Podemos definir a las aguas residuales o cloacales como una combinación de líquidos o aguas portadoras de residuos
procedentes de viviendas, instalaciones públicas, centros comerciales e industriales, a las que eventualmente pueden
agregarse aguas subterráneas, superficiales o pluviales.
Esta agua residual o líquido cloacal tiene un importante contenido de materia orgánica, asimismo contiene
frecuentemente numerosos microorganismos patógenos o causantes de enfermedades. También contienen nutrientes
que son aquellos elementos que alientan el crecimiento de plantas acuáticas y también pueden contener sustancias
tóxicas como: plomo, cromo, níquel, cobre, etc.
El líquido cloacal doméstico, derivadas principalmente de casas habitación, edificios comerciales, instituciones y edificios
similares, contiene desechos de baños, lavaderos y cocinas, mientras que el desecho industrial es el resultado de
procesos empleados en plantas industriales.
Siendo el destino final de estos líquidos, cuerpos receptores de agua (lagos, ríos, océanos) o bien la tierra misma, es
evidente que debemos quitarles los elementos contaminantes que contienen para proteger el cuerpo receptor y su
entorno.
Para poder determinar el mejor o más adecuado método para el tratamiento de un líquido cloacal, es necesario conocer
sus características, para ello se hacen análisis físicos, químicos y biológicos que nos permiten caracterizarlo, es decir
aportar datos en cuanto a su composición, concentración y estado
Normalmente las características físicas del efluente cloacal pueden ser medidas por:
- Temperatura: Es importante conocer la temperatura del líquido cloacal que normalmente es pocos grados más alta que
la del agua suministrada a la comunidad. La temperatura de los efluentes produce efecto sobre la sedimentación y
actividad biológica. Cuando crece la temperatura, la viscosidad decrece y la sedimentación mejora. La actividad biológica
causa de la descomposición de los líquidos cloacales es función de la temperatura y el tiempo.
- Olor: El olor del líquido cloacal fresco puede ser descripto como olor a moho, no siendo especialmente desagradable.
De cualquier modo, cuando el líquido cloacal es viejo y comienza a septizarse, el olor se torna muy objetable, debido al
ácido sulfhídrico que se produce.
- Turbiedad y color: El líquido cloacal fresco normalmente tiene un alto grado de turbiedad y apariencia grisácea. Cuando
el líquido que llega es negro, este color generalmente es el resultado de una parcial descomposición.
- Variaciones del caudal: el tipo o sistema de alcantarillado usado, la diferencia en las costumbres de la comunidad
aportante, el régimen de operación de las industrias servidas, el clima etc., hace que los caudales de aguas residuales
oscilen ampliamente durante el año, cambiando de un día a otro y fluctuando de una hora a otra. La curva de
distribución similar a la de consumo de agua potable, solo que algo “retrasada”. Cuando la infiltración es alta o existen
conexiones de aguas lluvias, el régimen de lluvias puede influir notablemente sobre el caudal y por ende sobre las
características del agua residual.
En cuanto a los componentes del líquido cloacal pueden clasificarse en dos grandes grupos:
- Inorgánico: Los componentes inorgánicos del líquido cloacal consisten en primer término en arena y material mineral
disuelta, provenientes del agua suministrada a la comunidad, del material ingresante a la cloaca y de las aguas
subterráneas que se infiltran en la colectora. También se encuentra sustancias químicas inorgánicas como sulfatos,
carbonatos y cloruros de calcio, magnesio, sodio, potasio e hierro. Estas pueden afectar el proceso de tratamiento.
- Orgánico: La parte orgánica del líquido cloacal está compuesta en gran parte de proteínas, hidratos de carbonos y
grasas.
Las proteínas y los subproductos de su metabolismo y descomposición son las materias productoras de nitrógeno en los
desechos. La fuente principal de nitrógeno en los líquidos cloacales es la urea, también contribuye a agregar azufre a los
desechos.
Los hidratos de carbono típicos son los azucares y almidones. Estas materias son las primeras en ser atacadas por las
bacterias con producción de ácidos orgánicos. En un líquido cloacal séptico, el pH generalmente puede ser inferior al del
líquido fresco a causa de la descomposición de los hidratos de carbono.
Las grasas también contienen carbono, hidrógeno y oxígeno. Estas tornan dificultoso el tratamiento del líquido cloacal,
cubren las paredes de los tanques y canales y, si no son removidas, se descomponen y producen olores desagradables.
Son responsables de la formación de espumas en las unidades de sedimentación, y recubren otras partículas orgánicas
las cuales a su vez tienden a obstruir los filtros.