Como otros muchos artefactos, esta máquina fue creada por el matemático
Herón de Alejandría en el siglo I dC. El dispositivo, situado a la entrada de los templos, dispensaba una
pequeña cantidad de agua sagrada a cambio de una moneda.
El sistema era muy sencillo : al caer, la moneda accionaba una palanca que se elevaba y dejaba salir el
líquido durante unos segundos. Un primer esbozo de lo que muchos siglos después serían las
máquinas expendedoras.
Mediante unas marcas en la vasija, bastaba mirar el nivel del agua para conocer el tiempo transcurrido
desde su puesta en marcha. Los griegos y los romanos lo siguieron utilizando y su uso se extendió
hasta los tiempos de Bizancio. También fue desarrollado de forma paralela por los chinos.
Pero lo que más sorprende es el esbozo un sistema de puertas automáticas para templos, un
dispositivo que funcionaba tras el encendido de un fuego, que provocaba la apertura de las puertas en
el momento deseado.
5. El mecanismo de Anticitera
6. El órgano hidráulico
En el siglo III a. C., el inventor griego Ctesibios ideó las primeras máquinas
que funcionaban con agua y aire. A él se atribuye la creación del órgano hidráulico o hydraulis, un
instrumento que combinaba la presión del aire y del agua para generar sonidos.
7. La eolípila
8. El tornillo de Arquímedes
9. El "bambucóptero"
Atribuida al genial Eratóstenes, allá por el 255 a.C., la esfera armilar era una
representación del universo conocido en la antigüedad, un artefacto en que se representaban las
estrellas y constelaciones tal y como se creía que giraban alrededor de nuestro planeta. Su
complejidad mecánica ayudó a mejorar algunas habilidades técnicas y se siguió construyendo hasta los
tiempos de Tycho Brahe. En el Renacimiento, se convirtió en un símbolo de conocimiento y sabiduría