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parcial de los terrenos demandados, que han sido explotado de forma colectiva

desde el 2011. A pesar de ser uno de los pocos casos exitosos en la historia
reciente de las negociaciones estatales de tierra mapuche, las demandas origina-
les de la Comunidad Contreras no fueron completamente satisfechas. La tierra
anexada a la comunidad como compensación por la pérdida histórica de tierra
corresponde aproximadamente a dos tercios del territorio ancestral identificado
en su demanda. El resto de la tierra ancestral de la comunidad aún pertenece
a un propietario de fundo que se negó a negociar la venta de su propiedad con
la Conadi. Entre los miembros de la Comunidad Contreras existe una gran
preocupación respecto al futuro de su proceso de “reconstrucción territorial”,
debido a la eventualidad de que el Estado les niegue la posibilidad de demandar
legalmente la restitución del restante del “territorio ancestral”. Efectivamente,
la Conadi prioriza la revisión sólo de aquellas comunidades que nunca han
ingresado demandas de tierra.
Para muchas otras comunidades, las consecuencias de la resolución de su
demanda legal han sido causa de angustias y ansiedades a pesar de los bene-
ficios económicos inmediatos que han brindado a las partes de la comunidad
favorecida. La negativa de los dueños no indígenas de negociar la venta de
sus propiedades con la Conadi ha dejado a muchos demandantes con la única
opción de aceptar compensaciones mediante la asignación de “propiedades al-
ternativas” y así no perder la oportunidad de mejorar su situación económica.
La asignación de una “propiedad alternativa” implica la relocalización en áreas
alejadas de su tierra ancestral, lo cual conlleva a la fragmentación de la comu-
nidad y, paradójicamente, a la interrupción del vínculo entre residentes y su
tuwün, algo que las demandas de restitución territorial buscan preservar.
Las consecuencias de las compensaciones de tierra muestran la capacidad
del Estado de transformar los “territorios ancestrales” mapuche en equivalentes
a cualquier otra propiedad de tierra en Chile. La única excepción consiste en
la prohibición de vender los terrenos anexados mediante las compensaciones
de tierra a propietarios no indígenas (aunque el arriendo sí está permitido).
Como en cualquier otro contexto nacional (Benda-Beckmann et al., 2006) las
consecuencias del programa de restitución de tierras en Chile están insertas en
las premisas del sistema legal vigente que regula las relaciones de propiedad.
En particular, éstas responden a dos supuestos conceptuales que son com-
partidos en buena medida por cualquier lenguaje legal de propiedad (Abram-
son, 2000). La primera premisa concierne a la remoción de cualquier vínculo
emocional entre habitantes y su tierra en pos de una definición de la tierra
como una mercancía cuantificable e intercambiable. Este principio justifica
la relocalización de las comunidades mapuche aun cuando sus demandantes

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PIERGIORGIO DI GIMINIANI

tecnología de los márgenes.indb 168 12/06/15 12:13

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