La actividad física es todo movimiento del cuerpo que hace trabajar a los músculos y requiere
más energía que estar en reposo. Caminar, correr, bailar, nadar, practicar yoga y trabajar en la
huerta o el jardín son unos pocos ejemplos de actividad física.
Según las recomendaciones sobre actividad física que el Departamento de Salud y Servicios
Sociales (HHS, por sus siglas en inglés) publicó en 2008 para los estadounidenses ("2008
Physical Activity Guidelines for Americans"external link en inglés solamente), por lo general el
término “actividad física” se refiere a los movimientos que benefician la salud.
La actividad física produce efectos positivos en muchas partes del cuerpo. Este artículo se
concentra en los beneficios que la actividad física representa para el corazón y los pulmones.
También contiene consejos para iniciar y mantener un programa de actividad física. La actividad
física hace parte de un estilo de vida saludable para el corazón. Un estilo de vida saludable para
el corazón también incluye consumir una alimentación saludable para el corazón, mantener un
peso saludable, controlar el estrés y dejar de fumar.
Pronóstico
Mantenerse físicamente activo es una de las mejores formas de conservar sanos el corazón y los
pulmones. Consumir una alimentación saludable y abstenerse de fumar son otras maneras
importantes de mantener sanos estos órganos.
Muchos estadounidenses no realizan la suficiente actividad física. Sin embargo, lo bueno es que
incluso las cantidades moderadas de actividad física son beneficiosas para la salud. Cuanta más
actividad física realice usted, más se beneficiará.
TIPOS DE ACTIVIDAD FISÍCA
Los cuatro tipos principales de actividad física son la actividad aeróbica, las actividades para el
fortalecimiento de los músculos, las actividades para el fortalecimiento de los huesos y los
estiramientos. La actividad aeróbica es la que más beneficia al corazón y los pulmones.
Actividad aeróbica
La actividad aeróbica pone en movimiento los músculos grandes, como los de los brazos y las
piernas. Correr, nadar, caminar, montar en bicicleta, bailar y dar saltos en tijera son ejemplos
de actividad aeróbica. La actividad aeróbica se llama también actividad de resistencia.
La actividad aeróbica hace latir al corazón más rápido que de costumbre. Durante este tipo de
actividad la respiración también se hace más rápida. Con el tiempo, la actividad aeróbica que se
realiza con regularidad hace que el corazón y los pulmones sean más fuertes y funcionen mejor.
Los otros tipos de actividad física —las actividades para fortalecer los músculos, las que
fortalecen los huesos y los estiramientos— benefician al cuerpo de otras formas.
En las actividades de fortalecimiento de los huesos, los pies, las piernas o los brazos sostienen el
peso del cuerpo y los músculos ejercen presión contra los huesos. Esto ayuda a fortalecer los
huesos. Correr, caminar, saltar a la cuerda y levantar pesas son ejemplos de actividades de
fortalecimiento de los huesos.
La actividad aeróbica puede ser de distintos grados: suave, moderada o intensa. La actividad
aeróbica moderada e intensa es más beneficiosa para el corazón que la actividad aeróbica
suave. Sin embargo, la actividad suave es mejor que la falta de actividad.
El grado de intensidad depende del esfuerzo que sea necesario hacer para realizar la actividad.
Por lo general, las personas que no están en buena forma física tienen que esforzarse más que
las que están en mejor forma. Por esa razón, lo que representa una actividad suave para una
persona puede ser una actividad de intensidad moderada para otra.
Las actividades suaves son tareas cotidianas corrientes que no requieren mucho esfuerzo. Las
actividades moderadas hacen que el corazón, los pulmones y los músculos trabajen más que de
costumbre.
Actividades intensas
Las actividades intensas hacen que el corazón, los pulmones y los músculos trabajen mucho. En
una escala del 0 al 10, la actividad intensa corresponde a un 7 o a un 8. Una persona que está
realizando una actividad intensa no puede decir sino unas pocas palabras antes de detenerse
para tomar aliento.
A continuación hay varios ejemplos de actividades aeróbicas. Según la forma física en que esté
la persona que las realiza, estas actividades pueden ser suaves, moderadas o intensas:
Realizar labores de jardinería que aumenten la frecuencia cardíaca, como cavar o limpiar la
tierra con un azadón.
Caminar, hacer excursionismo, trotar y correr.
Hacer aeróbicos acuáticos o nadar de un extremo a otro de la piscina varias veces.
Montar en bicicleta, montar en patineta, patinar y saltar a la cuerda.
Practicar el baile y la danza aeróbica.
Jugar al tenis, al fútbol, al hockey y al basquetbol.
BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FISÍCA
La actividad física reporta muchos beneficios a la salud. Estos beneficios se presentan por igual
en personas de ambos sexos y de cualquier edad y raza.
Por ejemplo, la actividad física le ayuda a mantenerse en un peso saludable y le facilita realizar
sus tareas diarias, como subir escaleras e ir de compras.
Los adultos que se mantienen físicamente activos corren menos riesgo de sufrir depresión y
disminución de la función cognitiva a medida que envejecen. (La función cognitiva abarca las
destrezas de razonamiento, aprendizaje y discernimiento). Los niños y adolescentes que se
mantienen físicamente activos pueden tener menos síntomas de depresión que sus compañeros.
La actividad física también reduce el riesgo de sufrir muchas enfermedades, como la enfermedad
coronaria, la diabetes y el cáncer.
Muchos estudios han demostrado los beneficios claros que la actividad física reporta al corazón y
los pulmones.
Cuando se realiza con regularidad, la actividad física moderada e intensa fortalece el músculo
cardíaco o músculo del corazón. Al hacerlo, mejora la capacidad del corazón para bombear
sangre a los pulmones y al resto del cuerpo. Entonces circula más sangre hacia los músculos y
las concentraciones de oxígeno en la sangre aumentan.
Los capilares, que son los vasos sanguíneos diminutos del cuerpo, también se ensanchan. Esto
les permite llevar más oxígeno a todas partes del organismo y transportar fuera de ellas los
productos de desecho.
Cuando se realiza con regularidad, la actividad aeróbica moderada e intensa puede disminuir el
riesgo de la enfermedad coronaria. La enfermedad coronaria consiste en el depósito de un
material graso llamado placa en el interior de las arterias coronarias. Estas arterias llevan sangre
rica en oxígeno al músculo cardíaco.
La placa estrecha las arterias coronarias y reduce la circulación de la sangre al músculo cardíaco.
Con el tiempo, una zona de la placa puede romperse y en su superficie puede formarse un
coágulo de sangre.
Puede bajar la presión arterial y las concentraciones de triglicéridos, que son un tipo de grasa de
la sangre.
Puede elevar las concentraciones de colesterol HDL o colesterol “bueno”.
Le ayuda al organismo a controlar las concentraciones de glucosa y de insulina de la sangre, con
lo cual se reduce el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.
Disminuye las concentraciones de proteína C reactiva en el organismo. Esta proteína es un
indicador de la inflamación. Las concentraciones altas de la proteína C reactiva pueden indicar
un mayor riesgo de sufrir la enfermedad coronaria.
Ayuda a disminuir el sobrepeso y la obesidad cuando se combina con el consumo de una
alimentación con menos calorías. La actividad física también le ayuda a la persona a mantenerse
en un peso saludable con el paso del tiempo tras haber bajado de peso.
Puede servir para dejar de fumar. El hábito de fumar es uno de los principales factores de riesgo
de la enfermedad coronaria.
Las personas inactivas tienen más probabilidad de presentar enfermedad coronaria que las
personas que hacen actividad física. Los estudios indican que la inactividad es uno de los
principales factores de riesgo para la enfermedad coronaria, así como lo son la presión arterial
alta, los niveles altos de colesterol en la sangre y fumar.
En las personas que padecen enfermedad coronaria, la actividad aeróbica frecuente contribuye a
que el corazón trabaje mejor. También puede reducir el riesgo de presentar un segundo ataque
cardíaco en personas que ya han tenido uno.
Es posible que la actividad aeróbica intensa no sea recomendable en personas con enfermedad
coronaria. Pregúntele a su médico qué tipo de actividad física puede realizar sin peligro.
RIESGOS DE LA ACTIVIDAD FISÍCA
En general, los beneficios de la actividad física superan con creces los riesgos a que se exponen
el corazón y los pulmones.
Entre los problemas cardíacos congénitos se cuentan la miocardiopatía hipertrófica, los defectos
cardíacos congénitos y la miocarditis. Las personas que sufren estas enfermedades deben
preguntarle a su médico qué tipos de actividad física pueden realizar sin peligro.
Entre las personas de edad madura y avanzada, el riesgo de presentar problemas del corazón
debido a la actividad física tiene que ver con la enfermedad coronaria. Las personas que
sufren enfermedad coronaria tienen más probabilidades de tener un ataque cardíaco cuando
están realizando ejercicios intensos que cuando no lo están haciendo.
El riesgo de presentar problemas del corazón debido a la actividad física tiene que ver con el
estado físico de cada persona y con la intensidad de la actividad que esté realizando. Por
ejemplo, una persona que no está en buen estado físico corre más riesgo de sufrir un ataque
cardíaco durante una actividad intensa que una persona que está en buena forma.
Si usted tiene un problema del corazón o una enfermedad crónica, como enfermedad coronaria,
diabetes o presión arterial alta, pregúntele al médico qué tipos de actividad física puede realizar
sin peligro. También debe preguntarle al médico qué tipos de actividad física puede realizar si
tiene síntomas como dolor en el pecho o mareo.
Pregúntele de qué formas puede integrar la actividad física lentamente y sin peligro dentro de
sus costumbres diarias. (Si desea más información, consulte el apartado "Cómo iniciar y
mantener un programa de actividad física").
RECOMENDACIONES RESPECTO A LA ACTIVIDAD FISÍCA
El Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos (HHS, por su sigla en
inglés) ha publicado pautas respecto a la actividad física para todos los estadounidenses de 6
años en adelante.
Las recomendaciones ("2008 Physical Activity Guidelines for Americans"external link, en inglés
solamente) explican que la actividad física que se realiza con regularidad mejora la salud. En
ellas se aconseja a las personas que sean tan activas como puedan.
Las pautas recomiendan el tipo y la cantidad de actividad física que deben realizar los niños, los
adultos, los ancianos y otros grupos de personas. También aconsejan cómo integrar la actividad
física en la vida diaria.
Los niños y jóvenes deben realizar 60 minutos o más de actividad física todos los días. Las
actividades deben ser variadas y adecuadas a la edad y al desarrollo físico de cada uno. Los
niños son activos por naturaleza, especialmente cuando participan en juegos espontáneos (por
ejemplo, en el recreo). Cualquier tipo de actividad cuenta para completar los 60 minutos o más
que se recomiendan.
La mayor parte de la actividad física debe ser aeróbica y de intensidad moderada, por ejemplo,
caminar, correr, saltar, jugar en el patio de juegos, jugar basquetbol y montar en bicicleta.
Por lo menos 3 días a la semana se deben realizar actividades aeróbicas intensas, como correr,
dar saltos en tijera y nadar rápidamente.
Por lo menos 3 días a la semana se deben realizar actividades de fortalecimiento muscular, como
jugar en los aparatos de un parque de recreo infantil, jugar al tira y afloja, hacer flexiones de
brazos en el suelo (lagartijas) y flexiones de brazos con barra.
Por lo menos 3 días a la semana se deben realizar actividades para fortalecer los huesos, como
saltar, brincar, dar saltos en tijera, jugar voleibol y trabajar con bandas de resistencia.
Los niños y adolescentes con discapacidades deben consultar con su médico para saber qué tipo
y qué cantidad de actividades físicas pueden realizar sin peligro. Cuando sea posible, estos niños
deben seguir las recomendaciones contenidas en las pautas.
Algunos expertos también aconsejan que los niños y adolescentes disminuyan el tiempo que
pasan frente a una pantalla porque les limita el tiempo que dedican a la actividad física. Estas
personas recomiendan que los niños de 2 años en adelante no pasen más de 2 horas diarias
frente al televisor o a la computadora (sin incluir el tiempo que dediquen a las tareas escolares).
Las personas de edad avanzada deben mantenerse físicamente activas. Las personas de edad
que realizan cualquier cantidad de actividad física obtienen algo de beneficios en materia de
salud. Las personas mayores que son poco activas deben aumentar gradualmente el grado de
actividad y evitar al principio las actividades intensas.
En lo posible, las personas mayores deben seguir las pautas que se recomiendan para las
personas adultas. Deben realizar diversas actividades, entre ellas caminar. Se ha visto que
caminar produce beneficios de salud con un bajo riesgo de sufrir lesiones.
Si usted no puede realizar actividades físicas durante 150 minutos (2 horas y media) por
semana, haga lo máximo que sus capacidades y estado de salud le permitan.
Si corre riesgo de caídas, debe hacer ejercicios para mejorar el equilibrio. Por ejemplo, camine
hacia atrás o de lado, párese sobre un solo pie y siéntese y póngase de pie varias veces
seguidas.
Si tiene una enfermedad crónica, como diabetes o como una enfermedad del corazón o de los
pulmones, pregúntele al médico qué tipo de actividades puede realizar y en qué cantidad.
Pregúntele al médico qué actividades físicas puede realizar sin peligro durante el embarazo y
después del parto.
Si es una mujer sana pero no realiza mucha actividad física, dedique por lo menos 150 minutos
(2 horas y media) por semana a una actividad aeróbica moderada. Si es posible, distribuya esta
actividad en toda la semana.
Si ya realiza actividades físicas, puede seguir haciéndolo, siempre y cuando esté en buen estado
de salud y consulte con el médico acerca de su grado de actividad a lo largo del embarazo.
Después de los primeros 3 meses de embarazo no debe hacer ejercicios en los que deba
acostarse boca arriba.
Tampoco debe realizar actividades en las que pueda caerse o lastimarse, como la equitación, el
esquí alpino, el fútbol o el basquetbol.
Pautas para otros grupos de personas
Las pautas del HHS también contienen recomendaciones para otros grupos de personas, entre
ellos las personas con discapacidades y las que sufren enfermedades crónicas, como
osteoartritis, diabetes y cáncer.
Si desea más información, consulte las pautas "2008 Physical Activity Guidelines for
Americans"external link (en inglés solamente) del HHS.
La actividad física forma parte importante de un estilo de vida saludable para el corazón. Para
comenzar un programa de actividad física y mantenerlo, convierta la actividad física en parte de
sus costumbres diarias, lleve un registro de sus logros, realice las actividades sin ponerse en
peligro y consulte con el médico si tiene una enfermedad crónica.
Si desea más información acerca de cómo iniciar y mantener un programa de actividad física,
consulte las pautas del Departamento de Salud y Servicios Sociales, "2008 Physical Activity
Guidelines for Americans"external link (en inglés solamente). El artículo "Your Guide to Physical
Activity and Your Heart" (en inglés solamente) del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y
la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) también contiene información útil.
Usted no tiene que ser un corredor de maratón para beneficiarse de la actividad física. Realice
actividades que le gusten y conviértalas en parte de sus costumbres diarias.
Cada persona valora diferentes cosas. Algunas pueden valorar muchísimo los beneficios que la
actividad física representa para la salud. Otras quieren mantenerse activas porque disfrutan las
actividades recreativas o porque quieren verse más atractivas o dormir mejor.
Algunas personas quieren mantenerse activas porque eso les sirve para bajar de peso o les da la
oportunidad de pasar tiempo con los amigos. Identifique los beneficios de la actividad física que
usted valora y concéntrese en ellos.
Realice actividades físicas con sus amigos y familiares
Sus amigos y familiares pueden ayudarle a mantenerse activo. Por ejemplo, haga excursionismo
con un amigo, tome clases de baile con su cónyuge o juegue al fútbol con su hijo. Las
posibilidades son infinitas.
Puede aumentar la intensidad de sus actividades de todos los días. Por ejemplo, suba por las
escaleras en vez de tomar el ascensor. Camine hasta la oficina de su compañero de trabajo en
vez de enviarle un mensaje por correo electrónico. Limpie las hojas del jardín con un rastrillo en
vez de usar una máquina sopladora.
A veces salir a montar en bicicleta o dar una caminata larga alivia el estrés después de un día
agitado. Considere la actividad física como un tiempo especial que dedica para renovar el cuerpo
y la mente.
Casi todas las personas pueden realizar actividades físicas sin peligro. Usted puede tomar varias
medidas de seguridad. Por ejemplo:
Realice actividades físicas con regularidad para estar en una mejor forma física.
Realice actividades que se ajusten a sus metas de salud y a la forma física en que usted esté.
Comience lentamente y aumente el grado de actividad con el tiempo. A medida que esté en
mejor forma, podrá aumentar el tiempo que dedica a la actividad y la intensidad de la misma.
Distribuya la actividad a lo largo de la semana y varíe el tipo de actividades que realiza.
Use los accesorios y el equipo adecuados para protegerse (por ejemplo, casco para montar en
bicicleta, coderas, rodilleras y gafas de seguridad).
Realice las actividades físicas en ambientes seguros. Elija lugares bien iluminados y bien
mantenidos que estén claramente separados del tráfico automotor.
Cumpla las reglas y normas de seguridad. Por ejemplo, use siempre casco cuando monte en
bicicleta.
Tome decisiones prudentes acerca de cuándo, dónde y cómo realizar las actividades físicas.
Tenga en cuenta el estado del tiempo (por ejemplo, qué tanto frío o calor hace) y ajuste sus
planes si es necesario.
Consulte con el médico en caso necesario
Las personas sanas que no tienen problemas del corazón tal vez no tengan que consultar con el
médico antes de iniciar actividades físicas de intensidad moderada.
Si usted tiene un problema del corazón o una enfermedad crónica, como enfermedad coronaria,
diabetes o presión arterial alta, pregúntele al médico qué tipos de actividad física puede realizar
sin peligro.
También debe preguntarle qué tipos de actividad física puede realizar si tiene síntomas como
dolor en el pecho o mareo.
CARACTERISTICAS DE LA ACTIVIDAD FISICA
En otras palabras, la actividad física tiene como principal propósito el desarrollo de hábitos
saludables para la persona, no busca lograr que la misma se convierta en un atleta de alto
rendimiento y obtenga éxitos deportivos. Lo más importante en este caso es conseguir efectos
benéficos para la salud y la calidad de vida.
Eso significa que, por un lado, debe ser agradable para quien la práctica y no convertirse en una
actividad que genere rechazo. Por otra parte, debe cumplir con todos los requerimientos técnicos
imprescindibles para producir las consecuencias positivas sobre el cuerpo y la salud que se están
buscando.
Debe ser una práctica social
Distintos estudios científicos han permitido comprobar que cuando la actividad física se lleva a
cabo en grupos se multiplican los efectos benéficos en la salud. De esta manera, al convertirse
en una práctica social optimiza sus beneficios sobre el cuerpo y tiene además un excelente
impacto a nivel psicológico, colaborando en la prevención de cuadros depresivos y otras
patologías relacionadas. También es una inmejorable opción para generar lazos de amistad y
conocer a nuevas personas.
Atendiendo a su carácter social, la actividad física orientada a la vida sana necesita incorporar
aspectos lúdicos o de juego, que mejoren la experiencia y permitan su práctica habitual y
permanente en un marco agradable
La actividad física requiere de una especial consideración de la edad y las características físicas y
psicológicas de quienes estén participando, para que de esta forma pueda provocar efectos
benéficos sobre la salud y no generar riesgos. Por eso es tan importante el asesoramiento de los
especialistas y la realización de los chequeos médicos previos.
Más allá de la edad y las características psicofísicas, la planificación de la actividad física debe
ser absolutamente personal. Esto significa que la carga de la rutina va de la mano con el estado
de salud de la persona, pero también con su historia y antecedentes, si ha realizado ejercicio
físico previamente o no, si sigue un estilo de vida sedentario o si su motivación es bajar de peso
o solamente optimizar su salud, entre otros aspectos.