habiendo hecho caso omiso a las órdenes impartidas previamente por los dos, a
efectos de lograr que aquél detenga su auto.
A su vez, contamos como elemento de cargo en el legajo con la prueba
de alcoholemia del imputado, que fuera mencionada precedentemente, y que
estableció que éste poseía al momento de la colisión un porcentaje de 2,54 cm.
cúbicos de alcohol en sangre (ver fs. 23 y 25), siendo de destacar que el nivel de
alcohol permitido para los conductores es de 0,5 gramos por litro de sangre (ver
Capítulo 5.4.4 del Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires).
Asimismo, se suma al plexo probatorio reunido en autos el informe
pericial efectuado sobre el vehículo Peugeot, modelo 405, dominio …., del
encausado que da cuenta los daños ocasionados en el mismo a raíz de haber
embestido a P. (fs. 44vta.), así como también la constancia médica legal suya que
acredita las lesiones que padeció (fs. 33/33vta.), en principio consideramos que son
de carácter leve, sin perjuicio de recabarse el informe de su asistencia médica en el
USO OFICIAL
…..
Sin perjuicio, corresponde que los facultativos del Cuerpo Médico
Forense se expidan sobre la naturaleza y el carácter de las lesiones sufridas por P..
Por estas razones, consideramos que, se encuentra acreditado, con el
grado de probabilidad exigido por el art. 306, CPPN la mecanica del suceso y la
violación del deber objetivo de cuidado por parte de D., pues pese a los antecedentes
de afección de alcohol que padecía (cfr. constancias médicas aportadas a fs. 75), y
que fueron mencionados por la defensa en el marco de la audiencia -quien destacó
que su cliente tenía una “enfermedad permanente”-, bebió sabiendo que utilizaría su
rodado para desplazarse.
La violación al deber objetivo de cuidado estuvo dado por conducir D.
en estado de ebriedad (art. 111 del Código Contravencional de la Ciudad de Bs.
As.), lo que aumentó el riesgo permitido en la circulación vehicular, tornándolo
jurídicamente relevante, y determinó la producción del resultado lesivo prevenido en
estas actuaciones. Por su parte, ello es compatible con lo establecido en los artículos
39, inc. “b” y 48, inc. a) de la Ley Nacional de Tránsito (24.449), y en el Capítulo
5.2.1, 5.4.1 y 5.4.4 del Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad Autónoma de
Bs. As., siendo esta normativa parte integrante de la primera (art. 2 del código
citado), más allá de la interpretación que pretendió darle el Dr. López en la
audiencia a este punto.
Sentado lo expuesto, corresponde decretar auto de procesamiento de
A. J. D. –art. 306, CPPN-, en orden al delito de lesiones culposas leves previsto por
el artículo 94, párrafo primero del CP en perjuicio de R. J. P.. Y en cuanto al delito
de resistencia a la autoridad, si bien fue mencionado por el acusador en la audiencia
a la hora de calificar el asunto en análisis, no emitió argumento alguno que
sustentara dicha figura, la cual a nuestro juicio no se configura ante la ausencia del
aspecto subjetivo del tipo penal en cuestión.
En cuanto a las medidas cautelares, no dándose en el caso ninguno de
los supuestos previstos por el art. 312, CPPN, corresponde mantener la actual
libertad que viene gozando el nombrado en autos.
En torno al monto del embargo, corresponde señalar que el artículo
518, CPPN dispone que, al dictarse auto de procesamiento, el juez debe ordenar el
embargo de bienes del imputado, en cantidad suficiente para garantizar la pena
pecuniaria, la indemnización civil y las costas. A su vez, las costas comprenden 1°)
el pago de la tasa de justicia; 2°) los honorarios devengados por los abogados,
procuradores y peritos; y 3°) los demás gastos que se hubieran originado por la
tramitación de la causa (art. 533, CPPN).
Ahora bien, el delito en cuestión prevé la pena de multa, cuyo mínimo
es de mil pesos ($ 1.000) y asciende a la suma de quince mil pesos ($ 15.000), por lo
que estimamos la suma de mil pesos, como probable por tratarse de una pena
alternativa. En lo que respecta al eventual reclamo que por indemnización civil
puedan requerir el damnificado, es posible estimar provisoriamente el daño sufrido
en la suma de $ 2.500 ($ 2.500); ello teniendo en cuenta el tipo de lesiones que
padeció (ver fs. 33/33vta.).
En cuanto a las costas del proceso (art. 533, CPPN), habrá de fijarse la
suma de pesos sesenta y nueve con sesenta y siete ($ 69,67) de tasa de justicia, (art.
6 de la ley 23.898 y Resolución n° 498/91 de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación) y estimar la suma de pesos mil ($ 1.000), a efectos de cubrir los posibles
honorarios del letrado interviniente, por lo que habrá de fijarse el embargo en la
suma total de cuatro mil quinientos sesenta y nueve, con sesenta y siete pesos ($
4.569,67).
c- Por otra parte, el planteo de la defensa de que sea la justicia
contravencional de esta ciudad la que deba intervenir en estas actuaciones, dado que
a su juicio conducir un vehículo en estado de ebriedad constituiría una
contravención y no un delito de acuerdo a las leyes 451 –Régimen de Faltas de la
Ciudad de Bs. As.- y 1217, no habrá de tener favorable acogida, pues tal como se
mencionó en párrafos precedentes la normativa de la ciudad en materia de tránsito
integra la Ley Nacional de Tránsito y Seguridad Vial, toda vez que el artículo 2 de la
Poder Judicial de la Nación
ley 2148 señala que: “La Ciudad Autónoma de Buenos Aires declara su plena
integración y participación en el Sistema Nacional de Seguridad Vial (…)” (sic).
Lo expuesto, por otra parte, no impide que el hecho prevenido sea
alcanzado simultáneamente por una sanción penal y otra de índole administrativo.
De allí que, atento al temperamento adoptado precedentemente, corresponde remitir
testimonios de las presentes actuaciones a la justicia contravencional del ejido
capitalino a los efectos que se estime corresponder.
d- A su vez, en atención a la patología que presentaría D., conforme a
lo que surge de estas actuaciones y lo que fuera ratificado por la defensa del
imputado en la audiencia, deberán extraerse testimonios de la causa y remitirlos al
sector de tránsito de la Municipalidad de Avellaneda, pcia, de Bs. As., último
organismo que expidiera su licencia de conducir al tiempo de la comisión del hecho
que se le imputa (ver copia de fs. 38/38vta.), como así también al Gobierno de esta
ciudad, a los efectos que se estime corresponder.
En virtud de lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:
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