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Tendencias educativas del siglo XXI

1. Las metas de planes y agendas de largo plazo condicionarán el


desarrollo educativo. Hay metas del milenio, las de la «Visión
Colombia 2019», las del Plan decenal de educación y las de los planes
de desarrollo nacional, departamental y municipales, que
condicionarán el futuro del sistema escolar porque están articulados
o relacionados con las inversiones y la utilización de recursos para
garantizar el derecho a la educación y la prestación del servicio
educativo.
2. Mayores avances de la revolución científica y tecnológica. La
relación entre conocimiento, economía, política y sociedad se ha
trastocado en una posición que coloca al conocimiento como
soporte fundamental de los otros campos. Esto debe tenerse muy en
cuenta a la hora de juzgar nuestros tiempos, y al trazar las
perspectivas y las posibilidades de las estrategias colectivas de
desarrollo. Más precisamente estamos en el siglo de la racionalidad
científica y tecnológica, en el contexto de la denominada sociedad
del conocimiento y la tecnología. El conocimiento es y seguirá siendo
el nuevo factor de la producción y el sistema escolar tendrá que
adecuarse a tal situación que condiciona los énfasis en educación,
los contenidos curriculares y los medios que se utilizarán en los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Habrá que formar para las
industrias de la inteligencia y esto implica replantear los objetivos de
la educación para el presente siglo.
3. Educación permanente para toda la vida, autoformación,
formación para la autonomía productiva, el autoempleo y la
subsistencia. Los administradores y economistas especialistas en
talento humano como Peter Drucker y Peter Senge1, junto con otro
gran número de investigadores y analistas, coinciden en que es
necesaria la formación y capacitación permanente de las personas
durante todo el ciclo vital, desde el nacimiento hasta la muerte; así
también lo ha incorporado a sus políticas el Banco Mundial2.
El primer rasgo que define esta tendencia es su naturaleza inclusiva
y participativa. Drucker, Toffler y otros futurólogos cuando se
refieren a la sociedad poscaída del Muro de Berlín y postsegunda
Revolución industrial, coinciden en la prevalencia de la economía de
mercado como régimen productivo, pero señalan que la mercancía
dominante deja de ser la producción de bienes físicos. Si es todavía
“capitalista”, lo que la domina es el “capitalismo de información”. A
ello cabe añadir un segundo rasgo, la rapidez tanto de la
obsolescencia como de la innovación que ocurre en forma masiva y
generalizada. Recibir un título académico ya no será suficiente para
sobrevivir con éxito en este siglo porque cada día habrá que
aprender algo nuevo.
Un tercer rasgo es, en consecuencia, la institución educativa ya no
será el único escenario o agencia educadora; tampoco el maestro
será el único agente educativo y la educación deberá diseñarse y
ejecutarse durante toda la vida. La educación será una
«responsabilidad compartida» que requiere un «nuevo contrato

1
Drucker, Peter (1994). LA SOCIEDAD POSTCAPITALISTA. (Bogotá, Editorial Norma),
página 198. Senge, Peter (2000). LA DANZA DEL CAMBIO. Los retos de sostener el
impulso en organizaciones abiertas al aprendizaje. (Bogotá, Editorial Norma).
2
Banco Mundial (2005). APRENDIZAJE DURANTE TODA LA VIDA EN LA ECONOMIA
GLOBAL DEL CONOCIMIENTO. Reto para los países en desarrollo. (USA, EUDETEKA.
(sitio web) http://www.eduteka.org
social por la educación», dice el español César Coll al referirse a este
asunto (1999).
Un cuarto rasgo que se deriva de lo planteado es el autoaprendizaje.
Se podrá comprender que la enorme diversidad de situaciones de
innovación en cada etapa de la vida y en cada puesto de trabajo
solamente se puede seguir con la tecnología de enseñar a aprender
para el autoaprendizaje, pues no habría posibilidad de erigir
estructuras administrativas fijas ni establecimientos educativos tan
flexibles y versátiles como demanda la realidad.
En la perspectiva de la educación para toda la vida hay varios
elementos que cambian frente al sistema educativo convencional: se
amplía la accesibilidad y da cabida a todas las personas, cambia la
organización escolar que va a estar centrada en el autoaprendizaje y
en el aprendizaje grupal, los proyectos cambian también en la
duración que se hace variable, adaptándose a la decisión de los
actores sociales frente a objetivos definidos en forma autónoma; se
abre la necesidad de uso de desarrollos tecnológicos de información
y comunicación que faciliten la educación presencial y la no
presencial a distancia y virtual, tales como el internet, páginas Web,
Chat, foros virtuales, teleconferencias, bibliotecas virtuales y
teléfono, entre otros. El sistema debe enfrentar un cambio en
términos de la motivación que mueve al estudiante que
fundamentalmente busca competir para insertarse
competitivamente en el mercado laboral globalizado; también
cambia el tipo de énfasis de la educación que ya no será la de la
información, que aborda conocimientos acabados, sino la de los
procesos de producción de conocimientos y de innovación, lo que
impacta las relaciones docente-alumno y los indicadores y procesos
para valorar los resultados educativos; en fin, se busca un desarrollo
humano y sostenible3.
Siguiendo a Paulo Freire, los sistemas educativos por implementar se
sujetan a las decisiones de las personas sobre qué quieren saber,
cuándo lo quieren y cómo producirán ese conocimiento para
transformar su entorno inmediato, de forma tal que se supere la
desigualdad y la exclusión y se atienda la oportunidad y pertinencia
de la educación. El reto es implementar la nueva tecnología
educativa apropiando sus elementos fundamentales para adecuarla
a los dinamismos de la estructuración de un nuevo orden social que
emerja como práctica de la libertad de los actores sociales4.
La estructura del nuevo sistema educativo debe comprender tanto
el aprendizaje formal (escuelas, instituciones de capacitación,
universidades) como el aprendizaje no formal (capacitación en el
centro de trabajo) y el aprendizaje informal (habilidades trasmitidas
en la familia y la comunidad).
Enseñar a aprender será el principio y estrategia pedagógica
predominantes para el desarrollo de las competencias de aprender
a conocer, aprender a ser, aprender a hacer, aprender a crear y
producir y aprender a vivir juntos.
«Incorporar en el quehacer pedagógico los ejes del trabajo y el
desarrollo productivo resultará cada vez más muy importante.
Contenido curricular diversificado y heterogéneo a la especificidad

3
Chueca Márquez, Marcela Coordinadora de la Maestría en Gerencia Social – PUCP,
Magíster en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana, México. DF. Tomado
de: Nuevos retos de la PUCP.
4
Ibid.
de los entornos sociales.»5 es lo que en Colombia se denomina como
educación para el trabajo y educación para el emprendimiento.
El maestro será asesor y tutor, un consultor del aprendizaje que
ayuda al estudiante y abandona paulatinamente el rol protagónico
que ha venido ejerciendo. Será un guía, un orientador y facilitador
del aprendizaje.
4. Educación virtual y digitalización de la cultura que exige nuevos
horizontes educativos. Otra tendencia, que por su actualidad no
debe olvidarse, constituye la existencia de áreas de futuro o
tecnologías claves como las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (TIC), la biotecnología, la electrónica, la energía y el
medio ambiente, entre otras (Sutz, 1998; Núñez, 1999; Castro, 2003;
Lage, 2003).
Se habla de la sociedad digital desde hace más de treinta años; el
mundo cibernético ha cambiado nuestras vidas y cambiará
radicalmente el futuro. En el foro de civilizaciones digitales CI’NUM
la gente votó (virtualmente) sobre cuatro escenarios desde los
cuales era posible anticipar el mundo del mañana, con los recursos
energéticos, el cambio climático y la capacidad de acción colectiva
provocada por las redes digital, y esto luego dio lugar a la
presentación de siete diferentes planes de acción: educación: el
visible aumento de la educación a nivel mundial por la
transformación de los conocimientos y de cómo se transmiten;
gobernanza: instituciones y redes para gobernar un mundo
complejo; seguridad: construir una planificación concertada de los
Estados-Nación, las organizaciones no gubernamentales y los

5
Villanueva Valverde, Ricardo ,La Educación en la encrucijada del desarrollo, OEI.
ciudadanos sobre posibles catástrofes a nivel mundial; democracia:
ampliar el alcance de los contrapoderes digitales; medio ambiente:
proveer todos los medios para medir y comparar la «huella de
carbono»; ciencias: definir una ética de «mejora de los seres
humanos»; innovación: reintroducir el cuerpo y los sentidos en la
interacción digital6.
En el mundo se constata algo que empezó a identificarse y
denominarse como migración digital para señalar como el mundo ya
no se divide entre ricos y pobres, sino entre los que están informados
y aquellos que han quedado fuera de estas tecnologías7. La aparición
de las nuevas tecnologías, junto con la internacionalización de los
mercados, ha provocado una serie de migraciones que afectan a
distintos ámbitos: al imaginario tecnológico; al lenguaje y al mercado
cultural; a las nuevas formas narrativas; a las conductas de los
usuarios, que gracias a la interactividad se convierten en
manipuladores de contenidos, y por último, a la forma de conocer,
archivar y encontrar las imágenes que produce la sociedad. La
migración digital supone también un desarrollo de las tecnologías del
conocimiento, entre las que destacan las tecnologías de la imagen,
esenciales para la formación de la percepción y la comprensión de la
realidad8.
La migración digital tiene como protagonistas a dos tipos totalmente
diferentes de sujetos, entre los cuales se ha abierto una brecha que

6
El director del programa Daniel Kaplan presentó los desafíos y planes de acción que se
había votado, en el Foro.
7
Piscitelli Alejandro, Nuevos Alfabetismos: Inmigrantes digitales vs. nativos digitales.
(Sitio web) http://portal.educ.ar/debates/educacionytic/nuevos-
alfabetismos/inmigrantes-digitales-vs-nativosdigitales.php. En éste documento parte de
analizar el trabajo de Lorenzo Vilches.
8
Ibid.
hay que tratar de reducir. Cuando se trata de industrias y formatos,
quienes están a cargo no son los productores ni los consumidores
actuales, ni mucho menos los que predominarán dentro de dos
décadas; se trata de gente entre 35 y 55 años que no es nativa digital:
ellos (nosotros) son (somos) los inmigrantes digitales.
Por el contrario, continúa Piscitelli, los consumidores y próximos
productores de casi todo lo que existe (y existirá) son los nativos
digitales; entre ambas macrogeneraciones las distancias son infinitas
y la posibilidad de comunicación y de coordinación conductual se
vuelve terriblemente difícil, casi imposible, a menos que existan
mediadores tecnológicos intergeneracionales que la escuela podría
ayudar a pensar, para favorecer la comunicación, las relaciones y los
procesos educativos entre docentes y alumnos, ambos actores,
portadores de una diversidad entre ellos considerable.
La brecha analógico/digital es necesario entenderla más;
comprender en qué consiste esta brecha «alfabeto generacional» es
no solo una cuestión muy interesante, sino también muy compleja.
Estamos ante la presencia de dos tipos de personas en los que los
modos de conocer, de informarse, de acceder a información, de
comunicarse, de relacionarse, de participar y de construir
identidades son diametralmente diferentes, desde la fuerza cada vez
mayor de las mediaciones tecnológicas, los lenguajes, las lógicas
diversas, las rutas de conocer, los procesos cognitivos, de
memorización, de registro de la experiencia que realizan.
Si Heinz von Foerster tiene razón cuando insiste en que el pecado de
toda epistemología es que no vemos que no vemos, en el caso
escolar la cosa se agrava infinitamente y el principal responsable es
el no ver que los estudiantes de hoy han cambiado de forma radical:
no son hoy los sujetos para los cuales el sistema educativo fue
diseñado durante siglos y que imagina aún tenerlos como población
sujeto.
La discontinuidad que hay entre estos chicos y nosotros no es ni
incremental ni accesoria o siquiera histórica y tendencial. Se trata,
usando la jerga astronómica, de una singularidad, una compuerta
evolutiva, un antes y después tan radical que es difícil
conceptualizarlo y mucho más, generar los instrumentos educativos
capaces de operacionalizarlo.
En este caso, la singularidad es precisamente la digitalización de la
cultura (especialmente juvenil) en las dos últimas dos décadas y más
particularmente en los últimos cinco años en los países periféricos.
Los chicos que hoy tienen entre 5 y 20 años son la primera
generación mundial que ha crecido inmersa en estas nuevas
tecnologías. Han pasado toda su vida rodeados de computadoras,
videojuegos y el resto de los gadgets digitales.
Esto plantea un problema para la institución educativa, ya que en
ella coinciden dos tipos de actores que tratan de comunicarse, de
relacionarse, de reconocerse de trabajar conjuntamente desde
lenguajes, lógicas, procesos, intereses y herramientas
completamente distintos, por no decir de mundos totalmente
diferentes. Los profesores son inmigrantes digitales y los jóvenes y
niños son nativos digitales.
Para estos y otros estudiantes, cada vez más se implantará un
modelo de educación virtual basado en medios informáticos y
telemáticos, en las que el profesor será un asesor del aprendizaje y
el alumno tendrá mayor autonomía para seleccionar lo que quiere
aprender y toma decisiones para avanzar a su propio ritmo. Con la
educación virtual se extenderá el autoaprendizaje y la
autoformación que ahora es común como modelo, en las ofertas de
educación semipresencial y a distancia.
Se utilizarán nuevos medios de formación o ayudas didácticas
aportadas por el desarrollo tecnológico general: la televisión, las
redes telemáticas, internet, Chat y multimedia, entre otros.
5. Mayor autonomía en la gestión escolar y fortalecimiento de la
efectividad institucional. Se espera que se enfatice la
descentralización y se dé mayor autonomía a las entidades
territoriales en la administración del sistema escolar. Es posible que
las instituciones educativas lleguen a administrar todos los procesos
y recursos, en desarrollo de lo que algunos críticos han denominado
«plantelización». Habrá más municipios certificados para
administrar todos los recursos y componentes del sistema escolar.
Se enfatizará la participación democrática en la gestión escolar y
poco a poco será superado el autoritarismo en la dirección escolar.
Esto hace parte de los programas agenciados por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)9.
Las dos estrategias propuestas y en curso para América Latina y el
Caribe son entonces: la Autonomía Administrativa (AA), en la cual el
Gobierno delega la contratación de docentes y el control sobre el uso
de los recursos, y la Autonomía Pedagógica (AP), en la que se otorga

9
Ricardo L. Santiago Gerente Departamento Regional de Operaciones 1, Banco
Interamericano de Desarrollo, BID y Viola Espínola Especialista Sectorial de Educación
de la División de Programas Sociales 1, Región 1, del Banco Interamericano de
Desarrollo. En Autonomía escolar, factores que contribuyen a una Escuela más Efectiva.
un margen más focalizado de autonomía al exigir a la escuela
rendición de cuentas sobre el uso de los recursos asignados
competitivamente en función de los proyectos pedagógicos.
Los resultados muestran, desde la perspectiva del BID y de los
gobiernos, que ambas estrategias inciden positivamente sobre los
resultados educativos y que las variables administrativas afectan
más fuertemente los resultados que las variables pedagógicas. Lo no
lo comparten las organizaciones de docentes. Estas agencias insisten
en que la variable que «hace la diferencia» en la AA es la
contratación de docentes y el seguimiento de su desempeño. En la
AP, la variable que «hace la diferencia» es la participación de los
padres cuando pueden observar el desempeño docente, lo que
contribuye a hacer a los profesores más visibles en su gestión.
El gran nudo ciego que se interpone entre la escuela y su eficiencia
está en el divorcio entre la gestión y la pedagogía que existe en las
escuelas de administración más tradicional, y resaltan la importancia
de fortalecer el vínculo entre las decisiones de tipo administrativo,
en particular la administración de recursos humanos, y lo que sucede
en el ámbito pedagógico, opinan los analistas de estas dos políticas.
La autonomía escolar despierta grandes expectativas, ya que
responde a las nuevas tendencias en materia de gerencia pública y
de búsqueda de eficiencia en la prestación de servicios sociales. La
transferencia de recursos y responsabilidades transforman a la
escuela en un foco activo de gerenciamiento de la educación, y le
permiten mejorar la calidad y la equidad a través de nuevos espacios
para la innovación, incentivos a la eficiencia en el gasto, énfasis en la
responsabilidad por el producto entregado y control de los procesos
y productos educativos a través de la participación de la comunidad,
opina el BID.
Considerando la actual situación en la región, en la cual las escuelas
dependen de los niveles superiores en prácticamente todas las
esferas de su funcionamiento y carecen del poder necesario para
responder con eficiencia a las demandas de los usuarios, el
otorgarles autonomía en cualquiera de sus dimensiones –
administrativa, pedagógica o financiera– representa un significativo
avance en materia de modernización. El análisis de casos muestra
que la autonomía escolar es una estrategia efectiva para mejorar los
resultados educativos, particularmente en las escuelas que atienden
a los grupos sociales más desventajados.
Se visualiza la escuela como la unidad central de la educación, con
una dirección fortalecida y con la participación decidida de los
padres y madres de familia, así como Ministerios de Educación
modernos, con sistemas de evaluación, información y gerencia que
permitan la mejora continua.

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