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BIOGRAFIA DE JESUS DE NAZARET

MARIA CAMILA BLANDON MENA


MARIA FERNANDA BLANDON MENA
GIMENA PEREA IBARGUEN
MAIGLORY CASTRO RIVAS
SHIRLEANA RIVAS MENA
IZA NALLELY PALACIOS MENA
DAYRA LIZETH CORDOBA PARRA

INSTITUCION EDUCATIVA NORMAL SUPERIOR MANUEL


CAÑIZALES
RELIGION
10°B
QUIBDO-CHOCO
2019
BIOGRAFIA DE JESUS DE NAZARET

MARIA CAMILA BLANDON MENA


MARIA FERNANDA BLANDON MENA
GIMENA PEREA IBARGUEN
MAIGLORY CASTRO RIVAS
SHIRLEANA RIVAS MENA
IZA NALLELY PALACIOS MENA
DAYRA LIZETH CORDOBA PARRA

ETELVINA BLANDON

INSTITUCION EDUCATIVA NORMAL SUPERIOR MANUEL


CAÑIZALES
RELIGION
10°B
QUIBDO-CHOCO
2019
CONTENIDO

 INTRODUCCION
 OBJETIVOS GENERALES Y ESPECIFICOS
 JUSTIFICACION
 CUERPO DEL TRABAJO
 CONCLUSION
 GLOSARIO
 BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION

En el siguiente trabajo expondremos la maravillosa vida de Jesús de


Nazaret, la misión que él tenía en la tierra, sus milagros y su muerte.
Él es el Dios-hombre que dio su propia vida como pago pro nuestros
pecados. El murió por nuestros pecados. El tomó nuestro castigo. El
satisfizo las demandas justas de la santidad absoluta de Dios.
Él es también quien resucitó de entre los muertos. Su resurrección
demuestra sin lugar a dudas de que Él era mucho más que un hombre
común. Él era de hecho Deidad. Él tenía autoridad sobre la muerte, el
infierno y la tumba misma. Y su oferta de dar vida eterna a cada pecador
que cree en Él y le recibe en su corazón, es como resultado totalmente
válida.
Solamente Él puede proveer la salvación al pecador. “Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
Sólo Jesús puede salvar al pecador. Es por Gracia, lo que significa que
no es merecido o es inmerecido. Es por la Fe, lo que significa que es mi
responsabilidad creer lo que las Escrituras claramente enseñan y como
resultado confiar en Jesucristo como mi UNICO Salvador. Es el regalo
de Dios, lo que significa que Dios me lo dará si yo confío solamente en
Jesucristo.
OBJETIVO GENERAL

Con este trabajo queremos dar a conocer la vida de Jesús y su objetivo


principal de su misión sobre la tierra el cuál fue su infinito amor, su
misericordia y su bondad. Con sus enseñanzas, el Hijo de Dios nos
mostró el camino a seguir y cómo contemplar la gloria de su creación.
Identificar a Jesucristo como Hijo de Dios y Hombre. Conocer su
mensaje, su vida y su presencia por el Espíritu Santo en su Iglesia.
OBJETIVO ESPECÍFICO

Reconocer las acciones de Jesús en el Evangelio a favor de las


personas.
Conocer hechos, acontecimientos concretos del Pueblo de Israel
narrados en la vida de Jesús y su interpretación.
Conocer y valorar a Jesús como el ser más justo y bueno.
JESUS DE NAZARET

Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo, o Jesucristo


(Belén, Judea, Imperio romano; ca. 4 a. C.-Jerusalén, Imperio romano;
30-33 d. C.), es la figura central del cristianismo y una de las más
influyentes de la cultura occidental. Prácticamente todos los
historiadores de la Antigüedad afirman la existencia histórica de Jesús.
Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo
i en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén en
torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.

Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y,


por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba
asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección,
redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, que es
incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo
conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes.

Lo que se conoce de Jesús procede casi exclusivamente de la tradición


cristiana —aunque se le menciona en fuentes no cristianas--,
especialmente de la utilizada para la composición de los evangelios
sinópticos, redactados, según opinión mayoritaria, unos treinta o
cuarenta años, como mínimo, después de su muerte. La mayoría de los
estudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios es
posible reconstruir tradiciones que se remontan a contemporáneos de
Jesús, aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores
en cuanto a los métodos de análisis de los textos y las conclusiones que
de ellos pueden extraerse.
La vida de Jesús está narrada en los evangelios redactados por algunos
de los primeros cristianos. Establecidos en Nazaret, sus padres, San
José y la Virgen María, se encontraban accidentalmente en Belén para
inscribirse en un censo de población cuando nació Jesús. El relato
evangélico rodea el nacimiento de Jesús de una serie de prodigios que
forman parte de la fe cristiana, como la genealogía que le hace
descender del rey David, la virginidad de María, la anunciación del
acontecimiento por un ángel y la adoración del recién nacido por los
pastores y por unos astrónomos de Oriente.

Aunque la civilización cristiana fijó la cuenta de los años a partir del


supuesto momento de su nacimiento (con el que daría comienzo el año
primero de nuestra era), se sabe que Jesús de Nazaret nació un poco
antes, pues fue en tiempos del rey Herodes, que murió en el año 4 a.C.
Fueron precisamente las persecuciones de Herodes las que llevaron a
la humilde familia, después de la circuncisión de Jesús, a refugiarse
temporalmente en Egipto hasta que el fallecimiento del monarca les
permitió regresar. Por lo demás, la infancia de Jesucristo transcurrió con
normalidad en Nazaret, donde su padre trabajaba de carpintero.
Hacia los treinta años inició Jesucristo su breve actividad pública
incorporándose a las predicaciones de su primo Juan el Bautista. Tras
escuchar sus sermones, Jesús se hizo bautizar en el río Jordán,
momento en que Juan lo señaló como encarnación del Mesías
prometido por Dios a Abraham. Juan, que había censurado las
escandalosas segundas nupcias de Herodías con Herodes Antipas, hijo
y sucesor del rey Herodes, fue pronto detenido y luego decapitado a
instigación de Herodías y de su hija Salomé.

Tras el bautismo y un retiro de cuarenta días en el desierto, Jesucristo


comenzó su predicación. Se dirigió fundamentalmente a las masas
populares, entre las cuales reclutó un grupo de fieles adeptos (los doce
apóstoles), con los que recorrió Palestina. Predicaba una revisión de la
religión judía basada en el amor al prójimo, el desprendimiento de los
bienes materiales, el perdón y la esperanza de vida eterna; el llamado
Sermón de la montaña, con sus admirables bienaventuranzas, es la
mejor síntesis de su mensaje.
Su enseñanza sencilla y poética, salpicada de parábolas y anunciando
un futuro de salvación para los humildes, halló un cierto eco entre los
pobres. Su popularidad se acrecentó cuando corrieron noticias sobre
los milagros que le atribuían sus seguidores, considerados como prueba
de los poderes sobrenaturales de Jesucristo. Esta popularidad, unida a
sus acusaciones directas contra la hipocresía moral de los fariseos,
acabaron por preocupar a los sacerdotes y autoridades judías.

Jesús fue denunciado ante el gobernador romano, Poncio Pilato, por


haberse proclamado públicamente Mesías y rey de los judíos; si lo
primero era cierto, y reflejaba un conflicto de la nueva fe con las
estructuras religiosas tradicionales del judaísmo, lo segundo ignoraba
el hecho de que la proclamación de Jesús como rey era metafórica:
aludía únicamente al «reino de Dios» y no ponía en cuestión los poderes
políticos constituidos.

Consciente de que se acercaba su final, unos días antes de Pascua se


dirigió a Jerusalén, donde a su entrada fue aclamado por la multitud, y
expulsó a los mercaderes del Templo. Jesús celebró una última cena
para despedirse de sus discípulos; luego fue apresado mientras rezaba
en el Monte de los Olivos, al parecer debido a la traición de uno de ellos,
llamado Judas, que indicó a los sacerdotes del Sanedrín el lugar idóneo
para capturarle.
Comenzaba así la Pasión de Cristo, que le llevaría a la muerte tras sufrir
múltiples penalidades; con ella daba a sus discípulos un ejemplo de
sacrificio en defensa de su fe, que éstos asimilarían exponiéndose al
martirio durante la época de persecuciones que siguió. Jesús fue
torturado por Pilato, quien, sin embargo, prefirió dejar la suerte del reo
en manos de las autoridades religiosas locales; éstas decidieron
condenarle a la muerte por crucifixión. La cruz, instrumento de suplicio
usual en la época, se convirtió después en símbolo básico de la religión
cristiana.

Los evangelios cuentan que Jesucristo resucitó a los tres días de su


muerte y se apareció diversas veces a sus discípulos,
encomendándoles la difusión de la fe; cuarenta días después, según los
Hechos de los Apóstoles, ascendió a los cielos. Judas se suicidó,
arrepentido de su traición, mientras los apóstoles restantes se esparcían
por el mundo mediterráneo para predicar la nueva religión. Uno de ellos,
San Pedro, quedó al frente de la Iglesia o comunidad de los creyentes
cristianos, por decisión del propio Jesucristo. Pronto se incorporarían a
las predicaciones nuevas conversas, entre los que destacó San Pablo,
que impulsó la difusión del cristianismo más allá de las fronteras del
pueblo judío.

La obra de Pablo hizo que el cristianismo dejara de ser una secta judía
cismática y se transformara en una religión universal, que se expandió
hasta los confines del Imperio Romano hasta convertirse en el siglo IV
en la confesión oficial por obra del emperador Constantino. A partir del
siglo XV, con la era de los descubrimientos europeos, se difundió por el
resto del mundo, siendo en nuestros días la religión más extendida de
la humanidad, si bien se encuentra dividida en varias Iglesias, como la
católica romana, la ortodoxa griega y las diversas protestantes.

Milagros relatados en los evangelios

La resurrección de Lázaro por Giotto di Bondone (siglo XIV).


Artículo principal: Milagros de Jesús
Según los evangelios, durante su ministerio Jesús realizó varios
milagros. En total, en los cuatro evangelios canónicos se narran
veintisiete milagros, de los cuales catorce son curaciones de distintas
enfermedades, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios de
tipo natural y tres signos extraordinarios.

Los evangelios narran las siguientes curaciones milagrosas obradas por


Jesús:
Sanó la fiebre de la suegra de Pedro, en su casa en Cafarnaúm,
tomándola de la mano (Mc 1,29-31; Mt 5,14-15; Lc 4,38-39);
Sanó a un leproso galileo mediante la palabra y el contacto de su mano
(Mc 1,40-45; Mt 8,1-4; Lc 5,12-16);
Sanó a un paralítico en Cafarnaúm que le fue presentado en una camilla
y al que había perdonado sus pecados, ordenándole que se levantara y
se fuera a su casa (Mc 2, 1-12; Mt 9,1-8; Lc 5,17-26);
Sanó a un hombre con la mano seca en sábado en una sinagoga,
mediante la palabra (Mc 3,1-6; Mt 12,9-14; Lc 6,6-11);
Sanó a una mujer que padecía flujo de sangre, que sanó al tocar el
vestido de Jesús (Mc 5,25-34; Mt 9,18-26; Lc 8,40-56);
Sanó a un sordomudo en la Decápolis metiéndole los dedos en los
oídos, escupiendo, tocándole la lengua y diciendo: «Effatá», que
significaría ‘ábrete’ (Mc 7,31-37);
Sanó a un ciego en Betsaida poniéndole saliva en los ojos e
imponiéndole las manos (Mc 8,22-26);
Sanó a Bartimeo, el ciego de Jericó (Mt 20,29-34; Mc 10,46-52; Lc
18,35-45);
Sanó a distancia al criado del centurión de Cafarnaúm (Mt 8,5-13, Lc
7,1-10, Jn 4,43-54; Jn 4,43-54)
Sanó a una mujer que estaba encorvada y no podía enderezarse,
mediante la palabra y la imposición de manos (Lc 13,10-17). Esta
curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga;
Sanó a un hidrópico en sábado, en casa de uno de los principales
fariseos (Lc 14, 1-6).
Sanó a diez leprosos, que encontró de camino a Jerusalén, mediante la
palabra (Lc 17,11-19).
Sanó a un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo, en
Jerusalén, en sábado (Jn 5,1-9).
Sanó a un ciego de nacimiento untándolo con lodo y saliva, tras lo cual
le ordenó lavarse en la piscina de Siloé (Jn 9,1-12).
Sanó la oreja de un siervo del sumo sacerdote (Lc 22,51)
En los evangelios canónicos aparecen cinco relatos de expulsiones de
espíritus impuros (exorcismos) realizados por Jesús:
Expulsó a un demonio en la sinagoga de Cafarnaúm (Mc 1,21-28; Lc
4,31-37);
Expulsó a otro en la región de Gerasa (Mt 8,28-34; Mc 5,1-21; Lc 8,26-
39);
Expulsó a otro que poseía a la hija de una mujer sirofenicia (Mt 15,21-
28; Mc 7,24-30);
Expulsó a otro que atormentaba a un epiléptico (Mt 17,20-24; Mc 9,14-
27; Lc 9,37-43);
Expulsó a un «demonio mudo» (Lc 11,14; Mt 12,22).
Además, hay varios pasajes que hacen referencia de modo genérico a
exorcismos de Jesús (Mc 1,32-34; Mc 3,10-12).

Según los evangelios, Jesús obró tres resurrecciones:


Resucitó a una niña de doce años, la hija de Jairo (Mc 5,21-24, Mt 9,18-
26, Lc 8,40-56). Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo
dormida (Mt 9,24; Mc 5,39; Lc 8,52).
Resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17).
Resucitó a Lázaro de Betania (Jn 11,1-44).
Jesús obró también, según los evangelios, dos prodigios de tipo natural,
en los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales
(el mar y el viento) a su autoridad.
Jesús ordenó a la tempestad que se calme y esta obedece (Mt 8,23-27;
Mc 4,35-41; Lc 8,22-25).
Jesús caminó sobre las aguas (Mt 14,22-33; Mc 6,45-52; Jn 6,16-21).
Tres signos extraordinarios, que tienen un sentido acusadamente
simbólico:
Multiplicación de los panes y los peces. Es el único de todos los milagros
de Jesús que es registrado por todos los evangelios (Mc 6,32-44;
Mt|14,13-21; Lc 9,10-17; Jn 6,1-13). Ocurre en dos ocasiones según el
Evangelio de Marcos (8,1-10) y el Evangelio de Mateo (15,32-39);
La pesca milagrosa (Lc 5,1-11; Jn 21,1-19);
La conversión del agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2,1-11).
En esos tiempos, los escribas, fariseos y otros, atribuyeron a una
confabulación con Belcebú este poder de expulsar a los demonios.
Jesús se defendió enérgicamente de estas acusaciones. Según los
relatos evangélicos, Jesús no solo tenía el poder de expulsar demonios,
sino que transmitió ese poder a sus seguidores. Incluso se menciona el
caso de un hombre que, sin ser seguidor de Jesús, expulsaba con éxito
demonios en su nombre.
CONCLUSION

Para concluir:
El mensaje central de la misión de Jesucristo sobre la Tierra fue su
infinito amor, su misericordia y su bondad. Con sus enseñanzas, el Hijo
de Dios nos mostró el camino a seguir y cómo contemplar la gloria de
su creación; Jesucristo, siendo Dios, es infinitamente bueno y
misericordioso, y con su amor nos da cada día el ejemplo para poder
conducir una vida pura, caminando en la luz.
Él es el Dios-hombre que dio su propia vida como pago pro nuestros
pecados. El murió por nuestros pecados. Él tomó nuestro castigo. El
satisfizo las demandas justas de la santidad absoluta de Dios.
Sólo Jesús puede salvar al pecador. Es por Gracia, lo que significa que
no es merecido o es inmerecido.
GLOSARIO

Judea: fue una provincia romana en la región romana de Oriens, es


decir Oriente (hoy día parte del Medio Oriente), en la orilla oriental del
mar Mediterráneo. El Imperio romano cambió el nombre de Judea a
Palestina o Provincia Syria-Palæstina en el año 135, como forma de
borrar toda memoria judía de la región, tras aplastar la rebelión de Bar
Kojba.

Estriba: es una conjugación del verbo estribar: apoyarse, sostenerse o


reposar en algo firme.

Discrepancia: Falta de acuerdo entre dos o más personas o falta de


aceptación de una situación, una decisión o una opinión.

Instigar: Influir en una persona para que realice una acción o piense del
modo que se desea, especialmente si es para que haga algo malo o
perjudicial.

Adeptos: Que es partidario de una persona, una cosa o una idea.

Idóneo: Que reúne las condiciones necesarias u óptimas para una


función o fin determinados.

Reo: Un reo es alguien que es acusado por algo o que ya fue


sancionado.

Suplicio: Lesión corporal o muerte impuestas como castigo.


Ortodoxa: Que sigue fielmente los principios de una doctrina o que
cumple unas normas o prácticas tradicionales, generalizadas y
aceptadas por la mayoría como las más adecuadas en un determinado
ámbito.

Cafarnaúm: Era un antiguo poblado pesquero ubicado en la antigua


Galilea, en lo que hoy sería Israel, a orillas del mar de Galilea, también
llamado lago Tiberíades o Kineret. Es conocida por los cristianos como
"la ciudad de Jesús"; nombrada en el Nuevo Testamento.

Centurión: Oficial del ejército de la antigua Roma que tenía a su mando


una centuria.

Hidrópico: De la hidropesía o que tiene relación con esta acumulación


anormal de líquido.

Confines: Línea real o imaginaria que marca los límites de un terreno,


una región, un país, etc., y lo separa de otros; especialmente si estos
límites están muy lejanos.

Leproso: Que padece lepra.


BIBLIOGRAFIA

https://es.wikipedia.org
https://www.biografiasyvidas.com
https://elsolweb.tv
https://en-la-biblia.com
https://cristianismoactivo.org
https://sobrehistoria.com

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