chuletas de cordero para dos.

GASTON.-Chuletas de cordero para dos.

CELIA.-(A PEDRO) Bacalao para cuatro. ¡Y dos codillos, Max! Y una minestrone, Berta.

PEDRO.-Vuelve dentro de cinco minutos.

DORA.-(A PEDRO) Rodaballo para tres.

PEDRO.- Oído. Tres de rodaballo..

CELIA. –(A GASTON) Chuletas de ternera para cuatro.

GASTON.-Chuletas de ternera para cuatro.

DORA.-(A NICOLAS) Tres ensaladas de pollo.

CELIA.-(A NICOLAS) Dos ensaladas de pollo.

NICOLAS.-Dos de pollo.

DORA.-¡Yo he pedido tres de pollo antes que ella!

NICOLAS.-No estoy sordo ya te he oído.


CELIA.-(A KIKO) Ocho de rodaballo para comenzar.

KIKO.-¿Ocho?

VIOLETA.-(Tímidamente a GASTON) Chuletas a la parrilla para cinco.

GASTON.-Oído. Chuletas para cinco.

DORA.-(A NICOLAS.) ¿Mis tres ensaladas?

CELIA.-¡Oye! ¡Yo estaba primero! ¡A ver si porque sea tu marido te va a servir a ti

antes…!

DORA.-(Cogiendo las ensaladas, ignorándola) Me falta una. Ahora vengo a por ella.

CELIA.-(A GASTON.) Seis filetes de ternera. (A BERTA) Cuatro menestras.

BERTA.-Menestra para cuatro.

VIOLETA.-(A MAX) Dos pollos con patatas "satén".

MAX.-¿Con patatas, qué?

VIOLETA.-(Irritada) “Satén”.

MAX.-Excusez moi, madame.

KIKO.-Oye Pedro, ¿te quedan rodaballos?

PEDRO.-En la cámara.

VIOLETA.-(A BERTA) Bacalao con tomate para cuatro.

BERTA.-¿Te parece que esto es un bacalao? Presta un poco de atención.

PEDRO.-Esa es mi especialidad preciosa.

MONICA.-(A NICOLAS.) Una ensalada mixta y dos de jamón.

PEDRO.-(A MONICA ) No olvides lo que te dije. Recuérdalo.

MONICA.-¿Recordar qué?

PEDRO.-Lo que estás haciendo… no sabes lo que estás haciendo.

METRE.-(A LA CHEF) Ha habido una queja: la minestrone está salada.

CHEF.-(A BERTA) La minestrone está salada ¿Es que te has propuesto desprestigiarme?
CELIA.-(A MAX) ¿Dónde están mis dos codillos?

MAX.-(Gritando muy enfadado) ¡Un momento! ¡Un momento! ¡Un momento! (Todo la cocina
mira cambia de actitud. Muy amable, le da el plato) Aquí los tienes, guapa.

Risas. Comentarios.

PEDRO.-¡Julia! ¡Platos!

JULIA.-¡En seguida!

DORA.-(A PEDRO.) ¿Están mis tres de rodaballo? (A NICOLAS) ¿Y la ensalada que me debes?

NICOLAS se la da de mala manera.

DORA.-(A MAX) Dos codornices escabechadas. (Se queda frente a él)

MAX.-¿Por qué no te sientas? Estarías más cómoda.

MONICA.-(A PEDRO) Dos de salchichas.

PEDRO.- ¿Te sirve ésta que tengo yo aquí abajo?

MONICA.-(A KIKO, sin mirar) Dos lenguados… (Ve que no está) ¿Dónde diablos se ha metido
éste? (Se queda esperando a que regrese)

PEDRO.-¡Novato! ¡Va, hombre, que aquí te esperan!

MONICA.-(A KIKO. ) Dos de lenguado. Y date prisa que es para hoy.

KIKO.-¡Virgen Santísima! (Se quita el sudor)

GASTON.-Amén.

VIOLETA.-(A GASTON) ¿Están ya mis chuletas?

GASTON.-Están, pero heladas. Las volveré a calentar

VIOLETA.-(A PEDRO.) Rodaballo a la plancha para tres.

DORA.-(A NICOLÁS.) Una de gambas y una ensalada.


NICOLAS.-Una de gambas con ensalada.

CELIA.-(A BERTA) Tres tortillas de jamón, unos huevos rellenos, dos francesas…

BERTA-¿Tu sólo ofreces huevos a tus clientes? Hay más platos.

VIOLETA.- (A GASTON) Tres entrecots.

ANA.-(A PAULA) ¿Están listos mis flanes de frutas?

PAULA.-En seguida, cariño.

CELIA.-(Desde lejos) ¡Ana, bonita! ¡Prepárame dos cafés! (A NICOLAS) Dos ensaladas de jamón.

METRE.-(Entra) ¡Señores! ¡Hay un montón de mesas sin servir!

CHEF.-¡Vamos! ¡Vamos!

Todos se precipitan.

GASTON.-(Casi histérico) ¡Nicolás! ¡Necesito filetes y chuletas de cordero, pronto!

NICOLAS.-¿No podéis esperar un minuto, coño?

GASTON.-Tengo seis filetes pendientes.

NICOLAS.-Y tu te crees que yo estoy de vacaciones en el Caribe, ¿no?

GASTON.-¡Todo el mundo es igual en esta pocilga!

DORA.- Rodaballo para uno.

KIKO.-¿Para uno? De acuerdo.

VIOLETA.-(A MAX) ¿Dónde está mi pollo asado?

MAX.-¿Qué pollo? ¿Qué pollo? ¡Primero lo pides y luego lo recoges!

DORA.-(A KIKO) Salmón a la parrilla para dos. ¿Marcha?

KIKO.-Sí, cinco minutos.

VIOLETA.-(A KIKO) Una trucha a la parilla, por favor.

KIKO.-(Dándose prisa) ¡En seguida!


CELIA.-(A KIKO) ¡Rodaballo para dos, por favor!

KIKO.-Está bien, está bien....

PEDRO.-(Ríe) ¡Ya están aquí! ¡Ya están aquí! ¡Marchando!

DORA.-(A NICOLAS.) ¡Pollo para uno y ensalada de jamón para uno!

CELIA.-(A PEDRO) Una de bacalao.

DORA.-(A GASTON) Una hamburguesa.

VIOLETA.-¿Qué pasa con mis cuatro bacalaos?

DORA.-Chuletas de ternera para una.

PEDRO.-(A VIOLETA ) ¿Cuándo los pediste?

VIOLETA.-¡Hace un rato! Estabas hablando con otra.

PEDRO.-No recuerdo nada. Vuelve dentro de cinco minutos. ¡La siguiente!

VIOLETA-No me has hecho caso, eso es lo que pasa.

PEDRO.-(Con rudeza) ¡He dicho que no me pediste nada!

MONICA.-(A BERTA) Dos de minestrone.

PEDRO.-(Con rudeza) ¡Haz el favor de volver dentro de cinco minutos! ¡La siguiente!

VIOLETA.-Pero si…

DORA -(A PEDRO) Rodaballo para uno.

PEDRO.-Rodaballo para uno.

VIOLETA.-(A GASTON) Chuletas de ternera para tres.

GASTON.-(Imitándola) Chuletas de ternera para tres.

CELIA.-(A NICOLAS.) Dos de jamón y una ensalada.

MONICA.- (A ANA) Flan de frutas para tres.

GASTON.-(A VIOLETA, que esta esperando) ¿Qué esperas? ¿No ves que se están enfriando las
chuletas?

VIOLETA.-Antes he tenido que esperarte…

GASTON.-(Imitándola) Antes he tenido que esperarte.


VIOLETA.-¡Que te zurzan! (Se tropieza con la METRE.)

METRE.-(A la CHEF.) ¡Hace un rato que Violeta ordenó cuatro de bacalao y aún no están listos!

KIKO, GASTON Y BERTA piden platos.

CHEF.-(A PEDRO.) ¿Qué pasa con ese bacalao?

PEDRO.-Es una embustera, chef, no hizo la comanda.

CHEF.-¡Venga hombre, venga!

PEDRO.-¡Una de bacalao! ¡Dos de bacalao!

DORA.-(A ANA) Dos cafés.

PEDRO.-¡Tres de bacalao! ¡Y cuatro de bacalao! ¡Toma tu jodido bacalao!

VIOLETA lleva una bandeja llena de platos. PEDRO la acosa, JULIA se cruza con ella, también va
cargada. Tropiezan y todo cae por el suelo.

VIOLETA.-¡Dios mío! ¡Dios mío! No puedo... ¡Esto es!

DORA.-No te preocupes, no ha sida nada.

PEDRO-(A VIOLETA) Eres demasiado torpe pera este trabajo. Será mejor que te vayas a casa.
¡Inútil!

BERTA.-¡Basta Pedro, cállate!

DORA.-(A BERTA) Una minestrone.

PEDRO.- ¡Dios mío! ¡El bacalao! ¡Se ha quemado! (Ríe) ¡Chaval! ¡Se ha quemado el

bacalao! No está bien, no está bien.

Coge rápidamente la sartén con el pescado quemado y lo echa en el cubo de la basura, que está
a su lado. Después lo tapa con un papel.
PEDRO.- ¡Chiiiiist! ¡Chiiiiist! ¡Ja, ja, ja.

BERTA.-(A PEDRO, muy alto, mientras trabaja) Este trabajo no es bueno. No es un

buen trabajo. ¡Es una mierda!

DORA.-(A KIKO) ¿Está preparado el salmón?

KIKO.-¿Tú qué?

DORA. -Mi salmón ahumado.

KIKO.-¿Cuántos querías?

DORA.-Dos.

CELIA.- (A BERTA) ¿Mis tres tortillas?

VIOLETA.-(A KIKO) Sardinas para cuatro.

KIKO.-Pedro, ¡por el amor de Dios!, ¿puedes echarme una mano?

VIOLETA-(A BERTA) Dos sopas de verdura.

PEDRO.-(Ayudando a KIKO) Aún tienes tiempo de irte, novato. Aún tienes tiempo ¿La siguiente?

DORA.-Dos de salmón

PEDRO.-¡Voilà!

PEDRO sirve mientras KIKO coloca las guarniciones.

PEDRO.-¿El siguiente?

MONICA.-Dos de bacalao.

Mientras PEDRO ha estado ayudando a KIKO, se le ha amontonado el trabajo en su sector.

CELIA.-Una de rodaballo y tres parrilladas de pescado.

DORA.-Dos de merluza a la romana.


MONICA.-Dos de bacalao ¡Venga Pedro!

PEDRO regresa corriendo a su sector porque las camareras están haciendo cola el bromeando
con cado una, les sirve.

PEDRO.- ¡Mirad esto! (Con ironía) Buenos días señoras… ¡a sus pies! ¿Quién es la siguiente?

VIOLETA.- (A MAX) Tres de pollo al ajillo.

MAX.-Tres de pollo al ajillo.

KIKO.-(A PEDRO.) Se me han acabado los limones.

PEDRO.-(Rudamente) Pues corta más. ¡La siguiente!

KIKO.-Déjame que utilice tu tabla, por favor.

KIKO va a cogerla. PEDRO deja su trabajo y salta sobre KIKO quitándole la tabla.

PEDRO.-¡Oh no! No, no, no. En el cuarto de Los platos puedes encontrar una. Esta es mía, la
necesito.

KIKO.-Pero si te la devuelvo en seguida. Es sólo un minuto...

PEDRO.-(Señalando..) En el cuarto de los platos.

KIKO.-Bien, habla al menos como un ser humano, ¿quieres?

PEDRO.-No tengo tiempo, amigo, no tengo tiempo. ¡La siguiente! (A VIOLETA) ¿Tú qué quieres?

VIOLETA.-Bacalao para dos.

CELIA.-(A NICOLAS.) Una ensalada con queso.

VIOLETA.-(A NICOLAS.) Una ensalada con jamón.

MONICA.-(A ANA.) Un flan de frutas y dos cafés.

DORA.-(A MAX.) Pollo asado para dos.

CELIA-(A MAX.) Ternera asada y espagueti para dos.


VIOLETA.-(A BERTA) Una tortilla de gambas.

MONICA-Una de gambas.

DORA.-(A MAX) Roastbeef para dos.

MAX.-Roastbeef para tres.

DORA.-(A KIKO) Lenguado para cinco.

CELIA-Rodaballo para tres.

DORA.-(A GASTON.) Chuletas de cordero para uno.

MONICA.-(A BERTA) Dos minestrones.

Cada vez va todo más rápido dentro de la cocina.

MONICA.-(A PEDRO.) Bacalao para cuatro.

PEDRO.-¿Qué?

MONICA-Los cuatro bacalaos de Violeta.

CELIA.-(Refiriéndose a KIKO.) Este nunca está en su sitio.

PEDRO.-(A MONICA.) Espérame luego.

MONICA.-Te esperaré.

CELIA.-Venga, novato, mi rodaballo.

PEDRO.-(A MONICA.) ¿Vamos a dar un paseo?

MONICA.-De acuerdo.

DORA.-(A CELIA.) Como sigamos a este paso nos perdernos las propinas.

VIOLETA.-(A GASTON) Chuletas de cordero para cuatro

DORA.-(A KIKO) Venga, nene… ¡mi lenguado!

KIKO.-(Llegando) ¿No te puedes esperar un cochino minuto?

DORA.-Dos.
CELIA.-Lenguado para uno.

MONICA.-(A GASTON) Tres hamburguesas muy hechas.

VIOLETA.-(A KIKO.) Rodaballo para tres. Aquí no hay tiempo ni para respirar.

KIKO.-¡Esto es un manicomio!

GASTON.- Tres hamburguesas.

NICOLAS.-¡Platos!

JULIA.-¡Platos!

KIKO.-¿Es que habéis vuelto locos? ¡No hacéis más que ladrar! ¡Es un manicomio! ¡Un
manicomio!

Llegado este momento, todas las camareras realizan círculos gritando pedidos

y cogiendo platos, al mismo tiempo que la intensidad del fuego aumenta y las luces de la escena
van disminuyendo, hasta apagarse. Los gritos de comandas y reclamos de platos, continúan en la
oscuridad.

ACTO II

Han pasado unas horas. Las luces van encendiéndose paulatinamente con el fondo musical de
una guitarra. Es por la tarde, la hora que precede a la cena. PAULA Y RAMONA están trabajando
en su sector. Son las únicas que se quedan toda la tarde. . KIKO está tumbado boca arriba, en un
banco de madera, agotado. PEDRO está sentado junto a una mesa, esperando a MONICA.
NICOLAS está en un rincón cantando con su guitarra. Los demás distribuidos en diferentes
grupos, leyendo, descansando. JULIA barre lentamente el suelo. Hace una pelota con unos
papeles y simula una retransmisión de un partido de baloncesto.

JULIA.- Buen rebote para Julia, con el balón en las manos… por el centro… ¡Uy! primera falta
personal… Recupera el balón, botando como si nada, lanza el balón a hierro y rebote, sin
precisión… Hay que robar balones, recupera el esférico, se planta, lanza y canastaaaaa.
En ese momento entra BERTA.

BERTA.-.- ¡Julia, hija! Mira un poquito que casi me das… (Va hacia la máquina del café) ¿Quieres
un café?

JULIA.- No, gracias. El café es malo para las deportistas. (Sigue limpiando)

GASTON.- (Enseñándole unas cartas) ¡Berta! ¿Echamos una partidita?

BERTA.-Bueno. (Va a su lado y se sienta a jugar)

KIKO.-(Tumbado en un banco) ¡Miradme!¡Estoy empapado! Esto no es sudor.

Estoy tan cansado que si sigo así, me podéis servir para la cena. En serio, si me quedo

un minuto más, me muero. Este no es un sitio para un ser humano, va a acabar conmigo. Llevo
aquí medio día y ya no aguanto más. ¡Ay mañana, qué agujetas!

GASTON.-Ya te acostumbrarás. Lo pagan bien.

KIKO.-Me gusta que paguen, pero no por dejarme el pellejo.

JULIA.-¿Pero de qué te quejas? Si el mundo es así. Todo va tan rápido que es imposible saber lo
que ocurre. Unos vienen, otros van. Emociones y mucho ruido. ¿Y todo para qué? Encuentras un
amigo, crees que lo vas a tener toda la vida y en cuanto sales de aquí. ¡Paff!, le olvidas. Es como
en la discoteca, que conoces a un chico, estás con él, abrazados, escuchando música.... y eso; y
luego

no lo ves nunca más. Pero bueno, a mi en realidad lo que me importa es pasármelo bien el día
que libro, lo demás me da igual... pero igual, igual...

Llega MONICA, enfadada. Se dirige al comedor.

PEDRO.-(A MONICA) ¡Idiota!

MONICA.-¡Vete a la mierda!

PAULA.- Pues si que empieza bien la tarde.

PEDRO.-(A KIKO) Pensé que no te gustaba esto. ¿Qué haces aquí a la hora de descanso?
KIKO.-¿Donde quieres que vaya si tardo dos horas en llegar a mi casa? Primero el tren, luego el
autobús que tarda un siglo y después más de media hora andando. Necesitaría un helicóptero,
para llegar a tiempo… o un Mercedes, (gritando) ¡que me ponga la empresa un Mercedes!

GASTON.-Yo, donde esté un BMV que se quiten todos los coches. Es el mejor, tiene una línea, un
maletero impresionante, quinta marcha, faros antiniebla... ¡Ah! y frenos de disco.

Entran la CHEF y MAX

CHEF.-Me gusta mi trabajo. ¿Pero cómo me va a gustar ser chef en esta cocina?

MAX.-¿Qué tiene esta cocina de malo que no tengan las demás?

CHEF.-Pues sí, Marango nunca baja y cuando lo hace, ya sabes como es no distingue una patata
de una cebolla. ¡Los fogones funcionan fatal! Nadie está a su trabajo. No me vas a convencer…
este restaurante no marcha.

MAX.-¿Y piensas que vas a encontrar algo mejor si te vas?

CHEF.-Seguro que hay algún sitio donde uno puede hacer bien su trabajo.

MAX.-No seas ilusa, el mundo está lleno de cocinas como esta. Sólo que a algunas las llaman
oficinas, fábricas y todas son una mierda. Cuanto menos te pringues en ellas, mejor. ¡Ah! menos
para los dueños, claro, que esos son los que se llevan la pasta.

CHEF.-Pues nada, seguiremos aquí, tragando diez o veinte años más.

MAX.-¡Claro! Ve a tu aire. No hay que complicarse la vida.

CHEF.-Sí, para ti muy fácil. Porque no tienes que hablar con la Metre, discutir con Marango...

MAX.-¡No te quejes tanto! (Ya dentro) Hola, ¿qué hay? ¡Venga, a producir! ¡Al tostadero!

PEDRO.-Otra vez: el mandilito, el gorrito, el piquito. ¿No os gustaría llegar un día y que todo esto
hubiera desaparecido?

KIKO.-Te quedarías sin trabajo.

PEDRO.-Aunque sólo fuese un día. Llegar y… ¿te lo imaginas? Esfumado, que todo hubiera
volado.

KIKO.-¿Pero qué dices, hombre? Como se van a volar la cocina, el lavaplatos, las patatas...

PEDRO.-Si, que desapareciera todo. Como si estuviéramos soñando.


NICOLAS deja de tocar.

VIOLETA.-¡Humm! Esta noche he tenido un sueño maravilloso, he soñado que me tocaba la


lotería, la quiniela, la primitiva, el cuponazo, la bonoloto..... todo. Todo

me tocaba a mi.

CELIA.-Y si te tocara, ¿qué harías?

VIOLETA.-¿Si me tocara? ¿Si me tocara alguna vez? (Pausa) Pues… no sé.

DORA.-¡Como sois! Desde luego, no hay quien os entienda. ¿Alguien ha visto una carta que había
aquí?

CELIA.-Yo, toma.

DORA.-Menos mal, tengo que echarla hoy sin falta. ¡A ver si me dan el préstamo de una vez!

VIOLETA.-.¿Pero para eso no tienes que ir al banco?

DORA.-Sí, pero es que estoy harta. No lo soporto. Te envían de un lado a otro como una pelota
de ping-pong, no miran ni que eres una persona, ¿qué va! Y ellos

siempre tienen la razón. El día que encuentre una persona amable detrás de una ventanilla, le
pongo flores a Santa Rita virgen y mártir.

CELlA.-Pero cómo vas a encontrar una persona amable en esta vida, si cada uno va a lo suyo. Y tú
la primera. Todavía no he encontrado a alguien en quien se pueda confiar de verdad, y menos en
esta cocina. Todo el mundo va a lo que va.

VIOLETA.-iAyl Si, hija, así es la vida. Yo siempre lo digo, es muy difícil tener lo que uno quiere.
Una vez fui de vacaciones a Las Palmas de Gran Canaria y todo el día lloviendo.

Entra ANA, viene corriendo, acalorada.

ANA.-(Entrando. ) ¡Lo tengo! ¡Por fin. lo he conseguido. No voy a poner ni un solo café más en
toda mi vida. ¡Ah! Y a partir de ahora solo beberé champán, champán para desayunar, champán
para comer, champán para…

CELIA.-¡Hija qué ataque! ¿Qué te ha pasado?


ANA.-Por casualidad, vi un anuncio en una revista. Un hombre de negocios que buscaba una
secretaria para acompañarle en los viajes. Le mandé una foto y me ha

elegido a mi.

VIOLETA.-¿Pero tú sabes mecanografía?

ANA.-No, que va.

VIOLETA.-¿Y taquigrafía o idiomas?

ANA.-¿Yo?, para nada.

VlOLETA.-Y entonces... ¿por qué te han cogido?

CELIA.-(A VIOLETA) Desnuda.

VlOLETA.-¿Qué?

CELIA.-Que mandó la foto desnuda. Seguro que lo ha sacado del “Play Boy”.

ANA.-No, si no me han cogido todavía. Me han dicho que me llamarán.

CELIA.-Estás tu buena si esperas que te llamen. Con la cantidad de chicas monas que habrán ido.

DORA.-No te hagas muchas ilusiones, por si acaso.

ANA.-¿Ilusiones? Si no tuviera ilusiones me moriría. No voy a quedarme aquí toda la vida. Con la
de cosas buenas que hay por el mundo esperándome a mí. Sólo tengo

que encontrarlas.

PEDRO. Todo el mundo debería soñar al menos una vez en la vida. ¿Tu en qué sueñas?

KIKO.-¿Yo?

PEDRO.-Sí, tu.

KIKO.-¿En qué sueño? A mí lo que me gustaría es tener un restaurante pequeñito, no como esto
que parece un manicomio: gente entrando y saliendo a todas horas…

Me gustaría, pues eso.... que tuviese tres o cuatro mesitas.

MAX.-(Burlándose) ¡Una sola! ¡Para ti!

KIKO.-No hombre, más

MAX.-Si, dos. Una para ti y otra para tu madre.

KIKO.-(Sin hacerle caso, en su sueño) Con manteles bonitos, de hilo. Todo de madera de ébano,
con velitas en las mesas...

MAX.-¡Para cuando os corten la luz! ¿no?

PEDRO.-¡Déjale que hable!

KIKO.-Con una gran terraza y las vistas…

MAX.-Al mar… al mar…

KIKO.-Y sobre todo, que se sirvieran buenas comidas, no como aquí.

MAX.-Con tu madre de pinche...

PEDRO. Ya está bien, ¿no? ¿Te parece una estupidez?

MAX.-Pues sí…¡Cómo va a poner este tío…!

KIKO.-Pues ahorrando.

MAX.-¡Mañana te traigo una hucha!

PEDRO.-Cuando alguien sueña se convierte en algo mejor. Lo que pasa es que tú no puedes
soñar ni dormido.

MAX.-¿Tienes algún problema conmigo? ¿Qué coño te pasa? ¡A ver!

PEDRO.-A mí, nada. Tú, que eres el hombre perfecto. Llegas, trabajas, comes, te marchas… No
tienes preocupaciones, ni ilusiones! ¡No sueñas! ¡No tienes nada!

¿Qué pasa? ¿Te gusta trabajar aquí, verdad?

MAX.-He trabajado en sitios malos y peores. En todos te encuentras lo mismo. A mí ahora me da


igual, sólo me importa el dinero. ¿Pasa algo por eso?

PEDRO.-Dinero, siempre la mierda del dinero.

VIOLETA.-Yo, en cuanto tenga dinero, me voy a París, París… París…

ANA.-París, Londres, Roma... París, Londres… y todos los demás países. Conocer a hombres de
todo el mundo. ¿Te imaginas? Conocer a los yugoslavos, y a

los que no son yugoslavos, pues también…

CELIA.-Yo no quiero saber nada más de tíos, van siempre a lo mismo. Si pudiera, me compraría
una isla y viviría yo sola, con miles de doncellas que me tratarían de usted, como a una reina.

ANA.- ¡Y parecía tonta!


DORA.-¡Oye! Me voy contigo. Con tripa y todo ¿eh?

CELIA.-Sobre todo que no haya ni un solo hombre. Ninguno, ninguno.

ANA.-¡Uy, que pena! Si no hay hombres, yo no voy…

DORA.- Yo, con que no esté mi marido, tango bastante.

PAULA.-Me dais pena, tantos sueños, tanto coño, tanta historia. ¡Qué manera

más tonta de perder el tiempo!

PEDRO.-¿Y qué? ¿Qué importa si perdemos el tiempo? ¿Es que tú haces algo mejor?

PAULA.-Pedro voy a decirte algo, sinceramente no me caes bien. ¡Espera un minuto! No me


gustas. Eres un fanfarrón que sólo sabe meterse con los demás. El trabajo

te está volviendo loco, ¿sabes?

RAMONA.- ¡Paula, déjalo!

PAULA.-¿Quieres saber con lo que sueño? Sueño que te pierdo de vista y me dejas en paz. Estoy
harta de personas tan egoístas como tú, que sólo piensan en sí mismas.

PEDRO.-Bueno, bueno ¿Para ti todos somos una mierda, no?

PAULA.-Escucha, conozco a un conductor de autobús vecino mío que es como tú, clavao, igual,
¡igual a ti! Un egoísta y un chulo ¡como tu!. Y lo peor de todo es que hay una barrera que me
impide acercarme a millones de tipos como él y como tú. ¡Mierda! ¡Mierda! ¿En qué acabará
todo esto? ¿Qué haces tú para solucionarlo? Estoy de acuerdo contigo. Es posible imaginar que
una mañana nos levantemos y de repente descubramos que todo ha desaparecido. Pero
entonces yo pienso: ¿debo dejar de hacer pasteles por eso? Debemos dejar nuestros trabajos
por eso. ¡Contéstame! ¡Dame una respuesta!

Pausa.

PEDRO.-¿A mí qué me cuentas? (Pausa) El rollo que me ha metido la tía. Os pido sueños y me
dais pesadillas (Se va a su sector)

GASTON.-Yo sólo sueño en la cama. Y luego no me acuerdo ni de la mitad.

NICOLAS.-Pues yo con lo único que estoy de acuerdo es con lo del dinero. Convertirme en un
millonetis de esos que van por ahí ganando mucha pasta para comprarme un cochazo. Volver a
mi pueblo y entrar por la calle principal tocando el claxon: ¡Poo! ¡Poo! Y todos asomados a las
ventanas, muertos de envidia, bien jodidos… A mi dejadme de historias y dadme dinero, sólo
dinero. (Sale hacia el comedor)

Frases de todos:

Dinero para los días que libro.

Dinero para tener mucho dinero.

Dinero para ir a París.

Dinero para irme de aquí.

Dinero para un Mercedes.

Dinero para no trabajar.

Dinero para un taller.

Dinero para un restaurante.

TODOS.-(Juntos, cada vez más fuerte. ¡Dinero! ¡Dinero! ¡Dinero!

Y se hace el oscuro, cerrando los sueños de los personajes.

Suena el teléfono. Se oye la voz de la CHEF.

CHEF.-¿Dígame? Sí, señor Marango. Ya empezamos, ya. ¡Venga! ¡A trabajar! ¡Que ya es hora!

Se ilumina el escenario. Todos están en sus puestos. Se ponen a trabajar. Pausa. Entra MONICA
del comedor, se dirige a cubertería. PEDRO está ordenando el pescado de a cámara.

MONICA.-(Acercándose a PEDRO). ¿Estás enfadado todavía? Si nos hemos peleado la culpa fue
tuya, no mía. Eres igual que un niño. Siempre criticando todo lo que hago.
PEDRO.-¿Y crees que yo me siento bien, acaso? Vas de aquí para allá. Hablas con éste, con aquel.
Y yo detrás como un gilipollas, intentando estar contigo aunque

sean unos minutos. Y cuando me acerco, parece que no quieres ni verme.

MONICA.-Eso no es verdad, no seas idiota.

PEDRO.-(Cogiéndola por el brazo) ¿Preferirías que fuese como el calzonazos de tu marido?

MONICA.-(Soltándose) ¡Déjame en paz!

PEDRO.-A veces me da pena. Es un pobre hombre.

GASTON pasa cerca de ellos.

MONICA.-Siento haberte dejado plantado en la calle, ¿vale? ¡Adiós!

PEDRO.-Me dejas tirado coma un perro y luego lo sientes.

GASTON.-(A MONICA.) ¡Que se joda! Lo mejor que podías haber hecho. No se merece otra cosa.

PEDRO.-(Amenazándole.) ¡Gastón, no te metas en esto!

GASTON.-¿Por qué? Tengo que ver como la tratas y dar media vuelta. ¿no? (A MONICA)
Acuérdate de lo que te he dicho antes.

PEDRO.-¡Vaya! ¿Es qué no puedes parar? Tu marido, luego yo, ahora éste. ¡EI siguiente, por
favor! ¡Joder, como te gusta!

MONICA.-¿Cómo puedes decir eso? Sólo somos amigos.

GASTON.-No le hagas caso, que piense lo que quiera. (A PEDRO) ¡Ahí te pudras! (Se va)

PEDRO.-(A GASTON.) ¡Te pudres tú! (A MONICA) ¡Y tu con él si quieres! (Empujándola) ¡Vete!
¡Vete con él! ¡Le encanta hacerlo en el baño! ¿sabes? ¡Es Lo que más le gusta!

MONICA.-(Llorando desesperada, a PEDRO.) ¡Vengo a pedirte perdón! ¡Te digo que lo siento,
hablo contigo! Y tú, tú... (Se aleja)

BERTA la consuela.
BERTA.-Déjalo Mónica. No merece la pena.

Por la puerta del comedor entra KIKO, le sigue NICOLAS cargando unas cajas. PEDRO sale a los
servicios.

KIKO.-(A NICOLÁS) Si discutíais tanto, ¿por qué te casaste con ella?

NICOLAS.-Porque la quería.

KIKO.-¿La querías? ¿Desnuda, no? (Ríe)

NICOLAS.-(Muy cortado) No jodas, que es mi mujer.

KIKO.-Perdona, era una broma. Pero, ¿que pasa? ¿Es qué tu no te la tiras?

NICOLAS.-(Poniéndose colorado) ¿Y a ti qué te importa?

MAX.-Esto no es un centro de descanso! ¡A trabajar!

Por la puerta del comedor aparecen VIOLETA y la METRE

METRE.-Para ser su primer día aquí, lo ha hecho usted muy bien. Se nota que tiene experiencia.
Por la noche no viene tanta gente, es más llevadero. iAIe! Vaya preparando las copas. (Sale)

Pausa.

VIOLETA.-(Apartando a KIKO para colocar unos vasos en su sector) ¡Perdón!

Pausa. Se miran de reojo. No se conocen. KIKO intenta entablar una conversación.

KIKO.-No he cocinado peor en mi vida. Aunque después de todo, no creo que a nadie le importe
aquí la comida...

VIOLETA.- ¡Ya! ¿Y qué me dices de las camareras? ¡Nos tratan como a animales! Todo el mundo
empujándote, ¡es demencial! Donde trabajaba antes, nos movíamos

igual que bailarinas de ballet, andábamos con gracia entre las mesas. Había espacios libres para
moverse. Esos sí que eran restaurantes civilizados, y no éste.

KIKO.-Con almidón y uñas limpias, he oído algo de eso.

VIOLETA.-Mi primer día aquí y voy a llegar a casa morada, mira que cardenales.

VIOLETA se abre un poco la blusa y le enseña el hombro. A KIKO se le va la vista un poco más
abajo, por el escote.

KIKO.-Es verdad... (Violeta se da cuenta y se tapa rápidamente) ¿Es tu primer día aquí?

VIOLETA.-(Tímida) Sí.

KIKO.-¡Yo también he empezado hoy! ¡Qué casualidad!

VIOLETA.-(Encantada) ¿Ah, sí? (Ríen)

Pausa. Se miran sin saber qué decir.

KIKO.-¡Claro! ¡Tú eres a la que se le ha caído una bandeja.

VIOLETA.-(Molesta) Sí, pero porque me han empujado.

KIKO.-No, si no pasa nada… Te han empujado… luego se

barre y ¡ya está!

VIOLETA.-¡No veas cómo se han puesto todos! Cuando vine a pedir el empleo, muy amables, que
si cómo te llamas, de dónde eres... y luego por una bandeja casi me comen.

KIKO.- Ya… suele ocurrir.

Pausa. Se quedan muy juntos mirándose.

KIKO.-Y… ¿cómo te llamas?


VIOLETA.-Violeta.

KIKO.-(Embobado) ¡Qué bonito!

VIOLETA-¿Y tú?

KIKO.-Yo también... ¡quiero decir! ¡Kiko! (Ríe tontamente) ¿A qué hora terminas,

Violeta?

VIOLETA.-A las once. ¿Y tú?

KIKO.-¿Yo?... Yo también a las once... claro… trabajo aquí... (Ríen) Quedamos luego, ¿vale?

VIOLETA.-Vale... Bueno, tengo que seguir. ¡Hasta luego!

KIKO.-Adiós, adiós. (Se tropiezan. El se queda cortado. Ella ríe y sale)

NICOLAS.-No, no. ¡Déjame de gaitas! ¡No quiero volver a oírte!

GASTON.-Pues vete de aquí. Te pasas la vida dando vueltas

a mi alrededor preguntando lo que tienes que hacer. “¿Puedo hacer esto?, ¿puedo hacer lo
otro?". No soy tu padre.

NICOLAS.-¡Claro que no eres mi padre! El era un hombre amable que no iba por ahí
chismorreando lo que se le contaba…

GASTON.- ¿Vosotros me habéis oído contar algo del padre de este?

NICOLAS.-Mi padre crío nueve hijos y todos somos honrados, se puede confiar en nosotros…

GASTON.-Te vuelvo a decir que no he contado nada a nadie coño! ¡Nueve hijos honrados! (Ríe)

NICOLAS.-(Enfadado) ¡Mi padre no era un borracho como eres tú! ¡Mi padre....!

GASTON.-¡Tu padre! ¡Tu padre! ¡Estoy harto de ti, de tu padre, de tus nueve hermanos honrados
y hasta de tu puta madre!

NICOLAS.-(A MAX) ¡Mi madre! ¡Ahora se mete con mi madre!

MAX.-Déjalo, a esta hora está ya borracho.

NICOLAS.-(Yéndose hacia el comedor) Pues por eso, porque está borracho, que si no...

En ese momento entra en la cocina un MENDIGO. Busca a la CHEF. Todos le miran atentamente y
sonríen.
GASTON.- ¡Berta! ¿Es éste el tipo que va detrás de ti?

Risa general.

BERTA.-Detrás de ti voy a ir yo dentro de un momento, prepárate.

Se acerca al grupo de jóvenes y habla con KIKO.

MENDIGO.- Perdone, ¿puede decirme quien es el Chef?

KIKO.-¿La Chef? Esa de ahí.

El MENDIGO se dirige a la CHEF. No dice nada, solamente alza su cabeza interrogante.

MENDIGO.- Perdone, no me gusta pedir…, no acostumbro… Toco en la calle… pero llevo unos
días sin echarme nada a la boca. Con esto de la crisis ya nadie da limosnas. ¿Tienen algo de
comida? A veces encuentro algo en la basura, pero ya ni eso… hay una competencia…

CHEF.- (Cortándole)¡Berta! ¡Busca una lata y que le den algo de sopa!

MENDIGO.- (A MAX) No me gusta pedir, pero es mejor que robar, es que dar el palo es muy
chungo ¿sabes? Os puedo tocar un poco el acordeón… (Toca un poco y después pasa la gorra)

MAX.-No, lo siento. No llevo nada suelto.

MENDIGO.- Aquí tengo mis documentos, soy legal… Todo el mundo lleva encima sus papeles… Yo
siempre llevo los míos… ¿Qué está haciendo?

MAX.-Espaguetis.

MENDIGO.-Yo, cuando cocino le echo las hierbas estas... sí, las hierbas… ¡si las conoce todo el
mundo…!

RAMONA.- Marihuana. (Ríen)


Entra PEDRO, secándose la cara.

KIKO.-¿Orégano?

MENDIGO.-¡Eso! ¡Orégano!

Pausa

MENDIGO.-(A KIKO) ¡Orégano! ¿No tendrás algo suelto por ahí?

KIKO.-No, lo siento.

BERTA le da al MENDIGO una lata con sopa.

BERTA.-Toma, ¡que aproveche!

MENDIGO.- Gracias, princesa. Está fría. ¿Y un poco de pan?

MAX.-¡Que estamos trabajando!

PEDRO se acerca al MENDIGO. Mira la lata, se la quita y se la ofrece a BERTA.

PEDRO.-¿Quieres un trago?

BERTA.-¡Déjame en paz! Yo trabajo para vivir, ¡idiota!

PEDRO tira la lata en el cubo de basura. Después coge dos chuletas y se las da al

MENDIGO. La CHEF lo está viendo todo desde el fondo.


PEDRO.-(Empujándolo suavemente) Y ahora vete, ¡Vete!

MENDIGO.- Gracias, gracias… muchas gracias, que Dios se lo pague con una buena novia….

CHEF.-(Acercándose a PEDRO) ¿Eso qué es?

PEDRO.-Le he dado unas chuletas.

CHEF.-¿Tienes permiso del señor Marango?

PEDRO.-No, pero…

CHEF.-¿Te he dado yo permiso, acaso?

PEDRO.-No.

CHEF.-Actúas por tu cuenta, ¿no?

PEDRO.-¡Bueno! Son sólo un par de chuletas. No va a quebrar el restaurante por eso.

CHEF.-Pues valen dinero, ¿sabes? Y además, el chef soy yo, ¿te enteras?

PEDRO.-(Yéndose) ¡Vale! ¡Vale!

CHEF.-Y no se te ocurra pensar que no puedo hacer que te despidan. ¿Crees que puedes hacer lo
que te dé la gana? ¿Sabes lo que te estás buscando? ¿Quieres que

se lo diga a Marango a ver qué te dice?

Suena el teléfono.

PEDRO.-¡Mira! Ahí lo tienes ¡Corre! ¡Díselo!

CHEF.-(Cogiendo el teléfono) Dígame…

Pausa. PEDRO la está mirando. Expectación en la cocina.

CHEF.-No hay ningún problema, todo va muy bien... Si, ninguna novedad… De acuerdo. (Cuelga el
teléfono y sale al comedor.)
PEDRO da una patada al cubo de basura. Entra BERTA; trae un colador. Viene acompañada de
MONICA. Observan la cocina.

BERTA.-¡Bueno! Lo que tienes que hacer es dejarle de una vez. Las hombres solo sirven para dar
disgustos, hija mía. No pierdas el tiempo con él, Mónica. ¡Mándale a paseo!

MONICA.-Sí.... ,¿y cómo?

BERTA .-Pues mandándole.

MONICA.-¿Así como así? Decirlo es muy Fácil.

BERTA.-¡Ay señor! ¿Por qué no nos iremos todos a la mierda de una vez?

MONICA.-Muy buena idea.. ¡Vámonos todos a la mierda!

PEDRO.-(Yendo hacia MONICA) Mónica, lo siento.

NIONICA.-Vaya porvenir que tenemos. Pidiendo perdón a todas horas. Primero yo, ahora tú…

PEDRO.-¿Has visto al mendigo que ha entrado?

MONICA.-¿Qué mendigo?

PEDRO.-¿No te has enterado?

MONICA.-¿Enterarme de qué?

PEDRO.-He tenido una pelea con la chef por su culpa. Querían darle una lata llena de sopa. La he
tirado y le he dado unas chuletas.

MONICA.-Y la chef te pescó.

PEDRO.-(Imitando a la CHEF) ¡Y no se te ocurra pensar que no puedo hacer que te despidan!

MONICA.-(Empujándole) ¡Pedro!

PEDRO.-(Con ternura)¿Quieres saber dónde estuve esta tarde cuando te fuiste? Te he comprado
un regalo.

Entra DORA del comedor. Está mareada. Anda con lentitud.


MONICA.-¿Un regalo?

PEDRO saca un pañuelo y se lo coloca en el cuello.

DORA.-Chuletas de cordero para dos.

GASTON.-Chuletas de cordero para dos.

PEDRO.-¿Quieres comerme? ¿Cómo te gustaría comerme? (Intenta abrazarla)

DORA.-Dos de pollo asado. (Se apoya en el puesto de BERTA. Se encuentra mal.)

MONICA.-No seas tonto, Pedro. No lo quiero, de verdad. Tenemos que hablar en serio tú y yo. No
lo quiero.

CELIA.-Una de chuletas de cordero.

DORA.-(Cogiéndose la barriga) ¡Ay qué me mareo!

CELIA.-(Acercándose) ¡Oye!¿Te ocurre algo? (Dora se desmaya) ¡Dora! (Acuden todos.)

MAX.-¡Dadle aire! ¡No os amontonéis!

NICOLAS.-¡Dora! ¡Agua! ¡Traed un poco de agua!

PEDRO.-(A NICOLAS) Tranquilo ¿eh?, no es nada. Tú tranquilo.

CELIA.-¡Pobrecita!

ANA.-Si es que es normal, con este calor.

MAX.-Lo mejor es sacarla a la calle. ¡Vamos! ¡Ayudadme! (Saliendo)

BERTA.-¡Oye, no la sentéis en el suelo! ¡Y el agua! ¡Tomad el agua!

Entre todos la sacan en volandas por la puerta de la calle. Dentro quedan PEDRO y MONICA.

Pausa.

PEDRO.-(A MONICA),¿Vas a...? ¿Estas decidida a hacerlo? Quiero decir que... ¿No crees que
deberíamos tenerlo? No me importa cargar con la responsabilidad, lo sabes

bien. Después de todo es mi hijo, ¿no?

MONICA.-¡Basta! No quiero hablar más de esto. Ya te he dicho que esta decidido.

PEDRO.-¿Le has contado a tu marido lo nuestro?

MONICA.-Lo que tienes que hacer de una vez es dejar de pelearte con la chef y con todos. Eso es
lo que quiero.

PEDRO.-¿Pero has hablado con tu marido, sí o no? (MONICA no le contesta) Escucha Mónica,
escucha lo que te digo: te quiero. Dices que me quieres también, pero no arreglas la situación
con tu marido.

MONICA.-¡No empieces otra vez con la misma monserga!

PEDRO.-¿Entonces es que no piensas dejarle?

MONICA.-Pedro, por favor. ¿No estamos bien así, como estamos?

PEDRO.-No, no puedo aguantar ni un minuto más, ¿me oyes? Podíamos largarnos cualquier día,
tomarnos unas vacaciones juntos…

MONICA.-Mañana tengo que ir a la peluquería.

PEDRO.-Mónica, nos hemos peleado esta mañana. También nos peleamos esta tarde y hace rato
estábamos casi bien otra vez. ¡Decídete de una maldita vez!

MONICA.-¡Mi marido me ha prometido comprarme una casa! (Sale al comedor)

PEDRO.-(Gritando)¡Mónicaaa!

Pausa.

Por la puerta del comedor entra VIOLETA.

VIOLETA.-(A PEDRO) ¡Oye, tú! ¿Estás sirviendo comidas ya? Quiero rodaballo para tres. Uno
especial para el jefe.

PEDRO.-¿Son ya las nueve?

VIOLETA.-Casi.
PEDRO.-El servicio empieza a las nueve.

VIOLETA.-Pero esto es especial…

PEDRO.-(Con dureza) A las nueve.

Pausa VIOLETA se queda a su lado, esperando. Ya no aguanta más e intenta servirse ella misma.

PEDRO.-(Quitándole el plato de las manos)¿Puedes esperas un momento? Soy yo quien sirve.


Antes de hacer nada, pregunta.

VIOLETA.-Pero es que no estás haciendo nada.

PEDRO.-No me importa. Este es mi sitio. (Señalando el otro lado del mostrador) Y ahí, ahí está el
tuyo. (Empujándola) ¡Ahí!

VIOLETA.-Oye, escucha un momento. Quién demonios te crees que eres? ¿eh?

PEDRO.-Eso a ti no te importa. Yo soy el cocinero, ¿no? Y tú eres una camarera. En la cocina hago
lo que quiero, y en el comedor haces lo que te dé la gana, ¿te enteras?.

Pausa. VIOLETA espera. Tensión.

KIKO entra de la calle, viene mirando hacia fuera.

KIKO.-¡Joder!(Viendo el panorama que hay en la cocina) ¡Joder!

Entra la CHEF del comedor.

CHEF.-¿Qué pasa aquí? ¿Dónde están todos?

KIKO.-Una, que se ha desmayado. Y están todos fuera...

CHEF.-¿Y tienen que hacerle corro? ¡A estas horas! ¡Y las mesas sin servir! (Saliendo hacia la
calle.) Es que si no estoy yo aquí...
VIOLETA.-(Cogiéndole el plato a PEDRO) Yo no acepto órdenes tuyas, ¿te enteras?

PEDRO.-(Gritándole y tirándole el plato de un manotazo) ¡Déjalo! ¡Déjalo ahí! ¡Yo te serviré! ¡Yo!
¡Yo! ¡Aquí mando yo! Este es mi sitio. ¡Entérate de una vez! ¡Joder!

VIOLETA.-¡Vete a la mierda! ¡Asqueroso! Eso es lo que eres: ¡un chulo asqueroso!

PEDRO.-(Empujándola) ¿Qué me has llamado? ¡Repítelo otra vez! ¡Repítelo! ¡Repítelo!

KIKO.-(Interponiéndose ) Oye, déjala en paz.

PEDRO.-¡Tú cállate! ¡No te metas!

Va a agredir a KIKO cuando en ese momento entran todos los que estaban en la calle.

CHEF.-¡Todos para adentro! Desde luego… Todo el trabajo por hacer y vosotros tomando el aire.

PEDRO comienza a gritar, desesperado. Todos quedan en silencio. No entienden lo que está
pasando. Golpea todo lo que encuentra a su paso.

PEDRO.-¡Noooo! ¡A mi no! ¡Hijos de putaaa!

Desconcierto general. PEDRO sigue rompiendo y tirando cosas. Está descontrolado.

Coge un cuchillo de carnicero. Todo el mundo retrocede. Va hacia el tanque del gas y corta el
tubo. Se produce un silbido lento y todos los fuegos de los fogones se van apagando.

TODOS.-¡Sujetadle! ¡Ha cogido un cuchillo! ¡Cuidado! ¿Que hace? ¡Va a destrozarlo

todo!

MAX.-¡Ha roto el tubo del gas!

CHEF.-¡Cerrad la llave de paso!

Algunos intentan sujetarle. Y él escapa hacia el comedor. MAX y la CHEF salen tras
él. Todos se aglomeran junto a la puerta que les separa del comedor y miran.

BERTA.-¿Qué pasa? ¿Qué está haciendo? ¡Dios mío!

Se oye un gran estruendo de vajillas y cristales rotos. Se oyen ruidos y gente gritando. Algunas
camareras regresan a la cocina.

CELIA-(Entrando) ¡Virgen Santísima! ¡Se ha vuelto loco!

DORA.-¡Está tirando todas las mesas!

VIOLETA.-¡Está loco! (A CELIA.) Antes ha querido pegarme a mi.

CELIA.-Lo que me extraña es que no haya pasado antes.

ANA.-(Entrando) ¡Aaah! ¡Se ha cortado las manos con el cuchillo!

Entran la METRE y MAX sujetando a PEDRO, viene sangrando. La CHEF les

sigue.

MAX.-¡El botiquín!

MONICA va a por el botiquín. Sientan a PEDRO en una silla.

CHEF.-(A LA METRE) ¡Sube y cuéntale a Marango lo que ha pasado, y que llame a una
ambulancia!

METRE.-¡Voy! (Saliendo.) ¡A quien habría que llamar es a la policía!

Se acerca MONICA con el botiquín. Empiezan a curarlo.


MONICA.-(A PEDRO) ¡Estate quieto, no te muevas!

KIKO.-Sabía que iba a pasar algo, lo sabía.

BERTA.-Si es que no puede ser…

GASTON.-A este tío habría que colgarlo, hombre.

BERTA.-A quien habría que colgar es al que habría que colgar.

CELIA.-.¿Pero por qué se ha cortado?

CHEF.-¡Estúpido! ¡Estúpido! (Pausa)¿Y ahora que? Toda la cocina parada. ¡Estúpido!

PEDRO.-Ahora te preocupas...

CHEF.-¿Qué quieres decir con “ahora te preocupas”?

MAX-¡Déjale ahora! ¡Déjale en paz!

CHEF.-¡No! ¿Qué quieres decir con ahora te preocupas? ¿Por ti me voy a preocupar? ¡Todos
estos años… y de pronto… gracias a ti… me preocupo! ¡Tú! ¡Tú! ¿Pero quién eres tú? ¡Dímelo!
¿Quién?

Suena el teléfono.

CHEF.-(Descolgando el teléfono.) ¿Diga? Sí, ya lo han arreglado. Pues… le han vendado las
manos, pero es mejor que le lleven a un hospital. (Pausa) ¿Le conecto el altavoz? (Tapando el
auricular, se dirige a todos) Marango quiere hablar con todos. Voy a

conectar el altavoz. (Lo conecta. A MARANGO) Puede hablar señor Marango.

TODOS quedan inmóviles, mirando el altavoz que está colgado en lo alto de la cocina.

MARANGO.- (En off) ¿Se puede saber quién le ha dado permiso a usted para parar mi cocina?
¿Se lo ha dado Dios, acaso? ¿Se lo ha dado Dios? ¿Es que intentan arruinarme?, les doy trabajo,
les pago bien. Comen lo que quieren, ¿no es cierto? No sé que otra cosa puedo hacer, ustedes
trabajan y yo les pago. La vida es eso, ¿no?

Yo no he cometido ningún error, ¿verdad? Y usted lo ha parado todo, ¿quiere decirme por qué?
Puede que tenga algo que explicarme, algo que yo deba saber… ¡Dígamelo! ¿Es qué hay algo que
yo no sepa, maldito loco? ¿Qué más quieren de mí? ¿Hay algo

más que yo pueda hacer? ¡Díganme! ¿Qué otra cosa puedo hacer yo? ¿Qué más quieren? ¿Qué
más quieren? ¿Qué más quieren?

OSCURO Y TELON

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