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Comunicación con el niño y adolescente en general.

Depende mucho de la comunicación familiar de su dinámica.


De como sea el estilo comunicativo de los padres.

No podemos esperar una buena comunicación por parte del


niño o del adolescente, si nosotros como padres no nos
comunicamos. A veces en consulta nos dicen “es que no cuenta
nada”. Pero ¿hemos estimulado lo suficiente la comunicación?,
si le preguntamos ¿Qué tal el colegio?, y el nos dice ¿bien? ¿es
esto estimular la comunicación? OS PREGUNTO.

Cuando nos hablan de comunicación y de sus elementos,


siempre nos hablan del mensaje el interlocutor el receptor, el
contexto, pero

¿Qué pasa con las emociones?

¿Qué pasa cuando con quien nos comunicamos no entiende


todas las emociones y no las identifican?

¿Qué pasa si nuestro receptor de la comunicación está en otro


nivel de comunicación?

Comunicar es difícil sin identificar las emociones y sin


empatizar. Para hacerlo con un niño

Factores que facilitan la comunicación con el niño en general.

 La fundamental amenaza a la comunicación es la falta de


tiempo o el hacerlo en momentos poco adecuados
(cansancio, enfado, estrés, prisa, etc.).
 Hay que tener mucha capacidad de escucha; los niños
tienen que sentir que se les presta atención y lo que
tienen que decirnos es importante.
 Mantener el contacto visual y la proximidad física cuando
se habla con el niño.

 Las normas deben ser sencillas, justas. Debe haber


coherencia
 Lo que sentimos y lo que decimos tiene también que ser
coherente.
 Es importante expresar nuestros sentimientos de forma
adecuada y también los motivos o conductas que los
producen, para que los niños puedan darse cuenta de lo
que sucede y asociar.
 Es importante conocer que la mayor parte de lo que
decimos es no verbal. Esto significa que los gestos, la
mirada, el tono o la intensidad de la voz van a precisar en
mayor medida lo que estamos diciendo. Esto, que es
evidente a todas las edades, es fundamental en el niño
pequeño.
Interferencias en la comunicación

 No elegir el lugar adecuado.


 Estados emocionales con alta activación (es mejor
posponer la conversación hasta que un se encuentre más
calmado).
 Reproches, sobre todo con el asolescente “es que tu
siempre…”
 Declaraciones del tipo “deberías”.
 Etiquetar, generalizar (“eres un desastre”, “eres un
vago”).
 Utilización de sermones y frases interminables.
 Consejo prematuro no pedido (“lo que tienes que hacer
es”….).
 Ignorar los mensajes del otro.
 Sacar “trapos sucios”( “el mes pasado hiciste tal cosa”).
 Juzgar.
 Déficit de lenguaje positivo (dirigirse al niño para
recriminarle, omitiendo cuando hace algo positivo o darlo
por hecho).
 Respuestas cortantes.
 Adivinar lo que el otro quiere decir.

¿Qué podemos hacer para mejorar la comunicación?

Mejorar la comunicación con mensaje yo en vez de mensajes


tu

¿Cuáles son los mensajes tu?

Programa empecemos de comunicación


LA COMUNICACIÓN CON EL NIÑO ENFERMO.

Cuando hablamos con un niño de su enfermedad o de la


enfermedad de un familiar, debemos tener en cuenta, como
siempre, pero quizás en esta situación un poco mas en cuenta
no solo la edad cronológica, sino madurativa del niño. En el
concepto de enfermedad la edad es orientativa, pero lo
principal es NO MENTIR.

NIÑOS de 0 a 2 AÑOS
Los niños a esta edad:

 Sólo entienden cosas que pueden sentir por el tacto y la vista


 No entienden el cáncer
 El foco es sobre lo que está pasando en el momento
 Tienen miedo de las pruebas médicas y del dolor
 Tienen miedo de estar lejos de sus padres
Cómo hablar con niños de 0 a 2 años:

 Hable con su niño sobre lo que está pasando en el momento o


ese día.
 Explique los procedimientos y pruebas antes de llegar. Por
ejemplo, hágale saber a su niño que la aguja dolerá un poco, y
que ESTÁ BIEN llorar.
 Déle a su niño opciones, como formas divertidas de tomar el
medicamento, nuevos libros o videos durante los tratamientos,
o mezclar los medicamentos con distintos jugos.
NIÑOS de 2 a 7 AÑOS
Los niños a esta edad:
 Pueden entender el cáncer cuando usted lo explica usando
palabras simples.
 Observan por causa y efecto. Pueden culpar a la enfermedad
por un evento específico, como no terminar la cena.
 Tienen miedo de estar lejos de sus padres.
 Pueden tener miedo de que tengan que vivir en el hospital.
 Tienen miedo de las pruebas médicas y del dolor.
Cómo hablar con niños de 2 a 7 años:

 Use términos simples como "células buenas" y "células malas"


para explicar el cáncer. Usted puede decir que es una
competencia entre dos tipos de células.
 Dígale a su niño que necesita tratamiento para que el
sufrimiento se vaya y las células buenas se vuelvan más fuertes.
 Asegúrese que su niño sepa que nada que haya hecho causó el
cáncer.
 Explique los procedimientos y pruebas antes de llegar. Hágale
saber a su niño lo que pasará, y que ESTÁ BIEN estar asustado
o llorar. Asegure a su niño que los médicos tienen formas de
hacer las pruebas menos dolorosas.
 Asegúrese que el equipo de atención de salud de su niño
ofrezca opciones y recompensas.
 Hágale saber a su niño que usted estará a su lado en el hospital,
y cuando vuelva a casa.
NIÑOS de 7 a 12 AÑOS
Los niños a esta edad:

 Entienden el cáncer en un sentido básico


 Piensan en su enfermedad como síntomas y en lo que no son
capaces de hacer comparado con otros niños
 Entienden que sentirse mejor proviene de tomar
medicamentos y hacer lo que dicen los médicos
 Tienen miedo del dolor y de ser lastimados
 ES IMPORTNTE PONER NOMBRE A LA ENFERMEDAD.
Escucharán información sobre cáncer de otras fuentes como la
escuela, la TV, e internet
Cómo hablar con niños de 7 a 12 años:

 Explique las células cancerosas como células "que generan


problemas".
 Dígale a su niño que el cuerpo tiene distintos tipos de células
que necesitan hacer distintos trabajos en el cuerpo. Las células
cancerosas se interponen en el camino de las células buenas y
los tratamientos ayudan a deshacerse de las células
cancerosas.
 Explique los procedimientos y las pruebas antes de llegar y que
ESTÁ BIEN estar nervioso o harto Y QUE PODEMOS DECIRLO,
PORQUE PODEMOS AYUDARLE.
 Dígale a su niño que le cuente cosas que haya escuchado sobre
el cáncer de otras fuentes o cualquier preocupación que tenga.
Asegúrese que la información que tenga sea precisa.
NIÑOS de 12 AÑOS y más
Los niños a esta edad:

 Pueden entender conceptos complejos


 Pueden imaginar cosas que no les han pasado a ellos
 Pueden tener muchas preguntas sobre su enfermedad
 EMPIEZAN A querer ayudar a tomar decisiones
 Pueden estar más preocupados sobre los efectos secundarios
físicos como caída del cabello o aumentar de peso
 Escucharán información sobre el cáncer de distintas fuentes
como la escuela, TV e internet
Cómo hablar con niños de 12 años y más:

 Explique el cáncer como una enfermedad en la que algunas


células crecen mucho rápidamente mas rápidamente de lo
que deben.
 Las células cancerosas se interponen en el camino de cómo el
cuerpo tiene que funcionar.
 Los tratamientos matarán a las células cancerosas de forma tal
que el cuerpo puede funcionar bien y los síntomas
desaparecerán.
 Sea honesto sobre procedimientos, pruebas y efectos
secundarios.
 Hable abiertamente con su adolescente sobre opciones,
preocupaciones y miedos.
 Para los niños más grandes, puede haber programas de
internet que pueden ayudarlos a aprender sobre su cáncer y
cómo hacerle frente.

"¿Me voy a curar?"


¿Qué puedo decir?

 Es muy importante no engañar al niño.


 Tampoco hay que dar excesivas explicaciones.
 Valorar qué puede haber detrás de esa pregunta.
 Hacer mucho énfasis en que, a pesar de la diabetes, podrá
hacer prácticamente todo cuanto quiera.

¿Qué no puedo decir?

 Decirle que sí, que se va a curar. Mentirle para animarle


temporalmente.
 No prestarle atención ante este tipo de preguntas y
“cortarle” cambiando de tema o diciéndole: “eso ya te lo
he explicado otras veces”.
 Enfadarnos con él porque parece que “no entiende
nada”.

CUANDO ES UN FAMILIAR QUIEN TIENE LA ENFERMEDAD.


Si un familiar tiene cáncer, los niños generalmente sienten
que algo está mal. Es posible que también escuchen
conversaciones. Tienen una tendencia a preocuparse más si
sienten que se les están ocultando novedades importantes.
Como padre o tutor, es posible que desee proteger a sus
hijos de noticias perturbadoras, como el cáncer. Sin
embargo, evitar el tema puede confundir a los niños y hacer
que sientan que es una situación trágica.
Temas para conversar
 Asegúreles que ellos no hicieron nada que haya

provocado el cáncer en su familiar.


 Asegúrese de que entiendan que el cáncer no es
contagioso.
 Hágales saber que está bien que tengan muchos
sentimientos diferentes y que usted también tiene
muchos de esos mismos sentimientos.
 Ofrezca una evaluación realista pero esperanzadora de
la situación, y concéntrese en cómo se tratará el
cáncer.
 Hágales saber a sus hijos que tienen la libertad de
hacer cualquier pregunta.
 Sea honesto cuando responda las preguntas. Está bien
decir “no lo sé”.
 Tal vez no quiera informar a su hijo todos los detalles
acerca del cáncer. Use su criterio sobre qué compartir,
en función de la edad de su hijo.
 Esté preparado para dialogar sobre la muerte con sus
hijos. Use términos específicos y claros, y evite usar
frases indirectas como “pasar a mejor vida” o
“dormirse para siempre”. Es posible que los niños
confundan dormir con la muerte. Pueden tener miedo
de morir mientras duermen o pueden pensar que una
persona podría despertar de la muerte.

La comprensión de la muerte depende de la edad y del


desarrollo
En los diversos niveles de desarrollo, los niños tienen una idea
diferente de la irrevocabilidad de la muerte. Su enfoque para
hablar de la muerte dependerá del nivel de comprensión que
tenga su hijo de 4 conceptos principales de la muerte:
 Irreversibilidad (la muerte es permanente).
 Irrevocabilidad (todo funcionamiento se detiene con la
muerte).
 Inevitabilidad (la muerte es universal para todos los seres
vivos).
 Causalidad (las causas de la muerte).
La falta de comprensión de estas ideas por parte de los niños
afecta su capacidad para procesar lo ocurrido y afrontar sus
sentimientos.

Bebés y niños pequeños


Los bebés y los niños pequeños no entienden la muerte, pero
pueden percibir lo que siente la persona que los cuida. Cuídese
y reconozca su propia necesidad de estar triste. Mantenga
intactas tantas rutinas como le sea posible. La rutina es una
fuerza de protección para los niños en medio de grandes
trastornos. Evite la separación física y ofrezca una atención
física adicional para consolar a su hijo y aumentar su sentido
de seguridad.

Los niños en edad preescolar


Los niños en edad preescolar ven la muerte como algo
temporal. Su idea equivocada es reforzada por dibujos
animados en los que los personajes vuelven a la vida
momentos después de que les caen yunques del cielo. Puesto
que los niños pequeños son pensadores concretos que ven las
cosas tal y como lucen y escuchan las cosas literalmente, es
importante que la información que reciban sobre la muerte se
brinde en un lenguaje simple y claro. No utilice eufemismos
como "Ella se fue a dormir", "…viajó al más allá" o
"…falleció". Estas frases no serán entendidas e incluso pueden
generar temores a dormir o hacer viajes largos. En cambio, los
niños deben escuchar que su ser querido ha muerto y que "esto
significa que ya no podremos verlo". Prepárese para que los
niños pequeños sigan preguntando dónde está la persona que
murió o cuándo regresa. Siga dando mensajes claros, que
pueden ser suavizados con la idea de que los recuerdos duran
para siempre. Por supuesto, depende de los padres si van a
utilizar explicaciones religiosas. Para los niños pequeños, el uso
exclusivo de explicaciones religiosas puede ser ineficaz, ya que
ellos necesitan explicaciones mucho más concretas y
específicas sobre la realidad física de la muerte.
Dado que los niños pequeños no siempre pueden expresar sus
sentimientos, pensamientos y temores, estos surgirán con
frecuencia en momentos inesperados, como en sus juegos.
Recuerde que el juego puede ser el lenguaje de la infancia, así
que manténgase alerta a aquello que los niños quizás estén
tratando de decirle a través de sus juegos.

Niños en edad escolar


Los niños en edad escolar comienzan a entender la muerte
como un evento final pero quizás no entiendan que es
universal. Dele a su hijo explicaciones simples y honestas sobre
lo sucedido y luego pregúntele qué es lo que entiende. Tómese
tiempo para aclarar cualquier malentendido o interpretación
incorrecta. Es posible que los niños pequeños necesiten su
apoyo para encontrar las palabras que les permitan expresar
sus emociones y encontrar maneras que los ayuden a sentirse
mejor. Brinde a los niños repetidas oportunidades de hablar de
sus sentimientos. Es más importante escuchar que decir las
palabras perfectas.
Además, es posible que los niños en edad escolar aún no
entiendan las causas de la muerte. Para ellos es común
personificar la muerte (es decir, pensar en la muerte como el
"coco" o un fantasma). Pueden creer que tienen la culpa y
sentirse culpables por lo sucedido. Asegúreles de que nada de
lo que dijeron o hicieron (o no dijeron ni hicieron) causó la
muerte y que nada de lo que hagan puede revivir al difunto.
Es posible que los niños pequeños también teman quedarse
solos, especialmente por la muerte de un adulto importante
para ellos. Cuando una tía muere, por ejemplo, es posible que
un niño pequeño le pregunte a su madre,"mamá, ¿cuándo te
vas a morir?". No se sorprenda si su hijo se vuelve más
cariñoso, más cauteloso y más posesivo de su tiempo.
 Recuérdele a su hijo que no toda persona que se enferma
muere.
 Tranquilícelo con respecto a su salud.

 Dígale cuántas personas en su vida lo cuidan.

 Ayude a los niños a hacer cosas para disminuir su

ansiedad y sea consciente de que quizás no deseen hablar


ni pensar en la persona que murió porque es demasiado
doloroso.
 Cuídese y asegúrese de tener apoyo.

Su hijo lo observa atentamente. Cuando ve que usted está


bien, se siente más cómodo. Este es otro caso en el que los
padres cuidan de sus hijos al cuidar de sí mismos.

Adolescentes
Los adolescentes entienden la muerte al mismo nivel que los
adultos, pero pueden resistirse a expresar cualquier emoción
al respecto. Dado que los adolescentes empiezan a pensar de
manera abstracta, es posible que luchen por encontrar un
sentido a la muerte y consideren preguntas más importantes
sobre el propósito de la vida. Como resultado, pueden
participar en actividades riesgosas o sentir culpa por estar vivos
o enojo por su falta de control sobre la vida y la muerte. Sea
paciente, pero mantenga expectativas altas de
comportamiento. Independientemente de lo que su hijo
adolescente esté sintiendo, lo mejor que puede hacer es
alentar a que exprese su dolor de manera saludable.
Dele a su hijo adolescente diversas oportunidades para hablar
y apóyelo para encontrar maneras saludables de expresar sus
sentimientos:
 A veces, el ejercicio puede ayudar a disminuir la tensión.
 Puede ser relajante escuchar música tranquila o tomar un
baño.
 Escribir en un diario, dibujar u otras manifestaciones
creativas pueden ayudar a los niños y adolescentes a
expresar sus emociones.
 Hablar con un amigo o un familiar puede reconfortarlos.
 Cree sus propias estrategias de afrontamiento y
demuéstrele a su hijo adolescente que buscar ayuda es
un acto de fortaleza.
Reacciones comunes a la muerte en diferentes edades
Niños pequeños
Algunos niños pequeños podrían volver a comportamientos
inmaduros (hablar como bebés o chuparse el pulgar) o bien
volverse apegados o irritables. Otros podrían tener arranques
de ira. Recuerde que estos cambios de comportamiento son
manifestaciones probables de emociones no expresadas como
confusión o frustración.

Niños en edad escolar


Las reacciones comunes a la muerte de los niños en edad
escolar pueden incluir, entre otras, dificultad para
concentrarse en la escuela, problemas para dormir y
pensamientos recurrentes sobre la muerte. Los niños en edad
escolar pueden tener reacciones físicas como dolores de
estómago y dolores de cabeza que pueden desencadenarse al
estar en lugares que les recuerden a la persona que murió.

Adolescentes
Es probable que los adolescentes sientan una amplia gama de
emociones en torno a la muerte, como tristeza, enojo, culpa e
impotencia. En respuesta, algunos adolescentes pueden
retraerse, mientras que otros adolescentes pueden participar
en actividades de riesgo (como la autoagresión o el consumo
de drogas o alcohol). Reconozca que estas acciones son el
intento de su hijo adolescente por recuperar el control y
afrontar sus emociones.

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