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DEPARTAMENTO DE LITERATURA

LICENCIATURA EN LENGUA Y
VICENTE HUIDOBRO Y LA
VANGUARDIA ESPAÑOLA.
PROF: ANDRÉS MORALES
ALUMNA: NADIA LOYOLA PINO

Caligramas fue publicado en 1918. Los poemas que están presentes en esta obra salen de
cierta forma del orden tradicional de las estrofas y las rimas, pero esto no debe relacionarse
con un quiebre con el creacionismo, sino más bien que “expresan su lado lúdico y de
creación literaria”

Este poema mezcla por un lado plasticidad cubista y por otro el creacionismo, tomando
como referencia el paisaje autóctono rural de Chile, cuyas imágenes se hacen presentes en
el caligrama Capilla aldeana, y, además, la disposición que da Huidobro da a los versos,
dibujan una capilla.

Ahora bien, la combinación de palabras que utiliza el autor son producto de una selección
previa que él realiza, produciendo este modo una combinación de las imágenes discursivas
las cuales se refuerzan con las imágenes icónicas, en otras palabras los verdaderos versos se
convierten en poesía visual.

En Capilla aldeana, se recrea el diseño de una cúpula de una capilla de aldea, tal como indica
su título. Este poema se constituye de estrofas cortas con un total de 43 versos, y lo
complementa, con una serie de figuras literarias como metonimias y prosopopeyas.

Este poema comienza con la figura del ave y como imagen icónica se forma una la cruz .
Estas imágenes son recurrente en la poseía huidobriana, así como el campanario.

El ave se presenta con un canto suave que encanta a todos, y el poeta le pide que: “ Une tus
notas a las de la campana”. Huidobro hace esta unión entre el ave y la campana para provocar
confusión cuando estas se conviertan en un solo sonido. También, juega con lo natural que
está representada por el ave y con lo artificial que esta representada por la campana.

Es importante mencionar que esta campana es de una capilla aldeana, rural, en donde se
puede apreciar paz, tranquilidad y silencio, por lo que su sonido llega a casi todos los rincones
de la localidad, y es precisamente en estos lugares rurales y con menos bullicio que la ciudad
en que le canto del ave se puede escuchar. Además, las campanas convocan a la gente a
acercarse a la iglesia, cuando se va a realizar misa, por lo que la campana no solo propaga
sonido sino que espíritu también, esto se puede apreciar en los siguientes versos:

“ Une tus notas a la de la campana/ que ya se despereza ebria de mañana / evangelizando la


gran quietud aldeana”

Esta relación ente espíritu y naturaleza (ave y paisaje) se puede apreciar también en los
siguientes versos:

“Se esparce en el paisaje el aire de una extraña/ Santidad, algo bíblico, algo de piel de oveja/
algo como un rocío lleno de bendiciones/ cual si el campo rezara una idílica queja/ llena de
sus caricias y de sus emociones.”

En estos versos es posible apreciar como el paisaje comienza tomar un lugar importante
dentro del poema. Se menciona el campo, esto, por que en ese lugar, las iglesias y/o capillas
son de mucha importancia (espiritual), en la vida de la gente de pueblo. Pero también el
paisaje aparece como algo visible y palpable. En los versos anteriores se puede observar esta
relación, señala al paisaje como algo cálido esto cuando lo relaciona con “piel de oveja”,
como húmedo cuando lo compara con el “rocío y aire”.

En los versos siguientes, Huidobro comienza a darle una forma más antropomórfica a la
capilla, como se puede apreciar en los siguientes versos:

“La capilla es como una viejecita acurrucada/ y al pie de la montaña parece un cuento de
hada/junto a ella como una bandada de mendigos/ se agrupan y se acercan unos cuantos
castaños/ Que se asoman curiosos por todos los postigos / con la malevolencia de los viejos
huraños.”

Es posible apreciar en los versos anteriores que se hace una comparación entre las aves y los
mendigos, ya que a estos últimos los compara con una bandada, y a su vez los castaños se
asemejan a los mendigos cuando dicen: “se agrupan, se acercan”. Por otro lado, la imagen de
la viejecita acurrucada que se a asemeja a la capilla, hace alusión a esa imagen que se tiene
en la mente de la iglesia en el pasado, en donde se ponían los pordioseros a pedir limosna a
las afueras de los templos.
Huidobro señala en los versos anteriores, que la capilla se encuentra a los pies de la montaña,
haciendo alusión a la paz del lugar. El poeta por lo tanto, establece esa relación en la que una
imagen está unida a otra, por un lado la paz del lugar y por otro la pordiosera afuera de la
capilla, poniendo el broche de oro los huraños, que hace a la gente que le molesta que le
pidan limosnas.

Ahora bien, en los versos: “Y en el cuadrito lleno de ambiente y de frescura/ En el paisaje


agreste con castidad de lino/ pinta un brochazo negro la sotana del cura.”

Estos versos se refieren al paisaje como una naturaleza idílica y “autóctona”, de hecho, aplica
diminutivos y adjetivos afectivos para señalar ese lugar “Y el en cuadrito lleno de ambiente
y de frescura”. Es en este cuadro llamativo en el cual desentona el párroco con su sotana
negra y más aún lo señala como “un brochazo” por lo que muestra ese contraste entre la
luminosidad que nos entrega el lugar a la oscuridad que nos entrega el párroco. Él no encaja
en ese paisaje “agreste con castidad de lino”

También, Huidobro hace alusión en estos versos de que, en estos lugares lejanos, el párroco
vive en la iglesia y a “cualquier hora” que se iba a ese lugar, se podría encontrar con él,
convirtiéndose en cierta forma uno con la iglesia, y como se decía anteriormente no puede
haber uno sin lo otro, en este caso no puede haber una capilla sin un párroco.

El poema continúa con una descripción más sombría y oscura del interior de la capilla como
ese pueden apreciar en los siguientes versos:

“Las tablas viejas roncan, crujen, cuando entra el viento oliendo a rosas/ rezonga triste en
un murmullo el eco santo del rosario/ La oscuridad va amalgamando y confundiendo así las
cosas/ y vuela un “ángelus” lloroso con lentitud del campanario”

En estos últimos versos es posible evidenciar como dice Wood “(..), el uso de una rima
externa e interna -estrechamente ligada al toque de las campanas para los maitines y el
ángelus- proporciona al poeta otro medio por el cual logra la creación del ambiente que rodea
la capilla aldeana.” (Wood, 61)
El vuelo y el sonido son dos símbolos que surgieron al inicio del poema y que vuelven a
aparecer al final de la obra, pero ya no con esa vivacidad propia de amanecer, sino que con
menos fuerza ya al atardecer, confundiéndose. Como se aprecia en el siguiente verso: “La
oscuridad va amalgamando y confundiendo así las cosas”.

Esta languidez del ambiente, deja al descubierto las imperfecciones de la capilla ya que las
tablas roncan, crujen y está en mal estado por que deja pasar el viento por sus paredes.

En su último verso el “ángelus” es un canto litúrgico, que en este caso suena “lloroso” ,
adolorido, y se van haciendo aun más lentas las notas de este canto uniéndose, así como al
inicio del poema, con el sonido del campanario, que igual que al inicio del poema (el cual se
quiere unir el sondo-vuelo) se va mesclando con el sonido de la campana haciéndose más
tenue su sonido en la oscuridad de la noche.

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