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Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires


XVIII Jornada Anual de Niñez y Adolescencia:

“La Subjetivación en Tiempos de lo Digital”

Lic. Adriana Franco

Título: “Los trabajos de adolescencia en tiempos de lo Digital”

El tema que hoy durante todo el día trabajaremos en esta Jornada, Jornadas
que desde hace 18 años venimos realizando, no fue elegido por responder a “lo
que está de moda”, por snobismo o por cierta búsqueda obsecuente de lo
novedoso, responde a una realidad que nos exige, nos incentiva
permanentemente a seguir investigando, pensando sobre nuestras
concepciones teóricas en función de lo que el trabajo clínico con niños y
adolescentes nos impone.

Lo digital y la realidad virtual se metió en los espacios clínicos sin solicitar


nuestra aprobación o permiso. Paula Sibilia en una clase de la Carrera de
Especialización nos planteaba un interrogante, que forma parte de su
investigación. ¿Son las nuevas tecnologías las que generan transformaciones
en la subjetivación o es que las transformaciones en las subjetividades
generaron estas nuevas formas de comunicación a través de lo digital?
Inteligente reflexión que nos permite preguntarnos a su vez si es lo digital y lo
virtual lo que deja su impronta y modifica los procesos de subjetivación, tal
como los estudiamos y aprendimos en nuestra circulación permanente entre
teoría y clínica, o en verdad son las nuevas formas de subjetividades
generadas en el contexto socio económico vigente, los que dieron lugar a la
vinculación y aceptación masiva por niños, adolescentes y jóvenes, los nativos
digitales como bien los denomina Alejandro Piscitelli, y exige a los
psicoanalistas agiornanrnos sino queremos, como bien decía un paciente
adolescente que filosofaba en sesión sobre la necesidad de volver a la
naturaleza, a un mundo sin fronteras, a la esencia del hombre sin tanto
tecnicismo, pero ansiaba un celular de última generación, como aclaró “para
no quedarse afuera”. Para ser o seguir siendo, para tener existencia en el
mundo actual. El temor de mi paciente no es extraño ni irreal.

Entre otros, el estudio ‘The World Unplugged’ (El mundo desconectado) se ha


realizado en los cinco continentes entre 1.000 estudiantes. Arroja datos muy
reveladores sobre cómo los medios de comunicación en general, pero
especialmente las redes sociales, han llegado a determinar la vida de los
adolescentes.
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El estudio propuso a los estudiantes pasar 24 horas ‘desconectados’: ni


computadora, ni celulares, ni mp3, ni televisión… Parece algo fácil, sin
embargo, muchos de los estudiantes reconocieron que les fue imposible
porque muchos de ellos, en su vida diaria, necesitaban encender su
computadora, Tablet o celular y conectarse a Internet para contactar con
profesores, por ejemplo. Además, se dieron cuenta de la omnipresencia de los
medios de comunicación: en el subte, en los centros comerciales, en las
pantallas de la calle… Algunos consideraron que pasar 24 horas desconectado
era imposible para estar ‘integrado’ en la sociedad del siglo XXI. Los que
lograron el reto, después de 24 horas desconectados, reconocieron haber
sentido ansiedad, depresión e inseguridad. El estudio asegura que los
sentimientos que los estudiantes describieron son muy parecidos a los
síntomas de abstinencia de los adictos. Uno de los datos más importantes es
que los estudiantes reconocieron sentirse perdidos sin la tecnología, al estar
desconectados no sabían qué estaba pasando a su alrededor, cómo estaban
sus amigos de las redes sociales. La mayoría de ellos reconoció que, al
despertarse, miraba su celular para ver quién la había mandado un mensaje y
lo mismo hacían antes de dormir. Además, reconocieron sentirse preocupados
porque para muchos sus redes sociales no son solo la forma de mantenerse en
contacto con sus amigos, si no también les sirve para crearse su propia marca,
su identidad para crear la imagen que los demás tienen de sí mismos pero
incluso la que ellos tienen de sí mismos. Aburrimiento fue una de las palabras
más utilizadas por los estudiantes tras el estudio.

Lo digital, lo virtual opera en la constitución de las subjetividades en esta


era y a la vez los nativos digitales operan y crean con su necesidad y
demanda avances tecnológicos y mediáticos a una velocidad vertiginosa.

Las categorías teóricas con que pensamos la constitución de la subjetividad


deben ser revisadas, deconstruídas acompañando las transformaciones que
las sociedades y sus modelos socio-económicos imponen a los sujetos que en
ellas habitan en espacio y tiempo. Los descubrimientos científico-técnicos, las
tecnologías de avanzadas también nos imponen cambios en las teorías
psicoanalíticas, sin ir más lejos descubrir las reacciones espontáneas del aún
feto, cambió el imaginario social acerca de la pasividad del bebé y también
acreditó ciertas teorías psicoanalíticas basadas en la observación directa y no
en la reconstrucción de un bebé o niño a partir del relato del adulto analizado.

El reconocimiento de la diversidad sexual nos permite pensar la


homosexualidad como una de las modalidades que adquiere la elección de
objeto sexual y no como una desviación psicopatología a tratar en una
psicoterapia o psicoanálisis.
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Es necesario revisar por tanto algunos conceptos claves de los trabajos


psíquicos puberales y de adolescencia para reflexionar sobre las subjetividades
actuales, las patologías más frecuentes y su relación con lo digital sin
descuidar un aspecto que hace a la clínica psicoanalítica y es no perdernos en
universalidades y atender la singularidad de cada caso.

Entre otros conceptos a revisar, trabajados en nuestras cátedras de grado y


postgrado podemos ennumerar los siguientes:

- Escritura pictogramática del cuerpo púber a través de la experiencia de


reconocimiento y encuentro con el amigo/a.
- Hacer banda, superficie, indiscriminación transitoria entre los cuerpos
del grupo de amigas/os sin desconocer la alteridad del par.
- La constitución de un espacio potencial entre los pares.
- La Obsolescencia de los padres o adultos y catectización de lo extra
familiar, de lo exogámico.
- La función del espejo, el mirar y ser mirado, marcado por el deseo y el
reconocimiento del otro.

Diversos autores plantean que la presencia efectiva, el cuerpo a cuerpo con el


par, el experienciar con el propio cuerpo y el cuerpo del otro, era necesario
para que estos trabajos se atraviesen saludablemente.

En esta presentación, la propuesta es interrogar y actualizar estos trabajos


psíquicos y las subjetividades constituidas en la era de lo digital, la
representación en el psiquismo de la realidad virtual y de alguna manera
profundizar, lo que ya hace poco más de diez años anticipaba R. Rodulfo
(2004), en su texto Un nuevo acto psíquico: la inscripción o la escritura del
nosotros en la adolescencia, a su vez inspirado en un maravilloso texto de Eva
Giberti (1998) Los Hijos del Rock.

Categorizando los espacios

El Psicoanálisis desde su creación se ocupó de determinar y categorizar tanto


objetos como espacios: Espacio interior- espacio exterior- espacio potencial- y
desde fines del siglo XX se han ocupado autores provenientes de distintas
disciplinas por el espacio virtual

Qué tipo de proceso de constitución psíquica permite inscribir o representar lo


virtual?

Piera Aulgnier desarrolla

Proceso originario-------Pictograma

Proceso primario --------Fantasía

Proceso secundario-----Juicio de realidad


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La realidad virtual no es una fantasía, tiene existencia más alla de la


imaginación del sujeto pero en que categoría de la realidad la ubicamos.

Fragmento de un Material Clínico: Jazmín

Es una adolescente de 16 años en el momento de la consulta. Sus padres, que


son los que solicitan la entrevista están entre angustiados y desesperanzados,
desilusionados respecto a las conductas y actitudes de su hija. Tan diferente y
podríamos considerar complementaria del hijo mayor de la pareja. Dicen que
es mentirosa, se expone a situaciones de riesgo, le va mal en la escuela, se la
pasa aislada en el garaje que transformó en su bunker, conectada todo el
tiempo a la computadora. Suponen que difícilmente Jazmín acepte iniciar un
tratamiento y si acepta difícilmente sea sincera y abierta respecto a lo que hace
o siente. La familia es muy endogámica y en la segunda entrevista, con cierta
vacilación y desconfianza por el temor a mi juicio u opinión descalificatoria,
hablan de sus creencias y estudios sobre la reencarnación y las vidas pasadas,
comentando con cierto pudor que ellos fueron pareja en otra vida y muy pocos
tienen la suerte de encontrarse en una nueva vida.

Jazmin acepta tener unas entrevistas y rápidamente se instala la transferencia


que nos permite trabajar e iniciar un tratamiento. Saber que los padres hayan
podido hablar de sus creencias que comparten con muy pocas personas le
permitió a Jazmín sentirse confiada e instalarse en el espacio analítico.
Contrariamente a lo esperado según la versión de los padres, los valora y
admira y no se siente merecedora de esta familia tan espiritual y cuasi-perfecta.

Está muy angustiada por un episodio vivido con el que era su noviecito hasta
antes de consultar, se expuso a encontrarse con él en la provincia de noche, le
roban, se desencuentran, se va con un amigo del novio que pasaba por ahí y
ofrece acompañarla. En lugar de eso quiso abusar de ella y encima el novio la
dejó porque el amigo le dijo que estuvo con él. Reconoce y se angustia por
todo lo que le podría haber pasado. Dice que exponerse no le preocupaba
tanto, hasta hacía poco tiempo tenía un blog donde contaba todo acerca de
ella, subía fotos zarpadas, decía todo lo que le pasaba por la cabeza, escribía
poemas, se había inventado un personaje, pero lo había casi abandonado.

Lo único que le interesaba en la vida era terminar la secundaria y viajar a Italia


a encontrarse con su novio virtual. Lo único que hacía además de ir a la
escuela, siempre tarde porque no se podía levantar y por las faltas estaba a
punto de quedarse libre, era conectarse todo el dia con su novio por el chat de
Skype.

Despues de un tiempo de análisis comienza a salir con otro chico, un alma


gemela dice, muy bien aceptado por su familia, pero siente desgano y por
momentos rechazo a tener acercamientos sexuales. Mientras duró la relación
con este chico se espaciaron los encuentros con su novio virtual. Por
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momentos maltrataba según ella a su novio actual y éste un día le dice que no
quiere estar más con ella y comienza a salir con otra chica de la escuela.
Jazmín se angustia, no lo puede soportar, pierde interés nuevamente en la
escuela en la que había logrado interesarse por algunas materias y es
discriminada por el grupo de compañeras que la maltratan.

Uno de esos días llega a la puerta de la escuela y dice que no quiere estar ahí
y con esa gente y se toma un colectivo para cualquier lado. Al lado se sienta un
chico con el que comienza a hablar. Le da el número de celular, se encuentran
otro día. Es un artista callejero, muy sensible y cariñoso. Se siente feliz con
este chico con el que por primera vez puede tener relaciones sexuales
placenteras.

A su mamá no le gusta mucho pero ya no le importa, antes cuando conocía a


un chico, pensaba si sería aceptado x sus padres y si era que no, no salía. Es
un chico con el que pueden hablar, se escuchan. Se la ve y escucha radiante.

Su novio virtual ya fué. Él también se des-entusiasmo y deciden cortar la


relación. Su ilusión sigue siendo viajar pero ya no para encontrarse con él.

Dice “eramos como un matrimonio de 30 años de casados”. Volvía del colegio


y sabía que él estaba. Nos contábamos que habíamos hecho en el día, de los
problemas cotidianos. También tuvimos situaciones íntimas, pero nada. Era
loco no? Yo estaba en verdad sola entre cuatro paredes y un aparato enfrente.
Pero al mismo tiempo él existía. Sabía que él estaba.

Reflexiones:

Podriamos pensar que lo virtual se da en un espacio que Winnicott denomino


potencial, campo donde las experiencias tienen lugar, de no exigencia en
cuanto no es necesario preguntarse a que realidad pertenece. Pero del cual no
se duda respecto a la existencia del otro.

Los adolescentes perciben el mundo virtual que conocen vía internet como una extensión de la realidad. Así lo
asegura una investigación sobre la brecha digital entre adultos y adolescentes realizada durante tres años. El
estudio, en el que se ha entrevistado a 120 jóvenes de escuelas –ESO y Bachillerato– y a 60 adultos –
profesores y padres–, ha sido dirigido por investigadores de la Universitat Ramon Llull, en colaboración con la
Universitat Oberta de Catalunya, la Universidad de Sevilla, la Universidad de Salamanca y la Universidad Juan
Carlos I de Madrid. El sociólogo investigador principal del estudio, Jordi Busquet, explica que para los
adolescentes lo virtual y real "son dos realidades paralelas que forman parte de la propia vida". En cambio, los
adultos usan la red como un "instrumento".
Busquet ha apuntado que los jóvenes integran las redes sociales a su vida cotidiana, hasta el punto que "no hay
tanta diferencia" entre lo que proyectan en el Facebook y cómo se muestran en su día a día, lo que se explica
porque utilizan la red para socializarse, es decir, para hacer amigos y hacer bromas entre ellos. De hecho, el
estudio, bajo el título 'El uso de las TIC y la brecha digital entre adultos y adolescentes', también constata que
muchos de los jóvenes no pueden vivir sin estas herramientas hasta el punto que están "todo el día disponibles"

Otra de las conclusiones es que, aunque controlan su relación con los desconocidos y no suelen aceptar a
personas con las que no tengan amistades en común, descuidan su imagen porque "no son conscientes de que
es un espacio público y no privado".
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Hoy en día los chicos encuentran en internet su principal vehículo de


información y la comunicación con sus amigos es constante gracias a los
medios digitales, en los cuales comparten su vida descargando información
personal, haciéndola pública.

El celular se ha vuelto una herramienta necesaria que les permite estar en


contacto permanente y la cámara es su espejo de bolsillo, que les ayuda a
reflejarse a los demás.

Más desinhibidos y seguros. Así se sienten los jóvenes a través de la red. Para uno de cada
dos europeos entre 11 y 16 años la pantalla les facilita la comunicación, hasta tal punto
que les es más cómodo moverse en el mundo virtual que el real.

El estudio Kids on Line no sólo ha puesto de manifiesto la relación que tienen los jóvenes
con las nuevas tecnologías, sino revela que los menores que prefieren la web a las
relaciones en directo, son también aquellos que llevan a cabo conductas más peligrosas en la
red, como por ejemplo enviar datos personales a gente que no conocen o hacerse pasar por
otras personas.

Para muchos adolescentes Internet, y en especial las redes sociales, supone una oportunidad
de expresarse y desarrollar amistades, según destaca la catedrática Sonia Livingstone, que
ha dirigido el proyecto. En este sentido, asegura que la mayoría de jóvenes que utilizan la red
tienen buenas relaciones con sus amigos “offline”. Es decir, la mayoría de niños y
adolescentes están aprendiendo a utilizar internet correctamente.

De hecho, casi la mitad de los adolescentes encuestados reconoce que comenta cosas
diferentes por internet que cara a cara. Esto forma parte de la experimentación con la propia
identidad de la adolescencia, según fuentes de EU Kids Online.

Adolescentes e internet

-Siete de cada diez chicos europeos comienza a usar Internet a los siete años.

-Casi el cien por cien de los adolescentes entre 9 y 16 años navegan por la Web y la gran
mayoría lo hace todos los días desde su casa (87%).

-Más de un tercio de los niños asegura que conocen más internet que sus padres y, además,
aprenden antes a bloquear mensajes nocivos o contactos que pueden considerar lesivos

La comunicación virtual: un fenómeno actual entre


los jóvenes Diana Minerva Espejel Alejandro1 Hoy en
día Internet es el medio de comunicación más
importante entre los adolescentes, quienes lo
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utilizan como portador de innumerables actividades sociales vinculadas a la satisfacción del


deseo. A través de esta herramienta de comunicación tenemos la posibilidad de acceder a
juegos, espacios virtuales y vidas creadas con el fin de satisfacer deseos por medio de la
sublimación, que proporciona una salida socialmente aceptada. El presente trabajo se
desprende de los resultados obtenidos de la investigación titulada La comunicación virtual de
los jóvenes: proceso de encuentro o deshumanización. En la recolección y análisis de los datos
se encuentra una estela de conductas violentas que son rescatadas en esta ocasión como
objetos emergentes de una realidad analizada.

La cuestión es que hemos llegado a un punto en el que –y nuestros entrevistados lo dicen de


forma literal– tenemos más “socialización” con nuestro mejor amigo(a) a través del celular o
de la Internet que cuando estamos frente a frente (Espejel, 2009: 77 y ss.). Este problema
medular, centro de nuestra investigación, nos guió a formar una estrategia de acercamiento
con los adolescentes que permitió ampliar nuestra visión del asunto. Entendemos la
comunicación virtual (Winocur, 2009) como aquel proceso en donde, además de los sujetos,
está implicado algún agente externo de orden tecnológico por medio del cual se posibilita el
intercambio de información; interesa la triangulación que el discurso hace al transitar de un
lado a otro y su impacto afectivo en los sujetos. Se habla de comunicación virtual en el sentido
de proceso de vinculación a distancia tomando como fundamento que la acción funciona como
medio a través del cual se desarrolla un vínculo, lo que Ricoeur (2005) llama ‘contacto’ –
Internet, celulares, redes sociales o medios de comunicación–. La investigación gira alrededor
de la exploración de las formas de vínculo y estructuración yóica de los adolescentes y no
sobre la observación de la comunicación en sí misma; esto es tema de un proyecto más
elaborado que se está trabajando en la actualidad.

Bosquejo de la investigación: la comunicación virtual de los jóvenes Desde el inicio de su vida


el hombre ha estado sujeto a la socialización, de esta forma ha podido constituirse a sí mismo,
“el ser humano, objeto de la larga dependencia en el seno de la familia, de duración única si se
le compara con la dependencia de otras especies, busca vehementemente el amor” (Ramírez,
2006: 35). Sin embargo, en la sociedad de la información (Lash, 2005) nos encontramos ante
una paradoja: si el hombre por ser hombre necesita tanto de la socialización y ésta tiene que
ver con la comunicación e interacción, ¿qué ocurre con la comunicación cara a cara que va
teniendo cada vez menos frecuencia? La realidad virtual ahora existe en un mundo “paralelo”
on line, una especie de universo hiper-posmoderno donde el tiempo, espacio, geografía,
identidades y cultura tienen otras dinámicas […] Sin embargo, la cuestión de la virtualidad es
más compleja y precede a la existencia de las nuevas tecnologías de la comunicación y de
reproducción de imágenes del siglo XX. La sensibilidad a la virtualidad apunta a algo más
profundo que una moda pasajera provocada por una ola tecnotópica. Es una característica
humana general, implicada en el uso del lenguaje, pues somos capaces de ser transportados
simbólicamente hacia otros lugares, imaginar lo que no está aquí y, más aún, somos capaces
de crear realidades a partir de estructuras que son puras abstracciones antes de volverse
hechos empíricos (Lins, 2004: 179). En la actualidad es posible observar que un mayor
porcentaje de personas tiende en general a comunicarse a través de la distancia. Estamos
hablando no sólo del teléfono, las cartas –que cada vez van perdiendo adeptos– sino de los
teléfonos celulares, la Internet o sitios virtuales que promueven la vinculación masiva en
tiempo real. Para dar pie a las cuestiones que nos ocupan dentro de este artículo, demos paso
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antes a los detalles de la investigación de manera que podamos comprender cómo llegamos a
estas observaciones. La pregunta fundamental bajo la cual se inscribe el tema de investigación
cuestiona dos aspectos relevantes: las formas en que impactan los vínculos distantes que
generan los adolescentes en estos tiempos y la posibilidad de que éstas produzcan tal trecho
entre los jóvenes que de ello devenga una forma de deshumanización. En términos generales,
es preciso decir que al iniciar la investigación desconocíamos el significado que las nuevas
generaciones dan a la comunicación a distancia. Sabíamos que había un incremento en el
modo de socializar a través de ellos; sin embargo, encontramos algo que va más allá del acto
de comunicar: el contacto con el otro (Ricoeur, 2005). En este sentido nos interesamos en las
maneras en que se establecían las relaciones psíquicas y lo que éstas significaban para los
sujetos.

Partimos de la premisa de que la deshumanización no es en sí una manera de ser inhumano


sino aquella característica del otro que no permite el vínculo. El término se refiere al
“sentimiento de omnipotencia”, que significa alcanzar la categoría de Dios de forma simbólica;
en la sociedad de la información somos capaces de hacer cualquier cosa “virtualmente”. Lo
cual no quiere decir que sea real sino volver eso irreal un hecho real en términos del deseo. El
hombre es un ser deseante que al lograr todos sus deseos alcanza la realización omnipotente
y, por lo tanto, deja de relacionarse con el otro. En este sentido nos apegaremos a la teoría
buberiana de la deshumanización que nos muestra la manera en la que el diálogo permite
observar las vinculaciones deshumanas generadas por las personas. De las observaciones
teóricas anteriores se desprende la importancia de trabajar con adolescentes: su constitución
psíquica no está definida y esto nos permite tener información de cómo se construye el vínculo
en ellos, además de que podemos explorar, desde su vivencia cotidiana, su experiencia con la
comunicación virtual, no real (a distancia), que impacta en lo real (el afecto; en términos
teóricos, la transferencia). Aquí descubrimos un hecho muy interesante: para los jóvenes el
vínculo virtual no es tan importante; cuestionan que los adultos se conformen con este tipo de
comunicación.

Los adolescentes, en este caso, están permeados de la cultura virtual desde muy pequeños; la
mayoría dijo que tenía cuentas de correo electrónico (68%), celulares (80%) y que a través de
estos medios no sólo se comunica con sus amigos, sino que también lo hace con sus parientes
más cercanos e incluso con sus padres (ibid., 44-53). Pocos hablaron del correo tradicional –
para evitar confusiones– y aquellos que lo hicieron argumentaron que era muy entretenido y
emocionante enviar o recibir una “carta”. A partir de los resultados mencionados podemos
argumentar que la estructuración psíquica de los chicos está permeada por los medios masivos
de comunicación. Lo cual ha permitido que se frecuente la vinculación y la configuración de las
formas de socialización de los chicos como nuevos referentes que se establecen dentro estas
vías de estructuración. Tomamos la conformación psíquica desde la teoría psicoanalítica
agregando aquí la teorización VERSIONES OTRAS Versión Nueva Época Diciembre 2011 •
Número 28 ACADÉMICA VERSIÓN 5 OTRAS de la deshumanización, que posee relación teórica
con las formas de vinculación particulares que Buber hace del fenómeno. Para comprender
mejor esto revisemos los principales elementos teóricos que hemos considerado para nuestro
análisis.
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Hay quien dice que los residentes de Second Life tenemos algún tipo de
problema en la vida real del que pretendemos olvidarnos o liberarnos
cuando entramos en el mundo virtual. Es una afirmación extendida y
probablemente cierta en algunos casos, pero evidentemente limitada.
Las motivaciones para participar son muy diversas, y problemas es
evidente que todos tenemos, lo que quizás es más común aquí es
latendencia a compartir esos problemas con los demás en una
especie de terapia de desahogo.
Cuando hallemos un compañero que nos ofrezca canalizar estas
angustias y ayude a que el tiempo de vida en línea lo percibamos como
más placentero que el de la real, es probable que iniciemos ese camino.

Y aunque no lo sepamos en ese momento, pronto descubriremos que


jugar a enamorarse puede ser peligroso, los sentimientos no
diferencian lo real de lo virtual y aquí a veces el amor nos pilla
desprevenidos.
Algunos testimonios de uno de los tantos mundos virtuales para adolescentes

1-En los años que llevo por este mundo, siempre he tenido presente
que no debo olvidarme de que mis vínculos y relaciones reales están del
otro lado de la pantalla. Si bien es verdad que no podremos obtener un
abrazo o una caricia de un avatar, sí es posible compartir momentos,
sensaciones y hasta generar vínculos emocionales con aquellas
personas que conocemos en SL(sigla del sitio virtual).
No creo que el hecho de no tener relaciones con gente real sea el
motivo principal para crear un avatar y vivir en un mundo paralelo,
aunque puede funcionar así para algunas personas. No todos tenemos
las mismas capacidades y habilidades para vincularnos en el mundo
real.

2- Mi primera experiencia con SL fue breve, duró no más de un par de


meses. Vagaba de aquí para allá, maravillado por un lado, y… aburrido
por otro. No encontraba la manera de relacionarme con los demás. En
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mi “segunda venida” me di cuenta que en los vínculos estaba todo.


Años después volví a dar vida a mi avatar (de ahí que en mi perfil figuro
como un anciano de casi 4 años, pero mi experiencia real no llega al
año) conocí personas geniales, me involucré afectivamente, tal es así
que me deje adoptar como “hermano”, “hijo” etc, conceptos que antes
me parecían difíciles de entender ahora los vivo como variaciones en la
intensidad de la amistad y no como déficit psíquicos de vínculos mal
logrados en rl.(vida real)
Y en verdad, en mi caso particular, tengo buenos amigos/gas en RL,
tengo un vínculo sentimental vigente con la que acabo de cumplir un
año de relación. E incluso así, dedico tiempo a mis amistades virtuales,
a mis afectos pixelazos pero no menos densos que los materiales de la
vida cotidiana. Mis amigos de rl se ponen celosos de los de sl, y
viceversa… También… es verdad que a veces he rechazado una cena
con mis cotidianos amigos reales para asistir a un encuentro o evento
con mis amigos virtuales. Esto último en contra de los que repiten como
mantra monocorde “rl está primero”
Creo, y esta es mi visión, que esta otra forma de vivencia se puede
explicar aceptando que a nuestro cerebro, o donde quiera que residan
nuestras emociones, termina importándole muy poco si el estímulo
proviene de un entorno virtual, o del living de mi casa. Esto estará
mediatizado por un raciocinio más o menos duro, pero en definitiva las
emociones se despiertan y afectan de la misma manera.
Ya todos sabemos que detrás de todo avatar hay otra persona con
emociones en juego, como nosotros. ¿O no?
Otro mundo virtual en 3D muy popular es el sitio bien llamado Small Worlds
(Mundos pequeños). Con más de 3 millones de usuarios registrados, hay muchas
actividades divertidas para que los adolescentes participen. Small Worlds les
permite chatear con sus amigos, diseñar sus propios avatares y descubrir qué está
pasando con los demás usuarios alrededor del mundo. Los adolescentes pueden
chatear con sus amigos en línea, mientras eligen peinados, ropa y zapatos. Puedes
disfrutar de tener cabello verde y tatuajes en el mundo virtual sin temer que tus
padres te castiguen.

Herramienta educativa
Además de todas las actividades divertidas que pueden disfrutar los adolescentes en
los mundos virtuales en 3D, también pueden aprender a dirigir su propio negocio e
interesarse en la actividad mientras se divierten. Los adolescentes pueden utilizar
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estos mundos virtuales para aprender los gajes del oficio de tener un negocio. Si
siempre han querido ser magnates de la industria musical, pueden hacerlo en la
comodidad de su propio hogar mientras chatean en línea con amigos que han
firmado contrato con su discográfica en línea. ¡Las posibilidades son tan ilimitadas
como el Internet!

Los adolescentes y las redes sociales Autora: Dra. Roxana Morduchowicz Dra. en Comunicación
de la Universidad de París, autora del libro “Los adolescentes y las redes sociales”, publicado
en Fondo de Cultura Económica en 2012. Correspondencia Roxana Morduchowicz  e-mail:
roxana.morduchowicz@gmail.com En la Argentina, todos los adolescentes tienen acceso a
Internet. Un 50% tiene conexión en su casa, pero el 50 restante accede a ella en un locutorio o
cibercafé. El 75% de los chicos de 11 a 17 años tiene un perfil personal en alguna red social
(Facebook es la de mayor popularidad en el país). Un adolescente argentino se conecta a
Internet todos los días, y lo hace durante una hora y media cada vez. Esta es la media nacional.
Para quienes tienen acceso a la web desde su hogar, el vínculo con Internet aumenta: se
conectan todos los días durante el doble de tiempo, 3 horas cada vez. El principal uso que
hacen los adolescentes de Internet es para comunicarse. El 90 % de los jóvenes chatea, visita
una red social, manda mails o bloggea. (Morduchowicz, 2008a) Estos son los usos más
importantes que los chicos –en todo el mundo– hacen de Internet. Luego le siguen: buscar
información, hacer la tarea escolar, escuchar o bajar música, ver videos on line y jugar. Hoy, la
vida social de los jóvenes se mueve entre dos esferas: la virtual (on line), en los vínculos que
establecen en el ciberespacio, y la real (off line) en el mundo de sus relaciones cara a cara. Los
adolescentes entran a ambos universos y salen de ellos permanentemente, sin necesidad de
distinguir sus fronteras de manera explícita. No es posible entender la adolescencia sin la
importante presencia de los amigos. Y difícilmente pueda comprenderse el concepto de
amistad sin tener en cuenta las tecnologías. Internet ha generado nuevas formas de
sociabilidad juvenil. La interacción hoy es en simultáneo, a través de múltiples pantallas, en
tiempo real y sin necesidad de presencia física. Internet les ha dado a los jóvenes nuevos
espacios y oportunidades para hablar de sí mismos y compartirlo con sus audiencias. Ahora,
los chicos pueden contar acerca de sus vidas, de lo que piensan y sienten sobre los temas que
más les preocupan, pueden diseñar lo que quieren que otros sepan de sí mismos y evaluar los
comentarios que reciben sobre lo que cuentan, todo ello mediado por una pantalla. Estas
transformaciones tecnológicas –junto con los cambios sociales y culturales que las
acompañaron– sin duda han afectado directamente la manera en que los adolescentes
construyen su identidad porque en cada texto, imagen o video que suben a la red social se
preguntan quiénes son y ensayan perfiles diferentes de los que asumen en la vida real.
Internet les da la oportunidad de probarse a la luz de los otros, para aprender a “negociar” su
identidad y crear un sentido de pertenencia. Entre los adolescentes, “ser o no ser parte de
algo” y ser aceptado o repudiado es una marca esencial en el proceso de construcción de la
identidad. Este particular vínculo de los adolescentes con la tecnología define una nueva
manera de hacer y de ser, una cultura diferente y una forma distinta de encarar su relación
con los demás, especialmente con sus amigos. Internet permite a los adolescentes construir
una relación con el otro –su par– en un espacio más libre, para hablar de temas que, de otra
manera, no abordarían. La comunicación por Internet es un espacio propicio para compartir
secretos y confidencias difíciles de expresar en persona. La mediación electrónica, la ausencia
de imagen física y la anulación de la dimensión corporal les permiten hablar de sí mismos con
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menos inhibición, con mayor autenticidad, evitando el cara a cara y el juicio valorativo de sus
pares. Internet genera en los adolescentes nuevas sensaciones de libertad y de autonomía,
que rara vez experimentan en otras esferas de su vida diaria. De alguna manera, los jóvenes
sienten que allí no existen las limitaciones. La web es, posiblemente, el único espacio en el que
se sienten realmente independientes. El supuesto efecto de soledad o aislamiento provocado
por los medios de comunicación no es tal. Los medios y las tecnologías –como dijimos– han
generado nuevas maneras de relacionarse entre los jóvenes. De hecho, los adolescentes de
hoy son la primera generación que dispone de tanta variedad de instrumentos tecnológicos
sólo para comunicarse. Los límites entre el off line y el on line –sin embargo– no están tan
claramente definidos entre los adolescentes. Entran a ambos universos y salen de ellos
permanentemente con mucha facilidad y en algunas ocasiones, incluso, estas dos realidades se
superponen. Pueden estar en el mundo virtual y aun así no dejan de estar conectados con el
real. Y, otras veces, aunque estén en el universo real, suelen tener una conexión abierta con el
virtual. Los chicos se trasladan del mundo real al espacio virtual con total naturalidad. Abren y
cierran las ventanas de la pantalla como si abrieran y cerraran las de su propia casa. Vol 5 :1 
Otoño –Invierno 2012 Página 2 de 2 En este nuevo contexto se entiende, entonces, que los
adolescentes recurran a las redes sociales para contar relatos sobre su cotidianeidad que
describen sus rutinas diarias, llenos de información sobre sus vidas que quieren compartir con
sus pares. Los adolescentes empiezan a interrogarse sobre quiénes son: qué piensan de sí
mismos, cómo se ven y, muy especialmente, cómo los ven los demás. Justamente esta última
pregunta es, para ellos, la más importante. A partir de estas preocupaciones y las respuestas
que encuentren, los adolescentes tomarán las decisiones que construirán su identidad. Las
redes sociales son tan populares entre los adolescentes precisamente porque retoman las
preguntas clave de esta etapa de la vida: quién soy, cómo me veo a mí mismo y cómo me ven
los demás. En una red social, los adolescentes escriben sobre sí mismos, se interrogan sobre lo
que pensarán de ellos sus audiencias, se prueban frente a los otros y esperan respuestas de
sus lectores. La página web tiene el mismo contenido que el tradicional diario íntimo, pero
incluye la reacción de sus amigos. Las redes sociales reflejan las necesidades propias de la
adolescencia y responden a ellas. Internet ayuda al adolescente en este camino tan complejo,
en el que las pruebas y los ensayos ante el “otro” virtual, lo ayudan a pensar mejor su
inserción, pertenencia y sociabilidad en el mundo real.

Según Lévy [2], la virtualización no es una desrealización como transformación de una


realidad en un conjunto de posibles, sino una mutación de identidad, un desplazamiento
del centro de gravedad ontológico del objeto considerado: en lugar de definirse por una
solución, la entidad encuentra así su consistencia esencial.

La virtualidad como proceso impregna todos los ámbitos de la creación y del


resultado en sí como entidad virtualizada. A partir de Aristóteles [3], estos ámbitos se
reducen a cuatro elementos principales que determinan el proceso creativo: lo virtual, lo
actual, lo posible y lo real.

Lévy advierte que no existe realmente un criterio para enfrentarlos entre sí, sino
que son indisociables y juntos forman una especie de dialéctica a cuatro polos:

 Lo virtual: no está aquí, su esencia está en la salida: existe. Es latente, no


manifiesto y subjetivo
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 Lo actual: manifestación de un acontecimiento, llega, su ejecución es la


circunstancia. Es patente o manifiesto

 Lo posible: recela de las formas no manifestadas, todavía durmientes:


escondidas, estas determinaciones insisten. Es latente, no manifiesto y
subjetivo.

 Lo real: La sustancia, la cosa, subsiste o resiste. Es patente o manifiesto y


objetivo

La causa está virtualmente presente en el efecto, y el efecto también está


virtualmente presente en la causa, así la estatua está virtualmente presente en el esbozo e
incluso en el bloque de mármol bruto, y es ésta presencia virtual la que guía el cincel del
escultor.

Una conclusión está virtualmente contenida en las premisas de un razonamiento,


no sólo porque se desprende de ellas, sino porque es su desarrollo, su maduración, su
desenlace y su actualización. Por ello la actualización es creación, es el proceso de
resolución de una forma a partir de una conjugación dinámica de fuerzas y finalidades,
además de conjugar aquellos signos y recursos plásticos que constituyen el mensaje
artístico.

... sólo la actualización permite saber si ya tenía existencia virtual. Y


además, este paso de la existencia virtual a la existencia en acto puede exigir
ciertas condiciones sin las que la virtualidad no se podría manifestar y sería
ignorada aún. ¿Quién podría juzgar de antemano, por ejemplo, la capacidad o la
incapacidad de pintar que pudiese tener alguien que no hubiese tenido nunca la
ocasión de hacerlo, y sin un mínimo contacto con la pintura?. [4]

En el ámbito de la actualización, Deleuze indica que cuando el contenido virtual de la


Idea se actualiza, las variedad de relaciones se encarnan en especies distintas, y
correlativamente los puntos singulares que corresponden a los valores de cada variedad se
encarnan en partes distintas, características de distintas especies.

...La Idea de color es como la luz blanca que explica en sí los elementos y
relaciones genéticas de todos los colores, pero que se actualiza en los diversos
colores y las diversas especies respectivas... [5]

Ante este proceso disgregador, Deleuze le asigna una denominación:


diferenciación. El todo como virtualidad es sometido a la actualización y a su vez a una
desmembración del todo en elementos dispersos, especies y sobre todo partes distintas.
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Por ello, en todo proceso creativo el artista se siente condicionado por cualquier elemento
externo ya sea cultural, científico, tecnológico o social.

Realizar una obra es hacerla existir sin que ningún apartado quede indeterminado;
mientras que la obra imaginada puede ofrecer espacios intersticiales sin naturaleza exacta;
la actualización es por lo tanto, una fase en todo proceso creativo que se limita a resolver
aquellos problemas naturales que surgen en el tránsito de lo virtual a lo real.

... las circunstancias pueden jugar un papel selectivo en la actualización de tal


virtualidad múltiple. Un creador posee en potencia todas la obras que pueda
hacer; la vida humana es limitada, sólo realizará una parte. [6]

A la actualización le correspondería la acción que haría expulsar al artista hasta el


más mínimo residuo artístico, de esta forma la actualización se convertiría en limitación ya
que depende de su potencial. El artista crea hasta lo que le es posible desarrollar en su
vida.

Lo posible se caracteriza por poseer un carácter diegético, es decir, en


toda creación intervienen distintos procesos que la constituyen: creatividad, dibujos,
pensamientos, escritos, etc; pero el espectador sólo percibe una parte: la obra final.

Los elementos diegéticos no manifestados directamente en una obra pueden ser


deducidos de ésta por el razonamiento, puesto que están ahí necesaria y virtualmente
presentes. Por ello se puede deducir que lo posible, desde el punto de vista de la ficción, se
asume como principio diegético.

Para Philippe Quéau la potencia es aquello que en un ser, es determinable por un


acto. De hecho, aquello que es en potencia no está determinado, y puede que no lo esté
nunca. Lo potencial es aquello que puede convertirse en actual. Lo virtual es la presencia
real y discreta de la causa.

Ciertas categorías estéticas se basan en una intensa presencia de lo


virtual en la obra. Lo misterioso, por ejemplo, se caracteriza por una fuerte
presencia de lo ausente, es decir, que se experimenta muy intensamente la
existencia en potencia dentro de la obra de lo que no está abiertamente
revelado [7]

La interpretación de la obra puede llevar a una simbiosis de estas existencias. Si


consideramos la obra como cerrada, el intérprete puede retocar la existencia en acto para
convertirla en una constante existencia virtual.
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La obra compuesta contiene virtualmente lo que el intérprete convertirá


en acto. Toda obra de arte representativa contiene virtualmente el mundo que
representa incluso aunque sólo refleje una parte. Lo que no está explícitamente
representado a menudo puede deducirse por el razonamiento, incluso el cálculo,
cuando ello está necesariamente implicado [8]

Lo real como resultado final, constituye el objetivo materializado por el artista, pero dada
la continua redefinición del arte y sus procesos, este razonamiento puede modificarse
atendiendo a las distintas necesidades creativas. No se trata de un análisis cerrado y
tipificado sino que queda abierto a la continua investigación, ya que en el ámbito del
conocimiento y las nuevas tecnologías se estructuran incesantes modificaciones de
conceptos y abren las puertas a nuevas posibilidades para la creación.

[1] GILLES DELEUZE - Diferencia y repetición (1988) Ed. Jucar Universidad. Madrid. Pag. 338

[2] LEVY, PIERRE - ¿Qué es lo virtual?. (1995) Paidós Multimedia. Barcelona. Pag 19

Topologías de lo virtual y lo digital: comunicación, subjetivación y poder

 Autores: Víctor Manuel Silva Echeto


 Localización: F@ro: revista teórica del Departamento de Ciencias de la
Comunicación, ISSN 0718-2023, ISSN-e 0718-4018, Nº. 3, 2006

[3] ARISTÓTELES - Obras. – Ed. Aguilar (1977). Madrid. Metafísica.

Llamo posible a una cosa cuando su paso de la


potencia al acto no supone ninguna imposibilidad. Pongo por
ejemplo, si un ser puede estar sentado y ocurre actualmente que está
sentado, a este ser, el hecho de estar actualmente sentado no le
impone ninguna imposibilidad. Y de igual manera si tiene la
potencia de ser modificado o movido, o de imprimir el movimiento,
o de estar de pie, o de pararse, o de ser, o producirse, o no ser, o no
ser producido.» (Metafísica IX, 3 1046-1047.)

[4] ETIENNE SOURIAU - Diccionario Akal de Estética. Ed. Akal. (1998) Madrid. Pag 1067-1068
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[5] Ibid. DELEUZE . -(1988). Pag. 335

[6] Ibid. SOURIAU. (1998) . Pag 1067-1068

[7] Ibid. SOURIAU. (1998) . Pag 1067-1068

[8] Ibid. SOURIAU. (1998) . Pag 1067-1068

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