La depresión es uno de los más comunes y más serios problemas de la salud mental que enfrenta
la gente hoy en día. Millones de personas en el mundo sobreviven en medio de la depresión.
Ricos, pobres, ciudadanos, campesinos, hombres y mujeres, cristianos o no cristianos, tanto en
países desarrollados como en países en vías de desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la depresión se convertirá en el año 2020
en la segunda causa de incapacidad en el mundo, detrás de las enfermedades isquémicas
(infartos, insuficiencia coronaria, accidente cerebrovascular) mientras que en el año 2000 ocupaba
el cuarto lugar.
De ahí que desde los distintos estamentos sanitarios se esté potenciando la investigación
para intentar atajar este trastorno mental, cuyo índice de prevalencia, lejos de disminuir, amenaza
con incrementarse a medida que transcurra el siglo XXI.
Depresión viene del latín depressio: hundimiento. El paciente se siente hundido con un peso sobre
su existencia.
Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo que son
características de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y duración importante con
signos y síntomas asociados, marcadamente distintos a la normalidad.
La depresión es una enfermedad tratable, al igual que la diabetes o la hipertensión. Muchos creen
erróneamente que la depresión es normal en personas mayores, adolescentes, mujeres
menopáusicas, madres primerizas o en personas que padecen enfermedades crónicas.
Pero éste es un concepto equivocado, no importa la edad, el sexo o la situación de la vida, la
depresión nunca es algo normal. Cualquier persona que experimente síntomas depresivos debe
ser diagnosticada y tratada para revertir su condición.
Imagínese por un momento que está dentro de una habitación, ubicado en uno de los
extremos (el extremo D). Desde ese ángulo tiene una visión de las cosas definida por el lugar en
el que se encuentra.
Desde ahí cada objeto de la habitación lo ve desde una única perspectiva, y no importa cuántas
veces le pidan la descripción del objeto que hay dentro de la habitación, desde ese lugar, usted va
a verlo siempre de la misma manera.
Si pudiese caminar dentro de la habitación tendría una visión diferente, podría observar nuevas
cosas, nuevos ángulos y nuevas perspectivas. Si pudiese caminar.... pero no puede.
La depresión es uno de los extremos de la habitación (el extemo D). Un extremo en donde el que
llega, queda inmovilizado, atrapado y sin poder salir a caminar.
Cientos de circunstancias y acontecimientos de la vida lo pueden llevar a ese lugar, cada persona
llega al extremo de la habitación por motivos y situaciones diferentes.
Quizás usted vivió su infancia sintiendo que no era lo suficientemente querido, o creyó que era
menos que los otros, o ha sufrido pérdidas de las cuáles no se recuperó, quizás un día no se sintió
merecedor de vivir una vida mejor y lo aceptó.
O tal vez usted vivió una infancia y adolescencia feliz, sin mayores sobresaltos y un día
sin motivos aparentes se encontró en el extremo de la habitación.
Pero cómo se llega a ese extremo? Cuantos pasos hay que dar para llegar a la depresión? Puede
ser sólo un gran paso, o dos más pequeños, o cuatro más cortos o cientos de pasitos.
Se puede demorar semanas o muchos años en llegar al extremo, pero cuando uno se encuentre
ahí se sentirá atrapado, inmovilizado y a oscuras.
TIPOS DE DEPRESION
Al igual que en otras enfermedades, por ejemplo las enfermedades del corazón, existen varios
tipos de trastornos depresivos.
Los tres tipos de depresión más comunes son: Trastorno depresivo mayor, el Trastorno distímico y
el Trastorno bipolar. En cada uno de estos tres tipos de depresión, el número, la gravedad y la
persistencia de los síntomas varían.
El trastorno depresivo mayor se manifiesta por una combinación de síntomas (vea la lista de
síntomas) que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de
actividades que antes eran placenteras.
El trastorno distímico es un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo
plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar
de la persona.
La característica esencial de este trastorno es un estado de ánimo crónicamente depresivo que
está presente la mayor parte del día de la mayoría de los días durante al menos 2 años. Muchas
personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún
momento de su vida.
Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar. Éste no es tan frecuente como los otros trastornos
depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de
ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión).
Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son
graduales. Cuando una persona está en la fase depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de
varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo.
Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener
una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar, el juicio y la
manera de comportarse con relación a los otros.
Puede llevar a que la persona se meta en graves problemas y en situaciones embarazosas. Por
ejemplo, en la fase maníaca en individuo puede sentirse feliz o eufórico, tener proyectos
grandiosos, tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras o fantasías
románticas.
No todos experimentan la depresión de la misma manera, los síntomas varían según las personas.
La depresión puede ser calificada como leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad y
gravedad de sus síntomas.
Depresión
Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban,
incluyendo la actividad sexual.
Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de
peso.
Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
Inquietud, irritabilidad.
Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de
cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
El trastorno afectivo bipolar produce cambios del ánimo patológicos de manía a depresión, con una
tendencia a recurrir y a desaparecer espontáneamente.
Tanto los episodios maníacos como los depresivos pueden predominar y producir algunos cambios
en el estado de ánimo, o los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos,
comenzando a menudo con una manía que termina en una depresión profunda.
A algunas personas se las denomina cicladores rápidos porque su ánimo puede cambiar varias
veces en un día. Otros presentan lo que se llama "estados mixtos", en donde los pensamientos
depresivos pueden aparecer en un episodio de manía o viceversa.
Cuando el trastorno afectivo bipolar se presenta en niños, generalmente aparece en su forma
mixta.
Pérdida de la autoestima
Ensimismamiento
Sentimientos de desesperanza o minusvalía
Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses
Lentitud exagerada (inercia)
Somnolencia diurna persistente
Insomnio
Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia
Dificultad para tomar decisiones
Pérdida del apetito
Pérdida involuntaria de peso
Pensamientos anormales sobre la muerte
Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio
Disminución del interés en las actividades diarias
Disminución del placer producido por las actividades cotidianas
Los síntomas maníacos y depresivos se pueden dar simultáneamente o en una sucesión rápida en
la denominada fase mixta.
Las características asociadas al trastorno distímico son parecidas a las de un episodio depresivo
mayor. Varios estudios sugieren que los síntomas más frecuentemente encontrados en el trastorno
distímico son:
sentimientos de incompetencia
pérdida generalizada de interés o placer
aislamiento social
sentimientos de culpa o tristeza referente al pasado
sentimientos subjetivos de irritabilidad o ira excesiva
descenso de la actividad, la eficiencia y la productividad
Síntomas dependientes de la edad y el sexo: en los niños el trastorno distímico parece presentarse
por igual en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento escolar y de la
interacción social.
En general, los niños y adolescentes con un trastorno distímico están irritables e inestables,
además de tristes. Tienen una baja autoestima y escasas habilidades sociales y son pesimistas.
En los adultos las mujeres son dos o tres veces más propensas que los varones a presentar un
trastorno distímico.
CAUSAS DE LA DEPRESION
No existe una sola causa para la depresión. La depresión puede estar causada por uno o varios
factores. Algunas personas tienen mayor probabilidad de tener depresión que otras. Hay diferentes
razones que intentan explicar esta predisposición:
Herencia: Existe un mayor riesgo de padecer de depresión clínica cuando hay una historia
familiar de la enfermedad, lo que indica que se puede haber heredado una predisposición
biológica.
Este riesgo es algo mayor para las personas con trastorno bipolar. Sin embargo, no todas
las personas que tienen una historia familiar tendrán la enfermedad.
Además, la depresión grave también puede ocurrir en personas que no tienen ninguna
historia familiar de la enfermedad.
Esto sugiere que hay factores adicionales que pueden causar la depresión, ya sean
factores bioquímicos, o ambientales que producen estrés, y otros factores psicosociales.
La depresión en la mujer: Las estadísticas muestran que las mujeres padecen más
depresión que los hombres, esto se debe a que existen diferencias biológicas entre
ambos.
Los cambios hormonales, tales como estrógeno y progesterona parecen tener un efecto
importante en el estado de ánimo de las mujeres.
Los cambios en los niveles hormonales se producen durante una serie de acontecimientos
que están asociados a la depresión, en particular los cambios del ciclo menstrual, el
embarazo, el aborto, el periodo de niños, el mantenimiento del hogar y un empleo.
Asimismo ciertos sucesos traumáticos como violaciones y otras formas de abuso sexual
pueden contribuir a la incidencia creciente de la depresión en mujeres.
La depresión en el hombre: Aunque el hombre tiene menos probabilidad de sufrir
depresiones que la mujer, y a la vez es más reacio para admitir que tienen depresión.
Por lo tanto, el diagnóstico puede ser más difícil de hacer.
El hombre es diagnosticado menos que la mujer. La depresión también puede afectar la
salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer.
Un estudio reciente indicó que la depresión se asocia con un riesgo elevado de
enfermedad coronaria (infartos de corazón) en ambos sexos.
Sin embargo, sólo el hombre tiene una tasa alta de muerte debida a una enfermedad
coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.
El alcohol y las drogas enmascaran la depresión en el hombre más comúnmente que en la
mujer. Igualmente, el hábito socialmente aceptable de trabajar en exceso, puede
enmascarar una depresión.
No es raro que la depresión en los hombres se manifieste con irritabilidad, ira
y desaliento, en lugar de sentimientos de desesperanza o desamparo. Por lo tanto, puede
ser difícil de reconocer. Incluso cuando el hombre se da cuenta de que está deprimido,
comparado con la mujer, tiene más resistencia a buscar ayuda.
La depresión en la vejez: Es erróneo creer que es normal que los ancianos se depriman.
Cuando una persona mayor se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente
un aspecto normal de la vejez.
La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata, causa un sufrimiento
innecesario para el anciano y para su familia. Con un tratamiento adecuado tendría una
vida placentera. Cuando la persona de edad va al médico, puede describir solo síntomas
físicos siendo reacio a hablar de sus sentimientos de desesperanza y tristeza.
La persona puede no querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente
placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo
puede prolongarse por mucho tiempo.
Las depresiones subyacentes en los ancianos son cada vez más identificadas y tratadas
por los profesionales de salud mental. Los profesionales van reconociendo que los
síntomas depresivos en los ancianos se pueden pasar por alto fácilmente.
Los síntomas depresivos también pueden deberse a efectos secundarios de medicamentos
que la persona está tomando, o debidos a una enfermedad física concomitante.
Si se hace el diagnóstico de depresión, el tratamiento con medicamentos o psicoterapia
ayuda a que la persona deprimida recupere su capacidad para tener una vida feliz y
satisfactoria.
La investigación científica reciente indica que la psicoterapia breve puede ayudarlos en sus
relaciones cotidianas y a aprender a combatir los pensamientos distorsionados
negativamente que generalmente acompañan a la depresión.
La psicoterapia es efectiva para reducir a corto plazo los síntomas
de la depresión en personas mayores, también es útil cuando los pacientes no pueden o
no quieren tomar medicamentos.
La depresión en la vejez puede tratarse eficazmente con tratamiento piscoterapéutico.
El rápido reconocimiento y tratamiento de la depresión en la vejez hará que este periodo
de la vida sea más placentero para el anciano deprimido, para su familia y para quienes le
cuidan.
Diabetes: Las personas que padecen diabetes son dos veces más propensas a sufrir
depresión, según señalan los investigadores en la revista Diabetes Care.
Sin embargo, depende de cada persona que la diabetes preceda o suceda al inicio de la
depresión, según explican el Dr. Patrick Lustman y sus colegas de la Universidad de
Washington en St. Louis" [1]. Mientras la depresión afecta en la población general entre
10% y 25% de mujeres y 5% a 12% de varones, entre diabéticos esta cifra aumenta hasta
33%.
Si bien cualquier enfermedad crónica incrementa el riesgo de depresión, la correlación con
diabetes es particularmente fuerte debido a las numerosas complicaciones de este
padecimiento, así como a los cambios en el estilo de vida que tienen que hacer quienes la
padecen.
Infarto de miocardio:El abordaje de los aspectos psicológicos del paciente que ha sufrido
un episodio agudo coronario es de gran importancia, por una parte, porque una elevada
proporción son personas con un patrón de conducta conocida como tipo "A", caracterizada
por la tendencia a la competitividad, obsesión por el tiempo y la puntualidad, baja
tolerancia a estar inactivos y, sobre todo, con una faceta tan negativa como la hostilidad,
todo lo cual determina que sean sujetos altamente expuestos a estrés psíquico.
Por otra parte, la aparición de un evento coronario agudo conlleva efectos devastadores
sobre el estado de ánimo de las personas que lo sufren, debido a que las personas que
sufren un infarto suelen ser personas que hasta ese momento se consideraban sanas, y a
partir de ese momento se encuentran sometidos a una terapia médica muy agresiva.
Esto hace que frecuentemente estos pacientes presenten trastornos depresivos de
diversos grados.
La presencia de depresión mayor tras un infarto de miocardio constituye un factor de riesgo
importante de muerte en los seis primeros meses. Debido a los posibles efectos
secundarios en el ámbito cardiaco de los fármacos antidepresivos se recomienda el control
de estos pacientes por el psiquiatra.
HIV/AIDS: Casi el 85% de los individuos infectados por HIV exhiben algún síntoma de
depresión durante el curso de su enfermedad. El diagnóstico de depresión en la
enfermedad por HIV puede ser complicado por factores como: tristeza apropiada en
relación con una enfermedad que amenaza la vida, aflicción aguda y duelos múltiples, u
otras reacciones psicológicas.
Existen otros diagnósticos que también deben ser considerados, como: depresión debida a
una enfermedad médica general, a abuso de sustancias o a medicación relacionada al
HIV, sepsis secundaria a infección oportunista, neoplasias sistémicas, o complicaciones a
nivel del SNC.
La ideación suicida en el contexto de enfermedad por HIV no debería considerarse una
reacción normal o comprensible a tener una enfermedad fatal y estigmatizante.
Clínicamente, debería ser vista como un signo de enfermedad depresiva.
Los factores de riesgo para suicidio en pacientes con infección por HIV incluyen: episodio
actual o pasado de depresión mayor, intentos de suicidio previos, abuso de sustancias,
aislamiento social, percepción de carencia de sostén social, trastorno adaptativo con
estado de ánimo depresivo, trastorno de personalidad, problemas interpersonales o
laborales relacionados al HIV, y duelo complicado.[4]
TRASTORNO BIPOLAR
Este trastorno aparece alrededor de los 25 años de edad, afecta por igual a hombres y mujeres y
rara vez se ve en niños. Se desconoce la causa, pero es posible que factores hereditarios jueguen
un papel en su desarrollo. La incidencia es mayor en los parientes de las personas que padecen
trastorno bipolar y depresión.
Hay diferentes tipos del trastorno afectivo bipolar: el trastorno bipolar I es la forma clásica de esta
condición, con períodos de manía discretos que alternan con períodos de depresión. En una
persona con trastorno bipolar II, la fase depresiva predomina y no existe una manía verdadera.
Puede haber períodos de mejora del estado de ánimo y de la energía en los cuales la persona no
pierde completamente contacto con la realidad (hipomanía).
Las personas con trastorno bipolar II pueden parecer tener depresión en lugar del trastorno
afectivo bipolar (especialmente debido a que pocas personas se quejan de períodos de buen
estado de ánimo y energía que no causan problemas), pero los estabilizadores del estado de
ánimo parecen ayudar más que los antidepresivos. [5]
TRASTORNO DISTIMICO
Causas
DIAGNOSTICO
INTRODUCCION
Para realizar un diagnóstico de depresión, es necesario por parte del profesional seguir
determinados procedimientos. Estos procedimientos se ajustan a un sistema de clasificación de
enfermedades.
Lo que detallo a continuación son los síntomas que necesariamente deben estar presentes para
poder diagnosticar los diferentes tipos de depresiones. Hay más subcategorias que no se van a
ampliar en el presente documento para no entrar en detalles que puedan llegar a confundir al lector
debido a un exceso de información. Solo serán presentadas las grandes categorías de depresión.
Para poder diagnosticar una depresión el profesional deberá indagar en la historia del paciente,
sus manifestaciones clínicas, la presencia de síntomas específicos y el tiempo que lleva dicha
sintomatología.
Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. ¿Cuándo
comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan serios son? Si el paciente los ha tenido
antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio. El médico
también debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de
muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia.
¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos
fueron efectivos?
Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar
si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado, como pasa algunas veces en el
caso de enfermedad depresiva o maníaco-depresiva.
La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de
medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos
depresivos.
De acuerdo al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM IV, cada desorden
del estado de ánimo está caracterizado por un sistema único de síntomas o de criterios
diagnósticos.
A continuación se detallan los criterios diagnósticos utilizados para la clasificación de los trastornos
del estado de ánimo.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS
A. Cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas, que representan un
cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser 1 estado de ánimo depresivo
ó 2) pérdida de interés o de la capacidad para el placer.
Nota: No se incluyen los síntomas que son claramente debidos a enfermedad médica o las ideas
delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo.
1. estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto
(p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto). En los niños y
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
2. disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las
actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los
demás)
3. pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del
5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños
hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables
5. agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras
sensaciones de inquietud o de estar enlentecido)
7. sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi
cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo)
8. disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una
atribución subjetiva o una observación ajena)
9. pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin
un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse
C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una
droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo).
E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de
un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada
incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas
psicóticos o enlentecimiento psicomotor.
TRASTORNO DISTIMICO
A. Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días,
manifestado por el sujeto y observado por los demás, durante al menos 2 años. Nota: En los
niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración deber ser de al menos 1
año.
D. No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los 2 primeros años de la alteración.
G. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (ej: una droga,
un medicamento) o a una enfermedad médica (Ver depresión asociada a otras enfermedades).
H. Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
Es un trastorno caracterizado por cambios en el estado de ánimo que van desde la manía (un
sentimiento de bienestar, estimulación y grandiosidad exagerado en el cual la persona pierde
contacto con la realidad) hasta la depresión (un sentimiento abrumador de tristeza, ansiedad, baja
autoestima, que puede incluir pensamientos e intentos suicidas).
En el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders" (Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales) de la American Psychiatric Association (Asociación Americana de
Psiquiatría) se describen dos tipos de trastorno bipolar: tipo I y tipo II.
En el tipo II, los períodos de hipomanía implican síntomas maníacos menos severos que alternan
con, al menos, un episodio depresivo mayor. Cuando los pacientes tienen un período de
empeoramiento, pueden estar en un estado maníaco, un estado depresivo o una combinación de
ambos.
Trastorno Bipolar I
Las siguientes son algunas de las combinaciones que se presentan en el trastorno bipolar.
E. Los síntomas afectivos en los Criterios A y B no son debidos a los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej.: una droga, un medicamento y otro tratamiento) ni a una enfermedad médica
(p. ej.: hipertiroidismo).
Trastorno Bipolar II
La característica esencial del trastorno bipolar II es un curso clínico caracterizado por la aparición
de uno o más episodios depresivos mayores acompañados por al menos un episodio hipomaníaco.
La presencia de un episodio maníaco o mixto impide que se realice el diagnóstico de trastorno
bipolar II.
Trastorno Ciclotímico
B. Durante el período de más de 2 años la persona no ha dejado de presentar los síntomas del
Criterio A durante un tiempo superior a los 2 meses.
C. Durante los primeros 2 años de la alteración nos e ha presentado ningún episodio depresivo
mayor, episodio maníaco o episodio mixto.
E. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.: una
droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej.: hipertiroidismo).
F. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
Criterios Diagnósticos
A. En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado de ánimo,
caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:
1.- estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en todas o casi
todas las actividades.
C. La alteración no se explica mejor por la presencia de otra trastorno mental ( p. ej.: un trastorno
adaptativo con estado de ánimo depresivo en respuesta al stress de tener una enfermedad
médica).
E. Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
La característica esencial del trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias es una
notable y persistente alteración del estado de ánimo que se considera provocada por los efectos
fisiológicos directos de una sustancia (p.el.: droga o medicamento, otro tratamiento somático de la
depresión o la exposición a un tóxico)
Criterios Diagnóstico
A. En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado de ánimo
caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:
1.- estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en todas o casi
todas las actividades
1.- los síntomas del Criterio A aparecen durante o en el mes siguiente a una intoxicación o
abstinencia
C. La alteración no se explica por la presencia de un trastorno del estado de ánimo que no sea
inducido por sustancias.
E. Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.