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El Plumerillo es una localidad ubicada a 8 km de la Ciudad de Mendoza, en el

departamento de Las Heras. En él es posible visitar un lugar muy importante que guarda
parte de la historia mendocina: el Campo Histórico El Plumerillo. El lugar se sitúa en la
intersección de las calles Lisandro Moyano e Independencia, y según se dice fue el lugar
donde el Gral San Martín entrenó a sus soldados antes de realizar la Campaña
Libertadora.

El lugar cuenta con una reconstrucción de lo que fue el campamento del Ejército de los
Andes como atractivo principal, construido con adobe, techos de caña y barro y puertas
forradas con cuero de vaca.

Campo Histórico El Plumerillo


El Campo de Instrucción de El Plumerillo originalmente era la finca de Clemente
Segura, quien la cedió para facilitar la preparación de las huestes libertadoras de América.
Allí se instaló el campamento de adiestramiento y preparación del Ejército de los Andes.
Se estima que su extensión original era de unas cincuenta cuadras.

El ejército comenzó a formarse con 180 libertos, pero fue nutriéndose con la llegada de
hombres de todo el país hasta llegar al número de 5.337 soldados el día 18 de enero de
1817, día en que se juró solemnemente la Bandera de Los Andes en el campamento y
partió el Ejército.

Hoy se ha reconstruido el predio como se encontraba en 1816.

El área del Campo Histórico ha sido ambientada usando elementos y materiales replicas
de aquellos utilizados por el Ejército de los Andes. La reconstrucción del campamento ha
sido realizada con paredes de adobe, techos de paja y caña, puertas en cuero y suelo
arenoso. Gracias a esta acurada reconstrucción, en base a datos y documentos históricos,
podemos observar cómo se componía el vivac, las habitaciones de los soldados llamados
“Barracas”, la formación del ejército, su vestimenta, los alimentos que consumían las
tropas, la forma en que se instruían, el armamento que utilizaban, el mobiliario de la época
así también como era el despacho del General San Martín y los pabellones de los oficiales.

El Campo Histórico El Plumerillo, fue declarado lugar histórico en el año 1941. (Dirección:
Pascual Segura s/n, El Plumerillo, Las Heras)

Capilla Histórica El Plumerillo


Cerca del Campamento de El Plumerillo se encontraba la casa de la familia Segura que
poseía, dentro de su finca, un oratorio que era frecuentado por el General San Martín y sus
oficiales para el oficio religioso. De aquella histórica capilla lamentablemente no queda
nada pues fue destruida por el terremoto de 1861. Pero pocos años después, en 1870, la
señora Elisea Segura de Zapata, hizo levantar en el mismo lugar una nueva capilla,
compuesta por una nave y un entrepiso para el coro, con muros de adobe y el techo a dos
aguas, de caña y barro con cornisas de ladrillo. En el altar están las imágenes de la Virgen
del Carmen de Cuyo, del Sagrado Corazón y de San Miguel Arcángel. En su interior se
conserva la silla donde se sentaba San Martín.
La capilla de El Plumerillo fue declarada monumento histórico por Decreto Nacional N°.
107512/41. (Dirección: Pascual Segura s/n 2,5 kilómetros de Acceso Norte El Plumerillo,
Las Heras).

EL CAMPAMENTO DEL PLUMERILLO


A fines de 1815 el general San Martín resolvió evitar el contacto de su ejército con la
ciudad, y para ello pensó trasladar los regimientos que se encontraban en los cuarteles de
La Cañada, San Agustín y Santo Domingo a campos situados en los alrededores de
Mendoza, pero los que consideró apropiados quedaban muy retirados y a él le convenía
uno más cercano, que le permitiera atender simultáneamente la preparación de su ejército
y los asuntos de gobierno.

Por esto aceptó los terrenos que le cedió en préstamo el vecino don Francisco de Paula de
la Reta, a poco más de una legua de la ciudad y a la derecha del camino a San Juan, en el
paraje de El Plumerillo, designación popular con que se conocía esa región por la
abundancia de una planta parecida a un plumero.

El ingeniero Alvarez Condarco fue encargado para delinear el campamento en ese lugar
húmedo, salitroso y lleno de charcos. Trazó una plaza de unas cinco manzanas, y sobre el
costado oeste se levantaron galpones provisionales de tapia con techos de espadaña,
divididos por compañías, con departamentos para jefes y oficiales, guardias y cocinas.

En marzo de 1815 San Martín comisionó al brigadier Bernardo O’Higgins para que
construyera los cuarteles definitivos, en los cuales se utilizaron en gran parte materiales
facilitados por los vecinos.
El 30 de septiembre de ese año se dieron por terminadas las obras del campamento,
contando entonces con una línea de cuarteles al oeste de la plaza, donde se Instalaron los
batallones números 8 y 11 de Infantería, el 1° de Cazadores y la artillería. Poco más atrás
estaban las cocinas, y a mayor distancia los alojamientos de jefes y oficiales. Por el lado
norte quedaban los cuatro galpones para el regimiento de Granaderos a Caballo, y por el
lado sur el rancho del general en jefe, el Cuartel General y el Estado Mayor.

Al centro del costado este de la plaza se levantaba un grueso paredón de adobes de doble
fila, de cien metros de largo, destinado al tiro al blanco.

La actividad fue en aumento y se intensificó la instrucción diaria en El Plumerillo. Antes de


las cinco de la mañana estaba ya en pie San Martín, recibía a sus ayudantes y dictaba las
órdenes geEl 5 de enero de 1817 el ejército, en traje de parada, dejó por primera vez el
campamento y fue a la ciudad para rendir honores a su Virgen Patrona y asistir a la
bendición de la bandera; a la tarde formó en El Plumerillo para cumplir el juramento
sagrado. La bandera estaba en manos del brigadier Soler rodeado por el Estado Mayor;
San Martín se adelantó y cruzando su espada con el asta hizo el solemne juramento, luego
los jefes y oficiales, y por último la tropa.

Después del 15 de enero se concentraron en el campamento los cinco mil trescien tos
siete hombres que componían el Ejército de los Andes, de los cuales la mayor parte
habían sido reclutados en Mendoza.

El día 18 partió la columna de Las Heras por la ruta de Uspallata. Del 19 al 24 salieron
Soler, O’Higgins, Zapiola y de la Plaza por el camino de Los Patos, con el grueso del
ejército. El último en abandonar El Plumerillo fue el propio general San Martín.

Tiempo después eran desarmados los cuarteles y devueltos a sus dueños los materiales,
obsequiándose a los pobres con los restos sobrantes para que construyeran sus ranchos.

El campamento estuvo totalmente olvidado hasta 1899, año en que un grupo de men-
docinos levantó una modesta pirámide con los escudos de Argentina, Chile y Perú.

Transcurridos treinta y tres años, el 17 de agosto de 1932 —829 aniversario de la muerte


de San Martín—, el Banco de la Provincia de Mendoza cedió al Ministerio de la Guerra
una fracción de poco más de cuatro hectáreas de tierras cercanas al antiguo campamento.
El gobierno mendocino acondicionó este terreno, construyendo a su entrada un portón
alegórico y colocando a cada lado un cañón de los utilizados por el Ejército de los Andes.
En realidad, la columna recordativa no se encuentra en el sitio exacto de la jura de la
bandera, sino a unos mil metros de lo que era el campamento.

En 1935 fueron depositados los restos del general mendocino Jerónimo Espejo en el
centro del campo, último homenaje al que marchó en esa cruzada gloriosa y fue su mejor
narrador.

JUL

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Campo de instrucción El Plumerillo.

Poniendo en práctica su máxima, de


que los soldados destinados a vencer sólo se forman en los campos de instrucción,
estableció un campamento como una legua al norte de la ciudad, en un sitio pintoresco
llamado el Plumerillo. Era un hermoso valle cubierto de árboles,
que fuédesmontado, construyéndose en él espaciosos cuarteles y almacenes, a cuya
erección contribuyó el vecindario con cuantiosos donativos y materiales. Allí se trasladó
San Martín con todo su ejército en los primeros días de la primavera de 1816. Desde ese
momento, aquel sitio antes desierto y silencioso, ofreció el espectáculo del trabajo
incesante y de una actividad precursora de la gran campaña de que era la primera etapa.
Al toque de diana, con las primeras luces del alba, se disparaba un cañonazo. A esta señal
todos los cuerpos llenaban la gran plaza de armas en el centro del campo de instrucción, y
se dividían en grupos: unos evolucionaban, otros se ejercitaban en el manejo de las armas
o en tirar al blanco, a cuyo efecto se había levantado un espaldón en medio de ella. El
general se dirigía con preferencia a los pelotones de reclutas y especialmente a los de
Granaderos a caballo; pero su predilección eran los negros libertos a quienes proclamaba,
poniéndose al nivel de ellos, con el charlatanismo de un general que sabe pulsar todos los
resortes que mueven a los hombres en sus diversas esferas. A los Granaderos les decía,
mostrándoles unos papeles que sacaba del bolsillo, que los maturrangos de la caballería
española de Chile propalaban la voz de que sus sables eran de lata, porque pensaban que
su gobierno era tan pobre que no tenía con que comprarlos de acero. Y desenvainando el
suyo, les daba con gallardía lecciones sobre su manejo, en que era muy diestro. Los
soldados llenos de ardor, imitaban sus movimientos animados por su palabra y su ejemplo.
A los negros , les mostraba los mismos papeles, y les aseguraba que
según sus agentes secretos, los jefes españoles de Chile se preparaban a mandarlos
vender como esclavos en las haciendas de azúcar del Perú, pensando que era cosa fácil
tomar prisioneros a hombres libres que sabían manejar bien las armas. Los libertos
afirmaban la proclama aplicándose con mas empeño a emprender su nuevo oficio.

Preguntas: El cruce de los Andes


1) ¿Por qué San Martín decidió el cruce de los Andes?
San Martín entendió que habían fracasado todos los intentos de derrotar a los
realistas por el camino del Alto Perú y, tomando muy en cuenta un plan elaborado
en 1800 por el militar inglés Thomas Maitland, decidió que la estrategia más
efectiva consistía en cruzar la cordillera, con la ayuda de los patriotas chilenos,
liberar Chile y de allí marchar por mar hacia Lima y, en combinación con Simón
Bolívar, terminar con la base del poder español en América.

2) ¿Qué era la guerra de zapa?


Así se llama en términos militares a las tácticas para desorientar al enemigo con
informaciones falsas y estrategias de espionaje. San Martín utilizó métodos de
espionaje y engaño del enemigo -llamados "guerra de zapa"- durante sus
campañas. El cruce de la cordillera se iba a hacer por los pasos de Los Patos y
Uspallata pero para ello se necesitaban los planos. Se decidió enviar a Chile al
mayor José Antonio Álvarez Condarco -que dibujaba muy bien y tenía una
memoria notable- por el Paso de los Patos, que se suponía, era el más largo, con
una copia de la declaración de Independencia de las Provincias Unidas para el
gobernador español de Santiago, Marcó del Pont. El jefe realista, furioso, hizo
quemar el acta y mandó a Condarco por el camino más corto posible, que resultó
ser el Paso de Uspallata. El espía de San Martín regresó sano y salvo y pudo
diseñar los mapas para el ejército libertador.

3) ¿Cuáles fueron las cifras del cruce de los Andes?


A fines de 1816, el jefe militar estaba "listo para la de vámonos", como él mismo lo
dijo. Según Busaniche, el Ejército de los Andes tenía 5200 hombres, 10.000 mulas
de silla y carga, 1600 caballos de pelea para maniobrar en el llano, 600 reses en
pie para ser faenadas en el camino, 900 tiros de fusil y carabina, 2000 de cañón a
bala, 2000 de metralla y 600 granadas. Además, contaba con todos los
aprovisionamientos más necesarios para la campaña.

4) ¿Cómo era la relación de San Martín con el director Supremo Pueyrredón?


San Martín necesitaba de todo para su campaña de los Andes y una de las
"víctimas" de sus pedidos era el Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón,
que así le contestaba a uno de sus pedidos en noviembre de 1816: "Van los 200
sables de repuesto que me pidió. Van las 200 tiendas de campaña, y no hay más.
Va el mundo, va el demonio, va la carne. Y yo no sé cómo me irá con las trampas
en que quedo para pagarlo todo, a bien que, en quebranto me voy yo también para
que usted me dé algo del charqui que le mando, y ¡carajo! No me vuelva usted a
pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un
tirante de la Fortaleza".

5) ¿Quién fue el médico del Ejército de los Andes?


James Paroissien era un médico inglés radicado en Buenos Aires en 1803. De
ideas liberales, en cuanto estalló la revolución ofreció sus servicios al nuevo
gobierno y fue designado cirujano en el Ejército Auxiliar del Alto Perú. En 1812 se
hizo ciudadano de las Provincias Unidas y el Triunvirato le encargó la jefatura de la
fábrica de pólvora de Córdoba. Allí San Martín lo invitó a sumarse a sus planes y
Paroissien fue el Cirujano Mayor del Ejército de los Andes. En varias ocasiones
tuvo que atender al libertador afectado por alguna de sus diversas enfermedades.

6) ¿Cómo era la salud de San Martín?


La salud de San Martín era bastante precaria. Padecía de problemas pulmonares -
producto de una herida producida en una batalla en España en 1801-, reuma y
úlcera estomacal. A pesar de sus "achaques" siempre estaba dispuesto para la
lucha y así se lo hizo saber a sus compañeros: "Estoy bien convencido del honor y
patriotismo que adorna a todo oficial del ejército de los Andes; y como compañero
me tomo la libertad de recordarles que de la íntima unión de nuestros sentimientos
pende la libertad de la América del Sur. A todos es conocido el estado deplorable
de mi salud, pero siempre estaré dispuesto a ayudar con mis cortas luces y mi
persona en cualquier situación en que me halle, a mi patria y a mis compañeros".

7) ¿Cómo se organizó militarmente el cruce?


Dos divisiones, una al mando del general Miguel Estanislao Soler y otra al mando
del general chileno Bernardo de O´Higgins cruzarían por el Paso de los Patos.
Otra, al mando de Las Heras, debía marchar por el camino de Uspallata con la
artillería. Otra división ligera, que cruzaría desde San Juan por el Portezuelo de la
Ramada con el objetivo de apoderarse de la ciudad chilena de Coquimbo, iba al
mando de Juan Manuel Cabot. Otro destacamento ligero debía cruzar desde La
Rioja y ocupar Copaipó cruzando la cordillera por el paso de Vinchina. Por el Sur,
el capitán Freyre penetraría por el Planchón para apoyar a las guerrillas chilenas
lideradas por Manuel Rodríguez.

8) ¿Qué comían los soldados del ejército de los Andes?


La comida era un problema y San Martín encontró la solución en una comida
popular típica de Cuyo el "charquicán", un alimento basado en carne secada al sol,
tostada y molida, condimentada con grasa y ají picante. Prensado era fácil de
transportar y se preparaba agregándole agua caliente y harina de maíz.

9) ¿Cómo transportaban el agua?


No había dinero para comprar cantimploras y se resolvió usar cuernos de vaca
para fabricar recipientes individuales para cada soldado. Se dice que alguno que
otro llevaba más de un cuerno, uno con agua y otro con agua... ardiente o vino
para combatir el frío.

10) ¿Cómo era la relación de los indios con San Martín?


San Martín pensaba que los auténticos dueños del país eran los habitantes
originarios de América y se refería a ellos como "nuestros paisanos los indios”.
Esto se expresaba, por ejemplo, en el nombre dado a su organización política: La
Logia Lautaro, que tomaba su nombre de un guerrero araucano que encabezó la
rebelión contra los españoles. Antes de cruzar los Andes se reunió con caciques
pehuenches al pie de la cordillera y les solicitó permiso porque "ustedes son los
verdaderos dueños de este país".

11) ¿Cuál fue la primera victoria de San Martín tras cruzar la cordillera?
Del otro lado de los Andes las tropas patriotas logran su primera victoria el 12 de
febrero de 1817 en la cuesta de Chacabuco. La victoria de Chacabuco permitió la
ocupación de la capital chilena. El 18 de febrero de 1818 se convocó en Santiago
de Chile a un Cabildo Abierto que designó a San Martín Director Supremo. Don
José rechazó el ofrecimiento y propuso al patriota chileno Bernardo de O'Higgins
para el cargo.

12) ¿Cuál fue la única derrota del Ejército de los Andes?


El 19 de marzo de 1818 las fuerzas patriotas sufrieron su primera y única derrota,
la de Cancha Rayada. El saldo fue muy negativo: 150 muertos, centenares de
heridos y la pérdida de gran parte de la artillería. Pero el General Las Heras logró
salvar parte de la tropa y las armas y pudo así reorganizarse un ejército de 5.000
hombres.

13) ¿Cuál fue la batalla que decidió la independencia de Chile?


San Martín logró derrotar definitivamente a los realistas en Maipú el 5 de abril de
1818. Este triunfo consolidó definitivamente la independencia de Chile. Varios días
después, cuando llegó la noticia del triunfo, en Buenos Aires se organizaron bailes
y festejos y la gente iba de casa en casa felicitándose y abrazándose.

14) ¿Cuáles eran los pasatiempos preferidos de San Martín?


Le gustaba mucho jugar al ajedrez y era muy difícil ganarle. Había practicado
desde chico en sus diversos destinos militares y tuvo la ocasión de enfrentar con
éxito a grandes jugadores. Tocaba muy bien la guitarra y en ciertas ocasiones,
cuando los avatares de la guerra lo permitían, daba improvisados conciertos para
sus "compañeros del Ejército de los Andes", como él los llamaba. En España había
tomado clases de guitarra con el gran concertista y compositor Fernando Sor.

15) ¿Cómo se consiguieron las armas del Ejército de los Andes?


San Martín sabía que no podía esperar que el gobierno central le mandara más
cosas. Necesitaba armas y decidió montar una fábrica en el campamento del
Plumerillo cerca de la ciudad de Mendoza, al frente de la cual estaba el sacerdote
Fray Luis Beltrán, que fabricó fusiles, bayonetas, cañones y municiones con la
ayuda de los habitantes de Cuyo.

16) ¿Qué problemas debieron enfrentar San Martín y sus hombres durante el
cruce de los Andes?
Tuvieron que soportar grandes cambios de clima. La sensación térmica se agudiza
con la altura. De día el sol es muy fuerte y se llega a temperaturas de más de 30
grados y durante la noche el viento helado, con mínimas de 10 grados bajo cero,
pude llevar al congelamiento. La altura promedio es de 3000 metros, lo que
provocó en muchos hombres fuertes dolores de cabeza, vómitos, fatiga e irritación
pulmonar.

17) ¿De qué color era el caballo blanco de San Martín?


San Martín, como el resto de la tropa, cruzó los Andes en burro y en mula porque
los caballos no resisten las condiciones de la cordillera. Según parece don José
nunca usó un caballo blanco, ni siquiera en el combate de San Lorenzo.

18) ¿En qué términos se refería San Martín a sus soldados?


He aquí un ejemplo:
“Orden General del 18 de julio de 1819
Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer cono
podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se
acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras
mujeres y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos
libres y lo demás no importa. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano
hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje".
José de San Martín

19) ¿A qué se llamó la "genial desobediencia"?


En Buenos Aires, el director supremo Juan Martín de Pueyrredón, para combatir al
caudillo José Gervasio Artigas, favoreció la invasión portuguesa de la Banda
Oriental y le pidió a San Martín que se hiciera cargo con su Ejército de la represión
de los orientales. San Martín se negó diciéndole que "el general San Martín jamás
desenvainará su espada para derramar sangre de hermanos" y se dispuso a
continuar con sus campañas libertadoras.

20) ¿A qué se llamó el "Acta de Rancagua"?


A principios de 1820 tras la batalla de Cepeda, desaparece el poder central
representado por el directorio. San Martín era el General en Jefe de un ejército de
un estado que ya no existía. El 2 de abril de 1820, los oficiales del Ejército de los
Andes firmaron en Rancagua una declaración en la que decían que la autoridad de
San Martín no caducaba porque "su origen, que es la salud del pueblo, es
inmutable". Gracias a este apoyo San Martín se sintió con el suficiente poder para
emprender la campaña del Per

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