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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Facultad de Psicología

Salud Pública y Salud Mental – Cátedra I


Prof. Tit. Mg. Martín De Lellis

Trabajo Final

Comisión 8
Prof. de TP: Amantea, Romina

Alumno: Couce, Alan L.U.: 37 113 990- 0

Fecha de entrega: miércoles 26 de junio de 2013


Consigna
El Trabajo Final tiene como objetivo la aplicación y articulación de determinados conceptos
aprendidos en diferentes unidades que conforman el Programa de la materia.
Se espera que usted pueda demostrar la comprensión de esos conceptos analizando el
proyecto de intervención “Talleres para personas con riesgo cardiovascular” a partir de las
pautas que a continuación se señalan.
“Talleres para personas con riesgo cardiovascular” es un proyecto llevado a cabo en la
provincia de Chubut, en el marco del Programa Nacional Municipios y Comunidades
Saludables.

Lea atentamente el proyecto y responda:

1) ¿Qué información epidemiológica considera que sería necesaria para fundamentar el


proyecto?
2) ¿Qué objetivos se persiguen? Fundamente. Evalúe también el nivel de factibilidad de los
mismos.
3) ¿Hay coherencia en la formulación del proyecto? (Analice si hay lógica interna entre la
definición del problema, los objetivos y actividades)
4) ¿Qué opinión le merece el modo de implementación y los recursos utilizados en el
proyecto? Justifique su respuesta.
5) ¿Qué idea de participación subyace en este proyecto?
6) ¿Qué tipo de acciones podrían complementarlo?
7) Considerando que en este proyecto no trabajan psicólogos, ¿qué aporte piensa Ud. que
podría hacer un psicólogo salubrista que se sumara al equipo?
Respuestas

1) La información epidemiológica necesaria para fundamentar este proyecto es aquella que


caracteriza al problema con el objetivo de demostrar la prioridad y urgencia del mismo para
luego justificar la propuesta como la solución más adecuada y pertinente. De esta forma, es
importante indicar la gravedad del problema a través de las consecuencias negativas de la
presencia del mismo en la población. Asimismo es necesario indicar la magnitud del
problema que hace referencia a la cantidad de personas afectadas precisando su número y
distribución. Otra forma de probar la urgencia del problema es indicando la evolución
espontánea del problema que consiste en el desarrollo del problema en el tiempo en caso de
que no se intervenga. De esta forma, se podría demostrar la prioridad de intervenir pronta y
oportunamente con alguna propuesta sobre el problema para evitar el empeoramiento de la
situación que podría llevar al aumento de los enfermos y/o a la muerte.
Por lo tanto, se caracteriza al problema de manera tal que se pueda observar la prioridad y la
necesidad de intervención para revertir la situación inicial que se puede describir ante un
diagnóstico de salud. Es conveniente a este fin la utilización de indicadores sanitarios tales
como hábitos y estilos de vida para apreciar los hábitos perjudiciales que se pretenderán
intervenir, los problemas de salud percibidos que definen a la población de riesgo y precisan
el estado de salud-enfermedad de cierta manera y, finalmente, algunos índices
antropométricos como el índice de masa corporal con el fin de dar cuenta de la población
posiblemente obesa que se incluye en el grupo de riesgo.
En conclusión, la presencia de toda esta información, especialmente aquella que da cuenta
del problema como prioritario y urgente, sirve para avalar la propuesta que se presenta en el
proyecto.

2) En el proyecto presentado se detallan tres objetivos que, aunque no se los clasifique, se


pueden separar entre generales y específicos. Entre ellos, el primer objetivo planteado tiene
carácter de objetivo general por abarcar un aspecto más general del problema: “Promover
hábitos alimentarios saludables en pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles y
riesgo cardiovascular que asisten al CPS del barrio Don Bosco de la ciudad de Trelew”. Ahora
bien, los otros dos objetivos podrían describirse de específicos, ya que aluden a un espacio y
tiempo acotado y más concreto que el primer objetivo, al cual contribuirían con su
concreción. Estos dos objetivos son:
“Fomentar la utilización de alimentos saludables para la preparación de comidas bajas
en calorías, bajas en grasas y en sodio, respetando los hábitos y costumbres de los
participantes.
Promover técnicas de cocción saludables y adecuadas para favorecer el óptimo
aprovechamiento de los alimentos.”
Sin embargo, para la operacionalización de los objetivos de forma tal que se pueden hacer
visibles y permitan un control de los tiempos de ejecución, además de favorecer a la posterior
evaluación, es útil la cuantificación de los mismos estableciendo para ese fin las metas. Por lo
tanto, las metas son la operacionalización y cuantificación de los objetivos que los hacen más
concretos y visibles. En este proyecto, no se enuncia el establecimiento de metas que serían
muy útiles para medir la factibilidad, para la posterior evaluación, para la cuantificación en
general y para la definición más precisa del cumplimiento de los objetivos de manera más
fácilmente identificable.
Respecto al nivel de factibilidad de los objetivos planteados, es dudoso que los mismos sean
logrables en el tiempo que se plantea la propuesta (menos de 1 mes). Para la correcta
evaluación de la factibilidad de los objetivos sería útil la presencia en el proyecto de un
cronograma de actividades, además de las metas planteadas, de forma tal que se pueda juzgar
la concreción de los objetivos en el tiempo gracias a las actividades que se plantean,
coordinan y ejecutan. Por lo tanto, así como se puede leer en el proyecto presentado no se
podría afirmar la factibilidad de los objetivos de forma tal que sean logrables en menos de un
mes, aunque esto podría justificarse si quien planifica planteara metas que cuantifiquen los
objetivos y un cronograma de actividades que de cuenta del desarrollo de las mismas en el
tiempo estipulado.
Vale aclarar que además puede identificarse una incoherencia entre el tiempo estipulado al
principio que abarca del 12 de agosto al 16 de septiembre (menos de un mes) y la propuesta
en las actividades de realizar 4 talleres quincenales en ese tiempo, cuando en realidad
tomarían más de un mes.

3) Para analizar la coherencia en la formulación del proyecto es preciso que se considere la


lógica interna entre la definición del problema, los objetivos y las actividades.
El problema planteado en el proyecto se define de la siguiente manera: “Malos hábitos
alimentarios en personas con riesgo cardiovascular. Técnicas de cocción y preparación de
comidas”. La segunda oración no es para nada pertinente a la definición del problema y por lo
tanto es información que no viene a propósito, sino que más bien distrae y confunde. La
primera oración, en cambio, es más precisa, ya que define la problemática de los malos
hábitos de alimentación como factor determinante que se pretende enfocar y a las personas
con riesgo cardiovascular como el grupo específico con el cual se pretende intervenir con
miras de la prevención.
Los objetivos planteados y desarrollados en el punto anterior que, en resumen, consisten en
promover hábitos alimentarios saludables, fomentar la utilización de alimentos saludables y
promover técnicas de cocción saludables y adecuadas, evidencian la intención de intervenir
sobre los hábitos alimenticios para estimular la situación deseable de mejorarlos y, de esta
forma, prevenir el problema. En el planteo del primer objetivo también se vuelve a
puntualizar la población específica sobre la cual se va a intervenir, definiéndola en aquellos
“pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles y riesgo cardiovascular que asisten al
CPS del barrio Don Bosco de la ciudad de Trelew”.
Las actividades que se proponen para el abordaje del problema y con miras de los objetivos
planteados son cuatro talleres quincenales teórico-prácticos con desarrollo de conceptos
teóricos y talleres prácticos en la cocina con preparaciones culinarias adecuadas y saludables.
Los conceptos teóricos a desarrollar se explicitan como: “Definición de las patologías,
diagnóstico y estrategias prácticas para el tratamiento de sobrepeso, obesidad, diabetes e
hipertensión”. Por lo tanto, si bien no se explicita demasiado sobre las actividades más que su
intenciones más generales, estas son coherentes con los objetivos propuestos y con el
problema que se aborda. Es decir que las actividades propuestas se plantean como acciones
concretas con miras de cumplir los objetivos. Sin embargo, cabe destacar la ausencia de una
descripción más precisa de las actividades donde se explicite concretamente cada tarea y se
evidencie la organización, ordenamiento y coordinación de las mismas en el tiempo y espacio
disponible, definiendo los recursos necesarios y las personas a cargo. Cabe repetir la
incoherencia que se distingue en el error en la duración del proyecto que sería, según dice al
comienzo, del 12 de agosto al 16 de septiembre, aunque luego plantea 4 talleres quincenales
que llevarían más de un mes. De haber incluído un cronograma específico con las fechas de
realización de cada tarea (preparación del taller y de los recursos necesarios, realización de los
talleres, evaluación) podrían haber evitado el mencionado error y precisando el tiempo de
realización que llevaría el proyecto.
En conclusión, más allá de algunos aspectos que se podrían mejorar como ya se expuso, se
puede afirmar que hay una coherencia en la formulación del proyecto, ya que se evidencia una
lógica interna entre el problema que se define, los objetivos deseables para abordar el
problema y las actividades para concretar dichos objetivos. Sin embargo, aunque sean
coherentes por compartir el mismo fin, saltan a la vista numerosos errores como la
incoherencia del tiempo de realización del proyecto, la falta de detalle de las actividades, la
ausencia de un cronograma que especifique tareas, recursos y personas a cargo, etc.
4) El modo de implementación de este proyecto se evidencia a partir de las actividades
propuestas y los recursos que explicitan. En lo que respecta a las actividades se puede
observar una propuesta de taller teórico-práctico quincenal explicado de manera generalizada
y donde no se especifican demasiado las tareas, ni se las organiza, ordena o coordina en el
tiempo y el espacio a través de, por ejemplo, un cronograma. Asimismo, tampoco se explicita
quienes estarán adelante del taller realizando cada tarea particular.
Por otro lado, es evidente la ausencia de algún método de evaluación en este modo de
implementación, lo cual es un grave error, dado que no permite analizar y mejorar el proceso.
Por lo tanto, no se pueden medir los logros del proyecto, dado que no se registran los
resultados obtenidos necesarios para realizar una comparación con los objetivos, con lo cual
no se puede modificar, mejorar o adecuar el proyecto tras el análisis de los datos que la
evaluación provee. De contar con ella, se posibilita una forma sistemática de registro de
información que permita juzgar si los esfuerzos han tenido éxito y tomar decisiones
fundamentadas en dichos datos con el objetivo de maximizar el éxito o mejorar las
limitaciones del proyecto.
Con respecto a los recursos utilizados en el proyecto, se pueden distinguir los recursos
humanos y los recursos materiales. Comenzando por los humanos, se identifican en el
proyecto solamente a licenciados en Nutrición sin especificar cantidad, rol o tareas de cada
uno. Se identifica un grupo de trabajo monodisciplinario que sin embargo es pertinente para el
proyecto dado que se enfoca en los hábitos alimenticios. Igualmente, sería productivo para el
grupo de trabajo que éste sea interdisciplinario, ya que esto permite la inclusión de distintos
puntos de vista con aportes desde diversos campos del conocimiento que ayudan a abordar
una realidad multideterminada. En cuanto a los recursos materiales se menciona una amplia
lista de diversos materiales que no se identifica cuál será su aplicación, en qué tarea, para qué
fin o por quién serán utilizados. La lista tampoco explicita cantidades. Sería sumamente útil
que la lista con los recursos necesarios se coordine con las actividades de manera tal que
quede explicitado qué recurso es necesario para llevar adelante cada actividad.
Tampoco pueden observarse la mención de recursos técnicos ni financieros necesarios e
importantes de definir para verificar la viabilidad del proyecto.

5) La idea de participación que subyace en este proyecto supone un lugar pasivo para los
participantes, ya que quienes planifican no incluyen a la comunidad como un actor implicado
activo ni se presta un lugar activo para el otro que no le es permitido planificar junto a ellos,
ejecutar o evaluar. Por lo tanto, queda definido un lugar pasivo para los participantes de la
comunidad como únicos receptores de los saberes, pero quienes no son considerados para
participar activamente de la planificación, proponer actividades, evaluar los métodos y
resultados o escuchar su posición de manera tal que se observe la necesidad sentida por la
población ante el problema planteado y la posibilidad de adecuarse a esas y otras necesidades.
Por consiguiente, la participación que subyace es restringida y sería favorable que se ampliase
hacia una participación activa de la comunidad de forma tal que se pueda enriquecer la tarea
de la planificación junto con la definición del problema, el planteo de los objetivos y la
ejecución de las actividades a favor de una optimización de la utlilización de los recursos
disponibles para lograr la situación deseada. La participación de la comunidad con distintos
niveles de compromiso, además de la posibilidad de evaluar cómo sienten ellos las
necesidades o los problemas, es sumamente provechoso para la tarea de planificación, dado
que permite una definición más pertinente del problema y habilita un uso más eficiente de los
medios con que se cuenta para el propósito a alcanzar. De esta forma aumenta la eficiencia ya
que se logra el éxito a partir de una mejor utilización de los medios de manera tal que se
ahorra energía, recursos materiales y recursos financieros, logrando el mismo objetivo.
En resumen, una participación pasiva como subyace en este proyecto no implica a la
comunidad como actor con lo cual ella no participa activamente del proyecto planificando,
ejecutando o evaluando. Por lo tanto, el lugar que para ella queda definido es aquel de
simplemente asistir a las actividades, con lo cual no se optimiza el uso de todos los medios,
dado que, potencialmente, se podría aumentar la eficiencia con la participación activa de la
población.

6) El tipo de acciones que podría complementar este proyecto serían aquellas acciones en
alimentación orientadas al grupo de riesgo de enfermedades cardiovasculares que habitan en
Trelew tales como stands estratégicamente ubicados en lugares cercanos a los supermercados,
por ejemplo, de forma tal que se pueda proveer información sobre hábitos alimenticios
saludables, se cree conciencia sobre el aumento del riesgo cardiovascular como consecuencia
de los malos hábitos de alimentación y se incentive la sustitución de alimentos más
perjudiciales por otros más saludables e igual de sabrosos. Esta acción plantea la salida a la
interacción con la comunidad para averiguar sobre sus malos hábitos, tomar conciencia de las
consecuencias que pueden ocasionar y proponer alternativas saludables a favor de una
promoción de la salud. Para esto se requeriría de algunas personas que podrían ser los mismos
licenciados en Nutrición del proyecto u otros participantes tales como psicólogos, por
ejemplo. Además, se necesitarían algunos recursos materiales para el armado del stand tales
como mesas y la producción de materiales informativos que podrían ser afiches y panfletos.
También, deberían haber algunas actividades que atraigan la atención de la gente y ayuden a
cumplir el objetivo de promocionar una alimentación saludable como podría ser la
degustación de algún alimento saludable como alternativa a otros más perjudiciales. Incluso
se puede invitar a la comunidad a asistir a los talleres del proyecto original para fomentar la
participación y complementar la promoción de hábitos alimenticios saludables.
Para la correcta presentación de esta acción sería necesario la realización de un proyecto
alternativo abocado al mismo problema, dirigido a la misma población y con objetivos
similares, pero incluyendo a la comunidad entre los actores implicados, especificando las
actividades en tareas concretas organizadas a través del tiempo en algún cronograma que
también especifique los recursos necesarios y el rol de cada participante. También sería
favorable la inclusión de un método de evaluación de diagnóstico y del resultado de la
intervención, registrando, por ejemplo, las compras de algunas personas en el supermercado
considerando especialmente la cantidad de alimentos saludables y de alimentos más
perjudiciales. De esta forma, se supone que de tener éxito el proyecto, luego de su aplicación,
la población de riesgo debería comprar más alimentos saludables y menos de los perjudiciales
que antes.

7) El aporte que podría hacer un psicólogo salubrista que se sumara al equipo, en principio,
sería la posibilidad de integrarse al equipo favoreciendo una conformación multidisciplinaria,
orientando la intervención hacia la comunidad y sus problemas, considerando la
multideterminación de los mismos y favoreciendo un cambio en el ecosistema como posible
solución de los mismos. Más precisamente al problema que convoca este proyecto, el
psicólogo puede aportar sus conocimientos para la identificación de las representaciones
sociales u otros obstáculos que funcionan como resistencias ante el cambio de hábitos en la
alimentación. El psicólogo puede ayudar también a trabajar contra estos obstáculos de forma
que se facilite la promoción de los hábitos alimenticios saludables favoreciendo la eficiencia
de la acción. Además, el psicólogo puede considerar distintas formas de trabajar en grupo a
partir de teorizaciones como la de Kurt Lewin a favor también del aumento de la eficiencia de
la intervención. Por lo tanto, el aporte del psicólogo salubrista al equipo del proyecto es poner
sus conocimientos a disposición para trabajar en modificar las ideas, valores, representaciones
u otros obstáculos que aporten en la resistencia al cambio de hábitos que propone el proyecto,
de forma tal que se incremente la eficiencia al facilitar el éxito del mismo.
Bibliografía

De Lellis, M; Stonski, T. (2006). El proceso de planificación en salud. Secretaría de


Publicaciones Facultad de Psicología. Octubre de 2006.

Dirección de Salud de la Municipalidad de Trelew, Taller para personas con riesgo


cardiovascular (obesidad, Diabetes, Hipertensión) [Adjunto en el anexo a
continuación]

Egg, A. (1989): Cómo elaborar un proyecto. Buenos Aires, Humanitas.

Montero, M. (1998): La comunidad como objetivo y sujeto de acción social. En: Psicología
comunitaria. fundamentos y aplicaciones. Madrid, Editorial Síntesis.

Ramos Calero, E. (2000): Enfermería comunitaria: Métodos y técnicas. Madrid, DAE.

Saforcada, E. (1999): Psicología Sanitaria. Análisis crítico de los sistemas de atención de la


salud. Buenos Aires, Paidós.

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