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Desarrollo y análisis

El paso del tiempo tiene consecuencias jurídicas, en la


medida que puede crear, modificar o extinguir derechos.
La posibilidad de reclamar ciertos derechos que
ostentamos (en este caso, producto de una relación
laboral) está sujeta a plazos máximos fijados por ley,
dentro de los cuales debemos recurrir ante la autoridad
correspondiente (administrativa o judicial)[1], en ejercicio
del denominado derecho de acción. Cumplido dicho plazo,
el titular del derecho pierde la posibilidad de reclamarlo.
En tal sentido, la prescripción extintiva puede definirse
como el efecto que produce el transcurso del tiempo
sobre los hechos o actos jurídicos, extinguiendo la acción
para exigir el cumplimiento de los mismos, por no haber
sido ejercida por su titular dentro del plazo fijado por la
ley.
En el Derecho del Trabajo, como se precisa en la
sentencia comentada (Tercer Considerando, numeral 1),
procesalmente constituye un medio de defensa
(excepción) que el empleador propone, al haber vencido
el plazo legal, contra la demanda judicial de pago de
determinados derechos generados como consecuencia de
una relación laboral, que le formule un ex trabajador.
Por tanto, según el fallo en mención, los requisitos para
que opere la prescripción extintiva laboral, son los
siguientes:
1. Existencia de un derecho (laboral) que pueda
ejercitarse por quien ostenta la titularidad del mismo;
2. No ejercicio (oportuno) de ese derecho por su titular;
y,
3. Transcurso del tiempo fijado en la ley, en relación al
citado derecho.
Citando al autor Frescura y Candia , la sentencia
comentada añade que:
“la prescripción liberatoria responde a exigencias de
orden público y seguridad social. Las relaciones jurídicas
de base económica, lejos de ser perpetuas, tienen límites
predeterminados por la ley, con sujeción al principio de
que el acreedor debe mostrarse diligente en el ejercicio
de su derecho y el deudor no puede quedar supeditado al
mismo per vitam. La prescripción como institución de
orden público ha sido creado para dar estabilidad y
firmeza a las relaciones jurídico económicas, disipar las
incertidumbres del pasado y poner fin a la permanente
posibilidad de litigio que apareja la indecisión de los
derechos. Es también la utilidad social, por cuanto sirve
para consolidar situaciones de hecho.
En efecto, ante la negligencia demostrada por el acreedor
al no actuar cuando su derecho estaba abierto, la ley
declara abandonada y extinguida la acción que pudo
haber sido instaurado y, consecuentemente, libera al
deudor”.
En el Derecho Laboral peruano la prescripción ha sido
objeto de diversas regulaciones a través del tiempo. En el
pasado reciente, la Constitución Política de 1979
estableció en su artículo 49 que la acción de cobro de
remuneraciones y beneficios sociales prescribía a los 15
años; posteriormente, la Constitución Política de 1993 no
estableció plazo expreso para las acciones laborales, que
recién fue fijado por la Ley N° 26513, publicada el 28 de
julio de 1995, y recogido después por la Primera
Disposición Complementaria del Decreto Supremo N°
003-97-TR, Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo
N° 728, que a su vez fue derogada por la Ley N° 27022,
publicada el 23 de diciembre de 1998, que estableció que
las acciones por derechos derivados de la relación laboral
prescriben a los 2 años; y esta última derogada por la Ley
N° 27321, publicada el 22 de julio de 2000, que establece
finalmente que las acciones por derechos laborales
prescriben a los 4 años, contados a partir del día
siguiente en que se extingue el vínculo laboral.
Por tanto, el cómputo del plazo de prescripción debe
efectuarse a partir del cese de la relación laboral, posición
que tiene respaldo en el Pleno Jurisdiccional Laboral de
1997, en el cual se acordó por unanimidad que: “El plazo
de prescripción de los beneficios de carácter laboral
computa conforme a la norma vigente al momento que la
obligación sea exigible, salvo que por norma posterior se
estipule un plazo distinto, en cuyo caso la prescripción
operará en el que venza primero”.
Sobre la interrupción de la prescripción, citando al autor
Rubio Correa , la sentencia precisa que:
“La interrupción de la prescripción consiste en la
cancelación del lapso del plazo transcurrido hasta que
aparece la causal y en el inicio de una nueva cuenta. En
otras palabras, la aparición de una causal de interrupción
del plazo de prescripción, fija un nuevo término inicial
para dicho plazo y, el conteo anterior, es como si no
hubiera existido”.
Por ejemplo, si Juan Pérez tiene derecho a formular
ciertos reclamos laborales y cesa el 31 de diciembre de
2013, tenía hasta el 31 de diciembre de 2017 (4 años
después) para no ver prescrito su derecho de acción, que
de acuerdo al numeral 3 del artículo 1996 del Código Civil
solo podría verse interrumpido con la “citación con la
demanda o por otro acto con el que se notifique al
deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o
autoridad incompetente”.
En la práctica procesal, el plazo prescriptorio extintivo
tomaba como referente la fecha en la cual el empleador
era notificado con la demanda judicial.

Precisión del caso


El demandante cesó el 20 de abril de 2011, por tanto,
tenía hasta el 20 de abril de 2015 (4 años después de su
cese laboral) para ejercitar su derecho de acción, lo cual
se materializaría con la notificación de la demanda judicial
a su empleador hasta la fecha señalada, sin embargo, se
aprecia del Sexto Considerando del fallo comentado, que
presentó su demanda recién el 12 de agosto de 2015,
casi 4 meses después de vencido dicho plazo.
En tal sentido, si bien habría operado la prescripción
extintiva, en aplicación literal del numeral 3 del artículo
1996 del Código Civil, al haber presentado una queja por
el no pago de sus beneficios sociales el 12 de marzo de
2015 (un mes y días antes del vencimiento de dicho
plazo) ante la Zonal de Ilo de la Dirección de Trabajo de
Moquegua, que fuera admitida mediante Decreto Jefatural
N° 228-2015-ZDTPE-ILO, la Corte Suprema considera que
dicho acto (pese a no ser en estricto una “citación con la
demanda” u “otro acto con el que se notifique al deudor”)
habría interrumpido la prescripción, por lo cual casaron el
Auto de Vista que confirmó el Auto Apelado (que declaró
fundada la Excepción de Prescripción), ordenando al Juez
de Primera Instancia que continúe con el trámite del
proceso.
La prescripción consiste en la extinción del derecho subjetivo por su no ejercicio en el
transcurso de un periodo de tiempo determinado. Los requisitos para que se de la prescripción
extintiva (no confundir con la adquisitiva) son:
1. Que el derecho sea prescriptible. ¿Cuáles lo son? El Código Civil indica que se extinguen por
prescripción los derechos y las acciones de cualquier clase que sean. Pero esto no es del todo cierto, ya
que realmente sólo lo son los derechos subjetivos patrimoniales, es decir, los derechos reales y los
derechos de crédito.
2. Que el derecho permanezca inactivo, es decir, que no sea ejercitado cuando puede serlo.
3. Que transcurra un periodo de tiempo establecido en la Ley de no ejercicio de ese derecho.
4. Que una vez prescrito el derecho, se alegue la prescripción por vía judicial.
5. Que la prescripción no haya sido renunciada por el sujeto pasivo.
¿Cuándo comienza a contar el plazo de prescripción de un derecho? El Código Civil nuevamente
nos indica algo al respecto. Concretamente dice que el tiempo para la prescripción de toda
clase de acciones se contará desde el día en que pudieron ejercitarse.

https://www.sanchezbermejo.com/la-prescripcion-y-la-caducidad/

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