De pie, con los brazos colgando, el espacio entre un brazo y el tronco es mayor a un
lado que al otro,
Al agacharse hacia adelante con las piernas estiradas hasta que la espalda quede
horizontal, un lado está más alto o abultado que el otro.
Cómo se produce
Las escoliosis pueden ser debidas a malformaciones. En este caso son congénitas (es decir,
existen desde el nacimiento); eso sucede, por ejemplo, en los casos debidos a la falta de
formación de la mitad de una vértebra). También pueden aparecer como una manifestación
más de otras enfermedades (como la neurofibromatosis, el síndrome de Marfan o
enfermedades neuromusculares). Sin embargo, la mayoría de las escoliosis, y que aparecen en
niños sanos, son “escoliosis idiopáticas”. Este tipo de escoliosis se pueden considerar
“síndromes mecánicos del raquis”, y son las que se describen en esta web.
Los mecanismos exactos por los que aparece la escoliosis no son todavía conocidos, pero se
sabe que están implicados varios genes; unos parecen estar vinculados a la aparición o
predisposición a que aparezca la curva escoliótica, y otros a su progresión.
Esta influencia genética explica que la probabilidad de que un niño tenga escoliosis es mayor
cuando sus padres también lo son; el que el padre o la madre tengan escoliosis se asocia a una
probabilidad aproximadamente un 36% mayor, que no aumenta significativamente si ambos lo
son.
En contra de lo que durante muchos años se ha creído, ni las posturas que adopte el niño, ni la
realización intensa de ejercicio o deporte, aumenta el riesgo de que aparezca escoliosis. La
única posible excepción demostrada a esto último es la práctica muy intensa, a nivel olímpico
o equivalente, de gimnasia rítmica, especialmente en niñas con un esqueleto inmaduro. Sólo
en esa fase y caso concretos, una práctica deportiva excepcionalmente intensa ha demostrado
ser capaz de modificar (ligeramente) la forma de la columna vertebral.
Aproximadamente el 2-3% de los niños tienen algún grado de escoliosis, definido como una
curva de 10 o más grados Cobb (método más habitual de medida del ángulo de la curva); el
0,3% a 0,5% tienen una curva de más de 20 grados, y menos del 0,1% la tienen de más de 40
grados. Aunque la proporción de niños y niñas con escoliosis es similar cuando se trata de
curvaturas pequeñas, la inmensa mayoría de las curvaturas de más de 20 grados se observan
en niñas, y la proporción aumenta cuanto mayor es la curvatura. El motivo de esta diferencia
entre sexos es desconocido.
Síntomas
Durante muchos años, se ha creído que la escoliosis causaba dolor de espalda en la niñez o
facilitaba que apareciera más tarde, en la vida adulta. Se creía que la “deformación” que
significaba la asimetría de la columna vertebral, tarde o temprano provocaría dolor por sí
misma u obligaría a la musculatura a hacer mucho más esfuerzo de lo que podía, causando
dolores de espalda crónicos e importantes, que limitarían la vida normal de las personas con
escoliosis.
También se creía que curvaturas de más de 60 grados en la columna dorsal, podrían producir
problemas cardíacos o respiratorios, por lo que para evitar esos problemas en la juventud y
prevenirlos en la edad adulta, era indispensable aplicar los tratamientos que fueran precisos
para “enderezar” la columna. Sin embargo, los estudios científicos realizados no han
demostrado que la escoliosis idiopática realmente cause problemas cardiorrespiratorios y, de
hecho, la capacidad aeróbica de los adolescentes que fueron operados porque ese parámetro
era inferior a lo normal, no mejoró (sino que, de hecho, empeoró ligeramente) después de la
cirugía.
Sin embargo, los estudios realizados han demostrado que esa creencia es errónea. Esos
estudios demuestran que:
Sólo un estudio ha hallado datos que sugieren que, al hacer esfuerzos físicos, jadean
más frecuentemente los ancianos que tienen una escoliosis situada específicamente
en la columna dorsal y de más de 80 grados, que aquellos que no tienen escoliosis. Sin
embargo, las características del estudio y el bajo número de personas que participaron
en él, hacen imposible descartar que esas diferencias se debieran a otros motivos,
como padecer otras afecciones o estar en peor forma física. De hecho, incluso en ese
estudio, la mayoría de las personas con escoliosis (incluyendo escoliosis dorsales de
más de 80 grados), no tenían ninguna limitación al desarrollar su vida cotidiana o
hacer esfuerzos físicos.
De hecho, otros estudios son consistentes con el concepto de que el grado de curvatura
resulta poco relevante desde el punto de vista clínico: el hecho de “enderezar” la columna no
conlleva mejorías relevantes en el dolor o la calidad de vida de los adolescentes, ni los grados
de desviación que quedan después de la operación se correlacionan con la calidad de vida de
los adultos que han sido operados por escoliosis.
En resumen, según los estudios disponibles y en contra de lo que se ha creído durante años, la
escoliosis idiopática no es una causa de dolor de espalda ni, habitualmente, de otros
problemas de salud, sino sólo una “peculiaridad estética”. De hecho, el único parámetro que
ha demostrado mejorar tras “enderezar” mediante cirugía la columna vertebral es el
“esquema corporal propio”,es decir, que los operados sienten que, estéticamente, su espalda
está recta, pero eso no tiene más trascendencia que la estética.
Sin embargo, con frecuencia el diagnóstico de escoliosis genera un alto grado de angustia
entre los padres, que perciben erróneamente que es una enfermedad progresiva que requiere
actuaciones urgentes para evitar que se agrave. Esa percepción errónea se agrava por el hecho
de que frecuentemente el padre o la madre se sientan (injustificadamente) culpables por tener
escoliosis y “habérsela transmitido” a su hijo. También son víctimas de mitos alentados
durante años, que presentaban la escoliosis como una enfermedad que condiciona el futuro
pese a que los datos demuestran que no es así. Además, la información disponible sobre
escoliosis en Internet está plagada de errores que tienden a alimentar esa angustia
injustificada, y los incentivos que supone su “manejo y control” (visitas y pruebas radiológicas
innecesarias, tratamientos costosos, etc.), suponen incentivos económicos adicionales para
perpetuarlos.
El tratamiento de los pacientes con dolor de espalda que tienen escoliosis es el mismo que el
de aquellos que no la tienen. Además, la existencia de escoliosis no modifica la respuesta de
los pacientes a esos tratamientos, ni influye en su pronóstico.
Riesgos
El grado de escoliosis puede ir aumentando a medida que el hueso se va desarrollando; así, su
ritmo de progresión suele acelerarse durante el “estirón” previo a la pubertad, y ralentizarse
después hasta prácticamente estabilizarse, pudiendo aumentar ligeramente durante la vejez,
cuando se suman fenómenos degenerativos.
Pero lo más importante es que los estudios demuestran que esa evolución (estética) no tiene
verdadera importancia práctica, pues el grado de curvatura de la espalda no desencadena
dolor ni otras repercusiones funcionales importantes.
Tratamiento
4. Corsé
Algunos estudios han sugerido que el corsé, cuando se lleva durante 18-23 horas al día, puede
disminuir el porcentaje de niñas que alcanzan los 50º de curvatura.
El compendio de los resultados de todos los estudios disponibles demuestra que en la mayoría
de los casos ese efecto es discreto y carece de relevancia en la práctica, al no tener ni
repercusiones clínicas importantes a corto y largo plazo, ni estéticas. Eso plantea cuestiones
prácticas (e incluso éticas) sobre si realmente merece la pena exponer a un niño o niña a las
incomodidades y riesgos que conlleva un corsé, para lograr que su curva escoliótica tenga
menos grados que si no lo hubiera llevado, cuando eso carece de repercusiones relevantes a
corto y largo plazo, tanto clínicas como estéticas. De hecho, llevar el corsé es incómodo, limita
la manera de vestirse, las actividades de ocio y puede tener repercusiones en la vida social y
las relaciones de la niña, lo que puede conllevar un impacto psicológico considerable.
Así, en general, el eventual beneficio que puede aportar el corsé con respecto a la posible
reducción del ritmo de progresión de la curva, habitualmente no compensa el impacto (físico y
psíquico), ni las molestias que causa. Tal vez tenga sentido planteárselo en unos casos muy
específicos y durante unos períodos muy concretos; por ejemplo, en niñas que, durante el
“estirón” coincidente con su pubertad y la aparición de las primeras menstruaciones, la curva
escoliótica progresa muy rápidamente. Sin embargo, tanto los padres como los niños tienen
que ser conscientes de que:
o Es esencial hacer ejercicio (intenso) en las horas en las que no se lleve (para
evitar la atrofia muscular),
Es posible que eso logre que sea algo menor el grado de curvatura que
terminará teniendo, aunque no es seguro, y si la reduce la magnitud
de esa disminución probablemente sea demasiado pequeña como
para resultar perceptible (incluso estéticamente).
5. Cirugía
PREGUNTA.- Soy un varón de 39 años. Desde los 14, presumiblemente por un crecimiento
descompensado en el tiempo y por malas posturas, padezco de diferentes grados de cifosis,
escoliosis, algo de lordosis y, imagino que a consecuencia de ello, una hernia discal L5-S1 con leve
afectación al nervio desde hace 10 años aproximadamente, presuntamente no operable;
añadiendo secuelas de grado medio por lesión cervical 'latigazo' a consecuencia de un accidente
de tráfico.
Desde hace dos años aproximadamente, no noto mejorías ni con analgésicos ni con
antiinflamatorios o miorelajantes como feldene, yurelax o myolastan. Estoy cansado de visitar
traumatólogos diferentes en Vizcaya, presuntamente altamente cualificados y únicamente
conseguir que me remitan a sesiones rehabilitadoras que simultáneamente me van mejorando una
zona de la espalda a la vez que me van empeorando la otra.
Todo ello ha cambiado mi forma de ser. Estoy siempre enfadado y soy inaguantable. Siempre me
duele. Con medicamentos mejora un poquito, pero me siento mal porque me sigue doliendo y
además soy consciente de que me destrozo el estómago.
No sé qué hacer. Estoy cansado de todo. Me despierto por la mañana más cansado de lo que me
acosté. Además de haberme desvelado cuatro o cinco veces como mínimo a consecuencia de los
dolores musculares, no tengo ganas de nada y tengo por delante a la familia el trabajo y el resto de
responsabilidades.
¿Hay algo que se pueda hacer con mi vida, médicamente hablando? Estoy dispuesto a ir donde sea
y a someterme de cobaya en cualquier tipo de tratamiento.
RESPUESTA.- Seguro que entiendes que a través de este tipo de consulta y siendo yo internista, me
es imposible resolver tu problema. Más teniendo en cuenta que tu problema es complejo y de
larga evolución. A tu favor está el que pareces un paciente disciplinado y que no ha perdido ni la
esperanza ni la fe en las posibilidades de la medicina.
Como seguramente entenderás, no hay un método único que sea capaz de resolver tu problema.
Por un lado están los procedimientos quirúrgicos. Para ello deberías ponerte en manos no de un
único especialista sino de una Unidad de Patología de la Columna. Sí vives en el País Vasco, elige la
mejor de entre ellas (pregunta a los médicos que te hayan visto hasta ahora). No te recomiendo
salir de tu zona, porque si se trata de cirugía será un proceso largo.
Lo que sí está al alcance de tu mano y es por donde debes empezar y con ánimos renovados es por
un plan de higiene de tu espalda. Debes plantearte una disciplina a largo plazo que consistiría en:
Ejercicio regular: incluso diario. Lo inicial debe ser el aprendizaje de una tabla de gimnasia
con un profesional. No se trata de ir todos los días de tu vida, sino de aprender lo que tú
luego harás en casa o donde tú quieras "todos los días de tu vida". Debe enseñarte un
fisioterapeuta deportivo o un especialista de hospital.
Natación al menos tres veces por semana insistiendo en la espalda y, si puedes aprender
una tabla de estiramientos de unos 15 minutos para realizar en la escalera de la zona
donde no cubre, pues mejor que mejor.
Alguna clase de yoga un par de veces por semana también te vendría bien. No sólo por tu
espalda sino por tu cabeza. Se trata de relajarte e ir perdiendo tu cabreo poquito a poco.
Dependiendo de tu carácter (que desconozco), la terapia durante una temporada para que
aprendas a convivir y a aceptar el problema, es posible que te viniese muy bien.
Los masajes, la acupuntura y todas esas vainas que algunos desprestigian son técnicas que
bien aplicadas y para dolores crónicos con mucho componente de tensión muscular,
funcionan realmente. En cualquier caso, y para problemas como el tuyo en los que el
paciente está muy quemado, forrado a fármacos y harto de todo y de todos, merece la
pena probarlo. Se resentirá el bolsillo, pero no se me ocurre mejor inversión que el propio
cuerpo, el estado de ánimo y tu felicidad.
incluidos en los resultados de muchas pruebas diagnósticas, por lo que espero que el paciente
aquejado de lumbalgia, conozca y reconozca la Hiperlordosis y la Rectificación Lumbar y tenga
conciencia de cuál es el tratamiento; haciéndole partícipe del mismo y en la mejora de su
sintomatología.
La columna vertebral lumbar es un segmento del raquis formado por 5 vértebras (L1-L5) cuyo
volumen y discos intervertebrales son de mayor tamaño que las vértebras cervicales y dorsales ya
que su función principal en este caso es la de soporte, amortiguación y distribución de la carga.
Así mismo, este segmento del raquis es una zona de entrecruzamiento de fuerzas descendentes
que bajan del tronco y fuerzas ascendentes que suben por las piernas, por lo que la correcta
alineación y angulación de los cuerpos vertebrales es primordial ; a la curvatura lumbar la
denominamos LORDOSIS cuyo ángulo oscila entre 20º y 60º .
Una curvatura lumbar correcta ( lordosis )es la clave esencial para una buena biomecánica
y distribución eficiente de las cargas a nivel lumbar.
Hiperlordosis y Rectificación Lumbar : definiciones y signos radiológicos
Decimos que existe una Hiperlordosis Lumbar, es decir un aumento de curva a nivel Lumbar
cuando el ángulo resultante formado por las 5 vértebras lumbares es mayor a 60º
Las principales causas que provocan un aumento de la Lordosis Lumbar pueden ser intrínsecas al
sujeto tales como ( factores genéticos, hiperlaxitud, …) o extrínsecas ( estrés, sedentarismo, …)
Sedentarismo
Estrés
Trastornos posturales
Hipotonía muscular
Hiperlaxitud
Factores genéticos
Alteraciones congénitas
Sedentarismo
Estrés
Trastornos posturales
Rigidez articular
Enfermedades reumáticas
En este caso, la pelvis caerá en anteversión pélvica por lo que habrá hipertonía o acortamiento de
la musculatura flexora de cadera y una pérdida de tono de la faja abdominal
Espasmo psoas-ilíaco
La pelvis estará en retroversión pélvica por lo que habrá un aumento de tono o acortamiento de la
musculatura abdominal así como extensora de cadera e hipertonía lumbar.
El ejercicio terapéutico y en concreto el Método Pilates, son el más efectivo tratamiento ante este
tipo de alteraciones de la curva lumbar ya que, progresivamente aumentan el tono de aquellos
músculos hipotónicos y al mismo tiempo, otorgan flexibilidad a los que por otra parte, aparecen
acortados o poco flexibles.
En este caso, los ejercicios terapéuticos indicados para su tratamiento serán aquellos que se
realicen con una retroversión pélvica corrigiendo así el exceso de curvatura lumbar así como el
estiramiento de los músculos acortados y el fortalecimiento de la musculatura abdominal.
Fáciles ejercicios que nos permitan fortalecer nuestra curva lumbar y frenar su aumento.
Coxidinia o coxis dolor o dolor de cóccix, es condición que puede causar dolor persistente en la
parte inferior de la columna vertebral o el coxis. También se conoce como coccigodinia, dolor
coccígeo, dolor de cóccix, coccyaglia o dolor coxis.
Coccigodinia es más común en mujeres que en varones. La condición es mucho más común en
mujeres que en hombres.
El coxis es la parte inferior de la columna vertebral y consta 3-5 vértebras. Representa una cola
vestigial (lo que el término coxis) La parte ventral del coxis es cóncava ligeramente mientras que la
cara dorsal es ligeramente convexo. El coxis concede el sacro, a partir de las ranuras dorsales con el
accesorio de ser ya sea un sínfisis o como una verdadera articulación sinovial, y también para el
músculo glúteo mayor, el músculo coccígeo, y el ligamento anococcígeo.
Postacchini y Massobrio describen cuatro orientaciones del coxis wheren angulación anterior del
coxis puede ser una variante normal.
El coxis es curva ligeramente hacia adelante, con el vértice apuntando en sentido caudal. Es el tipo
más común y se encuentra en el 15% de las personas.
El coxis se curva más marcada hacia delante, con su vértice apuntando hacia adelante. Este tipo se
encuentra en aproximadamente el 15% de las personas.
El coxis es un ángulo muy agudo hacia delante entre la primera y la segunda o la segunda y tercera
segmentos. Se presenta en el 5% de las personas.
Tipo III coxis
Los pacientes con un tipo coxis II-IV son más propensos a desarrollar coccigodinia idiopática que
aquellos con una configuración de tipo I.
Causas de Coccidinia
Cocydynia se produce si hay una lesión o exceso de presión sobre el área que causa que los huesos
se mueva más allá de su rango normal de movimiento muy limitado. Esto resulta en la inflamación
y el dolor localizado. Los ligamentos, el vestigio y los huesos del coxis pueden fuente de dolor. La
infección del cóccix también puede conducir a dolor.
Una caída en el coxis causa daño a los ligamentos o huesos. Es la causa más común de
coccigodinia.
Durante el parto, el bebé’s cabeza pasa por encima de la parte superior del coxis, y la presión
creada contra el coxis a veces puede resultar en lesiones a las estructuras coxis.
Paseos a caballo y sentado sobre una superficie dura durante largos períodos de tiempo, puede
provocar la aparición de dolor de cóccix.
Tumor o infección
En raras ocasiones, coccigodinia se debe a un tumor o infección en el área del cóccix que ejerce
presión sobre el cóccix.
Idiopática Coocydynia
No se entiende claramente qué partes de la anatomía pueden causar dolor en el cóccix. En muchos
casos, la causa exacta del dolor no se sabe (llama coccigodinia idiopática), y en estos casos se
gestionan los síntomas.
Por lo general hay dolor en en parte inferior de la columna vertebral que se vuelve peor cuando la
persona se siente. Se agrava cuando se coloca ningún tipo de presión sobre el mismo, al pasar de
una sesión a la posición de pie. Actividades que ejercen presión sobre la zona afectada son andar
en bicicleta, paseos a caballo y otras actividades tales como el aumento de estar que ejercen
esfuerzo directo en el coxis.
Exámenes, rayos x físicas rectales y resonancias magnéticas pueden descartar diversas causas no
relacionadas con el coxis.
La inyección de anestesia local en la zona debe producir un alivio inmediato si el dolor está
relacionado con el cóccix. Si es positivo, entonces una dinámica (sentarse / soporte) radiografía o
una resonancia magnética puede mostrar si el cóccix se disloca cuando el paciente se sienta.
Imaging
AP y lateral de sacro para descartar una fractura obvia o un tumor grande. RM proporciona
mejores imágenes para descartar otras causas posibles.
Tratamiento
La aplicación de compresas frías en el área varias veces al día durante los primeros días después de
que comience el dolor. La aplicación de calor o una compresa caliente a la zona después de los
primeros días. AINE. antidepresivos como la amitriptilina pueden ayudar a aliviar el dolor. El
paciente debe evitar estar sentado durante períodos prolongados, o colocar ningún tipo de presión
sobre la zona, tanto como sea posible.
Una almohada de encargo / cojín suave ayuda a que mantiene la presión de la inyección de
anestésico coccyx.Local y las inyecciones de esteroides pueden proporcionar algún alivio duró
desde 1 semana hasta varios años. No se recomiendan más de 3 inyecciones por año.
Ejercicios de manipulación y las estrías también pueden ayudar a reducir el dolor en algunos
pacientes
Para las personas que tienen dolor persistente que no se alivia o bien controlada con el
tratamiento no quirúrgico y la modificación de la actividad, la extirpación quirúrgica de la totalidad
o una parte del coxis (coccigectomía) es una opción.
Esta cirugía rara vez se lleva a cabo, pero se ha reportado para producir alivio del 80-90% en las
manos adecuadas de coxis bajo anestesia
Discartrosis
Aunque la degeneración discal es un proceso natural del envejecimiento, para algunas personas
uno o más discos degenerados en la parte inferior de la espalda también pueden irritar una raíz
nerviosa y causar la ciática. La discartrosis se diagnostica cuando un disco debilitado causa
micromovimientos excesivos en ese nivel de la columna vertebral y proteínas inflamatorias de
dentro del disco se quedan expuestas e irritan el área (incluidas las raíces nerviosas). A pesar de su
nombre, esto no es realmente una enfermedad, sino una parte natural del envejecimiento.
Espondilolistesis ístmica
Esta afección ocurre cuando una pequeña fractura por sobrecarga permite que una vértebra se
deslice hacia adelante sobre otra vértebra (por ejemplo, la vértebra L5 se desliza sobre la vértebra
S1). La combinación del colapso del espacio intervertebral y la fractura y el deslizamiento hacia
adelante de la vértebra puede ocasionar el pinzamiento del nervio donde sale de la columna
vertebral, causando así la ciática.
Síndrome piriforme
El nervio ciático también puede ser irritado al pasar por debajo del músculo piriforme en la nalga.
Si el músculo piriforme irrita o pinza una raíz nerviosa comprendida por el nervio ciático, puede
causar un dolor parecido a la ciática. Esto no es una radiculopatía verdadera (la definición clínica
de la ciática), pero el dolor de pierna puede sentir igual que la ciática causada por la irritación de
un nervio.
In This Article:
Causas de la ciática
Síntomas de la ciática
Tratamiento de la ciática
Embarazo. Los cambios por los que pasa el cuerpo durante el embarazo, incluidos el
aumento de peso, un cambio en el centro de gravedad y cambios hormonales, pueden
causar la ciática durante el embarazo.
Tejido cicatricial. Si el tejido cicatricial comprime la raíz nerviosa, puede causar la ciática.
Tumor medular. En raros casos, un tumor medular puede comprimir una raíz nerviosa en
la parte inferior de la espalda y provocar síntomas de la ciática.