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VENDEDORES INFORMALES

Presentado por

LAURA MARIA ARAUJO BONILLA

CARLOS GARCIA SÁNCHEZ

JEFFERSON REYES DORADO

Presentado a

Lic. GERMÁN LÓPEZ DAZA

UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA

DERECHO

PROGRAMA DE CIENCIAS JURÌDICAS Y POLÌTICAS

SEMINARIO DE INVESTIGACIÒN II

QUINTO SEMESTRE

2019
INTRODUCCIÓN

La informalidad laboral, incluye varias actividades económicas en: Industria,

comercio, servicios, construcción, transporte y otras. En Colombia, mas de seis de

cada diez trabajadores se ubican en la Informalidad1 (Galvis, 2012, p. 36) y en la

ciudad de Sincelejo esta alrededor del 79,35% (p.24). El objeto de estudio de esta

investigación es la actividad callejera (que hace parte del comercio) en particular

la que ejercen los vendedores callejeros2 y cuya actividad se define como aquella

que se realiza en lugares de la vía pública o en espacios reservados para el tráfico

vehicular y peatonal; éstos pueden ser calles, andenes, parques, plazas públicas,

lugares de espectáculos públicos y en general cualquier lugar exterior destinado al

tráfico peatonal o vehicular, generalmente de dominio público (Fondos de ventas

populares,2003).

En un informe de la OIT (2002. P, 49), titulado “women and men in the informal

economy: A statistical picture” menciona, que los vendedores callejeros son a

menudo vistos como una obstrucción o molestia, para el libre flujo peatonal o

vehicular. Por carecer de personalidad jurídica y reconocimiento, a menudo

experimentan el acoso frecuente y desalojo de sus lugares de venta por las

autoridades. Los lugares en los que trabajan son a menudo sucios y peligrosos.

No obstante, la calle puede ser la única opción para muchas personas pobres. Por
lo tanto, el derecho a vender dentro de los límites razonables o limitaciones debe

considerarse como una base al derecho económico.

En el caso de la ciudad de Sincelejo, se observa la ocupación del espacio público

por vendedores callejeros, principalmente en la zona céntrica de la ciudad. Donde

el bloqueo de las calles y la obstrucción de la viabilidad se hacen presentes en

este panorama. Según Galvis (2012), dicha situación obedece a factores como:

estructurales (escasos desarrollo estructural de la economía, uso de tecnologías

intensiva en capital, bajos niveles de inversión, flujo migratorio de tipo rural-urbano

y entre otros) e institucionalistas (costos institucionales para la formación y

funcionamiento de las empresas, como son los impuestos, costos laborales, pago

diferencial de servicios públicos y otros).

Seguir viviendo en circunstancias donde aumente esta clase de informalidad

laboral puede presentar problemas de tipo social (como inseguridad y problemas

de orden público, debido al bloqueo de las calles y obstrucción de la viabilidad

como se ve actualmente), económico (detrimento en el índice de necesidades

básicas insatisfechas, disminución de la calidad de vida de los vendedores

callejeros, entre otros) y político (intereses y conflictos de políticas públicas).


MARCO TEÓRICO

CAPITULO 1

VENDEDORES INFORMALES EN EL NUEVO CÒDIGO DE POLICIA, DERECHOS

Y DEBERES.

Para poder analizar de forma clara la situación delos vendedores informales en la ciudad de

Neiva Huila en un primer momento contemplaremos lo especificado en el nuevo código de

policía al respecto, de forma parcial en los artículos 90 y 140 del mismo:

Artículo 90. Reglamentación de los estacionamientos o parqueaderos abiertos al

público

Para el funcionamiento y administración de los estacionamientos o parqueaderos

abiertos al público, se observarán los siguientes requisitos:

1. Constitución de póliza de responsabilidad civil extracontractual, para la

protección de los bienes depositados y las personas. En el recibo de depósito del

vehículo se informará el número de la póliza, compañía aseguradora y el

procedimiento de reclamación.

2. Expedir recibo de depósito del vehículo al momento del ingreso, en el que se

consigne el número de placa del vehículo y la hora de ingreso.


3. Ofrecer al conductor del vehículo la opción de relacionar bienes adicionales al

que deja en depósito.

4. Cumplir con las tarifas establecidas por la autoridad distrital o municipal.

5. Cumplir los requisitos de carácter sanitario, ambiental y de tránsito.

6. Contar con seguridad permanente, y de acuerdo con la clasificación del

estacionamiento o parqueadero, con acomodadores uniformados con licencia de

conducción y con credenciales que faciliten su identificación por parte de los

usuarios.

7. Señalizar debidamente la entrada y la salida de vehículos y demarcar el espacio

que ocupa cada vehículo y los corredores de giro y movilidad.

8. Cumplir las exigencias para el desarrollo de actividades económicas.

9. Adecuar o habilitar plazas para el estacionamiento de bicicletas.

Colombia Art. 90 Código Nacional de Policía y Convivencia

Artículo 140. Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio

público

Los siguientes comportamientos son contrarios al cuidado e integridad del espacio

público y por lo tanto no deben efectuarse:


1. Omitir el cuidado y mejoramiento de las áreas públicas mediante el

mantenimiento, aseo y enlucimiento de las fachadas, jardines y antejardines de las

viviendas y edificaciones de uso privado.

2. Realizar obras de construcción o remodelación en las vías vehiculares o

peatonales, en parques, espacios públicos, corredores de transporte público, o

similares, sin la debida autorización de la autoridad competente.

3. Alterar, remover, dañar o destruir el mobiliario urbano o rural tales como

semáforos, señalización vial, teléfonos públicos, hidrantes, estaciones de

transporte, faroles o elementos de iluminación, bancas o cestas de basura.

4. Ocupar el espacio público en violación de las normas vigentes.

5. Ensuciar, dañar o hacer un uso indebido o abusivo de los bienes fiscales o de

uso público o contrariar los reglamentos o manuales pertinentes.

6. Promover o facilitar el uso u ocupación del espacio público en violación de las

normas y jurisprudencia constitucional vigente.

7. Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas en estadios,

coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en general, en

el espacio público, excepto en las actividades autorizadas por la autoridad

competente.
8. Portar sustancias prohibidas en el espacio público.

9. Escribir o fijar en lugar público o abierto al público, postes, fachadas,

antejardines, muros, paredes, elementos físicos naturales, tales como piedras y

troncos de árbol, de propiedades públicas o privadas, leyendas, dibujos, grafitis,

sin el debido permiso, cuando este se requiera o incumpliendo la normatividad

vigente.

10. Drenar o verter aguas residuales al espacio público, en sectores que cuentan

con el servicio de alcantarillado de aguas servidas y en caso de no contar con este,

hacerlo incumpliendo la indicación de las autoridades.

11. Realizar necesidades fisiológicas en el espacio público.

12. Fijar en espacio público propaganda, avisos o pasacalles, pancartas,

pendones, vallas o banderolas, sin el debido permiso o incumpliendo las

condiciones establecidas en la normatividad vigente.

PARÁGRAFO 1o. Las empresas de servicios públicos pueden ocupar de manera

temporal el espacio público para la instalación o mantenimiento de redes y

equipamientos, con el respeto de las calidades ambientales y paisajísticas del

lugar, y la respectiva licencia de intervención expedida por la autoridad

competente.

PARÁGRAFO 2o. Quien incurra en uno o más de los comportamientos antes


señalados será objeto de la aplicación de las siguientes

medidas:COMPORTAMIENTOSMEDIDA CORRECTIVA A APLICAR DE

MANERA GENERALNumeral 1Construcción, cerramiento, reparación o

mantenimiento de inmueble.Numeral 2 Multa General tipo 3.Numeral 3Multa

General tipo 4; Reparación de daños materiales de muebles o inmuebles;

Construcción, cerramiento, reparación o mantenimiento de inmuebles. Numeral 4

Multa General tipo 1.COMPORTAMIENTOSMEDIDA CORRECTIVA A APLICAR

DE MANERA GENERAL Numeral 5Multa General tipo 3; Reparación de daños

materiales de muebles o inmuebles; Construcción, cerramiento, reparación o

mantenimiento de inmueble. Numeral 6Multa General tipo 4; Remoción de bienes.

Numeral 7Multa General tipo 2; Destrucción de bien. Participación en programa

comunitario o actividad pedagógica de convivencia y remisión a los Centros de

Atención en Drogadicción (CAD) y Servicios de Farmacodependencia a que se

refiere la Ley 1566 de 2012.Numeral 8Multa General tipo 2; Destrucción de bien.

Numeral 9Multa General tipo 2; Reparación de daños materiales de muebles o

inmuebles; Construcción, cerramiento, reparación o mantenimiento de inmueble.

Numeral 10Multa General tipo 4.Numeral 11Multa General tipo 4; Participación

en programa comunitario o actividad pedagógica de convivencia. Numeral

12Multa especial por contaminación visual; Reparación de daños materiales de

muebles o inmuebles; Construcción, cerramiento, reparación o mantenimiento de

inmueble; Remoción de bienes; Destrucción de bien.

PARÁGRAFO 3o. Cuando el comportamiento de ocupación indebida del espacio

público a que se refiere el numeral 4 del presente artículo, se realice dos (2) veces

o más, se impondrá, además de la medida correctiva prevista en el parágrafo


anterior, el decomiso o la destrucción del bien con que se incurra en tal ocupación.

PARÁGRAFO 4o. En relación con el numeral 9 del presente artículo bajo ninguna

circunstancia el ejercicio del grafiti, justificará por sí solo, el uso de la fuerza, ni la

incautación de los instrumentos para su realización.

Colombia Art. 140 Código Nacional de Policía y Convivencia

Desde la entrada en vigencia del nuevo código de policía en junio del 2016 y su

implementación en septiembre del mismo año, las denuncias de violaciones de derechos

humanos por parte de la fuerza pública aumentaron desmedidamente. Con 90 votos a favor y

3 en contra la Cámara de Representantes modificó 244 artículos para que la policía pudiese

actuar bajo los nuevos contextos tecnológicos y sociales del país, convirtiendo la normas en

una nueva arma de represión y criminalización de la vida en sus diferentes expresiones y

ejercicio de derechos como el libre desarrollo a la personalidad, el trabajo, la privacidad, la

libertad de pensamiento, entre otros.

El artículo 140 del código de policía decreta la recuperación del espacio público con

sanciones a los vendedores ambulantes que ocupen las calles. Sin embargo, el Estado no les

brinda garantías de reubicación en la ciudad sin cobrar arriendo, o en lugares céntricos que

permitan la comercialización de sus productos. La Corte Constitucional profirió la sentencia

C-211 del 2017, luego de demandas presentadas al código de policía, en la que señala que

frente a la altreración de las condiciones económicas de los comerciantes informales,

derivadas de la recuperación del espacio público


“…la administración tiene el deber de diseñar e implementar políticas públicas tendientes a

contrarrestar los efectos nocivos de la recuperación, programas que deben ser acordes con

estudios cuidadosos y empíricos que atiendan a la situación que padecen las personas

desalojadas”.

Pese a ello los procedimientos de policía frente a los vendedores ambulantes no han variado:

les persiguen, destruyen sus productos cuando no los pueden incautar y luego proceden a

imponerles la multa respectiva; en varios casos los retienen transitoriamente. “Con el nuevo

código la policía nos persigue más, ahorita nos tienen tranquilos por la cuestión de las

elecciones presidenciales pero espere que pase esas elecciones y verá cómo vuelve la

persecución con nosotros” declaró Cristobal Lizarazo vendedor ambulante de la ciudad de

Bucaramanga. El Estado más allá de dar soluciones reales y de fondo para evitar que las

personas sigan recurriendo al trabajo informal como opción de vida, sólo ha tomado medidas

que aumentan los anillos de miseria y recrudece la desigualdad social. Por otro lado, bajo el

discurso del odio se va creando el imaginario del vendedor ambulante como criminal: porque

no paga impuestos, porque supuestamente convierte las calles en escenarios inseguros.

El sólo hecho de prohibirles la ocupación del espacio público es patente de corso para su

persecución. “Nos toca trabajar estilo como ladrones, correrles, volver otra vez y así

sucesivamente…” dice (Lizarazo 2018)

El nuevo código de policía sanciona a las personas que ocupen el espacio público en violación

a las normas vigentes. Según el código, la multa por dicha conducta es de 4 salarios mínimos

diarios y si se comete dos o más veces, el agente debe decomisar o destruir el bien con el que

incurre en la ocupación.
La obligación de proteger el espacio público no es absoluta cuando entra en confrontación con

el derecho al trabajo, el mínimo vital y el principio de confianza legítima de los comerciantes

informales.

La sentencia C-211 de 2017 consideró que los vendedores informales, por su condición

económicamente vulnerable, son un grupo de la sociedad que goza de especial protección

constitucional.

Según la sentencia T-772 de 2003 los vendedores informales se dividen en tres clases:

1. Vendedores informales estacionarios: se instalan de forma fija en un determinado

segmento del espacio público, excluyendo el uso y disfrute del mismo por las demás

personas de manera permanente, de tal forma que la ocupación del espacio subsiste

aun en las horas en que el vendedor se ausenta del lugar, por ejemplo, mediante una

caseta.

2. Vendedores informales semi-estacionarios: no ocupan de manera permanente un área

determinada del espacio público, pero ocupan en forma transitoria un determinado

segmento del espacio público.

3. Vendedores informales ambulantes: No ocupan el espacio público por llevar consigo

los bienes y mercancías, no obstruyen el tránsito de personas y vehículos más allá de

su presencia física.

Cambio abrupto e injustificado de las situación jurídica de los vendedores informales

ambulantes.
La Corte Constitucional, en sentencia T-772 de 2003, había determinado que los vendedores

informales ambulantes no pueden ser sancionados por la autoridad de policía porque no

ocupan el espacio público.

Sin embargo, en sentencia T-424 de 2017, la Corte Constitucional desconoció su propio

precedente y dictaminó que los vendedores informales ambulantes si ocupan el espacio

público y su protección constitucional se hace más etérea debido a que su natural movilidad

no permite configurar una situación generalizada de confianza legítima. Por lo tanto, estos

vendedores tienen que probar en cada caso particular la confianza legítima para que se le

reconozca la protección constitucional.

En concepto de Prospectiva en Justicia y Desarrollo, este cambio de jurisprudencia es un

retroceso injustificado de los derechos humanos de los vendedores informales ambulantes que

desconoce la jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre “cambio de jurisprudencia

legítimo”.

La Corte Constitucional, en sentencias SU-047 de 1999 y C-898 de 2011, determinó se debe

respetar el precedente para proteger la igualdad y la seguridad jurídica. Por ello, el cambio de

jurisprudencia sólo es legítimo cuando se aporta las razones de peso que lo justifiquen, las

condiciones que pueden sustentar tal determinación son:

1. La reforma del parámetro normativo constitucional cuya interpretación dio lugar al

precedente.

2. Las transformaciones en la situación social, política o económica que vuelvan

inadecuada la interpretación que la jurisprudencia había hecho sobre algún asunto.

3. Cuando cierta jurisprudencia resulta contraria a los valores, objetivos, principios y

derechos en los que se fundamenta el ordenamiento jurídico. En este caso se debe


demostrar que hay razones fundadas para cambiar la jurisprudencia y que estas priman

sobre el principio de seguridad jurídica e igualdad que sustentan el principio esencial

del respeto del precedente.

En la sentencia T-424 de 2017, la Corte Constitucional no hizo consideración alguna sobre el

cambio de jurisprudencia legítimo, ni mucho menos estudió si dicho cambio de jurisprudencia

se en marca en una de sus condiciones que sustentan tal determinación. Por lo tanto, este

cambio de jurisprudencia es ilegitimo y debe aplicarse la jurisprudencia de la sentencia T-772

de 2003, la cual fue reiterada en la sentencia C-211 de 2017.

La aplicación del Principio de Confianza Legítima desconoce derechos fundamentales

El principio de confianza legítima es una protección que el Estado otorga a los vendedores

informales que han desarrollado su actividad comercial de manera prolongada, continúa y

permanente.

La Corte Constitucional estableció que la confianza legítima nace de situaciones jurídica en la

que el Estado crea, promueve o tolera la estabilidad de manera prolongada, continúa y

permanente de los vendedores informales. Estas situaciones crea expectativas legítimas

al vendedor informal de que su situación era jurídicamente aceptada y que no iba a ser

modificada intempestiva o bruscamente, de acuerdo a la sentencia T-424 de 2017.

La confianza legítima obliga a la administración a tomar medidas que faciliten la adaptación

del afectado a la nueva situación. No obstante, el vendedor informal debe obrar de buena fe,

de forma prudente y diligente para mantener la confianza legítima.

Lo anterior quiere decir que el Estado recupera el espacio público protegiendo los derechos de

los vendedores informales y estos a su vez no deben obstaculizar o entorpecer la labor del

Estado.
No obstante a lo anterior, la aplicación del principio de confianza legítima desconoce las

situaciones de hecho que obligan a las personas a ser vendedores informales. Estas son

situaciones intempestivas que obligan a las personas a ocupar el espacio público para

conseguir un sustento que les permita vivir.

De forma que el desalojo de estos nuevos vendedores informales sin que se les ofrezcan

alternativas de reubicación o de trabajo formal, por considerarse que no cumplen con el

principio de Confianza Legítima, puede ocasionar la afectación de sus derechos

fundamentales al mínimo vital, al trabajo y a la vida en condiciones de dignidad.

¿Cómo debe actuar el Estado para recuperar el espacio público?

La Corte Constitucional indicó que el Estado puede recuperar el espacio público si adelanta

políticas públicas, planes y programas de reubicación o alternativas de trabajo formal para los

vendedores informales que mínimo deben cumplir con los siguientes:

1. Censar a los vendedores informales para el diseño e implementación de la política

pública.

2. Adelantar estudios cuidadosos y empíricos que atiendan la situación que padecen las

personas a desalojar para contrarrestar los efectos nocivos de la recuperación.

3. Acordar con los afectados las decisiones a adoptar.

4. Informar al beneficiario sobre el lugar y las condiciones dentro de las cuales seguirán

ejerciendo sus actividades.

5. Brindar la oportunidad de capacitarse en áreas económicamente productivas que les

permitan iniciar proyectos que puedan garantizarles ingresos aptos para atender sus

necesidades en condiciones dignas.

Por lo anterior, la Corte determinó que la policía sólo podrá sancionar a este sector

poblacional cuando la autoridad competente adelante programas de reubicación u ofrece


alternativas de trabajo formal, con el fin de que se garantice a esta población los derechos

fundamentales al mínimo vital, al trabajo y a la vida en condiciones de dignidad.

Así mismo, advirtió en la sentencia T-344 de 2015 que debe existir un proceso administrativo

previo que autorice a la policía el desalojo de los vendedores para la recuperación del espacio

público, garantizando el derecho a la defensa del ocupante que se pretende desalojar.

De esta manera, la autoridad de policía estaría actuando de manera ilegal e inconstitucional si

recupera el espacio público que ocupan los vendedores informales sin que exista un proceso

administrativo previo que lo autorice y sin que se les haya ofrecido programas de reubicación

o de trabajo formal a este sector poblacional.

Dicha actuación del agente de policía constituye una falta disciplinaria gravísima conforme a

la ley 1015 de 2006 artículo 34 numeral 14 que dispone que “apropiarse, ocultar, desaparecer

o destruir bienes (…) de (…) particulares, con intención de causar daño u obtener beneficio

propio o de un tercero”, y al numeral 18 que dice: “causar daño a la integridad de las personas

o de los bienes, como consecuencia del exceso en el uso de las armas, de la fuerza o de los

demás medios coercitivos”.

Además, la recuperación de espacio público sin considerar los derechos de los vendedores

también constituye el delito de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto y acarrea la

sanción de multa y pérdida del empleo o cargo público.


CAPITULO 2 LA ECONOMÍA INFORMAL

2.1 Evolución del concepto de Economía Informal.

Cuando en el mundo, se empezó a hablar de informalidad laboral, la economía era

caracterizada en dos sectores: el primero llamado sector de la economía moderna donde

primaban la actividad formal y el segundo un sector de economía de subsistencia, asociado

generalmente al sector rural, donde se encontraba la actividades informales.

En un trabajo para la OIT, denominado “Economía informal, Trabajo no declarado y

Administración del Trabajo” Daza (2005), plantea la evolución de este término (Economía

informal), en que año se utilizó por primera vez y a que se referían estas expresiones:

 Sector no estructurado, en un estudio realizado en Ginebra, titulado:

Employment, incomes and equality: A strategy for increasing productive

employment in Kenya (ILO, 1972 citado por Daza). Se utilizó esa expresión, para describir

las actividades de los trabajadores pobres que no eran reconocidas, registradas, protegidas

o reguladas por las autoridades públicas. A partir de entonces han sido numerosos las
actividades y documentos de la OIT en que se ha utilizado esta expresión. El término

opuesto a sector no estructurado era el de “sector moderno de la economía”.

 Sector informal, el primer intento de describir su naturaleza se encuentra en la

Recomendación sobre la política del empleo (disposiciones complementarias), 1984 (núm.

169) de la OIT, se trata de “las actividades económicas realizadas al margen de las

estructuras económicas institucionalizadas”. Al momento en que se empezó a generalizar

esta expresión, se hicieron intentos de describir su composición, de medir la cantidad de

unidades económicas y de personas que se mueven en la informalidad, de contabilizar su

peso en el Producto Nacional y, por supuesto, de explicar las causas de la informalidad.

 Economía Informal, en una Resolución relativa al trabajo decente y la economía informal

de la CIT6 del 2002.Economia informal es preferible al de “sector informal”, ya que las

actividades de los trabajadores y las empresas a los que se aplica no se pueden asociar con

un único sector de la economía, pues sus actividades abarcan diversos sectores. Desde

entonces, en el ámbito de la OIT, se está sistemáticamente sustituyendo el uso de “sector

informal” por el de “economía informal”.

Antes de substituir el termino economía informal, los textos en español y en francés

utilizaban la expresión “sector no estructurado” y en los textos en inglés se utilizaba

“sector informal”, donde se puede notar que autores como Soto, Freije, entre otros y hasta

la misma OIT en un dado momento lo llaman sector no estructurado o Informal a la


Economía Informal.

En el mismo estudio de Daza (2005, p.5), expresa:

El uso del término sector no estructurado está ya desfasado y en la actualidad se

está restringiendo el de sector informal. Del término sector informal, profusamente usado,

se está pasando al de economía informal, al tiempo que se utilizan conceptos ligados como

trabajo informal, empleo informal, trabajadores informales, empresas informales o

actividades informales.

Últimamente, en los estudios de la OIT, que relacionan los conceptos de informalidad y

trabajo, se empieza a vincular el concepto de trabajo decente y bajo este concepto se

tomara las directrices del fenómeno de informalidad porque se debe tener en cuenta las

condiciones de trabajo de las personas. Entonces se ve el interés de promover por medio de

la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este concepto (trabajo decente), ya que su

misión es mejorar la situación de los seres humanos en el mundo del trabajo, el tratamiento

de la informalidad se hace con la finalidad de promover oportunidades de trabajo decente

para todos.

Una de las conclusiones de la resolución de la CIT del 2002 es, no hay un término preciso

con que podamos definir “economía informal”, pero se puede decir que este hace
referencia al conjunto de actividades económicas desarrolladas por los trabajadores y las

unidades económicas que, tanto en la legislación como en la práctica, están

insuficientemente contempladas por los sistemas formales o no lo están en absoluto. Las

actividades de esas personas y empresas no están recogidas por la ley, lo que significa que

se desempeñan al margen de ella; o que no están contempladas en la práctica, es decir que,

si bien estas personas operan dentro del ámbito de la ley, ésta no se aplica o no se cumple;

o que la propia ley no fomenta su cumplimiento por ser inadecuada, engorrosa o imponer

costos excesivos (Daza, 2005, p. 6).

Basándose en el hecho de estudio de investigación “los vendedores callejeros”, cuyos

trabajadores posen características propias pertenecientes de la economía informal, la cual

se define anteriormente, se toma de referencia para la investigación, para caracterizar la

población de estudio:

- No gozan del beneficio del ley; como: cesantías, régimen de pensión, vacaciones pagas,

licencias por enfermedad, seguridad social, etc.

- Ejercen labores por cuenta propia o es empleado temporal, en la actividad que ejerce.

- El nivel de productividad de su trabajo, tiende a ser inferior a la remuneración mínima

establecida por la ley.

2.2 Los Vendedores callejeros a nivel Internacional.


En el informe de la OIT (2002), titulado “women and men in the informal economy: A

statistical picture”, expresa que la venta callejera es un fenómeno global, en las ciudades,

pueblos y aldeas de todo el mundo, que millones de personas se ganan la vida en su

totalidad o en parte, por la venta de una amplia gama de productos en las calles, aceras y

otros espacios públicos y que hoy en la mayoría de países de todo el mundo, la venta

callejera persiste y probablemente se ha expandido, incluso cuando las normas locales

tratan de prohibir o restringir la misma (p, 49).

En el informe citado anteriormente, manifiesta también, que a nivel Internacional existe

poca información y es complicado registrar esta clase de datos, ya que la cantidad de

trabajadores varía según la hora del día o la estación del año. El número de proveedores

puede fluctuar de una estación a otra, un día para otro, e incluso durante un solo día. Esto

es debido a que algunos de los vendedores solo venden en la mañana, en la tarde o en la

noche, y algunos solo venden los fines de semana y otros venden solo durante ciertas

estaciones. Incluso algunos pueden cambiar lo que venden en una temporada, mes o día.

En algunos países, como es el caso de los países africanos, el comercio en la calle, es una

parte importante del sector informal en su conjunto (p, 51).

Un estudio en 10 países en desarrollo, estimo que de estos países, los porcentajes con

mayor

participación de la mujer en la venta callejera son Benín, Guatemala y México con el 81%,

55% y 44% respectivamente y con menor participación los países de Túnez y Turquía con

el 2% y 3% respectivamente.
2.2.1 Una mirada a los vendedores callejeros en Asia

El articulo “Street Vendors in Asia: A Review” de Sharit K. Bhowmik (2005), aborda una

investigación realizada sobre los vendedores callejeros en Asia con el objetivo de evaluar

la magnitud de la venta callejera en diferentes países de ese continente y la composición de

los vendedores.

Bhowmik (2005), expresa en su investigación, que hay dos categorías que han influenciado

para ingresar a la economía informal para el caso de Asia. La primera que la pobreza en las

zonas rurales ha empujado a la gente de esos pueblos en busca de una vida mejor en las

ciudades, cuyos inmigrantes no posen la capacidad o la educación que les permita

encontrar un mejor empleo remunerado y seguro en el sector formal y tienen que

conformarse con el trabajo en el sector informal; la segunda es por la perdida de empleos

formales, por la reducción del tamaño o cierre de las fabricas y ellos o sus familiares

tuvieron que buscar un trabajo mal remunerado en el sector informal para poder sobrevivir.

La primera categoría, es decir, bajo los inmigrantes rurales, existen en todos los países de

Asia, pero que son más prevalentes en los países más pobres como la India, Bangladesh,

Nepal, Camboya y Vietnam. Países que no cuentan con una base industrial fuerte y en el

pasado también, la mano de obra urbana se dedicaba principalmente en el sector informal.

La segunda categoría, a saber, los trabajadores que se encontraban en el sector formal,

existe en países como Filipinas, Corea del Sur, Tailandia, Malasia, Indonesia y la India, en

el cierre de varias industrias, debido a una variedad de razones como reducción de personal

de las unidades de producción entre otras razones.


Los informes de los países asiáticos muestran que hubo un salto en el número de

vendedores ambulantes (Bhowmik 2005 y Roever 2006). Tras la crisis financiera de 1998.

Esta crisis ha afectado a la mayoría de los tigres asiáticos y uno se encuentra con que la

existencia de un fuerte aumento de los vendedores ambulantes en Tailandia, Singapur y

Filipinas. Así, podemos ver que muchos de los trabajadores que pierden sus puestos de

trabajo en el sector formal ingresan a la venta ambulante como una opción que les permite

ganarse la vida.

Bhowmik (2005), señala que la venta ambulante sobrevive, no solo porque es una fuente

importante de empleo, sino también por los servicios que presta a la población urbana. Para

los pobres urbanos, los vendedores ambulantes suministran bienes a precios bajos. Por lo

tanto se encuentra con que una parte de la población urbana pobre, es decir; los vendedores

ambulantes, subsidia la existencia de los otros sectores de la población urbana pobre,

proporcionándoles productos baratos, incluidos los alimentos. Proporcionándoles

productos baratos, incluidos los alimentos. Los grupos de ingresos medios también se

benefician de la venta ambulante por los precios asequibles que ofrece.

La citada autora, después de explorar las fuentes posibles, menciona que por desgracia no

hay muchos estudios sobre las condiciones socio-económicas de los vendedores de la calle

en Asia y esto es una desventaja. Sus principales conclusiones en su artículo son:

1) Creciente número de los vendedores ambulantes; debido primordialmente a los


cambios de la economía de estos países, aumentando con la disminución de puestos de

trabajo en el sector formal y con la falta de empleo remunerado en las zonas rurales.

2) La mayoría de los vendedores ambulantes de los países asiáticos viven una existencia

precaria, frente a una amenaza constante de desalojo (acoso por parte de las autoridades) y

la destrucción de sus bienes.

3) La mayoría de los vendedores ambulantes de Asia no están sindicalizados, ese es el

mayor problema y hay una falta de conciencia entre los vendedores ambulantes de sus

derechos. (La sindicalización les proporciona una plataforma común para presionar por sus

derechos y protegerlos).

4) Solo dos países de Asia tienen federaciones o alianzas de vendedores ambulantes,

Corea y la India. En Corea, la federación (NFKSV) se formo principalmente para resistir la

opresión del Estado, en este caso ambos son hostiles entre sí. El Gobierno Coreano parece

ser excesivamente severo sobre los vendedores ambulantes, ya que no ha escatimado

medios para expulsarlos y parece ser el único país donde el gobierno contrata a

delincuentes para desalojar a los ambulantes. Esto hace que sea casi imposible para la

federación entrar a un dialogo político con la administración.

En la India, la Alianza Nacional de Vendedores Ambulantes de la India (NASVI) ha tenido

más éxito. Ha sido capaz de intervenir a nivel nacional y nivel local en algunos casos,

mediante diálogos con las autoridades competentes.

5) Las vendedoras ambulantes en estos países, en la mayoría de los casos llegan al

comercio debido a la pobreza y porque los miembros masculinos de la familia no tienen

trabajo. Se encuentra un mayor número en Vietnam y Camboya, donde son mayoría. En

otras países forman una menor, pero significativo, no obstante, el componente de


sindicalización entre ellas es baja y sus ingresos son también más bajos que los vendedores

de sexo masculino.

La autora asevera, que los países de Asia han sido testigos de un aumento de los

vendedores ambulante y en la mayoría de estos países el sector informal es muy grande y

constituye el pilar de la economía. En lugar de proteger este sector y garantizar a los

trabajadores, los gobiernos son indiferentes a su existencia. Los vendedores ambulantes

son una parte importante del sector informal, no solo por su número sino por el papel

crucial que desempeñan en la preservación de este sector. Por desgracia, en vez de

reconocer sus contribuciones a la economía (consumo de bienes a precios bajos a la

población), los gobiernos ven a los vendedores ambulantes como invasores o delincuentes.

2.2.2 El comercio callejero: los vendedores ambulantes en América Latina.

El comercio callejero representa uno de los segmentos más visibles y dinámico de la

economía informal en América Latina (Roever, 2006). Dice que con la rápida migración

del campo a la ciudad desde 1940, hasta la década de 1970, la crisis económica de 1980, y

la reforma neoliberal en 1990 combinaron a crear un excedente de trabajadores

desempleados en las ciudades. En su informe para la WIEGO, titulado: “Street Trade in

Latin America: Demographic Trends, Legal Issues, and Vending Organizations in Six

Cities” en español “El comercio callejero en América Latina: tendencias demográficas,

cuestiones jurídicas, y las organizaciones expendedoras en seis ciudades” ofrece una

revisión de esta actividad callejera en seis ciudades de América Latina: En Caracas


(Venezuela), Lima (Perú), Ciudad de México, (México), Santiago de Chile, Sao Paulo

(Brasil) y en Bogotá (Colombia).

A continuación Se menciona el tema de los vendedores callejeros en tres ciudades:

Caracas, Lima y Santiago (son seis ciudades, pero se tomo tres para mostrar ejemplos de

este panorama), basado en el estudio de Roever.

a) Los vendedores ambulantes en Caracas (Venezuela).

En el Distrito Metropolitano de Caracas, que consta de cinco municipios, más de

48.000 personas trabajan como vendedores ambulantes (García, 2006, citado por Roever,

2006). Este fenómeno empezó aparecer en grande proporción en la década de 1.970 y

que hasta 1.980 se convirtió en problema para las autoridades, es una ciudad donde la

venta ambulante es más reciente en comparación, con otras ciudades latinoamericanas

como Santiago de Chile y Lima.

En un censo municipal, más reciente, relacionado con los productos más vendidos por los

vendedores ambulantes, arrojo que el grupo más grande es el de la venta de ropa, seguido

por productos electrónicos piratas y otros variados. También, se encontró datos de

CEDICE, que expresa que la mujer en la venta ambulante supera a la población de los

hombres (58% a 42%, respectivamente).

Y que aproximadamente una tercera parte de los vendedores ambulantes son entre 30 y 39
años de edad, y otro tercio tiene entre 15 y 29 años de edad, el resto son de 40 y más

(García, 2006, citado por Roever, 2006).

b) Economía informal en Santiago de chile (Chile).

De los países más políticos y cuidadosos con el tema de las ventas callejeras y comercio

ambulante ha sido chile, de acuerdo con la Asociación Chilena de Organizaciones de los

mercados callejeros, Santiago de chile es el foco de cerca de 40.000 los vendedores del

mercado, de un total de aproximadamente 80.000 en el país. Entre estos Ferias Libres, los

vendedores de productos para el hogar, artes y artesanías, productos electrónicos.

En chile el comercio ambulante de productos agrícolas se ha hecho notar, hasta el 2006 el

80% de los las ventas de frutas y verduras eran hechas por vendedores ambulantes (Aliaga,

2006, citado por Roever, 2006), esta situación muchas veces con respaldo oficial, y en

términos relativos permite tener una eficacia, es importante mencionar que esta situación

no esta sujeta entonces a agravios o expulsiones arbitrarias que se producen en otros

países.

No obstante, otros vendedores no pueden dar por hecho, de tener un empleo tan

beneficioso, o asegurar un mercado puesto, a menudo solo se reúnen en la plazas o lugares

comunes de mercados establecidos y esquivar a las autoridades es parte de su labor. Las

regulaciones en este sentido en Santiago son puestas por gobiernos locales. Algunas

medidas como ferias y asociaciones están entre las medidas que le permiten a las

autoridades a deslumbrar un panorama más óptimo para el comercio informal, incluyendo


a vendedores estacionarios y vendedores ambulantes (Roever, 2006).

En Santiago, Los funcionarios locales en las comunas en general regulan dos aspectos de la

calle el comercio: en primer lugar, el lugar y la hora en la que los mercados callejeros están

autorizadas para operar, y en segundo lugar, la expedición de licencias que autorizan a los

vendedores individuales a ocupar el espacio del mercado o alrededores (Aliaga 2005,

citado por Roever, 2006).

c) Informalidad en Lima (Perú).

Roever (2006, p. 24), dice que los residentes de Lima, ven su ciudad como la “capital de la

informalidad” en América Latina, en parte debido a que un enorme porcentaje de su

territorio está ocupado por asentamientos ilegales formados en la mitad del siglo XX, y

también, debido a que un gran número de sus trabajadores, participan en actividades de la

economía informal.

En Perú, donde las estadísticas oficiales ni siquiera se aproximan al tamaño real de la

población informal en su capital lima; se encontró que las condiciones demográficas son

muy importantes para entender el fenómeno del comercio callejero en este país, donde las

estimaciones disponibles indican una tendencia al alza en la población de la venta

ambulante durante las últimas décadas, aunque éstos estimaciones fueron producidas,

utilizando diferentes metodologías. Las estimaciones para el año 2005 sugieren que la

población estimada es de 360.000 personas (Roever, 2005, citado por Roever, 2006, p. 25).

En términos de los desgloses por sexo y edad, dos encuestas realizadas en los últimos cinco

años8, sugieren que las mujeres superan a los hombres, tanto en las zonas periféricas de la

ciudad como en el centro de la ciudad; en estos dos estudios, también encontraron que la
población es relativamente joven (un 60% se encontraba entre las edades de 25 y 45).

Asimismo, en el estudio de Aliaga, 2002 citado por Roever, 2006 arroja que el 73% de los

encuestados eran mujeres, un 70% estaban casadas y que probablemente esta condición, las

lleva a utilizar el comercio callejero para mantener la casa, donde sus ingresos dependen de

la venta callejera.

Las conclusiones de manera general; para el caso de Venezuela, ha aumentado esta

problemática, por los conflictos políticos de los partidos. En Chile, la venta de productos

agrícolas es la que más se ha hecho notar y en Perú, se encontró que las mujeres tienen

mayor participación en el comercio callejero.

2.3 Informalidad laboral y vendedores callejeros en Colombia.

Para el caso de Colombia, se toma dos definiciones de informalidad laboral. La primera, se

calcula con base en la falta de contribuciones a salud y pensión (Galvis, 2012, p.12), y la

segunda definición, corresponde a la medición realizada por el DANE el Departamento

Administrativo Nacional de Estadísticas, en la Gran Encuesta Integrada de Hogares

(GEIH); que clasifica según las características de las unidades de producción y no las

características de las personas ocupadas, Esto con el fin de permitir la inclusión del empleo

informal en el sistema de cuentas nacionales y medir su contribución en el PIB de cada

país. Las características, que precisan la definición presentada por el DANE

son:
1. Los empleados particulares y los obreros que laboran en establecimientos, negocios o

empresas que ocupen hasta cinco personas en todas sus agencias y sucursales,

incluyendo al patrono y/o socio;

2. Los trabajadores familiares sin remuneración;

3. Los trabajadores sin remuneración en empresas o negocios de otros hogares;

4. Los empleados domésticos;

5. Los jornaleros o peones;

6. Los trabajadores por cuenta propia que laboran en establecimientos hasta cinco personas,

excepto los independientes profesionales;

7. Los patrones o empleadores en empresas de cinco trabajadores o menos;

8. Se excluyen los obreros o empleados del gobierno.

Según la primera y segunda definición empleada, el porcentaje de personas ocupadas que

laboran como informales en las 23 ciudades principales del país varía entre el 56% y el

62% (p.13).

Con este informe, con cualquiera de las dos definiciones la proporción de personas en la

informalidad supera el 50 por ciento, pero en cuanto el número de vendedores callejeros en


el país no hay datos por su complejidad y difícil medición. En un análisis realizado en el

año 2006 de la tasa de informalidad por sectores de las diez principales áreas de Colombia,

se tiene que los sectores de comercio y de servicios personales tienen las mayores tasas y

las actividades que más presentan crecimiento en este sector son los vendedores

ambulantes y servicios doméstico y más en periodo de crisis (García, s.f, p. 9).

En Colombia, según el Decreto 98 del 2004, en el ARTÍCULO 1, clasifica a los

vendedores informales callejeros del siguiente modo:

En atención al grado de afectación del espacio público que representa su actividad.

a. Vendedores Informales Estacionarios: Desarrollan su actividad alrededor de kioscos,

toldos, vitrinas o casetas, ocupando permanentemente el mismo lugar del espacio público.

b. Vendedores Informales Semiestacionarios: Desarrollan su actividad en carretas, carretillas

o cajones rodantes, tapetes, telas o plásticos en las que colocan sus mercancías. Tienen

facilidad para trasladarse de un lado a otro, dependiendo del lugar que consideren más

propicio para su actividad comercial y ocupan transitoriamente el espacio público o

diferentes sitios del mismo.

c. Vendedores Informales Ambulantes: Desarrollan su actividad portando físicamente en sus

manos o sobre sus cuerpos los productos que ofrecen en venta, ocupan transitoriamente el

espacio público en sitios específicos, pudiendo desplazarse y cambiar de lugar fácilmente.


CAPITULO 3, ACERCAMIENTO DE LOS VENDEDORES INFORMALES EN LA

CIUDAD DE NIEVA

3.1 Déficit de espacio público

Neiva tiene déficit de espacio público, así lo concluyó el concejal Ricardo Vega en el debate

de control político que lideró ayer sobre el tema. También denunció el presunto detrimento

por unas chivas – casetas que se entregaron en los centros poblados y que están en

abandono.

El espacio público fue objeto de debate ayer en el Concejo de Neiva. Por citación del concejal

Ricardo Vega se desarrolló la discusión que dejó tarea por hacer a la Administración

Municipal.

El cabildante, dejó en evidencia que aún falta mucho por hacer en cuanto a espacio público se

refiere, pese a los esfuerzos que se han hecho por recuperar espacio en algunos sectores del

centro de la ciudad.

“La meta que está contemplada a nivel nacional son 15 metros cuadrados de espacio público

por habitante, y hoy solamente tenemos 3,1 metro cuadrado por habitante, lo que significa que

las inversiones que han hecho no han sumado, no representan el interés ciudadano”, señaló

Vega.

Chivas en abandono
Por otro lado, entre las preocupaciones que surgieron en el debate, por un lado estuvo el tema

de unas casetas en la que la Administración Municipal anterior a la actual invirtió unos

millonarios recursos y que hoy están en estado de abandono, y la falta de un plan de manejo

integral para el vendedor informal.

“La otra gran preocupación que tenemos y que he hecho una denuncia es que se hicieron unas

inversiones por $850 millones para las compras de unas chivas que se instalaron en los

centros poblados y hoy esas inversiones están totalmente deterioradas, es decir, no están

funcionando, están totalmente abandonadas y esos recursos se han perdido. Hemos pedido

que se haga compulsión de copias a la Contraloría para efectos de que investigue y establezca

responsabilidad de los funcionarios quienes no actuaron concorde al plan de espacio público

de la ciudad de Neiva”, afirmó el concejal citante.

Y dijo frente al tema de los vendedores informales, “hay que tener en cuenta que los

vendedores ambulantes no son los responsables del espacio público, ellos hacen parte y son

actores que también están en el espacio público y somos todos. Por ningún lado dice (en el

Plan Integral de Espacio Público) que se van a manejar los vendedores informales en la

ciudad de Neiva, se asume que ese plan maestro de espacio público debe condensar por lo

menos esa realidad que tiene Neiva, porque hoy se está hablando de acuerdo al documento de

Neiva Sostenible, que son más de 1500 vendedores ambulantes que están apostados en el

espacio público, pero es plan por ningún lado recoge un capitulo especifico”, puntualizó

Vega. “Hemos venido haciendo un trabajo grande”

Frente a las denuncias que hizo el concejal citante, la directora de Justicia de Neiva, María

Vidal Aparicio, respondió, “como todos muy bien saben nosotros hemos venido haciendo un

trabajo creería que bastante grande desde que iniciamos esta administración, en la
recuperación del espacio público tanto de la carrera quinta como de la calle octava y algunos

sectores alejados del centro donde se encuentran vendedores mal estacionados, siempre y

cuando velando por el bienestar de ellos”, afirmó la funcionaria.

Y agregó que, “les hemos ofrecido muchas alternativas de reubicación a todos estos

vendedores que se han retirado, como lo hicimos también tanto carrera quinta como en la

calle octava y se le dieron a estos vendedores para que siguieran comercializando sus

productos ahí en este sector”.

Según la directora de Justicia de Neiva, actualmente se están estudiando 13.400 procesos en

su dependencia, asimismo, frente al tema de los vendedores ambulantes, se ha tenido que

responderé a aproximadamente 350 tutelas interpuestas por los vendedores informales.

“Los jueces que le han dicho a la Administración, reubique al vendedor y eso es lo que

nosotros hemos venido haciendo, reubicándolos a ellos en diferentes sectores, les hemos dado

capacitaciones, la Secretaría de las TIC y Competitividad, les ha generado algunos recursos

para que ellos creen su propia microempresa, entonces de igual forma no han sido

abandonados por la administración”, advirtió.

Según Vidal, se viene trabajando en la recuperación del espacio público en la ribera del río del

Oro, donde varios viveros deberán desalojar, “ellos se han preocupado por mejorar este

sector, antes de estar estos viveros este lugar mantenía lleno de indigentes, se prestaba para la

delincuencia, estos viveros vienen mejorando este sitio allí, pero, pues infortunadamente no

tienen un permiso legal y la Dirección de Justicia ya inició los procesos y yo creería que en

pocos días tendremos que desalojar estas personas”, advirtió.


3.2 ¿Por qué persiste la informalidad en Neiva?

Pese a los programas de empleabilidad y apoyo a microempresa por parte de la Alcaldía de

la ciudad, muchos ambulantes prefieren seguir en la calle.

Según el Departamento Nacional de Estadísticas, DANE, el mercado informal en el país

representa a nada despreciable cifra de 5.8 millones de colombianos.

Se trata de personas que por una u otra razón han optado por el trabajo callejero como única

entrada económica ante la falta de una oportunidad en una actividad formal.

De acuerdo con el más reciente informe del DANE, la tasa de desempleo nacional del

trimestre comprendido entre noviembre 2018-enero 2019 fue de un 10,4%. Es decir que se

registró un incremento de 0,8 puntos porcentuales respecto al trimestre móvil noviembre

2017-enero 2018.

Para analistas, si tienen en cuenta estas cifras, habría que decir que esta sería una de las

principales causas de la informalidad en ciudades como Neiva.

De hecho, el panorama que a diario se puede ver en las calles de la ciudad es de un

incremento de la actividad informal.

¿Baja informalidad?

El Departamento Nacional de Estadísticas, DANE asegura en su más reciente informe

que en el trimestre móvil entre septiembre y noviembre de 2018, el número de personas que

trabajaban en la informalidad bajó en 0,4 puntos porcentuales en las 23 ciudades y áreas

metropolitanas del país.


Esto, debido a que la cifra equivalente a una tasa 48,50 por ciento pasó al 48,10 por ciento.

Y en ciudades como Neiva el DANE sostiene que disminuyó el número de trabajadores

informales, con respecto al año inmediatamente anterior.

La ciudad pasó, de acuerdo con la entidad, de una tasa de informalidad laboral de 57,3 por

ciento a un 54,10 por ciento en el trimestre comprendido entre los meses de septiembre y

noviembre de 2018. Es decir, que se registró una disminución de 3,2 puntos porcentuales.

Yamile Rico, secretaria de Tic y Competitividad, le cree a las cifras del DANE y dice que la

misma entidad ubicó a Neiva como la primera ciudad con más acciones contra la

informalidad.

Pero también es cierto que aunque la Alcaldía de Neiva ha puesto en marcha programas

encaminados a convertir en formales a los ambulantes, no siempre ha funcionado.

La situación

Actualmente, solo en el microcentro de la ciudad, la Alcaldía tiene caracterizados 155

vendedores ambulantes ubicados en la carrera Quinta, a los que se suman otros 108 por la

calle Octava. Sin embargo, la cifra es perfectamente mucho mayor, aunque de manera

extraoficial.

“Estas personas son las que se encontraban en situación informal, cuando estaban dispersos y

desorganizados. Ahora, como les entregamos desde el año pasado casetas bien presentadas,

pues son mucho menos. Después de Semana Santa las vamos a marcar para que queden mejor
presentadas porque se va a mostrar a qué se dedican y quiénes son sus dueños”, explica

Yamile Rico, secretaria de Tic y Competitividad.

No obstante, no se puede descartar de plano que hay muchas otras personas que están

deambulando por cualquier parte y que debido a las políticas de recuperación del espacio

público en la ciudad, han optado por ir de calle en calle, no solo del centro, ofreciendo sus

productos, casi siempre de origen perecedero.

En muchos de los separadores de las avenidas y corredores los ambulantes han asentado sus

puestos de ventas, pese a los controles que a diario adelanta la Administración Municipal, en

varias ocasiones solicitadas por los propios vecinos que se quedan sin zonas para desplazarse.

Pero no es todo, es innegable que la informalidad en Neiva crece a ritmo acelerado incluso en

los barrios donde antes no existía.

En algunas zonas de la ciudad las ventas de comidas rápidas así como de carnes y embutidos

han sido montadas al aire libre o frente a entidades de salud, entre otros.

Fenómeno creciente

Como si fuera poco, Rico asegura que en este fenómeno de la informalidad tienen mucho que

ver algunos propietarios de negocios formales.

“Hemos encontrado por ejemplo con alguna panadería lo que hace es entregar unas canastillas

a personas a las que les ofrece una comisión para que salgan a vender a la calle”, señaló.
Asimismo, añadió la funcionaria que se ha comprobado que algunos cultivadores contratan

ocasionales vendedores a quienes localizan en las afueras de centros comerciales y al final del

día vuelven para recoger el producido. Es decir, ofrecen trabajo pero sin mayores garantías.

Para el economista Germán Palomo, una de las causas que alientan la informalidad es la

formalidad. “Esto, en el sentido que hay quienes no quieren pagar impuestos porque sus

volúmenes de operación son tan pequeños que prefieren no darle al gobierno, eso es una

realidad”, asegura.

Además, afirma Palomo que el aparato económico en el departamento del Huila es tan

pequeño que no ofrece puestos de trabajo que al final ayuden a modificar la informalidad. Es

decir, no hay empleo suficiente.

Por último, señala Palomo que tampoco hay gente capacitada, pues lo que se está requiriendo

son técnicos, o tecnólogos en actividades específicas.

“Mientras persistan esos tres factores en donde la gente no encuentre más empleo pues se

presenta es que ya no interesa conseguir empleo sino conseguir para la comida. Por eso,

siempre hablo de la economía de la subsistencia”, subraya.

Así las cosas, el problema es que cada vez crece más esta clase de negocios que para muchos

se ha vuelto su única opción para subsistir.

Por lo general se trata de personas desplazadas, madres cabeza de hogar las que encuentran en

la calle el sustento pero también se ha logrado establecer que hay algunas con título de

bachiller e incluso hasta técnicos.


Y también está el perfil familiar. Es decir, los puestos ambulantes que son heredados de

padres a hijos.

Pero también es cierto que a la situación económica preocupante de los locales ahora se ha

venido sumando la que han traído consigo ciudadanos venezolanos que a diario llegan a la

ciudad en busca de mejorar la suya.

¿Es la única opción?

Ante esta situación para comenzar al menos en lo que compete al Estado, ha sido la

Administración Municipal la que ha puesto en marcha programas encaminados a formalizar a

aquellos vendedores que diariamente abren su negocio en la calle.

En este caso se cuenta con el apoyo de empresarios de diferentes sectores productivos que

ofrecen oportunidades de empleo para informales.

Con todo y eso, los resultados no han sido fáciles de obtener porque las opciones de

formalización se han estrellado contra la negativa de los ambulantes.

Según Yamile Rico, secretaria de Tic y Competitividad, oficina que precisamente coordina

estos programas con los informales, al momento de ofrecer empleos formales a personas con

actividades callejeras, en no pocos casos, la respuesta es un no.

“Ante un ofrecimiento de empleabilidad de inmediato ellos responden que no les sirve,

porque un mínimo no sirve y quieren entrar a trabajar no a las 8:00 a.m. sino a las 10.m. e

incluso que hay días que no trabajan por las tardes”, señala Rico.
Y es que aunque no lo reconocen, lo cierto es que perfectamente un vendedor informal puede

llegar a ganar mensualmente entre un millón 200.000 pesos y un millón 800.000.

Sus horarios de trabajo son flexibles, pues comienzan labores entrada la mañana y hay días

que son exclusivamente dedicados al descanso, pues no tienen patrones o jefes.

En plata blanca la Administración Municipal ha entregado apoyo real en tema de

empleabilidad, según Rico. Además se ha logrado entregar 725 unidades productivas que son

realmente microempresas.

También se ha logrado la unidad de asociaciones productivas así como el Fondo Crear

mediante el cual se les presta recursos a los informales a intereses bajos para que puedan

iniciar sus propios negocios.

3.3 Alcaldía de Neiva promueve formalización en vendedores ambulantes

La Administración Municipal viene trabajando de manera insistente para lograr que los

vendedores ambulantes se formalicen. Se ofrecen 57 cupos de empleo para los interesados.

Lograr que los vendedores informales tengan mejores condiciones de vida, un trabajo digno y

recuperar el espacio público para el disfrute de todos son los objetivos por los que viene

trabajando la Alcaldía de Neiva.

Procesos de formación, adjudicación de módulos tipo caseta y ubicación laboral son las

apuestas que ha hecho la Administración Municipal a través de la Secretaría de Tic y

Competitividad.
Actualmente, se trabaja con las personas ubicadas en la calle Octava y carrera Quinta. Son

cerca de 300 personas según el censo realizado por la Alcaldía, las que se encuentran

vinculadas al proceso y a quienes se les invita a formalizarse.

“Nuestro alcalde, Rodrigo Lara tiene un compromiso con darles oportunidades de empleo. Por

eso nos hemos reunido con ellos para contarles cómo avanza el proceso y mostrarles las

alternativas de emprendimiento”, indicó Yamile Amanda Rico Torres, secretaria de

Competitividad.

La Alcaldía de Neiva abre una convocatoria para adjudicar los 52 módulos tipo caseta que se

encuentran ubicados en diferentes partes de la ciudad y con lo que se espera promover la

formalidad.

Así mismo, se brinda la alternativa de formación y capacitación en alianza con el Sena con 15

cursos en confecciones, inglés, metalmecánica, panadería, arreglos en globos, navideños,

entre otros.

Se tiene disponibles igualmente 57 cupos de empleo para las personas que quieren cambiar su

oficio, gracias a una alianza con empresas privadas que se suman al compromiso de recuperar

el espacio público.
3.4 Alcaldía de Neiva le cumple a los vendedores informales

La Administración de Rodrigo Lara Sánchez avanza en el proceso de recuperación del

espacio público que clama la ciudadanía, brindando oportunidades a los vendedores

informales para una vida digna.

La Alcaldía de Neiva, a través de la Secretaría de TIC y Competitividad, Secretaría de

Gobierno y Dirección de Justicia, llevo a cabo la audiencia pública de subasta de las casetas

ubicadas en el microcentro de la ciudad con los vendedores que acudieron al llamado de la

Administración Municipal.

Fueron 105 los espacios ofrecidos en la tercera convocatoria de los módulos tipo monja,

ubicados en sitios estratégicos de la ciudad y la primera de las casetas verdes del microcentro,

convocatoria que fue colgada el pasado 27 de febrero en la página web de la Alcaldía de

Neiva y socializada con los vendedores informales que hacen parte del censo de la carrera 5ª y

la calle 8ª, convalidado dos veces por las autoridades municipales.

La convocatoria fue dirigida para los 108 vendedores informales censados en la carrera

Octava y los 165 de la carrera Quinta, de los cuales solo 15 se postularon para acceder a una

caseta formal y legal. En total fueron adjudicados 14 espacios, ya que uno no cumplió la

totalidad de los requisitos.

Para la postulación las personas solo debían cumplir con requisitos básicos como tener

permanencia en Neiva, ser mayores de edad y estar a paz y salvo con el Municipio. Además,
se otorga beneficios a quienes tengan alguna condición de vulnerabilidad como ser madre

cabeza de hogar, tener alguna discapacidad o ser cuidador de una persona en esta misma

condición; todo reglamentado en el acuerdo 006 de 2013, el cual indica el procedimiento.

“Queremos darles la alternativa que se ubiquen en estos espacios; que puedan formalizar su

propio negocio, e inicien un proceso de capacitación con el Sena. El Municipio está pidiendo

a gritos que tengamos espacios públicos para caminar y compartir, y les estamos dando las

alternativas a los vendedores para que se formalicen y empleen”, indicó la secretaria de TIC y

Competitividad, Yamile Amanda Rico Torres.

La servidora pública explicó que el tiempo de permanencia del vendedor en cada caseta es de

dos años, prorrogable por un año más. En caso de solicitar más tiempo la permanencia solo

podrá modificada por el Concejo de Neiva.

El objetivo es que durante los dos o tres años los vendedores accedan a los servicios de la

Alcaldía para que formalicen sus negocios. En tal sentido, las personas tienen la posibilidad

de acceder al proceso de reubicación, participar en la convocatoria de empleabilidad que se

logró gracias a alianzas con las empresas de la región y acceder a unidad productivas que les

permitan formar un negocio estable y legal.


El próximo lunes se espera abrir una nueva convocatoria para que los vendedores informales

que no se postularon tengan una nueva oportunidad de acceder a la oferta que hace la Alcaldía

de ubicarse en una caseta y contribuir a devolverle el espacio público a la ciudadanía.

MARCO LEGAL
Con base en los numerales 4 y 6 del artículo 140 del Código Nacional de Policía que tipifican

como contravenciones la ocupación del espacio público, así como promover o facilitar el uso

u ocupación del espacio público, un agente de Policía, hace algunos meses, impuso un

comparendo de 800 mil pesos a un joven por comprar una empanada en un puesto callejero.

La polémica que generó este hecho llevó al Congreso a legislar en busca de regular la

actividad del vendedor informal, pero a su vez, garantizar el derecho al disfrute del espacio

público por parte de la comunidad. Cerca de un millón 200 mil personas devengan su

sustento diario de las ventas callejeras, ocupando andenes, plazas públicas y cualquier otro

espacio donde haya circulación de peatones, según el Dane.

La norma, aprobada por el Congreso en la legislatura que recién terminó y a la que solo le

resta la firma del presidente Iván Duque, establece “los lineamientos para la formulación,

implementación y evaluación de una política pública de los vendedores informales”, como

indica el título de la iniciativa de autoría del movimiento político Mira.

Acciones como costosos comparendos y operativos de la Policía para recuperar el espacio

público hacen parte del diario vivir de los vendedores informales quienes, conscientes de que

infringen la ley, en la mayoría de las oportunidades no tienen una alternativa diferente de

empleo, tal como lo manifiesta la comerciante Ana Isabel Cardona, quien reconoce que

“enfrentar la calle es complicado, estar a la intemperie y estar expuesto a la policía, no es

nada fácil”.

“El vendedor informal está en la calle porque la economía del país lo pone en bandeja de

plata para que viva del rebusque”, indica la mujer que devenga su sustento de la venta de

calcetines y lencería en un puesto callejero, en medio de la batalla diaria contra el clima, los

clientes y las autoridades.


Para la senadora Aydeé Lizarazo Cubillos, la norma, además de buscar la regulación del

espacio público, tiene como objetivo fundamental proteger a los vendedores informales de las

acciones de las autoridades, que haciendo uso de la ley, les impiden el trabajo en el espacio

público. La congresista explica que la idea es reglamentar el uso del espacio público, “para

que se eviten precisamente esos atropellos en contra de los vendedores e, incluso, de sus

clientes”.

Regulación del espacio público

En materia de uso del espacio público la norma prevé que los alcaldes y mandatarios locales

puedan asignar zonas específicas para que el vendedor informal ejerza su trabajo a cambio

del pago de una compensación que deberá realizar. Esta asignación del espacio público se

debe concertar entre las autoridades y las asociaciones de comerciantes informales.

Estos lugares estarían ubicados en centros comerciales, locales, especialmente

acondicionados para estos fines o lugares públicos como plazoletas y alamedas, sin

obstaculizar la libre movilización de los peatones.

“Lo ideal sería un espacio agradable para los vendedores informales, para la vista de la

ciudad, para el turismo, incluso para la misma relación entre el vendedor y el cliente o

consumidor”, explica la senadora Ana Paola Agudelo, quien acota que este es un tema que se

debe trabajar con los gobiernos locales, en una tarea que no será para nada fácil, y que se

debe concertar en reuniones y mesas de trabajo conjuntas.

Sin embargo, los vendedores informales exigen que estos lugares no sean sitios aislados, para

evitar repetir pasadas experiencias cuando han sido reubicados en espacios con muy poca

afluencia de clientes.
“Hay gente que la intentan reubicar pero la mandan a sitios alejados y, obviamente, la gente

vuelve a sus sitios acostumbrados de trabajo, porque en esos puntos no se vende”, argumenta

la parlamentaria.

La seguridad social para el vendedor informal

La norma pretende que los vendedores informales no solo trabajan para el día a día, sino que

tengan la oportunidad de cotizar para una posible pensión.

“Se busca garantizar un ahorro para la vejez, porque parte de los recursos que ellos van a

pagar para el uso del espacio público, con su pequeño kiosco, irá para un ahorro que les

permita obtener una especie de pensión”, expone el senador Carlos Baena, ponente del

proyecto.

Para la congresista Agudelo, uno de los objetivos de la ley es que no solo el vendedor

informal esté cubierto en materia de salud, sino que se tenga acceso a riegos laborales y

pensión.

Esta norma prevé que los comerciantes informales están cubiertos en materia de salud a

través del Sisbén, e implementar el programa de Beneficios Económicos Periódicos Sociales

(Beps) para la cotización de aportes que les permitan acceder a un ahorro para la vejez. Así

mismo, tendrían acceso a las Aseguradoras de Riesgos Laborales, para que les cubran los

accidentes a los que se exponen al trabajar en el espacio público.

Programas de capacitación y formalización

Con la venta de sus productos Ana Isabel Cardona genera los ingresos para su familia, pero

con esfuerzo paga sus estudios en la universidad.


“Ya tengo cuatro semestres, voy para el quinto y todo ha sido de acá, todo depende de la

organización que tenga la persona. Porque desafortunadamente muchos vendedores

informales como saben que no tienen que pagar un arriendo juegan con sus ganancias y con

su presupuesto”, cuenta la comerciante.

Por ello, aunque el espíritu de la norma busca favorecer el trabajo del vendedor informal, el

objetivo a largo plazo es brindarles alternativas para su formalización.

“La norma busca establecer programas y proyectos encaminado a garantizar el mínimo vital

de esta población, y a gozar de una subsistencia en condiciones dignas, implementando

alternativas de trabajo formal para vendedores ambulantes; desarrollar programas de

capacitación a vendedores informales en diversas artes u oficios a través del Servicio

Nacional de Aprendizaje, Sena y fomentar proyectos productivos para los vendedores

informales” indica el texto de la norma aprobada por Senado y Cámara.

Los comparendos y la persecución de las autoridades

La medida de fondo busca evitar las confrontaciones entre los informales y las autoridades,

aunque ya la Corte Constitucional, en la sentencia C-211 del 2017, señaló que las autoridades

para efectuar sanciones, como decomisar mercancías o imponer comparendos, deben hacer

una valoración de las condiciones de los afectados, si se trata de una población vulnerable o

pertenece a grupos de especial protección. No obstante, en muchas ocasiones este

procedimiento no se cumple.

Para Ana Isabel, a pesar de las limitaciones, los vendedores ambulantes deben conocer la ley

que les favorece.

“Cuando el vendedor informal se sabe defender con respecto a las sentencias de la Corte

Constitucional, que nos favorece en muchos aspectos, como el de la confianza legítima, el


derecho al mínimo vital, el derecho al trabajo, pues obviamente la Policía también sabe que

puede llegar hasta cierto punto, pero cuando el vendedor no conoce sus derechos es cuando

empieza a padecer, entonces suelen hasta empacar mercancía en los camiones, viene el tira y

jala y el vendedor en su angustia, porque no le quiten la mercancía, se enfrenta con la

Policía”, relata Cardona.

La mujer explica que en caso de que a un vendedor informal la autoridad le imponga un

comparendo, se le debe exigir al uniformado que diligencie la casilla donde se aclara si se

apelará o no la infracción, porque de esta manera se podrá explicar ante el inspector de

Policía su condición social y de esta manera evitar la sanción económica, tal como lo aclaró

la sentencia de la Corte.

Justamente, para evitar este tipo de confrontaciones, al regular el uso del espacio público y

formalizar la actividad de la venta callejera, la nueva norma elimina la condición de

ilegalidad y por ende evita la confrontación.

Sin embargo, Luis Alfredo Cerchiaro Daza, secretario de Gobierno (e) de Bogotá indica que

“el comparendo debe ser la última razón de la actuación por parte de la Policía en cualquier

municipio”.

La ley, que debe ser sancionada en los próximos días por el presidente Duque, prevé la

realización de un censo nacional de vendedores informales, el cual se deba actualizar

permanentemente.

“Establecer acciones de control y seguimiento que permitan evidenciar la evolución de la

situación socioeconómica de la población, para la toma de decisiones; impulsar

investigaciones o estudios sobre los vendedores informarles, a fin de enfocar soluciones a sus

problemas prioritarios y el desarrollo de un sistema de registro e inscripción de los


vendedores informales, que permita caracterizarlos, para la elaboración de las líneas de

acción y programas que integran la política pública”, explica el texto de la norma.


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